Recuerden como las arboles crecían y las flores se mecían...
Nunca olviden el cantar de las aves, y los susurros penosos del viento;
Ahora vean, contemplen con melancolía o satisfacción como los arboles caen apuñalados,
Y como las flores son pisoteadas y aplastadas por el cemento.
Asistan a la obra súbita donde el ave cae en picada después de dar su último suspiro.
Sean testigo del cáncer del viento: nubes negras que se extiende a lo largo de sus aposentos e invaden su terreno.
Oh, más no será triste para el mundo.
Pues, si el árbol cae y la flor marchita, y si el viento se extingue y con él las aves mueren, y si la vida perece:
El humano muere de remordimientos, acosado por la verdad.
Y de las calles olvidadas, brota el albor verde de la vida junto con la aurora del sol que disipa las neblinas...
Se impone el árbol ante lo edificios, crecen frutos de los orificios e incluso en lágrimas de júbilo gime la estéril roca.
Las aves cantan,
¡El viento ha vuelto!
Y el mundo vive nuevamente.
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