Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2: El huérfano...

"Fue en un día cualquiera... Un día cualquiera en que no me importaban los demonios o lo problemas del mundo, en qué solo importaba mi familia y mi hogar... ¿Por qué todo se desvaneció?"

"Fuiste tu... Demonio Pistola..."

-

-

-

- Oye Quanxi... ¡Estoy aburrido! ¿Que buscamos? - Dijo Kishibe quien bostezaba y ponía una expresión aburrida.

- *suspiro* ¿Eres demasiado infantil, no? Estamos buscando a un demonio que parece ser tiene una parte del Demonio Pistola - Dijo Quanxi quien se adentraba en un callejón.

- ¿Ah? ¡Entonces debe ser fuerte! Esto será divertido -

Quanxi rodó sus ojos con fastidio para ir caminando cuando en eso avistó una sombra humanoide de cuernos... Era un demonio.

Kishibe ante esto saco su cuchillo del saco y miro a Quanxi quien también le dirigió la mirada... Los dos asintieron y avanzaron lentamente a la esquina del callejón cuando en eso...

- No hay nada... - Dijo Kishibe frente a un monton de basura.

Se acercó al montículo y empezó a apartar las bolsas para ver si encontraba al supuesto demonio, Quanxi solo estaba pensativa.

- (El demonio no pudo ir lejos a menos que trepara... Pero si así fuera, dejaría por lo menos algún indicio de que trepó... ¿Tendrá alas? No lo creo, se hubiera escuchado el ruido de estás. ¿Desaparecio? Tampoco... No existe tal demonio capaz de teletransportarse de un lugar a otro que yo haya visto... ¿Será pequeño? No... El foco está colgado, si la sombra hubiera proyectado desde el muro, está tendría que estar en el suelo para hacerlo parecer grande...) Oye tonto, espera... No está ahi... - Dijo dudosa aún pensando en las posibilidades.

- ¿Eh...? ¿Qué pasa? -

- El demonio... Está oculto... -

- ¡Ya lo sé, duh! -

- Escucha, está aquí pero al mismo tiempo no... Lo presiento... -

- Oye Quanxi... -

- ¿Qué quieres? - Respondió dirigiendo su mirada a él.

- ¿Tu sombra siempre se vio...? ¿Espeluznante...? - Decía serio viendo la silueta.

¡Ahí estaba! Jamás pensó que pasaría pero descubrió un demonio que logro engañarla por completo e intento atacarla con la guardia baja. Quanxi sin perder tiempo, dió una patada al muro en dónde se encontraba el "demonio" a sus espaldas, no había nada, y era por el hecho de que se trataba del-

- ¡¿Enserio creen que pueden contra mi?! ¡El demonio Sombra! ¡Presas ignorantes, al fin se dan cuenta de su perdición! - Dijo una silueta negra en el muro sonriendo de forma maliciosa.

Quanxi observó a la criatura firme mientras que Kishibe lo observaba empuñando el cuchillo...
El demonio atacó a Quanxi a lo que está esquiva pero parte de su uniforme recibe un pequeño corte, dando a entender que no era juego.

Kishibe intenta cortar al demonio pero en vano fue, ya que al rajar el muro el demonio no recibió daño alguno, Kishibe fue lanzado hacia las bolsas de basura con su pecho rasguñado por las garras del demonio.

- ¡¿Eso es todo?! ¡Hahahaha! ¡Pensé que me darían más pelea...! ¿Eh...? Mi dedo... No está... - Dijo mirando su mano viendo como sangraba el dedo de la silueta...

- Gracias por enseñarnos como vencerte idiota, prepárate para que te maten... - Dijo el pelinegro riendo.

- ¿Qué...? ¡GUAGH! - La garganta del demonio simulaba ser cortada mientras sangre caía, este caía sin vida mientras la sangre que simulaba la silueta caía del cuello.

Quanxi, quien acabo con el demonio, gracias a que Kishibe fue mandado a volar, descubrió que el demonio atacaba la sombra de los demás, en otras palabras, gracias a sus sombras solo tenían que proyectarlas y atacar, fue así que este demonio murió, no cabía duda que era peligroso, menos mal lo habían matado, es sorprendente el tipo de miedo que cada persona puede tener, desde miedo a los payasos hasta miedo a algo tan simple como lo es una mariposa...

Kishibe se levantó y se acercó a su compañera.

- Esto de que salgas intacta en casa combate me esta molestando... - Dijo Kishibe abotonando si saco mientras que su camisa tenía manchas de su propia sangre debido al demonio.

Por suerte la herida era superficial, tal vez el demonio pretendía asustarlos y después matarlos lo cual le salio mal, sin saber la locura y letalidad que tenían estos dos.

- Deja de quejarte, debes de ser más astuto y ágil, eres fuerte, rápido, reaccionas bien y aunque suene ridículo, piensas y actuas bien en el momento, pero te falta pensar las posibilidades, predecir los ataques del oponente para después atacar tú. - Dijo saliendo del callejón.

Kishibe la siguió con flojera.

