Set 3
Todos en el gimnasio estábamos absortos en el combate de nuestros compañeros. Yo sabía que las cosas estarían tensas y eso me asustaba. A pesar de lo sexy que eran esos dos peleando a tope, no quería ver que alguno de los dos saliera con una sanción disciplinaria. Me aparté de HyunGu y me arrodillé en mi lugar, quería estar atento a lo que pasara por si era necesario bajarle algunas plumas a mi pollo.
- YoungJo perdón -soltó GeonHak de pronto mientras seguían tironeando de sus extremidades mutuamente -, estuve mal, lo admito.
El mencionado aflojó de pronto el agarre en su brazo y pareció esperar para escucharlo atentamente. Yo estaba como loco en mi lugar ¿Entonces eso era todo?¿Se ponía agresivo sólo para disculparse? Un GeonHak clásico, tomó I, pf, cosa de principiantes.
- Fueron demasiados años juntos. Eh, es decir, c-como colegas. Como rivales. O bueno, como compañeros también. N-no es novedad que... Que la confianza que tenemos a la hora de enfrentarnos es... Distinta. Especial. No creo poder desempeñarme así con otros compañeros y supongo que te pasa los mismo, pero... Pero que me dijeras algo así me dejó demasiado confundido. Siempre pensé que me odiabas, que te tomabas nuestra rivalidad con mucha seriedad y de pronto...
- GeonHak -interrumpió YoungJo, y ¡DIOS MÍO!¡LE IBA A CONTESTAR AHÍ DELANTE DE TODOS!-, no me tomaba en serio nuestra rivalidad, vos lo hacías. Yo te admiraba demasiado. Quería ganarte porque no existe mayor orgullo que superar a quien uno considera superior. No voy a negarlo, llegué a tener celos, sí, porque eras menor que yo y aún así me dejabas transpirando, pero siempre te admiré.
- N-no sé qué decir... yo también... Aunque me costó entender que te cambiaras de Club. Eso siempre me pareció una ofensa.
- ¿Una ofensa? No me cambié de Club para molestarte, me cambié para tener el honor de entrenar juntos y aprender de vos en primera persona. Quería conocerte mejor. Siempre esperaba verte en las competencias. Cuando pensaba en dejar las artes, recordaba que esos torneos eran la única forma de verte y no soportaba la idea de no hacerlo, entonces, ¿por qué no verte en los entrenamientos? El único estúpido que no se daba cuenta de mis sentimientos eras vos.
- Está bien, te estoy pidiendo perdón. Aunque no puedo corresponderte, debería sentirme halagado por... Por que tengas esos sentimientos por mí. Dije cosas sin pensar ayer. No es vergonzoso, es que... Nunca imaginé que pudieras... Ah... Nunca te traté bien como para merecer algo así.
- Yo tampoco a vos, es que no sabía cómo ibas a reaccionar si te lo decía y prefería guardarlo antes de no sentirme de la misma manera cuando peleáramos. Pero no te preocupes, mientras esté todo bien acá, de mis sentimientos me ocupo yo.
- Está todo bien. Sabés que te respeto y que sos mi contrincante favorito aunque hayas crecido tanto desde los 18 que ya no competimos en la misma categoría.
- Yo sé que envidiás mis muslos.
- Te parecés a una ardilla que conozco.
Y sí, hice mi aparición. Todo el equipo estaba con la boca abierta. Literalmente habían dejado en evidencia todo su drama delante de todos, yo estaba fangirleando como nunca y salté de mi lugar para meterme entre ellos. GeonHak me dió el pie perfecto sin querer, así que me acerqué a su pequeña atmósfera de tensión. YoungJo apretó sus labios entre sí y miró al lado contrario.
- Wow, que fuerte chicos. Siento que deberían besarse.
- ¡Hyung!
- ¿¡Qué!?¡Al menos un besito!
- Que no, ridículo.
- SeoHo, no metas más presión. Agradezco tus disculpas, en serio, Hak.
Los dos se realizaron una respetuosa reverencia y el entrenador dió por terminada la jornada, aunque nadie se movió de su lugar. Se sentía un murmullo general y no era para menos. YongHoon se acercó a preguntarle a YoungJo cómo estaba, pero él sólo le contestó un seco "estoy bien". Cuando me di cuenta, su vista estaba fija en mí y cada vez más seria, hasta que me agarró de un brazo y me llevó lejos de nuestros respectivos amigos, lo cual me pareció totalmente fuera de lugar.
