Capítulo 4 - Empezando una amistad
Capítulo IV
Beatriz
Decidí visitar a Sara, al fin al cabo ella me invitó, además quiero saber la situación de su hermano, ella me dijo que estaba internado, tal vez llevaría algo, algún presente, avisé a Franck sobre mi salida, tomé mi bolso y me dirigí hacia la puerta, para luego salir del edificio.
Ella me dijo que tenía una tienda a unas cuadras del hospital, así que decidí tomar un taxi e ir hasta el lugar.
-Buenas tardes, al hospital Hight Benner- tomando asiento dentro del vehículo.
Al llegar al destino tome mi bolso y me baje.
Empecé a caminar de manera lenta, tomando un poco de aire, durante el camino me surgió una duda, ella aparentaba de mi edad, es decir tendría 17 años, como era posible que tenía un negocio?, tal vez era de su padre, no lo se.
Me encontraba buscando todos los locales cerca para poder divisar uno de discos de vinilo, en pocos minutos lo pude encontrar, pero no podía entrar con las manos vacías, para mi fortuna al frente había una pastelería, decidí comprar unos brownies de entre tantos postres, luego de que el pastelero me los haya dado envuelto de un papel, fui directo a la tienda de vinilo, donde pude encontrar a Sara detrás del mostrador, antes de poder ejecutar el maravilloso encuentro, decidí elegir uno de los discos para comprarlo, para mi alegría, encontré un disco de mi banda favorita, "smells like teen spirit" de Nirvana, tome el disco y me acerque al mostrador.
-Hola, cuánto esta el disco?
-Beatriz!! Pensé que no vendrías- dejando de lado su teléfono celular con el cual estaba concentrada minutos antes de notar mi presencia.
-Si quieres me voy- soltando una carcajada.
-¡¡NOOOO!!- acompañándome en la risa -quieres ir a tomar un café?- dando un brinco sobre el mostrador poniéndose a mi lado.
-Claro, pero... no te causara problemas en el trabajo ¿verdad?- pues... creo que llegue en su horario de trabajo, no veía otra razón por la cual se encontrara detrás de donde la encontré.
-Claro que no, deja le marco a mi tía- mientras pegaba su dispositivo móvil a su oído.
¿Su tía? Estaba equivocada, creo que la tienda era de su tía, de igual manera era de un familiar, así que mis pensamientos no estaban tan erróneos.
Luego de finalizar la llamada se acerco a mi, le entregué los brownies que había traído, ella los guardo y acto seguido me hizo un gesto para poder salir del lugar, ella cerró el negocio, para finalmente ir hasta una cafetería que se encontraba cerca.
Tomamos asiento y pedimos un capuccino cada una, al parecer era la bebida favorita de ambas, además de la banda musical, Nirvana también era la de ella, pues, se emociono al darse cuenta de que disco compraría, ella me lo obsequio, yo negue varias veces pero ella no cambiaba de opinión.
-Ahora si podemos conocernos mejor- río levemente -¿cuántos años tienes? Aparentas de la mia.
-Tengo 17, el 27 de mayo cumplo 18- tomando un poco de mi bebida.
-Yo también!!! Es decir, la edad, no la fecha de cumpleaños- río -yo soy del 9 de febrero, soy mayor que tú!!- soltó una carcajada fuerte.
-Solo por 3 meses... no es para tanto- hace una mueca de desagrado, sin darme cuenta ya me veía riendo junto a ella -por cierto, ¿cómo esta tu hermano?- Toda risa anterior se detiene, con el silencio apoderándose
El aún sigue internado, mi padre esta bajo investigación, mientras tanto mi tía esta encargada de nosotros- menciono con voz temblorosa -pero por eso estoy trabajando, estoy estudiando diseño de moda, quiero tener mi propia boutique y sacar adelante a mi hermano- vaya que era decidida, era impresionante su manera de pensar, sinceramente yo no tenía claro que estudiar, y mucho menos ahora que no tenía el apoyo de mi padre, -ahora cuéntame de ti...
-yo?... pues... sinceramente no tengo claro que hacer, me escapé de casa, mi novio tiene cáncer y vivo en un apartamento en pésimas condiciones- solté una pequeña risa tratando de hacer algo chistoso lo ultimo.
-Ou... lo siento...- mirándome apenada para luego sacar el sobre que la vez pasada noté en el hospital, lo puso sobre la mesa y saco unos cuantos papeles, no podía creer lo que veía, eran hermosos diseños, vaya que tenía mucho talento.
-¡¡¡Están hermosos!!!- chillé de manera que todos volteen a vernos.
-Supongo, gracias...- sonrío levemente.
-Supongo?? No había visto hermosos diseños, ni siquiera en las tiendas, son únicos- dando un golpe en la mesa, ella empezó a reír y yo me uní a esta acción.
Luego de un poco de conversación decidimos regresar a la tienda de su tía, al llegar ella me arrebato el disco de "smells like teen spirit" y lo hizo sonar a todo volumen, yo no sabía que hacer, pues... los vidrios eran transparentes saben? Pero al parecer eso no le importaba en lo absoluto a Sara, empezó a mover su cabeza como loca, todo su rubio cabello se desordeno, dejándola despeinada al completo, ella sujeto de mi mano y empezó a bailar, yo nunca bailaba frente a alguien, más que en el espejo, pero a pesar de haberla conocido recién, supe de inmediato que con ella podía ser yo, sabia que existía confianza, se podría decir que nació una amistad entre nosotras en tan poco tiempo.
De un momento a otro noté que desordenamos la tienda, todos los discos en el suelo y algunas decoraciones destrozadas.
-Nononono, mi tía me va a matar, tengo que arreglar esto ya- sujetando sus cabellos con desesperación.
-Ey! Tranquila, yo te ayudo- y de esta manera empezamos a ordenar, no podía creer lo rápido que terminamos, nunca me había divertido tanto por arreglar.
...
-¿Estás bien?- cuestioné al moribundo cuerpo del pelirrojo que se encontraba tendido en la cama.
-si, no te preocupes por mi- su atención estaba enfocada en un cuaderno en el cual escribía.
-¡¡Ya se acerca tu cumpleaños!!- chillé entusiasmada.
-Es en Noviembre, falta mucho- entre cerré mis ojos para verlo de manera seria.
-Solo un mes- cruzo mis brazos sobre mi pecho para luego aventarme a su lado con esperanza de encontrar su enojo.
El ni se inmutó, estaba muy apagado, de seguro era por la enfermedad, yo no podía hacer nada, más que acompañarlo.
Sara
-Tía, sabes algo de papá?- sentándome para comer.
-Él aún está en el juzgado, tranquila que él no les hará daño, no más, te lo prometo- Se acerca para abrazarme con fuerza y poder sentir su cálido cuerpo contra el mío.
Estaba muy preocupada, tanto por mi hermano como por mi tía, mi padre era un hombre muy violento, y no le importaba nada, pero él cambio desde lo sucedido con mi madre, aún lo quiero, pues... es mi padre, pero debía de aprender que las acciones tienen consecuencias, además, no iba a permitir que lastime de nuevo a mi hermano.
Llevábamos 4 años así, y el dejarlo inconsciente fue la gota que derramó el vaso.
De un momento a otro noté que mi tía tomaba unos documentos, me dio un beso en la frente y fue hasta la puerta.
-Tía, ¿a dónde vas?
-Voy a ver a tu hermano, y dejarle unas cosas al doctor, llegare tarde así que calienta la sopa que está en la estufa- Dándose la media vuelta para luego salir de la casa, cerrando la puerta por su atrás.
A pesar de los problemas algo bueno había ocurrido este año, el conocer a Beatriz fue como ganarme la lotería, no tenía amigas desde... bueno, desde que me aísle de todos, estuve un largo tiempo en el psicólogo, era de esperarse que todas mis "amistades" se alejaran de mi, aunque para ser sincera, yo las alejaba, espero no hacer que Beatriz se valla, ella parece ser muy sincera, con lo poco que la conozco diría que ya es mi mejor amiga.
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