- ¿Si? Tienes razón o lo que sea... Pero ¡Hey! Debes de admitir que somos un buen equipo ¿No? - Dijo el pelinegro animado.

Ella odiaba admitirlo pero era cierto, Kishibe podia ser un idiota e inmaduro, pero no por eso dejaba de ser util como compañero, con una habilidad letal impresionante, una resistencia y velocidad sobrehumanas, en los dias que fue a cazar demonios junto a él se dio cuenta que era super dotado, y lo mejor, estaba loco de remate. Las cualidades perfectas para un cazador de demonios autentico.

- Supongo... - Dijo la mujer albina unicamente para ir caminando a la calles con objetivo e informar a la agencia de Seguridad Publica.

- Siento que esto fue un desperdicio, digo, el demonio era fuerte pero no encontramos un pedazo de carne del Dmonio Pistola... - Dijo con los brazos detras de la cabeza.

- Mientras menos demonios, mejor... -

Los dos se dirigieron a la agencia sin mucho problema, pidieron un taxi, conversaron (Kishibe fue el que mas hablaba, Quanxi solo quedaba callada o respondia con un "Aja" o "Ah..."), entraron y subieron al ascensor con direccion a la oficina de Makima.

En el ascensor, Kishibe habla:

- Entonces... ¿Qué haces en tu dia a dia? -

- ¿Por qué quieres saber? - Respondio Quanxi.

- Nada, solo queria saber. -

- Pues no te interesa. -

Asi era a veces sus conversaciones, a veces y con suerte la conversacion iba a mas pero para el pelinegro esto ya era incomodo o molesto. Suspiro y decidio insistir mas.

- ¿Sabes? Si es que estas libre podriamos pasar el rato... Para llevarnos mejor, despues de todo somos compañeros - Hablo sonriendo.

- "Pasar el rato..." Explicame eso... -

- Ya sabes, podemos salir a beber si gustas... -

- No tomo alcohol Kishibe... -

- ¿Pero si fumas? - Dijo con molestia.

- Es dirente -

- ¡Vamos, es igual...! Mira, no tenemos que salir a tomar, tambien podemos salir a comer algo o lo que sea... -

- Si te dijera que mi pasatiempo es cagar en lugares publicos... ¿Lo harias conmigo? - Dijo dirigiendole la mirada.

- Bueno, si con eso nos llevamos bien... -

- Escuchame bien: Solo somos compañeros, no intentes ser mi amigo ni nada parecido, si fuera por mi haria lo que sea para deshacerme de ti y conseguir otro compañero... -

- ¿Por qué eres tan fria conmigo Quanxi? Digo, no entiendo tu actitud hacia mi. ¿Nos conocimos antes acaso? ¿Te he hecho algo? ¿Te recuerdo a alguien? Si es una de esas te digo que lo siento, no fue mi intencion hacerte enojar... - Dijo algo enojado.

- Nada, no te conosco y ni desde antes, simplemente me caen mal los idiotas como tú y resultaste ser justo lo que me desagrada. -

- Pffft, pues vaya aguafiestas eres ¿Hay alguna forma de que te caiga bien? -

- No. -

- Esa actitud no te llevara a ningun lado en la vida... -

- Yo estoy bien asi... ¿Pero tu? Dime... ¿Cuantos amigos tienes, Kishibe? -

- Yo... tengo a muchos amigos... -

- ¿Cuantas personas te quieren? -

- Eso que te impor-... -

- No tienes ningun conocido de la infancia. Tus padres por tu comportamiento te mandaron al ejercito en donde vieron la oportunidad para que estes lejos de ellos. Te hecharon de la militarizada por ser un maldito desquiciado, nadie te defendio por tus metodos. Como un vagabundo saliste por ahi matando a demonios y por lo que escuche te devoraste a uno por hambre repugnando asi hasta a ellos... Creo que tu destino es estar sin nadie en quien apoyarte, y me alegra eso... - Dijo sin dirigir la mirada a él.

Kishibe antes esto, chasqueo los labios, fruncio el seño y giro su mirada para otro lado con enojo. Era cierto, habian personas que se llevaban mal, pero de alguna forma estos dejaban de lado esos sentimientos y se volvian cercanos, como una hermandad, una amistad e inclusive un amor... Pero en el caso de Kishibe y Quanxi, si en algun momento el pelinegro llega a estar en peligro de seguro la mujer dejaria que muera para asi matar al demonio y decir que murio en combate. Es la impresion que daba ahora para él.

- Entonces... ¿Vamos a cagar en algun parque de atracciones o algo? -

- Callate Kishibe. -

Al llegar a la puerta de la oficina de su jefa Makima, tocaron la puerta y escucharon un "pase" de esta. Pasaron y vieron a la hermosa mujer pelirroja leyendo unos documentos, resaltando asi su anillada mirada de color dorado, esta subio la mirada y con una sonrisa neutra se dirigio a ellos.

- Entonces, diganme ¿Cómo les fue? - Dijo con sus dedos entrelazados arriba del escritorio.

- Acabamos con un demonio particular, El Demonio Sombra al parecer, lamentablemente no tenia un pedazo de carne del Demonio Pistola. - Dijo Quanxi con postura firme ante Makima quin la observaba.

La pelirroja giro su mirada a Kishibe quien tenia una expresion pagada, como si estuviera desanimado. Esta sonrio mas y relamio sus labios.

- ¿Y que hay de ti Kishibe? ¿Algo que decir? - Dijo ordenando sus documentos.

Quanxi dirigio su mirada a Kishibe con su unico ojo, indiferente ante su compañero, este tenia la mirada al suelo, parecia no haber escuchado la voz de su jefa...

- Kishibe... - Dijo nuevamente la pelirroja que lo miraba con su sonrisa serena y calmada.

El miraba el suelo tal vez reflexionando lo que era hasta ahora su vida... Pensando en su padres, su dia a dia, los peligros que afrontaba... Cosa de todos los dias, solo que hoy le pego mas duro...

- ¡Kishibe...! -

Tal vez su vida siempre ha sido así y lo oculto con su comportamiento desinteresado, para ver si alguien lo amaba-

"¡Oye idiota!"

- ¿Huh? - Salió de su trance mirando a todos lados.

- La señorita Makima te hizo una pregunta, responde. - Dijo Quanxi enojada y firme.

- Quanxi, no seas así con él, Kishibe... ¿Cómo te sientes hoy? - La pelirroja se dirigió a él con una voz gentil.

- Ah, si... Yo... Estoy solo algo cansado... - Respondió rascándose la cabeza.

- Bien, pues déjame decirte que ahora se hará aún más cansador tu día, tengo un trabajo de mucho labor y creo que te haría falta a tí... - Dijo entrecerrando sus ojos con las manos unidas.

El pelinegro quedó callado ante lo que dijo su jefa, ¿"Una labor importante"? ¿Qué podría pedirle justamente a él para que sea tan importante? Solo esperaba que no fuera nada estresante, no se sentía de ánimos ahora mismo...

Makima mostró una foto frente a Kishibe cosa que él se acercó y vio esto... Era un niño, cabello negro y ojos azules...


- Un mocoso... - Dijo Kishibe al ver la foto...

Quanxi sin mover su cabeza fijo su mirada a la foto...

- Así es, se llama Aki Hayakawa, era un niño que vivía en una rural alejada de la ciudad en las nieves, detectamos el ataque del Demonio Pistola que arrasó con parte de la zona... Desafortunadamente en esa zona estaba la casa de este niño con su familia adentro, cuando salió afuera toda su familia fue asesinada por este... Ahora quedó huérfano... - Dijo Makima mirando a Kishibe.

- Bueno... ¿A qué quieres llegar? - Dijo aún observando la foto.

- Se más formal... - Dijo Quanxi.

- Tranquila Quanxi, está bien... El niño quedó huérfano y dice que quiere ser un cazador de demonios, lo cual nuestra organización no puede aceptar a un niño en nuestra compañía y mucho menos sin entrenamiento... - Dijo sonriendo de forma serena.

- Oh no... - Dijo Kishibe apartando la foto de su vista para mirar a Makima con una muñeca de desagrado.

- Kishibe, pensaba que lo podrías tener bajo a tu custodia e irlo preparando para cuando crezca pueda entrar a Seguridad Pública. -

- No pienso ser niñero de un mocoso y menos de uno vengativo, solo traerá problemas a mi vida y eso que yo ya soy uno... -

- Señorita Makima, con todo respeto no creo que sea buena idea tampoco, debería asignarle el cargo a alguien más... - Dijo la peliblanca acercándose a él escritorio.

- Me gustaría pero lamentablemente todos están con muchas responsabilidades y dudo que tú quieras tenerlo en tu hogar - Hablo viendo a Quanxi.

- Tiene razón... -

- Además, de casualidad, cuando estaba entrevistando a Kishibe, él me dijo que estaba solo y sin compañía, y asi también me enteré que tiene un lindo apartamento con un cuarto extra... -

- ¿Cómo sabe eso...? - Dijo Kishibe algo serio.

- Tengo métodos... - Respondió Makima, para así volver a hablar - Kishibe, está podría ser una oportunidad para aprender sobre responsabilidad, además, escuché por ahí que los niños te cambian la vida... -

- Si lo hacen, pero para mal. Sino pregúntele a mis padres... -

- Vamos Kishibe, te subiré el sueldo si lo haces... -

Kishibe quedó en silencio por un momento, se dió la vuelta y se tomó de lac cintura mirando para abajo con fastidio, pensó y pensó para así dirigirse a Makima.

- Acepto... Solo espero que me dé un buen aumento... - Dijo para así tomar los archivos del niño y el documento... -

- Gracias Kishibe, sabía que tenías un buen corazón. - Hablo está sonriendo...

- Si, si, lo que sea... - Dijo dándose la vuelta.

- Llevarán al niño a ti departamento en un rato, asegúrate de estar ahí para recibirlo... - Dijo mientras Kishibe iba yéndose... - Ah, y Kishibe... - Dijo Makima haciendo que este se detenga.

El pelinegro giro su cabeza con seriedad sin darse vuelta.

- Por favor, se bueno con el niño ¿Si? - Hablo Makima ladrando su cabeza de un costado con una sonrisa.

- Tsk, lo pensaré... - Dijo para así seguir su camino e irse de la oficina.

Una vez que Kishibe se fue, Quanxi hizo una reverencia a Makima y se dió la vuelta para retirarse cuando en eso...

- Quanxi, ¿Puedes quedarte? Necesito hablar contigo... -

- Seguro señorita Makima, ¿Qué podría ser? -

- Es sobre Kishibe... -


-

-

-

-

Kishibe se iba caminando a su hogar sin ganas, su mirada parecía estar algo perdida, sin duda hoy fue un auténtico día de mierda a sus palabras, fue cruzando las calles, se subió al metro, camino aún más subiendo unas escaleras para así estar frente a su puerta. Una vez dentro se sacó su saco, su camisa y abrió su pantalón para así caer a su cama, este simplemente cerro los ojos y trato de no pensar en el día de hoy.

Después de unas horas se escuchó el ruido de la puerta tocandose... Se preguntaba asi mismo que sorpresa le podría dar este mocoso...
Se puso algo de ropa y fue a abrir la puerta que se seguia tocando.

- Buenas, ¿Es usted el señor Kishibe? - Dijo un hombre de Seguridad Pública, saco negro y sombrero con gafas.

- Si, soy yo... -

Bajo su mirada para así ver al niño de la foto con una mochila, este lo miraba con incredulidad hasta que vio la cara de Kishibe, bajo su cabeza de forma nerviosa y retrocedió.

- Oye vamos, es hora de que te quedes. - Dijo el hombre.

El niño asintio y avanzó un paso hacia Kishibe.

- Muy bien, debo irme, tengo mucho trabajo por hacer. -

- Entiendo, aún no se porque me encargaron un niño si nunca cuide de uno... -

- Creeme, tengo hijos y la verdad extraño mis días de soltería... - Dijo yendose dejando a Kishibe y al niño solos...

Kishibe miro al pequeño que permanecía ahí callado sin mover un solo músculo. Suspiro y se hizo a un lado...

- ¿Entras? -

El niño se adentro al apartamento para así mirar a su alrededor... Era pequeño a diferencia de su casa, pero más grande que aquella habitación que le hicieron dormir en SP, habían algunas cajas lo cual demostraba que se mudo hace unos días...
Kishibe están detrás del niño que miraba a su alrededor con curiosidad. Paso de él y fue a la cocina para ver que había para comer pero en eso recordó al niño...

- Oye niño... ¿Tienes hambre? -

El pequeño de pelo negro lo miro y asintio...

-

-

-

Con mucho entusiasmó comía la cena hecha por Kishibe quien miraba como esté comía, prendió su televisión para así distraerse con una cara aburrida...

El niño hablo:

- Yo... No pensé que cocinabas... - Dijo mirando el plato que estaba comiendo.

Al fin había hablado, pensaba que era mudo o algo por el estilo. Cambiaba los canales con monotonía mientras le dirigia la palabra al niño.

- ¿Ah si? ¿Por qué? - Dijo aún mirando la televisión.

- Pues, pensé que eras de esos que son flojos o que no sabían cocinar.... - Dijo dándole un bocado a su platillo.

- Bueno, puedes aprender a cocinar a las buenas o a las malas... -

- ¿Y tú por la cual aprendiste...? -

- Por las malas... -

El niño quedó callado ante esto, quería preguntar el porque pero no quería amargar al pelinegro, decidió terminar de comer para girar y ver los canales que eran cambiados por Kishibe.

- ¿Entonces tu nombre es Aki Hayakawa? - Dijo llamando la atención del niño.

- Así es... ¿Y tú te llamas Kishibe? - Preguntó este.

- Touche... -

- Eres cazador de demonios ¿Cierto? ¿Eres muy fuerte? -

- Digamos que me aburre pelear con ellos de vez en cuando... -

- Entonces... Señor Kishibe... -

El niño se arrodilló frente a Kishibe y suplico:

- ¡Entreneme para ser un cazador! ¡Se lo suplico! - Dijo en voz alta...

Kishibe vio esto confuso para luego suspirar y responder con aburrimiento...

- Está bien, pero te vas a arrepentir, mañana empezaremos, nunca entrene a alguien así que más vale que no te quejes... -

El niño asintio con entusiasmo y agradeció a Kishibe, este solo miraba para otro lado con fastidio... En verdad no entendía que le pasaba a su vida, lo hecharon de su casa, entro a SP y ahora debe cuidar de un niño...

Prácticamente estaba experimentando la vida adulta y de forma rápida e inesperada, tenía que cuidar de un niño y eso que ni siquiera se acostó con una chica.

Limpio el apartamento, baño a Aki apesar de que este oponía resistencia, limpio ahora el baño y después llevo a este a su habitación en el cual había un futón. Le dijo "buenas noches" y luego fue a su habitación a dormir... Eso sí que lo canso...

En la madrugada escucho gritos del cuarto de Aki... Se despertó rápidamente para pensar en una cosa...

- (¡¿Un demonio?! ¡Maldito desgraciado...! ¡¿Cómo pudo entrar?! Un momento... ¡El niño...!) - Saco un cuchillo bajo su cama y fue rápidamente a la habitación de Aki.

Al entrar pudo ver qué no había nadie además de Aki que se revolcaba en el futón con pequeños gritos, respiro con alivio para después enojarse. Se acercó a Aki y lo despertó.

- ¡Mocoso! ¡Me acabas de despertar! - Dijo dándole una pequeña patada al futón mientras tronaba sus puños.

- ¡¿E- Eh?! ¿Dónde...? ¿Fue solo una pesadilla...? -

- Si y también empezaste a gritar como loco... -

- Lo siento señor Kishibe... -

- Cómo sea, no lo vuelvas a hacer... - Dijo yendose.

Pero en eso se giro para ver a Aki con miedo tomando sus sábanas... Lo recordó a él de niño... No quería repetir la historia...

- (Carajo...) - Dijo en su mente con molestia y fue hacia Aki.

- ¿Q- Qué sucede? -

- Vamos, iremos a mi habitación, tu dormirás en mi cama y yo en el futón... -

- P- Pero... -

- Hazlo, ahora... - Dijo tomando el futón a lo que el niño rápidamente fue a la habitación de Kishibe... El pelinegro entro y vio ya al niño en su cama cubierto. Se acostó en el futón y decidió dormir... Pero no podía hacer así como así...

- Entonces... ¿Me vas a decir que fue lo que soñaste? -

- N- No quiero molestarlo señor Kishibe... -

- Ya me molestaste mocoso, solo dímelo y ya... -

- B- Bueno... No recuerdo mucho pero... Era yo pero como caza demonios y habían otras personas más que no me acuerdo, solo se que vivían conmigo... -

- Ajá... -

- Después de eso, la señorita Makima me dijo que vaya a una playa junto a otra persona con alas y luego... -

- ¿Qué sucedió? *Bostezo* -

- Yo... Yo... ¡Me transforme en el Demonio Pistola! ¡Y fui a matar a esas personas que vivían conmigo! ¡Memataronyundemoniodijoqueeseeramifuturo-! ¡Y-!

- Ya está, ¿Ok? Fue una pesadilla, están ahí para hacernos débil... Escucha, cómo primera lección de entrenamiento, vas a evitar asustarte por pesadillas, te hacen débil y yo no entreno a gente débil... -

- E- Entiendo... Señor Kishibe... Si entra un demonio aquí... ¿Me protegerá? -

- Si mocoso, se supone que te enviaron para eso...-

- Gracias señor Kishibe... -

- Duerme... -

A la mañana siguiente tenía que ir al trabajo, despertó a Aki con la intención de hablar con él...

- Aki... Oye Aki... ¡Despierta! -

- ¡Ah! - Dijo arrojándole un vaso de agua al rostro que tenía a lado de su futón.

- Tsk, mocoso tonto -

- ¡L- Lo siento señor Kishibe! -

- Mira, iré a trabajar a SP, como tú te quedas aqui quiero que laves los platos y limpies tu habitación ¿Quedó claro? Cuando vuelva... *Suspiro* Podremos empezar con tu entrenamiento... - Dijo tomándose la cara.

- ¡Si señor! -

- Eres muy grandecito para hacer desastre, así que procura no hacer nada malo ¿Entendido? -

- ¡Si! -

El pelinegro salió de casa y cerro la puerta con llave por precaución...

Fue caminando por la ciudad hasta tomar el tren hacia al centro...

Mientras tanto, Aki pensó...

- Espera... ¿Y si el entrenamiento ha empezado? ¿Tengo que limpiar todo el apartamento como prueba...? -

-



-



-



Kishibe al llegar mostró su autorización y después fue al ascensor ya que supuestamente Makima, su jefa, lo mando a llamar por algún motivo...
Kishibe tenía ojeras, no durmió bien debido a que se quedó vigilando a Aki que pidió que lo cuidara de cualquier demonio, lo hizo porque no quería tener que limpiar los calzones orinados del mocoso, así que era o estar mayor parte de la noche observandolo o lavar sus ropas...

Por alguna razón, esa noche le causó nostalgia al ver a Aki durmiendo... Este pensamiento le causó molestia lo cual giro su cabeza varias veces y subió el ascensor.

Golpeo la puerta de la oficina de Makima para así escuchar un "pase" de parte de su jefa, al entrar pudo ver a Quanxi que ya estaba en la oficina con una postura firme girando su cabeza para ver a Kishibe quien tenía una cara de pocos amigos, de seguro iba a golpear al primer imbécil que se le ponga enfrente. Makima con su característica sonrisa y sus llamativos ojos observo a Kishibe...

- Hola Kishibe, ¿Cómo estás? -

- De maravilla jefa... ¿Qué necesita? - Dijo lo primero con sarcasmo.

- No se te ve de buena cara... ¿El niño te dió problemas? -

- ¿Es madre...? -

- No. -

- Pues ahí está su respuesta... -

- Bueno, cambiando de tema. Uno de mis subordinados avisto a un demonio en la playa que devoró algo... Para ser más especificos, era el Demonio Cangrejo, necesito que vayan y lo maten para investigar si comió un trozo del Demonio Pistola... - Dijo Makima a los dos.

- Entendido señorita Makima. -

- Está bien jefa. -

Salieron de la oficina y fueron al ascensor para así salir y subir al auto. Kishibe tenía una espada con él, Quanxi se percató de esto y decidió hablar:

- Veo qué decidiste usar una espada... - Dijo mirando al frente.

- Quiero hacer esto rápido, lo mataremos, revisaremos su cadáver, informamos y se acabo. - Dijo mirando la ventanilla del auto.

- ¿A qué se debe el apuro? -

- No quiero que el mocoso rompa algo del apartamento, además de que debo "entrenarlo..." -

- ¿Hm? ¿De verdad vas a entrenarlo para ser un cazador de demonios? -

- No me dejara de joder si se lo niego, le enseñare cosas básicas, como defenderse, no vaya a ser que cuando crezca decida tener otra profesión... -

- Entiendo... - Dijo sacando una caja cigarrillos... - ¿Quieres? - Le ofreció uno.

Kishibe miro esto con sospecha, debía de haber un truco o algo para que está se lo ofrezca. Tomo el cigarro y con un cuchillo lo abrió y empezó a ver si había algún veneno oliendolo...

- Vaya, era un buen cigarrillo... -

- ¿Cuál es el truco...? -

- ¿Te ofrecen para fumar y haces eso? -

- Desde que trabajamos juntos me tratas como basura... Déjame adivinar, ¿intentaras matarme hoy y dirás que fue el demonio cangrejo? Es la coartada perfecta sabiendo que estoy aquí hace unos días y que el cangrejo tiene una bala del Demonio Pistola... - Dijo mirando a Quanxi.

- Lo que digas... - Encendió el cigarro y empezó a fumar ignorando la suposición de Kishibe.

Kishibe debía estar alerta... Algo tramaba y no era algo bueno...

Al llegar a la playa caminaron por la arena tratando de localizar al demonio encomendado solo para ser recibidos ante nada. Confundido Kishibe miraba por la arena por algún rastro... Quanxi solo fumaba...

- ¿Sientes algo extraño...? - Dijo Quanxi.

- ¿Lo dices de verdad o como si ya te percataste de algo? - Dijo Kishibe confundido.

- Te daré tiempo a que te des cuenta... -

Kishibe pensó la situación y al dar un paso sintió algo extraño la superficie de este... Abrió los ojos con sorpresa y en eso clavo la espada al suelo mientras que Quanxi salto hacia atrás.

El demonio estaba debajo del suelo, con una gran furia alzó sus tenazas por encima de su cabeza tratando de atrapar a Kishibe cosa que este pudo evitar para así sacar la espada de la cabeza del demonio... No le hizo nada de daño, más, su coraza que servia de armadura era impenetrable...

Intentando no darle tiempo al demonio, Kishibe arremetió con su espada hacia sus patas del lado izquierdo, gracias a su fuerza bruta aunque fue difícil pudo cortar las patas del demonio que intento aplastarlo con una de sus tenazas. Sin perder tiempo fue hacia las patas de la derecha a hacer lo mismo con una gran velocidad que hasta era sorprendente para así dejar inmóvil al demonio con apariencia de crustaceo.

Ahora que estaba inmóvil la pregunta era... ¿Donde atacarlo?, no podía por la espalda, ni tampoco en su cabeza, mucho menos a los costados... El único lugar que creía apto para matarlo era su boca. Avanzó a paso rápido para clavar la espada en su boca pero al momento de hincar una de las pinzas logra tomar la espada de Kishibe, este aún con la espada en mano intentaba sacarle al demonio cangrejo la espada que también hacia fuerza para sacarselo a Kishibe.

Cuando el demonio cangrejo actuó para atacar con su otra pinza a Kishibe, la pinza de este es rebanado antes de llegar al pelinegro. El demonio cangrejo vio que se trataba de la otra cazadora, Quanxi y su expresión de monotonía.

Kishibe al percatarse de esto rápidamente y con mucha fuerza logro sacar la espada pero al momento de sacarla fue golpeado en el rostro de forma contundente por la pinza del cangrejo que lo mando a volar haciendo que rode por la arena. Claro, ese golpe tendría que haberlo matado, no solo eso, tendría que haberle sacado la cabeza o haberlo hecho puré... Pero como se trataba de Kishibe, ese golpe le hizo sangrar la nariz además de haberlo dejado atontado...

El cangrejo aprovecho esto para así hacer crecer sus patas al punto de que no era igual a las de antes, eran largas, demasiado largas para ser verdad, sus pinzas fueron cambiadas por otras pinzas aún más largas pero delgadas y algo pequeñas, dando entender que ahora era mucho más rápido y letal.

Quanxi siendo atacada por el demonio cangrejo, esquivaba cada ataque proveniente de este que se iba haciendo aún más rato, corriendo a una velocidad aún más rápida que la Kishibe, fue cortando las patas del cangrejo pero estás se regeneraban rápidamente... Era un contrincante de temer.

Kishibe se levantaba aún anonado por el golpe, su vista se movía de aquí para allá y estaba borrosa, se levantó y posicionó difícilmente para así visualizar a su enemigo y a Quanxi combatiendo contra ella.
Una vez preparado corrió hacia el crustaceo gigante.

- ¡Kishibe...! ¡Se regenera demasiado rápido, debemos idear un plan...! - Decia esquivando y cortando al momento una de las pinzas que iban a gran velocidad.

- ¡¿Qué se te ocurre?! - Dijo haciendo lo mismo que su compañera con la diferencia que absorbia los ataques con la espada para luego agarrarse de la pinza con sus dos manos.

El demonio cangrejo levantó su pinza con Kishibe colgado en ella y lo agito haciendo que se suelte, este cayó sobre sus pies y tomo la espada nuevamente para correr.

- ¡Tengo una idea...! - Decía mientras cortaba una pata. - ¡Sigamos cortando sus extremidades! ¡Es cierto que se regenera de forma rápida pero no deja de ser un demonio, precisa de sangre para regenerarse! ¡Se le acabarán las energías y cuando no se regenere... -

- ¡¿Iremos a atacar directamente su boca?! -

- ¡Así es...! -

Prosiguieron con su plan y efectivamente, el demonio cangrejo ya no regeneraba una de sus patas. Empezaron a cortar sus otras patas por lo cual este con sus pinzas empezó a cavar en la arena para escapar...

- ¡No lo harás! - Dijo Kishibe que enterró la espada en la boca del cangrejo.

Este agonizaba furioso a lo cual golpeo a Kishibe que se cubrió con sus brazos... La espada seguía en su boca, por eso Quanxi fue corriendo y con una patada le dió a la espada haciendo que se entierre aún más en la boca de este.

Un grito ensordecedor salió del demonio haciendo que caiga sin vida segundos después.
Kishibe se levantó del golpe y se acercó al cadáver sacando la espada.

- ¿Estás bien...? - Dijo Quanxi mirandolo.

Este le devolvió la mirada algo perplejo y asintio para así sacar la espada... En la mente de Kishibe se sentía aliviado por matar al desgraciado, pero por otra parte estaba alerta con Quanxi, afortunadamente mo intento nada contra él en la batalla pero aún así se estaba comportando raro, le pregunto sobre su estado...

- ¿Hay un teléfono cerca? Deberíamos llamar a SP... - Hablo Kishibe sacándose el sudor de su frente.

- El teléfono público se encuentra al salir de la playa, no muy lejos, quédate aquí a descansar en lo que llamo a SP. -

- ¿Está bien...? - Dijo este extrañado.

La cazadora se dió la vuelta y se fue mientras que Kishibe se sentaba en la arena pensando...

¿Qué pasó con Quanxi y su ahora actuar así...?







Flashback:

- ¿Se trata de Kishibe? Psst, ¿Qué quiere saber de ese idiota? - Hablo la peliblanca a su jefa.

Quanxi se encontraba en la oficina de Makima a punto de tener una conversación sobre el actual cazador de pelo negro.

- ¿No crees que es interesante? - Dijo su jefa de ojos anillados y dorados.

- ¿Qué hay de interesante en él? Admito que es habilidoso pero es un psicótico infantil que cree que todo es un juego... -

- Quanxi... Según yo él ha sido bastante amable contigo apesar de tu actitud algo fría en el inicio, inclusive siempre trata de amigarse contigo aunque tú no quieras... ¿Qué te desagrada de él? -

- Todo... Su actitud infantil, su pobre intento de acercarse a mi, su desinterés el algunas cosas y además es un maníaco. -

- Entiendo... ¿Pero sabes el "porque" de su actuar? Tal vez tuvo una infancia difícil... -

- El pasado no justifica su "actuar" -

- Si y no, escucha bien, las personas somos diferentes a la situaciones que tomamos, en si, alguien pudo haber tenido una vida muy mala pero aún así decide ser feliz. Mientras que otra persona la paso igual y decidió endurecerse o disfrazar su forma vulnerable y triste de ser por una graciosa y tonta a la vista de los demás... -

- Pues de igual forma es un idiota... -

- Quanxi, no te digo que seas su amigo o pareja, no importa, solo pido que se lleven bien almenos como compañeros, su trabajo y esfuerzo será mejor si los dos trabajan en sincronía... -

- Me pide algo imposible señorita Makima... -

- Vamos... Además recuerda que antes cuando entraste aquí tu actitud era altanera y aún así te aguante, es tu turno de saber cómo se siente... Lo tuve en cuenta debido a que en tu registro eras una veterana de guerra en Vietnam, y déjame decirte que de seguro eso fue horrible... Por eso yo te di una oportunidad aquí. -

Quanxi miro abajo y asintio... Aunque en el fondo apretaba su mano con fuerza.

- Lo intentaré... Haré el intento de llevarme bien con él... - Dijo mientras se mordia el labio con enojo.

- Gracias Quanxi, no sabes cuánto me alegra eso. Eres libre de irte ahora. -

Quanxi se dió la vuelta y camino hacia la salida de la oficina con un sentimiento en su cabeza...

- (Esto va a salir de la mierda...) -











Actualidad...

Kishibe y Quanxi se encontraban esperando el auto, la cazadora y su compañero estaban cubiertos de sangre debido a que indagaron en el cadáver del demonio en busca de un pedazo del demonio pistola... Y así fue... Se movía de aquí para allá uno de los pedazos tratando de unirse con los otros.

Ahora, al ver llegar el auto se subieron y se quedaron sin decir nada, Kishibe se tiró hacia atrás en el sillón del auto mientras ponía una de sus mano en la cara cubriéndola mientras daba un suspiro de cansancio. Quanxi solo lo vio... El silencio entre los dos era grande, ninguno decía nada... O eso se creía.

- Es raro verte muy callado... - Dijo la del parche al pelinegro.

- Sinceramente no quiero hablar de nada con nadie ¿Ok? - Dijo sin cambiar su postura.

Hubo otro pequeño momento de silencio y otra vez la primera cazadora hablo.

- Estás cansado... De seguro que es porque-... -

- Mira Quanxi, no estoy de humor para escuchar uno de tus regaños o sermones, matamos el demonio ¿Cierto? Eso es lo que importa y ya, no me jodas... - Dijo ya algo harto Kishibe.

- Solo iba a decir que es porque te esforzarse mucho, deberías de descansar o tomarte un día... Después de todos, eres nuevo aquí... - Dijo ella...

- Ah, gracias supongo... -

Otro momento de silencio se formó y los dos se encontraban incómodos ante esto, ¿nunca se les hizo raro ver el lado serio de una persona graciosa o animada? ¿O ver el lado amable de una persona fría y sería? Pues este era el caso de estos dos...

Quanxi no era buena haciendo amistades, le faltaba carisma y gentileza, tal vez esto debido a todo lo que vivió en su día a día como cazadora y anteriormente combatiente...
Es por eso que con algo de fastidio por no atreverse a preguntar rugió y habló:

- Y... ¿Cómo estás? - Dijo ella sin mirar a Kishibe.

Este apartó su mano del rostro y observo a Quanxi con incógnita, no le importo en absoluto lo tonta que fue esa pregunta o la razón del porque le pregunto y su actuar... Respondió con honestidad.

- Bien supongo... No... No lo sé, si te soy sincero me siento algo tonto, al principio pensé que esto era divertido, pero desde que ese niño vino s mi apartamento siento por alguna razón malas vibras... Me recuerda a mi por alguna razón... -

- ¿Tu padres murieron? -

- No... Él está solo... - Esas palabras, esas tres simples palabras eran suficientes para que Quanxi tuviera por lo menos un poquito de empatía por Kishibe.

Después de tener en cuenta los padres de Kishibe, su historia en la militarizada y otras situaciones, se dió cuenta que él no tuvo compañía en su vida, ¿Un amigo siquiera? No lo sabía, pero tampoco le importaba mucho a Quanxi, solo decidió guardar silencio para después responder:

- Entiendo. El niño tiene suerte... -

- ¿De qué? -

- De tenerte a tí... -

Kishibe quedó callado por unos segundos y asintio para volverse a tirar al sillón del auto.















-















-















-















Kishibe volvía a casá después de su informe, ya era tarde y debía de volver a casa con apuro de ver cómo estaba el niño que estaba a su custodia. Por suerte SP le ofreció llevarlo a casa en auto para evitar todo el recorrido de ir en tren y caminar.

Al entrar en casa abrió la puerta para así encontrar a Aki enfrente suyo con una sonrisa y unas ojeras en su cara...

- ¡Señor Kishibe! ¡Esperaba su llegada! Cómo sabes, me pidió que no haga desastre y que limpie los platos pero decidí limpiar absolutamente todo el apartamento sin descanso... Sabía que esto era una prueba así que al momento en que dejó el apartamento decidí limpiar todo... - Dijo Aki feliz.

Kishibe entro y vio todo su apartamento más brillante y agradable, inclusive el inodoro... Miro a Aki y suspiro.

- Oye mocoso... -

- ¿Si señor Kishibe? -

- Solo te pedí lavar los platos, no el apartamento...-

- ¡Buena esa! Aún así me intenta engañar ¿No? ¡De verdad es un cazador de alta calidad! -

- No... Lo digo enserio... -

- ¿E- Eh...? Pero... Pero el apartamento... Yo... Todo el día... Cansado... -

- Pero me diste una idea, desde ahora tu limpiarlas el apartamento. - Dijo sonriendo Kishibe.

El niño estaba en blanco hasta escuchar eso, giro su cabeza con nerviosismo y miro a Kishibe con una expresión de sufrimiento.

Sin duda, esto divirtió a Kishibe, obviamente no le haría limpiar todos los días el apartamento al pequeño, pero le parecía divertido molestarle... Tal vez, él no se sentiría tan solo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro