El viento surge de entre las persianas y crea anarquía en la soberana tranquilidad de las campanillas, que ahora colisionan entre si cual átomos.

¡Y risueñas danzan con el viento, y con cada tintineo su amor prospera...!

Oh, tintinean, tintinean, tintinean las campanillas, exponiendo su amor con sinfonía abstractas, de esquilas solitarias...

Y bailan cual amantes, incitando en choques pasión, como si en roces hicieran el amor; y gimen y gimen de placer, dando inicio a armonías que nadie notaria,

Pues las personas,como murciélagos en cuevas, chocan con cristales y se posan en las piedras.

Oh, tintinean, tintinean, tintinean las campanillas, en melancolía caen, pues el viento ya se ha ido y en suspiros las ha dejado dando vueltas: confundida, afligida; chocando levemente con languidez.

Y poco a poco se duermen los átomos que bailaban al compás...

Y de las ondas melodiosas ha cesado el mar...

Mueren lúgubres los sonidos y retorna la soberana tranquilidad de las campanillas,

Cayendo en su luctuoso silencio hasta reposar cual cadáver colgante, ahogándose en las melodías que calla.

Aquellas canciones que el viento se ha llevado y les otorga a las aves para que, al anunciar la aurora su alzar, puedan desde su sangrante garganta cantar.

Oh, tintinean, tintinean, tintinean las campanillas en melancolía y cual esquilas gritan sus penas...

Oh, cantan, cantan, cantan las avecillas en honor al sol y en agradecimiento al viento:

Huyendo cual ladrón, aclamado como héroe.