Capítulo 15 - Un encuentro peculiar
Capítulo XV
Gustav
Los quejidos de una resaca que provenían de David interrumpieron mi sueño.
—Te quieres callar?!— exclamé lanzando una almohada hacia él.
—Cállate y déjame dormir— se cubrió con sus sabanas impidiendo el ingreso de la luz.
Sin hacer caso a este tome mi abrigo y salí al campus, el día de hoy no teníamos clases, supongo que los maestros sabían que todos se iban a emborrachar en la fiesta, y así fue, de hecho, esta fue la primera vez que consumí tanto alcohol.
Al salir al campus note a la mayoría de estudiantes con capuchas y lentes de sol, parecían zombies, pero mi tranquilidad se interrumpió y mi mente se lleno de furia al escuchar la conversación de unos chicos que pasaron a mi lado.
—Seel... oíste de Alexandre Bernard? Es el mejor— voltee repentinamente y lo sujete del cuello de su camiseta, llevándolo hasta la pared, su amigo estaba por detrás intentando detenerme, sin embargo de alguna manera no oía nada más q balbuceos, mi mente se lleno de pensamientos tétricos y lo único ue quería era matar a aquel chico, levante mi puño apuntando a su cara pero llego el maestro Phillips sujetandome y tirandome al piso debido a la resistencia que mostraba.
—Que esta pasando señor Ayers!— mis ojos llenos de rabia notaron la sorpresa que mostro el rostro de aquel chico para luego salir se la escena.
—Nada...— me levante y volví a la habitación.
Al llegar cerré la puerta con fuerza, ocasionando que David se asustará y cayera de la cama de dos pisos, sin embargo mi atención estaba destinada a otro objetivo.
—Ey! Estas bien? Porque yo no, creo que me quede sin columna— sin dirigir mi mirada hacia el robusto de cabello azabache negué con mi cabeza.
Él se levanto y se acerco cojeando —Ey! Que pasa?— sentándose a mi lado.
—Nada... necesito hacer algo— si. decir nada más sujete mi abrigo y nuevamente salí de la habitación, dejando confundido a David.
Estaba en los pasillos de la universidad asegurándose que no haya nadie, al llegar a la oficina del director asome mi cabeza, para mi... suerte? No había nadie, me adentre a esta y busque los archivos escolares, con la única finalidad de saber quien era aquel alumno del campus, pero mi vista se distorcionó, mis pensamientos se entreveraron y todo dejaba de tener sentido, había olvidado de tomar mis pastillas, aquellas que me hacían sentir "normal", para mi fortuna las traía conmigo, tomé una y serví un vaso con agua, todo había vuelto a la normalidad, continúe haciendo por lo que había venido, buscando entre todos los archivos de estudiantes reconociendo sus rostros lo encontré.
Escuché pasos aproximándose, saqué mi teléfono y tomé una foto de esta, salí corriendo de ese lugar y llegue a la habitación exaltado.
—Ahora que hiciste? Ya me entere de la pelea en el campus, agradece que no t expulsaron— David alzó su mirada despegandola del teléfono.
—Obtuve lo que quise— mencione con una sonrisa picara y sacando el celular de mi bolsillo, seleccione la foto y le enseñe a David.
—Qué es eso?— cuestiono incrédulo.
—No ves?— alzando una ceja.
—No...— voltee el teléfono hacia mi y la imagen estaba borrosa, todo el esfuerzo en vano, que absurdo era esto, no tenía sentido, la rabia invadió mi cuerpo.
—Mejor salgamos... te despejará un rato— yo acepte con mi cabeza y salimos, mientras nos encontrábamos caminando cerca de los campos de entrenamientos avisé a David sobre algo que me molestaría.
—No creo que sea buena idea caminar cerca de acá— él me miro y soltó una risa burlona.
—Tienes miedo de que te peguen con una pelota?— empezó a soltar carcajadas.
Ni acto fue ignorarlo, no me encontraba de humor para eso, únicamente pensaba en aquel estudiante al que le deseaba la muerte.
Una pelota de tenis golpeo mi cabeza, voltee lleno de furia, decidido a gritar al responsable de aquello, pero todo eso se desvaneció al notar que la responsable era una chica de cabellos rubios, ojos verdes y un perfil de diosa, era magnifica.
—Aurora Giondo, hermosa no crees?— David susurro.
—Si... digo no, cállate— sentí que mis mejillas se pusieron rojas.
—Perdón, no era mi intensión— su angelical voz la hacía aún más perfecta, era como un personaje de un libro de romance.
—No...no... no te preocupes— a pesar de mis intentos los balbuceos salieron de mi.
—Okey? Me das la pelota porfavor?— su mirada se volvió extrañada, creo que la estaba ahuyentando.
—si... perdón— le di lo pedido y me fui.
—Nunca te había visto de esa manera Ayers...— David susurro.
—Cállate los ojos— tome asiento sin mostrar ningún gesto.
—Qué? En fin... te sientes mejor?— David se sentó frente a mi.
—Eso creo...— hasta que lo vi, nuevamente aquel estudiante queboerturbaba mi tranquilidad —David... quién es él?
—Ah... él es Roger Bernard— mis pensamientos tomaban a tomar sentido, el era el hijo del asesino de mi padre.
—Alexandre Bernard...— complete la oración de David, levantandome del asiento lleno de odio y rencor, hasta que aquella chica se acerco.
—Ey! Quieres tomar algo? Quiero disculparme— a pesar de querer hacer lo peor contra el hijo de aquel asesino acepte.
...
—Me encanta tu nombre— estaba en la cafetería junto con Aurora, me contó que había nacido en Italia, pero su padre murió y regreso a este país con su mamá y su "nonna" como ella la llamaba.
—Gracias... de hecho me pusieron así por la princesa Aurora, de disney, mi segundo nombre es Ella, por la cenicienta, mi madre se enamoro de Disney al conocer a mi padre— empezó a reír y yo me uní a esta.
—Que bonito, yo me llamo Gustav, no se por qué me llamo así— teníamos algunas cosas en común, más el haber crecido sin padres.
Su dulce mirada invadió la mia, aquel brillo de felicidad que mostraba inocencia.
—Y... que estudias?— cuestiono apoyándose en sus brazos sobre la mesa.
—Literatura, y tú?— era tan tierna.
—Medicina, es algo increíble haberte conocido, me caíste muy bien— nuevamente sentí mis mejillas arder, ella empezó a reír —Oye! Vamos a salir con un grupo de personas al cine este domingo, nos acompañas?
—Claro que si, no seré una molestia no?— mostrando una sonrisa nerviosa.
—Claro que no!— empezó a reír.
La presencia de Bernard se volvió a hacer presente, estaba en los pasillos, solo.
—Espérame un momento...— me levante de la mesa y fui hacia él, lo lleve al cuarto de limpieza y lo sujete del cuello, apretando de este contra la pared.
—QUE QUIERES DE MI!!— sus manos arañaban mi bazo con el cual sujetaba su cuello.
—Venganza...— su rostro de aquel chico se puso morado.
—Gustav...— Aurora entró al cuarto presenciando aquella escena —sueltalo... no vale la pena
—No sabes lo que hay detrás de esto Aurora!— exclamé.
—Si que lo sé... créeme, Bea no quiere esto para ti...— cómo sabia el nombre de mi madre? No le había dicho nada.
—Cómo sabes eso?— solté un golpe con destino a Roger dejándolo inconsciente.
—Te presentaré a alguien...— Aurora sujetó mi mano, llevándome con ella.
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