
Set 5
Batía el café sin ganas en la mesa de la cocina. Ya había revuelto el azúcar y estaba perfectamente disuelta, pero yo no dejaba de batir como si girar el líquido pudiera ayudarme en algo. Quizás si se convirtiera en un agujero negro y me tragara sería feliz.
Me había costado demasiado dormir después de pasar toda la noche recordando cosas, una detrás de la otra. El día que conocí a GeonHak, los meses siguientes sin poder hablarle; entrar al equipo y ser su aprendiz. Hacernos amigos por fin... Mi mente seguía cansada aunque había dormido un poco, seguía dándole vueltas. Al menos ya sabía cómo habían despertado mis sentimientos por él, pero lo peor era que no había nada que pudiera hacer con eso. No era algo mutuo, no era algo que él pudiera sentir por mí porque yo nunca había sido así con él. No lo había salvado de nada, no le había compartido nada importante de mi vida, más que a mí mismo. Ni siquiera había sido buen Hyung para él en esos tiempos. Si GeonHak sentía algo por mí, probablemente sólo fuera la confusión que yo le provocaba por ser tan intenso con mis sentimientos por él.
Ya no tenía ganas de ningún viaje y me dolía la panza como si quisiera cagar, aunque ya lo había hecho. Entonces mi mamá entró a la cocina y acercó una butaca alta al lado de la mía. Yo me incliné hacia el costado hasta apoyarme contra ella, que me agarró entre sus brazos.
— ¿Qué pasa bebé?¿Es por lo que te dije ayer? Perdón si te hice sentir mal.
— No... No es por eso.
— ¿Seguro? Me preocupa verte así. Estás con ese ánimo últimamente...
— Ya sé.
— Sé que es tu mejor amigo, pero si no te hace bien... ¿Qué hizo para que te sientas así? Yo cuido a mi hijo, por eso te dije que te alejes de él —dijo acariciando mi pelo contra su pecho.
— Nada, él no tiene la culpa. Están pasando muchas cosas en el Club y me siento más revuelto que nunca.
— ¿Es por el compañero que falleció?
— ¿Qué? No jajaja ¡mamá! El que falleció fue el padre de YoungJo, no él.
— Ahhh, pobre. Yo lo había matado ya. Con lo bueno que es.
— ¿Bueno?
— Si, ¿no? Es bueno, gana seguido.
— Ah, sí. Como persona deja mucho que desear. Engreído y malhumorado.
— A mí siempre me pareció educado y guapo.
— Lo ves poco y nada.
— Ay hijo tenés que hacerte algo en este pelo. Está horrible. Vení al salón que te hago un baño de crema, una Keratina, algo.
— Mamá, no puedo ahora. En otro momento.
— Bueno, sí, pero que no se te pase. Escuchame, lo último que te digo. No tenés edad para estar solo. Tenés que disfrutar tu juventud mientras la tengas.
— Ay mamá, no estoy solo, si te estoy entendiendo bien, no tenés de qué preocuparte.
— Me quedo tranquila. Pero cuando vuelvas del viaje, venís que te hago algo en ese pelo.
— Que sí.
— Y traelo a tu amigo que también tiene un quincho.
— ¿No me dijiste que me aleje de él?
— Y si igual no me vas a hacer caso. Aparte lo quiero ver a ese mocoso que te tiene mal.
— Jajaja bueno, lo llevo. Pero no lo rapes.
La conversación con mi mamá me hizo sentir más tranquilo. Le dejé un beso en la mejilla y la dejé tomarse mi café, ya le pediría otro a BeHi cuando llegara a la oficina, quizás uno más suave. No pensaba quedarme mucho en el trabajo, sólo mis tareas de la mañana y con la excusa del viaje me iría temprano.
Mi secretaria entró en mi oficina con un café con leche y un tostado de jamón y queso. Tenía pendiente contarme qué había pasado ayer en mi ausencia y yo sabía que no iba a contener la información si había logrado investigar algo. Sólo la quedé mirando fijo desde mi sillón y la chica se puso nerviosa hasta que...
— Jefe vino alguien. Un tipo muy muy alto. Habló con su padre. Lo crucé en el pasillo y pensó que era una recepcionista. Fue educado, pero era muy... ¿Muy mandón? Era guapo, pero muy grande para mí. Y tenía un perfume súper intenso. Me miró de abajo a arriba. Me sentí incómoda en realidad. Me preguntó por el despacho del CEO, así que sé que venía a ver a su padre —soltó casi sin respirar.
— Interesante... Gracias. Quizás un nuevo inversionista, eso explicaría que necesite tanto información de golpe—. La chica siguió mirándome como si esperara algo más, entonces continué—. Me voy temprano hoy, tengo que viajar mañana. Si volvés a verlo decime.
— Está bien ¿A dónde va?
— A Busán por un encargo de mi papá.
— Ah —, pero no se iba. Seguía esperando.
— No necesito nada más.
— Es que ayer se fue temprano también... —, y claro, quería el chisme completo, otra vez. La miré riéndome mientras ella se sentaba lentamente en el asiento para visitas mientras yo no le dijera que se detuviera.
— Me fui al Club y los chicos de gimnasia artística nos invitaron a una fiesta ¿Por qué no venís vos también?
— ¿Va a estar su compañero, el del funeral?
— ... Eh... Sí...
— ¡Entonces voy!
— Pero, BeHi... Él es gay.
— Ya sé, lo quiero conocer igual.
— Como quieras.
— Entonces... ¿Hoy también se va temprano para ver a su amigo?
— ¿Cómo que para ver a... Salí de acá. Chau. Fuera de mi vista.
La chica salió huyendo con las mejillas rojas. En realidad tenía razón, no tenía motivos para irme temprano y no me iba a preparar cosas para el viaje... Sólo quería aprovechar que los viernes GeonHak no tenía clases y era el entrenador de turno del gimnasio de máquinas. Así que, después del mediodía dejé mi oficina cerrada con todos los registros de sucursales checkeados y mis tareas fijas terminadas. Compré dos sánguches de carne y me tomé un taxi hasta el Club.
.
— ¿Almorzaste? —dije apareciendo por la espalda de GeonHak que miraba todo desde la puerta del gimnasio. Se sobresaltó un poco y se dió vuelta a verme. Yo sostenía uno de los sánguches entre nosotros.
— ¡Hyung! No, no comí nada todavía. Se me pasó la hora ¿Mío?
— Sip.
— ¿Qué hacés tan temprano?
— Vine a entrenar.
— ¿Con esa ropa?
— Ahora me cambio.
— No entiendo por qué no te cambiás en tu oficina —dijo empezando a morder su comida—, estás más cómodo allá —terminó con la boca medio llena.
— Un sexy empresario de traje en un gimnasio llama más la atención que si vengo con ropa de entrenamiento.
— Ah, bueno, si venís a llamar la atención entonces, ¿qué hacés perdiendo el tiempo conmigo? —dijo sin dejar de mirarme de arriba a abajo.
"No pierdo el tiempo, bobo, te tengo mirando como un condenado". Le dejé unas palmaditas en el hombro sin decir más nada. Su cara de confusión estaba en la lista de mis favoritas, y me fui sonriendo con esa imagen en mi retina hasta el vestuario. Yo ya había comido en el camino y en realidad no tenía ganas de entrenar con la panza llena, pero podía hacerme el bobo para tener a GeonHak dando vueltas a mi alrededor sin hacer realmente nada de ejercicio.
Me divertí como por una hora usando las máquinas de las peores formas posibles. Él sabía que sólo era para fastidiarlo, pero así y todo volvía cada vez a quejarse porque no estaba haciendo bien los ejercicios. Yo alegaba que no tenía por qué hacer bíceps en el aparato que era para eso, podía perfectamente hacer glúteos; que la barra se podía usar para hacer piruetas y no necesariamente abdominales o brazos, y la caminadora estaba bien para hacer flexiones. No había nada de malo en eso. Al final, lo hice creer que había ganado dejando que me explicara cómo usar correctamente la máquina para pecho y espalda, sólo porque era una cosita preciosa tocándome para enderezar mi mala postura.
Había visto a YoungJo entrar y ponerse a entrenar por su cuenta en algún momento mientras me divertía sacando de quicio a GeonHak, y me daba igual. Sabía que cada tanto se nos quedaba viendo y se reía de todo el drama que hacíamos, pero cuando GeonHak interrumpió su intensivo seguimiento de mi ejercicio y se levantó del largo asiento de la máquina que estaba compartiendo conmigo para llamarlo, ya no me divirtió tanto.
— YoungJo, ¿podés reemplazarme un rato? Tenía turno con HaRin mañana pero como este Hyung me va a llevar a trabajar con él, lo cambié para hoy.
— Sí, no hay problema.
— Controlalo, está especialmente "bromista" hoy.
— Ok, yo me ocupo —, y tomó su lugar, literalmente se sentó delante mío con sus piernas a cada lado del asiento. Yo solté las agarraderas un poco frustrado. No quería otro instructor.
— No hace falta. Ya terminé.
— ¿Lo escuché decir 90? Vamos, 30 más.
— No seas así. Estoy molestándolo a él, no a vos. Puedo entrenar solo —me quejé. Nada era más odioso que ser interrumpido en medio de una satisfactoria rutina de molestar a GeonHak.
— Me dijo que te controle ¿No es tu horario de trabajo este?
— Qué te importa —dije ya de mal humor cruzándome de brazos.
— ¿Te acordás cuando me insistías en que hablara con vos si necesitaba ayuda? Me preguntabas por qué era tan frío con ustedes dos, o sobre mi papá ¿Te olvidaste?
Y sí, tenía razón. Con la excusa de ayudarlo había sido muy cargoso con él. Pero era la única persona que sabía de mi sexualidad en el Club, y yo también sabía sobre él, era lógico que quisiera ser solidario con él... Y de paso averiguar si estaba detrás de mi amigo o no; detalles.
— Bueno sí. Es mi horario de trabajo pero como voy a trabajar el fin de semana, me puedo tomar medio día —respondí finalmente.
— Así que te lo llevás de viaje de negocios...
— Sí, ¿te pone celoso o qué?
— No... Es que... Admiro que tengas tanto control de vos mismo.
— Me gusta jugar con fuego —... "Pero si supieras YoungJo", tenía tanta razón en eso, y yo me seguía arrepintiendo de llevarlo conmigo.
— Ajá, no te quemes.
— Problema mío.
Nos miramos fijo unos segundos como si nos juzgáramos mutuamente. No podía entender si de verdad estaba preocupándose por mí o si sólo se estaba burlando.
— Treinta más te dije —, y se levantó del asiento dejándome terminar solo la serie.
GeonHak volvió no mucho después, pero yo no tenía muchas ganas de seguir bromeando. Él mantuvo un ojo en mí mientras yo terminaba de entrenar sin más juegos. El gimnasio empezaba a llenarse, al parecer era la hora favorita de todos para hacer ejercicio. Ya buscaría otra forma de entretenerme hasta nuestro horario y dejaría trabajar en paz a mi amigo.
Pero nada me impedía seguir molestando después de nuestro entrenamiento de equipo. Mientras se duchaba antes de irnos, vi sus flip-flops muy seductoras esperando ser tomadas por mí y escondidas en algún rincón del vestuario o del gimnasio. En teoría iba a ducharme también, pero la tentación fue más fuerte y salí corriendo con ellas pensando mentalmente en dónde esconderlas. No iba a tardar mucho más, así que tenía poco tiempo para pensar.
Seguía sin decidirme dónde dejarlas cuando un "¡SeoHo Hyung!" me sorprendió desde atrás. Corrí en dirección a la salida con las chanclas aún en mis manos. YoungJo y YongHoon salían justamente por esa puerta y quedé atrapado entre ellos y mi perseguidor.
— No lo dejen salir —dijo GeonHak que ya se acercaba demasiado, todavía con el cuerpo medio mojado y sólo usando un short que también se veía húmedo. Seguramente apenas había llegado a ponerse algo para perseguirme cuando salió y no encontró nada para sus pies.
YoungJo me abrazó desde atrás cuando intenté darme vuelta para correr en otra dirección. Tenía los brazos pegados a mi torso y mis pies siendo levantados del suelo. YongHoon se moría de risa a mi costado y GeonHak se acercó para sacarme las chanclas de la mano.
— Me rindo, no me pegues por favor. YoungJo salvame, te juro que te recompenso —dije desesperado. GeonHak nunca me golpeaba realmente, pero aún así seguía causándome ese miedo por todo el cuerpo cuando se enojaba y me miraba justamente con esos ojos afilados con los que me miraba en ese momento.
— Dalo vuelta —dijo Hak, y yo me lo veía venir. Aún quedaba la posibilidad de que YoungJo no me vendiera al enemigo, pero probablemente el precio sería más caro para mí porque ese bobo podría pedir cualquier cosa como recompensa. Afortunadamente, sólo me giró entre sus brazos sin reducir la fuerza de su agarre. Era incómodo no saber dónde poner mi cara que estaba demasiado cerca de la suya y, mientras la acomodaba en su hombro, un tremendo golpe de suela de zapato resonó en todo el gimnasio y dejó mi culo temblando. Podía intuir que venía otro golpe y así fue. Aunque del otro lado por suerte, si no, me hubiera dejado completamente roto.
Mis pies volvieron a tocar el piso y alejé de un empujón a YoungJo. GeonHak ya estaba con sus flip-flops puestas riéndose apoyado contra la pared, ¿qué tenía de gracioso aporrear mi culo de esa forma? Usar las manos dolía menos y se sentía mejor.
— ¿Por qué con las cosas esas? Duele mucho, idiota.
— Jodete. Casi me patino con el piso húmedo del vestuario. Sos un tonto.
— Hoy está demasiado bromista, ¿no? —opinó YoungJo siendo muy impertinente para mi gusto. Quería sacarlo a patadas.
— ¿No te estabas yendo vos? Chau, fiu, perdete —le dirigí junto a un gesto de mi mano.
— Es verdad, hoy está muy molesto ¿Estás ansioso por el viaje? —dijo él sin hacerme caso.
— ... Sí —admití. Quizás sí tenía demasiada energía por la expectativa del viaje, aunque tenía miedo de cómo resultara, también me moría de ganas de ir.
— Que bueno que acepté ir con vos, porque por lo que veo estás de malas con tu "Plan B" —dijo GeonHak aún riéndose, pero esta vez mirando a YoungJo. Mis orejas se pusieron rojas, podía sentir cómo ardían a los costados de mi cara. Pollo infeliz, ¿cómo se le ocurría decir eso delante de él?
— ¿Su "Plan B" soy yo?¿Y eso? —preguntó YoungJo con sus molestos ojos curiosos.
— ... Lo dije para convencerlo nomás.
— No hace falta que te defiendas, ya sabía que soy tu Plan B —dijo con un tono demasiado sobrador. Mi corazón estaba a mil, me ponía nervioso el rumbo que estaba tomando la conversación.
GeonHak, que nos miraba en silencio, de pronto se acercó a él mirándolo como si buscara respuestas, apoyó una mano en su pecho y luego otra sobre el mío. Cerró sus puños en cámara lenta sobre nuestras remeras y nos juntó delante de él.
— ¿Ustedes...?¿...Qué carajo se traen? —preguntó. Ni siquiera podía disfrutar de tenerlo tan cerca mío usando sólo un short y con el torso brillante por la humedad que jamás se había secado. Estaba demasiado tenso rogando por que no esperara una respuesta real.
— Tenés todo el fin de semana para averiguar qué pensaba hacer conmigo si vos no ibas, después me contás —contestó YoungJo. Podía ver sus ojos pasar por toda la fisionomía de mi amigo, luego, le dejó unas palmaditas en el hombro, esperó a que lo soltara, y se fue.
— ¿Viste cómo me miró? —dijo GeonHak aún sin soltarme a mí. Por suerte, su mente se había quedado en eso y no en las palabras de YoungJo—, me dio cosquillitas.
— ¿Q-qué? —, ¿cómo tenía que interpretar eso?¿Le había gustado la forma en que lo miró?
— No sé, fue muy intenso. Raro —, y su cara de bobo con sus labios poniéndose más rosados.
— Bueno, no sé. Ya sabés que le gustás, así se mira a alguien que te gusta. Vestite que se van a ir todos y vamos a quedarnos acá —, y sí, mi humor estaba de la mierda por culpa de ese engreído con complejo de semidiós.
— Ah, sí ¿No vas a ducharte?
— En casa.
Mientras GeonHak se iba a vestir yo quedé en el lugar, estático como si me hubieran atornillado al suelo y me preguntaba por qué mierda había sido tan impulsivo como para acostarme con semejante idiota. Si GeonHak era lo suficientemente distraído como para no darse cuenta a qué se refería YoungJo, estaba salvado, pero de lo que no me salvaba era de mí mismo haciéndome la misma pregunta en mi cabeza: "¿Qué hubiera hecho con él?,¿la misma estupidez que en el velatorio?; ¿y con GeonHak?¿por qué lo estoy llevando realmente?".
.
.
Una palma enorme de GeonHak se estampó en mi omóplato junto con su mejor voz diciendo que estaba listo para irnos. Mi tortura autogestionada estaba a punto de comenzar y la primera parada era mi casa.
Aunque mi madre protestó, me senté a cenar con ellos sin ducharme ni cambiarme. Lo haría más tarde. El ambiente durante la comida fue un poco incómodo para mí después de la conversación que habíamos tenido la noche anterior que involucraba al invitado sentado a mi lado. Las miradas que me soltaba cada tanto mi mamá, sólo eran visibles para mí, pero aún así era mejor que salir a cenar solos después de la dudosa charla con YoungJo, no quería dar lugar a preguntas. Cuando subimos al cuarto, con el mismo objetivo, me fui al baño directamente.
Mientras me duchaba y cantaba "Toothbrush" de DNCE, pensé en hacer uso de mi esclavo personal... Es que yo le había pedido que viniera preparado, pero yo no había ni siquiera guardado mis cosas.
— Baby, you don't have to rush~ you can leave a toothbrush at my place, at my place~ ¡GEONHAK!
[T/a.: Bebé, no tenés que apurarte, podés dejar un cepillo de dientes en mi casa]
— ¿Hyung? No voy a ayudarte a bañarte.
— No, agarrá mi valija del placard y guardá algunos calzones y lo que te parezca —dije rápido para no darle tiempo a negarse y tampoco perderme mi parte favorita de la canción—. Each time I let you stay the night, stay the night. Up in the morning tangled in sheets~ We play the moment on repeat, on repeat~
[T/a.: Cada vez te dejo quedarte a dormir. A la mañana amanecemos enredados en las sábanas. Repetimos el momento]
— ... Ok —lo escuché decir mientras continuaba mi concierto privado y sonreía por tenerlo a mi servicio.
— When you're standing there in your underwear and my T-shirt from the night before~ With your messed up hair and your feet still bare~ Would you mind closing the bedroom door?~
[T/a.: Cuando estás ahí parado en ropa interior y mi remera de ayer, con tu pelo revuelto y tus pies descalzos ¿Te molestaría cerrar la puerta del cuarto?]
Salí del baño con la letra de la canción dando vueltas en mi cabeza, pero lamentablemente GeonHak no tenía mi remera puesta ni estaba en ropa interior ni con el pelo revuelto; estaba usando sus pantalones rojos rayados, una remera blanca y su pelo estaba acomodado. La única ropa interior era la mía que guardaba en mi valija más prolijamente de lo que yo lo hubiera hecho.
— Que linda canción, Hyung, ¿de quién es?
— La banda de Joe Jonas.
— Hace mucho no cantamos juntos.
— Cuando quieras.
— Es gracioso porque todos tus calzones son iguales, excepto este —dijo de pronto desdoblando el que tenía en la mano. Yo lo reconocí y por poco me atraganto con mi propia saliva, era el que me había prestado YoungJo y que aún no le había devuelto.
— Ahhh, sí. Ese sacalo. Me lo regaló una tía en Navidad. No me gusta.
— Es lo peor cuando un calzón no es cómodo, no entiendo por qué la gente regala algo así. Eso lo compra cada uno.
— Ajá ¿Ya está todo? —dije acercándome a comprobar que no faltara nada. Agregué algunas cosas personales, algo de ropa formal, algunos accesorios para Pepe y di por terminado el asunto.
.
.
El despertador sonó temprano y fui el primero en despertarme. Afortunadamente había dormido bien. Ya que sabía que me esperaban varios días de nervios latentes, intenté dormir bien al menos esa noche. GeonHak estaba roncando a mi lado con el pelo hecho un desastre, el torso desnudo destapado y la boca medio abierta. Estaba listo para acercarme y masticar esos labiecitos rosados, pero, en lugar de eso, apreté su nariz con mi mano para despertarlo por la falta de aire.
— ¡HEY! —dijo después de arrancar mi mano de su nariz de un manotazo.
— Sonó el despertador —le informé.
— ¿Tenés que ser tan exageradamente salvaje siempre? —dijo sentándose en la cama y frotando su cara— Es re temprano, no hace falta salir ya.
— Sí. Y sí, porque quiero desayunar sin mis padres ¿Vamos a Starbucks?
— Bueno ¿Te sentís mejor?¿Pudiste dormir? —preguntó dejándome confundido. De verdad no entendía de qué hablaba.
— ¿Eh? Sí, ¿por qué?
— En un momento me despertaste hablando, ¿no te acordás?
— ...¿Qué te dije? —. Definitivamente no recordaba eso y tampoco recordaba si había soñado algo, pero me daba miedo lo que pudiera haber soltado dormido.
— Pedías ayuda, no sé. Algunas cosas no se te entendían. Te sacudí un poco, abriste los ojos y seguiste durmiendo.
— Seguro me asustaste con tus ronquidos de monstruo.
— Si tanto te molesto andá solo.
— No seas bobo. Vamos, dale —insistí tirando de su brazo para sacarlo de la cama. Él se quedó en la cama como si esperara que sus neuronas terminaran de despertarse. Lo me levanté a vestirme y asegurarme de tener todo lo necesario.
No tardamos demasiado en salir y, tras una rápida parada en Starbucks para comprar unos cafés para llevar y algunos muffins, nos encaminamos en la ruta principal. GeonHak me prohibió dormir en el viaje ya que él obviamente no podía hacerlo, así que fuimos cantando con la música del estéreo las casi 4 hs de viaje hasta Busán.
Llegamos a la Ciudad y sin detenernos en ningún lado fuimos directo al hotel donde mi papá había hecho la reserva. Demasiado ostentoso para mi gusto, pero tenía vista al mar y salida privada a la playa y eso era bueno. Faltaba poco para el mediodía así que preferí visitar la sucursal enseguida y así tener el almuerzo tranquilo en el hotel.
— Hak, ¿vas a ir a playa mientras me voy a trabajar?
— No sé, vi que tienen gimnasio, quizás me quede ahí y después vamos juntos.
— ¿Gimnasio?¿No podés hacer algo distinto por una vez en tu vida?
— Ya sabés que si no entreno 6 veces a la semana me siento mal.
— Dejate de joder.
— Bueno, ¿querés que haga algo distinto? Te acompaño ¿Qué me pongo? —dijo sonando muy decidido. Yo me reía viendo la forma en que abría su valija con una mezcla de frustración y obstinación.
— Está bien, no hace falta. Hacé lo que quieras, ya vas a acompañarme esta noche. Gracias igual.
— Sos imposible. Bueno, me voy a la pileta, no es un gimnasio pero sí es entrenamiento.
— Así me gusta.
— Eu, no sabía que tu papá era tan generoso, el Hotel está increíble.
— Pf, es más sospechoso que otra cosa el que se comporte así de la nada.
— Es gracioso porque no escatimó en el elegir Hotel, pero sólo tenemos una habitación y una cama. No esperaba que vinieras conmigo, ¿no? —dijo con sus ojitos sonriendo como dos líneas.
— No, de hecho no le gustó que te invitara, pero me importa una mierda. Está planeando algo y no me quiere decir qué.
— Hmm, ¿entonces soy tu medio para fastidiar a tu papá?
— Ay, no te pongas en modo Leo. Te invité a vos porque no quería estar con nadie más. Me voy ya, que quiero volver temprano.
Me fui sin esperar ninguna respuesta de su parte. Si me quedaba un minuto más y, sobre todo si escuchaba otro de sus reproches, iba a tirarlo en esa cama gigante y explicarle con propios actos los motivos por los cuales lo quería sólo a él ahí conmigo y no a ningún otro u otra. Podíamos jugar todo el fin de semana a ser una pareja de millonarios en su luna de miel. Podíamos tomar champagne mirando el mar desde el sillón; cenar comidas con nombres franceses desnudos en la cama antes de cojer, y parar de cojer para volver a comer. Ir a la playa a ver el amanecer y volver con arena hasta en los lugares más recónditos para luego ducharnos juntos hasta sacárnosla toda. Pero sólo eran lindas fantasías en mi cabeza mientras manejaba a la sucursal de Busán y entonces tendría que hablar con ese Gerente estúpido y volver con mi amigo para ir juntos a la playa antes de ir al maldito seminario.
Estaba bien, podía soportar todo ese fin de semana con él sin cometer una idiotez.
Podía.
¿Podía?
.
.
Feliz año a todos 💞
el 22 es mi número favorito, así que espero que este sea un buen año 😎 y espero que también lo sea para ustedes ❤️
Ojalá nos sigamos leyendo todooo el año y por muchos más porque los amo 😭💕
Antes de irme y dejarlos con ganas de más (espero), les quiero preguntar si vieron el especial de Navidad de -Let's Fight!- ya que sé que a muchos no les llegó notificación :((( es raro porque es más SeoDo que YoungHak, pero bueno, así es la vida(?)
En fin, hoy me desperté con estas maravillosas imágenes y ahora quiero un AU de época de estos dos...
Si se portan bien, ya estoy pensando en cosas mÁgIcAs para el especial de 1k de lecturas... Así que, ¡HAGAN QUE LLEGUE!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro