Capítulo 17 - Quieres ser parte de mi vida?
Capítulo XVII
Gustav
No podía creer lo que sentía, las famosas mariposas en el estomago empezaron a hacerse presentes cada que veía a Aury, me estaba empezando a gustar?, no estoy seguro, llevamos meses conviviendo pero no me decidía.
—Gustav! Vámonos que llegaremos tarde de nuevo— David interrumpió mis pensamientos mientras abría la puerta indicando que saliéramos de la habitación de una vez por todas.
—Cuál es la clase?— sujete mis cuadernos cansado.
—Matemática con Phillips— apoyándose en la puerta para hacer un gesto de desesperación.
—Ay! El maestro Mr. Fantastic— no me agradaba del todo pero tampoco me caía mal, me entienden?.
—Sisi el... ahora apurate Antorcha Humana— Burlándose de mis apodos al estilo Marvel.
—YA VOY! desesperado— salimos del cuarto y llegamos al salón, temprano por fortuna.
—Va a llover? Llegaron temprano!— el maestro se empezó a burlar.
Mientras estábamos en clase me puse a pensar en algo que no había prestado atención antes, no tomé mis medicamentos, y no me sentí mal... es más, me encontraba normal, mil dudas surgieron en mi mente y pensamientos "absurdos" pero cabía la posibilidad que sea algo referente a eso.
—Señor Ayers! Esta en el planeta tierra?— la voz de Phillips me despertó de mi imaginación, al ver todo el salón vacío me confundí, había acabado la clase y no preste atención, el tiempo paso rápido cuando me encontraba en otro mundo.
Salí del salón y en los pasillos una chica asiática junto con su pareja me dieron un folleto —Invita a alguien para el baile de las fraternidades el jueves— baile de fraternidades? Que era eso... el jueves? Pero hoy era martes, eso quería decir que sería en dos días.
—GUS!— el grito de Aurora me asusto y ocasiono que gritara, ella empezó a reír y sentí como mi rostro ardió.
—Estas ocupado?— se acerco a mi.
—No... tenemos descanso— con voz burlona.
—Ya sé! Pero pensé que, no se, solo ignorame— sabía que era un decir pero decidí hacerle caso para molestarla, seguí mi camino —ahora? Porque te vas?— sin hacerle caso seguía mi camino, estaba riéndome internamente —TE ESTOY HABLANDO!— se acerco corriendo a mi y me dio un pequeño golpe en mi hombro.
—No dijiste que te ignorara?— solté con un tono sarcástico.
Ella mostro un semblante serio y luego rodo los ojos —bueno ya que no estas ocupado sígueme
Sin reproche alguno hice caso a su petición —a donde me secuestras?— inquirí de manera burlona.
Ella rió sin responder mi pregunta, de un momento inoportuno la imagen de la doctora Abigail sujetandome de manera brusca vino a mi mente, aquellas veces cuando me llevaban a un lugar cerrado para inyectarme cosas raras.
—Gustav! Estas bien?— la voz de Aurora hizo que regresara a la realidad, estábamos frente a la puerta de mi habitación.
—Si... si... que hacemos acá?— mostré un gesto confundido.
—Es que... algo malo paso— qué? No estaba entendiendo nada, sin pensarlo más abrí la puerta de la habitación para ver lo sucedido.
—SORPRESA!!— un grito rebotó las paredes de la habitación.
—Qué? Pero que es esto?— un pastel estaba sobre el escritorio y a su lado los 3M y David.
—Como que qué es esto? Es tu fiesta de cumpleaños baboso— qué? Desde cuando es febrero? Es decir que ya tenía 19? Me había olvidado de mi cumpleaños por completo.
—Gracias... pero como supieron?— si yo no sabía como podía ser posible que ellos si? Los conozco de hace mucho, pero nunca les dije la fecha de mi cumpleaños.
—Aurora nos lo dijo, llevamos planeando esto desde hace una semana— Aurora? Pero como sabía ella?.
—Mi tía me lo dijo, tranquilo no soy espía— ella se adentro a la habitación indicando que la siguiera.
Pasamos un buen rato juntos, comimos pastel y contamos las tristes vidas de cada uno.
...
—Aurora estas ocupada?— me acerque hasta ella para conectar mi mirada con sus ojos verdes.
—Después de planificar tu cumpleaños sorpresa de ayer? No— ella no se detuvo ocasionando que caminara con ella.
—Bien, entonces vámonos— ella mostro un rostro extrañado y yo la sujete llevándola conmigo.
—A donde vamos?— estábamos cerca de llegar cuando ella pregunto eso.
—Ya lo veras— segundos después nos detuvimos en un gran lago, indique que tomara asiento en la banca que se encontraba cerca de este, ella hizo caso y yo me sienté al lado de ella, no era el mejor clima para algunos pero para mi si... se encontraba lloviendo y el cielo estaba nublado, el sol estaba siendo tapado por las nubes, ocasionando que la luz del día sea tenue, sus cabellos rubios se estaban mojando pero a ella no le importaba.
—Qué estamos haciendo aquí?— mientras miraba como las gotas caían en el lago.
—Quería estar a solas contigo...— voltee para presenciar su hermoso y divino perfil.
—Oh...— sus mejilla se tiñeron de rojo, intento ocultarlo pero ya era tarde, ella volteo a verme y nuestras miradas conectaron.
—Estas hermosa
—Ya lo sabía— empezó a reír, era demasiado especial.
Sujete su rostro con una mano, y con la otra su mano, ella me miro y ambos nos acercamos, hasta que un beso nació en aquel día lluvioso, aveces lo que parece ser absurdo para algunos es un tesoro para otros, lo que aparenta ser malo, puede llegar a ser bueno, y lo que parece estar destrozado puede ser la perfección oculta, algunas personas dirán que porque no un atardecer en la playa o una salida en un parque de diversiones? Pues... sinceramente era algo muy común, prefería hacer algo que a pesar de las situaciones sepa que estemos unidos, y así saber que contaba con ella y ella conmigo, saber que la vida no es color fantasía y un cuento de hadas, la vida es sincera y como se ve, y tenemos que aprender de esta, pero aveces sentía que debía de crear mi propia vida, mi propio mundo y mi propio mundo en el que todo aquel que me lastimó pague, para que así nadie vuelva a sentir lo que yo sentí.
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