Capítulo IXX

Gustav

Me encontraba corriendo en medio de la carretera, manchado de sangre y una navaja en mano, los autos pasaban y las personas se quedaban mirando, no era algo normal, sabía que a partir de ahora era un prófugo, la policía me iba a perseguir, y debía de huir, tenía que crear mi propia libertad, por detrás empezaron a sonar las sirenas, alguien ya había avisado.

Corrí una larga distancia, hasta que me metí en un callejón abandonado, escondiéndome de aquellos hombres y mujeres que me perseguían, en las sombras vi como las patrullas se alejaban, estaba parcialmente libre, sabía que cualquier movimiento iba a estar bajo vigilancia, hasta el punto de encontrarme y llevarme tras las rejas, había asesinado a alguien, la imagen de aquella escena no abandonaba mi mente, sin embargo, a diferencia de otras personas, su primer asesinato las perturba, las atormenta, pero a mi no, mi sangre estaba llena de justicia, de venganza y de por fin hacer algo en mi vida, darle fin a otra no me daba miedo, me daba ganas de querer seguir haciéndolo, tal vez si tenía esquizofrenia, no lo sé, pero si se que tenía que terminar lo que comencé.

Esta fue la primera pero no ultima vez, todas aquellas personas que me lastimaron, ahora yo las lastimaré, y no iba a detenerme, nada ni nadie lo haría.

Había arruinado la vida de quienes amaba.

Beatriz

—Sara! Estas lista?— cuestione, iba a ir a Cambridge, a darle una sorpresa de cumpleaños a Gustav, se que fue ayer pero mejor tarde que nunca, Sara confirmo mi pregunta y sujeto su bolso, yo repetí este ultimo acto.

Estando cerca de la puerta para poder salir e ir al aeropuerto, esta sonó, alguien tocaba, al abrir un joven de cabello castaño y tez pálida se encontraba parado, vestido con una camisa y una corbata a juego, un saco color negro y otro más largo color beige encima, tenía un porte serio y elegante, metió su mano al bolsillo y saco algo que parecía ser una placa.

—Detective Alex Harrys, del Servicio de Investigación de Crímenes Avanzados, una división especial del F.B.I., ella es mi compañera la detective Katherin Bonlemonn, podemos pasar?— me quede atónita, que hacía el F.B.I. en mi casa? Que estaba sucediendo?, luego de un largo silencio yo acepte su petición, él junto a una dama vestida con una especie de terno y largo cabello negro entraron a la casa.

—Qué se les ofrece?— Sara se acercó y entono con firmeza.

—Esta es la casa del individuo Gustav Ayers Taylor no es así?— la acompañante de aquel señor se dirigió hacia nosotras, mientras él estaba tomando fotos a toda la casa.

—Si... pero él esta estudiando en Harvard...— no entendía la razón por la cual estaban aquí.

—Arriba esta la habitación de su hijo cierto?— el detective se acerco a las escaleras y sin esperar una respuesta mia empezó a subir las escaleras.

—ME PUEDEN DECIR QUE ESTÁN HACIENDO AQUÍ?!!— desesperada ante la situación grité, ambos me miraron y la chica respondió.

—Su hijo acaba de cometer un asesinato contra Roger Bernard, va a ir preso y usted también si no colabora— mi hijo un asesinato?, caí rendida en el sillón y Sara me sujeto, no podía ser esto posible, pero luego de tal noticia el apellido de aquella persona "Bernard" rebotó en mi mente, no era cualquier apellido.

—Es el hijo de Alexandre, sabes lo que significa?— Sara se acerco a mi oreja y susurro.

—No debí de haberle dicho nada...— pero ya era tarde, Gustav no iba a dar marcha atrás.

—ACÁ NO HAY NADA KATHERIN! vámonos— el detective bajo las escaleras y se dirigió a nosotras —ustedes nos acompañan!— ambas nos levantamos y subimos al vehiculo policial, el destino era incierto, pero no era bueno.

Aurora

Nunca había visto tantas patrullas en mi vida, parecía una escena de película, vi como sacaron el cuerpo de Edmund en una camilla, estaba tapado con una manta negra, la universidad estaba cerrada por el momento, nadie podía entrar más que los oficiales del F.B.I.

—Y Gustav?— David susurro en un tono preocupado.

—No lo sé...— en realidad no lo sabía, dije que huyera, a dónde? No tengo idea.

—Señorita Giondo, soy el detective Maurice, usted fue quien encontró el cuerpo?— un anciano alto y delgaso vestido de terno se acerco hasta mi.

—Si..., iba al baño, cuando...

—No me interesa a donde iba o donde estaba, el señor Phillips fue quien vio a Gustav Ayers Taylor salir cubierto de sangre, eso quiere decir que es el asesino, y según tenemos entendido usted es su pareja, eso la convierte en sospechosa de complicidad, por lo tanto nos tendrá que acompañar— me quede helada, no sabia que decir, desde ese momento odie a Phillips.

El detective indico que lo acompañara, hice caso a su petición y lo seguí, me subí a una camioneta negra y nos alejamos del lugar.

Charlotte

El clima era perfecto, el cálido sol entrando por el ventanal, la brisa que corría por mi piel, y el ruido de los pájaros cantando, con Sara de viaje por varios motivos, Aurora estudiando, prácticamente vivía sola, no veía motivo alguno por el cual no sentirme cómoda, fui hasta la cocina para preparar un jugo, pero el sonido de la puerta interrumpió mi camino.

Al abrir una mujer de baja estatura y cabello teñido estaba parada frente a mi, iba a hablar cuando esta se me adelanto.

—Soy la detective Legna Lodge, oficial del Servicio de Investigación de Crímenes Avanzados, una división del F.B.I., usted a tenido contacto reciente con Gustav Ayers, acusado de asesinato, por lo tanto nos acompañará— la sorpresa desagradable que acababa de recibir ocasiono que el vaso de vidrio que tenía en manos cayera al suelo, la detective realizo una seña con su mano, ocasionando que dos hombres entraran y me indicaran que saliera del domicilio, yo obedecí a estos y al salir del edificio una camioneta negra estaba esperando, entre a esta y la detective a continuación, el vehículo avanzo y mi preocupación se agrandó.

Escritor

4 personas las cuales estuvieron con Gustav a lo largo de su vida, personas de relaciones cercanas, personas que marcaron su vida para bien, Beatriz, Sara, Aurora y Charlotte, estaban en el centro de investigación del F.B.I., distintos lugares pero en el mismo tiempo, Gustav no tenía idea de lo sucedido, su única preocupación era sobrevivir, pero para vengar, sobrevivir, para lastimar, y sobrevivir para hacer que sientan lo que él sintió, si quería lograr esto, debía de dar con el paradero de cada uno de ellos, solo queda él y su sed de venganza.