Ver a Millie siendo besada por Leo le hizo sentir dolor en el pecho. Matt apretó sus puños fuertemente, pero él no podía hacer más que ver de lejos.

Salió de la escuela y se fue al parque, pues no quería ir a su casa. Todo le traía malos recuerdos.

Pensar en cómo había terminado así le daba más malestar. Si, había sido un perfecto idiota. Eso lo sabía.

En sus recuerdos regresó a la noche en que todo empezó.

Matt había ido a la fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos. Una noche como cualquiera. Eso creía él.

Casualmente se encontró a Rose allí. Ella también era parte del grupo social.

Matt solía mantener la guardia frente a ella. Sabía que Rose estaba detrás de él y no quería tener problemas con Millie por su culpa.

Conversaron de temas triviales, nada fuera de lo normal. Entonces Matt se fue al baño y Rose lo siguió. Aunque ella se detuvo en la cocina a preparar un par de tragos para los dos.

Él no esperaba que ella le metiera drogas a la bebida, pero lo hizo. Después de regresar a donde la multitud se hallaba, ella apareció con la atractiva copa de Martini.

La bebió con confianza. Una confianza que se rompería minutos después cuando empezó a sentirse mareado. En aquel momento supo que algo no andaba bien, pero ya era tarde. Perdió la conciencia sin más.

Cuando abrió los ojos se encontraba en su cama, sin ropa, solo cubierto con sábanas. A su lado estaba Rose desnuda, abrazándolo. En ese momento, una parte de sí mismo murió.

Se alejó lo más rápido posible de ella. Se puso de pie y se vistió. Rose se despertó por la brusquedad y sonrió. Definitivamente se había salido con la suya.

Matt trató de buscar algo que le dijera que había sido una trampa, que en realidad no había pasado, pero no tuvo suerte. Rose le mostró su celular, el cual había usado para grabar el acontecimiento. Entonces vio que realmente había pasado. Rose había puesto más de una droga en su bebida y él se había acostado con ella. Lo peor de todo fue que mientras ocurría solo el nombre de Millie salía de su boca. Se estaba matando a si mismo con ese video. Con lo que había hecho.

Para Matt, Millie era su primer amor. Él sabía que ella guardaba secretos, pero entendía que quería ser feliz así. Él realmente quería ayudarla, pero no sabía cómo. Y ahora la había jodido. Había perdido cualquier oportunidad de hacerlo.

Rose lo amenazó, como era de esperarse. Le iba a mostrar a Millie aquello si él no aceptaba seguir teniendo relaciones con ella. Era una malvada sin corazón, pero él no se quedaba atrás. Había cometido un pecado horrible, no tenía perdón. Aun así, si Millie lo sabía la destruiría. Matt terminó accediendo.

Sin embargo, Millie se enteró y de la peor manera. Matt deseó morir una y otra vez después de eso. Por eso cuando la volvió a ver, quiso disculparse. Aunque sabía que no merecía perdón, quería hacérselo saber. Pero alguien más había aparecido en la vida de Millie, alguien quien la estaba haciendo cambiar, alguien que la hacía sentir bien. Alguien que supo hacer lo que él no.

Seguramente Leo podría cuidarla, él no caería en la trampa de una víbora. Con esos pensamientos pudo apartar la vista y seguir caminando. Millie merecía alguien como él.

Matt le dijo adiós a su primer amor definitivamente, deseó con toda su alma que ella fuera feliz y también deseó poder ser feliz al lado de la madre de su futuro hijo o hija.

Finalmente, se encaminó hacia su casa. Lo hecho, hecho estaba.

No sabía que pasaría en el futuro, solo esperaba que todos pudieran encontrar su camino y cumplir sus sueños.