4: Teléfono sin cable...
Kishibe se levantaba de su cama algo somnoliento. Se fue al baño, se cepillo los dientes, se arregló, se vistió con su uniforme de trabajo y fue a la habitación del pequeño de ojos azules a despertarlo avisándole que estará solo otra vez.
Al salir de su apartamento fue en dirección a su trabajo aún pensando si su compañera estaba bien... ¿Le harían trabajar solo? No le importaba en absoluto, sea cual sea el encargo él se las arreglaría.
Al entrar se dirigió a la oficina de Makima cómo siempre y allí golpeó la puerta para escuchar un "pase" de su jefa. Al entrar vio a su jefa con una sonrisa serena como siempre...
- Kishibe, ¿Cómo te encuentras? - Dijo la pelirroja.
- Bien... ¿Cómo está ella? - Preguntó por la albina.
- Oh, mucho mejor, es más, creo que esta viniendo... - Dijo la pelirroja apoyada en su mano.
Kishibe escuchó como la puerta se abría y sin duda, era su compañera intacta sin ningún rasguño, vendaje o cicatriz por lo menos, en cambio la vio como si nada.
- Tu... ¿Estás bien...? - Dijo anonado.
- Te dije que estaría bien... - Respondió ella como siempre.
- Pero... ¿Cómo? - Decía aún confundido el pelinegro.
- Kishibe, necesito que prestes atención aquí... - Dijo Makima.
El pelinegro sin entender el porque de su compañera vio a Makima.
- Escuché que tuviste problemas con el demonio de las ratas, aún así te la supiste arreglar con daños mínimos... Pero necesitas si o si un contrato con algún demonio para evitar situaciones desesperantes... - Explicaba ella.
Kishibe dejando de lado la condición de la albina le dirigió la palabra su jefa.
- ¿Un contrato? - Respondió el ante lo que decía su jefa. - Oi que en Seguridad Pública hacían negocios con demonios pero... ¿Era de verdad? - Dijo con duda.
- Así es, hacemos contratos con demonios que se ofrecen a exterminar a otros demonios... - Dijo la pelirroja parándose y viendo la ventana.
- No le veo el sentido a eso... ¿Por qué querrían deshacerse de su propia gente? - Hablo Kishibe.
- Beneficio propio capaz... - Dijo aún mirando a través de la ventana.
- Bueno... ¿Entonces como hago un contrato? -
"Bueno, primero tienes que ver qué demonio te conviene usar..."
Kishibe bajaba las escaleras de un lugar oscuro y profundo, usaba una lámpara que apenas iluminaba su cara...
"¿Y cuál me conviene?"
Rugidos, rasguños y golpes se escuchaban detrás de las puertas metálicas y protegidas para así contener a los demonios...
"Bueno, otros agentes están tratando de capturar al demonio zorro pero aún no hay éxito... En cambio hay uno que tal vez te sirva..."
Varias criaturas le hablaban a Kishibe: "A mi, a mi, eligeme a mi", pero Kishibe pasaba de estos... Tenía que buscar a un demonio en concreto...
"¿Y como se que no me traicionaran en medio de una batalla?"
El pelinegro se puso enfrente de una puerta metálica con el símbolo de una aguja...
"Un contrato entre un demonio y un humano es sagrado, un vínculo que tienen dos seres distintos, una vez que ellos dos establecen un acuerdo, ni uno de los dos puede retractarse..."
Kishibe abría la puerta lentamente mientras se escuchaba el chillar de la puerta...
"Pero no parece que la cosa sea gratis..."
Un frío muerto salía de la habitación, un aura de miedo que intentaba atemorizar al hombre pero que no lo consiguió... Él no sé inmutó...
"Pues no... El demonio te ofrecerá parte de su habilidad, mientras que tú a cambio tendrás que ofrecer algo que él encuentre valioso, alguna parte de tu cuerpo o algún familiar que quieras..."
Al entrar, en aquella inmensa oscuridad, se notaba una presencia que era difícil de hallar forma. Un cuerpo humanoide sin ojos y nariz con una boca humana grande que parecía estar costurada, brazos flacos al punto que parecían huesos con dedos en forma de aguja y piernas hechas de esta. Parecía un muñeco de trapo en cuanto a su piel y torso...
-"¿𝔔𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔰𝔢 𝔞𝔱𝔯𝔢𝔳𝔢 𝔞 𝔰𝔬𝔩𝔦𝔠𝔦𝔱𝔞𝔯 𝔪𝔦𝔰 𝔰𝔢𝔯𝔳𝔦𝔠𝔦𝔬𝔰?"-
- Yo, mi nombre es Kishibe y como es obvio, soy un cazador... - Dijo con normalidad.
-"ℑ𝔫𝔱𝔢𝔯𝔢𝔰𝔞𝔫𝔱𝔢... 𝔗𝔲 𝔭𝔢𝔯𝔰𝔬𝔫𝔞𝔩𝔦𝔡𝔞𝔡 𝔢𝔰... 𝔈𝔵𝔱𝔯𝔞ñ𝔞..."-
- ¿Debería tomarlo como un halago? -
-"𝕹𝖔 𝖓𝖊𝖈𝖊𝖘𝖆𝖗𝖎𝖆𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊...."-
- Bueno, cómo sea, ya sabes porque estoy aquí. Me pidieron que haga un contrato contigo aunque... Me olvide tu nombre... -
-"𝔖𝔬𝔶 𝔢𝔩 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬 𝔄𝔤𝔲𝔧𝔞, 𝔞𝔩𝔤𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔮𝔲𝔢 𝔡𝔦𝔰𝔣𝔯𝔲𝔱𝔞 𝔡𝔢 𝔥𝔞𝔠𝔢𝔯 𝔡𝔬𝔩𝔢𝔯 𝔞 𝔠𝔲𝔞𝔩𝔮𝔲𝔦𝔢𝔯 𝔰𝔢𝔯..."-
- ¿Eso implica a los de tu raza? - Hablo Kishibe cruzandose de brazos.
-"𝔄𝔰í 𝔢𝔰... ¿𝔑𝔬 𝔢𝔰 𝔦𝔫𝔱𝔢𝔯𝔢𝔰𝔞𝔫𝔱𝔢? ℭ𝔞𝔡𝔞 𝔭𝔦𝔫𝔠𝔥𝔞𝔷𝔬 𝔮𝔲𝔢 𝔡𝔬𝔶 𝔢𝔰 𝔲𝔫𝔞 𝔯𝔢𝔞𝔠𝔠𝔦ó𝔫 𝔡𝔬𝔩𝔬𝔯𝔬𝔰𝔞 𝔡𝔦𝔣𝔢𝔯𝔢𝔫𝔱𝔢, 𝔠𝔞𝔡𝔞 𝔤𝔯𝔦𝔱𝔬 𝔡𝔢 𝔞𝔤𝔬𝔫í𝔞 𝔢𝔰 𝔭𝔞𝔯𝔱𝔦𝔠𝔲𝔩𝔞𝔯...."-
- Es algo confuso hablar contigo y entenderte... Entonces, ¿Cuál es tu precio? -
La criatura de golpe se puso enfrente de Kishibe de forma tétrica y lo inspeccionaba alrededor, se acercó a su rostro y lo vio...
-"ℌ𝔪𝔪𝔪, 𝔫𝔬 𝔱𝔦𝔢𝔫𝔢𝔰 𝔞 𝔞𝔩𝔤𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔮𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔮𝔲𝔦𝔢𝔯𝔞𝔰, 𝔶 𝔞𝔩 𝔭𝔞𝔯𝔢𝔠𝔢𝔯 𝔫𝔬 𝔢𝔯𝔢𝔰 𝔮𝔲𝔢𝔯𝔦𝔡𝔬 𝔭𝔬𝔯 𝔫𝔞𝔡𝔦𝔢, 𝔱𝔲𝔰 𝔭𝔞𝔡𝔯𝔢𝔰 𝔱𝔢 𝔞𝔟𝔬𝔯𝔯𝔢𝔠𝔢𝔫... 𝔖𝔞𝔩𝔳ó..."-
La espeluznante criatura olió a Kishibe con profundidad y acaricio su mejilla con sus dedos metálicos en punta...
-"...𝔘𝔫 𝔫𝔦ñ𝔬"-
Kishibe afiló su mirada al entender a quien se refería, el demonio sonrió de oreja a oreja al ver la reacción del susodicho.
-"𝔄𝔥𝔥𝔥 𝔰𝔦, 𝔞𝔩 𝔭𝔞𝔯𝔢𝔠𝔢𝔯 𝔩𝔞 𝔦𝔡𝔢𝔞 𝔫𝔬 𝔱𝔢 𝔤𝔲𝔰𝔱ó 𝔫𝔞𝔡𝔞, 𝔶 𝔢𝔰𝔬 𝔢𝔰 𝔭𝔢𝔯𝔣𝔢𝔠𝔱𝔬... 𝔇𝔢 𝔱𝔞𝔫 𝔰𝔬𝔩𝔬 𝔦𝔪𝔞𝔤𝔦𝔫𝔞𝔯𝔪𝔢 𝔞 𝔱𝔦 𝔲𝔰𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔪𝔦 𝔥𝔞𝔟𝔦𝔩𝔦𝔡𝔞𝔡 𝔪𝔦𝔢𝔫𝔱𝔯𝔞𝔰 𝔢𝔩 𝔭𝔢𝔮𝔲𝔢ñ𝔬 𝔤𝔦𝔪𝔢 𝔬 𝔤𝔯𝔦𝔱𝔞 𝔡𝔢 𝔡𝔬𝔩𝔬𝔯 𝔥𝔞𝔠𝔦é𝔫𝔡𝔬𝔰𝔢 𝔲𝔫𝔞 𝔥𝔢𝔯𝔦𝔡𝔞 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔞 𝔠𝔞𝔡𝔞 𝔡í𝔞 𝔪𝔢 𝔭𝔞𝔯𝔢𝔠𝔢... 𝔈𝔵𝔮𝔲𝔦𝔰𝔦𝔱𝔬..."-
El pelinegro apartó la mano del demonio de su cara y ya algo molesto respondio.
- Eso está fuera de discusión, ni creas que meteré a ese mocoso en algo como esto... Demonio... - Dijo esto último de forma ofensiva.
La tétrica cosa gruño de forma furiosa ante Kishibe quien no se exaltó ni tampoco se inmutó, el ser extraño se dió la vuelta haciendo sonidos grotescos y extravagantes.
- Elige otra cosa, no se... Tal vez alguna parte de mi cuerpo te interese... - Dijo rascándose la cabeza.
El demonio sonrió nuevamente y se acercó a Kishibe.
-"𝔗𝔲 𝔭𝔦𝔢𝔩... 𝔈𝔰 𝔦𝔪𝔭𝔢𝔠𝔞𝔟𝔩𝔢, 𝔭á𝔩𝔦𝔡𝔞 𝔶 𝔡𝔲𝔯𝔞... 𝔖𝔢𝔯í𝔞 𝔲𝔫 𝔤𝔲𝔰𝔱𝔬 𝔭𝔦𝔫𝔠𝔥𝔞𝔯𝔩𝔞 𝔢𝔫 𝔠𝔞𝔡𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢 𝔡𝔢 𝔱𝔲 𝔠𝔲𝔢𝔯𝔭𝔬 𝔶 𝔥𝔞𝔠𝔢𝔯𝔱𝔢 𝔲𝔫𝔞 𝔫𝔲𝔢𝔳𝔞 𝔠𝔦𝔠𝔞𝔱𝔯𝔦𝔷 𝔠𝔞𝔡𝔞 𝔳𝔢𝔷 𝔮𝔲𝔢 𝔪𝔢 𝔲𝔰𝔢𝔰..."-
- Oye, oye, oye... ¿Eso también implica los testículos? - Dijo preocupado.
-"ℭ𝔞𝔡𝔞 𝔓𝔄ℜ𝔗𝔈 𝔡𝔢 𝔱𝔲 𝔠𝔲𝔢𝔯𝔭𝔬... 𝔈𝔩𝔦𝔤𝔢 𝔠𝔞𝔷𝔞𝔡𝔬𝔯, 𝔢𝔩 𝔫𝔦ñ𝔬 𝔬 𝔱𝔲..."-
- (Más vale que no te vuelvas insoportable Aki...) - Pensó con molestia viendo la mano extendida del demonio en el cual su palma estaba llena de agujas.
Sin miedo tomo la mano sin importar de pincharse y el demonio con diversión apretó la mano de Kishibe para soltarlo.
Le saco un cabello y con la sangre de Kishibe en un muñeco puso su pelo y esparció su sangre haciendo parecer a un muñeco voodo.
-"𝔑𝔲𝔢𝔰𝔱𝔯𝔬 𝔱𝔯𝔞𝔱𝔬... 𝔜𝔞 𝔢𝔰𝔱𝔞 𝔥𝔢𝔠𝔥𝔬... 𝔍𝔢𝔧𝔢𝔧𝔢𝔧𝔢..."-
-
-
-
-
Kishibe se encontraba subiendo el ascensor de SP después de haber hecho el contrato, al llegar a la oficina de Makima, el pelinegro vio que estaba Quanxi, su jefa y otra chica más que tenía el pelo largo con un tono oscuro verdoso, está se volteo al entrar la presencia de Kishibe con unos ojos esmeraldas con cierto tono azulado...
- Volviste. ¿Cómo te fue con él? - Dijo su jefa.
- Ah si... De "maravilla" - Dijo recordando el pacto que hizo.
- Ahora tienes un contrato... - Dijo la albina al unico hombre en la sala.
- Supongo... Solo espero que valga la pena... ¿Qué hay de tí? ¿Tienes un contrato? - Preguntó él.
- No lo necesito, estoy bien así... - Dijo desinteresada.
Kishibe gruño un poco por esto, se sentía débil comparado con Quanxi... Aunque era de esperarse, es la primera cazadora después de todo, no necesita de un demonio para ser letal.
La chica que estaba en la sala no decía nada, es más, miraba toda la situación con cierta timidez. Kishibe de percató de esto y la miro con confusión.
- Huhhh... ¿Hola? - Saludo con torpeza.
- A- Ah, H- Hola... - Respondió al saludo la peliverde.
- Makima... - Dijo el pelinegro llamando la atención de la mujer de ojos anillados.
- ¿Si? -
- ¿Quién es ella? - Preguntó apuntando con su pulgar a la extraña.
- Eso quería decirles... - Tomo una pausa y se posiciono firme ante los presentes con su sonrisa serena. - Kishibe, tendrás que dejar de ser compañero de Quanxi por un tiempo para instruir a esta nueva cazadora... - Explico la situación.
- ¿Es nueva? -
- Así es, su nombre es Himeno - Dijo la pelirroja presentando a la chica.
- H- Hola, soy Himeno y tengo 17... ¡U- Un placer! - Respondió ella.
- ¿Tienes 17? - Preguntó Kishibe...
- ¿Si...? -
- Ok, espérate ahí ¿Si? - Dijo acercándose al escritorio de su jefa.
Al estar cerca del escritorio se acerca a Makima para susurrarle.
- [¡Makima, es solo una adolescente!] - Susurro.
- ¿Y que tiene? En la compañía dejamos que entren de 17 para arriba... - Refutó está.
- [¡Mírala bien! ¡No creo que mate a una mosca siquiera...!] - Agrego el pelinegro.
- Las apariencias engañan Kishibe, además, eres el único aqui susurrando y aún así ella puede oírte - Dijo ella mirando atrás del pelinegro.
Kishibe se dió la vuelta mientras los presentes en la sala los observaban, él con algo de pena se rasco la cabeza.
- Emmm... Ups... - Dijo apenado.
- ¡Escuché! ¡P- Por favor! ¡Se que no paresco intimidante o muy habilidosa...! ¡Pero denme una oportunidad! ¡Ponganme a prueba y verán de lo que soy capaz...! - Dijo determinada alzando sus manos hasta su torso con los puños cerrados.
- ¿Ya ves? - Dijo la pelirroja dirigiéndose a Kishibe. - Muy bien Himeno, te enviaremos a tu primera misión junto a Kishibe. Asegúrate de obedecer sus órdenes y de estar atenta... - Dijo entrelazando sus dedos y apoyándose en el escritorio.
- Hmmm, cómo sea... - Dijo Kishibe.
- Irás a un pueblo alejado de la ciudad, dicen que encontraron al Demonio Zombie y que anda tomando cuerpos para hacer un ejército. Unos cazadores ya fueron pero por lo visto no pudieron... - Informo su próximo encargo al hombre.
- Señorita Makima, no quiero interrumpirla ni sacarle la contraria... ¿Pero no se suponía que Kishibe y yo iríamos a esa misión? - Refutó Quanxi.
- Así debía ser, pero hubo un pequeño cambio de planes, otros cazadores necesitan de tu ayuda Quanxi, mientras que para Kishibe es una oportunidad perfecta para probar su contrato y a la nueva cazadora... - Dijo calmada.
- Entiendo... - Dijo la pelo plateado.
- Entonces bien, ya pueden irse todos, Kishibe, dale a que elija un arma por favor. - Hablo Makima.
- Bien... - Respondió Kishibe.
Todos empezaron a salir del lugar dejando sola a la pelirroja quien permanecía callada aún con su expresión sonriente.
Mientras tanto en el ascensor estaban Quanxi, Kishibe y la nueva recluta Himeno quien estaba en silencio mirando al suelo de forma nerviosa.
- ¿Tus heridas entonces mejoraron? - Le dijo Kishibe a la pelo plateado.
- Si... - Respondió ella aún mirando al frente.
- Aún no entiendo cómo estás impecable, mínimo debería haber una cicatriz, esas cosas mordieron hasta tu cara... - Dijo Kishibe confundido...
- Más adelante tal vez te lo explique... -
- Eso de ser misteriosa te hace ver atractiva... -
- Me alegro... Baboso... - Dijo está fastidiada.
Himeno estaba al tanto de la conversación entre ellos dos, le causaba curiosidad que tan cercanos eran y como se llevaban. Cuando Himeno iba a decir algo, la puerta del ascensor se abrió haciendo que todos salgan casi dejando atrás a Himeno a lo que está se exaltó y salió rápidamente.
Quanxi se dirigía a la salida del edificio hasta que se detuvo para voltear a ver al pelinegro.
- Más vale que no te mueras si quieres seguir siendo mi compañero ¿Oíste? - Dijo la albina.
- Cómo diga señorita~ - Dijo guiñándole el ojo y haciendo un corazón con sus manos a la altura del pecho.
- Tarado... - Dijo dandose la vuelta y yéndose de ahí.
Kishibe la saludo sonriendo para así luego dirigirse a Himeno.
- Bien, busquemos que tipo de arma usarás - Dijo yendo a la armería de SP.
- ¡E- Está bien! - Respondió ella.
-
-
-
-
Los dos se encontraban en un pueblo alejado de la ciudad, no era muy grande y parecía ser controlado por los Yakuzas al preguntar por algunas personas.
Se dice que en este pueblo por las noches se escuchan gemidos de agonía y balbuceos, cuando el atardecer aparece, la gente se encierra en sus hogares ya que por alguna razón algunos desaparecen. Temen a qué se deba por el niño maldito, un niño que por lo que dicen los demás, vive en una choza abandonada junto con su perro demonio.
Después de ir por todos los lugares a investigar y preguntar, solo quedaba un lugar al cual Himeno y Kishibe no han entrado y se trataba de un almacén que se dice los Yakuzas lo ocupaban para reunirse.
Al caminar con dirección al lugar, Himeno intento iniciar conversación con el pelinegro.
- Entonces... ¿Hace cuánto que usted está en este trabajo? - Pregunto ella.
- ¿Huh? Emmmm, tres meses creo - Respondió tratando de adivinar. No tomo en cuenta hace cuánto estaba ahí.
- ¡¿Tres meses?! - Respondió con sorpresa.
- Así es, supongo que es curioso que en tan poco tiempo me envíen a trabajos algo peligrosos en vez de patrullar... - Dijo Kishibe. - Así que puedes dejar de ser tan formal conmigo - Sonrió el pelinegro.
Himeno ruborizada jugaba con sus dedos y hablo.
- ¿Y puedo mejor llamarlo Kishibe - senpai? Se que no es mi superior pero me siento más cómoda llamándolo así... - Dijo ella al rojo.
- Meh, si te parece bien no hay problema... - Dijo poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.
Los dos caminaban y habían ubicado aquel almacén, mientras más se acercaban, Kishibe decidió preguntar.
- Entonces dime Himeno... ¿Qué te hizo terminar aquí? ¿Por qué tan empeñada a desperdiciar tu vida en este trabajo? -
- Ah... Pues... En este año cumplo 18, el 11 de mayo... y al salir de la secundaria necesitaba un trabajo urgente para ayudar a mi hermana... -
- Pero... ¿De todos los trabajos tenía que ser este? Digo, literalmente puedes morir mañana o hoy mismo... -
- D- De hecho, mi hermana menor pensó lo mismo, inclusive me prohibio salir de casa por miedo a ese riesgo... Así que me escape... - Dijo avergonzada.
- *suspiro* Mira, no voy a meterme en asuntos que no son míos, pero piénsalo muy bien... -
- Es que... No hay otra forma. El trabajo en el que ella está ya casi está por quebrar y no le pagan mucho, tenemos una deuda y puede que nos dejen en la calle... Escuché de cuánto pagaban aquí y quise intentarlo... - Dijo dando entender su situación económica.
- Hm, ya veo... Supongo que a diferencia de otros trabajos viste esto como mejor opción... -
Al estar frente al lugar Kishibe paro en seco para mirar a Himeno quien se encontraba nerviosa.
- ¿Estás segura que estás lista? Una vez que entremos no sabemos que tipo de cosa nos encontremos, puede que mueras, si quieres mantente aquí afuera a vigilar mientras me encargo de esto... - Dijo Kishibe con una espada algo grande envainada en su espalda.
Himeno estaba pensativa y nerviosa, empezaba a sudar y detrás de la gran puerta que estaba frente a ellos se escuchaban ruidos extraños proviniendo dentro de el almacén... Inhaló y exhaló para después tener una postura firme y con el hacha en su mano miro a Kishibe con determinación.
- ¡Quiero entrar con usted! -
- Supongo que no hay nada que pueda hacer... No te mueras... ¿Ok? - Dijo preparado para abrir la puerta.
Himeno empuño su hacha con las dos manos y asintio preparada para cualquier cosa que esté detrás de aquella gigante puerta de hierro.
Al entrar, avistaron un montón de muertos en vida rondando de aquí para allá y arriba de ellos se encontraba flotando un otra forma extravagante de carne podrida y un cerebro en lo alto con una cara que miro fijamente a los cazadores.
- Vaya, enviaron a otros cazadores... - Dijo el demonio mientras los muertos vivientes estaban observandolos...
Entre todos esos cuerpo se encontraban unos con el uniforme de SP cosa que asustó un poco a Himeno.
- Tranquila mocosa, no demuestres miedo ante ellos ¿Ok? - Hablo Kishibe a su compañera.
Está asintio y sostuvo aún mas fuerte su hacha.
- Bien, solo tengo que matarlos aunque me vendría perfecto tener el control de ustedes dos, a simple vista puedo decir que eres habilidoso... En cuanto a la otra... Capaz si la mate... -
- ¿Por qué no vienes a intentarlo hijo de parientes? - Respondió Kishibe.
El demonio mando con furia a su oleada de zombies que con salvajismo corrían alzando lo que tenían en mano para hacer daño.
Kishibe con su espada la cual parecía pesada, desenvaino y empezó a cortar a los cuerpo por la mitad o parte de ellos.
- ( Demonios, a diferencia de las espadas duales o el cuchillo está espada es difícil de manejar y me deja muy al descubierto con cada ataque, menos mal son zombies... ) - Dijo recomponiendo la compostura con cada ataque con espada que daba.
En una fracción de segundos Kishibe fijo su vista en Himeno quien mataba a los zombies con dificultad, pero lo hacía. La mayoría de los no muertos estaban centrados en él.
Algo aliviado suspiro y se dedicó a seguir matando con cada corte que daba de la pesada espada. Eso hasta que en un descuido sintió que fue golpeado y mandado a volar por una especie de tentáculo, al visualizar algo atontado que lo golpeó, vio que era el órgano del que estaba compuesto el demonio.
- ¡Me tienes cansado cazador! ¡De por sí tratar de matar al motosierra es un fastidio, tu solo me estorbas! -
- ¿Motosierra? No sé quién sea ese cabron hehe... - Dijo levantándose y acomodándose del golpe que recibió. - Pero seguro es más apuesto que tú... - Dijo riendo cosa que hizo enojar a más no poder al demonio
- ¡CÁLLATE! ¡CUANDO TE CONVIERTA EN ZOMBIE TE VOY A ARRANCAR LA CARA! - Dijo tomando y lanzando zombies al pelinegro.
Kishibe esquivó los cuerpos y arrastrando la espada se fue moviendo en zic zac para evitar los ataques y así usar la espada contra el demonio, pero en eso un zombie de gran tamaño se pone justo enfrente de Kishibe el cual obstruye el corte que le iba a dar el demonio.
- ( ¡Mierda, falle...! ) - Pensó este esquivando el órgano tentáculo del demonio.
Himeno por otro lado al estar rodeada decido matar un zombie y abrirse camino hasta que vio que Kishibe estaba en problemas, es por eso que al observar al demonio con detenimiento...
- ¡Kishibe - senpai! ¡Su cerebro es el punto vital! ¡Tiene que atacar ahí! - Exclamó la chica.
El pelinegro estaba rodeado por múltiples zombies, no le daba el tiempo para ir directamente contra aquella criatura deforme. Así que en una pequeña oportunidad apunto con dos dedos a el rostro del Demonio Zombie y dijo:
- クリック (Kurikku) - Dijo él hacia el Demonio Zombie.
- ¿Eh? - Dijo la deformidad.
En eso, una aguja bastante grande se le clavo en el ojo al demonio, este gritaba de terrible agonia mineras que en el brazo de Kishibe una herida de pinchazo se formó provocando que se caigan pequeñas gotas de sangre.
- Menos mal fue en el brazo... - Viendo la pequeña herida en su brazo.
Todos los muertos quedaron inertes y voltearon a ver al demonio que agonizaba. Aprovechando esto, el pelinegro hizo a un lado a los cuerpos quienes seguían mirando al demonio y se trepó de uno de los contenedores del almacén para así saltar hacia el cerebro del demonio. Pero fue sorprendido por este que lo tomo en el aire y lo empezó a estrujar.
- ¡AHORA SI, ESTE ES TU FIN CAZADOR! - Haciendo más fuerza todavía...
Kishibe con su brazo libre apunto con sus dedos a el demonio y dijo:
- クリック -
Otra aguja se le clavo al demonio y está vez fue dirigido al cerebro cosa que el grito fue aún más fuerte y todos los muertos cayeron al piso de repente para así el demonio suelte a Kishibe...
- T- Te maldigo... Demonio de las agujas... Y a ustedes también... Cazadores... - Dijo para estar sin vida...
Himeno quien fue rodeada nuevamente se sorprendió al ver a todos caer. Fue hacia su compañero para ver si estaba bien quien yacía en el suelo sentado mirando sus brazos...
Los brazos tenían pequeñas heridas de pinchazos provocando que la sangre salga en gotas pequeñas, miraba con atención esto y veía el cadáver del demonio en el suelo tirado.
- Así que este es el precio... - decía susurrándose para si mismo.
- ¡Kishibe - senpai! - Exclamó está.
- Ah, Himeno, ¿Cómo estás? - Dijo viendo desde abajo a la chica que tenía de compañera.
- Humm, bien, me las supe arreglar... -
- ¿No tienes ninguna herida? -
- Hmmm no, gracias por preocuparse por mi... - Dijo tímida.
- No pasa nada, la verdad es que me tuvo en un aprieto... Con que esto es un contrato ¿Eh? - Dijo viendo el cuerpo del demonio.
- ¿Usted hizo eso? -
- No exactamente, pero la verdad es que si está de locos... Valió la pena. -
- Ya veo... - Dijo la chica quedando en silencio junto al pelinegro.
Al estar en un momento de silencio, lograron escuchar sollozos y pequeños chillidos en el lugar.
Kishibe se levantó y escucho con aún más atención los sonidos emitidos, creía que se trataba de otro demonio así que preparó su espada.
Vieron que los sonidos provenían de un contenedor apartado cosa que los dejo extrañados. Se acercaron con cautela y abrieron el contenedor con brusquedad preparados para el ataque... Pero al abrirlo...
- Guh, guah... *Sollozo* ¿Eh? -
- ¿Woof? -
Se trataba de un niño de pelo rubio con diente en punta y un cuerpo delgado que parecía en desnutricion, junto a él un pequeño perro de apariencia extraña a palabras de los dos cazadores, tenía una sierra incrustada en su cabeza y una cola que parecía una cuerda para activar este agregando que su color era naranja...
- ¿Un... Mocoso...? - Dijo Kishibe al ver al niño.
- ¿Y un perro? Pero parece que es deforme... Pobrecito... - Decía apenada la peliverde viendo a la extraña criatura.
- ¡U- Ustedes quienes son?! ¡¿Planean matarnos?! ¡No me van a matar y llevarse a Pochita! - Decía aterrorizado...
-
-
-
-
-
- ¿Hola? ¿Si? ¿Señorita Makima? ¿Holaaaaa...? Tsk, no contesta... - Decía Kishibe algo fastidiado.
Himeno se encontraba acariciando la cabeza del niño quien dormía en su regazo con su perruno amigo. Los dos decidieron ayudar al niño y al "perro" apesar de que estos anteriormente actuaron con agresividad, desconfiados totalmente de los cazadores, apesar de haber calmado un poco a los dos, le hicieron preguntas sobre su paradero y quiénes eran pero este no dijo nada, solo se quedaron dormidos...
- ¿Qué haremos con ellos dos, Kishibe - senpai? Uno es un niño y el otro es un... Demonio... - Dijo dudosa.
- No se... Demonios que no lo sé... Carajo, se suponía que teníamos que matar al asqueroso demonio de antes, investigar e irnos, pero resulta que hay un niño y para colmo se ha encariñado con un demonio... - Resumía Kishibe la situación actual.
- B- Bueno... Podríamos preguntar en el pueblo sobre sus padres... - Dijo mirando ya al niño en su regazo.
- Claro que sería buena idea... Pero olvidas el hecho de que él es el "niño maldito" del que todos hablan... Nadie querrá decirnos algo... -
Un pequeño susurro somnoliento se escuchó en aquella intemperie que ellos estaban, susurro proveniente del infante que estaba más o menos atento a la charla de los dos individuos.
- [Yo no tengo padres... Ellos murieron y me dejaron atrás...] - Decía el niño pelirrubio algo dormido.
Kishibe se acercó y se puso en cuclillas para hablar mejor con el niño, este último miro ligeramente al adulto desde abajo y espero a que dijera algo.
- Vaya, que mala suerte... ¿Qué fue lo que pasó? - Dijo el pelinegro al niño con el perro regordete durmiendo en sus brazos.
- Mi madre murió de una enfermedad al corazón mientras que mi padre murió por... - El niño quedó en pausa por lo que iba a decir, Himeno intentaba hacer señas a Kishibe de que se detenga con su interrogatorio pero este la ignoro.
- ¿Tu padre...? -
- Mi padre se suicidó... Si, se suicidó debido a las deudas que tenía con unos yakuzas, desde entonces yo y Pochita nos encargamos de matar a los demonios que nos piden para pagar la deuda... - Dijo el niño.
- Hmmm... ¿Cuál es tu nombre? -
- Ummm... Denji... -
- ¿Y esa cosa tiene nombre...? -
- S- Si. Se llama Pochita... -
- Oh incluso tiene nombre y todo... -
- Si... ¿Y- Y algún problema? - Dijo intentando sonar rudo cosa que le salía mal.
- ¿Hace cuánto que llevas haciendo estos trabajos peligrosos? -
- Un año creo... -
- Ya veo, eso es muy difícil para un niño de tu edad... Dime, ¿Sabes que eso de ahí es un demonio? Tal vez en algún punto pueda matarte... -
- ¡Woof! - Dijo el canino naranja molesto.
- ¡Claro que no! ¡Pochita y yo hicimos un trato! - Dijo el llamado niño Denji.
- ¿Oh, enserio? ¿Y en qué consiste este "trato"? - Dijo Kishibe acercándose más al niño asustandolo.
El perro naranja gruñía aún más molesto.
- Prometimos sobrevivir juntos y protegernos el uno al otro sin importar quien... Y no planeo por nada abandonar a Pochita... - Dijo aferrándose más a el cachorro.
Himeno ante esto soltó un chillido de ternura y abrazo aún más a los dos.
Kishibe observó al niño que ocultaba su mirada de la de él, su pequeño perro dormía plácidamente e Himeno miraba con tristeza al pequeño...
Pero te todos miraron como el protón se abría y de allí una silueta entraba siendo iluminada por el atardecer.
Era...
- Hola~ Veo que cumplieron exitosamente con lo que les pedí... - Dijo Makima quien aparecía para sorpresa de los dos cazadores.
Himeno estaba perpleja y Kishibe confundido ante la aparición de su jefa. Kishibe se levantó y se dirigió a la mujer pelirroja.
- ¿Jefa? ¿Oiga que hace aquí? ¡La hemos llamado varias veces y no atendió al teléfono! - Dijo algo enojado.
- Oh, lo siento, es que venia para aquí lo más rápido que pude... - tratando de mirar detrás de Kishibe.
El niño se levantó y quedó viendo como los dos hablaban mientras que el perro llamado Pochita gruñía y se aferraba más a Denji quien lo tenía en su brazos...
- ¿Y por qué vino...? - Preguntó Kishibe girando la mirada hacia atrás lentamente.
- Para ver cómo estaban mis cazadores... Y veo que les fue bastante bien, pensé que me necesitarian. - Dijo dándole palmaditas en el pecho y acariciando su rostro para así pasar de él.
Kishibe aún seguía confundido por la aparición de su jefa.
¿Tal vez tenía otras intenciones al ver cómo ella miraba al reciente niño que encontraron? No, no quería sospechar eso, después de todo se trataba de su jefa, una cazadora de demonios que quien sabe si es peligrosa como se siente de vez en cuando su atmósfera. Tal vez solo quería saber cómo estaba Himeno que se encontraba junto al niño... Pero aún así ese instinto de supervivencia vibraba en él, haciendo que desconfíe muy en el fondo de su ser a Makima.
Mientras tanto ella se acercaba y el perro parecía estar más agresivo de lo normal, cuando Makima estaba a un metro de distancia, el perro gruñía haciendo que tanto Himeno cómo Denji quedarán algo asustados.
- ¿Hey, que tenemos aqui~? - Dijo con un tono sereno y dulce agachándose frente a los tres individuos.
El pequeño perro gruñía más fuerte haciendo que Denji trate de calmarlo.
- Hola, soy Makima, jefa de cazadoras de demonios... ¿Y tú? - Le pregunto al niño que tenía al perro.
- M- Me llamo Denji... - Dijo tímido.
- Vaya, lindo nombre, queda bien para alguien adorable. - Dijo sonriendo.
- ¿E- Eh...? Ah, gracias supongo... - Respondio sonrojado.
Himeno no entendía lo que pasaba ahora mismo y el pelinegro a a las espaldas de Makima igual.
- Se ve muy lindo tu amiguito de aquí... ¿Cómo se llama...? - Dijo afilando su mirada.
- Hmm... Pochita... -
- ¿Pochita? ¿Y él te dejo llamarlo así? - Dijo algo consternada.
- ¡Sip, le hace feliz que lo llame así y lo abraze! -
- Vaya... Los dos son de lo más lindo... ¿Sabían? - Dijo acercando su mano al rostro del pequeño.
- ¡Woof! ¡Woof! ¡Grrr! - Dijo enfurecido el perrito.
Makima empezaba a sonreír cuando más acercaba su mano al niño.
El pelirrubio estaba perplejo.
- ¡Woof! ¡Woof! ¡Woof! - Cada vez los ladridos del camino eran más fuertes conforme la cercanía de la pelirroja era notable.
Himeno no sabía porque, pero apretaba al niño con todas sus fuerzas, algo dentro de ella quería alejarlo de su jefa, sudaba frío por alguna razon y sentía un pesar bastante notable.
Kishibe tampoco entendía porque sentía aquel sentimiento de defenderse, es más, su instintos le pedían a gritos que se ponga en guardia o que haga algo. Su mano se tensaba a más no poder haciendo notar las venas de su brazo y mano.
Makima estaba cada vez más cerca...
- ¡WOOF! ¡WOOF! - El perro naranja se movía para todos lados con tal de librarse del agarre de Denji para defender a este mientras ladraba a más no poder.
- E- Este... Señorita Makima... - Decía Himeno quien se aferraba más al niño.
Kishibe caminaba lentamente, su cuerpo se endurecía cada vez que se acercaba, él ya no controlaba su cuerpo, eran sus instintos que amenazaban con atacar. Su mano iba lentamente hacia la espada.
- ¡GRRRRR! ¡WOOF! *SMACK* -
Y cuando estaba a centímetros del rostro del pequeño rubio, el perro le mordió la mano haciendo que está por reflejo aleje la mano.
- ¡Pochita! ¡¿Qué haces?! - Dijo viendo a su amigo perruno - L- Lo siento mucho, el no es así usualmente... - Y después de decir eso, el niño callo de repente por lo dicho mirando a Makima...
El lugar quedó en silencio con el gruñido del perro hacia la pelirroja, todos parecían quedar de piedra en ese momento... Y en eso.
- Kishibe... - Dijo la de ojos dorados de espaldas.
- ¿Ah? ¿Si? - Dijo el pelinegro.
- ¿Qué haces empuñando tu arma? - Dijo Makima volteando su cabeza viendo a Kishibe.
El cazador estaba a un dos metros de distancia de Makima con la espada apunto de sacarla de la funda de su espalda, esto sorprendió de cierta forma a Himeno que no lo vio acercarse en su momento.
- Oh... Estaba asegurándome de que siga en su lugar, ya sabe, no me gustaría que se cayera o algo por el estilo... - Dijo con seriedad.
- Hmm, haces bien asegurándote, sería muy peligroso que lastimes a alguien que no debas accidentalmente... Podría provocar un escándalo y acabar mal... - Dijo afilando su mirada.
- Ya lo creo... puede ser un accidente letal - Dijo dando un paso al frente.
Sin duda alguna, había una tensión en el aire, una grande tanto por el lado del cazador que acompañaba a Makima cómo también por Himeno y Denji quienes miraban atónitos la situación.
Después de un incómodo silencio la mujer se dió la vuelta y estiró los brazos mientras daba un bostezo.
- Ahhhh~ bien, cómo saben se está haciendo de noche y no podemos quedarnos es este almacén de pocilga ¿Verdad? ¿Tienes hambre pequeño? - Dijo ella tomándose de la rodillas preguntando cariñosamente a el niño.
Este asintio con vergüenza cubriendo su cara con su perruno amigo quien miraba enojado a la de ojos anillados.
- Perfecto. Conozco un restaurante de ramen cerca de aquí, yo invito para ustedes también para celebrar que la primera cacería de la recluta Himeno fue bien. - Dijo sacándose el saco y dandoselo a su subordinado. - ¿Y tú de seguro estás que te mueres de hambre verdad? ¿Te gustaría tu y tu amiguito comer un buen plato de ramen? - Preguntó sonriendoles a los dos.
- ¿D- De verdad? ¿Sin pagar? - Dijo con asombro en su carita.
- Así es, no podría cobrarles a un niño y su perrito, menos aún cuando son tan adorables, vamos vengan, no sean tímidos... ¿Si? -
El niño sonrió con asombro mientras que el cachorro dijo su mirada para otro lado molesto. Asintio y tomo de la mano a Himeno a lo que está con una sonrisa acepto el agarre y siguieron a Makima pasando a lado de él pelinegro.
Kishibe por otro lado se veía totalmente tenso o más bien enojado, las venas tanto de su cabeza como se su brazos saltaban y su cuerpo temblaba de enojo... ¿Por qué? ¿A qué se debe este ataque de irá? La respuesta era fácil: Makima amenazó a Kishibe, tanto con el peso de su presencia como también por las palabras dichas por ella hacía él.
Makima subió primero estando en el lugar del copiloto, el guarda espaldas, que se encargo de llevar a Aki al apartamento de Kishibe, espero a que la pelirroja se sentará...
Ya los dos en el auto esperando a que los demás suban... El cazador guardaespaldas de Makima miro a esta...
- Señorita Makima... ¿Está bien? - Dijo algo consternado.
- ¿Hm? ¿Por qué preguntas? - Inclino su cabeza en señal de confusión.
- Su mano... Está temblando... -
La de ojos anillados vio su mano para ver cómo está temblaba, de su frente un sudor frío bajaba y sentía como su corazón latía rápidamente sin parar, miro con mucho asombro su estado y después de un momento entendió lo que pasaba y se hecho a reír...
- Hehe... Hahahaha... ¡Hahaha! - Reía no muy alto pero si siendo notada por el cazador a su lado.
- ¿Señorita Makima...? -
- Oh discúlpame... No es nada... Simplemente es la primera vez que me siento así... -
- Este... -
- ¿Hm? ¿Qué pasa? -
- ¿Es por el cazador Kishibe? -
Ella recordó lo que sucedió en el almacén y sonrió...
- Si... Y vaya que eso es algo interesante... -
Recordando la mirada de el pelinegro.
- ( Kishibe... ¿Así que tenías la intención asesina de matarme? ) - Pensó está.
El grupo subió al auto para así ir a ese restaurante de ramen dicho por su jefa.
-
-
-
-
Ya estaban en Seguridad Pública con el pequeño Denji y su perro en la oficina de Makima resguardándose atrás de los dos cazadores y en su asiento estaba Makima mirando de forma serena.
Quanxi se encontraba en la oficina quien veía con incógnita al niño y al perro.
- ¿Y este niño? - Dijo la albina de un ojo.
- Lo encontramos en nuestra misión... -
- Siempre que estás tú implicado sucede algo ¿No? -
- Ojalá si sucediera algo contigo... - Dijo suspirando.
- Estúpido... - Respondió y miro al frente.
Kishibe le sonrió y le saco la lengua mientras decía un "Bleh" de su parte.
- Entonces... ¿Qué deberíamos hacer contigo, Denji? - Dijo apoyando su mentón en la mano.
- Ummm, supongo que yo podría vivir en la ciudad o algo... - Dijo rascándose la cabeza mientras miraba al suelo.
- Ohhh, pero no puedes vivir allá afuera solito, un demonio te puede matar o un cazador puede matar a tu amigo porque es un demonio... - Respondió Makima.
- ¿Y que hay de un orfanato? - Dijo Kishibe cruzado de brazos.
- Pues no sería mala idea, pero separarían a Denji y su amiguito, él se quedaría solo... ¿No quieres eso verdad Denji? - Hablo otra vez la jefa.
El niño por su parte miro al suelo algo asustado, el hecho de quedarse solo lo dejaba perturbado por el simple hecho de que es horrible.
Makima sonrió ante está reacción, es más, puso su mano en la boca y rio ligeramente.
- ¿Pero sabes? Puedes venir a vivir conmigo, yo mantendré vigilado a tu amigo y te cuidare a ti... ¿Es una linda oferta, no crees? - Dijo con total serenidad.
El chico quien quedó perplejo por unos segundo iba a aceptar pero en eso...
- ¡Woof! ¡Woof! ¡Woof! - Dijo ladrando desde lejos a Makima para después con su hocico tomo la ropa de Denji y lo estiraba con la intención de que se aleje...
Makima sonrió aún más... Parecía disfrutarlo...
- ¿Qué dices? - Sonrió ella.
Denji miraba la alteración de su perruno amigo para así fijarse en Makima ya nervioso.
Miro a Kishibe y dijo:
- ¡Y- Yo...! ¿Puedo vivir con él...? - Dijo apuntandolo...
- ¿Disculpa? - Pregunta algo sería.
- ¿Eh? ¿Qué te pasa mocoso? - Dijo Kishibe fastidiado.
Tanto Himeno que estaba mirando todo como Quanxi quedaron desconcertados con esta decisión tomada por el niño rubio.
- ¿Y por qué querrías ir con él...? - Dijo la mujer de ojos amarillentos.
- Es que él me recuerda a mi padre... *Sollozo* - Dijo llorando...
- Vaya... Pues que se le va a hacer... ¿No creen? - Dijo suspirando la mujer. - Bien Kishibe, te llevarás a Denji... En cambio su amiguito podría quedarse conmi- -
- ¡P- Pochita se queda conmigo! - Dijo abrazándolo.
- Woof~ - Dijo felíz el pequeño perro naranja.
- Entiendo... - Dijo mirando a otro lado...
- ¡Oigan esperen! ¡No soy una niñera o un orfanato para niños desquiciados! Además... ¿Sabe que cuido de Aki, no? ¿Qué pensaría él? ¡Y nunca cuide de un perro pulgoso! ¡¿Qué te hace pensar que cuidare bien a este?! -
- ¡Oye! ¡Pochita no es pulgoso! -
- ¡Woof! -
- Kishibe, te pido que tengas más respeto con "Pochita" - Dijo Makima.
- ¿QU-? ¡Tsk, cómo sea! - Exclamó enojado.
- Ademas, puesto a que a Aki le gustaría otro hermanito. Haré el papeleo para que tú puedas descansar... Pueden retirarse, menos tu Himeno, necesito que llenes algunos datos, además de que recibimos la visita de tu hermana... -
- Ahhh, me lleva... - Dijo la recluta a cazadora, Himeno.
- Te entiendo... - Dijo Kishibe.
Todos salieron, menos Himeno y Makima, hacia el ascensor. El pelinegro espero en el ascensor mientras el niño estaba a su lado y Quanxi a la par de él.
- ¿Oye, cómo te fue en la misión que te dió la jefa? - Preguntó el de ojos negros.
- ¿Enserio lo preguntas? - Dijo la albina.
- Es cierto, después de todo eres la mejor hehe. - Dijo Kishibe riendo entre dientes.
- Gracias... - La chica miro al frente nuevamente para así estar un rato todavía en el ascensor. - Supongo que Aki no le va a gustar nada la sorpresa... - Dijo está mirando a Denji.
- Ahhh, ni que lo digas, no sé que haré cuando llegue a casa... Oye niño... - Dijo Kishibe.
El rubio miro a Kishibe esperando lo que le tenía que decir.
- ¿Qué quieres comer hoy? - Preguntó el cazador.
- Oh, este... ¿Sabe lo que un "pan con mermelada"? - Dijo sonriendo apenado.
- ¿Huh? ¿Puedes pedir lo que sea y prefieres solo eso? - Preguntó el cazador.
- ¡Siempre quise probarlo! ¡Seguro es un manjar que ni usa! - Dijo emocionado el pequeño al igual que su perrito.
- Vaya, y eso que no conoces la mantequilla de maní... - Dijo este...
- ¡¿Tienes mantequilla de maní?! -
- Supongo que hoy será el mejor día de tu vida. - Dijo este riendo.
- ¡Oh sí! - Dijo mientras levantaba a su perrito que lo lamía con felicidad.
Los dos reían ligeramente, tanto el adulto como el niño cosa que Quanxi vio y...
Por un momento...
Sus mejillas se sonrojaron y su boca formó una sonrisa dulce...
Cosa que la sorprendió y rápidamente volvió a su semblante serio.
El ascensor se abrió y allí salieron los dos individuos y el pequeño demonio despidiéndose de la cazadora.
- Oye Kishibe... - Llamo Quanxi al cazador que se estaba yendo.
Este volteo y la vio.
- Tu... *Suspiro* cielos no puedo creerlo... - Dijo frustrandose. - Tu te ves muy bien hoy... - Dijo está.
Las mejillas de Kishibe se coloraron mientras que este ponía una sonrisa boba en su cara para mirar abajo.
- Gracias, tu siempre te ves bien Quanxi - Dijo Kishibe sonriendole.
Las mejillas de Quanxi se pusieron un poco rojas a lo que está apartó la mirada molesta.
- Hmpf, gracias... - Y apretó el botón del ascensor.
Al estar sola en ese ascensor... Quedó pensando para así tocar sus mejillas que estaban algo rosadas por lo recién y así suspirar...
- Mierda... Me estoy encariñando con ese imbécil... -
-
-
-
- Y es aqui... - Dijo el hombre abriendo la puerta de su apartamento.
El niño junto a su perro entro y empezó a ver todo a su alrededor...
- Se que no es la gran cosa per- - Fue interrumpido ante la reacción del niño que exclamo.
- Wooooow, Pochita... ¡Mira! ¡Viviremos aquí! ¡Esto es mejor que la choza en dónde estábamos! ¡Aquí de seguro no habrá frío! - Dijo emocionado.
- ¡Woof! ¡Woof! -
Kishibe vio esto y suspiro del alivio, al parecer el niño se iba a adaptar bien... Ahora solo faltaba la parte difícil... Aki...
Pero antes quería hablar con el nuevo inquilino sobre algo...
- Oye, Denji... -
- ¿Huh? -
- Dime... ¿De verdad te recordé a tu padre? -
- No, ni siquiera un poquito. -
El pelinegro quedó extrañado y antes de decir algo, el rubio soltó la sopa.
- La verdad es que iba aceptar vivir con la señora Makima pero... -
- ¿Pero...? -
- ¿Sabe? Pochita siempre supo quién tenia malas intenciones y quién no, siempre era hostil con las personas malas que nos hacía trabajar... -
- ¿Ajá...? -
- Pero... Nunca llegó a tal punto de volverse tan agresivo, inclusive mordió a la señorita Makima... Y cuando ella me ofreció vivir con ella, Pochita quería sacarme de ahí rápido... -
- Es por eso que hiciste ese show ¿Verdad? -
- Así es... No digo que la señora Makima sea mala... Pero Pochita cree que si y eso me da razón suficiente para no acercarme... -
Kishibe entendió lo que quiso decir, una prueba de ello fue aquella fuerza en su cuerpo que lo obligaba a subir la guardia o arremeter contra su jefa. Desde el inicio sintió lo atemorizante que es la pelirroja pero hoy le sorprendió lo amenazante que fue sus intenciones hacia él... Su clara "amenaza". Ni con Quanxi había sentido algo así.
Él pelinegro se paró y dijo:
- Bien, ahora vete de mi casa -
- ¡¿QUE?! / ¡¿WOOF?! -
- Solo bromeó niño. Gracias por pensar igual que yo, iré a hacer la cena y a prepararte esos panes con mermeladas. -
El niño sorprendido sonrió.
- ¡Gracias! -
Y en eso...
- . . . -
Kishibe volteo atras para así ver a Aki que se encontraba en el pasillo mirando todo.
- Oh, hola Aki, mira, este es Den- -
- Señor Kishibe... -
- ¿Qué sucede? -
- ¡¿QUIEN RAYOS ES ÉL?! -
-
-
-
-
- ¡Ahhhh! ¡Oye Pistola! ¡¿Podrías decirme cómo es tu maldito plan?! ¡Me estoy aburriendo en este escondite Anti humanos. ¡Quiero matar! ¡Quiero que alguien me de una batalla y me entretenga...! - Exclamaba lo que parecía ser un joven de pelo blanco con puntas plateadas y dientes en punta que eran de un color metálico.
AUN NO... DEBEMOS ESPERAR A QUE SEA EL MOMENTO... EL DEMONIO ZOMBIE YA FUE ACABADO Y ESO QUE ERA UNO DE LOS MAS FUERTES. TEN PACIENCIA, PROMETO QUE VALDRA LA PENA...
- Tsk... Está bien "papá". Dios, ¿Por lo menos puedo salir a comer una de sus comidas o a matar en lo callejones? Así no me aburro aquí... -
NO. POR MAS TENTADOR QUE PAREZCA ES UN PELIGRO, EL DEMONIO DEL CONTROL SOSPECHARÍA AL MOMENTO, ADEMAS DE QUE HE ESTADO ESCUCHANDO QUE UN NUEVO CAZADOR A ENTRADO Y ES IGUAL DE PELIGROSO QUE LA PRIMERA CAZADORA...
- ¡Bah! La primera cazadora sería divertido pero ¿Un supuesto cazador nato? ¡Haha! De seguro lo mató con facilidad... -
TEMO POR TI... KNIFE...
- Awww, ternurita, pero sabes que eso me ofende además de que me molesta ese nombre para pasar desapercibido en la "ciudad" -
ES LA VERDAD... MIRA, SI QUIERES PUEDES IR ALLI Y OBSERVAR, INVESTIGAR... PERO NADA DE LLAMAR LA ATENCION... ¿QUEDO CLARO...?
- Ufff, por fin, gracias vejestorio, solo no mandes a la otra tonta por mi... -
LA DEMONIO ARPON TE IRA A BUSCAR EN CASO DE QUE NO SEPA NADA DE TI O ESTES EN PELIGRO, ESTAS AVISADO.
- ¡ABURRIDO! Ugh... Está bien... -
Antes de salir del lugar, volteo para así ver al gran demonio nuevamente...
- ¿Me puedes decir por lo menos cuando caerá el día que ataquemos...? -
EL 03 DE JUNIO...
El de cabello blanco/plateado quedó pensando en el día hasta que se sorprendió y luego sonrió con malicia...
- Ya veo... Planeas ir con todo ¿No? Será sin duda un día más que divertido... - Dijo saliendo...
LA LUNA ESTARA HERMOSA EN ESA FECHA...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro