Cuando desperté ya no estabas,
el silencio era muy deprimente.
Quise buscarte y así lo hice,
mas no pude hallar ni tu sonrisa.
Te alejaste sin dejar señas
solo tus huellas en mi memoria
solo tu aroma en mis recuerdos
aquel dolor tan inmenso haciendo sombra.
El tiempo pasaba lento;
cada segundo era un recuerdo,
los días tormentos,
estaba sedienta en un desierto.
Alcé la mirada a las nubes
en la forma de una te inventé,
buscaba tu figura en la penumbra,
buscaba hallar paz no tortura.
¡Vaya linaje de perfección!,
no era más que tu camuflaje.
Tan grandioso corazón,
no fue más que el equipaje de tu magnífica actuación.
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