Brillas y brillas,

Brindándole compañía a las estrellas,

Dándole esperanza a los desamparados,

Enseñando a amar...

Dando que hablar entre aquellos que de ti aprendieron a amar, a querer, a respetar...

Entre tinieblas y espectros grises y deformados, resplandece tu brillo, pintando a las nubes con tu iris, cual artista sin igual.

Obstruyendo los planes ruines de la oscuridad,

Reflejándote, incluso, en el mar...

Manifestando, mostrándote en los ojos fúnebres de aquel que se ha rendido así nomas.

Y con tu luz lo guías a su hogar y agradecido posa sus ojos en tu brillo único y peculiar, admirándote otra noche más...
Y para ti,

Dama de trémulo fulgor, velo negro y relucientes cristales.

De elegancia indómita, belleza astral...

Ha llegado la hora de partir.
Sin embargo,

Veré como el día cae y la noche retorna.

Y cual caballero de armadura blanca, tu brillo se elevara de entre las montañas,

Se esculpirá en el horizonte hasta plasmar su retrato en las aguas tranquilas del mar.

Cerrando sutilmente los ojos de los que les ha llegado la hora de descansar.

Dormir;

Morir.

O despertar, y verte brillar en el altar que le ha brindado la oscuridad.