¿Quién sería tan osado de decir que no está agradecido con tu compañía?

¡Ha de ser falacias! Pues yo, quue aún no he tenido el privilegio de estar a tu lado, estoy más que agradecido;

¡Estoy encantado con solo escuchar tu voz en pequeños audios y leer tus palabras en incontables párrafos!

¿Quién sería tan osado de decir que no está agradecido con tu compañía?

¡Oh, desquiciado infame que se atreva a decir eso...!

Pues lo tomare por loco,

Y aunque sea contradictorio decirlo, ya que el loco soy yo;

Excéntrico hombre, víctima de tu belleza incomparable hasta con la mismas Diosas griegas;

Obsesionado con el enrojecimiento de tus morenas mejillas, que confundo con el proceso en el que se oculta, incandescente, el sol bajo las planicies del horizonte...

¿Quién sería tan osado de decir que no está agradecido con tu compañía?

Me obligas a callar tus insensatas palabras que creen que tu grata compañía es insignificante,

Oprimiendo estas,

Cerrando la entrada por donde se asoman y gritan sus opiniones, desesperadas por atención,

Posando mis labios en los tuyos, obligando a tus palabras sofistas a quedarse encerradas.

Pues, en silencio o de cualquier forma, amare tu compañía, más que a mí propia soledad,

Pues allí viviría infinitas lunas, infinitos soles, hasta el fin del inmemorable tiempo.