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5: Yo soy Quanxi.

"全希...我的女孩...一切都會好起來的"

Esas eran las palabras que recordaba Quanxi cada mañana de su vida. Memorias del pasado que intentaba quemar pero que seguían ahí en forma de cenizas o restos chamuscados, mostrándole un resumen de lo que fue antes su vida y lo que es ahora. Todo se resume en 1989, la edad que tenía ella a los 14 años siendo la mayor de sus dos hermanas.

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China, en un pueblo cerca de la capital Pekín (1989).

Nuestra vista se centra en una chica adolescente que vivía en un pueblo algo grande en el cual siempre estaba animado. Sabía valerse por si misma y también vivía con su familia de forma tranquila. Sus padres tenían plantaciones de cosechas de arroz en los que toda la familia se aseguraba de ayudar siendo Quanxi la que más aportaba en cuanto asistir a sus padres se trataba, no eran ricos pero tampoco pobres, simplemente se sabían sostener en cuanto a tema económico hablamos.
La albina no tenía una vida social de la más grande pero tampoco le importaba, era apática con el tema de hacer amigos, siendo así una chica no muy social entre sus compañeras de escuela, mientras que para sus compañeros era la intimidación y amor imposible de muchos que querían invitarla a salir pero que temían al rechazo debido a su actitud fría y cortante.

Sus padres le decían que de vez en cuando intenté sonreír con las personas y no solo con ellos ya que temían a qué no se pudiera casar en algún futuro. Aunque le importo a medias, ella no le interesaba mucho los chicos como tal, puede que en algún momento lo pensó pero eso para ella significaba una perdida de tiempo, al único hombre que quería y era tierno es ni más ni menos que a su padre a quien lo quería con todo su corazón, en cuántos su madre, para ella era un modelo a seguir el cual cada día queria ser como ella.

Quanxi mostraba un lado tierno y amoroso con su familia a qué con la gente de afuera, al punto de que reía y bromeaba con ellos. Mientras con los de afuera era apática y sería.

Así es, la vida de Quanxi era de lo más normal y tranquila, y para ella eso era lo que más aclamaba teniendo en cuenta que últimamente rumores de otro pueblo contaban con una infestacion de demonios.

Pero...

A la vida le gustaba arruinar aquellos momentos de felicidad que no molestaban a nadie...

Fue en una tarde de septiembre dónde Quanxi iba con sus hermanas en dirección a su casa después de salir de la escuela... Vieron a una multitud de gente reunida que murmuraban a voz de pajaro cosa que les dió curiosidad a sus dos hermanas y fueron a ver de qué trataba, la mayor no tuvo de otra que seguirles para cuidarlas.
Trataba del jefe del pueblo que informaba sobre que soldados enemigos de Vietnam entraron en sus fronteras y que empezaban a arrasar con los pueblos, cosa que asustó a los que vivían allí.

Después de ver eso, el trío de hermanas volvía con tranquilidad a su casa con una que otras incógnitas en su cabeza...

- Oye, Quanxi... - Dijo la menor.

- ¿Qué sucede? - Respondió está.

- ¿Aún seguimos en guerra...? - Preguntó.

- Hmmm si. - Respondió nuevamente mientras miraba al frente y caminaba con tranquilidad.

- ¿Y no te da miedo que hombres malos vengan a nuestro pueblo? - Preguntó nuevamente a la mayor.

La hermana del medio que estaba a la par de Quanxi escucho con atención al igual que la menor.

- ¿Y tú tienes miedo Qling? - Le pregunto la mayor a la menor...

Está miro al suelo y asintio con vergüenza.

Quanxi se detuvo y se agachó para así tomar de los hombros a su hermanita.

- Escucha, no tienes porque temer, recuerda que tener miedo hace que los demonios se pongan más fuertes y eso sí es bastante malo... Además, esos hombres malos no vendrán aquí, de seguro pasarán de este pueblo e irán a otro lado... -

- ¿Tu crees? - Preguntó la hermana de enmedio con duda que estaba detrás de Quanxi.

- Claro y teniendo en cuenta que nuestra casa está algo alejada del pueblo, no nos va a pasar nada... ¿Qué? ¿Tienes miedo también Ming? - Dijo está.

- ¡Claro que no! Pfft, ¿quién crees que soy? ¿Qling? -

- ¡Oye! -

Quanxi sonrió y alboroto el cabello de Ming y acaricio la mejilla de Qling.

- Ya, vámonos, está oscureciendo... - Dijo la mayor.

Y así avanzaron tranquilas hasta llegar a su casa, eso hasta que vieron como su padre ponía en un bolso la ropa de todos y los ponía en una carreta mientras que su madre se encargaba de guardar las pertenencias importantes de la casa, cosa que las dejo raras a las tres hermanas.

- ¡Papi, papi! ¿Qué sucede? - Dijo la mejor abrazando a su padre.

- Quanxi... -

- ¿Si? ¿Qué está pasando? -

- No hay tiempo para explicar, ayuda a tu madre a recoger las cosas y subanse a la carreta, pero rápido... - Dijo el padre de Quanxi.

- Aghhh, y yo justo que venía con hambre... - Dijo la de enmedio, Ming.

Al obedecer las órdenes de sus padres, se subieron al carruaje y empezaron a abandonar lo que seria su hogar para partir a quien sabe dónde... Quanxi se encontraba confundida, Ming curiosa y Qling algo nerviosa por haber dejado su hogar atrás así como así.

Quanxi al ver a su padre manejando el carruaje con seriedad, decide ir a hablar junto a él mientras su madre iba junto a sus hermanas...

- Papá... -

- Quanxi, cariño... ¿Qué pasa? -

- Eso debería preguntar yo a ustedes. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Acaso se trata de los soldados o guerrilleros? - Preguntó está.

Su padre hizo una seña de que haga silencio mirando a sus dos hijas para así pedirle a Quanxi que se siente junto a él en el carruaje. El atardecer empezaba a ser más intenso con su mieloso color y se podía ver humo proviniendo de atrás.

- Mira hija... El alcalde del pueblo nos dijo con antelación lo que está sucediendo en otros pueblos... Nuestro pueblo vecino fue calcinado hasta las cenizas y varios perdieron la vida ahí y otros son prisioneros la cual de seguro la pasan peor... Cómo nuestro pueblo es grande se centrarán ni más ni menos que en la productora de alimentos que más aporta al pueblo... Nosotros... -

La albina mayor escuchaba todo esto con atención... Mientras una gota de sudor frio empezaba a caer de su rostro... Miro al cielo al ver cómo el denso humo empezaba a cubrir ese cielo naranja del atardecer y empezó a tener aún más pesar sin importar ser la mayor.

- Con esto dicho... - El padre de Quanxi miro a esta y con una cara melancólica que jamás había mostrado a su familia hablo... - Quiero que cuides de tus hermanas sin importar que... - Regalandole una falsa pero dulce sonrisa...

La chica trago duro ante esto y asintio, siendo para ella, la aterradora peticion de su padre.
Volteo para ver a su madre quien miraba serenamente el camino atrás de la carreta con sus dos hijas dormidas en su regazo... Ella dejó a su padre para así ir a hablar con su madre.

- Entonces... ¿Sabes a dónde vamos? - Preguntó la albina.

Su madre quien tenía el mismo color de cabello que su hija respondió:

- Iremos a la capital, Pekín, allí es más seguro y mucha gente se refugia ahí... - Hablo mientras acariciaba el pelo de Qling.

- No pareces asustada... - Menciono Quanxi.

- Lo estoy cariño... Creeme que lo estoy... Pero debo mantener la compostura y parecer siempre indiferente. Tu padre, apesar de verse fuerte, aunque no lo parezca es un hombre sensible y ahora que tiene tres hijas, de todos nosotros es el que más miedo tiene aquí... Es por eso que tengo que parecer tranquila para está situación, poder consolarlo y decirle que todo está bien... - Le explico a la mayor.

- Él... No parece demostrarlo... - Dijo viendo a su padre.

- Claro que no, es tu padre y es un hombre, nunca va a demostrarlo frente a ustedes porque quieren que sepan que están seguras... Somos sus padres y tenemos que hacerles sentir seguros y a salvos. -

- ¿Y él te cuenta de sus problemas...? -

- Así es... Uff, aveces es cansador todo los problemas y agobios que me cuenta... Hahaha -

Quanxi y su madre rieron juntas mientras las niñas empezaban a sonreír apesar de estar durmiendo.

Su padre no pudo evitar dar una sonrisa ante escuchar las dulces voces de las personas a quienes más amaba.

- 全希...我的女孩...一切都會好起來的 - Dijo su madre...

- 我知道,我不傻... - Respondió sonriéndole.

Después de un momento de silencio su madre nuevamente le hablo para decirle algo que tal vez la dejaría con un sentimiento de lejanía hacia lo que seria su futuro...

- Quanxi... Algún día tendrás que escuchar las penas de alguien, consolarlo y hacerle saber que todo va a estar bien, apesar de que eso no sea cierto... Dale esperanzas y verás como sus fuerzas se vuelven de nuevo a él... -

- Hmmm... - Ella miro a sus hermanas. - Desearía ser como tú algún día... - Dijo está mirando abajo.

- No, tienes que ser mejor que yo. Eres una niña tan especial... Eres tan hábil y capaz siendo tan solo una jovencita que de seguro que el día de mañana, cualquier persona a tu lado será afortunada el día que te cases... - Dijo está acariciando la mejilla de su hija...

- ¿Y como lo sabré? ¿Cómo sabré que me volví mejor? -

- Eso solo el tiempo lo decidirá querida... - Decía mientras ya se oscurecia todo...

La luna iluminaba con su luz resplandeciente lo que podía, el silencio hizo presencia y las mujeres de la carreta se encontraban tranquilas pensando cuando llegaran a su destino... Un destino ya inalcanzable...

*PUM*

Fue el ruido que escucharon cerca, las niñas se levantaron aún somnolientas viendo a su alrededor y las mayores empezaron a hacer lo mismo pero con peligro.

- ¡¿Querido escuchaste eso?! - Le pregunto a su esposo...

El hombre que conducía la carreta no dijo nada... Solo gemía...

- ¿Querido...? - Dijo la mujer acercándose a su marido quien seguia conduciendo la carreta y no respondió.

En eso, antes de que la mujer tocase a su prometido este cayó del carruaje adolorido con una herida de bala en su pecho.
Las niñas asustadas aún en el carruaje veían a su padre en el suelo agonizando mientras la sangre salía.

Quanxi escucho pasos a los costados ocultos en los árboles y exclamo:

- ¡MAMÁ CUIDADO! -

Y en eso varios disparos impactaron en el carruaje rozando a los individuos y haciendo que el caballo se suelte de la carreta.

Quanxi quien cubría a sus hermanas levantó poco a poco la vista para así ver a un hombre con un rifle en el carruaje mirándola desde abajo. El desconocido la agarro del cabello y empezó a llevarla fuera del carruaje solo para recibir un puño de Quanxi que impacto en su abdomen.

Este adolorido se agarro del dolor de estómago que le causó la albina solo para enojarse y tomarla del cabello con más fuerza y golpearla en el rostro para tumbarla en el suelo. Al darse cuenta, la chica vio a múltiples hombres con uniformes militares y armas en sus manos quienes apuntaban a sus padres que estaban también contenidos en el suelo junto a las niñas que lloraban con miedo.

- Vaya, así que habían unos malditos asquerosos tratando de escapar... - Dijo uno de los soldados, su chino no era tan bueno cosa que Quanxi descubrió que era vietnamitas...

- ¡Oigan miren! ¡Tienen cosas muy buenas aquí, inclusive mucha comida! - Dijo otro soldado que saqueaba el carruaje.

- Bueno, nos ganamos la lotería almenos... - Respondió otro...

Quanxi estaba perpleja, muda y asustada por la situación, veía a su familia en el suelo mientras siendo apuntados con un arma y con su padre herido de gravedad. En situaciones como esta se trataría desesperadamente de pedir ayuda pero dada las circunstancias, cualquier intento de salvarse era muerte absoluta.

Su padre entre gemidos de dolor y desesperación hablo:

- ¡B- Bien, ustedes pueden tener nuestro carruaje de comida y pertenencias, pero déjenos a mi y mi familia por favor! - Hablo el hombre de la familia.

Recibió un culatazo del arma de uno de los soldados que le decían en vietnamita que se calle.

- Vaya bellezas hay aquí ¿No lo creen chicos? Supongo que este país de mierda puede tener sus cosas buenas... - Dijo el hombre quien tomaba el menton de Quanxi lo levantaba en contra de su voluntad.

- ¡DEJEN EN PAZ A MI FAMILIA USTEDES DESGRACI- - Recibió Quanxi otro golpe en el rostro del soldado.

- Vaya, para ser una mujer aguantas bien los golpes ¿No lo creen muchachos? ¡Hahahaha! - Dijo riéndose mientras la chica escupía la sangre acumulada en su boca...

- ¡NO LASTIMEN A MI HIJA! ¡SUELTENLA MALDITA SEA! - Grito el padre de Quanxi.

- ¡Wuuuu! ¡Miren, parece que papá se enojo! ¡Hahahaha! - Dijo el hombre mientras sacaba un cigarro y empezaba a fumar. - Bueno, mis hombres están mis estresados hoy por los gritos amarillentos de ustedes... Así que dime señor papá... ¿A cual de estas mujeres aquí debemos usar? - Decia mientras sacaba todo el humo de su boca frente a la cara del padre de Quanxi.

- ¡YA TIENEN LO QUE QUIEREN! ¡¿QUÉ MÁS QUIER-?! -

- Yo... -

Fue la voz que interrumpió al hombre de familia y también la que se escuchó por todos.

Una voz tan gentil, dolida pero firme fue tan sonora para los presentes...

- ¿Disculpa? - Preguntó el soldado acercándose a la madre de Quanxi.

- Yo ofrezco todo de mi para todos ustedes si prometen dejar a mi familia irse... - Dijo sería...

- ¿Eh...? No... ¡E- Ella no sabe lo que dice! ¡No sabe! ¡NO HAGAN NADA! - Exclamó el esposo.

- ¡CALLATE DE UNA PUTA VEZ! - Otro soldado lo golpeó en la cabeza nuevamente dejándolo en el suelo...

- Hmmm vaya... ¿Te ofreces...? Debo admitir que tienes un buen cuerpo... Es muy tentador... - Dijo acariciando de forma siniestra la mejilla de la mujer casada. - Pero no sería divertido... Además de que no me gustaría hacerlo con una vieja usada - Dijo levantando la mano y bajando la de golpe...

- ¿Eh...? - Dijo consternada la mujer por lo que acabo de escuchar.

Los rifles que apuntaban a la cabeza de los padres de la albina sonaron para así ver los cuerpos sin vida de estos... Sin por lo menos dejarlos despedirse... Sin siquiera un mísero lamento de ellos a sus hijos... Estos murieron mientras los demás se reían...

- ¡MAMI! ¡MAMI! ¡MI MAMÁ! ¡MI PAPI! ¡PAPI! *Llanto* - Entre lloriqueos y gritos mencionaba Qling, la menor de todas.

- ¡NO! ¡SUELTENME! ¡LIBERENOS YA! - Decía la hermana del medio, Ming, con total desesperación.

Mientras que Quanxi...
Ella estaba en completo shock, boquiabierta con sus ojos tan abiertos como quien sabe que, sin capacidad de articular una sola palabra...
Su cuerpo se tenso a más no poder y en ataque de irá y adrenalina se libro de uno de los soldados que la tenía y lo golpeó, empezó a golpear sin parar mientras era visto por los otros soldados y sus hermanas que veían como su hermana mayor se volvía loca de irá... Pero no fue suficiente para detenerlos a todos...

Fue tomada y con el arma de fuego la noquearon dejándola inconsciente...

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- Ngh... ¿Hm...? ¿Dónde... Estoy...? - Despertaba lentamente de su estado inconsciente viendo a su alrededor algo mareada...

Se encontraba en una celda de bambú en un lugar lleno de fango y cuerpos empalados que se quemaban dando un olor a quemado, perros que ladraban con ferocidad y risas como también bromas que se escuchaban de tal vez sus raptores...

A su mente le vinieron los recuerdos de sus padres siendo disparados por aquellos sujetos sin empatía que se reían de su desgracia.

Quanxi se recompuso rápidamente y vio a su alrededor para buscar a sus hermanas, desesperadamente las buscaba hasta que en el suelo a centímetros de ella vio a su hermana... Ming...

Estaba tirada en el barro del suelo en posición fetal totalmente desnuda, con heridas de rasguños y moretones tanto en su cara como en todo su cuerpo, lágrimas saliendo de sus ojos y su cuerpo temblaba mientras se escuchaban sus sollozos.

- M- Ming... ¿Qué p- paso? ¡¿Dónde está Qling?! -

La del medio no respondía, solo lloraba en el suelo sin consolación.

- ¡Ming! ¡Por favor dime algo! - Exclamó su hermana mayor poniendose de rodillas y moviendo a su hermana.

Escucho nuevamente las risas y en ello un pequeño grito ahogado que venía del grupo de militantes reunidos. Al visualizar bien... Se trataba de su hermana menor, Qling, siendo golpeada de aquí para allá, apenas se levantaba y recibía una patada en su cuerpo para después ser tomada del cabello y golpeada en el rostro.

- ¡QLING! ¡DEJENLA! - Dijo agarrando los barrotes de aquella jaula de bambú tratando de romperlos... Aunque era inútil...

Su hermanita que reconoció aquella voz, se levantó debilmente y cojeando fue para su hermana.

- ¡Q- Quanxi...! - Dijo acercándose a la jaula.

- ¡No pasa nada! ¡Estaremos bien! ¡¿Ok?! - Dijo tomando sus manos con desesperación y con pequeñas gotas cristalinas saliendo de sus ojos - ¡Trataré de liberarnos, sol-! - Fue interrumpida ante la presencia de uno de los soldados que la secuestraron.

Este tomo del cabello nuevamente a Qling, la menor, y le apunto con una pistola en su cabeza, su hermana mayor entre gritos de rabia saco sus manos de la jaula intentando alcanzar a su hermana de aquella escoria sin empatía que sonreía al ver el comportamiento de esta.

- Parece que la quieres mucho... ¿Sabes? Mis chicos la golpeamos incontables veces mientras estabas inconsciente y apesar de eso no dejaba de llamar por tus padres y por tí... Se nota que te aprecia... - Dijo lamiendo la cara de la niña.

- ¡Déjala maldito! - Exclamaba está con furia.

El soldado rio mientras que la pequeña lloraba... El la miro de forma maliciosa y dijo:

- ¿La quieres...? Está bien, son hermanas de todas formas. Vamos pequeña ve con ella... - Dijo soltandola.

Qling miro al hombre lentamente y volteo con una pequeña sonrisa para ir con su hermana y abrazarla.

Quanxi la tomo en sus brazos y la abrazo con fuerza y pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos... Eso hasta que se escuchó un ruido de disparo que alteró a las tres hermanas...

La mayor miro con impresión al vietnamita que tenía el arma apuntando a ellas, al sentir que su hermana estaba inerte la apartó aún sosteniendola en brazos y vio como está tenía un agujero en la cabeza debido a la bala que traspaso su cráneo.

- Ah... ¡Ah...! ¡AHHHHHHHHHHH! ¡AHHHHHHHHHHHHHHH! - Dijo llorando viendo el cuerpo inmóvil de su hermanita.

Desde que somos conscientes de nosotros mismos a temprana edad, nos hacen saber del concepto de la muerte, las razones y el porque. Si bien en algún momento de nuestra vida hemos presenciado e inclusive provocado está, ya se trate de una hormiga o de un ave, y tal vez hemos tenido una pequeña pisca de tristeza con una mezcla de curiosidad. También somos conscientes de que también podemos conocer a la muerte lo cual hace que el miedo en nuestro interior se profundice más... Pero cuando se trata de alguien o algo con lo que has convivido gran parte de tu vida, el hecho de saber que esa persona a la que le tienes un gran afecto algún día puede partir a mejor vida solo trae un gran sentimiento de agobio, melancolía y también terror a que ese momento llegue... Pero saberlo era muy diferente a verlo con tus propios ojos frente a tí como la vida se va de su cuerpo...

Ese era el caso de Quanxi en el cual era el peor al saber la forma brutal y despiadada en qué murió su hermana...

- ¡QLING RESPONDE POR FAVOR! -

Puedes ser la persona más sensible...

O puedes ser la persona más fría también...

- ¡POR FAVOR LEVANTATE! -

Pero quieras o no, la muerte de alguien que quisiste en toda tu vida te dolerá aún quieras hacerte el fuerte y contener tus lágrimas...

Quanxi recibió un golpe en su rostro nuevamente para así callarse. El sujeto levantó el cuerpo inerte de lo que alguna vez fue su hermanita y lo lanzó a la jauría de perros que con rabia empezaron a morder y tragar los trozos que desgarraban con sus dientes del pequeño cuerpo de ella.

Ming miraba con terror y se cubría la cabeza entre lágrimas mientras que Quanxi se aferraba a la jaula con su brazo afuera gritando el nombre de su hermana que era comido poco a poco por los perros hambrientos.

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Y así transcurrían los días de Quanxi y su hermana ahora menor, Ming, sufrimiento inacabable, en dónde las dos eran violadas y golpeadas cada día y momento que sus raptores querían, una mañana era una herida nueva que se encontraban en sus cuerpos y otra herida que se grababan en sus mentes, sobras de comida en dónde Quanxi le suministraba más a su hermana apesar de que está otra se negaba a comer debido a los constantes traumas y miedos que tenía de aquellos monstruos que le quitaron su felicidad.

Pasaron aproximadamente 30 días en los cuales estás sobrevivían y eran usadas de forma perversa, días en los cuales las ganas de morir aumentaban con cada segundo que Quanxi y su hermana pasaban ahi, dónde eran testigos de como sus secuestradores milicos torturaban, mataban, empalaban, quemaban, desmembraban, destripaban y tiraban partes de otras personas a los perros que parecían más animales salvajes que mascotas.
Claro, apesar de ser testigo de su propio infierno, Quanxi no sé rendía aún, apesar de cada día perder fuerzas, ella ideaba un plan que las dejaría libre a ella y su ahora única familia, Ming. Paso días observando, robando pequeños recursos y esperando el momento perfecto en el cual ella podría escapar...

Y así, cómo si ya lo hubiera previsto... Sucedió.

Uno de los soldados se había dormido junto a la jaula de bambú en dónde el cuchillo de este salía del bolsillo. Aprovechando esto agarro lentamente la filosa arma y corto la soga que cerraba la jaula, una alegría aliviante se presentó en su rostro, la esperanza de por fin ser libre y vivir una vez más sin necesidad de ser usada y lastimada surgía de vuelta, una oportunidad de poder vivir junto a su hermana una vida aunque difícil, tal vez feliz.

Fue hacia la menor que estaba acostada y la movió y hablo entre susurros para que se despierte:

- [¡Ming, Ming! ¡Lo hice, podemos salir de aquí! ¡Vámonos!] - Exclamaba feliz.

Su hermana no se movía... Quanxi la siguió moviendo.

- [¡Vamos! ¡Deja de dormir! ¡Podrás dormir todo lo que quieras cuando escapemos y vayamos a la capital!] - La movía...

Pero aún no había respuesta...

- ( ¿Ming...? ) - Pensó en el nombre de su hermana con incógnita por su raro comportamiento...

Tal vez tenía el sueño pesado de tanto que paso por el hambre, la sed y falta de sueño.
Decidió optar por levantarla ella misma... Pero solo se le grabo la imagen que la dejaría en otro de los momentos más desgarradores de su vida.

Quanxi al levantar a su hermana, vio que del cuello de esta salía sangre y en su mano tenía un trozo afilado de hueso que tal vez tomo a escondidas dando en confirmación que su hermana se suicidó.

La albina tenía la cara de haber presenciado lo más desgarrador de su vida, apesar de no gritar o sollozar, lágrimas caían de su rostro que caían sobre el cuerpo de su hermana. En ese momento todas las imágenes de aquellos momentos cálidos y felices que había pasado con su familia empezaban a pasar por su mente, rápido, rápido y más rápido hasta llegar donde ahora que veía el cuerpo de su hermana sin vida y recordaba como termino el resto de su familia...

El brillo de sus ojos se fue desvaneciendo y su cuerpo perdió la motivación que tenía alguna de escapar... Ella cerró la jaula que había liberado, puso el cuchillo devuelta a su lugar y con el cuerpo de su hermana en sus brazos, fue a la esquina de la jaula y sento abrazada con ella esperando a que algo pase...

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- ¡¿Qué mierda es ese olor?! ¡Puta madre! - Dijo el milico vietnamita, mismo que mató a su hermana menor.

Al ver de qué se trataba, vio que era Quanxi con el cuerpo de su hermana que ya se estaba descomponiendo al punto de que las moscas pasaban a su alrededor y la sangre de era del cuello era de color negra como la brea. El soldado vio esto con asco y llamo al guardia de la jaula.

- ¡Oye puto imbécil! ¡Ven aquí! -

- ¡Señor aquí estoy! -

- ¡Dime!: ¡¿Por qué mierda no vigilaste a estás perras?! ¡Ahora una se murió y la otra está loca de remate! -

- Señor... Intente apartar el cuerpo de ella pero... Se aferraba a esta y yo... Simplemente no pude... Me dió lastima y me dolía verlas a las dos así... O a ella... -

- ¿Sentiste lastima...? -

- Si señor... -

- ¿Cuántos años tienes? -

- 16 señor... -

- Ya, eres un niño aún, tu corazón aún es blando y noble... Ven aquí y dame un abrazo ¿Ok? -

El joven se acercó al líder y lo abrazo...

- Está será la última vez que me faltes el respeto... -

- ¿Eh? -

El hombre que tenía al joven lo golpeó y tumbó al suelo para así apuntarle con el arma, el chico vio a Quanxi sin expresión alguno y susurro: "Lo siento..." Para así ser disparados 16 veces...

- ¡¿VEN?! ¡ESTO ES LO QUE PASA! ¡ESTO ES LO QUE PASA POR UN CARAJO! ¡ÉL SOLO TENÍA UNA COSA QUE HACER Y NO LO HIZO! ¡SINTIÓ PIEDAD POR EL ENEMIGO Y NO PUDO APARTAR EL PUTO CUERPO PUTREFACTO DE ESA PERRA! ¡Y AHORA ESTA AHI, EN EL BARRO, MUERTO COMO UN CERDO! ¡QUIERO QUE TODOS LO TENGAN EN CUENTA! - Dijo para así patear el cadáver.

Con fuerza tomo el cadáver de Ming de las manos de Quanxi que se negaba a cederlo y después lo lanzó al fuego.


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Una noche de luna llena se alzaba en el cielo y en ello se escuchó las risas y murmullos de los milicos que disfrutaban sin desdicha de su noche. Quanxi estaba tirada, sin mostrar signos de voluntad alguna, parecía estar sin vida allí como una muñeca con la cual jugar y maltratar.

Tal vez sería otra noche en la cual se negaría a comer para así esperar su lenta y miserable muerte... Hasta que...

- ¡DEMONIOS! ¡DISPARENLOS A TODOS! -

Se escuchó como las voces y gritos de terror inundaban el campamento, Quanxi volteo sin ganas lentamente para ver como un demonio en forma de escarabajo empezaba a devorar a los soldados vietnamitas de forma grotesca mientras los demás los disparaban y no le hacían daño alguno. Otro demonio que tenía apariencia de tigre con la diferencia que tenía dos colas y cuernos en forma de cabra, colmillos que salían de su boca púas en su espalda con el cual rodaba y empalaban a algunos que otros cuerpos que gritaban, empezaba a desgarrar y desmembrar todo lo que se moviera, parecía hacer duo con el demonio en forma de escarabajo...

En eso... La fiera bestia rompió la jaula y se acercó con hambre a Quanxi quien solo miraba al tigre con total desgana.

- ¿NO PIENSAS GRITAR O HUIR? - Dijo la bestia con una voz gruesa y profunda.

Quanxi solo se le quedó observando sin motivación alguna.

La bestia con furor rugió cerca de su rostro con tal de asustarla... Pero ella no sé inmutó, solamente observaba esperando a que la bestia la devorara de una vez por todas.

Este afiló su mirada y se alejo.

- NO SIENTES NADA DE MIEDO... ES MAS, PARECES ESTAR MUERTA... VEO QUE AQUI FUE DIVERTIDO ¿NO? -

Quanxi solo se mantenía muda...

- COMO SEA... ME CAISTE BIEN MOCOSA. COMO ACTO DE PIEDAD TE DEJARE IR, TOMALO COMO UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD, Y MAS VALE QUE TE VAYAS ANTES DE QUE ME ARREPIENTA, TU OLOR SOLO PROVOCA QUE MI HAMBRE CREZCA... - Dijo para así irse y cazar aún más.

La albina quedó anonada ante la situación apesar de estar muerta por dentro.
Se levantó y salió de la jaula caminando lentamente, allí pudo ver la carnicería que estaba ocurriendo, tanto personas inocentes como también los desgraciados que disfrutaban de la muerte siendo pagados por la misma moneda...

Quanxi miro al cielo estrellado con cenizas yendo hacia arriba pensando en las palabras de aquella bestia.

- ( "Segunda oportunidad..." ) - Dijo en sus adentros para recordar a su familia y luego a su madre...

Vio que había un arma de fuego a sus pies. Era una escopeta recortada, ella tomo el arma y la analizo bien para así irse de allí. Al caminar por unos minutos algo lejos del campamento subió una colina y en eso sintió que alguien tomaba su pie interrumpiendo su caminata...

- ¡TE ATRAPE MIERDECILLA! - Dijo el extraño...

Era el soldado que se encargaba de violarla a ella y a su hermana, aquel soldado que mató a su hermanita menor y dió la orden de matar a sus padres.
Apesar de estar lastimado, tumbó a Quanxi haciéndola caer y revolcarse por la colina.

El soldado cuando cayó junto a Quanxi tomo una piedra y con ella golpeó a la chica en la cabeza, está seguía sin emoción apesar de estar sangrando, empezó a ser golpeada en el rostro pero no mostraba efecto alguno en su expresión.

En eso con las fuerzas que tenía pateó a el sujeto en los testículos y lo apartó para así alejarse. Cuando el sujeto se recompuso, se preparó para embestir nuevamente a Quanxi pero algo lo detuvo... Era un arma frente a su cara, se trataba de la escopeta recortada que Quanxi había tomado. El hombre estático miro a la albina quien con una expresión sin vida, preparaba el arma...

- O- Oye... ¿No piensas usar eso verdad...? - Preguntó nervioso este.

- . . . - Solo apuntaba el arma hacia el rostro del tipo.

- Vamos... ¿P- Podemos arreglarlo, verdad? ¡Eres libre! ¡¿Qué más quieres?! ¡¿Comida, agua, dinero?! ¡Te puedo dar todo eso! - Dijo desesperado... Apesar de no tener todo eso, se aferraba a esa mentira con tal de vivir.

- A mi familia... - Respondió está.

El sujeto desesperado rio mientras lágrimas de terror recorrían su cara...

- Lo siento... Jeje... -

En eso Quanxi jalo el gatillo de la escopeta y reventó la cabeza del responsable de todo su sufrimiento, de aquel que mató y abuso de su familia. No cabía duda que todo lo que seria su cabeza estaba esparcida por el pasto de la colina que habían caído. Sonidos extraños se escuchaban detrás de ella y así vio como el Demonio Escarabajo apareció ante ella... Está apunto el arma y el escarabajo vio el cadáver del soldado para así volverla a mirar... El demonio tomo el cuerpo muerto que lanzaba aún sangre y lo llevo lejos para así empezar a incrustarle huevos que se metían en el cuerpo del maldito. Lo había matado, había matado al responsable de hacer sufrir a muchos pueblos y a su familia, al desgraciado que gozaba de ver morir a su familia. Quanxi subió nuevamente la colina para así ver a la luna resplandeciente dueña de la noche y las estrellas que tintileaban apesar de los gritos muerte que se producía metros lejos de ella.

Cansada Quanxi cae y se revolca nuevamente ya sin fuerzas hasta caer frente a un lago inconsciente, siendo vista por siluetas de sombras que pasaban por ahí...

Al despertar miro a su alrededor para ver que se encontraba en una habitación pequeña y rústica, no lujoso pero tampoco muy humilde, simplemente una habitación normal. Quanxi se levantó del futón del cual estaba acostada y empezó a inspeccionar su entorno para ver que se trataba de una habitación pequeña y adornada, con juguetes de madera pequeños el cual tenían bastante polvo.

La frescura en su cabeza se hizo notar, más específicamente en la nuca, se tocó la cabeza para sentir su cabello e ir bajando dándose cuenta que su cabellera plateada fue cortada teniéndolo corto, al punto de ni llegarle a los hombros.

- S- Soy un chico... Que asco... - Dijo avergonzada.

Sintió una venda en su frente cubierta por lo que tenía de cabello, tal vez puesta ahí por la herida de la roca que impcato en su cabeza, inspecciono su cuerpo para ver que en algunas partes de este estaba vendado.

Abrió la puerta corrediza de la habitación con cautela y miro para todos lados para no ver a nadie... Bajo las escaleras en silencio y en un cofre fue y saco el arma que recogió de ese campamento y tomo algunas cosas de allí con la intención de irse y desaparecer de ahí...

Pero una voz la interrumpió.

- Veo que estás bien... - Una voz masculina y gruesa se escuchó.

Quanxi rápidamente apunto el arma hacia la persona que estaba a sus espaldas con impresión.

El sujeto no se sorprendió ni tampoco puso expresión alguna de susto. Solo se quedó mirando a Quanxi con seriedad quien le apuntaba el arma con dirección a su cabeza. El sujeto suspiro.

- Si vas a dejar de jugar levántate y ven, te tengo que hacer un chequeo, después me vas a contar como terminaste en la orilla del lago. - Dijo dándole la espalda a Quanxi y yéndose a la habitación de arriba.

La peli plateada se encontraba confundida por el actuar tan sereno de aquel desconocido, ella solo miro para todos lados y se levantó con el arma en mano, ya que cualquier cautela nunca es suficiente.
Subió y en la misma habitación en la que despertó, vio a el hombre desconocido que la encontró. Este se encontraba ordenando unos pequeños adornos infantiles al parecer hasta que se giró a ella con normalidad, se acercó a Quanxi y le dijo:

- Bien, siéntate en el futón, y por favor, deja el arma... No te voy a hacer daño... - Dijo sentándose en el suelo a lo que la chica de pelo plateado se sentó pero aún con el arma a mano. - Bien... Supongo que harás los que quieras ¿No? - Dijo fastidiado.

Empezó a revisar las heridas de la albina, lugares en dónde fueron vendados cómo lo eran su espalda, antebrazo, muslos y pies, todo esto resultado de los abusos que recibió en aquel lugar, por último el vendaje de su cabeza que arriba de sus cejas estaba cubierto con una mancha de sangre de la roca que aquel soldado vietnamita le propinó.

- ¿Sabes? He oído rumores de aquellos guerrilleros que habían estado destruyendo pueblo por pueblo cada que avanzaban... Supongo que eres una de las sobrevivientes, los ciudadanos de Pekín fueron a buscar a más sobrevivientes pero estaban todos muertos o calcinados... - Dijo mientras sacaba el vendaje de la cabeza de Quanxi quien miraba con atención al sujeto enfrente suyo.

- ¿Pekín? - Dijo perpleja la chica.

- Si, la capital, en verdad estamos cerca de ella ya que mi casa queda algo alejada de aquella ciudad, no mucho pero lo suficiente para estar tranquilo sin todo el bullicio que pasa allí cada día... - El hombre con algodón y medicina empezó a limpiar la herida de Quanxi quien está no emitía ningún sonido, solo estaba su silencio de lamento y frialdad. - Sabes, cuando te encontramos cerca del lago pensaba en dejarte ahí tirada... Pero mi hija insistió en que te ayude. Dale las gracias a ella cuando puedas... -

Quanxi sin emoción en su voz contesto:

- Solo evitaron lo que necesitaba... - Hablo.

- ...Tsk, no seas malagradecida, no todos merecen morir... - dijo vendando nuevamente la cabeza de la albina y yéndose de la habitación....

Al estar sola, lo único que hacía era mirar el techo sin hacer nada. Salió de la habitación para así ir afuera y encontrar a una chica lavando ropa con una niña en el canasto de su espalda que jugaba con el cabello de la chica, parecía de su edad aproximadamente o tal vez más. La chica de pelo castaño y corto visualizo a Quanxi y se acercó a ella sonriente.

- ¡Hola! ¡Me llamo Yora! -

- Quanxi... -

- Veo que por fin despertaste, ¿Sabes? Mi padre no te tenía mucha fé pero yo si. -

- Ah... -

- ¿Y qué te parece el corte de cabello que tienes? -

- Está horrible... - Dijo la albina sin pelos en la lengua.

- ¡¿Eh?! ¡No seas así! ¡Lo hice yo! - Dijo haciendo pucheros a lo que la niña en su canasto solo reía.

- Ya veo... Lo siento... - Respondió Quanxi.

- No hay problema, aunque aún así me siento mal... Supongo que nunca seré peluquera... - Dijo vencida.

- Por lo que más quieras, no lo hagas... - Replicó la albina.

- ¡Oye! - Dijo enojada por la respuesta de Quanxi.

Está última no pudo evitar reír un poco para percatarse y volver a tener su expresión sería.

- ¡Ha! Eres linda cuando sonríes ¿Sabías? - Dijo la llamada Yora sonriendo.

- Hmm... Tampoco es que importe... - Quanxi miro para otro lado fastidiada, eso hasta que recordó lo que dijo el sujeto que le cambio el vendaje.

Volvió a mirar a la chica para así suspirar y dirigirle la palabra.

- Oye... Gracias por... Salvarme... -

- ¡Oh! ¡No te preocupes por eso! Cuando te, algo en mi se activo y me impulso a querer salvarte y cuidarte. Supongo que es mi sentido de hermana mayor hehe~ - Dijo dándose la vuelta para volver a seguir su quehacer.

- ¿Esa es tu hermana? - Dijo por la niña en el canasto de su espalda.

- Oh, si, te presento a Mina, mi pequeña amiga. ¡Saluda a nuestra invitada Mina! - Dijo a lo que la niña en su espalda saludo a Quanxi. - Si... Ella es mi preciada hermanita... Antes era la mayor de dos niñas... - Dijo algo nostálgica, aún con su sonrisa pero con una mirada melancolica.

- ¿Había otra más...? -

- Así es... Era igual que tú, sería y algo fría pero nunca la dejé de querer... Murió debido a un ataque de un demonio con apariencia de tigre... - Dijo acariciando el pelo de la niña en su canasto. - Mi padre que es doctor cayó en una inmensa tristeza y tuve que encargarme de todo en la casa... Desde ese día no me separó de Mina por nada en el mundo... -

- Lo siento mucho... -

- No te preocupes, no hiciste nada haha. Puedes descansar, hace mucho sol y no es bueno para tu herida. - Dijo sacando una sonrisa cálida.

Quanxi se sonrojo por esto y bajo la mirada algo roja. Se dió la vuelta y fue para dentro para así ir a la habitación en la que despertó y quedarse allí.












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Y así eran los días de Quanxi, en dónde ella se hospedaba en aquella pequeña casa acogedora y compartía con la familia que la salvó. Apesar de que el padre de Yora era estricto, le tenía cariño a Quanxi quien no podía evitar sacar una pequeña sonrisa en los momentos en las que pasaban todos juntos, sonrisa que al momento era borrada por los recuerdos de su familia... Cuando ya estaba recuperada empezó a ayudar en todo a Yora quien le gustaba platicar con Quanxi quien está reía por sus elocuencias y despertaba en su interior un sentimiento oculto...

Todo iba bien apesar de lo que paso meses antes en aquel campamento que sufrió...

- Mi cabello aún no crece... - Decía Quanxi cenando con la familia del doctor.

- Dale tiempo, de seguro es terco como tú y mi padre ¡Haha! - Dijo Yora.

- Ya tenía que haber crecido... Algo me dice que tú tienes algo que ver chica... - Dijo el padre de Yora.

- ¡¿E- Eh?! ¡¿Padre de que me acusa?! -

- ¡Yola pol las noches colta en secleto el cabello de Quanxi! - Dijo la menor, Mina.

- ¡Shhh! ¡Shhhh! ¡Cállate Mina! - Decía Yora tapando la boca de su hermanita.

- Así que tú eres la culpable... - Dijo Quanxi con una mirada aterradora...

- Eso explica los paso por la noche... - Dijo el padre que seguía comiendo.

- E- Emmmm, bueno... Lo admito, soy yo... ¡Pero Quanxi, el pelo de queda muy lindo así de corto! ¡Parecemos hermanas! -

- Me rehusó. - Dijo dándole otro bocado a su comida.

Yora solo hacia pucheros mientras su pequeña hermana reía.

Era de noche y ya todos estaban acostados. En medio de su sueño escucho ruidos provenientes de afuera... Se levantó y abrió la puerta corrediza para encontrarse al padre de Yora frente a ella que estaba por bajar y ver afuera.

- Quanxi... ¿Tu escuchaste eso...? - Dijo serio.

- ¿No es Yora o Mina? - Preguntó tallandose los ojos debido al sueño.

- ¡Papáááá! ¿Qué son esos ruidos? Nos cuesta dormir... - Dijo la castaña de pelo corto con su hermanita en brazos.

El padre de la castaña le pidió a base de señas que haga silencio, está acato la orden y con la niña en brazos fue a su habitación nerviosa.
El padre y también doctor de la familia fue bajando las escaleras seguido de Quanxi quien está a a sus espaldas cosa que él noto.

- [Niña, no hace falta que vengas...] - Dijo susurrando.

- [Vamos, solo siga, es solo precaución...] -

El hombre solo suspiro y bajo lentamente y en silencio las escaleras al igual que Quanxi y se iba acercando a la puerta corrediza principal. Quanxi recordó el baúl en dónde estaba el arma que había encontrado, fue silenciosamente y agarro el arma asegurándose que estuviera cargada y regreso dónde estaba el hombre de familia.

- [¿Por qué tienes eso...?] -

- [Por precaución...] -

El hombre ignoro esto y abrió lentamente la puerta corrediza y fue atrás de su casa para así ver nada...

- Hmm... Supongo que solo era un tanuki... - Dijo el padre ya asegurado de espaldas.

Quanxi asintio solo para ver a las espaldas del hombre como algo de aproximadamente 3 metros se levantaba de la oscuridad y producía los mismos ruidos extraños que Quanxi escucho.

- ¡CUIDADO! - Dijo ella apartando al hombre y apuntando el arma.

Pero para desfortunio de la albina, fue golpeada y lanzada lejos cerca de un tronco donde había un hacha clavada.

La criatura al mostrarse gracias a la luz de la luna por fin se vio su apariencia. Un demonio con cabeza de cienpiés y brazos hechos de estos, torso en dónde había una esfera y en su espalda salían una clase de cienpiés que simulaban ser tentáculos... No hablaba, solo producía ruidos extraños.

- ¡QUANXI! ¡¿ESTAS BIEN?! ¡LEVANTATE Y CORRE CON YORA! - Decía este mientras la criatura se acercaba lentamente extendiendo sus brazos hechos de cienpiés.

Quanxi se recuperaba lentamente de el golpe que recibió, la dejo aturdida pero nada que la dañe de verdad. Al tener la compostura vio que se la criatura empezaba a ponerse aún más agresiva y el doctor se defendía con un palo de bambú que encontró. Estaba indecisa, podía ir a por Yora e irse lejos dejando al hombre a su suerte... O podía intentar luchar contra aquello y morir...
Memorias le llegaban a su cabeza en dónde su familia era masacrada... No podía volver a repetir el mismo patrón.

Agarro el hacha que estaba clavada en el tronco y con su escopeta a mano decidió arremeter contra la criatura.

- ¡¡¡AHHHHHHHH!!! - Gritaba con fiereza Quanxi quien fue corriendo hacia la criatura preparando el hacha lista para atacar.

El Demonio cienpiés atacó a la albina quien esquivo su ataque y seguía corriendo directo a él. Y así Quanxi le dió con el hacha al demonio solo para así preparar otro ataque, el demonio enfurecido intento atacar las piernas de Quanxi pero está saltó y le dió otro ataque con el hacha directamente a la cabeza. El demonio sin aguantar más expandió sus cienpiés y del cuerpo y atacó a Quanxi quien recibió bastante daño... La sangre caía en las partes donde estaba herida.

En eso, cuando el demonio estaba a centímetros de atacarla, Quanxi sin pensar disparo con su escopeta en la pierna de la criatura haciendo que está se destabilize, aún sin saber que paso, no dudo en aprovechar la oportunidad y atacar al demonio al pecho justo en dónde estaba el orbe rojo, haciendo que explote y la sangre salga esparcida a chorros directamente a su cara...

Ella... Habia matado al demonio...

- ¡Papá! ¡Quanxi! ¡¿Están bie-?! ¡OH DIOS MIO! - Dijo viendo el cadáver del demonio y a los dos individuos bañados en sangre. - ¡Papá! ¡Quanxi! ¡¿Qué sucedió?! - Dijo asustada acercándose a los dos.

- ¡Ahora no! ¡Debemos atender a Quanxi rápido! -












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Así pasaron días en dónde Quanxi se hizo famosa en la ciudad por matar al demonio cienpiés, demonio causante de varios asesinatos en la capital Pekín, dónde recibía agradecimientos y ofrendas por su valiente acto, claro que también recibió el agradecimiento de la familia que la cuidaban a ella.

Se encontraban caminando en la ciudad tranquilamente, la albina de pelo corto conversaba con su amiga Yora quien reía por algunos chistes de ella.

- ¡Vaya, mi heroína es bastante agradable, me preguntó si podrá siempre salvarme! - Dijo abrazando a Quanxi.

- Y- Ya, detente hehe... - Dijo Quanxi sonrojada por la cercanía de la castaña.

- Mira, allá está papá, ¡Vamos con él! -

- ¡Está bien, pero no te caigas, tienes a Mina en tu espalda! - Quanxi exclamo a Yora.

Al estar con los presentes, el padre de Yora vio a Quanxi.

- Oh, miren, aquí está la temeraria Quanxi, terror de demonios... - Dijo el doctor, quien sonrió a su nueva hija.

- No soy nada de eso, no me ponga en un pedestal hehe... - Dijo Quanxi sonriendo.

- Aún así nos salvaste Quanxi, y aún te debo mucho... - Dijo el hombre de familia. - Bueno, perdón querida héroe que te moleste pero necesito que vayas a buscar algo en una tienda mientras la niñas y yo nos adelantamos a casa, ¿Puedes hacerlo? -

- Está bien, no hay problema. - Dijo agarrando el papel que le ofreció el doctor y yéndose mientras que la familia hacia lo mismo...

En el camino, la albina escuchó como un vagabundo la llamaba, ella con normalidad se acercó al hombre y este le tomo de la mano bruscamente y le puso algo en la palma para así soltarla...

- ¿Pero qu-...? -

- Ese demonio de mierda mato a mi amigo... Es lo único que tengo para agradecerte... - Dijo el vagabundo.

Quanxi vio sus manos para así ver qué de trataba de un poco de dinero.

- Gracias... Pero creo que usted lo necesita más... -

- Conservalo... Ya no importa... -

Cuando Quanxi asintio y empezó a caminar a la tienda, el vagabundo nuevamente la interrumpio.

- ¿Sabes? Si te volvieras una cazadora de demonios, ganarias mucho dinero acabando con esas plagas... No existe alguien que se atreva a matar a esas cosas salvó tu y además, esas autoridades no sirven de nada... - Decía mientras tomaba de su alcohol.

- No, creo que está mejor así... -

- Está bien, yo te ofrecí la idea. - Dijo tomando nuevamente de su botella.

Quanxi se dió la vuelta y se fue a dónde tenía que ir...

Ya se estaba haciendo de noche y Quanxi volvía al hogar donde se hospedaba solo para sentir un olor desagradable a podrido y sangre... Venía en dirección de la casa...

Quanxi sintiendo un escalofrio en su médula espinal, fue corriendo en dirección a la casa solo para así verla destruida, entro en lo que quedaba de la casa para así ver sangre por todos lados y a Yora tirada al suelo con Mina en sus manos.

Ella fue rápidamente hacia la castaña y la levanto.

- ¡Yora! ¡¿Qué sucedió?! -

- ¿Q- Quanxi...? -

- ¡Aquí estoy Yora! ¡¿Qué ha pasado?! -

- ¡QUANXI! ¡QUANXI! ¡QUANXI! -

- ¿Yora...? -

- ¡VOLVIO, VOLVIO ÉL! -

- ¡¿Quien?! -

- ¡LA BESTIA...! ¡LA MISMA BESTIA QUE...! - Dijo entre pausas desesperada.

Quanxi apartó un poco a Yora para así ver a Mina... Solo para ver su pequeño cuerpo a medio comer...
Nerviosa vio para todos lados para encontrar el cadáver de el padre de Yora con media cabeza comida y su ojo colgando en la cuenca.

- ¡...MATO A MI HERMANA HACE AÑOS! ¡VINO A POR MI FAMILIA Y TIEMPO DESPUES VENDRA A POR MI! - Dijo entre lágrimas.

Quanxi impactada recordando varios traumas que iba superando...

Se rompió...

- ¿Te dijo... Dónde está...? -

- Dijo que te buscaba... Que vayas al santuario abandonado... - Hablo llorando.

- Bien... -

Quanxi dejo a Yora para así cambiarse de ropa, agarrar la escopeta recortada con los pocos cartuchos de munición que le quedaban y el hacha para talar. Cuando se iba preparando para salir, fue detenida por la mano de Yora quien la sostenia con fuerza...

- ¿V- Vas a ir...? -

- Sabes que si... -

- ¿Y si te mata...? -

- Volverá a por nosotras dos si no voy...

- ¿No te puedo convencer de que te quedes verdad...? -

- No... -

- Ya veo... Hehe, lo presentía... - Dijo con la mirada baja.

El silencio entre las dos surgió y en eso Yora agarro con sus dos manos la mano de Quanxi quien estaba estupefacta.

- Entonces... Prométeme, pero prométeme, que lo matarás y vengaras a mi familia... Prométemelo... -

Quanxi agarro con fuerza el hacha y el arma y asintio.

- Lo prometo... -

Así Quanxi fue corriendo hacia el lugar donde debía ir con la noche oscura dando paso a su irá y determinación ardiente que la dominaba en toda su mente. Truenos empezaba a escucharse y al estar en el templo, se escuchó un rugido...

- SABIA QUE VENDRIAS... - Se escuchó en lo oscuro del templo.

Quanxi solo estaba en silencio mientras se adentraba en el templo.

- AL PRINCIPIO PENSE QUE ERA MALA IDEA DEJARTE VIVIR, PERO ALGO EN TUS OJOS ME DECIAN QUE ME DARIAS UN BUEN ESPETACULO, UNO QUE VALIERA LA PENA EN DEJARTE VIVIR... NO POR ALGO CUANDO TE FUISTE, SEGUI TU OLOR Y ESPERE LARGOS MESES HASTA QUE TE VI PELEAR CONTRA AQUEL CIENPIES... ESO SOLO ALIMENTABA MI SED DE SANGRE DE SALTAR HACIA A TI Y DEVORARTE... - Decia con voz rugiente hacia Quanxi quien tenía una mirada despiadada al demonio.

- Entonces... Si me querías a mi... ¿Por qué los mataste...? - Dijo preparandose...

- QUERIA QUE CAPTARAS BIEN EL MENSAJE... FUE NOSTALGICO VER A LA FAMILIA UNIDA OTRA VEZ... - Dijo dando una risa maliciosa.

Quanxi sin perder tiempo disparo la escopeta recortada hacia el Demonio Tigre que rápidamente salto encima de Quanxi esquivando el disparo y rugiendo para ir contra ella.

Quanxi preparo su hacha y esquivo el sarpazo de la bestia para atacarlo después, fallando en el intento. Cuando el tigre atacó nuevamente Quanxi aprovecho y disparo al tigre destabilizandolo cosa que la albina aprovecho y le metió un potente ataque con su hacha que el demonio recibió.

- ¡MIERDA...! ¡SI, ESTO ES LO QUE QUERIA! ¡GRRRAAAA! - Dijo usando los pinchos de su espalda preparado para rodar.

Al empezar el ataque Quanxi salto a la derecha esquivando el ataque que dejó un rastro de destrucción en el suelo, el demonio se dió la vuelta y salto hacia Quanxi pero está le disparo con la escopeta recortada otra vez destabilizandolo nuevamente para así conectar otro ataque.

La pelea siguió y siguió en el momento en que el tigre no podía más, Quanxi cansada y con alguno cortes decidió dar el golpe final... Cuando el tigre con sus últimas fuerzas atacó, Quanxi apunto con el arma y...

*TIC TIC*

- ¡Ah...! - El arma se quedó sin municion cosa que la bestia aprovecho y le metió un sarpazo potente que le abrió el abdomen.

Los órganos de Quanxi salieron de ella dejandola en el suelo arrastrándose...
El demonio aprovecho aquella sangre para así alimentarse y curarse solo para después mirar a Quanxi en el suelo y soltar una carcajada al ver cómo se retorcía de dolor.

- ¿SABES? ¡SIN DUDA VALIÓ LA PENA DEJARTE VIVIR! ¡HACE AÑOS QUE NO TENIA UNA BATALLA ASI DE PELIGROSA, ADMITO QUE CASI MUERO HAHAHA! - Dijo acercándose a la albina. - PERO SE ACABO, Y LO PEOR ES QUE HAS MUERTO POR UN PEQUEÑO DESCUIDO, SI HUBIERAS ESQUIVADO ESE ATAQUE ME PUDISTE HABER MATADO... GRACIAS A ESE DESCUIDO AHORA TU ESTAS MURIENDO Y YO, YA RENOVADO, IRE A LA CIUDAD DE PEKÍN Y MATARE A TODOS LOS CIUDADANOS QUE PUEDA Y LUEGO ME ENCARGARE DE AQUELLA CHICA... ¿YORA? SI, ASI SE LLAMABA... HEHEHE... - Dijo la bestia empezando a irse.

Quanxi en el suelo empezaba a perder las fuerzas tanto de su cuerpo como también de sus párpados, cerrándolos poco a poco... Solo pudo divisar una voz susurrante que lo hablaba... Parecía ser el de una mujer... Una voz parecida a la de su madre...

- ¿你不覺得這樣不公平嗎? (¿No te parece injusto?) -

- (¿Que...?) -

- 儘管你什麼也沒做,卻被判瞭這麼多的痛苦... (Apesar de no haber hecho nada, fuiste sentenciada a tanto dolor...) -


- (Si...) -

- 多虧了他,即使你已經做了你能做的,他也會毫不留情地殺死你的人民... (Y gracias a él, apesar de que hiciste lo que pudiste, va a matar a tu gente sin piedad alguna...) -

- (Así es...) -

- 難道你不希望自己有力量去完成它嗎? 消滅任何阻礙你的人? (¿No te gustaria tener la fuerza para acabarlo? ¿Para acabar a cualquiera que se te interponga?) -

- (Si... Quiero eso...) -

- 然後,用你最後的力量,抓住旁邊惡魔屍體附近的箭,刺進它的眼睛......只有這樣,你才會擁有拯救你的人民所渴望的力量...... (Entonces, con tus ultimas fuerzas, agarra la flecha cerca del cadaver del demonio a lado tuyo y clavatelo en el ojo... Y solo asi tendrás la fuerza que ansias para salvar a tu gente...) -

Quanxi al escuchar eso, hizo lo que aquella voz le ordenó y al sentir lo que parecía una flecha con rapidez se lo clavo en el ojo sin importar el dolor y escucho nuevamente que le dijo:

- 我們的合約已經結束了。(Nuestro contrato a concluido.) -

En ese momento, un estruendo se escuchó en el templo al punto de que parecía haber explotado algo, el humo se empezó a disipar y la bestia que se había dado la vuelta tratando de identificar que fue aquel ruido, pudo ver lo que había liberado...


- VAYA... ¿ASI QUE DECIDISTE TOMAR EL CUERPO DE ESA MOCOSA? DE VERDAD QUE TE AFERRAS A VIVIR AMAS NO PODER, DESPUES DE TODO CUANDO TE ENCONTRE MORIBUNDA ME INTENTASTE MATAR. MENOS MAL ME HICE CARGO... -

- . . . - Aquella persona enfrente de la bestia no respondía, simplemente se mantenía en silencio mirándolo.

- ENTONCES... SUPONGO QUE TENDRE QUE MATARTE DE NUEVO. - Dijo sacando sus garras.

Y al momento en que salto hacia lo que parecía ser Quanxi...














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El amanecer daba su entrada y en un templo abandonado se podía ver a una joven desnuda siendo iluminada por la luz del sol saliente. Se despertó rápidamente para ver a todos lados nerviosa emoción que por alguna razón se fue de ella al momento para así mirar con calma su alrededor. Había sangre esparcida por todos lados, sangre que no era de ella y en un rincón vio el cadáver sin reconocer de lo que era El Demonio Tigre. Se levantó lentamente y se dió cuenta que no podía ver de un lado, se tocó el derecho y de repente recordó todo lo que pasó...

- Hmmm, entonces... Ya no soy normal... - Dijo ella mira si hacía al suelo...

En momentos como esos debería de sentir nerviosismo o tristeza al saber de su estado... Pero en cambio no pudo sentir emoción alguna...
Tapo su ojo con un mechón de su cabello.

Vio que había una bolsa, bolsa lleno de oro en su mano y en eso optó por irse de allí...

Regreso a lo que era la casa del doctor que la acogió viendo así en la entrada a Yora quien estaba preocupada... Ella vio a Quanxi ir desnuda hacia lo que quedaba de la casa y fue hacia a ella preocupada.

- ¡Quanxi! ¡¿Qué ha sucedido?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Por qué estás desnuda?! ¡¿Te hizo algo?! - Dijo revisandola.

Antes de que pudiera seguir, Quanxi la apartó para así mostrar un trozo de piel con sangre, Yora miro esto inaudita y miro a Quanxi con impresión nuevamente.

- Lo hice... Lo mate, su cadáver está en el templo y muy pronto será comida de moscas y gusanos... No aterrorizara a nadie otra vez... - Dijo seriamente.

- Yo... Gracias... -

- Toma... -

- Esto es... ¿Dinero? -

- Si, demasiado, para una vida... -

- Bien... Perfecto, entonces con esto podremos vivir solas y.... -

- No. -

- ¿E- Eh...? -

- Debo irme Yora... -

- No entiendo... -

- No puedo estar aquí... Me he dado cuenta de mi propósito, de la fuerza que tengo... No puedo quedarme estancada aquí por más prometedora y hermosa que es esa vida junto a ti... Debo de irme y hacer lo que se que haré mejor... -

- ¿Y qué seria eso...? -

- Ser una cazadora de demonios... -

- Entiendo... -

Quanxi se dió la vuelta y se fue... Pero no uso evitar escuchar una voz a sus espaldas...

"¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GU-H! ¡GRACIAS!"

Se escuchaba como entre llantos Yora quién estaba de rodillas le agradecía con toda su alma a la peli blanca que se iba a quien sabe dónde, teniendo en cuenta que ya no podía mirar atrás, su vida ahora sería diferente y no podía hacer nada para evitarlo...














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ACTUALIDAD (Japón 1997).

Quanxi se encontraba caminando mientras fumaba su cigarrillo recordando su pasado cuando en eso una voz lo interrumpe...

- Disculpe... ¿Señorita Quanxi, me está escuchando? - Dijo una voz masculina, se trataba de un joven, más joven que Kishibe, tenía el pelo en punta y una cicatriz en su rostro, en su mejilla para se exactos.

- ¿Hm? Discúlpame, estaba en mi mundo... - Dijo Quanxi.

- ¡Oh! ¡No se preocupe! Lamento haberla molestado... - Dijo haciendo una reverencia.

- No te preocupes, mejor cuéntame lo que ibas a decirme... Disculpa... ¿Arai? - Preguntó ella.

- ¡Hirokazu Arai, señorita Quanxi! - Dijo firme.

- Bien, te escucho... -

- Bueno... Me preguntaba en realidad si sabe que demonio buscamos... - Dijo algo avergonzado.

- Se trata del Demonio Zorro, cazadores intentaron acabar con él pero se encontró sus cadaveres en el bosque del santuario Meiji... - Dijo apagando su cigarrillo.

- Entiendo... Vaya, jamás creí que de verdad cazariamos a un demonio... -

- De eso se trata este trabajo ¿No? -

- ¡E- Eh! ¡Si! Pero pensé que en vez de mandarme directamente a una cacería, pensé que nos mandarían a patrullar... -

- Lo normal sería eso, pero últimamente hay más demonios y gracias a la carne del Pistola se hacen mucho más fuertes al punto de acabar con muchos cazadores... La compañía está falto de personal y necesitamos acción inmediata... -

- Ya veo... -

- Dime Arai... ¿Estás aquí por dinero? -

- ¿Eh? Si... Soy del campo y... La granja de mi padre fue devastada por el Pistola y mi papá cayó en deudas y mi mamá se volvió una alcohólica, la ayudaba cuando venía a casa borracha mientras que mi padre buscaba trabajo y estaba decidido a ir al extranjero a buscar algo... Así que le insistí en que me dejara trabajar y él acepto... -

- Ok Arai, pero solo te pregunté si estabas aquí por la paga... -

- L- Lo siento... -

- No te preocupes... Aún así no entiendo cómo tú padre te permitió trabajar en esta clase de cosas... Debe de estar desesperado... -

- En verdad no le dije de que iba a trabajar... O de lo contrario me sacaría de los pelos de aquí... -

- Hmmm ya veo... Ok, estamos aquí... - Dijo parando en seco...

Quanxi y Arai vieron lo que seria el santuario viendo así dos cadáveres de los cazadores juntando moscas en medio de este...

Estos se adentraron y Arai quien veia nervioso los cuerpos, se tapo la nariz por el olor...

- Esto es una trampa... -

- ¡¿Que- ?! - Antes de que pudiera decir algo, arriba de Arai caía un ser parecido a un zorro gigante con varios ojos.

Quanxi tomo a Arai y salió rápidamente de ahí haciendo que el zorro falle en su cometido.

- Cazadores... Solo vinieron aquí a morir... A menos que me des de ofrenda a ese chico, prometo dejarte vivir... - Le dijo a Quanxi cosa que Arai se agarró de Quanxi que aún la cargaba.

- ¡Señorita Quanxi no me deje morir! -

- Cálmate, estarás bien... - Dijo soltando al peli castaño quien se cayó y se recompuso otra vez. - Escúchame demonio, vinimos a matarte, así que esta totalmente fuera de discusión tú intento de trato... - Dijo está poniendo sus manos en la cintura.

- ¡ENTONCES MUERAN! - Dijo lanzándose a ellos.

Por alguna razón Quanxi encontraba nostálgico este enfrentamiento, cómo si se tratase de un deja vu.
El Demonio Zorro tanto con sus garras como también sus hocico empezó a atacar a los dos cazadores, Arai no dejaba de correr y a duras penas esquivar al gran zorro mientras que Quanxi hacia lo mismo y atacaba al zorro por arriba cuando tenía la oportunidad de elevarse.

- ¡Arai ataca a la izquierda! - Dijo Quanxi quien estaba en el aire esquivando los ataque del zorro gigante.

Arai asintio sacando su arma (un cuchillo de carnicero) y en eso...

*CUT CRITICAL*

Un corte letal que hizo que el zorro se destabilize.

- ¡Arai, a la pata delantera derecha! - Exclamó la mujer mientras empezó a dar múltiples cortes con sus espadas a la espalda del zorro.

Arai se movió abajo del zorro y atacó la pata derecha haciendo que el zorro grite de dolor y se caiga.

*CUT CRITICAL*

- (¡¿Qué carajos sucede?! ¡Apesar de que tengo resistencia a cortes, este mocoso con un simple cuchillo corta trozos de mis patas como si fuera nada, es como si supiera dónde cortar!) - Dijo el zorro ya cansado de esta humillación yendo hacia Arai.

- ¡Arai! ¡Esquiva hacia atrás y salta un poco hacia arriba! - Dijo Quanxi quien volvió a saltar hacia Arai.

El joven hizo caso a lo que le dijo su superior y esquivo la mordida feroz del Demonio Zorro para así después saltar un poco hacia arriba siendo tomado de la mano por Quanxi quien lo elevó más alto.

- ¡Oh Dios! -

- ¡Arai, concéntrate y ve hacia su nuca! -

Arai se preparó cosa que el zorro se percató.

- (¡No puedo dejar que me ataque ahí! ¡De lo contrario me matara!) - Cuando intento escapar vio como Quanxi le cortó la pata delantera izquierda dejándola inmóvil.

Arai aprovecho esto y le dió un corte letal haciendo que el zorro caiga vencido.
Arai quien caía recibió una patada de Quanxi que lo envío en los arbustos...

- ¡AHHHH! - Exclamó Arai cayendo.

Quanxi solo se limito a voltear y ver el cuerpo ensangrentado del zorro en el suelo...

- (Interesante... No tiene tanta fuerza como Kishibe, pero la forma en que corto al zorro fue... Perfecta... Es como si supiera dónde cortar, apesar de ser solo un cuchillo de carnicero...) -

- Señorita Quanxi... - Dijo saliendo de los arbustos adolorido... -

- Ah si, lo siento por mandarte a volar Arai, no se me ocurrió otra forma y estaba desesperada. -

- No sé preocupe, tuve peores... En todo caso, ¡Lo hicimos! ¡Matamos al demo-...! -

- Guh... - Gimió la bestia.

Arai se exaltó ante esto y se puso en pose de defensa mientras que Quanxi se iba acercando con aburrimiento a la moribunda criatura.

- Esperen... Cazadores, les propongo un trato... -

Quanxi se detuvo y vio a demonio.

- ¿En que consiste...? - Preguntó ella.

- Déjenme vivir y a cambio dejaré que me atrapen para su organización mata demonios, ellos tampoco me agradan tanto... Les daré mi fuerza y ferocidad. - Dijo Debilmente.

- Hmmm, está bien... -

- Pero a cambio... Quiero algo... -

- Demasiado es con dejarte vivir ¿No? -

- Por favor cazadora... Dame este lujo... -

- ¿Y qué quieres? -

El zorro volteo su cabeza en dirección a Arai...

- Tu compañero de ahí se ve muy atractivo y varonil... -

- ¿Eh...? -














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- Gracias por esperarme en el hospital señorita Quanxi. - Dijo Arai quien tenía un brazo vendado.

- No hay problema, es una pena que tengas que soportar esa herida en tu brazo... -

- No se preocupe, de hecho... ¿Entonces puedo invocar al zorro? -

- Según lo que dijo ella si... -

- Vaya... Y solo tengo que hacer esta seña con mi mano y decir "Ko-" - Arai recibió un golpe en la garganta haciendo que se asfixie por unos segundos.

- Idiota, no hagas eso o puedes hacer un desastre... -

- Lo siento... Disculpe pero... -

- ¿Qué sucede? -

- ¿Puedo llamarla "Quanxi senpai"? -

- Que extraño... Está bien... -

- ¡Gracias! - Dijo Arai haciendo una reverencia.

- De nada supongo... - Hablo Quanxi mientras prendía un cigarro. - ¿Me puedes responder algo? - Dijo fijándose en él.

- ¿Si? ¿De que se trata? -

- ¿Estás seguro que es tu primera vez matando a un demonio? -

- O- Oh, ¡Claro! ¿Por qué lo dice? -

- La forma en que hacías eso cortes eran muy precisos, eran básicamente "Cortes Críticos" -

- Oh... Pues resulta que en mi hogar tenía.os un criadero y entre mi mamá y mi abuela me enseñaron a como encargarme de las gallinas y entre otras, no por algo era el mejor carnicero de mi pueblo junto a mi padre hehe... -

- ¿Y por qué dejar ese trabajo y venir aquí? -

- Ya lo dije Quanxi senpai... El dinero... -

- Ya veo... - Dijo ella.

Ya iban llegando a Seguridad Pública, al entrar Quanxi le pidió que espere a bajo mientras ella iba a la oficina de su superior.

Al estar arriba golpeó y a abrio la puerta para ver a Kishibe y a la recluta Himeno acompañados de un perrito gordo de color naranja con una sierra y a un niño rubio de dientes afilados.

- Hey, ¿Me extrañaste? -

- Mi día iba de lo mejor hasta que te vi. -

Kishibe rio mientras que Quanxi vio al niño.

- ¿Y este mocoso que? - Dijo ella.






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