Me crucé de brazos contra la pared, no pensaba siquiera mirarlo. Seguro me diría alguna estupidez - Qué.
- ¿Eso fue obra de esta cabecita también? Primero me sugeriste que me confiese y ahora le pedís que me pida disculpas... ¿Dónde termina esto? Te dije que me iba a olvidar de él, no era necesario.
- Yo no le pedí que se disculpe -respondí, era la verdad.
- Mirame cuando me hablás, sino no te creo.
- A ver -dije rindiéndome y devolviéndole la mirada-, puede que lo haya hecho entrar en razón, pero no fue por vos.
- ¿Entonces sí vino de él?
- ¿Las disculpas? Sí, supongo. Yo pensé que se iban a matar ahí nomás.
- Está bien, sólo quería saber eso.
- Ah, me pareció que querías acusarme de maquinador.
- Bueno, no es para menos, todos sabemos que pensás de formas un poco raras.
- Mirá quién habla. Ah, y ya que estamos, no vuelvas a hacer algo como lo de hoy.
- Fue un chiste, y me lo seguiste.
GeonHak y YongHoon nos miraban desde el centro del gimnasio. Era una pésima idea hablar así a la vista de todos, aunque no escucharan, ya era demasiado llamativo que nos alejáramos-. Nunca más y tampoco esto; si querés hablar, no sé, mandame un mail a mi oficina -finalicé sacando mi chapa de ejecutivo, quería que sonara lo más impersonal posible, a ver si así captaba el mensaje.
Me fui directo al vestuario todavía con una media sonrisa. Tenía que felicitar a GeonHak por su maravillosa escena de telenovela y a mí mismo por lograr que su cabeza dura se ablandara un poco... Aunque técnicamente el proceso había sido todo lo contrario.
- No elongaste -dijo GeonHak entrando al vestuario. No esperó nada de mi parte y empezó a separar mis piernas para estirar mis abductores haciéndome sufrir contra la pared del vestuario. No me llamó la atención su brutalidad, pero sí me preguntaba si se debía a algo... ¿Celos quizás?
- ¡No seas bruto! Me vas a lastimar.
- Pedime que pare y te voy a hacer el mismo caso que me hiciste vos ayer.
- No pares, seguí, dale, ¡más fuerte!¡Ah!
Su cara de espanto fue preciosa mientras bajaba mis piernas al suelo y me dejaba escapar. Miró a todos lados para estar seguro de que nadie nos hubiera escuchado. Si pensaba que podía jugar conmigo como yo con él, estaba muy equivocado.
Una vez que estuvimos listos, nos fuimos al auto como todos los días. Yo tenía mil preguntas para hacerle sobre sus repentinas disculpas, todo ese increíble discurso que había soltado, y si de verdad estaba molesto por verme hablar a solas con YoungJo; así que pensé en buscar la forma de pasar la noche juntos, al menos un rato y tirarle un poco de la lengua... Ah, las cosas que haría con esa lengua si pudiera...
- ¿Qué vas a cenar?
- Ni idea, tengo ganas de salir a correr un rato.
- Hmm, yo no, pero puedo cocinar mientras vos salís.
- ¿De verdad?
- Sí, ¿querés?
- No hagas nada que me dé diarrea por favor.
- Ok, no le pongo nada raro.
Era tan fácil convencerlo. Estuvimos en su departamento en minutos, yo cocinando y él eligiendo algo cómodo para salir a correr. Yo sabía que eso significaba una sola cosa: estaba ansioso o inquieto por algún motivo y no me iba a ir de ahí sin averiguar qué.
[Ref.: La conversación de GeonHak y YoungJo está tomada del Round 8 de "Let's Fight!"]
.
El resultado de mi cocina fueron unos deliciosos rollos de gimbap, aunque hechos de una mezcla de arroz y huevo ya que no había suficiente arroz; y rellenos de salchicha y kimchi de la queridísima Señora Kim. GeonHak volvió preciosamente despeinado, con parte del pelo húmedo pegado contra la cara y el pecho brillante por el sudor... o por errarle a la boca con la botella de agua. De cualquier manera, se veía espectacular, mucho mejor que la cena.
- Me doy una ducha y comemos.
- Pero tengo hambre.
- Soy un asco.
- Dale, comamos, después te duchás -, no había motivo para privarme de semejante imagen.
Nos sentamos en la alfombra del living y comenzó la lucha de palitos para agarrar el trozo más bonito de gimbap. La mayoría terminaban destrozados por nuestra pelea por agarrarlos, pero era parte de la diversión.
- ¿No vas a contarme nada?¿Tengo que preguntar? -dije cuando el plato de gimbap había quedado vacío.
- ¿Contarte qué? El que me tiene que contar algo sos vos. YongHoon me dijo que no sirvieron sanguchitos de tomate en el velatorio ¿A dónde fuiste?¿Y desde cuándo son tan amigos con YoungJo, qué fue esa conversación secreta hoy?
Por poco escupo mi kimchi en la servilleta. Esperaba que a GeonHak se le escapara el hecho de que sus dos preguntas tenían una misma respuesta, y elaboré como pude un plan de escape: acusarlo de celoso.
- ¿Ahora no puedo hablar con un compañero? Bien que ustedes se dijeron de todo...
- Me disculpé, y dejé que todos escuchen, no tengo nada que ocultar. Lo de ustedes fue rarísimo.
- Me preguntó si lo habías hecho porque yo te pedí, quería saber si todo lo que dijiste fue sincero, ¿lo fue, GeonHak?
- ¿Te parece que puedo inventar todo eso?
- No. Jaja, no tenés la capacidad. Pero fue excelente. Dramático, sexy... Uff. Pensé que se mataban ahí nomás.
- Vos siempre disfrutando el sufrimiento ajeno.
- ¿Fue un sufrimiento pedir disculpas? Cierto, sos Leo.
- Dejate de joder con eso. Entonces... Ustedes no se están haciendo amigos, ¿no? -, y por amor a la luna, su carita de pollo estaba para mojarlo en la salsa de soja y comérmelo de un bocado. Totalmente asustado por perder a su mejor amigo. Tan estúpido; tan bonito.
- No, ni cerca. Me está molestando más de lo normal. Además, no tenés de qué preocuparte, vos tenés coche, él no.
- ... ¿Soy tu amigo por eso? Ardilla apestosa.
- Esta ardilla apestosa te cocinó la cena.
- Estoy jodiendo, ya sé que no me querés sólo porque soy tu chófer... Aunque a veces...
- GeonHak -comencé de nuevo. Ya tenía parte de mis dudas resueltas pero aún faltaban un par de cositas para averiguar.
- ¿Qué?
- Perdón por lo que hice ayer -, aunque no, no estaba ni cerca de estar arrepentido, pero sabía que eso lo haría confesar.
- ... A veces te vas a la mierda. Pero supongo que yo también me fui a la mierda con las cosas que dije, así que...
- Ajá. Nunca sabés lo que podés provocar en la otra persona por no parar un minuto a pensar antes de hablar.
- Ya sé.
- ¿Entonces sirvió? Me alegro de que después de sacudir el pollito en la ducha hayas podido recapacitar.
- ¡HYUNG!
- Bueno, perdón ¿Te ofendió el diminutivo? Pollo, polla ¿Cómo lo tengo que decir?
- No te refieras a él y listo, tarado.
- ¿"A él"? Ok, disculpe señor Pene de GeonHak -, y apenas terminé de hablar me hice un bollo en la alfombra. Él efectivamente se tiró sobre mí para "golpearme", aunque sólo me sacudía agarrando mis brazos. Poco a poco terminó sentado sobre mis piernas y yo me volví a estirar para verlo desde esa perspectiva tan privilegiada, todavía riéndome.
- En serio, Hyung, no sé cómo hacés pero siempre me dejás...
"¿Cómo?¿Cómo te dejo? Hablá", pensé.
- No pude pegar un ojo en toda la noche. Soñaba... Soñaba cosas muy raras y me despertaba de golpe. En un momento tuve miedo de tener fiebre y estar delirando.
- ¿Cosas como qué?
- Nada, nada.
- No, no, hablás ahora pollo -dije estirando mi brazo para pellizcar uno de sus pezones a modo de tortura.
- ¡AHH! -gritó retorciéndose todo. Él me tenía en el suelo debajo suyo, pero yo lo ponía a gritar. Tan lindo, tan lindo.
- Contame a ver si te puedo decir qué significa.
- No sé, vos me decís cualquier cosa.
- No me ofendas, que no para nada estudié tanto de psicología en la Carrera y encima trabajo con psicólogos todos los días.
- Bueno, pero no me juzgues, fue sólo un sueño. Estaba confundido con todo lo que me dijiste...
- A ver... -. Mis expectativas estaban por las nubes. Le estaba costando demasiado hablar y eso era algo tremendamente bueno.
- Soñé que YoungJo y yo estábamos peleando en una final, y de pronto todo el lugar cambia y estamos en el gimnasio viejo, todo sucio y cosas tiradas por todas partes, nosotros en el suelo llenos de polvo. Pero peleábamos mal, muy mal. Sin reglas, sin nada de compañerismo. Me dió una sensación horrible.
- Ghm...
- Me desperté de golpe y estuve un buen rato sin dormirme. Cuando por fin lo logré, de pronto estaba en una Villa Tradicional y ahí estaba YoungJo también, con unos HwanDo esperando para pelear conmigo otra vez. Y de nuevo, empezamos a pelear con las espadas, rompiéndonos los HanBok.
- Oh... Sueño temático...
- Em, bueno, sí, y terminamos besándonos en el suelo -dijo rápido y con la boca medio cerrada, como si eso evitara que lo escuche. Era obvio que le daba vergüenza.
- Uhh, se puso interesante.
- Después de eso me desperté otra vez. Me sentía rarísimo. Me levanté un rato a tomar agua... Y después, cuando volví a la cama, fue el último sueño. Esa vez, era un entrenamiento normal, en el gimnasio de siempre. Estaba luchando contra vos y te gané. Llevaba varios duelos seguidos y YoungJo quiso ser el siguiente, así que empezamos y cuando ya había ganado...
GeonHak hizo un silencio y lo vi tragar desde mi lugar en la alfombra, con su garganta moviéndose bruscamente. Yo esperaba el resto con los ojos brillando.
- Antes de que me levantara, me grita "¡Asqueroso, salí!", y me empuja como si le hubiera hecho algo. Yo obviamente me quejé, y le dije que era parte del juego. Ni siquiera sabía a qué se refería él, pero pensé que estaría enojado por haber perdido. Y ahí me dice "¡¿También es parte del juego que me toques con tu asqueroso pene duro?!" ... Yo estaba ahí... No sé, cómo que no entendía nada. Pero cuando me fijo, tenía razón.
- Ohhh -dije con una sonrisa traviesa apareciendo en mi cara. Comencé a levantarme de mi lugar obligándolo a sentarse en otro lado que no fuera mi cuerpo, quería escuchar el final del relato sin hacer una representación yo mismo, y tenerlo sentado encima no era la mejor forma de evitar accidentes-. Así que te pusiste duro peleando con él...
- No sólo por él, en realidad llevaba 5 duelos. Es tu culpa que sueñe esas cosas, me dejaste traumado. Después me decía que era un asqueroso, que sólo a un puto le pasaría algo así, y no sé qué más. Todo ahí delante de todos y el entrenador nos terminaba sancionando a los dos ¿Y yo qué culpa tenía?
- Wow... Tu mente es como la de un nene, tan transparente. Es muy obvio lo que pasa. En primer lugar, tenías miedo de perder su forma de enfrentarse juntos por no solucionar las cosas después de lo que pasó con él. Por eso en tu sueño se peleaban pero no lo estaban disfrutando como siempre -. Él me miraba con sus ojos pequeños hechos unas bolitas, con toda la concentración en mi análisis-. Por otro lado, el segundo sueño fue... Bueno, además de muy sexy, una especie de "¿Qué pasaría si de verdad correspondiera sus sentimientos?". Puede que las espadas sean tu sensación de miedo respecto a eso.
- ¿Miedo a corresponderlo?
- Algo así.
- Es una estupidez, es obvio que no siento lo mismo por él. Toda la situación me dejó confundido.
- Bueno, por último... El tercer sueño está claro que es tu culpa por haberle dicho esas cosas. Seguramente la sanción tiene que ver con que te sentías merecedor de un castigo, aunque en tu sueño no fuera tu culpa sino al revés, en el fondo te sentías culpable por hacerlo sentir así a él en la realidad.
- Eso fue lo que me hizo pensar en disculparme. Pensé en eso toda la mañana. Incluso en la clase en vez de decirles a los chicos "fórmense" dije "discúlpense" y ellos me miraban sin entender nada.
- ¿Qué parte de la disculpa implicaba matarse en el entrenamiento dramáticamente?
- Aprendí de vos, si sólo me disculpaba, ¿dónde estaba el drama y la diversión? Ya sabés, nuestra forma de pelear es así, nos gusta llevarlo al extremo.
- Dios, vivís colgado de ese hombre como si fuera un árbol, después no querés que se enamore.
- Hyung, ¿qué mierda estás diciendo?
- Me voy a ir a pidiendo el Uber -, entre sus sueños subidos de tono, el recuerdo de la pelea en el entrenamiento, y mí propio cansancio, mi mente ya estaba yéndose a lugares peligrosos.
- ¿Te vas? Pensé que te quedarías. Es tarde, quedate.
No tenía que decirlo dos veces. Juntamos las cosas de la cena y nos fuimos al cuarto. Él tenía pendiente su ducha y yo simplemente me desvestí y me metí en la cama. Si me dormía antes de que él volviera, mejor para mí y para mi descanso.
[Ref.: Los sueños de GH corresponden a escenas del Round 2, Round 8 y Prólogo de "Let's Fight!"]
.
La mañana siguiente me encontró después de una buena noche de descanso. No siempre dormía bien al lado de él, pero afortunadamente había pedido descansar bien. Tenía que llegar a mi oficina, asegurarme de que todos los sectores estuvieran trabajando bien, sobre todo Finanzas; terminar las planillas que me faltaban para mi papá y aprovechar el momento de ir a entregarlas para preguntarle qué tenía ahora en mente con todo eso.
Me senté en la cama terminando de despertarme. Todavía no había sonado el despertador pero, como siempre cuando se duerme en casa ajena, me desperté antes. GeonHak todavía dormía como un bebé pero yo me levanté de la cama y pensé en que no tenía ropa para cambiarme, así que saqué el mismo pantalón beige del día anterior de mi bolso y me lo puse.
- ¿Otra vez ese? -dijo la voz ronca y baja detrás mío.
- Sí, no me traje nada.
- Agarrá uno mío.
- Me quedan muy ajustados.
- ¿Más que ese? No creo.
Agradecí estar de espaldas porque mi cara debió ser muy poco disimulada. Si yo estaba entiendo bien, GeonHak estaba celoso de que otros me miraran como él lo había hecho. En algo tenía razón, sólo lo había usado para él, así que si prefería que usara otra cosa, podía hacerlo. De pronto las palabras de YoungJo me volvieron la mente...
- A ver novia tóxica, ¿qué tengo que ponerme? -pregunté y cuando me di vuelta a mirarlo, él ya estaba frente a su ropero eligiendo algo.
- Tomá -dijo revoleando un pantalón negro ancho, una remera blanca lisa y un saco de lana celeste.
- Pero... Me voy a ver cómo un tarado.
- ¿Por qué?
- Porque así te vestís vos -, y salí corriendo a encerrarme en el baño con la ropa en mis manos. Lo escuché chocarse contra la puerta mientras yo ponía la traba y me reía solo del lado de adentro.
Si hubiera llevado una lista de todas las cosas que GeonHak había hecho el último tiempo que demostraran que su interés en mí iba más que el de un amigo, en este momento tendría toda la evidencia necesaria para salir con un ramo de flores y pedirle matrimonio; pero su cabeza de pollo probablemente no fuera conciente de eso así que tendría que ser paciente y esperar a que su cerebro se enterara de sus sentimientos. Conociéndolo, apurarme sólo lograría asustarlo y poner todo muy incómodo. Me di unas palmaditas en el hombro por haber sabido sacar provecho de la confesión de YoungJo; yo sería más cuidadoso que él.
Salí del baño luego de mirarme al espejo unas cuantas veces. Efectivamente me veía como GeonHak, tenía una extraña sensación al verme, algo así como querer abrazarme y cachetearme al mismo tiempo. Él estaba con su pantalón deportivo y su espalda a la vista mientras lavaba frutillas y arándanos para desayunar. Me senté en una de las sillas a esperar, aunque por mí podía tardarse todo el día en lavar las frutas.
Obviamente, no tardó todo el día, y en pocos minutos salimos de su departamento, ya desayunados, a nuestros respectivos trabajos. Cuando subí a mi oficina, mi secretaria me miraba con ojos curiosos y yo sabía lo que estaba por preguntar.
- Sí, me trajo él. Dormí en su departamento y me vestí con su ropa -le informé como si fuera algún tipo de reporte diario.
- Le queda bien ese estilo Jefe ¿Le traigo algo para desayunar?
- No, ya estoy lleno.
Ella escondió su cara detrás de su agenda y se fue, seguramente imaginándose cosas que no eran, pero me daba igual. Me senté a terminar las últimas planillas y dejé todo en sus respectivas carpetas. La pila era gigante y me llevó un largo rato poder llegar hasta el ascensor sin desparramar todo por el suelo. Estaba bastante ansioso por la conversación con mi papá, esperaba que me contara algún proyecto ambicioso que tenía en mente, aunque, como siempre, me jodía que me dejara afuera hasta último momento.
- Ah, mirá quién apareció... -dijo mi papá apenas me vio entrar en su oficina.
- ¿Qué rompí?
- No cenaste anoche en casa.
- Ah... No. Me fui a cenar con GeonHak y me quedé a dormir -dije dejando la pila en su escritorio.
- GeonHak GeonHak, siempre GeonHak. Sigo esperando la nuera...
- Papá...
- Bueno, yerno, no me acostumbro ¿Qué es esa pinta? No podés venir así vestido, sos el hijo del CEO.
- ¿Estoy mal? -respondí sencillamente, un poco golpeado por sus comentarios anteriores. Justamente, por ese motivo tardé en darme cuenta que mi papá estaba hablando de cualquier cosa para distraerme. Él nunca se fijaba en la forma en que me vestía ¿Por qué de pronto le importaba tanto?
- No sé, no es propio de-
- Papá -lo interrumpí-, ¿para qué querías todo esto? Tuve que solucionar una crisis en Finanzas porque estaban estresados con tus pedidos ¿Necesitamos un balance tan grande a esta altura del año?¿Qué tenés en mente?
Efectivamente, la cara de mi papá se puso pálida, estaba evitando el tema y lo había agarrado con la guardia baja.
- Uh, sí, fue muchísimo trabajo. Es que quiero tener todo controlado. Me gusta ser prolijo. Terminaste rápido, que bueno ¿Por qué no te tomás el día?
- ¿" Ser prolijo"? Papá, siempre somos prolijos. Todos los cambios que surgen te los notifico automáticamente, no es necesario tanto despliegue sólo para ser prolijos.
- Estás cansado, pasás mucho tiempo entrenando y con todo el trabajo que tuviste estos días no te quiero abrumar con mis cosas. Yo hago mi trabajo, vos el tuyo. Andá a almorzar tranquilo y tomate el día, de verdad te digo. Después hablamos en la cena ¿Cenás en casa hoy?
Al parecer no pensaba soltar más nada. Sabía que era así, esperaba a último momento para decirme las cosas cuando ya estuvieran atadas y con moño; pero en este caso me hacía demasiado ruido. Podía insistir, aunque eso sólo lo pondría más a la defensiva, así que opté por seguir su juego.
- Bueno, sí, la verdad estoy cansado. Estaría bueno por una vez llegar fresco al entrenamiento. Supongo que sí voy a cenar a casa, y hablamos más tranquilos.
Salí de la oficina con serias dudas en mi cabeza. En cuatro años trabajando para él, había pasado varias situaciones similares donde él se hacía el misterioso. Sin embargo, esta vez había algo distinto y podía percibirlo en el aire. Su forma de hablarme no era de alguien que espera por dar una buena noticia, al contrario, tenía un dejo de pesar que me daba demasiado miedo. Llegué a mi sector, donde mi secretaria me esperaba mordiendo una lapicera como si estuviera al borde del colapso nervioso.
- ¿Qué? -pregunté cuando estuve suficientemente cerca. Como si le hubiera dado permiso para enterrarme en sus palabras, comenzó a soltar todo lo que evidentemente la tenía tan tensa.
- ¿Durmieron o "durmieron"? Es que el otro día cuando te vino a buscar... Ah, ¿Ya pudo hablarle de sus sentimientos? Yo creo que debería decírselo de una vez, es su amigo, no va a tomárselo mal. Y ese otro chico... Su otro compañero, ¿sabe de esto? Es que, si volvieran a... usted me entiende, quizás él podría terminar sintiendo algo por usted. Lo mejor es que sepa que usted está enamor-
- BEHI, BASTA.
- Perdón -se disculpó metiendo su cara en la taza de café.
La tomé del brazo lo más suave posible y la llevé a mi oficina, ya podía sentir a todos los empleados del sector parando las orejas para captar el chisme, y no tenía ganas de que todos hablaran de mis dramas amorosos.
- Dormimos, literal, y no, no le dije todavía. La verdad, hay que ser tonto para no darse cuenta, por eso creo que lo que no le permite verlo, es que él también siente algo por mí aunque no lo sepa. Y por último, no va a haber una segunda vez con mi otro compañero, además a él le gusta GeonHak también, o al menos le gustaba.
- Ohh, está bien, mientras no peleen por él... Y sobre Kim GeonHak... El problema es que cuando uno es tan amigo, cree que los sentimientos son sólo amistad, pero si usted se dio cuenta, él también puede.
- Lo sé, lo sé. Pero él sigue creyéndose hétero aunque sus dos parejas mujeres claramente no resultaron. Ahora parece que le gusta la madre de un alumno...
- Debería contratarlo y tenerlo ocupado así no tiene tiempo de verla a esa, y lo tendría a su entera disposición. Además... A usted le gusta el drama y el romance de oficina es todo un cliché [🌞] -dijo emocionada con las ideas que se hacía solita en su cabeza, aunque en realidad no sonaba nada mal.
- Su presencia acá me distraería demasiado, pero en fin, no te traje sólo para chusmear sobre mi vida. Tengo un pedido especial. Hablé con mi papá y está realmente raro. Me insistió con que me tome el día y me huele muy mal esto. Me voy a ir para que se sienta libre de hacer lo que sea que quiere hacer, pero necesito que tengas un ojo encima y me cuentes lo que sea que pase mientras yo no esté.
- Perfecto Jefe, me encanta.
- ¿Te "encanta"? Es algo serio.
- Ah, sisisis, eso. Me... Me preocupa.
- Hm, confío en vos.
.
Al salir de mi edificio pensé en qué debería hacer. Faltaba un poco para comer y no podía llamar a GeonHak porque seguramente estaría dando clase. Comencé a caminar pensando en qué hacer. La tela del pantalón se sentía cómoda en mis piernas, más que los pantalones de vestir que solía usar. El viento en mi cara también me hacía sentir bien, ya que rara vez tenía la oportunidad de caminar a esa hora de la mañana, se sentía bien probar un poco de sol en mi piel. Mientras caminaba, seguía pensando en lo que mi secretaria había dicho, estaba seguro de que tendría mucho éxito si comenzara a escribir una novela y, ciertamente, su observación sobre el amor en la amistad tenía mucho sentido.
"¿Entonces qué tengo que hacer?", pensé. Si yo había podido interpretar mis sentimientos de esa forma tanto tiempo atrás, ¿por qué él no? Bueno, si es que realmente los tenía y no era sólo mi imaginación. Pero en ese caso, tenía que encontrar la forma de hacer que él también los notara. Pasé el resto del camino intentando recordar en qué momento y por qué había pasado de verlo como un amigo, a necesitar más de él y sufrir como un idiota por no poder tenerlo.
Llegué al Club con un millón de recuerdos hermosos en mi cabeza, pero aún sin mi respuesta. Todo lo que pensaba éramos nosotros compartiendo todo y peleando cada dos minutos por tonterías. Mis recuerdos estaban ya "manchados" por mis sentimientos actuales y me era imposible volver a sentir por él algo que ya había evolucionado tanto en mí. No había forma de recordar cuándo habían cambiado las cosas en mi corazón, mucho menos cuando todo se sentía tan vivo. Porque de hecho, la escena frente a mis ojos cuando puse un pie dentro, hizo que todo lo que me guardaba desde hace años ardiera más que nunca dentro mío. Era el pollo traicionero hablando con una madre y un niño de aproximadamente 6 años agarrado de su mano. Y sí, sí era linda, sí estaba buena y hubiera jurado que era ella, pero no iba a quedarme ahí a mirar mientras mis ojos se ponían vidriosos.
Salí corriendo hacia uno de los pasillos laterales sin saber muy bien a dónde ir. Había pasado todo el camino pensando en nosotros y ahora sólo quería borrar a ese estúpido de mi cabeza, pero con la desgracia de que estaba justamente en el lugar que más compartíamos los dos. Estaba a punto de tirarme de rodillas al piso y luego llorar en posición fetal, cuando la mano enorme de Lee KeonHee se posó en mi hombro. Su vocesita nunca me había parecido tan dulce en la vida.
- ¡SeoHo, Hyung!¿Tan temprano?
- Mi papá me liberó antes ¿Todo bien?
- Sí, yo vine antes porque tenía que darle algo a uno de los chicos de Gimnasia, ¿Me acompañás?
Asentí con mucha fuerza, como si eso fuera a alejar mis ganas de llorar. La actitud tan positiva de KeonHee me relajaba, aunque no había dicho mucho, sólo su voz tranquila y su sonrisa eran suficiente.
- ¿Tenés amigos en el gimnasio de enfrente? No sabía...
- Hmm no es como que seamos amigos... En realidad soy amigo del novio de DongMyeong.
- ... No sé quién es DongMyeong, pero evidentemente los mitos no eran tan falsos -dije con una sonrisa apareciendo en mi cara.
- Hyung, ¿vos también con eso? Esa enemistad entre Lucha y Gimansia artística es tan tonta, sobre todo ahora que YoungJo Hyung admitió ser gay, debería quedar claro que no hay "deportes de hombres y deportes de maricas", es tan molesto... Todos somos iguales aunque elijamos diferente.
- KeonHee... Ah... No quise decirlo de modo ofensivo. Sólo me alegró saber que YoungJo y yo no somos los únicos del "otro bando" en el Club -. Woah, realmente acababa de confesarlo. Era la segunda persona del club que lo sabía después de esa vez en los vestuarios cuando le había contado a YoungJo.
- ¿Oh... Entonces vos también?
- Ajá, pero no lo cuentes, por favor. Prefiero que no se sepa.
- Está bien, no voy a decir nada. Ah, ahí están.
Levanté mi vista que estaba un poco perdida en el pasto. En las gradas de la cancha de básquet un grupito de chicos muy llamativos saludaban a KeonHee con sus manos y algo de aegyo. En realidad yo nunca había tenido ningún prejuicio con ellos, de hecho me parecían increíbles las cosas que hacían, pero teniendo en cuenta la mala relación histórica entre las dos disciplinas, sentía que no caería bien intentar acercarme a ellos, y tampoco veía la necesidad. En ese momento, entre el buen ánimo de mi compañero y el palpable carisma que los tres desconocidos parecían tener, podía intuir que pasar un rato con ellos realmente podría ayudarme a olvidar el mal trago que me había llevado al llegar.
KeonHee avanzó primero. Traía una bolsa de algún marca de ropa en su mano, que le extendió a uno de los chicos. Yo me acerqué de a poco, algo tímido. Podía ser muy desenvuelto entre conocidos, pero eso no quitaba que me sintiera un poco inseguro frente a gente nueva. Dos de los chicos eran sumamente parecidos, aunque uno tenía el pelo largo y rubio con las puntas lila y el otro corto y rojo oscuro. El tercero, tenía el pelo rosado y era mucho más bajito. Los tres me miraron con lo que percibí como desconfianza, pero KeonHee estaba ahí siendo el nexo entre dos mundos que prácticamente nunca se mezclaban.
Sinceramente, me sentía entusiasmado por conocer a esos chicos que a simple vista parecían interesantes. Además, cuando dos polos opuestos se cruzan, las probabilidades de que haya diversión aumentan, o bueno, por lo menos sonaba bien en mi cabeza.
.
Continuará...
Algún día les voy a preguntar si les gusta más Let's Fight! o Let's Face it! y, sea cual sea su respuesta, voy a llorar.
Porque siempre lloro por todo.
Bye bye~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro