3: Intenciones Asesinas...
Residencia ??? - Año ???
El día era brillante, árboles que eran movidos por el fresco viento provocando también que pétalos de flores silvestres salieran volando. Niños jugaban con total alegría tanto con sus juguetes y los juegos en el parque en el que se encontraban...
Pero en una casa no muy lejos de ahí...
- ¡ME TIENES CANSADO MOCOSO DE MIERDA! ¡YA ES UNA DE LAS TANTAS VECES QUE VUELVES A HACERLO...! - Decia un hombre furioso a un niño que se encontraba arrinconado ante él.
El niño asustado parecía tener algo entre sus manos, era llamativo y chillón, parecía ser un juguete que se encontraba partido a la mitad...
- ¡TODAS LAS PUTAS VECES QUE TE COMPRO ALGO PARA QUE JUEGUES Y NO NOS JODAS, VAS Y LO ROMPES COMO SI NADA! ¡¿ACASO CREES QUE CAGO DINERO?! - Dijo enfurecido con un cinturón en su mano cerrando su otra mano con fuerza al punto notarse las venas...
- N- No papá... - Dijo el niño con la voz frágil y miedosa...
- ¡NO TE ESCUCHE BIEN, KISHIBE! - Dijo alzando cinturon asustando más al pequeño...
- ¡S- Si señor...! - Dijo mientras pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos. Este ocultaba su rostro con aquel juguete roto.
- Ni se para que me molestó contigo. Tu mamá se la pasa limpiando tus desastres, cocinando para alimentarte a ti, lavando tus ropas y rompiendose la espalda para tener una casa más agradable, mientras que yo salgo a trabajar a la ciudad agotado para mantenerlos a ustedes y los que me haces es esto... Se acabó, está será la última vez que tendrás algo para divertirte... A ver si aprendes como pasarla bien por tu cuenta, mocoso estúpido... - Dijo tomando aquel juguete roto de sus manos y lanzandolo al basurero...
-
-
Parque de juegos - Año ???
- Oye, Akira... - Decía un niño con su grupo de amigos.
- ¿Si? - Dijo el otro niño...
- Es él de nuevo... Se está acercando a nosotros... -
- Ugh, tendremos que irnos, por suerte en el bosque, él no nos molestará... -
Un niño de pelo negro como la auténtica brea, ojos vacíos como la oscuridad y piel pálida como la luna, se iba acercando a aquel grupo de infantes que sudaban frío al verlo. Otros se disgustaban mientras que los demás agachaban la mirada tristes...
- ¡H- Hola! Este... ¿Qué hacen? - Dijo juntando sus dos manos con nerviosismo tal vez por timidez.
- Ah... Nada, charlando entre nosotros... - Dijo con monotonía y posible disgusto.
- ¡Oh, vaya eso es genial...! Yo... ¿Quieren jugar a algo? Tal vez... - No pudo terminar nada ya que otro niño enojado se puso enfrente del grupo...
- ¡Ay no! ¡Ya me canse! ¡Por la culpa de Kishibe tenemos irnos todos a nuestras casas o ir a otro lado! ¡¿Sabes que Kishibe?! ¡Eres un tonto! ¡No queremos jugar contigo...! ¡Todo el tiempo lastimas por accidente a uno de nosotros o rompes nuestras cosas porque eres "fuerte"! ¡No te queremos! ¡Fuera...! - Dijo con enojo agarrando un palo.
- ¿Eh...? ¡N- No para...! - Dijo poniendo sus manos enfrente.
El niño golpeó la pierna de Kishibe, golpeó sus brazos, su cabeza, su pecho y aún así Kishibe no sé inmutaba, más bien, se sentía dolido más por dentro que por fuera...
- ¡Monstruo! ¡Monstruo! - Decía mientras lo golpeaba.
Los niños atrás daban ánimos a su pequeño amigo y abucheaban a Kishibe quien miraba con tristeza y dolor su situación actual. El viento soplaba moviendo las hojas de los árboles, los pájaros cantaban con total alegría, las cigarras emitían su sonido característico y al otros lado se podia escuchar sonidos de golpes y de muchedumbre infantil haciendo un escándalo ante un niño de pelo negro con llanto silencioso...
- ¡Ve a jugar solo, Kishibe! - Decía otro niño mientras se escondía en su grupo...
El niño seguia golpeando al pelinegro con el palo, pero este no parecía afectarle mucho, solamente se sorprendía y miraba con preocupación al otro que lo golpeaba... El niño se canso mientras todos los miraban y lanzo el palo a otro lado...
- P- Para... - Dijo el pelinegro con una voz quebradiza...
- ¡Ugh, no tiene casó hacerte algo, eres duro como una roca! ¡Por eso eres idiota seguro! ¡Vamonos al bosque y dejemos a Kishibe solo...! -
- Oigan... Pero ese lugar es peligroso... Dicen que hay demonios... -
- ¿Quien te cree Kishibe? El único demonio aquí eres tu... - Mientras los otros reían y felicitaban al atacante adentrandose poco a poco en aquel lugar...
Kishibe solo miraba al suelo con tristeza...
Cuando de repente miro como algo lo mordía ferozmente... Era una criatura deforme con varios ojos, pequeña y desagradable... Kishibe miro esto con terror y agitó su pierna con miedo y se alejo para ver cómo la criatura se arrastraba lentamente...
Rápidamente el miedo se le fue, quedó observando a la criatura para después enojarse... Se le acercó a aquella criatura...
- Monstruo... - Dijo para levantar su pie y aplastar a la criatura que al parecer era un demonio...
Parecía una papilla al ser aplastado...
Ese día... Los niños no volvieron más del bosque...
-
-
-
Escuela secundaria del pueblo - Año ???
Un jovencito tal vez de unos 14 años salía de su escuela con una gasa en su cara junto a un hombre que parecía bastante enojado... Subieron a un auto maltratado y arrancaron.
- No puedo creerlo, mocoso estúpido, sin duda eres un quebranto... - Dijo en el volante mientras miraba con el retrovisor.
El chico en el asiento de atrás se veía despreocupado, sin importarle nada, miraba la ventanilla del auto a su derecha con sus brazo extendidos.
- ¿Ah? ¿Enserio? Me siento feliz por eso... - Respondió con una pequeña sonrisa burlona mirando el retrovisor también...
- ¡¿Dislocaste la mandíbula de aquel chico y golpeaste a los encargados y profesores?! ¡Por tu puta culpa te expulsaron de la escuela y me pusieron una demanda! ¡¿Sabes quién tiene que dar la maldita cara por tus estupideces?! ¡Yo! ¡Sin duda eres un maldito parásito! - Dijo enfadado...
- ¡Ohhh...! Vaya... ¿Y como está la vieja? ¿Se enteró de esto? -
- Se pregunta porque naciste... -
- Hmmm, yo también me preguntó lo mismo... -
- ¡¿Es que no te importa nada?! ¡Mocoso de mierda! Solo nos cagas la vida! ¡Desde que naciste fue así! ¡Primero rompias todo lo que te dábamos, después la muerte de esos niños en el bosque que gracias a tí, los vecinos nos tratan como plagas, después nos enteramos que te escapabas a la ciudad y robabas con un grupo de pandilleros...! Y ahora esto... -
- ¡Ohhh! ¡Que pena...! ¿Sabes? Podrías coger con la vieja hoy, así tal vez se vaya su estrés por un momento hehe daaaah... - Dijo haciendo una seña obscena sonriendo con burla...
Su padre detuvo el auto de golpe y miro a Kishibe con venas en su cara...
- ¿Qué harás viejo? ¿Me golpearas cómo siempre? Adelante, me interesa saber si golpeas mejor que los adultos de esa escuela... - Dijo poniendo sus manos atrás de su cabeza y una sonrisa confiada...
- No... Hehe, por fin tienes edad para ir a un lugar encantador para ti... - Decía sonriendo con malicia.
- ¿Hm? - Dijo Kishibe extrañado por lo que dicho de su padre.
-
-
Academia militar - Año ???
- Cadete Kishibe, se debe admitir que apesar de su actitud altanera, despreocupada o violenta, se supo calmar y guiar por el buen camino. Su fuerza, velocidad, resistencia, astucia y agilidad son algo que destacar entre todos los cadetes - Dijo un hombre de postura firme con uniforme militar con su gorro y estrellas en este.
- Gracias, señor - Dijo el pelinegro firme frente a aquel hombre robusto.
- Apesar de que varios cadetes intentaron adiestrarlo, usted se supo defender y devolverles el favor de peor forma... Algo que no se tolero en nuestra academia, pero bien que supo soportar los castigos de este lugar... -
- Si señor, me disculpo aún por todo el inconveniente sucedido, pero gracias a eso sus hombres saben a quien no molestar - Dijo sin expresión alguna...
- Así es cadete Kishibe, en el combate no importa el estatus social, los modales, las reglas o el cariño... Cómo sabe y se supo a través de los tiempos, es la regla del más fuerte quien siempre prevalece, no importa que use armas o no Tampoco importa si lleva protección o si pelea desnudo. Testículos, ojos, lengua, brazos, pecho, piernas, garganta o cerebro, no importa donde sea el punto vital ni que tan vergonzoso o doloroso sea, mientras el contrincante perezca, toda victoria es bienvenida... Es por eso que desde que te enseñamos como combatir, vimos tus destreza y letalidad potencial... -
- Usted lo dijo señor, a la hora de luchar, nuestro objetivo principal e importante es neutralizar o acabar con el enemigo sin importar cómo sea... Debo decir que desde que llegué aquí me he sentido como en casá y ahora que se de sus doctrinas, no hay miedo alguno que tenga... (Salvó uno...) -
- Así se habla cadete, si sigues así algún día llegarás dónde yo... - Decía dándose la vuelta - Descanse... - Dijo yendose...
Kishibe cambio a una postura más relajada para así voltear su vista a la derecha... Vio como llevaban a un hombre amarrado en una silla con cinta en su boca... Kishibe sonrió ante esto y se dirigió a su superior...
- Señor... -
- ¿Hm? - Dijo dándose la vuelta...
- ¿Quiere que le saque información a ese sujeto? Hehe... -
-
-
Residencia Kishibe - Año ????
La casa de la que alguna vez fue de Kishibe se encontraba en buen estado, había un jardín, estaba pintada... Parecía más viva... Dentro de esta se hospedaban dos personas ya con una edad no muy avanzada pero con unas cuantas canas... Eran los padres de Kishibe quienes al parecer, se veían alegres, el padre estaba leyendo el periódico mientras tomaba un jugo de naranja mientras la madre disfrutaba de unos bocadillos hechos por ella, tenían una sonrisa serena, eso hasta que sonó la puerta...
Cuando la mujer se levantó para abrir, el hombre se levantó e insistió en que él abriría, la mujer sonriente asintio y siguió disfrutando de su día.
El hombre al abrir la puerta pudo ver a un joven alto de pelo negro con ojos vacíos mirándolo con una sonrisa casual, llevaba un abrigo militar y un bolso con tal vez sus cosas. La cara alegre y serena del hombre mayor ya desapareció al ver a la persona frente a él... Suspiro y hablo.
- Eres tu... - Dijo el hombre tal vez con decepcion
- Hey, cuánto tiempo ¿No lo crees viejo? Veo que la casa mejoro bastante desde que me mandaste allí... - Dijo mirando a su alrededor sonriente mientras su padre seguía con su expresión seria.
- Hmphf, digamos nos supimos manejar... -
- Si... Y bastante bien me doy cuenta... -
El silencio surgio por un rato hasta que se escucharon pasos detrás del hombre...
- ¿Cariño? ¿Por qué tardas tanto en la puert-? - Dijo para así ver a su hijo quien lo saludaba...
La mujer cambio su expresión a una de terror para así irse a su habitación rápidamente...
- De pelos, la espante -
- ¿Por qué estás aquí, Kishibe? -
El chico entrego una carta al hombre. Este tomo la carta y la abrió para así leerla... Cada vez que leía sus expresión se fruncía más y en algunas partes se sorprendía... Después de leer la carta el hombre volvió a su semblante serio y vio a Kishibe.
- ¿Con qué "maneras poco ortodoxas" de interrogar al alguien ¿Eh...? Veo que ni el infierno te quiere allí ¿No? - Dijo arrugando la carta.
- ¿Qué puedo decir? Soy el infierno de ellos jeje... - Dijo rascándose la cabeza mientras daba risitas - Mira viejo, para suerte de ustedes, estuve 4 años allí, así que prácticamente ya tengo 18 y puedo manejarme solo, pero no tengo donde dormir así que me hospedare aquí pero estaré la mayor parte fuera de casa... Aún restaurado, este lugar solo me trae malos recuerdos... Cómo todo este pueblo y los que viven aquí... - Dijo cambiando a una cara de molestia.
- Cómo quieras, pero el primer error que cometas te vas... -
- Si, si... Lo que digas... - Dijo para entrar sus cosas...
Pasaban días en los que Kishibe se iba la mayor parte del día de la casa y volvía a medianoche, en si, no era problema para sus padres quienes vivían lo que quedaba de sus vidas con cierta alegría apesar de recordar que tienen un clavo en su cabeza al tener las cosas del chico ahí...
Todas las veces que Kishibe se iba de la casa era para ir a un bar y gastar parte de su dinero en bebidas para después un día...
- Bien... Vete de esta casa... - Dijo con las cosas del chico
- ¿Disculpa? -
- No creas que no me di cuenta de lo que hiciste en tu última noche, llegó la policía diciendo que peleaste en el bar casi matando a varios sujetos, te trajeron aquí ebrio porque apenas y podías moverte... -
- No fue para tanto, una pelea de bar lo provoca cualquiera -
- No, no es así. Tanto al cantinero como los que estaban ahí están gravemente heridos o en terapia intensiva, puede que el bar cierre por tu culpa... -
- Bueno... Ups... - Dijo levantando sus brazos...
- Vete de aquí... Y no vuelvas nunca... -
Kishibe molesto agarro sus cosas y se dió la vuelta para irse no sin antes decir:
- Escucha bien, viejo. Voy a tener una mejor vida que tú, voy a tener mejores amigos que tú, voy a ser mejor padre que tú y voy a tener todas las cosas mejores que tú, un trabajo donde sea mejor que él que tuviste tú... Y todo para así restregartelo en la cara... Acuérdate... - Dijo para irse sin voltear atrás...
-
-
Estación de policía de la ciudad - Año ????
Kishibe se encontraba con un uniforme de policía, iba a entrar pero en eso vio como alguien corría con desesperación y entraba a una carnicería...
Él con determinación, entro al local de carne para así ver qué había un chico que amenazaba con un cuchillo al carnicero cuando en eso...
- ¡Oye! ¡En nombre de la ley, alto ahí! -
- ¡Mierda! ¡Un policía! - Dijo para ahora agarrar al carnicero con brusquedad y poner el cuchillo sobre su cuello - ¡Atrás! -
Kishibe agarro uno de los ganchos de carne y se lo lanzó al posible ladrón dándole en el hombro para así caer dejando libre al carnicero del local.
Se acercó con monotonía y lo alzó.
- Tienes derecho a guardar silencio, cualquier cosa que digas puede ser usado en contra en el tribunal... - Dijo sonriendole.
El carnicero aplaudía con asombro y Kishibe lo sostenía con orgullo cuando en eso... Una mujer de avanza edad, lastimada y con raspones, entro al local...
- Ese chico... E- Ese chico me robó mi cartera... Mis cosas más preciadas estaban ahí... P- Pero la foto de mi nieto que murió por el Demonio Pistola, estaba ahí... Dame... Dame mi bolso - Dijo aquella anciana cansada recostandose en la puerta mientras si frente sangraba tal vez por lo que el ladrón le hizo a ella...
- ¿Huh? Ah, te refieres a esa foto vieja... Lanze el bolso y junto a la foto a la basura... ¿Feliz? ¡Hahaha! - Decía riendo aún siendo sostenido por Kishibe...
Kishibe vio esto sin expresión viendo como la anciana llorando mientras el carnicero la consolaba...
Entonces dijo...
- Hmmm, eso es malo... Robar está mal... ¿Te lo dijeron? - Dijo moviendo su dedo de aquí para allá...
- ¿Eh? Y que me importa, no me servía nada de todas formas... -
Kishibe agarro la mano del ladrón y lo puso en el mostrador...
- Esto merece un castigo... - Dijo agarrando un cuchillo del carnicero...
- Oye... ¡¿Qué haces?! ¡Hey! ¡Baja ese cuchillo! ¡Hazlo! - Dijo tratando de librarse... No movía ni un pelo a Kishibe...
- ¿Qué lo baje? Je, está bien... - Dijo para así...
*CUT*
Como si fuera mantequilla... La mano de este se separó y sangre empezó a brotar...
Los gritos de agonía surgieron. El carnicero se mantenía callado y serio, no sentía lastima o miedo alguno por la vista. La anciana seguía llorando por la foto de su difunto nieto sin prestar atención a la situación. Kishibe solo veía como se retorcía de dolor y como la mano amputada temblaba...
Un policía entro y vio a Kishibe en el acto a lo que rápidamente grito:
- ¡Kishibe! ¡¿Que rayos crees que haces?! - Dijo sacando su arma reglamentaría...
- Leí en un libro que así se les castigaba a los ladrones... - Dijo aún mirando a la mano...
- ¡Quiero que te entregues ahora! ¡Si no quieres problemas! - Dijo apuntandolo...
-
-
Parque de la ciudad - Año ????
Kishibe se encontraba caminando por el parque agarrándose el estómago, tenía puesto su abrigo militar, jeans y camiseta...
- Hace dos putos días que me sacaron el trabajo de policía y ni siquiera me pagaron... Tengo hambre, demasiada, soy de apetito grande, necesito saciar mi hambre... - Dijo con enojo...
En eso, de los arbustos un demonio con forma de perro y piel humana salió de los arbustos, ojos que parecían estar fuera de las cuencas y agurejos dónde salía un calor inmesurable... Miraba a Kishibe con rabia y hambre...
Kishibe vio esto y...
- Oye... Tengo hambre... -
-
-
-
- ¡GYAAA! ¡SOY EL DEMONIO GRILLO! ¡Y TE MATARE Y COMERE TU CADA-...! - Fue interrumpido para ver a el pelinegro comiendo un trozo de algo en una fogata...
La criatura con asombro y temor pregunto...:
- Oye... ¡¿E- Eso de ahí...?! ¡¿Acaso estás...?! ¡¿Comiendo a un demonio?! - Dijo mientras Kishibe saboreaba la carne y miraba al otro demonio...
- Hace dos días que no como... Su carne es... Interesante... - Dijo masticando y comiendo aún más...
- ¡ESA ERA MI MASCOTA! ¡¿C- COMO PUDISTE?! ¡BLURWORG! - Dijo vomitando enfrente de Kishibe quien ahora masticaba la cabeza de lo que antes era el demonio...
El demonio cerro sus puños con apariencia de insecto y le dirigió las palabras a Kishibe...
- ¡Todos ustedes los humanos son unos malditos enfermos! ¡Escorias! ¡Yo...! ¡Yo...! Te matare... - Dijo flexionando sus piernas de insecto a tal punto que parecían tensarse e inflarse.
Kishibe se levantó lentamente y se puso en posición de pelea sacando su cuchillo que le dieron en la academia militar...
El demonio fue disparado con tal velocidad que se escuchó como rompió la barrera del sonido para después... Ser partido a la mitad de formar vertical...
- Mucha diferencia entre ustedes y nosotros no hay... Hipócrita... - Dijo para volverse a sentar y comer...
En un árbol se podía ver a un cuervo mirando la situación, sus ojos tenían un color amarillento fuerte cosa que llamo la atención de Kishibe pero luego lo ignoro...
En eso, vio un periódico que mostraba los diferentes empleos y entre todos ellos, uno le llamo la atención...
-
-
-
Residencia Kishibe (Apartamento) - Actualidad.
Kishibe estaba viendo como había un vaso roto en el suelo y a Aki mirando con culpa lo que hizo... Él estaba perdido en su mundo recordando lo que fue su infancia y juventud...
El miro al niño apunto de llorar y luego miro el vaso roto...
- S- Señor Kishibe, lo siento mucho, no fue mi intención lo que hice... - Dijo con miedo...
- Solo haces desastre ¿No, mocoso? - Dijo para agacharse y tomar las manitos del niño... - ¿Te cortaste? - Dijo viendo las manitos.
- Si... Cuando intentaba juntar los vidrios me corte con un trozo... - Dijo apenado...
- Bien, vámonos al baño, tengo un botiquín, desinfectaremos esa herida y luego limpiaremos este desastre... - Llevándolo de la muñeca.
- ¿N- No está enojado por lo que hice? -
- Fue solo un vaso, tengo muchos, pero aún así ten cuidado la próxima... - Dijo ya en el baño.
El adulto de la casa empezó a inspeccionar la mano del infante, por suerte solo fue su dedo índice el que fue cortado. Con delicadeza desinfecto el dedo y lo cubrió con una vendita para así sonreír al niño y pararse.
- Gracias - Dijo para verse el dedo vendado...
- No hay de que, me iré a mi habitación, si quieres puedes ver la televisión - Mientras caminaba a su cuarto.
- Este... Oiga... Señor Kishibe... -
- ¿Qué sucede? -
- Hoy tenemos que entrenar... -
- Oh... Cierto... Esta bien... - Dijo yendo a otra habitación junto al pequeño quien se apresuró atrás de él.
Los dos se encontraban en un parque con otra ropa que no sea la de casa. Kishibe tenía una espada de madera mientras que Aki tenía un cuchillo hecho tambien del mismo material que la espada.
Aki avanzaba con ferocidad y daba pequeño cortes que eran bloqueados por Kishibe quien sin moverse de su lugar y con una mano los boqueaba.
Cuando Aki intento apuñalar a Kishibe, este lo detuvo con su espada...
- ¿Ahora qué harás mocoso? - Dijo con una mirada retadora y una sonrisa confianzuda.
Aki soltó el cuchillo de madera y lo tomo con la otra mano para así simular que apuñaló el abdomen de su enemigo.
Kishibe sin duda se sorprendió, pasaron tan solo dos semanas desde que él empezó a entrenar al niño y ya lo puso en jaque, Aki se sabía adaptar y aunque no tenía mucha fuerza o velocidad, tenía astucia que lo supo usar bien...
- Nada mal mocoso... Pero un demonio no morirá de una sola cuchillada... - Dijo para empujarlo y alejarse para así rápidamente desaparecer entre los arbustos...
Aki estaba en shock, perplejo por el nuevo reto puesto por su maestro. Debía de localizar su objetivo o de lo contrario era presa fácil, pero no era fácil... Cada ruido que escuchaba, ya sea el más mínimo ponía nervioso a Aki.
Kishibe jugaba con el viendolo desde arbustos... Árboles... Y cualquier lugar donde esconda su presencia de Aki...
El niño de un momento a otro se quedó quieto...
Se le había ocurrido una idea... Lanzó su cuchillo de madera hacia un arbusto que se agitaba, en eso a sus espaldas salió Kishibe con velocidad para sorprender al niño y atraparlo pero Aki de su abrigo saco otro cuchillo que tenía escondido y...
- ¡Ah...! ¡Yo...! ¡Le di! - Dijo asustado apuntando el cuchillo con sus dos manos a Kishibe que estaba a centímetros de su cara.
- Hehehe, nada mal, mocoso... - Dijo parándose...
Este río con satisfacción... Debía admitir que era sin duda sorprendente, tal vez no tenía la fuerza de él cuando era niño, su resistencia o velocidad, pero aún así tenía un potencial enorme para ser cazador, tenía un instinto letal... A palabras de Kishibe claro.
- Entonces... ¿Lo hice bien? - Dijo con entusiasmo...
El pelinegro se quedó pensando y observo a Aki.
- Meh, nada mal, supiste defenderte bien, usaste muy bien tu cabeza... Pero el error que cometiste fue empezar atacando... - Dijo mirándolo.
Aki se puso confuso ante esto... ¿Qué tenía de malo empezar atacando si no le da tiempo al enemigo de empezar? Este decidió preguntar...
- Pero... ¿Y que tiene? -
- Mocoso, si se trataba de un enfrentamiento amistoso no habria problema en eso... Pero estamos hablando de vidas y demonios... En un combate se pondrá en juego tu vida y la del demonio, el problema es que no sabes que truco bajo la manga tenga - Dijo levantando su dedo índice - Puede que en dónde tú arranques atacando, él prevista eso y levanté alguna clase de púas del suelo o reaccione aún más rápido que tú activando alguna habilidad rara... - Dijo para agacharse a la altura de este.
- Entonces... Debo... - Dijo mirando al suelo.
- Debes de observar al enemigo, esquiva sus ataques, provocarlo si es posible, y una vez que sepas cómo funciona, usas tácticas que lo debiliten para darle el golpe de gracia... -
- Entiendo... -
- Pero no abuses... Si lo evitas todo el tiempo él te analizará a tí y te matará con la primera oportunidad que vean... -
- ¿Son difíciles de tratar? -
- Pues, nunca sabes que tipo de de apariencia, habilidad o movimientos hagan, no sabes si son grandes o pequeños, flacos o gordos, inteligentes o idiotas... Pero sea lo que sea, debes de tener algo en cuenta... -
- ¿Qué cosa señor Kishibe...? -
- No los subestimes... Puede que lo sepas pero te lo diré aún así... Ellos son idiotas pero no estúpidos, al igual que tú y cualquier ser viviente en este mundo, tienen una manera de planear, el como atrapar a su presa y acabarla, tienen astucia... Son seres que al principio jugarán contigo y luego te devorarán de la manera más atroz... - Kishibe tomo de los hombros a Aki... - Así que te pregunto mocoso... ¿De verdad quieres ser un Cazador? -
El niño quedó callado, pero con determinación y seriedad asintio...
- Si... Lo que sea para ver muerto al Demonio Pistola... - Dijo con enojo.
Kishibe solo se limito a dar una sonrisa ante el mocoso y levantarse para así los dos ir a casa...
En el camino, pudo ver a Aki que miraba de vez en cuando los juegos del parque... Habían niños jugando que eran vistos por sus padres quienes tenían una sonrisa al ver cómo sus hijos se divertían...
Kishibe suspiro y dijo:
- ¿Sabes? Cuando vuelva del trabajo podemos venir aquí y... - Dijo rascándose la cabeza, él no era bueno en este tipo de cosas - Ya sabes, divertirnos aquí... - Mirando al infante.
El niño miro a Kishibe perplejo para luego desviar la mirada con vergüenza.
- N- No hace falta... Pero si usted quiere... - Dijo mirando al suelo.
Los dos siguieron su camino normalmente hasta llegar al apartamento, el niño tenía una sonrisa y Kishibe sin darse cuenta igual, iban llegando cuando en eso, vieron a alguien recostado en la puerta de su apartamento, era Quanxi quien miro a los dos con su único ojo llegar.
- Buenas Kishibe... - Dijo ella saliendo de la puerta.
- Quanxi, ¿Cómo estás? Supongo que no viniste a visitar - Respondió sacando la llave de su bolsillo para abrir su puerta.
El niño miro a Quanxi con temor poniéndose detrás del adulto, este agito la mano con timidez saludando a la albina quien se percató de esto y sin cambiar de expresión le saludo igualmente.
- Así es, nos necesitan. Según el informe, un demonio con apariencia de rata y hombre fue visto en una fábrica de textiles, debemos identificarlo y matarlo para ver si tiene una pieza del Demonio Pist- - Antes de que Quanxi pudiera terminar, Kishibe hizo una seña para que parará debido a que estaba el niño escuchando.
Ella entendió y asintio mientras que el niño estaba confuso...
- Debemos estar allí ahora mismo, ¿Sabes conducir? - Preguntó la albina
- No me dieron la licencia... - Respondió el pelinegro.
- Tendré que hacerlo yo supongo... -
Kishibe asintio y rápidamente entro al apartamento, se vistió y agarro su cuchillo de supervivencia para así irse no sin antes decirle a Aki que cuide la casa. El niño aún perplejo asintio con seguridad y despidió a Kishibe quien salía rápidamente.
-
-
-
Los dos estaban en el auto, Quanxi al volante y Kishibe de copiloto viendo la ventanilla del auto... Eso hasta que Kishibe hablo:
- Veo que trajiste las espadas duales... - Dijo el pelinegro.
- Son para ti, no sabemos cómo es el enemigo que enfrentaremos, pero si sabemos que tiene la apariencia similar a una rata lo cual significa que es ágil... - Dijo sin desviar su mirada del camino.
- ¡Vaya, que amable eres jaja! - Dijo refiriéndose a su compañera.
- De nada, eres hábil con tu cuchillo pero de verdad que necesitas salir de tu confort, ¿Vas a poder usarlas? -
- Tranquila, si la vez anterior use una espada, dos no serán difíciles... -
- Si tú lo dices... -
El silencio perduró otro rato más hasta que Quanxi decidió iniciar conversación:
- El niño... ¿Cómo te va con él? - Dijo la albina a él pelinegro.
Extrañado respondió.
- Bien, es bastante educado y obediente, un poco tímido pero es normal en un niño, me entiendo bastante bien con él - Poniendo sus brazos detrás de su cabeza.
- ¿Y en su entrenamiento? - La peliblanca pregunto.
En eso, Kishibe mira hacia arriba recordando los entrenamientos incluyendo el de hoy, las veces que se adaptaba al combate y respondía agregando su determinacion...
- Vaya que tiene potencial... Tendrías que verlo, tiene tanto potencial que podría ser un prodigio de cazador cuando crezca... - Dijo, su sonrisa se borró por un momento al saber lo que dijo.
- Eso suena bien, pero por lo visto no te gusta nada la idea... - Dijo su compañera bajando la velocidad del auto...
- No... Odio el hecho de que sea tan bueno siendo cazador... - Dijo cruzandose de brazos.
- Puedo entenderlo. Este trabajo no es para cualquiera, por lo menos no para cualquiera con los tornillos puestos... - Menciono ella.
- Y mira que tienes razón. Quanxi ¿Cuántos cazadores jóvenes has visto con potencial? -
- Muchos... -
- ¿Y cuántos están ahora mismo operando? -
- Menos de 5 cazadores... Algunos dejaron la organización muertos por una misión común mientras que otros por suicidio o renuncia... - Respondió a secas la peliblanca.
Kishibe puso una cara de disgusto absoluto ante la respuesta de ella, dando a entender punto...
- Escucha, entiendo que él quiera ser cazador de demonios como yo o tú, pero literalmente entrar a este trabajo es una solicitud de muerte para los que no tienen nada. Se que no soy de pensar mucho pero verlo entrenando y no rendirse hace que me dé cuenta que el día que crezca y entre, muera de una forma espantosa... - Dijo algo enojado por la situación.
Quanxi asintio para después parar el auto.
- Veo que te encariñaste con el niño... - Miro a Kishibe.
- Si... El mocoso sabe cómo apegarse a la gente... Quien lo diría... Padre soltero y ni siquiera me acoste con una mujer -
Apesar de lo último, Quanxi indiferente pregunto:
- ¿Nunca? - Dijo la albina...
- ¿Te vas a burlar? Así es, soy virgen, era muy problemático en la secundaria, en la academia militar no habían mujeres y tanto en el pueblo donde vivía como en la ciudad nunca fui a un burdel, me parece sucio y un gasto de dinero en vano... - Dijo Kishibe.
- Ya veo... -
- Fue una buena conversación... - Dijo bajando del auto el pelinegro...
- No se cómo hablar sobre tu virginidad es crucial para nuestra conversación... - Dijo también bajando la albina.
- Bueno, ahora ya sabes algo más de mi - Dijo guiñando su ojo a Quanxi.
- Cómo sea... - Responde ella quedando frente a la fábrica abandonada.
- Oye Quanxi... - Dijo quedando a su lado...
Esta miro a Kishibe sin cambiar de expresión a lo que este sonrió de oreja a oreja.
- ¡La próxima vez yo te preguntaré cómo estás! - Rascándose la cabeza.
Quanxi chasqueo los labios y avanzó para adentrarse a la fábrica.
Al entrar solo los recibió el silencio y la oscuridad del lugar, cómo las gotas de agua desperdiciadas que hacían su sonido característico...
Cada vez que más se adentraban al lugar, sonidos de roedores se escuchaban hasta que...
- ¿Quién entra en mi dominio...? - Se escuchó una voz ronca y vieja...
Kishibe cómo también Quanxi se pusieron de espaldas siendo rodeados por lo oscuro del lugar... Solo la luz del sol iluminaba tenuemente.
- Oh... Cazadores... Mis pequeños amigos me hablaron de ustedes... Aunque claro, su superior hizo a uno de mis pequeños un espía, tuve que sacrificarlo pero bah, tampoco importaba... - Dijo mientras ratas pasaban por sus pies.
- Así que puedes hablar... - Dijo la mujer albina mientras Kishibe miraba de aquí para allá buscando al enemigo.
- ¿Te sorprende eso cazadora? ¿De todas las bestias que has asesinado soy yo tu sorpresa más grande? - Dijo el demonio.
- No, tan solo es curioso... - Respondió ella.
- Para mi también es curioso. Todas las mujeres humanas que he visto le tienen un terror grandísimo a las ratas... En cambio tu... No siento ni una pisca de miedo a ti, digno de una cazadora sin duda... - Dijo mientras su silueta se dejaba ver.
Los dos cazadores vieron a su contrincante arriba sentado en un tubo de metal, sus ojos eran rojos y por la forma de la silueta se notaba que partes de su cuerpo eran como el de una rata con apariencia humana...
El demonio miro a Kishibe quien simplemente miraba a los roedores que estaban alrededor de ellos mirándolos.
- Y tú... Escuché de ti gracias a mis pequeños ayudantes... - Dijo con una voz ronca y que parecía ser vieja. - ¿Eres el rumoreado que se comió a un demonio? ¿Aquel que dicen es muy fuerte...? -
- Vaya, ¿Tus amiguitos dijeron eso? Muchas gracias... - Dijo sonriendo con burla.
El demonio hablo nuevamente.
- Si... También me contaron de alguien más que también es interesante... ¿Vivía contigo? Si... Creo que era un niño... - Dijo bajando de dónde estaba.
Kishibe cambio esa expresión burlona que tenía a una sería...
Quanxi analizó la situación y no estaban tratando con cualquier demonio, se trataba de un poseído, y uno muy inteligente.
El demonio aún sin ser mostrado se movía alrededor de ellos, los roedores que aparecían en la fábrica cada vez eran más y Kishibe miraba y planeaba como atacar mientras que Quanxi ubicaba dónde se encontraba el enemigo...
- Cazadores... No soy lo que creen... Cómo acto de benevolencia les dejaré ir sin ningún problema. Aunque la sangre tanto humana como de cualquier criatura es tentadora, yo solo me alimento de las sobras que mis pequeños y yo encontramos... ¿Qué dicen? - Hablo mientras todas las ratas se ponían en defensa...
Quanxi sin mostrar algún tipo de expresión dijo:
- No lo creo, hasta aquí llegaste... -
- Hmmm, ya veo... A lo mejor tu amigo es más inteligente... - Dijo mientras las ratas empezaban a volverse locas...
Kishibe aún con su expresión de seriedad respondió:
"¿Sabes de qué están hechas algunas hamburguesas?
El demonio sin decir nada, gruñendo con rabia se mostró a paso lento a la iluminación y con rabia grito:
- ¡ATAQUEN! ¡MATENLOS Y COMANSE SUS RESTOS! ¡AHORA! - Exclamo con enojo.
"GYAAAA"
Los roedores de amonton se abalanzaban contra los dos quienes cortaban a los roedores. Kishibe en una oportunidad se acercó al demonio para cortarlo solo para ver que no era él sino una pila de roedores.
- ¡NO CREAS LO QUE VES, CAZADOR! - Dijo el demonio rata que aprecio atrás de Kishibe.
El pelinegro esquivo las garras a duras penas del demonio que rasgo su traje.
- ( Daño el uniforme de SP... Es peligroso... ) - Decía en su mente pero en eso sintió como si algo se quemara.
El saco de Kishibe, dónde las garras habían rasguñado su saco se empezaba a derretir. Kishibe ante esto se quitó el saco rápidamente para verlo por unos segundos... Las ratas que devoraban el saco desintegraban con su mordida la prenda.
Kishibe al notar esto exclamo a su compañera.
- ¡Quanxi! ¡Cuidado con esas malditas cosas! ¡Tanto el demonio como las ratas tienen un ácido infeccioso! -
Quanxi sin decir nada, mata un poco a las ratas a su alrededor y salta para agarrarse de una palanca de metal y colgarse para alejarse de las ratas.
Kishibe lidiaba con el demonio de las ratas que era ágil y perspicaz, con sumo cuidado esquivaba y bloqueaba los ataques del demonio.
- ¡Ustedes los cazadores no son más que escorias y clavos en nuestros zapatos! ¡Asesinos como nosotros! - Dijo el demonio mientras con su cola le dió un latigazo a Kishibe haciendo que se distraiga y su brazo rasguñado ligeramente.
- Tsk... - Dijo Kishibe con molestia aguantando el dolor.
La albina quien estaba sostenida en la palanca de metal vio como ratas se acercaban desde arriba hacia a ella, empezaban a acercarse con cuidado para morderla.
- ¡Me llaman demonio, monstruo, bestia y fenómeno! ¡¿Pero ustedes los humanos que son en realidad?! - Dijo trepando algunas estructuras de la fábrica para embestir a Kishibe. - ¡Los demonios no somos más que espejismo suyo que desmuestra su lado mas retorcido! ¡Si no fuera por las leyes y moral de los demás, actuarían tal cual como nosotros! - Kishibe en el suelo le dió un tajo cortando la cola del demonio rata haciendo que de un grito de dolor y se aleje.
Kishibe no respondía ante el diálogo del demonio, no intentaba en lo más minimo interactuar ante él ahora mismo, debía acabar rápidamente con el demonio para así asistir a su compañera. Mientras tanto, ella se encontraba esquivando y matando cualquier roedor hasta que sintió una quemadura en sus dedos... Una rata había mordido el dedo en dónde se sostenía, la mato rápidamente y sintió como su mano perdía la fuerza del agarre y su dedo se desprendía de la mano.
- ¡Y ustedes los cazadores son aún peor! - Dijo lanzando a sus roedores a Kishibe el cual los rebano con sus espada duales y fue hacia el demonio quien con su garras desviaba los ataques con espadas de forma rápida. - ¡Se lucran de nuestra muerte y a veces disfrutan de hacerlo, sin importar a su alrededor solo desean nuestra muerte! ¡Asesinos! ¡Algunos de nosotros solo queremos vivir como ustedes, por más que nuestra naturaleza implique ingerir sangre, pero a ustedes no les importa en lo más mínimo! - Dijo mientras que dentro de las ropas arapientas que llevaba salían ratas que se lanzaron a Kishibe.
Quanxi sin más cayó ya que los dedos de su manos se desprendieron de ella apesar de recomponerse cayendo de pie, las ratas aprovechan para morderla sin piedad.
- ¡Yo no pedí nacer...! ¡Ni tampoco pedí lucir así...! ¡Y ahora me quieren matar sin que yo quiera! ¡ENTONCES NO MORIRE HASTA DAR PELEA! ¡YO, RAATMA! ¡VIVIRE! - Agarrando de la camisa a Kishibe mientras que con su otra mano se preparaba para dar un zarpazo.
Kishibe lo tomo del brazo y con fuerza en su agarre le quebró el ante brazo para después apartarlo de una patada y darle un tajo...
Las ratas vieron esto y se fueron del lugar dispersandose por todos lados...
- Escucha mis palabras cazador... Cuando la luna este roja y los demonios estén ansiados de sangre escarlata... Tu te volverás uno de nosotr- - antes de que terminara su frase Kishibe lo decapitó y lo observo...
- Lo que digas... - Dijo para después escupir al cadáver.
Rápidamente volteo para ver a su compañera... Una pila de cadáveres de ratas había a su alrededor, una pila excesiva se diría. Su cuerpo estaba demacrado, había pequeños trozos de ella faltantes mientras que su piel se comía poco a poco por el ácido.
Kishibe se acercó a Quanxi rápidamente con preocupación y la vio de pies a cabeza.
- ¡Tenemos que llamar a seguridad pública, ahora mismo! -
- Voy a estar bien, no es nada... - Dijo la albina.
- ¡Ni una mierda! ¡Literalmente estas a medio comer! ¡Solo espera un poco! -
- Me molesta que se preocupen por mi... -
- ¡Pues te vas a enfurecer demasiado conmigo porque me siento desesperado...! - Dijo sacando un teléfono y marcando...
-
-
-
-
-
Los dos estaban en el auto, Kishibe iba conduciendo y Quanxi estaba de copiloto mirando la ventanilla sería... Kishibe había llamado por una ambulancia pero nadie respondía...
- ¿Te duele demasiado? - Dijo Kishibe aún manejando...
- Nah... - Dijo despreocupada aún con la vista en la ventana del auto.
- ¿No te estás haciendo la dura, verdad? - Preguntó Kishibe.
- Te acostumbras al dolor Kishibe... -
- Entiendo... -
Los dos estuvieron una vez más en silencio, pero Quanxi habla...
- Hey Kishibe... - Dijo sin sacar su vista de la ventanilla.
- ¿Si? - Preguntó con su vista al frente.
- Te preocupaste por mi... ¿Por qué? -
- No entiendo... A lo qué quieres llegar... -
- ¿Por qué te preocupaste por mi? Hace unos días te trate como mierda y aún sigo asimilandolo... Normalmente pensé que te alegraría el verme en este estado... En cambio te vi algo asustado. Jamás pensé ver esa faceta tuya... - Dijo mirándolo...
Kishibe miro al frente sin decir nada, sus ojos negros, su expresión vacía... Estaba reflexionando en ese momento y la respuesta salió de su boca siendo la honestidad adueñándose de su cuerpo.
- Supongo que nunca antes tuve un amigo, compañero o algún contacto con una mujer... Tu eres esas tres cosas y aunque me odies, eres lo único que tengo además del mocoso que parece mi hijo... - Sin sacar la mirada del camino respondió...
Quanxi miro a la ventana del auto nuevamente sin decir nada, Kishibe no respondió ante esto, siguió mirando la ruta hacia la ciudad sin decir nada y era que en verdad... Kishibe no era bueno para expresar sentimientos, el pelinegro podría tenerla confianza más grande de todas hacia ti y aún así no te diría como se siente... ¿Por qué? ¿De que color es la soledad olvidada? La respuesta son sus ojos.
La albina volvió a hablar sin despegar su vista de dónde estaba.
- Tu brazo... También está lastimado... -
- Hmmm si, tienes razón, estaba demasiado ocupado teniendo en cuenta a las ratas y al maldito, supongo que no me fue tan bien... - Dijo aún conduciendo.
- ¿Te duele? - Preguntó ella...
- Nah, te acostumbras al dolor... - Dijo sonriendo.
- Hmpf, buena esa... - Dijo ella...
-
-
-
Al llegar a Seguridad Pública los dos estaban en la oficina de Makima, Quanxi recostada en un sillón y Kishibe parado enfrente del escritorio de su jefa sin sacarle el ojo de encima a su compañera...
- Entonces... Veo que se les hizo difícil - Dijo la pelirroja serena.
- Así es, debería de llamar a unos paramédicos... -
- Te dije que estoy bien, Kishibe - Dijo un poco fastidiada.
- Lo que digas, hasta que te vea de maravilla te creeré - Dijo el pelinegro.
Makima rio por esto para luego hablar.
- Me alegra que se lleven bien... - Dijo sonriendo tranquila. - Kishibe, puedes irte, tu compañera estará a mi cuidado... - Dijo cruzando sus manos arriba del escritorio.
- ¿Y que hay de-? -
- Ella estará bien, mira, si te hace sentir más aliviado, la ayuda está viniendo en camino, la tratarán al instante nuestros mejores médicos... - Explico de manera calmada.
Kishibe vio a Quanxi a lo que está le dirigió la palabra.
- Vete... Ya la oíste... -
Kishibe en verdad se sentía impotente ante la situación, de verdad quería hacer algo y no podía, tenía que irse así sin más... Suspiro y con molestia se fue caminando fuera de la sala...
Quedando Makima y Quanxi solas...
- Y bueno... ¿Aún no se lo dijiste? - Pregunta ella poniendo una mano en su mentón.
- No... - Respondio la albina mirando al techo con aburrimiento.
- ¿Se lo dirás? -
- No lo sé... -
- Pues, depende de tí, aunque no creo que se lo tome mal... -
Quanxi en eso recuerda las palabras de Kishibe...
"Aunque me odies... Eres lo único que tengo..."
- Kishibe es un idiota... - Dijo ella.
- ¿Hm? ¿Enserio? ¿Siguen sin llevarse bien? - Digamos que coincidimos un poco...
- Me alegra que este resultando todo bien... - Dijo para mirar un documento, ella se sorprendió ligeramente y sonrió con satisfacción... - Oh, vaya, esto es interesante... - Dijo ella leyendo...
- ¿Qué cosa? -
- Se trata de otro demonio... El demonio Zombie... - Respondió ella...
- ¿Cuando iremos a por él? - Dijo la peliblanca.
- Si los cazadores que envío no vuelven, irán ustedes pasado mañana... - Dijo la pelirroja de ojos anillados.
- Entendido... -
- ( Motosierra... Cada vez estás más a mi alcance...) - Hablo la pelirroja en sus adentros.
-
-
-
- ¿Entonces, últimamente sientes que se van acercando cada vez más a ti...? - Dijo lo que parecía ser un joven de cabello gris con tonos blanco y dientes plateados.
"ASI ES..."
- ¿Y que planeas hacer? ¿No quieres que me encargue del problema? Jeje, tal vez me podría divertir... -
"NO. AUN NO DEBEMOS ALARMARNOS"
- Agh, Dios que aburrido eres... Me canse de matar a cada humano ya sea niño o adulto, los demonios que se oponen a ti tampoco son un reto para mí, quiero algo interesante, algo que llene mi sed de peligro, algo que me haga llegar a mi verdadera forma... Ya sabes... Mi forma letal... - Dijo haciendo relucir sus manos como si se tratase de algo filoso.
"PRONTO TE DIVERTIRAS COMO QUIERAS, AHORA SE PACIENTE..."
- ¡Eres el auténtico Demonio Pistola o Demonio de las Armas! ¿Qué te impide hacer lo que se te dé la gana? -
"EL DEMONIO DEL CONTROL"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro