18: Sentimientos de Amor.
¿Cuál era el sentido de la vida en el mundo en el que él vivía? ¿Qué sentido tenía vivir en un mundo habitado por seres grotescos que en cualquier pueden acabar contigo...? ¿Qué sentido tiene vivir cuando todo te va mal siempre?
Esas preguntas habitaban en la cabeza de Kishibe, quien se encontraba en lo alto del edificio de SP... Mirando en lo alto... Las personas que caminaban con normalidad, leyendo el periódico, yendo a trabajar, disfrutando el día con sus familias o volviendo a casa... Desde esa altura, todos parecían hormigas, moviéndose de aquí para allá... ¿Y él? Era una hormiga más, que se encontraba en un lugar más alto y solitario...
¿Se iba a lanzar? No... No era tan estúpido, además de que si lo hiciera, sería inútil, ya que es inmortal...
Se encontraba reflexionando, pensando en varios aspectos de su vida, y que mejor lugar que en uno donde no haya nadie a tu alrededor, donde las voces de los demás no se escuchen, solamente el viento y tal vez el aleteo de las aves...
¿Qué iba a hacer ahora? No lo sabía... No le veía el sentido a vivir desde que perdió lo que lo hacía humano...
Las visiones perturbadoras se hacían más constantes, como también lo era el consumo de alcohol y el sueño. Una vez por curiosidad, fue a una zona alejada y su mente le pedía a gritos que se clave un cuchillo al corazón... Al hacerlo, su forma física cambió drasticamente a un demonio, cuchillas en sus manos, una cabeza metálica y afilada... Y unas ansias de matar insaciable...
Al cabo de un rato se había destransformado pero se sentía como siempre... Vacío...
La vida perdió sentido en cuando dejó de sentir lo que más le importaba... Amor...
Sin amor, no había forma de querer a los niños, sin amor, tampoco había forma de querer los recuerdos que ño reconfortaron e hicieron feliz, sin amor, no estaban sus amigos... Y sin amor... Tampoco estaba Quanxi... Es por eso que se alejo de todo eso...
Se hundió en sus brazos que estaban apoyados en el barandal y se quedó solamente escuchando el ruido del viento...
En medio de eso, el ruido de ligeros pasos se escuchaban a sus espaldas, pero no le importo, lo ignoro por completo y simplemente se quedó allí esperando a que algo pase...
- Ahhh, conque aquí estabas... - Dijo una voz femenina y dulce...
El pelinegro alzó ligeramente la vista...
- Hola, Makima... -
- Buenas tardes, te veo algo... ¿Deprimido? -
- ¿Es así? Hmmm puede que sea asi... No lo sé... -
- Bueno, por si no lo sabes, llevamos días buscándote... ¿Dónde estuviste? -
- Rondando... Por ahí sin hacer nada... - Dijo sin emoción en su voz.
- Ya lo creo, debo admitir que la barba y el cabello largo te queda bien. -
- Hm... Gracias supongo... - Hablo para mirar al horizonte...
La pelirroja se sentó en el barandal y miró a Kishibe apoyada en una mano.
- ¿Y bien? ¿No vas a saltar verdad? - Dijo sonriendole.
- Claro que no... Hay mejores formas de morir que así... Además, de nada serviría, volvería a la vida de nuevo. -
- Aja, en eso tienes razón. Aún así, sería interesante ¿No lo crees? ¿No te da curiosidad como seria saltar desde lo más alto y estamparte al suelo? -
- No gracias.... ¿Viniste aquí para que yo cometa suicidio o que? -
- En lo absoluto, vengo a hablar contigo, a decir verdad, preocupaste a todos y eso me concierne a mi también. -
- ¿Te preocupaste por mi? -
- Además de ser tu jefa, soy tu amiga ¿Verdad? -
- Tienes razón... Que amiga más rara eres... -
- Ese es mi toque jaja...~ -
El silencio perduró por un rato entre los dos, con Kishibe teniendo su petaca en mano y Makima sentada, sintiendo la brisa por todo su cuerpo... Ella hablo:
- Entonces... ¿Por qué desapareciste así como así? No eres de los que hacen eso, además, dejar a los niños así en tu casa no es muy seguro. -
- Es lo más seguro que pude haber hecho... ¿Puedes creer que Denji cada vez que tomo alcohol me tiene miedo? Me dijo que no quiere que lo intente asfixiar como pasaba con su padre a veces. Aki se preocupa por mi siempre y me arrastra a la cama, mientras que Power teme que yo les haga daño a uno de ellos tres... ¿Desde cuando deje de ser su maestro y me convertí en su demonio? Makima, ni siquiera puedo sentir preocupación real por ellos porque NO SIENTO NADA. -
- ¿Power? Eso explica ese olor a demonio que tenias cada vez que entrabas a la oficina... Pero ese no es el tema ahora. Entonces me dices que te alejaste de ellos por su seguridad... -
- Y no solo de ellos... También de Himeno, Arai, tu... Y de Quanxi... - Dijo esto último para cerrar su puño con frustración.
- ¿Y que hay de malo en no sentir nada? ¿Eso no te hace mejor en el ámbito de no estar distraído en el dolor emocional? - Pregunto ella.
Kishibe observo por unos segundos a Makima y le contesto:
- No puedo reír... No puedo llorar... No puedo enojarme, no puedo alegrarme, entristecerme, preocuparme, temer, enamorarme... ¡No puedo ser feliz ni tampoco estar triste! ¡No puedo amar ni odiar! ¡Ni siquiera puedo soñar! ¡NO PUEDO SENTIR NADA! ¡¿COMO SE SUPONE QUE VIVA COMO SE DEBE SI NO PUEDO SENTIR ALGO TAN BANAL COMO SATISFACCIÓN O FRUSTRACIÓN?! Todo... Carece de color... Ni siquiera se como expresarme... El enojo de hace rato fue tan fugaz, que ya no siento nada... - Dijo tomando ligeramente su cabeza.
- Entiendo... - Dijo quedando en silencio para después levantarse y tomar del hombro al pelinegro. - Pues, hay una solución a tu problema, o más bien, dos soluciones. Aunque una de ellas es inútil. -
- ¿Cuál...? - Dijo mirandola.
- La primera, es ceder ante los deseos de tu demonio, en otras palabras, convertirte en un demonio, pero eso sería traición. -
- ¿Y la otra...? -
- Hacer un contrato con él, debes llegar a un acuerdo que los beneficie a ambos, mientras tanto, deberás buscar la forma de accionar el interruptor que te mantiene en modo "apagado". -
- Ya veo... Gracias. -
- No hay de que. - Dijo caminando a la puerta. - Oh, y no le diré a nadie de donde te encuentras, así que mantente tranquilo, solo trata de resolver tu crisis rápido. ¿Está bien? - Dijo apunto de salir.
Pero en eso...
Makima, Jefa de Cazadores de Seguridad Publica, una mujer temida en varios sentidos, alguien inalcanzable... Sin pedirlo y sin saberlo, fue abrazada por Kishibe estando de espaldas, sintiendo el fuerte apretón en su cuerpo y la sensacion cálida de su cercanía, la respiración de Kishibe en su hombro y la seguridad en sus brazos en la que se veía envuelta...
Una pequeña historia del pasado sobre Makima... Era que ella nunca recibió el afecto más sincero que se le puede dar a alguien. Como si se tratase de un robot, desde su nacimiento fue instruida para ser un arma u objeto, nunca recibió una muestra de cariño por parte de nadie.
Al llegar a SP, era claro que la gente iba a estar atrás de ella, una mujer hermosa de cabello rojo, personalidad amable, de buen labia, trabajadora y de figura perfecta... Todos babeaban por ella, eran sumisos ante su belleza con intenciones egoístas.
Jamás sintió una sensación verdadera de cariño o amor...
Pero en ese momento que Kishibe la abrazo...
- Gracias... - Le dijo con lo ultimo que le quedaban de emociones...
No habían segundas intenciones, ya sean perversas o por alguna jugarreta sucia, Makima no sentía nada proviniendo de él. Era honestidad y agradecimiento en forma de cariño en su máximo esplendor...
Ella poso su mano encima del brazo del pelinegro que la abrazaba y con un sonrojo, observo al cazador que escondía la cara en su hombro...
- De nada... Kishibe... -
-
-
-
-
-
-
¿Estaba enfadada? Claro que si, es más, estaba hasta con la mierda en el cuello con todas las cosas que tenia que lidiar. Encargos por aquí y por allá, papeleo abundante, el cuidado de los tres niños de Kishibe agregando su búsqueda que quien carajos sabe dónde está ahora.
¡¿Qué rayos se le cruzo por la cabeza para que de un día a otro, deje a los niños así como si nada y desaparecer?! Habían quedado dos días sin supervision y aunque se las supieron arreglar solos, no era excusa de que fue un acto completamente irresponsable de su parte. Himeno cuando se entero de ello parece casi salirse un pulmón de la impresión y el temor de que los pequeños estén bien, lo cual Quanxi aclaro que no había nada de que preocuparse, sus niñas se encargarían de cuidar a los niños de él...
Pero aún así no quita el hecho de que sus días están siendo un estrés y más de lo que normalmente siempre es... Como por ejemplo el hecho de que Aki esta siempre detrás de Long y hasta le roba flores a los ancianitos de la planta baja de su apartamento para entregárselo a la cornuda. Como también lo era Denji que lo encontró dentro del refrigerador devorandose TODO. Y luego estaba Power, que increíblemente, a pesar de su personalidad pelienta hacia las demás poseídas, acata las órdenes de Quanxi como un soldado y en los entrenamientos se desarrolla bastante bien.
Dejando de lado ese tema en concreto. Quanxi estaba cabreada a tal punto que ni la misma definición de enojo se comparaba con ella y eso se lo haría saber a Kishibe una vez lo encuentre, le alegraba que fuera inmortal porque así se encargaria de desquitarse como se debe... Y le importaba tres cominos si él estaba en crisis, se encargaría de hacerle saber la frustración que sufrió hace casi dos semanas.
Ahora, otra pregunta que tenía era... ¿Dónde debía buscar? Ya había ido a cada lugar de Tokyo, inclusive los bares de mala muerte donde el cantinero dijo haber visto a Kishibe pero que de un momento a otro se iba de allí como si desapareciese. La única alternativa que tenía por ahora era ir a la casa de los padres de Kishibe, por lo cual, según lo que contaba el pelinegro, los padres de este eran malas personas...
Los cigarrillos ya se habían acabado, ahora si esto era personal...
Se encontraba pensando en sus opciones estando sentada en su escritorio, hasta que el teléfono sonó, así que con un suspiro, atendió la llamada y escucho:
- ¿Hola? ¿Hablo con la Capitana Quanxi? - Pregunto un cazador.
- Si... Así es... ¿Cuál es la situación? -
- Hummm... En verdad, el peligro ya pasó, nos toco inspeccionar el área pero... Bueno... -
- Lo siento, estoy ocupada con un asunto ahora mismo, si quieres te puedo enviar a unos cazadores que conozco, son bastante buenos en lo que hacen... -
- No lo entiende, Capitana Quanxi... Si usted viera lo que mi pareja y yo vimos... -
Otro suspiro salió de Quanxi, estos novatos siempre se sorprendían con cualquier demonio que veían, a este paso ya quería cortar la llamada...
- ¿De qué se trata? Se breve... Seguro no es nada con lo que ustedes no puedan lidiar. -
- Bueno, para resumir todo, estábamos en una cacería con un demonio bastante grande, cuando de repente vimos a otro demonio hecho de cuchillos que cayó encima de este y lo mato en un segundo para después irse de un salto a otro lado... Lo mas raro es que tenía el uniforme de la organización. -
La atención se hizo notoria al escuchar de que se trataba... Ella respondió atenta:
- ¿Un demonio hecho de cuchillos? ¿De casualidad tenía cuchillos en los brazos y unos bastante grandes en la cabeza? -
- Ehh... De hecho... Es tal cual lo describe... ¿Cómo lo sabe? -
- No se preocupen, solo díganme a detalle lo sucedido en su reporte escrito cuando vuelvan al edificio... - Dijo para cortar la llamada.
Se levantó y a paso rápido, fue caminando a la oficina de Makima para hablar con ella sobre la situación... Si lo que había escuchado es cierto, entonces significa que Kishibe estaba a un paso de ser encontrado por ella. Tenía una idea, pero para eso, necesitaba la ayuda de Makima.
Al llegar, golpeó la puerta y sin escuchar una afirmación, entro y se quito su saco de SP para tirarlo al sofá...
- Señorita Makima, tengo una pista de donde puede estar Kishibe. - Dijo Quanxi estando firme.
- Oh... ¿Enserió? Eso me alegra... - Dijo estando de espaldas mirando el ventanal.
- Es por eso que necesito su ayuda. Tenemos que contactar con todos los cazadores de Seguridad Pública que salieron de patrullaje y que nos informen de sus encuentros con demonios. -
- Hm... Si... Seguro, lo hare. -
- ¿Qué es lo que sucede? Debes entender que tanto Kishibe como Seguridad Pública en sí puede que se encuentre en riesgo, parece no importarte. -
- . . . - Makima no dijo nada en lo absoluto, simplemente quedo mirando el ventanal atrás suyo con seriedad...
- ¡¿Qué es lo que está pasando?! ¡¿No entiendes que necesitamos encontrarlo?! ¡¿Por qué actúas como si no te importara la gravedad de la situación?! ¡Maldita sea! - Dijo harta, golpeando el escritorio de Makima con su mano, solo para darse cuenta de su arrebato de irá.
- Je... Tú también has cambiado... - Contestó ella melancólica.
- ¿Qué? ¿A qué te refieres? -
- Quanxi... Si yo te pidiera para tener sexo, nosotras dos, ahora mismo... ¿Querrías hacerlo? Para quitarte el estrés y demás... Como lo hacíamos al inicio, cuando llegaste. -
- Yo... No puedo... - Dijo bajando la mirada. - Él está ahí afuera, tratando de luchar contra su corazón... ¿Qué clase de amiga seria al tener un momento a solas nosotras dos mientras que él lidia desesperado con los problemas en su cabeza...? - Dijo para arreglarse el cabello y sentarse frente al escritorio de Makima...
Quanxi por segunda vez en su vida, se estaba expresando de forma honesta, el solo hecho de pensar que su unico amigo verdadero estaba alli deambulando sin rumbo alguno, desorientado en todo el sentido de la palabra, envolvia su interior con una melodia de melancolia por no saber como ayudarlo...
- Kishibe jamás se iría así como así sin ninguna razón... Él se trata así mismo como alguien estúpido o inútil, ¿Sabes? Hasta yo lo trataba así cuando nos conocimos y lo despreciaba cada que podía... Cuando en verdad, era un hombre de lo más fuerte, uno que a pesar de como lo trataban, siempre apretaba los dientes y seguía para adelante... Es tan hombre que sin importar lo difícil que sea cuidar un niño, el va y cuida a tres de ellos agregando que se ganó sus corazones... - Dijo apretando el puño con fuerza...
Makima escuchaba atenta todo lo que Quanxi decía mientras pensaba en el calor que el pelinegro dejó en ella... Su expresión no era aquella sonrisa enigmática de siempre... Era una cara seria, una llena de sentimientos que la confundían debido a que no podía describir como por primera vez en su lo que era toda su vida... Recibió una muestra amor genuino...
- Él estuvo ahí para mí, se preocupa, se divierte conmigo a pesar de como soy, escucho mis problemas, y gracias a él ahora tengo persona que me esperan en casa cada vez que salgo del trabajo... Tengo que devolverle el favor de aquí en adelante, por más que quiero matarlo a golpes, quiero estar ahí para él... - Dijo abriendo su mano ligeramente.
- Vaya... desde que vino, sucedieron varias cosas ¿Verdad...? La Quanxi de antes no diría nada, le daría igual y estaría devistiendome de mis prendas para empezar lo nuestro... Ahora te expresas y hasta me alzaste la voz hace rato. -
- Si, tienes razón... el idiota del que hablamos... me cambio la vida en tan solo unos meses... -
- Y vaya que a las dos nos cambió... - Dijo para así con su manga, sin querer ser vista por Quanxi, se limpio con la manga de su camisa el rostro y se dio vuelta. - Hace tres días en la mañana lo vi en la azotea... Hable con él. - Dijo sentándose frente a Quanxi.
- ¿Por qué no me lo dijiste? -
- No quería espantarlo, le dije que no le diría a nadie sobre donde estaba y me lo agradeció. -
- ¿Sabes donde esta ahora? -
- No exactamente... Pero de vez en cuando lo veo en el bar del edificio. Frente a la ventana que da a la ciudad... - Hablo ella para luego mirar a otro lado...
- Bien. -
- De igual forma te dare un reporte de los patrullajes de los cazadores de hoy en dia, te los pasare dentro de 3 horas. - Dijo para volver a mirar a Quanxi.
- Te lo agradezco, mientras tanto ire a investigar por mi cuenta. - Termino de decir para levantarse.
Encendio su ultimo cigarro y cuando estaba yendo a la puerta, fue interrumpida por la voz de Makima que la llamó.
- Quanxi... - Dijo con su voz serena.
La tuerta volteo para así ver por el rabillo del ojo a la pelirroja.
- ¿Alguna vez te enamoraste? Dicen que es bastante lindo... - Dijo estando confusa por la sensacion de calidez.
- Adiós, Makima. - Hablo para salir por la puerta...
Dejando sola a la de ojos amarillentos, quien pensaba en como su "igual" la había tocado de tal manera en su interior que la dejó con sentimientos que la entristecieron y frustraron por el hecho de que estaba perdiendo la compostura por primera vez en años.
-
-
-
-
-
-
Haces tres días...
Se encontraba en una carretera a lado del bosque... Caminando sin rumbo aparente, solo dando paso por paso pensando o buscando sin saber algo que lo anime...
Tenía varios pensamientos intrusivos en su cabeza pero ninguno lo sacaba de ese trance que estaba sintiendo ahora mismo...
Kishibe se detuvo y miró el cielo azulado con las nubes que lo adornaban, evitando un poco el sol que lo dejaba encandilado. De repente, sintió la esencia de un demonio con su olfato y su cuerpo le gritaba sobre el peligro que ahora sentía.
Rápidamente salto a un lado esquivando una flecha gigante de el tamaño de un metro y cuarenta centímetros.
- Ah... Falle... - Dijo el atacante...
Kishibe fijo su mirada rápido en el demonio y lo vio.
- Intéressant, buena esa, lo esquivaste bien. No me sorprende viniendo del cazador Kishibe. - Dijo un demonio de apariencia extraña.
En su cabeza había una especie de sombrero de Robin Hood fusionado a él, no tenía rostro, solo unos labios de donde salía su habla, el resto de su cuerpo media alrededor de dos metros con diez centimetros y parecía vestir el uniforme de SP pero rasgado con unas botas negras, sus manos no tenían forma, parecía estar unido a un arco y flecha.
- ¿Y tú quien mierda eres? - Dijo fastidiado el pelinegro.
- Me presento Monsieur Kishibe. - Dijo haciendo una reverencia. - Soy el Demonio Cazador y unos demonios me contrataron para cazarlo... - Termino de decir para preparar otra flecha hecha de si mismo.
El cazador empezaría a correr de costado intentando evitar el proyectil del demonio que lo apuntaba con precisión...
¿Demonios lo contrataron? ¿Qué estupidez era esa? ¡Esto era una locura! No sólo por el hecho de que los demonios hayan llegado a una inteligencia preocupante al punto de que mandan a otros demonios de mayor fuerza a hacer el trabajo sucio, sino que la razón de su sorpresa era que existiera un demonio de los cazadores, lo cual significaba que los demonios temen tanto a los cazadores que se creo un nuevo ser a base de esto...
El tiro del demonio fallo, a lo que Kishibe aprovecho para ir corriendo hacia el infernal y atacarla sacando su cuchillo, pero al momento de estar lo suficientemente cerca, su mano pasó de ser un arco a una cuchilla gigante que fue en su dirección, esquivandola a duras penas, luego de eso, Kishibe tomó distancia y se alejo un poco del demonio.
- Hmm... Waouh, Waouh... Lo que decían de usted no era mentira, Monsieur Kishibe, es tal y como dicen, un cazador letal. - Dijo asintiendo con una mano en su barbilla. - A decir verdad, como soy un cazador, cazo de todo, tanto demonios como cazadores, pero no cualquiera de estos, solo a los que presentan un desafío e interés. - Dijo colocando las manos en su cintura.
- ¿Ah si? Déjame adivinar... ¿Yo soy ese desafío? -
- ¡Oui! Tal y como lo dice usted. Cuando esos pequeños papanatas vinieron de rodillas pidiendo que lo mate a usted, no le di la más mínima importancia... Pero cuando me hablaron de sus proezas y más de la noche anterior, debo decir que esa sed de sangre que había dormido en mi volvió como nunca antes. No sólo tendré una cacería maravillosa, sino que me pagaran con unas bolsas de vísceras. - Dijo para empezar a correr hacia el capitán Kishibe con la gran cuchilla en su mano.
Kishibe sin retroceder, empezó a bloquear con su cuchillo y a evitar algunos ataques para después ser cortado ligeramente en el brazo... Eso significaba que el uniforme de SP no era nada para este demonio.
- ¡Oh! ¡Mon Dieu! ¡¿Solo usando un cuchillo es capaz de reflectar mis ataques?! ¡Me atrevo a decir que usted es tan fascinante como la Beau Quanxi! - Dijo entusiasmado para así de un espadazo potente, mandar lejos a Kishibe que cayó de pie.
- ¡¿Quanxi?! ¡¿La conoces?! -
- Monsieur, conozco a todos los cazadores inclusive a los nuevos y a los que se van, no por algo soy el Demonio Cazador... Una vez me enfrente a ella pero terminé siendo derrotado... Es por eso que frustrado, me aleje de la cacería para solamente matar demonios... Pero este enfrentamiento con usted me devolverá la pasión que necesito. - Hablo para así empezar a deformar su mano y crear un hacha.
El pelinegro sin perder tiempo, fue corriendo y esquivando los ataques del demonios que arremetió contra él.
Este esquivaba también los ataques de Kishibe y daba ataques peligrosos. Cuando el demonio iba a atacar, fue apuñalado por el cazador en el abdomen, cosa que dio una patada a Kishibe y se alejo...
- Hmmm... merde... - Dijo viendo la sangre de su abdomen...
De repente, se empezó a deformar y su apariencia empezaba a cambiar... Se hacía cada vez más pequeño hasta que de un momento a otro, tomó una forma que sorprendió a Kishibe...
Era una copia casi exacta de Himeno, con la diferencia que no tenía ojos ni nariz, solo su boca...
- Espero no incomodarte con esta apariencia, solo que ahora es la que más necesito... - Dijo con la voz de Himeno.
Kishibe sin esperar más, fue a atacar al demonio transformado en su amiga para así apuñalarla, pero fue en vano, al igual que la original, tenían una agilidad absurda, esquivaba cada ataque que él daba, en algún momento un ataque fue dirigido a él cosa que le salió caro debido a una herida en su abdomen. Es por eso que aprovecho y cuando el hacha de "Himeno" impacto en su abdomen, agarro su brazo para que no pueda moverse y apuñaló su pecho.
Herida, la falsa cazadora se alejo para así empezar a deformarse y tomar una nueva apariencia... Está vez siendo Arai...
- Me lleva la mierda... - Dijo intentando no sangrar por la herida en su abdomen.
Debió haber usado al Demonio Aguja cuando tuvo la oportunidad, pero ahora no está en condiciones de usarlo, en cuanto al Demonio Garra... Es una espada de doble filo, en dónde el oponente no sea "formidable", tanto su oponente como él serán dañados severamente... Lo único que quedaba era... No... No pensaba usarlo...
Es por eso que decidió arreglárselas como podía. Levantó su cuchillo en guardia y se preparo para la lucha...
El demonio con apariencia de Arai fue corriendo hacia Kishibe y cuando este pensó en esquivar el ataque, "Arai" se hizo a un lado y alzó su cuchillo de carnicero. El pelinegro, sorprendido, alzó su mano por reflejo para evitar el daño siendo esta rebanada y cayendo al suelo.
Sin importar el dolor, en un parpadeo se puso detrás de "Arai" y su brazo sin mano lo paso alrededor del cuello y con la otra mano, dio varias cuchilladas al abdomen de este para patearlo lejos...
Era una batalla ardua... Ya estaba débil debido a las grandes heridas y pérdida se sangre... Perdió una mano y eso no era bueno, mucho menos con sus tripas a punto de salir por la herida en su abdomen...
El demonio vio a Kishibe... Y hablo:
- Usted es bueno, Monsieur Kishibe... debo admitir que me la esta poniendo demasiado difícil a un vejestorio como yo... Supongo que tendré que usar esta apariencia... - Dijo nuevamente deformandose...
Después de unos segundos, el Demonio Cazador se había transformado en la más peligrosa de todas... Quanxi, la Primera Cazadora.
Kishibe, enojado, se levantó a duras penas y con fastidio miró al demonio preparándose...
De repente, a una velocidad absurda, "Quanxi" ya estaba detrás de él y el cuello de Kishibe estaba cortado... La sangre empezó a caer y el cazador cayó de rodillas viendo como la sangre caía a chorros de su garganta... Se empezaba a ahogar y empezaba a ver borroso...
- Fue una cacería estupenda, Cazador... En tu honor, me transformare en ti cuando la situación lo requiera... Oh, y me llevaré ese corazón tuyo como trofeo. - Dijo mirando atrás con la voz de la albina.
Estaba perdido... Iba a morir por fin si es que el demonio le sacaba el corazon.
Cuando empezó a perder el conocimiento, el cuchillo en su mano vibro y su corazón empezaba a palpitar con fuerza...
Kishibe sabía lo que la criatura en su interior quería... Y no le quedaba de otra...
Con la fuerza que le quedaba, estando de rodillas, alzó su cuchillo y se lo clavo al pecho.
De repente, las tripas que salían ya de su abdomen, regresaron adentro y cerraron su herida, su mano se volvió a regenerar y el corte de su cuello se cerró al instante y forma física cambió, de su frente salieron dos cuchillas y atras de su cabeza, otras dos cuchillas de gran tamaño para despues una especie de casco metalico envolviera su cabeza fusionandose con su rostro. De sus brazos salieron cuchillos que salían de su ante brazo hacia atrás y su cuello fue envuelto en una armadura...
El Demonio Cazador, aún transformado en Quanxi, vio con asombro la transformación de Kishibe y exclamo:
- ¿Usted... Es un... humano - demonio...? - Dijo observando al híbrido que se daba la vuelta lentamente.
Este no respondió, solo se quedó observando al demonio.
- Sin duda alguna, se todo sobre los cazadores y cuando digo "todo" me refiero también a los contratos que llevan, pero no me figura que usted tenga un contrato con el Demonio Cuchillo... - Dijo analizando con la vista a Kishibe. - Hmpf, pero esto lo hace mejor... Un desafío auténtico. - Dijo optando una posición de batalla contra el híbrido.
Kishibe simplemente se quedaba quieto sin hacer nada, observaba con tranquilidad a su contrincante...
El Demonio Cazador, transformado en Quanxi, con una velocidad increíble apareció detrás de Kishibe nuevamente, para luego levantarse y mirar a este...
- No puede ser... - Dijo para que después su abdomen empiece a sangrar y caiga a chorros.
Volvió a su forma original estando de rodillas mientras se agarraba del gran corte en su cuerpo...
El híbrido empezó a caminar hacia el demonio estando frente a él sin decir nada.
- Monsieur... Fue un enorme honor ser cazado por usted. - Hablo alzando la cabeza. - Tiene mis más nobles respetos, tanto como cazador como demonio... Espero en la próxima vez que renazca, pudiéramos encontrarnos nuevamente, no importa si sea como enemigos o compañeros... - Dijo para bajar la cabeza débilmente.
Kishibe simplemente movió su brazo a gran velocidad decapitando al demonio y dándose la vuelta para así caminar estando transformado...
Se miró así mismo viendo el arma letal que era ahora mismo y penso:
- (Me siento tan... vivo... Siento como si todo mi cuerpo no solo fuera más resistente y veloz, me siento aún más fuerte y... satisfecho.) - Dijo en su mente abriendo sus manos. - (Ahora mismo, tengo ansias de matar, de obtener sangre fresca... Y tú seguro eres el causante de esto... Pero una pequeña parte de mi también quiere acción.) - Dijo para girar y ver la ciudad de Tokyo...
Empezó a caminar para así dar una pequeña risa.
- ¿No estaría mal matar unos demonios para divertirnos, verdad? Después de todo, no creo que este mal mancharse las manos aunque sea un poquito... - Está vez hablo en voz alta para luego lamer la cuchilla de su brazo.
Tardo un rato en ir a pie a la ciudad, lo que le mantenía de pie era su sed de sangre, y necesitaba cargarse para estar a su cien por ciento, es por eso que, con sus sentidos aún más agudos que antes, escucho un grito de terror provenir de alguna parte y a gran velocidad, fue hasta donde estaba el grito viendo a un demonio aterrorizar a civiles, uno grande al parecer.
Cazadores de Demonios estaban tratando de aniquilar al demonio que les daba pelea, pero de un momento a otro, su cacería fue interrumpida al ver como algo a suma velocidad pasó enfrente de ellos. En eso, el demonio que era una amenaza, medio cuerpo suyo cayó al suelo mientras aún estaba de pie para que así el resto también caiga.
Los cazadores no entendían lo que acababa de suceder... Hasta que vieron a un ser de apariencia extraña, con cuchillos en sus brazos y una cabeza extraña.
No bajaron la guardia en lo absoluto, estaban bastante nerviosos por la presencia de ese... ¿Demonio?
- ¡O- Oye! ¡¿Quien eres y que planeas hacer?! - Dijo un cazador asustado con una katana.
Kishibe no respondió, simplemente se acerco al cadáver y lo inspeccionó...
- Hm... No tiene nada... Me lleva la mierda... - Dijo revisando entre las vísceras si había una parte del Demonio Pistola.
- ¡Hey! ¡¿Qué acaso no escuchas?! - Dijo acercándose preparado para atacar.
En el momento en que el cazador atacó al híbrido, se escuchó un ruido metalico y Kishibe se levantó con calma para así mirar al cazador. Cuando este vio su arma, se dio cuenta que la katana había sido cortada la mitad, cosa que tanto a su compañero como a él lo dejó temblando.
- Ustedes... Díganme... ¿Han visto a otro demonio por aquí? - Pregunto de forma serena.
- N- No... - Dijo con miedo.
- Hm... Como sea. - Dijo para dar un salto y e irse de allí.
Y así, en tres días, tres días en dónde Kishibe mataba, cortaba, destripaba, aniquilaba, destrozaba y machacaba a cada demonio que se encontraba, fue avistado por varias personas y cazadores que lo miraban con terror, los teléfonos de SP sonaban sin parar, donde Makima y Quanxi escuchaban el mismo cuento de siempre... "Un demonio hecho de cuchillos que va matando de forma violenta a otros demonios".
Ahora mismo... Por más increíble que suene, la ciudad de Tokyo en esos tres días no había recibido ninguna amenaza demoníaca, eso era debido a que Kishibe, pasó esos tres días son descansar, noche y día matando demonios sin importar que tan inofensivo sean, fue matando y gozando de cada carnicería suya, pero ahora, estaba débil y desesperado, la razon de esto era debido a que no encontraba ningún demonio por donde fuera.
Estaba en un callejón, jadeando mientras sentía su cuerpo pesado debido al cansancio de estar varios días matando a diestra y siniestra, gracias a la sangre de los demonios, no había cansancio alguno, pero en el momento en que ya no encontraba más a que matar, su cuerpo le estaba pasando factura... Su corazón le pedía matar a personas inocentes... Pero a pesar de todo, se negaba a ello.
Cayó sentado y de repente, su apariencia demoníaca se fue derritiendo dejando ver así por fin su rostro después de tanto tiempo estando transformado... Y otra vez, el sentimiento de vacío volvió...
En un suspiro de decepción... Él se levantó y empezó a caminar con debilidad hacia el único lugar donde no era hechado...
-
-
-
-
-
-
-
Se encontraba en el bar del edificio de Seguridad Publica, sentado y apoyado en la barra.
Eran las 22:12 y después de tanta reflexión por parte de él, decidió que era hora de rendirse... En los días que estuvo perdido, confirmó que lo único que lo hacía feliz era la sensacion de matar, sentimientos como la compasion, el cariño, la preocupación y felicidad ya no formaban parte de él.
Estaba con un vaso de Whiskey mirando el contenido de este, viendo como los hielos poco a poco se derretian... En eso, sintió como alguien se sentaba a su lado, colocando una copa de vino a lado de su vaso... Él volteo su mirada a la derecha viendo de quien se trataba...
- Ah... Me encontraste... - Dijo hablándole a la mujer a su lado.
Era Quanxi, quien lo miraba con esa expresión monótona de siempre...
- Fuiste un dolor en el culo desde que te fuiste. Quiero que me des una razón para no lanzarte por la ventana ahora mismo. - Dijo la albina al pelinegro...
- No tengo ninguna, lo hice porque quería y se acabo... Tonta... - Dijo dándole un trago a su bebida.
- Si... Seguro... Que linda mentira. - Ella movió ligeramente la copa de vino y tomó un sorbo.
Los dos quedaron en silenció mirando la ciudad iluminada...
- ¿Y como te sientes? Hace tiempo que no se de ti. - Pregunto a Kishibe.
- Sin nada, adolorido, sin ninguna razón de existir... Lo único que me hizo sentir algo, fue el haber matado a todos los bastardos que me pude encontrar. - Dijo jugando con su vaso.
- Si, lo se... Después de todo, varias llamadas me llegaron porque un demonio afilado mataba a otros demonios. - Respondio.
- Lo siento... -
- Dejémonos de juegos, Kishibe. A pesar de que nos conocemos hace medio año, eres lo más cercano a mi... Así que dime... ¿Hay algo que YO pueda hacer? Déjame ayudarte a cargar con esa crisis que tienes... Estoy cansada de que tus niños estén siempre desanimados y tristes en mi apartamento mirando la ventana para ver si vuelves... - Dijo viendo a este. - Todos están preocupados por ti... Les importas Kishibe... Me importas. -
- No se como explicarte porque ni yo se cual es la solución a mi problema más que ceder a ser... Un demonio... -
- Pues hallaremos una forma, no tiene que ser de la forma fácil... -
Los dos quedaron en un silencio... Y allí Kishibe hablo:
- Quanxi... ¿Alguna vez te conté porque me uní a este trabajo? - Dijo el con su vaso en mano...
- Me lo habías dicho... Fue lo primero que te pregunte cuando nos conocimos... Te uniste por diversión. - Contestó ella.
Kishibe callo ante esto y confeso:
- En verdad, fue mentira... - Dijo bajando la mirada y viendo su reflejo en la bebida de whisky. - En verdad... Desde que me hecharon de la academia militar, pensé que a mis padres le haría feliz que yo volviera, me mentía a mi mismo que tal vez les alegraría mi regreso a casa después de años... Pero no fue así, nunca les importe... Nunca le importe a nadie en ese momento... - Dijo para tomar un sorbo.
La tuerta escuchaba todo atentamente, con la mirada puesta en la ciudad frente a ella.
- Y cuando me hecharon de casa... Intente ser alguien uniéndome a la policía. Cuando empecé a vivir en las calles, no tenía razón alguna para vivir, no tenía nada ni nadie, es por eso que cuando vi en el periódico en el suelo sobre SP, una idea se me ocurrió... -
- ¿Cual? - Pregunto observa do esta vez a Kishibe.
- Yo... No entre a la organización por mero aburrimiento... Entre a SP porque quería morirme. - Dijo mirando a la ciudad. - Escuché como día a día gente al entrar aquí, moría por un demonio... Suicidarme nunca fue una alternativa porque me parecía estúpido, es por eso que la mejor forma de morir era peleando contra demonios porque así por lo menos, mis padres sabrían que morí haciendo algo... Cuando te conocí, no esperaba enamorarme de ti, pensé que serias algo pasajero porque tarde o te moriría... Pero quien diría que las cosas resultaron así... -
- ¿Así como? -
- Pues... - Dijo pensando. - Cuando cumplí 14, jamás le tuve miedo a nada, pero cuando Aki apareció en mi vida... Todo cambió... Aki, Himeno, Denji, Arai, Power, tú y por más increíble que suene... Makima... Desde que estas personas se instalaron en mi vida, yo empecé a sentir miedo. -
- ¿Miedo a qué Kishibe? Nunca temblaste a la hora de luchar, siempre arriesgando tu vida y siendo tú... - Pregunto.
- Miedo de quedarme solo nuevamente... Miedo a morir y estar solo donde sea que este... - Dijo mientras su voz se quebraba. - Si... Pero ya nada de eso importa, porque ni siento algo en lo absoluto... - Hablo sin ganas.
- Ya veo... - Ella contestó ante todo...
El silencio surgió nuevamente entre ellos dos, Quanxi miró al techo y luego miró su vaso...
- Makima esta preocupada por ti... - Dijo Quanxi.
Kishibe la miro por un momento y contesto:
- Eso... Es algo curioso de escuchar... - Respondió él ante lo dicho por la albina. - Pensándolo bien... Ya no quiero nada de alcohol en mi sistema. - Contestó.
- Makima al parecer siente algo por ti... ¿Por no vas tras ella? - Pregunto la tuerta.
- Yo ya tengo a una mujer en mi corazón, ya sabes. -
Quanxi alzó su puño viendo a Kishibe.
- Espera... No me golpees... - Respondió este.
Ella bajo el puño y hablo:
- ¿Cómo puedes estar interesado en mi? -
- Creo que es algo mio. -
- ¿Entonces, por qué yo? -
- Porque estoy enamorado de ti... ¿Ya? O eso quiero creer, me quiero aferrar a eso ultimo que tengo. -
Quanxi no dijo nada, solamente quedó en silencio...
- Además... hay varias razones del porque. - Dijo este.
- Sabes todo sobre mi, lo que me pasó, con quien estuve y como soy... ¿Y aun así siente amor por mi? -
- Así es, porque tanto tu como yo somos iguales... Quanxi, los dos estamos dañados... Al principio me enamore de ti a simple vista, cuando fuimos a nuestra primera cita, me enamore de una mujer hermosa y fuerte que no le importo cuidar a poseídas que eran usadas para cosas obscenas... Y ante de que pelearamos con el Demonio Gigante, me enamore de ti, Quanxi. Me enamore de quien realmente fuiste, eras y serás... - Dijo Kishibe.
- ¿Y no te importa... que sea un demonio? -
- Ni aunque te crezcan cuernos y alas, dejaras de ser la persona que yo veo con mis ojos. - Declaró... - Y... Tú no puedes morir fácilmente si nos vamos a ese tema... Los Cazadores de Demonios de Seguridad Pública aparecen y desaparecen en un parpadeo, además, cuando más te implicas con ellos, mas sientes por ellos... Tu nunca morirás... Tu nunca cambiaras, Quanxi... - Dijo observandola.
Ella sin decir nada, tomó un trago del vino que tomaba para seguirlo escuchando.
- Y por eso, puedo amarte sin preocuparme por ti, estando tranquilo sabiendo que estarás bien... -
- Hm... Suena como una razón estúpida. - Respondió ella.
- Entonces, supongo que ambos somos estúpidos. - Contestó.
La ciudad iluminaba la noche con sus luces, el jazz seguía sonando para ambientar el lugar y el hielo de sus bebidas se iba derritiendo poco a poco...
- Te amo... - Dijo con lo que le quedaban de sentimientos
- Sabes... He estado pensando... - Dijo Quanxi...
...
...
...
...
- Creo... Que me gustan las mujeres... - Confeso.
- Si... Lo se... - Respondió.
Él lo sabía... Desde que escucho la historia de lo que sufrió con aquellos soldados, hasta las consolaciones que ella tuvo con Makima... Sabía que no había forma de que Quanxi este interesada en él, solo lo hizo para así sacarse de encima lo ultimo que le quedaba de amor antes de desaparecer.
El tomo lo ultimo que le quedaba de alcohol y dejó el vaso ahí.
- Bueno... Lamento haberte incomodado. Adiós, Quanxi... - Dijo viendo su vaso preparado para irse.
Pero fue detenido por un agarre en su corbata. Confundido por ello, vio como Quanxi lo tenía agarrado.
- Hey... ¿Quanxi que suced-? -
Y en eso... Los labios de estos dos... se encontraron, uno confundido y otra siendo gentil.
Los ojos de Kishibe se abrieron con sorpresa, mientras que Quanxi lo sostuvo sintiendo la pasión... Por fin... Por fin ella había aclarado sus pensamientos... y sus dudas eran ciertas.
- P- Pero... Pensé que te gustaban las mujeres... -
- Me gustan las mujeres, pero tú eres mi excepción... Más vale que no lo arruines, idiota. - Dijo ella.
- Yo... No se que decir... -
- Mis niñas llevaron a tus niños al apartamento donde vives... Vayamos al mio...~ - Dijo Quanxi en un susurro...
Y así Kishibe, fue arrastrado fuera del edificio de SP al auto. Todo esto siendo visto por Makima quien miraba desde el ventanal...
Una vez llegaron, Quanxi beso a Kishibe de forma apasionada para llevarlo a su habitación, despojandolo de su saco, corbata y luego de su camisa. Él estaba sonrojado, nervioso, asustado y ansioso... Espera... ¿Estaba sintiendo todo eso? ¿Como era posible? ¿Acaso estas emociones las libero Quanxi?
La mujer se tiro con el pelinegro a la cama y los dos quedaron viéndose asi mismos cara a cara, con un Kishibe nervioso y tímido, y una Quanxi sonrojada e inexpresiva...
- Kishibe... ¿No te importaría que esta mujer tome tu primera vez? Esta mujer que ha sido manchada una y otra vez en su vida... ¿Quieres eso? -
El pelinegro sin saber que decir, le dio un pequeño beso en los labios a Quanxi y se quedó observandola nervioso...
- Hmpf, tomaré eso como un si. - Dijo para así empezar a besar el cuello de este.
Por lo tanto, Kishibe sin saber que hacer, abrazaba a Quanxi siendo inexperto en el tema...
"Algún día tendrás que escuchar las penas de alguien, consolarlo que todo va estar bien, a pesar de que eso no sea cierto... Dale esperanzas y veras como sus fuerzas vuelven de nuevo a él..."
- (Al final, tuviste razón, mamá...) - Pensó la albina...
Para que luego, la noche los haga dejarse llevar de forma apasionada...
-
-
-
-
-
-
(No has desbloqueado la escena secreta, para desbloquearlo debes de comprar el DLC.)
-
-
-
-
-
Sin saber que sucedía, ahora se encontraba en el mismo lugar oscuro en el que había muerto una vez, pero era diferente... Se encontraba desnudo.
En el fondo, vio a alguien de espaldas sentado en el suelo, también desnudo, tenía el cabello plateado y corto...
Sabia quien era... Se trataba de Knife, el Demonio Cuchillo...
Fue corriendo sin pensarlo para así embestirlo y empezar a golpearlo.
Con enojo, daba puñetazos al rostro de Knife para despues agarrar su cuello y empezar a asfixiarlo...
- ¡MUERE, PEDAZO DE MIERD-! - Dijo intentando ahorcarlo. - ¿Eh...? ¿Por qué no pued-? ¡Ugh! - Exclamó recibiendo un puñetazo que lo saco de encima del pelo plateado.
Kishibe se levantó y preparo sus puños listo para pelear pero en eso...
- Detente... Tsk, pendejo... No tiene sentido que luchemos... - Hablo el de dientes afilados.
- ¡¿Eh?! ¡¿Qué mierda dices?! ¡Como si me importara, te mataré de una vez por todas para que me dejes en paz! - Respondió enfurecido.
- Inténtalo, pero no lo lograrás... Aquí no podemos morir... -
- ¿Qué? ¡¿A qué te refieres?! -
- Mira... - Dijo levantando su brazo y llevándolo a la boca.
Knife se mordió el brazo con fuerza para así abrir la boca y .ostrarle a Kishibe que no sufrió daño alguno, ni una marca en lo absoluto. Intento meterse sus dedos en el ojo pero de nada servía, estos no llegaban.
Kishibe, atónito, miro al de pelo plateado si saber que decir.
- Al parecer, ni uno de los dos podemos hacernos daño en tu mente. - Contestó Knife.
Para seguido a eso, sentarse en el suelo y mirar lo que parecía ser, una ventana que mostraba las batallas que tuvo Kishibe y algunos momentos en donde solo observaba...
- Espera... ¿Ese soy yo? -
- Así es... Estoy viendo todos tus recuerdos, es lo único que no me aburre aquí... -
- Mierda... ¿Eso quiere decir que tu viste...? -
- Si, vi como ustedes dos tenían cogian... - Respondió.
- ¡Agh! ¡Que vergüenza! ¡¿Por qué tú-?! -
- Me hubiera gustado hacer eso con Arpher... - Dijo el sin emoción en su voz.
Kishibe se callo y miró unos momentos las memorias que pasaban allí, momentos felices donde Knife miraba atentamente...
El pelinegro se sentó a lado de este para así hablar:
- ¿Por qué nunca lo hiciste? No me refiero a solamente tener sexo... Sino... A ser más honestos con sus sentimientos... - Pregunto él.
- Porque era un cabron de mierda que no le importaba nada más que a mi mismo... Yo solo quería lo que quería... Ella me ofreció irnos a un lugar lejos e intentar vivir, inclusive, me dijo que me amaba... ¡A mi! Por primera vez en mi vida, alguien dijo que me amaba... Pero mi mierdera obsesión por matarte a ti me cegó completamente... Y ahora estoy aquí... - Dijo de forma vacía.
- Vaya... - Dijo sin saber que decir.
- Al principio... Estaba enfurecido de estar aquí. Quería hacerte sufrir haciéndote ver todo eso, sacandote las emociones y mostrando a tus seres queridos muertos... Pero conforme vi lo que viviste y como tu tenias a gente que te quiere y como estabas dispuesto a irte lejos con tal de protegerlos... Me hizo pensar en lo solo que estoy... Es por eso que siento envidia de ti ahora... -
- Hmmm... Pues, la verdad que si me daría envidia ver como alguien si tiene a personas que lo quieren mientras yo estoy aqui... - Dijo viendo junto a él sus propios recuerdos. Kishibe pensó y se dio cuenta que esta era la oportunidad perfecta para hablar con él. - ¡Oye, Knife! ¡Quiero ofrecerte algo! - Dijo él.
- ¿Qué cosa? - Hablo mirando al pelinegro.
- Hagamos un contrato... - Ofreció Kishibe.
Los dos quedaron en silenció para que Knife respondiera.
- Tsk, ¿Y por qué putas debería de hacer un contrato contigo? -
- ¡Deja de ser una mierda y escucha! Se que no te caigo bien, y lo entiendo... Pero si has visto mis memorias... ¿No te gustaría experimentarlas? ¿Saber lo que se siente ser humano? ¿Lo que se siente tener una familia y... demás? -
El silencio perduró... Silencio en dónde Knife pensaba... Apretó los dientes amargadamente y hablo:
- Ok... ¡Pero tengo dos condiciones! -
- Vete a la mierda. -
- Hazlo, o haré que no se te pare nunca más el pene. -
- Ok, Ok, tranquilo... No hay que ir lejos... -
- ¡Escucha bien, nenaza! ¡La primera: Cuando llegues a un límite de sangre, debes descargarlo, de lo contrario, te transformaras en mi forma primigenia en dónde yo tomaré control por unos monutos! - Exclamó alzando el dedo índice enfrente de Kishibe.
- ¿Y como la descargo? -
- Debes de sacarte la sangre o transformarte hasta que uses toda mi fuerza. -
- ¿Que hay de la segunda? - Pregunto.
- ¡La segunda...: Cuando el Demonio Arpón reencarne en este mundo, quiero que la convenzas de estar de tu lado y que sea tu amiga! ¡Solo será eso, si lo haces, te dejaré de joder! -
- Grrr... Tenias que darme la condición más difícil... -
- Tómalo o déjalo, perra. - Dijo el demonio.
Kishibe miro para otro lado para después ver arriba y luego abajo pensando...
- Bien, acepto. -
- Entonces... Más te vale cumplirlo... Si rompes el trato... Me apoderare de tu cuerpo. - Dijo ofreciendo su mano.
Kishibe la tomó en un apretón y bajo hacia arriba y abajo determinado.
- Esta bien... Ahora vete a la mierda de aquí. - Dijo para golpearlo al rostro desprevenido.
-
-
-
-
-
-
-
Abrió los ojos lentamente sintiendo la luz del sol dándole en la cara... Se levantó sobandose el rostro para luego girar a su derecha y ver a Quanxi sentada en la cama sin camisa o brasier con los pantalones puestos...
Kishibe al ver esto, asustado casi cayo de la cama estando rojo como un tomate, ganandose la atenciónde la albina.
- Despertaste... ¿Qué sucede? - Dijo ella colocándose su camisa.
- ¡¿T- T- T- Tu y yo l- lo hicimos?! -
- Felicidades, Cherry man, ahora puedes morir feliz - Dijo para empezar a fumar.
- Oh Dios... ¿Y- Y como lo hice? -
- Hmm... Increíblemente, me gusto... Bien hecho para ser tu primera vez. -
Kishibe se sonrojo a más no poder y sonrió de forma ganadora para así abrazar a Quanxi.
- Vaya... que confianza la tuya ¿No? -
- ¡Te amo, te amo, te amo, te amo! - Dijo feliz.
- Me acabo de dar cuenta... - Dijo dejándose abrazar por el pelinegro mientras soltaba humo por la boca.
Kishibe la soltó y en eso, le hablo:
- H- Hey... Quanxi... - Dijo llamando la atencion de esta. - Acabo de hacer... Un contrato con Knife... - Dijo esta vez serio.
- ¿Enserio? ¿Eso significa que...? -
El pelinegro sonrió y miró a Quanxi feliz.
- ¡Ya soy el mismo Kishibe de siempre! - Dijo haciendo una seña de paz frente a ella.
- Pues, ponte el uniforme, tenemos que ir a SP... Se nos hace tarde... - Dijo vistiéndose.
- ¡Ah! ¡Enseguida! - Dijo saliendo de la cama.
Cuando los dos ya salieron del apartamento, Quanxi observo a Kishibe y le hablo:
- Es bueno verte de nuevo, Kishibe. - Dijo sonriendole por primera vez a pesar de no ser muy notorio.
- Je... Gracias, Primera Cazadora. - Dijo sonriendole...
-
-
-
-
-
-
-
ES HORA DE ACABAR CON ESTO.
Dijo una voz profunda, cargada de irá y de balas...
-
-
PROXIMO CAPITULO:
Kishibe: ¡NO PUEDO CREERLO! ¡ES EL MEJOR MALDITO DIA DE MI VIDA!
Quanxi: Y el último si se lo llegas a decir a alguien.
Kishibe: Pero bueno, ahora que todo está bien, nada malo puede pasar.
PISTOLA: Hola.
Kishibe: Oh no...
¡NO SE PIERDAN EL PROXIMO CAPITULO DE...!
LETHAL MAN: KISHIBE.
Extras:
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro