Final Set
Sonreí con malicia mientras buscaba el chat con YoungJo, sabía que me iba a mandar a la mierda por nuestra última conversación, pero si tenía la chance de salvar el negocio de mi vida y la de mi papá, no iba a tenerle miedo. GeonHak intentaba mirar por sobre mi teléfono y no lo dejé hacerlo
— Haceme otra tostada y te explico...
— ¿Vas a querer más café con leche?
— También. Bueno, esto viene de antes, en realidad, no te lo conté porque...
— ¿Otro más? —dijo él, pero ya un poco resignado.
— No, no es eso. Es YoungJo. El día que mi mamá nos encontró a la salida de mi oficina... que te enteraste... Él había ido a hablar conmigo para pedirme ayuda con algo.
— Hgm, seguro, fue a pedirte consejos —, y me acercó la tostada con mermelada de durazno y queso blanco.
— Te juro, fue a pedirme ayuda porque quería invertir la herencia del padre.
— Miralo que vivo, invierte la herencia pero el día del velatorio...
— Si te esforzás tanto por recordarlo voy a empezar a pensar que te gusta imaginarlo o algo —, él me miró feo, pero yo en serio estaba barajando esa posibilidad—. Bueno, aunque no me creas estaba ahí por eso.
— ¿Y en qué la invirtió, entonces?
— La idea es hacer una feria de artistas como hicimos una vez con un circo itinerante. Tenemos prácticamente todo y él pone a los artistas, ese es el plan. Como me prohibiste verlo —señalé a propósito, él bajó la mirada un poco incómodo—... lo asigné a otra persona. En realidad yo no me tenía que ocupar de eso, pero como él confiaba en mí...
— Es una linda idea, como las ferias que hacemos en el club.
—Exacto, eso le dije.
— Pero si esto ya estaba en los planes, ¿de qué te sirvió lo que te dije?
— Dijiste que las cosas serían distintas si fueran nuestros propios productos lo que trasportemos. Además, lo que necesitamos es recuperar la buena imagen. No hay nada más valorado por la gente, de cualquier estrato social, que el arte y más aún si es local. Lo de la feria va a estar bueno, pero no se relaciona directamente con nuestra actividad principal que es hacer envíos, pero si agregamos una feria online, que todos tengan al alcance aunque vivan lejos, podemos hacer los envíos y volver a ganar confianza. Lo mejor es que ni siquiera llevaría mucho tiempo. La feria física implica concesiones de espacio, publicidad física, online, infraestructura... una galería digital puedo pedirla al programador en menos de una semana—. Me había entusiasmado tanto con la idea que terminé haciendo todo un monólogo mientras sacudía mi pan con mermelada frente a la vista al río. Miré a GeonHak esperando encontrarlo dormido o aburrido, pero él me miraba con los ojitos brillantes.
— Es muy linda la idea, de verdad. Espero que puedan hacerlo.
— G-gracias —respondí antes de clavar mis dientes en el pan.
— No sé qué tipo de artistas sean, pero podrías agregar algo de remodelación o restauración de objetos. Muchos hacen eso y se ve bien. Y para ustedes sería el doble de ganancia porque implica retirar la pieza primero y después entregarla ya lista.
— Es una muy buena idea, me encanta. Tengo que contarle todo esto a YoungJo, si él cree que es posible reunir la cantidad de personas suficiente para lanzarlo, sería genial.
— Me alegra que hayas podido pensar algo tan rápido, sos muy inteligente, yo sabía que algo se te iba a ocurrir.
— Se me podría haber ocurrido antes si no fuera que tenía toda mi cabeza enfocada en discutir con un pollo tololo.
— No empieces, tomate el café, dale, si se enfría te va a caer mal.
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🐿️:
"Ya sabés cómo es. Se le va a pasar".
¹⁴·⁵⁰✓✓
🐱:
"Igual me ofende, después no me llames 😺".
¹⁴·⁵⁵
🐿️:
"👁️👄👁️".
¹⁴·⁵⁷✓✓
🐿️:
"No seas rencoroso"
¹⁴·⁵⁸ ✓✓
[Hoy]
🐿️:
"Técnicamente no te estoy llamando, es mensaje así que..."
⁰⁷·⁴²✓✓
🐿️:
"Tengo una propuesta que quiero que analicemos. Podría ayudarnos mucho a nosotros y sería mucho MUCHO trabajo para vos y tus amigos"
⁰⁷·⁴⁶✓✓
🐱:
"No debería hablar con el encargado de mi proyecto?"
⁰⁷·⁵⁵
🐱:
"Tu tóxico te permite hablarme por trabajo, cómo es?"
⁰⁷·⁵⁶
🐿️:
"Histérico, decime si te espero o si pienso en otra persona que tenga ganas de aprovechar la oportunidad 🤠"
⁰⁸·²⁰✓✓
🐱:
"Voy a ir, pero por mis amigos, no por vos, yo también veo noticias y sé que los necesitás más a ellos de lo que ellos a vos 🌹🔥 jajajajja"
⁰⁸·²⁵
— Lo odio, te juro que en este momento lo odio más yo que vos.
— Tiene razón igual, no podés negar que estás en una situación difícil.
— Si no fuera por tus celos, no tendría que haberle pedido que no hablemos más y me hubiera ahorrado el que se hiciera el difícil.
— ¿Quién me dio motivos para estar celoso?
— Vos mismo dejándome tirado. ¿A qué hora vendrá HaRin? Ya quiero mis masajes.
— Hyung, estaba jodiendo, no era para ponerte nervioso de verdad, perdón —dijo él preocupado, era una monada que pensara que era por eso.
— Em, no era por eso, es que por culpa de alguien me está tirando el abductor izquierdo, no sé si te suena.
— Ah... —soltó con una carita preciosa de vergüenza— Si querés te lo emparejo del otro lado.
— ¡GeonHak!, pensé que te ibas a ofrecer a hacerme masajes.
— Si igualmente me dirías que no.
— Eso es verdad —admití, yo no soportaba la fuerza bruta de sus manos, por lo menos no en mi espalda.
Pasó la primera parte de la mañana mientras yo hacía mis tareas de siempre, bastante más relajado con una idea en mente que podía ayudarnos mucho. GeonHak estaba extendido en el sillón hablando por audios con KeonHee sobre las clases, ya que él lo cubría en sus días libres. Faltaba poco para el mediodía, cuando YoungJo apareció por fin por la oficina. BeHi me avisó y GeonHak se tensionó en su lugar en el sillón. Por algún motivo ridículo, yo también me tensioné un poco. Abrí la puerta y él estaba esperando con su ropa deportiva y la cara un poco colorada. ¿Qué tan indecente sería decir que el tipo tenía siempre esa aura tan... sexual?
— Perdón la demora, alguien tuvo que cubrir a tu novio en sus horas de gimnasio.
— Ahhh, pensé que lo hacía YongHoon.
— El viernes pasado estuvo él, así que hoy me pidieron a mí —explicó mientras pasaba al interior de mi oficina, me ponía raro que se acercara tanto, incluso su perfume que me traía muchos recuerdos. Sabía que eso pondría loco a GeonHak—. Ah, no sabía que... ¿de verdad tenés una nueva propuesta o era una excusa para someterme a un interrogatorio?
— Buen día, YoungJo, gracias por cubrirme, eh —dijo con cara de pocos amigos.
— De nada, nosotros trabajamos extra mientras pasás la mañana sentadito en un sillón. Después no te quejes de que te ablandás —. ¿Tenían que ponerse a discutir como dos tontos?, ¿no podían esperar a que fuera a buscar mis palomitas?
— No te pases, primero no tengo nada blando, y segundo, SeoHo quería un guardaespaldas, para eso estoy acá.
— Ah bueno, está bien entonces, lindo "uniforme, por cierto"; sobre lo otro... no puedo dar fe, pero si querés demostrarlo...
Casi me da un salto el... alguna parte mi cuerpo. Tenía que darle un premio por ese comentario, era una excelente cerrada de culo, pero si los dejaba pelear, alguien iba a terminar volando por la ventana.
— Yo te lo confirmo, pero dejen de sacarse chispa. Al menos esperen a que hablemos de lo importante, después se van a pelear si quieren. Capaz están en abstinencia de contacto mutuo, yo miro, no tengo problema.
Un almohadón voló a mi pecho y GeonHak se levantó de su lugar para saludar a YoungJo más cordialmente, con una reverencia respetuosa. Podía confirmar por mil que GeonHak tenía mambos personales con YoungJo que ya no tenían relación conmigo.
— ¿Cómo estuvo BaekYong en la clase?
— Muy bien, se adaptó bien. Un poco tímido, pero normal. Me preguntó por qué no lo querías más en su clase y le expliqué que no era eso, que lo considerabas mejor que sus compañeros y querías que avance más rápido. Se quedó contento.
— Gracias, pobre, no tiene la culpa.
Mientras los dos hablaban de clases de artes marciales, aproveché para pedirle a BeHi algo para almorzar los tres. Si al volver a mi oficina encontraba algún tipo de situación poco ortodoxa, no me iba a quejar. Pero no, cuando volví solo estaban sentados hablando como viejos amigos. Ah, tan raros eran.
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— Así que esa es la idea, ¿creés que sea posible?
— Woah, es... un montón. ¿Podemos hacer eso con el dinero que les di?
— YoungJo, la inversión es prácticamente cero. Tengo que pagarle al programador y al diseñador gráfico, el resto es voluntad de los artistas y nada más. Seguro arreglamos un porcentaje de comisión por cada venta, pero es eso solo. Tu dinero está siendo usado para los gastos de la feria física. No vas a tener que hacer nada más que lo que te pido.
— ¿Estás seguro de que puedo ser director de un proyecto así?
— Si querés hacerlo sí, como dijiste en el mensaje, no lo hagas por mí, hacelo por vos, solo si vos querés.
— No había imaginado algo así cuando dejé el club, quería empezar desde abajo, no sé si puedo hacer algo así solo.
— Solo no, yo también voy a estar, pero mi trabajo es otro, no voy a poder dedicarme a organizar todo, aparte el que sabe de arte sos vos.
— Si vas a hacerte cargo de los más de 30 "hippies" que puedo llegar a conseguir, podría animarme.
— ¿Más de 30? ¿Vamos a darle trabajo a más de 30 personas? Es mejor de lo que imaginaba.
— Pensándolo así, tengo que aceptar sí o sí —agregó YoungJo, de verdad podíamos hacer algo muy bueno entre los dos.
— Tendrías un sueldo fijo como director, te conviene.
— ¿Podés ser codirector o algo así?
— ¿Y dejar que seas mi superior?, ah no, eso no —dije en broma, yo seguía siendo su jefe como jefe de personal, aunque fuera codirector del proyecto, pero su cara de decepción fue genial—. Si con eso te animás, está bien por mi.
— Entonces sí, ¿dónde firmo? —dijo con una sonrisota. Después volvió a probar de su plato de carne.
— Tengo que formalizar todo, va a ser un poco engorroso, pero cuando tenga todo listo te aviso.
— Quién diría que terminarían como socios comerciales. No puedo creerlo —acotó GeonHak.
— GeonHak, nosotros somos compañeros de trabajo desde mucho antes —señaló YoungJo, otra vez iban a empezar a pelear y yo sin mis palomitas.
— No vas a dejar de dar clases, ¿no?
— No, quedate tranquilo, no me vas a perder —se mofó él otra vez.
— Jefe, vino HaRin, ¿ya le digo que pase? —dijo BeHi asomándose por la puerta. Yo estaba deleitándome con la tensión entre los dos tontos que tenía enfrente, pero también quería mi masaje.
— ¡Sí, por favor! Ustedes sigan, si alguno sale lastimado ya tenemos quien lo arregle. Ah, y BeHi, te mandé por mail la grabación de audio de lo que hablamos, que alguien la desgrabe omitiendo los detalles... hum, que no tienen relevancia para el proyecto.
HaRin entró con la camilla plegable para masajes en la mano y yo empecé a aflojar mi camisa al instante. Inesperadamente, HyunGu entró detrás suyo y se lanzó sobre YoungJo y GeonHak al sillón, apenas los vio.
— ¡Hyungs! ¿Qué hacen los dos acá, juntos, con SeoHo-Hyung?
— Perdón, insisitió en acompañarme —aclaró HaRin.
— No hay problema, podemos hacer el entrenamiento acá ya que estamos, ¿no?
HyunGu se acomodó entre los dos y no dejaba de hacerles preguntas extrañas. Era divertido verlos casi transpirar por responderle, o pelear entre ellos cuando no estaban de acuerdo. Yo me relajé y terminé de desvestirme para sentarme en la camilla. Podían seguir amenazándose mutuamente mientras HaRin encontraba todos mis puntos de tensión.
A la hora de irnos al club, le encargué a YoungJo hacer una buena propuesta gráfica con lujo de detalles para el diseñador, además de pensar un nombre, él nos acompañó hasta la esquina del club en el coche de GeonHak y luego se fue a su casa. GeonHak y él se veían mucho más tranquilos después de sacarse chispa todo el día, yo sabía que los dos necesitaban del otro como el aire, estaban acostumbrados a medirse en todo desde muy chicos. Por suerte, lo que antes había significado un motivo de celos e incomodidad para mí, ahora se veía como algo con lo que podría divertirme por muchos años.
Me sentí ligero como una pluma en el entrenamiento. HaRin había hecho su trabajo maravillosamente en mi cuerpo y, además, me había quitado un enorme peso de encima luego de arreglar con YoungJo los detalles del proyecto "salvavidas" para GaJa. Bueno, en realidad tenía que admitir que la mayor parte de mi bienestar venía de parte de haber saldado la necesidad más grande y antigua de mi vida; quizás sin ese detalle no hubiera sido capaz de resolver mis problemas laborales. Entonces podía respirar tranquilo como si por fin hubiera llegado al momento más feliz de toda mi vida.
Nos subimos al coche como en piloto automático al salir del vesturio. GeonHak estaba sosteniendo el volante y tardó más de lo normal en encender el coche y sacarlo del estacionamiento. El guardia lo saludó, como siempre, y luego se detuvo a mitad de cuadra.
— ¿Pasa algo...? —pregunté confundido con su extraño humor. Él se empezó a reír demasiado, pero demasiado exagerado, como si le hubieran contado el chiste más gracioso. Se veía hermoso y me hizo reír también... pero, ¿por qué?
— Nada, es que estoy feliz y, por otra parte, que no sé a dónde ir.
— Com- Ah... es verdad, ¿a dónde vamos? —, iniciamos una nueva ronda de risas—. A ver, podríamos ir a tu departamento a desordenarlo un poco más... o a mi casa a contarle a mi papá sobre la reunión de hoy con YoungJo.
— Pero también podríamos ir a la de mis papás para decirle que... bueno, no sé si comprar pero...
— ¿El departamento? ¡Sí, eso, vamos!
— P-pero... es mucha plata, SeoHyung, es carísimo, yo no sé cuánto pero...
— GeonHak, puedo pagarlo, estoy seguro. Debe costar lo mismo que una o dos de las camionetas que tenemos en GaJa. No sé si sos consciente de lo que facturamos por mes.
— ¿En este mal momento en el que están...?
— Mi papá tiene 3 coches de lujo; no los manejo porque prefiero que me lleves, pero, de verdad, el dinero no es problema. Podemos vender dos si nos llegara a ir mal, o incluso vender algunas camionetas de GaJa. Si podés imaginarte tu... nuestra vida en ese departamento, te lo consigo.
— Tiene una habitación perfecta para hacer un mini gimnasio...
— Perfecto, vamos a la casa de los suegros entonces.
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— Así que se lo quieren quedar... Me lo esperaba, ese departamento es una locura. Si no me gustara vivir en una casa un poco alejada de la ciudad, yo mismo me lo hubiera quedado. Es una belleza la vista, ¿no?
— La vista, la zona, los pisos... es hermoso —dije emocionado. También podía agregar el recuerdo de la primer noche que habíamos pasado ahí, pero eso me lo guardaría para nosotros.
— Lo otro que es hermoso es el precio... pero si estás de acuerdo con eso...
Me levanté del asiento para buscar un papel en mi bolso y algo para anotar. Ya habíamos terminado la cena y GeonHak y su madre empezaron a juntar los platos, algo así como "los hombres de la casa quieren hablar en privado". Volví a la mesa con una pequeña hojita arrancada y se lo extendí al señor Kim.
— Te ofrezco eso para entrar y después cuotas bimensuales. Necesito que se estabilice un poco el negocio antes de gastar más.
El hombre se atragantó al mirar el número, me asusté de verdad. No sabía si acercarme a golpearle la espalda, darle un vaso de agua o qué.
— Estoy bien, gracias —dijo luego de dos pequeñas palmadas en su espalda. Su esposa volvió corriendo al comedor y GeonHak salió detrás con un delantal rosado en la cintura, una belleza.
— ¿Qué te hizo ese desgraciado? —dijo la señora Kim, pero con una sonrisa de oreja a oreja.
— Nada, querida, ¿a dónde querías ir de vacaciones?
— A Italia...
— Empezá a hacer las valijas.
La señora aplaudió y saltó en su lugar. GeonHak intentaba entender mientras secaba la espuma de sus manos en el delantal. Me miró con cara de "¿qué?" y yo me encogí de hombros.
— Gracias hijo —dijo después de abrazarse a su esposo, desde su lugar sentada en sus piernas.
— Claramente yo no estoy poniendo ni un centavo, mamá.
— No, tonto, por darle bola de una vez —acotó ella y le revoleó el repasador que tenía en la mano. Ya veía de dónde había heredado la costumbre de revolear cosas.
Debo admitir que sentí un dolor especial en el pecho en ese momento. La madre de GeonHak era un ángel, era la mujer más amorosa, inteligente y decidida que yo conocía (a su manera, claro está). Era obvio, para esa altura, que era mejor modelo de madre para mí que mi propia madre. Mi relación con ella siempre había sido cordial y hasta amistosa, al contrario con la mía, a la que siempre solía sentir un poco lejana. Teníamos nuestros momentos de cercanía, pero siempre se buscaba la forma de hacerme sentir mal a mí o a mi papá. Los últimos hechos solo eran el tope de todas sus malas actitudes.
Si algo había aprendido en mi vida, era que el dinero arruinaba las mejores cosas y alejaba a las personas. De chico, mis amigos me habían dejado de lado por no querer seguir pagando sus cosas; de hecho, solo me habían mantenido con ellos por ese motivo. Mi madre parecía haber hecho lo mismo con mi papá y estaba dispuesta a arruinarlo con tal de estar al lado de alguien con aún más dinero. Por ese motivo, yo intentaba alejarme de los lujos. Los padres de GeonHak no se morían de hambre, de hecho ganaban realmente bien, pero jamás hacían ostentación de eso si no era para demostrar amor por otros, como cuando le regalaron el coche a su hijo o el departamento. Los míos, en cambio, preferían invertirlo en conseguir más dinero; o simplemente guardarlo. ¿De qué le iba a servir ahora?, tenía que darle la mitad de todo a una mujer que no lo merecía, casi como había ocurrido con mi hermana años atrás.
— Perdón —solté de pronto, no había sido capaz de escuchar nada más de lo que hablaban. Salí del comedor por la puerta vidriada que daba al patio y dejé que las lágrimas que estaba conteniendo siguieran su curso. Sacudí mi cabeza para hacerlas caer de mi cara rápido. No quería arruinar la noche con mis mariconadas, pero me dolía y no podía evitarlo.
— Hyung, está bien, es normal que te sientas así —dijo GeonHak, seguramente adivinando mis sentimientos.
— Ya sé, estoy bien. Es que es todo muy reciente... —. Él me abrazó y me sentí contenido. No cambiaba nada, pero al menos me recordaba que podía perder a mi familia entera, y él seguiría ahí conmigo.
— Te dije que te puedo prestar a mi mamá siempre que quieras... cuando vuelva de Italia.
— Jaja, está bien, la voy a mimar mucho.
— Estoy seguro.
— GeonHak, te juro que voy a gastar hasta el último centavo que tenga en vos y en que seamos felices.
— Lo sé, no me quedan dudas... de hecho, estaba pensando en algo. Algo que me haría feliz.
— ¿Qué? ¿A dónde? ¿Cómo? ¿Cuánto querés?
— Calmate, no es eso, no te estoy pidiendo dinero.
— Ves, ya hablo como ellos, soy igual, estoy podrido —dije, nuevamente desconsolado, hundiendo mi cara en su pecho.
— No, Hyung, basta. Dejame hablar. Mirá, es un poco estúpido lo que pensé, pero sería bueno para el club y entonces para mí también. Si... si vamos a vivir juntos...
Yo lo miraba expectante, estaba esperando que lo soltara de una vez, fuera lo que fuera, le podía dar el doble si era necesario—. Decime, que te quiero c...
— ¿Comer la cara?, sos eh. Nada, digo que en vistas de que te sobra la plata, me gustaría donar mi sueldo al club, para que le den becas a alumnos, los lleven gratis a los torneos... los campamentos... no sé, no es tanto, pero sumando los premios que gane, pude ayudar.
— ¿Eso es?, ay por favor, sos hermoso. Pensé que ibas a pedir algo para vos, la puta madre, te amo.
— ¿Entonces sí? —. No le respondí porque era innecesario. Podía repartir su dinero en la calle si quería, yo le podía dar todo y más. Me colgué de sus hombros y le mordí el piquito tan bonito y rosadito por comer comida picante. Succioné su labio como si se lo fuera arrancar, lo mastiqué un poco y luego deslicé mi lengua entre sus dientes. Tan suave y tibio.
— Todo este tiempo... seguías viviendo con tus padres pudiendo comprarte cualquier cosa —dijo él cuando nos despegamos. Anque nuestros cuerpo seguían casi fundidos.
— No, no podía comprarme cualquier cosa. Tener mi propio "hogar" implicaba tenerte conmigo, si no no quería nada. Además era más fácil invadirte cada vez que necesitaba "alejarme de casa". Si tenía mi propio departamento, ¿cuál era la excusa? Yo sé que lo sabías igual, no te hagas.
— Es verdad, me gustaba sentir que me necesitabas aunque tuvieras mejores recursos.
— Y te sigo necesitando... si venís con delantalcito incluído mejor.
— Chicos, vengan a comer el postre —gritó su madre desde adentro.
— No entiendo cómo le huís a las cosas dulces cuando tu madre siempre...
— Justamente por eso...
— Esperá —, lo detuve antes de que pasara la puerta—, ¿a dónde vamos a ir despúes?
— ¿No querías desordenar mi departamento? —dijo él, al parecer, divertido con la idea. Yo sonreí y limpié mis ojos con las mangas antes de entrar junto a él.
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Varias semanas después...
— Basta, no, vinimos para buscar cosas —. Me quejé mientras GeonHak me revolcaba por mi vieja cama.
— Nadie nos apura.
— Tengo que ir a mi oficina, no podemos quedarnos toda la mañana acá —intenté nuevamente, pero me estaba chupeteando el cuello con maldad y todo su cuerpo me bloqueaba, ¿cómo resistirme? —. Bueno, pero yo a vos.
— Nah, dale, no seas perra.
— Al contrario, boludo, eso me estás pidiendo.
— A ver, duelo y el que gana elige.
— Perfecto —acepté tirándolo a un costado. Mis intentos de negarme podían quedar de lado si me ofrecía un duelo, él lo sabía, no podía dejarme ganar.
El se arrodilló en un costado de la cama y yo en el otro. Bajamos caminando hacia atrás lentamente, sacarnos la vista de encima era darle la victoria inmediata al rival, eso lo sabíamos muy bien. Nos acercamos frente a frente en el centro de mi cuarto, ya sin nada en el medio. Nos estudiamos solo unos segundos, tampoco tenía que durar tanto y ya nos conocíamos de sobra. Él avanzó primero y me tomó por la remera. Yo giré mi cuerpo para quedar de espaldas y terminé por dejarlo con la prenda en las manos.
Quedó desconcertado por unos segundos y me dio la ventaja para darme la vuelta y sorprenderlo por la espalda. Me tardé unos segundos en pensar qué ataque haría, pero en lugar de hacerlo, pegúe un salto para evitar su barrido, sabía que recurriría a eso. Cuando caí al suelo, sin ser alcanzado, no perdí el tiempo y tomé su brazo más vulnerable, topé su pecho con mi espalda y lo hice girar por sobre mi cuerpo. Cayó sobre la cama y me subí detrás, listo para bloquearlo ahí mismo. Forcé su brazo destrás de su espalda y me senté sobre su culo, a propósito.
— Gané, ya sabés qué hacer.
— Se hace tarde, mejor hacemos lo que vinimos a hacer —dijo él, pero no, yo ya no le iba a permitir retractarse.
— Ah no, así no funciona. Vos pusiste las reglas, ahora cumplí.
— P-pero...
— ¿Te da miedo? —, lo solté y bajé de su cuerpo. Tampoco iba a forzarlo y que terminara siendo algo dramático. Él se dio vuelta para quedar boca arriba y mirarme.
— No, en realidad me dieron buenas referencias al respecto...
Yo... no me esperaba eso. Sentí mis mejillas arder con el comentario. Sabía que era YoungJo, ¿le había contado eso a GeonHak?—. Ah... ¿sí? ¿Qué te contaron? —pregunté para jugar un poco con él. Al mismo tiempo, comencé a desabrochar mi pantalón. Sus ojos bajaron de mi cara por mi torso desnudo y terminaron en mis manos. Acomodó su cabeza sobre su brazo doblado para seguir de cerca la acción, todavía tirado de costado en la cama.
— Nada muy preciso, solo que eras bueno.
— Traé tu carita para acá, dale.
Él obedeció como un buen dongsaeng y yo me pregunté por qué había pasado tanto tiempo sin someterlo como debía. Tener el control sobre él era una de mis cosas favoritas, entonces, ¿por qué me había esperado tanto? Quizás me daba miedo asustarlo o perder su interés sobre mí; o bien, estaba demasiado satisfecho solo con estar a su disposición, pero era justo hacerlo recibir un poco a él también.
Arrastró su boca cerrada por mi erección todavía contra la tela. Su pelo había crecido lo suficiente para que mis dedos tironearan de él. Ante mis ojos, su culo sobresalía divinamente en ese pantalón gris, extendido en la cama y su respiración contra mi piel sensible cerraba la escena a la perfección. Él tiró de mis bóxers hacia abajo y arrastró sus labios mojaditos. Jugaba con mi punta y otro poco con el espacio entre mis abdominales, mi ombligo y luego volvía. Ah, una preciosidad, estaba disfrutando más de la vista que de su acción en sí, aunque terminé por cerrar mis ojos cuando el interior de su boca se convirtió en un estímulo difícil de llevar. Tan caliente y pequeña para mí, preciosa.
— Hyung —dijo él unos minutos después. Yo había notado que estaba empezando a desconcentrarse y era una pena, porque yo estaba sumido en la sensación tan placentera. Aun así, su voz seguía siendo mi fetiche más grande con él, así que la interrupción me agradaba.
— Qué, no te dije que pares —contesté con fingida molestia, quería verlo asustarse entre mis piernas, solo por gusto.
— Hyung yo... Quiero...
— ¿Querés que Hyung te toque? ¿Es eso?
Asintió con la cabeza y se incorporó en el colchón. Limpié el exceso de saliva de su cara con mi mano como si me diera asco. Busqué lo necesario en la mesa de luz y humedecí mis dedos, bastante, quizás por demás. Él se quitó la remera y yo lo miré fijo hasta que se deshizo de lo que le quedaba de ropa, luego, le pedí que me quitara lo que me quedaba de la mía, cosa que hizo a la velocidad de la luz.
Dejé dos palmaditas en uno de mis muslos y recliné mi espalda hasta apoyarme en el respaldo cómodamente. Él subió a mis piernas, separando las suyas una a cada lado. Su pecho golpeó pesado contra el mío y me miró de cerca como si estuviera mareado. Era una cosita hermosa, como un cachorrito. Dejé besitos en su boquita entreabierta, mientras manoseaba su culo para hacerme sitio en medio. Distraerlo con mi boca era una buena forma de ayudar a que se relajara y que no se hiciera demasiado complicado, yo nunca había sido la primera vez de nadie en ese sentido y no quería complicaciones que lo hicieran sentir incómodo.
Él se ablandaba cada vez más sobre mí, además de dejar una consistente serie de gemidos agudos cerca de mi oído. A decir verdad, yo estaba acostumbrado a suprimir emociones con otras personas, incluso cuando disfrutaba del sexo, evitaba hacer ruido a menos que no pudiera contenerlo. Obiamente eso no aplicaba con GeonHak, pero el punto es, me estaba dejando loco la forma en que chillaba en tonos que no creía poder escuchar de él. Cada pequeño movimiento que hacía dentro suyo tenía su respuesta audible y eso era todo un deleite en mi cabeza.
— Qué sensible resultaste, eh, bonito.
— ¿Me va a doler? —preguntó levantando su cara roja, los ojos empañados y la boca hinchada por arrastrarla contra mi cuello. La vista me iba a volver loco, me recordaba a la infinidad de sueños que había tenido en los que él era un esclavo comprado por mí, otra vez, ¿por qué me había tardado tanto en tenerlo así?
— No lo sé, puede que sí, un poco, ya sabés cómo es —intenté tranquilizarlo, mentirle no era una opción.
— ¿Cómo duele menos?
Sonreí con ternura ante su pregunta, no era nada tierno, pero sí la forma en que lo decía contra mi cara y al borde del llanto. Lo medité un poco, yo ya no me acordaba siquiera cómo se había sentido las primeras veces, no me interesaba el recuerdo. Al final, tomé una decisión. Lo empujé despacio con mis manos para hacerlo bajar de la cama y lo llevé pegado mi cuerpo hacia el banquito delante de mi ventana favorita, donde me gustaba sentarme a ver la luna. A esa hora de la mañana entraba el sol, GeonHak arrodillado delante parecía una especie de cuadro religioso. La idea me hizo reír y estaba imaginando atar sus manitos en su espalda como en esos sueños que tanto me gustaban, pero, por esa vez, lo iba a dejar sostenerse por sus medios.
Me pegué a su espalda y me arrastré entre sus glúteos. No quise jugar demasiado ni perder el tiempo porque eso lo pondría más nervioso, así que me apuré y me acomodé de una vez. Bajé su cintura con mis propias manos para que el ángulo fuera el mejor y él relajó un poco más con sus codos en el marco de la ventana y su espalda arqueada maravillosamente. No le di tiempo de nada más, le indiqué que respirara profundo y me hundí hasta donde su cuerpo me lo permitió, no demasiado. Él jadeaba bajito con cada uno de mis intentos, la resistencia cedía poco a poco y supe que estaba disfrutándolo realmente cuando su cabeza se perdió entre sus brazos flexionados.
Subí una de mis rodillas al cosado de la suya en el banquito y me entretuve buscando el ritmo que me gustara. Lo mejor de todo era que mi ventana daba a nuestro propio patio, y no a la calle, porque, otra vez, sus bonitos sonidos no debían ser nada más que para mis oídos. Ya no sabía si buscaba disfrutar del calor de su interior, o si estaba concentrado en sacarle más sonidos hermosos.
— Hy-hyung ~~ —jadeó como fuera de sí. Sacó una de sus manos del marco de la ventana y se perdió de mi vista tras su cuerpo. Sonreí con una de mis comisuras y lo acompañé con golpes cortos hasta que acabara por completo—. Perdón, perdón.
— ¿Por qué? —pregunté divertido. Salí de él y me acerqué a su costado para mirarlo—. ¿No es esa la idea?
— Sí pero... ¿y vos? Me dejé llevar, no me controlé.
— Es normal, bobito, no estás acostumbrado —. Me lo llevé de un brazo hasta la cama—. Vení para acá que no terminamos nada.
— ¿De verdad creés que pueda... otra vez?
— ¿Nunca me viste a mí? —. Lo dejé acomodarse solo mientras me cambiaba el condón por uno nuevo.
— Bueno, sí, pero yo...
— Te tengo fé —. Volví a la cama con una sonrisa, aunque él no pudiera verla porque estaba gateando en la cama, dándome la espalda—. No, no, de frente.
Él hizo caso y yo le acomodé una almohada debajo. Si no me apuraba con el asunto, terminaría arruinándole el segundo round. Subió sus rodillas a los costados de mi cintura sin que tuviera que pedírselo y yo aproveché la invitación para volver a perderme dentro suyo. Sabía que podía ser más extraño y profundo así, por lo que esperé unos segundos a que volviera a acostumbrarse antes de moverme; sus ojitos y su nariz arrugándose en el medio de su carita eran una preciosidad, justo lo que yo quería ver debajo de mí.
Su cuerpo volvió a aflojarse, aunque estaba todavía más sensible que al principio, todo lo que podía hacer era arrastrarme lento y verlo casi agonizar. Mis ojos pasaban entre sus clavículas tan marcadas, su pecho en el que apoyaba mis manos por momentos y su abdomen brilloso por el sudor y demás. Sin embargo, su nuez subiendo y bajando cada vez que soltaba un jadeo o tragaba el exceso de saliva en su boca, era lo que más me tentaba. Me incliné sobre él, robándole un quejido meloso y estampé mis labios en su cuello. La vibración con cada uno de sus "SeoHyung" era obra divina, solo me motivaba a robarle más y más de esos.
Podía perder la razón entre sus sonidos, la vibración, el olorcito y sabor de su piel pegada a mi nariz y a mi boca y el calor de su cuerpo rodeándome de la forma más perfecta. No importaba si me quedaba en ese limbo para siempre. Cerré los ojos, todavía en su cuello, intentando sentirlo como un estímulo sinestésico en todo mi sistema al mismo tiempo. Era perfecto y era una sensación que no quería abandonar nunca en mi vida. Solo por eso, me costaba aumentar el ritmo, quería llevarnos a algún límite irracional, y sabía que no estaba demasiado lejos.
En efecto, el momento llegó dentro de ese océano de sensaciones que parecían casi nuevas. Quizás porque nunca antes lo había hecho así con él, pero parecía que el cuerpo me dejaría de responder en cualquier momento. Respiré profundo y abandoné su interior una vez que volví a mi propia cabeza. Mi cuerpo y el suyo se habían sentido como uno solo por tanto tiempo que me sentí extraño, liviano, helado. Él bajó sus pies hasta el colchón, pero no movió ni un músculo más. Yo seguía sobre él, con mis brazos tensos a sus costados, con el aire agitado saliendo de mi boca para aterrizar en su pecho.
— ¿Estás bien? —pregunté ante su falta de reacción. Abrió sus ojos y asintió con una sonrisa preciosa. Estaba todo rojo, especialmente su cuello, y era todo mi culpa.
— Fue como la escena de Bob Esponja más volada que se me ocurra, como esa donde Bob aprende a manejar.
— Es la comparación más absurda que haya escuchado, me sentiría ofendido, pero viniendo de vos es un halago.
— Eso Hyung, vos entendés —pronunció con pocas ganas, antes de volver a cerrar los ojos y quedarse aparentemente dormido, o lo que esté en medio entre dormido y despierto. Yo me reí de él y después aflojé mis codos para caer sobre su pecho, ¿quién necesitaba una almohada?
— ¿No estabas apurado por irnos? —preguntó un ratito después. Sí, en realidad sí, pero no podía pedirle a él ni a mí que nos moviéramos, no era lógico.
— ¿Estás apurado por moverte?
— Ni un poco.
— Entonces SHH.
.
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Nos relajamos por unos cuantos minutos más, hasta que decidí extenderme a buscar mi teléfono y la hora en la pantalla me hizo casi saltar de la cama. Me fui directo a la ducha, éramos un desastre los dos. GeonHak apareció un ratito después, arrastrando los pies. La buena noticia era que podía caminar.
La única razón por la que estábamos en mi cuarto de antes era para terminar de llevar las cosas importantes al nuevo departamento. Nos habíamos tomado más tiempo del pensado y lo único que teníamos era la cama hecha un desastre. Me vestí con ropa limpia y me puse a mirar entre mi cosas.
— Hyung, ¿qué es esto?
— Cosas de la universidad. Dejalas, no voy a llevarlas. Si necesito algo ya sé que está acá, pero lo dudo.
— Ah... ¿habilidades duras y blandas?
— Son las cualidades de los candidatos para el reclutamiento —le expliqué en pocas palabras. No tenía mucha importancia.
— Ah... ¿y por qué dice mi nombre? ¿Esto le entregabas a tus profesores?
— ¿Tu nom-? —dejé inmediatamente lo que estaba haciendo y me acerqué a sacarle el cuaderno de la mano—. N-no, estos eran mis apuntes para estudiar. Es que te usaba de ejemplo. Que vergüenza.
Él no dejó que se lo quitara. Se alejó, aparentemente interesado en seguir leyendo.
— Fuerza, entrenamiento, velocidad, equilibrio, artes marciales... parece una carta de personaje.
— Jeje, algo así. Basta, dejalo.
— Tratar con niños, cocinar. Y las blandas... Responsabilidad, pensamiento crítico, concentración, resiliencia, ¿qué es eso?, sociabilidad, empatía, woah, es larga la lista.
— Te odio, no leas más —supliqué ofendido, mientras tapaba mis propias orejas.
— ¿Voz profunda es una habilidad?, no sabía. ¿"Eyesmile"?, ¿tus profesores estaban de acuerdo con esto? Por dios... ya no sigo. Pero me lo voy a llevar para la próxima vez que alguna de estas cosas te moleste.
Arrancó la hoja y la guardó en el bolsillo del pantalón. Yo sabía que lo que seguía en esa lista no tenía nada que ver con el reclutamiento de personal, pero era parte del montón de veces en las que me distraía pensando en él mientras estudiaba. Al menos había obtenido el puesto de "mi crush" con esas últimas. Ahora se iba a mofar de eso por el resto de nuestas vidas.
En algún momento, pasado el mediodía, las cajas estuvieron llenas. Las cargamos en el coche y fuimos directo a la oficina. No teníamos tiempo para ir al departamento antes, quedaría ordenarlo después de ir al club. Ya en mi oficina, YoungJo nos esperaba, aparentemente con buenas noticias.
— ¿Ustedes no venían a las 9? Me tomé mi desayuno y el de ustedes, y no les pedí nada para el almuerzo, soretes.
— Decilo, dale.
— ¿Qué cosa? —preguntó sin entender a qué iba yo.
— Tenés buenas noticias, es obvio. Nos esperaste por horas y estás enojado por eso, pero tenés cara de feliz cumpleaños. En un día normal estarías haciendo tus cosas sin preocuparte por nosotros, ¿qué nos querías mostrar?
— Ah, me olvido con quién hablo —admitió, y me extendió el iPad—. Bueno, es que... miralo vos mismo.
Eran, de verdad, muy buenas noticias. A solo dos semanas del lanzamiento online de "Firebomb", el recibimiento del público era excelente. Eso lo sabíamos, las ventas iban lentas pero creciendo cada día. La gente se interesaba en el arte y, más aún, cuando se trataba de artistas locales. Con los contactos de YoungJo habíamos conseguido cubrir prácticamente todas las áreas posibles, ropa, comida, decoración, muebles, el catálogo era inmenso. Lo que veía en la pantalla en ese momento era un documento con el resumen de varias noticias de medios locales y hasta extranjeros, cubriendo la noticia del lanzamento del proyecto. Ninguno de los que veía en la lista eran parte de nuestros patrocinadores. Era apoyo orgánico y real, un sinónimo perfecto de "buena reputación".
Dejé el dispositivo en la mesa de café y salté a su cuello para abrazarlo con mis brazos y piernas. Me atajó con algo de dificultad por lo abrupto, pero es que no había formas suficientes para demostrar la emoción que tenía en ese momento. GeonHak se aceró y me enganchó desde atrás con uno de sus brazos rodeándome la cintura, yo me solté como un trapo mojado y me dejé llevar lejos del cuerpo del otro hasta aterrizar en el sillón como bolsa de papas.
— ¡GeonHak!, estamos festejando, no seas aguafiestas —me quejé desde ese lugar, pero de todas formas no me moví.
— Me alegra que esté resultlando bien, pero pueden festejar sin estar pegoteados.
— Bueno, también fue idea tuya en parte, ¿no? —insinuó YoungJo.
— No me voy a colgar de vos, no insistas —respondió GeonHak como un tonto aburrido, pero me hizo reír—. Lo único que puedo ofrecerles es...
Los dos pusimos atención inmediatemente, ¿qué iba a decir? Tenía una avalancha de ideas raras que se deformaban cada vez más por cada segundo de intriga que pasaba.
— Un edificio nuevo, ¿no sería bueno? Uno más seguro que este, es demasiado accesible y, además, uno que tenga todo un piso para Firebomb en particular.
— ¿O sea que yo tendría mi propia oficina? ¿Todo un piso a mi cargo? —preguntó YoungJo, incrédulo y entusiasmado en partes iguales, aunque me miraba a mí.
— Yo no tengo nada que ver, no me consultó nada —admití, era 100 % idea de él, y me gustaba. Excepto por...
— Exacto, así dejás de hinchar las pelotas en la de SeoHo.
...sus motivaciones exageradas para hacerlo.
— Ah, GeonHak, no arruines tu buena voluntad con esas pavadas. ¿De verdad tenés algo en mente?
— Sí, mi papá me mandó algo... Lo quieren vender completo antes que alquilarlo en partes y pensé, "es una inversión enorme y estúpida, a SeoHo le va a gustar". Pero quería esperar a... a tener buenas noticias, justamente.
— Uy, acepto. ¿De cuánto hablamos?
— No sé, no sé leer números tan altos, hablá con él.
— Tonto, gracias, de verdad, me encanta. Espero que mi papá no se oponga...
— Dejámelo a mí, yo le explico que así su competencia, que creía que tenía una oportunidad de arruinarlos, ve que en vez de asustarse se mudan a un edificio más caro y moderno. Que la chupen.
— ¿GeonHak,qué es ese lenguaje? Por dios, te estás juntando mucho con tu Hyung —dijo YoungJo con un tono divertido, yo también me reía en mi lugar.
— ¿Celoso? —respondió él sin mosquearse y, por suerte, el almuerzo llegó para interrumpir la -falsa- tensión. Sí había pedido para tres el muy mentiroso.
.
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— No.
— Sí, dale, es tu amigo también, no te esfureces por tratarlo mal, si se te nota, tarado.
— ¿Qué se me nota?
— Que lo querés, que lo extrañás acá, que te gusta molestarlo y que te moleste a vos. Todo eso.
— Ya conoce nuestro departamento, la idea es que los demás lo conozcan.
— Es parte del grupo. Mirá, te la hago fácil, si me decís que no, me voy yo a pasar la noche en su casa. ¿Querés?
— ¿Por qué sos así? Después no querés que me ponga celoso.
— Porque sos vos el pesado que no quiere que venga cuando invitamos a todos nuestros amigos. Sos irracional, entonces yo también.
— Bueno, está bien, pero no estoy admitiendo que me cae bien ni nada.
— Yo nunca dije que te cae bien, lo dijiste vos.
— ¿Eh? Dijiste...
— No dije eso, ah, y lo vamos a buscar ahora.
— ¿Por qué? ¿No puede venir solo?
— Porque tiene mejor ojo que vos para decorar, quiero que ayude.
— Ah, eso sí.
— Ves que no es tan terrible. Es más el esfuerzo que hacés pensando en él todo el tiempo, que lo que realmente te jode su presencia.
— No voy a decirte que tenés razón, no insistas.
— Lo acabás de decir —finalicé. Las discusiones que teníamos sobre YoungJo eran mis favoritas, por motivos evidentes. GeonHak se ponía más tonto de lo normal y, obviamente, ya no tenía nada que ver con nuestro pasado.
Dejé un beso en su puchero y le colgué mi bolso en su hombro, antes de salir del vestuario. HaRin, HyunGu y GiWook nos miraban aguantándose la risa. Los tres nos saludaron a coro unos segundos antes de que pasáramos la puerta. KeonHee y YongHoon estaban en el pasillo y nos detuvieron para despedirse con abrazos de oso, incluso sabiendo que nos volveríamos a ver en unas horas.
Antes de que GeonHak comenzara otro ataque de histeria por pasar el rato con YoungJo entre nosotros y se negara a ir a buscarlo, le recordé que teníamos que pasar por su casa primero. Lo encontramos en el patio delantero cortando algunas ramitas feas del rosal que yo le había regalado en un impulso de culpabilidad. Obviamente ninguno de los dos dijo nada al respecto.
— Oh... sabía que en algún momento me iban a invitar, pero no pensé que fueran a caer los dos juntos a buscarme... —dijo lenvantándose del suelo con las rodillas del pantalón embarradas.
— ¿Estamos hablando de lo mismo? —pregunté yo un poco nervioso ante la interpretación que él pudiera tener de la escena.
— HaRin me dijo que hacían una fiesta en su casa por la mudanza "oficial"...
— Ah, sí, eso —admití, me sentí mal por no haberle dicho, pero él entendía.
— ¿Qué pensaste?... mejor no me digas.
— Entonces... ¿venís? —, y continué avanzando hacia la reja de la entrada.
— Sip, les preparé un regalo.
— Ah... que lindo, no era necesario.
YoungJo abrió la puerta con una sonrisa y le hizo señas a GeonHak para que bajara del coche también. Los tres entramos en la casita azul mientras su dueño nos guiaba al estudio.
— Es para que lo pongan en el living, o donde quieran, pero me lo imaginé ahí —explicó mientras nos mostraba el cuadro enorme que había hecho para nosotros. Ya estábamos acostumbrados a ver sus pinturas, pero ese en particular, era hermoso. Tenía una luna enorme brillando sobre el rio en una especie de villa con casas hermosas. La razón por la que había querído mudarme a ese departamento había sido la vista, y el cuadro capturaba muy bien ese sentimiento, aunque no era una copia de lo que se veía por nuestro balcón. Eso lo hacía mucho más especial.
— Lo amo, es hermoso —dije emocionado y seguí mirando cada detalle.
— La primera vez que fui con ustedes me hizo acordar mucho a la vista del Hotel Amsterdam, está cerca de ahí; es un lugar al que me gusta ir cuando necesito escaparme un poco de todo. Ahí lo pinté.
— Gracias, Hyung, de verdad está muy lindo, va a quedar bien en la pared —dijo GeonHak luego, yo estaba a punto de codearlo si no mostraba agradecimiento, pero por suerte lo hizo—. Espero que algún día tengas tu propia exposición en Amsterdam, pero la de verdad.
— Woah, gracias, eso sería todo un lujo.
— Si el negocio sigue creciendo... ¿por qué no? Como director del proyecto podés hacerte muy reconocido. Tenete fe.
— La tengo, de verdad, gracias a los dos. Nunca me sentí tan bien en toda mi vida, haciendo algo importante por mí y para mis colegas.
Era momento para un gran abrazo grupal o algo así, pero yo no sabía iniciar esas cosas, miré mis propias manos que hacian nudos invisibles sobre la tela de mi buzo pensando en cómo darle una señal a mi cerebro para juntarnos a los tres en el medio; pero en lugar de mi cerebro, la señal pasó a la neurona que GeonHak y yo compartíamos, porque fue él el que lo hizo. No duró mucho, tampoco menos de los esperable y se sentió bien, como una manera de establecer una tregua entre nosotros. ¿Cuánto duraría esa paz?, ese es otro tema.
YoungJo se apuró en cambiarse mientras nosotros subíamos la pintura al baúl del auto. Teníamos que pasar a comprar algunas bebidas y snacks antes de llegar y YoungJo se entretuvo en la sección de guirnaldas y adornos de cumpleaños. Yo sabía que él se encargaría de eso, incluso sin que se lo pidiera. GeonHak y yo discutíamos frente a cada snack sobre el porcentaje de grasas y carbohidratos, va, en realidad yo escuchaba sus explicaciones sin hacer caso, mientras los metía en el canasto. En compensación, me aseguré de comprar tres docenas de frutillas para que se dejara de molestar.
Una vez en el departamento, lo primero que hicimos fue colgar nuestro regalo de mudanza en donde su autor nos había recomendado; se veía impresionante, parecía tener luz de verdad. El resto fue ordenar las decoraciones que YoungJo había elegido y preparar las mesas con bebidas y snacks en el balcón.
— ¿Pasa algo? —pregunté cuando vi a YoungJo sentado con mala cara frente a su celular.
— Hm, no sé, podría ser.
— A ver...
— Es HwanWoong, dice que quiere verme, que necesita hablar de verdad.
— No le hagas caso, lo hace para tenerte encima.
— Ya sé, pero y si...
— ¿Y si qué? ¿De verdad te interesa alguien que ya demostró que solo quiere jugar con vos?
— ¿Puedo meterme? —preguntó GeonHak sentándose sobre mis piernas. Sus maneras de marcar territorio cuando YoungJo estaba cerca eran una cosa pero preciosa. Él asintió con un gesto de resignación y entonces GeonHak siguió—. Cuando... cuando pasó ya sabés qué en el funeral de tu papá...
— ¿Cuál de las dos cosas? —dijo YoungJo con pura maldad.
— Te voy a cortar el cuello, ya sabés cuál. Me dijiste que te ibas a olvidar de tus sentimientos, ¿no?, que era mejor empezar de cero ahora que ya nadie podía molestarte por tus elecciones.
— Algo así, sí, pero HwanWoong era mi elección, o eso pensé...
— Pero es del mismo territorio... sigue jugando con sus propias reglas y vos estás ahí aceptándolas cuando creés que te conviene. Hacé tus propias pautas de juego y salí de ese molde. Estás conociendo gente nueva, gente que no estaba en los estándares ni de tu papá ni de... ni de tu rival deportivo más digno, ni de nadie o nada de tu pasado. Este es el camino que de verdad elegiste vos. Seguramente ahí esté la persona que mejor vaya con la categoría en la que estás jugando ahora.
Las metáforas deportivas de GeonHak eran algo que podía ponerme los nervios de punta, o hacerme babear y derretirme por completo. Esa, en particular, estaba logrando las dos cosas al mismo tiempo. En parte porque era muy cierto lo que decía, y en parte porque... ¿por qué tenía que ser todo un gurú de las relaciones sentimentales en ESE MOMENTO y no cuando yo había necesitado desesperadamente que sus pollitos se alinearan? Pero, en fin, ahí estaba debajo suyo derritiéndome por dentro.
— Eh, no sé qué decir. V-voy a tomar el consejo, especialmente porque mi "rival deportivo más digno" me lo dice y yo respeto eso.
— Me halaga, aunque puedo citar situaciones en las que no me sentí muy respetado...
Mis ojos se desorbitaron por quinceava vez en el día; no perdía ni un chance de recordarlo, pero el remate de YoungJo fue algo que de verdad no me esperé—. Es verdad, voy a devolverte las medias de Bob Esponja que me guardé todos estos años.
— ¿Vos tenés mis medias de Bob Esponja? Ahora sí voy a cortarte el cuello.
— Tengo una buena explicación, lo juro, pero antes de que me cortes el cuello, ¿puedo invitarlo?
— ¿A quién? —pregunté yo, imaginando que GeonHak no prestaría atención a nada que no fuera relacionado a sus medias amarillas—, ¿a HwanWoong?
— Sí. No es lo que pensás, no voy a dejar que me controle, pero no quiero negarle el derecho a decirme lo que sea que quiere. Al menos estaríamos rodeados de gente, quizás eso ayude.
— Si estás seguro de que no estás jugando con fuego...
— Ya te dije que no me importa salir quemado, pero esta vez voy a hacer las cosas bien por mí mismo, lo prometo.
— Entonces sí, no hay problema, que venga.
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[El cuadro que les pintó YoungJo]
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Cerca de la medianoche los invitados empezaron a llegar. Hacía rato que no teníamos una fiesta como esa en el club; la última había sido en la casa de los padres de GeonHak, cuando YoungJo se retiró del equipo. Ahora, él seguía ahí con nosotros, como compañero pero en otro plano y las cosas habían cambiado demasiado al verlas en perspectiva. En realidad ni siquiera había pasado tanto tiempo, pero parecía una eternidad. En eso pensaba mientras miraba la luna en mi bonito balcón con alguna bebida alcohólica de la que ya había perdido la cuenta.
Escuchaba música, gritos, algunos golpes e incluso copas rotas. La voz de YongHoon sonaba demasiado alto entre los demás. Me di la vuelta par observar la situación con mis propios ojos cuando BeHi se sumó al bochinche quejándose de lo mucho que había tomado su novio en lo que iba de la noche.
— Perdón mi amor, es que HaRin me dio permiso solo por hoy.
— ¿HaRin?, ¿y yo cuándo te dí permiso? —dijo ella en un tono exageradamente irritante, obiamente no iba en serio— Te tomaste la quinta sin mi, no se vale.
— No importa, te convido yo —dijo él estampándole un beso estruendoso. Era extraño ver así a mi secretaria y a mi compañero...—. ¿Ven por qué la amo? Es más, me casaría mañana mismo. YoungJo sería mi padrino, ¿y el tuyo?
Ella se rió divertida con la propuesta imaginaria y contestó— Seohoppa~ por supuesto, nos conocimos por él.
— SeoHo y YoungJo, perfecto, a parte viste lo que dicen sobre los padrinos de boda...
Podía culpar al alcohol, pero YongHoon se estaba ganando una patada voladora directo a los dientes, si no se la daba yo se la daba GeonHak, pero ahí iba a estar. El silencio que le siguió fue tenso y pareció cortar por completo el buen ambiente. En ese momento, aunque nadie hablaba, todas las miradas estaban inveitablemente puestas sobre GeonHak, yo esperaba no tener que intervenir en algún tipo de pelea, éramos un grupo de artistas marciales, podía ponerse peor que un plato roto en una reunión de la mafia.
GeonHak se acercó a mí con el ceño fruncido y su limonada sin alcohol en la mano—. Mirá, Hoon, te la dejo pasar por esta vez solo porque sé que BeHi también me aceptaría como padrino junto a su jefe y me puedo asegurar de ser su única distracción —terminó, acercando su frente a la mía. Yo bajé la vista un poco avergonzado por la situación, todo el mundo nos miraba. BeHi confirmó sus palabras y él le agradeció con una sonrisa y con... un tierno pero suficientemente largo beso en mis labios; sí, ella siempre se quedaba con las ganas de verlo.
Escondí mi cara en su hombro cuando el momento de tensión culpa de la bocota de Hyung terminó en un sonoro "AWWWWWW" de todos los que estaban ahí. Era demasiada exposición para mí. HaRin comenzó a quejarse por no haber sido elegido como padrino por sobre YoungJo y las cosas siguieron su curso.
— Gracias por no hacer un escándalo.
— Era mejor tener altura.
— Si hablamos de altura... YongHoon...
— No seas literal.
Me reí contra su su carita de pollo y luego me alejé para ir a buscar una limonada para mí, el saborcito en su boca me había dado ganas. Cuando vi que no quedaba hielo, lo tomé como una excusa para entrar en la casa y ver cómo seguían las cosas por ahí. Sabía que YoungJo estaba adentro con HwanWoong, hablando de lo que el pibe tenía para decirle. Sin embargo, cuando salí de la cocina con el bol de metal lleno de hielos, no era justamente "hablar" lo que estaban haciendo con sus bocas. No podía meterme, pero me decepcionaba de su parte.
Los perdí de vista en algún momento, a ellos y a todo. HyunGu agregó vodka a mi limonada y el resto de la noche se perdió entre recuerdos difusos de gente bailando en nuestro balcón, yo trepándome al cuerpo de GeonHak ya sin ningún tipo de vergüenza y él lidiando conmigo para que lo dejara conversar con nuestros compañeros. KeonHee y GiWook hacían karaoke; BeHi y HyunGu parecían haber encontrado un tema de conversación fascinante juntos. Lo bueno era que todos se lo estaban pasando bien.
GeonHak me llevó al cuarto trepado a su espalda. No sé si fui yo el que se subió o él, pero aterricé en la cama y sentí cómo me quitaba la ropa antes de tirarse conmigo. Me quedé dormido al instante.
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Me levanté al otro día, pasado el mediodía. Era sábado y no teníamos apuros para nada. GeonHak todavía dormía boca abajo y me quedé unos minutos más apreciando la curva de su espalda y su culo pomposo, antes de ir a mear. Me dolía un poco la cabeza, pero me sentía feliz. La casa probablemente fuera un desastre, no iba a preocuparme demasiado por eso.
Quería ir a la cocina a buscar litros de agua para meter en mi sistema, cuando una cosa negra se movió en el sillón. Pegué un salto olímpico hasta los escalones del desnivel de la cocina y chillé como tarado. Después miré con más cuidado; ah, solo era YoungJo.
— ¿No te fuiste?
— ¿Uhg? —balbuceó todavía adormilado y levantó su cara—. No, es obvio que no. Me quedé dormido.
— ¿Qué pasó?, ¿hay una araña? —Preguntó GeonHak apareciendo en el living, también en calzones y con una chancla en la mano.
— No, un YoungJo.
— Ah, no puedo aplastarlo.
— Pensé que te irías con el chiquito ese, después de lo que vi...
— Les dije que no iba a hacerle caso, solo le di la posibilidad de explicarse.
— ¿Y entonces...?
— Me dio un beso, se lo seguí un rato, pero nada más. Me dijo que fue su escape, que se sentía acorralado con sus dos amigos... ya saben que tienen una relación rara. Le dije que "arregle sus temitas" con ellos pero que no me meta en el medio —explicó él, yo entendí la referencia, es lo que él le había dicho cuando yo los interrumpí en su casa.
— ...Oh, ¿en conclusión?
— Le dije que no había chance, que no me interesaba volver a verlo.
— Bien hecho..
— Uhm, ¿podemos ver los regalos? —preguntó GeonHak, un rato después, al bajar los escaloncitos de la cocina con un platito de frutillas recién preparado.
Los tres nos acercamos a la mesa y comenzamos a abrir los paquetes uno por uno. Todos habían traído un regalo personal, aparte de la pila de papel higiénico que no sabía ni dónde íbamos a guardar* que habían comprado todos juntos como regalo del club. El primero fue un bonito juego de almohadones para los sillones, de parte de nuestro entrenador. YoungJo y GeonHak los aplastaron entre sus manos un par de veces antes de acomodarlos en su lugar. Se veían bien y le daban color al ambiente.
[N/a.: en Corea se considera de buena suerte regalar papel higiénico a las parejas que se mudan juntas a una nueva casa]*
El siguiente lo abrió GeonHak, era chiquito y lo sacudió un par de veces en su oreja para intentar adivinar qué era. Finalmente lo abrió, eran dos llaveros con el símbolo de la doble felicidad chino, uno en cada uno, para que se completara al juntarlos; un detalle muy bonito para nuestras nuevas llaves. La tarjetita era de GiWook, el nuevo y recién llegado maknae del equipo.
— Me encanta que nos conoce muy poco pero eligió algo muy bonito.
— Justamente por eso, a ver qué les regala la próxima —le contestó YoungJo a GeonHak, y luego agarró uno de los paquetes.
— ¿Vos qué tocás?, no son tuyos —dijo para molestarlo, pero igual lo dejó abrirlo.
Era una caja bastante grande, así que todos estábamos intrigados por lo que podría tener. Era un set de cocina con cucharones, espátulas, tablas de cortar y varias cosas más, todo en color negro y plateado. Por supuesto, era de parte de KeonHee. La tarjeta pedía cordialmente que lo invitáramos a cenar para probar la calidad de los utensilios. En fin, era algo bastante útil, especialmente para GeonHak que terminaría cocinando para mí casi siempre.
El de HaRin fue el siguiente y ni siquiera tuve que abrirlo para saber qué era. Lo dejé en su lugar apenas intenté levantarlo, eran mancuernas. Ese hombre pensaba casi con la misma neurona que GeonHak, no me sorprendía. Él estaba feliz como si fuera su cumpleaños y se puso a probarlas inmediatamente aunque no necesitaba unas nuevas.
Elegí otro para abrir, era una cajita chiquita y podía imaginar que sería algo muy útil porque era de parte de BeHi. Un reloj digital de estilo moderno con los números como cartel luminoso. Muy lindo y se iba a ver bien en el cuarto o al costado del TV, pero podía leer entre líneas el mensaje de ese regalo: "dejá de llegar a cualquier hora a la oficina".
Solo quedaban dos, el de YongHoon, que abrió YoungJo, ya que GeonHak seguía haciendo pesas; y el de HyunGu. El primero fue una linda alfombra peluda con una ardilla y un pollo bordados en el centro, para poner en el entrada. Era una preciosidad, definitivamente mi favorito. Todos en el club sabían que era nuestra forma predilecta para insultarnos mutuamente.
GeonHak volvió para cuando abrimos el último. Estaba envuelto en papel de diario y eso lo hacía ver barato, pero fue todo lo contrario cuando lo abrimos. Era una especie de cofre rectangular antiguo, forrado en una tela gruesa azul con detalles dorados. Los tres nos inclinamos sobre la mesa como si estuviéramos a punto de abrir un tesoro. Tenía bisagras a los costados, similares a las cajas de maquillaje. Aunque me intrigaba saber qué había en el doble fondo, abrí primero la tapa superior. Era una caja de té, estaba llena de saquitos artesanales y cajitas de té en hebras. HyunGu los hacía para vender, pero nunca había visto una presentación como esa en su catálogo. Todos traían etiquetas de referencia para conocer sus efectos y se veían sumamente tentadores.
— Woah, impresionante. Cuando me mudé me regaló solo unas cajas comunes —se quejó YoungJo.
— Soy su maestro favorito, admitilo. No me llegás ni a los tobillos —se mofó GeonHak.
— No es justo, se fue rápido de mi clase porque vos mismo lo recomendaste para el equipo. Ahora vas a ver cuando BaekYong me quiera más a mí.
Mientras los dos se sacaban chispas, yo deplegué el segundo piso. La parte de abajo era un poco más alta y, en su interior, había una juego de té con diseño del espacio con estrellas y astros en dorado. Las tres tazas tenían formas bastante particulares y encajaban entre sí como piezas de un rompecabezas, en el espacio sobrante, estaba la tetera.
— Es lo más lindo que vi en mi vida después de la cara de pollo idiota de GeonHak.
— ¡¿Eu?! ah.. gracias...? o no.. no sé. ¿Por qué tres tazas?
— Para que podamos tomar con alguien más supongo.
— Cuidado, ese chico ve cosas —advirtió YoungJo, el hecho de que fuéramos tres personas abriendo los regalos en esa mesa, hacía que todo se sintiera un poco más raro.
— ¿Tomamos uno? —sugirió GeonHak, habíamos comido algunas frutillas de tanto en tanto pero todavía no desayunábamos como tal. Él se fue a la cocina a calentar el agua mientras yo elegía el sabor. Las etiquetas no eran del todo claras, en realidad, todo lo contrario.
"Los secretos atesorados del mundo se levantan en mi mente, soy la lámpara que se mantiene sola debajo de la oscuridad - Té negro; jazmín y arándanos"
No tenía ni la menor idea de los efectos que pudiera tener, pero olía impresionante, así que ese fue el elegido. Puse dos saquitos en la tetera, como indicaban las intrucciones y GeonHak sirvió el agua. En unos minutos estuvo listo. Llenamos las tazas sin sacarlas de la caja, la forma se veía hermosa. La desarmamos cuando cada uno tomó la suya por su lado y las separamos para probar. De verdad, de verdad era una delicia.
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[Los hechos del "Break 2" ocurren tiempo después, en este punto de la historia.]
[Recomiendo volver a leerlo, junto al final del capítulo especial "Time Out 5" de Let's Fight!, antes de terminar de leer esta parte.]
[No olviden dejar su voto★ antes de volver para terminar la lectura jeje]
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Me desperté como de una de esas siestas que te reinician el sistema. Lo único que recordaba era llegar del fin de semana en la casa de mi abuela. Sabía que había pasado unos días difíciles y, además, habíamos tenido un torneo unos pocos días antes. Mi cuerpo estaba exageradamente liviano como si hubiera perdido la movilidad y fuera una especie de trapo, la sesación era como si una podadora me hubiera pasado por encima, dejándome sin ningún hueso sano, pero, al mismo tiempo, era un sentimiento relajante. El cuerpo de GeonHak debajo mío estaba ardiendo más de lo normal. Me levaté un poco asustado, pensando que podría tener fiebre. ¿Qué había hecho ese tonto en mi ausencia? Recordaba algo de una salida con YoungJo y luego... Ah, sí, la videollamada los dos juntos en nuestra cama.
Mis ojos se aclararon un poco más en la oscuridad del cuarto. Las persianas estaban cerradas a tope y había un olor fuerte como a perfume en todo el lugar. Por algún motivo sonaba a YoungJo, algo como sahumerios o velas aromáticas y cerrar las persianas religiosamente antes de dormir. Ahí estaba el tipo, dándole la espalda a GeonHak en nuestra cama, ahora entendía el exceso de temperatura de mi novio, durmiendo entre dos personas. ¿Cómo había llegado tan cansado como para no recordar de qué manera habíamos terminado así?
Miré la fecha en mi celular para confirmar que fuera la correcta; quizás ni siquiera era el mismo día. Ah, qué mierda hacíamos ahí los tres juntos, al menos no me dolía el culo ni nada. Me levanté de la cama y abrí la ventana, el aire fresco era una bendición, pero no había luz, ya estaba atardeciendo. ¿Habíamos pasado toda la tarde ahí tirados?
Cerca de la cajonera encontré un porta sahumerios con el palo ya consumido y una notita en un pedazo de papel madera cortado con la mano. "Soy HyunGu, SeoHo me pidió que les hiciera una terapia relajante, no me hago cargo de nada más, yo hice mi parte. Saludos, hyungs, y si pierden la memoria o algo, se va a ir arreglando con el paso de las horas, igual no creo."
¿Yo había pedido eso?, bueno, tenía sentido después de las semanas cansadoras que habíamos pasado. En GaJa y con Firebomb funcionando a pleno, teníamos bastante trabajo YoungJo y yo; y GeonHak preparando a los niños para sus torneos, incluso después de volver de uno, también había estado trabajando a tope. La situación era rara hasta viniendo de HyunGu, pero no podía negar los resultados, me sentía un poco raro pero también flojo.
— ¿Hyung? —murmuró GeonHak. Pude escuchar su cuerpo moverse en la cama.
— No, amor, acá estoy, ese es otro Hyung... bueno, depende a quién busques.
— Ah... ¡¿Ah!? Ah, cierto... yo... ¿Volviste? ¿Quién...?
— Volví solo porque estabas del orto vomitando o algo así, no me acuerdo bien. Dormí mucho, no entiendo nada.
— Me siento igual, ¿por qué YoungJo sigue acá?
— No sé, pero si te duele el culo, no fui yo.
— N-no, no.
— Eu, yo no hice nada, lo juro. Estaba drogado este bestia, pero yo no tuve la culpa —dijo YoungJo volteándose para vernos desde su lugar en la cama.
— HyunGu dijo que... Ah, no sé, ese mocoso, no le creo nada pero comamos algo que me muero de hambre.
Un rato más tarde, los tres estábamos duchados y cambiados cenando en un restaurante de jazz, elección de YoungJo. El lugar era genial, el ambiente tranquilo e inspirador, o algo así, según YoungJo. Lo importante es que la comida estaba buena.
— Tuve un sueño re volado, ¿ustedes también? —preguntó YoungJo. Había estado con un humor raro todo el rato, era evidente que algo le pasaba.
— Yo no recuerdo haber soñado nada, la verdad quedé planchado y ni siquiera sé cómo pasó.
— Yo igual. ¿Tomé mucho ayer, no? Nunca más salgo solo con vos —dijo GeonHak un poco molesto por su propia conducta de la noche aterior, seguro se "castigaría" en el gimnasio el resto de la semana.
— No tendría que aceptar otra vez, seguro es culpa de eso lo que soñé. Demasiados sentimientos mezclados.
— Contá, Hyung, quiero saber. Me encanta analizar sueños, ¿no GeonHak?
— Freud le dicen, todo es sexual.
— Eso no es culpa mía, sueños son sueños, yo solo analizo.
— Mi papá estaba vivo —soltó sin anestesia YoungJo—, no solo eso, estaba bien conmigo y con mi...
— ¿Tu...?
— Mi novio, creo —agregó sacudiendo un poco su cabeza como si el recuerdo del sueño le molestara—. P-pero era GeonHak.
— Ah... bueno, no me sorprende. Yo mismo les pedí que se besaran anoche, perdón por estimular tu imaginación.
— Sí, no sé. S-siento que había mucho más, no puedo explicarlo, era como toda una vida, todo estaba en mi mente, lo sabía todo, había pasado por todo eso. Era como más que un sueño.
— Uhm, creo que no puedo ayudar. Demasiado para mí, quizás el sahumerio de HyunGu tuvo un efecto más potente en vos. Hablalo con él después.
YoungJo asintió, no sabía si mi recomendación era seria o no, es decir, yo creía que HyunGu de verdad tenía algún tipo de don extraño, pero quizás no era más que nuestra propia sugesetión. En fin, si YoungJo quería creer que podía ayudarlo, seguramente le haría bien. La comida llegó y cortó un poco el aura agridulce que había quedado en la mesa. Nos distendimos un poco más y comimos entre todos de los varios platos que habíamos pedido. No tenía ganas de pensar en nada que molestara la calma en mi cabeza. El día siguiente sería lunes y ya tendría que ponerme a trabajar como una persona normal.
Estaba empezando a perderme en la melodía de jazz que sonaba en todo el lugar cuando la vibración de mi teléfono en mi culo me sacó del trance. Levanté mi nalga derecha y GeonHak, acostumbrado a eso, sacó el teléfono de mi bolsillo.
— Es... ¿tu mamá? La última vez que la viste... —comenzó, intentando hace memoria— Fue cuando acompañaste al juzgado a tu papá. Woah.
Quedé helado en mi asiento unos segundos. Después de intentar destrozar el negocio de mi papá, había intentado quitarle todo en el juicio por el divorcio. Afortunadamente no había podido llevarse demasiado y, sobre todo, no había tocado ni un centavo de nuestro proyecto más rentable, Firebomb. ¿Con qué derecho me llamaba sin razón un domingo a la noche?
— Hola —pronuncié seco y corto una vez en el patio interno del restaurante.
— Hijit-
— SeoHo para vos, ahorrate el prólogo. ¿Qué querés? Porque no me llamarías si no fuera para pedirme algo.
— En eso tenés razón, quiero pedirte algo... que me perdones. Estoy harta de verte en las noticias, por cosas tan buenas, sos tan talentoso hijito. Quiero volver a ser parte de tu vida, me duele mucho verte como un desconocido.
— Es que eso sos, una desconocida. No te conocí nunca, ni siquiera cuando vivías conmigo, ¿sabés? No me interesa nada sobre vos. Mi papá y yo estamos muy bien sin vos y sin la forra de tu hija, sé que estás con ella en Estados Unidos, no nos molesten. Si necesitan algo intenten con trabajar, capaz se les da.
— Ese es tu padre hablando por vos, sos un dominado al final. Él te llevó para donde quiso, siempre debajo de su sombra. ¿No te das cuenta que te usa? Vivís por él, para él. Ya hasta hablás como él.
Me reí, no tenía sentido lo que decía. Yo sabía perfectamente que los últimos años yo había sido el único sustento de mi papá; yo lo había tenido bajo mi cuidado y no al revés. Aunque el negocio había salido adelante, él se sentía fracasado y destrozado. Ni siquiera me pedía o me reclamaba nada. Había querido transferir todas sus cosas a mi nombre, y yo lo había obligado a seguir al frente de todo, porque sabía que de esa manera no se desmoronaría aún más. Ella no tenía ningún derecho a hablar de él de esa forma—. Ya no tenés ninguna influencia sobre mí, no vas a controlarme para que haga lo que vos querés, nunca te funcionó. No sabés nada de mí ni de mi papá. Él es una de las pocas personas que valen la pena en mi vida, vos no sos nada. Lo único que intentaste hacer siempre fue alejarme de las personas que más necesitaba.
— No ten-
Corté. Respiré profundo. Me acerqué al bar y pedí tres tragos de granada antes de volver a la mesa con una sonrisa en la cara y el pecho otra vez relajado después de dejar salir todo lo que quería decirle. Estaba seguro de que había visto todas las noticias sobre mi nueva inversión, incluyendo las fotos en las que salía junto a YoungJo como directores del proyecto; además de las noticias y la transmisión oficial del torneo donde me la pasaba cerca de GeonHak. Podía imaginarla pensando cuánto podía obtener de eso, o hasta preguntándose con cuál de los dos estaría en ese momento. Tonta, enferma y ridícula.
— ¿...y? —preguntó GeonHak al verme regresar tan rápido.
— Brindemos por hacer lo que se nos cante la gana siempre y mandar a la mierda a la gente que nos hace mal —dije, pasándole una copa a cada uno.
Nadie preguntó más nada pero todos asentimos y chocamos nuestas copas. GeonHak solo tomó un trago y yo esperé a que dejara su copa para comerle la boca como se merecía, sin importar que todos nos miraran.
— GeonHak, en el próximo torneo que tengamos, prometeme que me vas a dar un beso así frente a toda la prensa, por favor. Quiero que todo el mundo sepa y no tener que ocultarlo más como tuve que hacer este fin de semana de mierda. Si a alguien le afecta que la chupe.
— P-pero... tu abuela...
— Que apague la tele, qué me importa. Prometelo o se lo pido a HaRin o quien sea.
— Lo prometo, tarado.
— Te amo.
YoungJo estaba escondiendo su cara en el resto del trago de GeonHak y nos interrumpió antes de que empezáramos con otro—. ¿Y si vamos a nuestra feria un rato? Debe estar lindo hoy que es domingo —propuso, seguramente avergonzado con el espectáculo que estábamos dando en su restaurante favorito.
La idea era buena y no quedaba mucho de esa tarde, ya noche, así que nos apuramos a pedir la cuenta e irnos. "Nuestra feria", como había dicho él, era la versión física de Firebomb. Esa noche había un show teatral especial de Cosmos, se llamaba Gravity y hablaba sobre volver a amar a pesar de los peligros, de una forma más madura. El predio estaba lleno de puestos de artesanos y algunas atracciones como juegos, tiendas temáticas y el patio de comidas donde, de vez en cuando, perdíamos a KeonHee. Por suerte estaba encima del escenario en ese momento, no podía escapar hasta terminar la función.
Circulamos un rato por los negocios, YoungJo era el que llevaba la cuenta de los nuevos ingresos y los que dejaban su lugar, así que para mí se sentía todo nuevo cada vez que iba. GeonHak caminaba conmigo alternando su mano ente mi cintura, mi culo o mi mano, hasta que vimos unas caras conocidas y nos detuvimos.
— ¿DongJu? No sabía que eras artista... de este tipo —. El chico estaba junto a HwanWoong, atendiendo un bonito puesto de joyería.
— Siempre me gustaron los anillos y accesorios y me animé a empezar. En la academia de YoungJo Hyung había un curso de grabado de anillos.
— ¿En serio hacés eso?
— Sip, algunas cosas las compro y las revendo y otras las hago yo a mano. ¿Querés alguno?
— ¡Sí! —exclamó GeonHak y casi me hace pegar un salto; estaba abrazado a mi cuerpo desde atrás y su cabeza estaba pegada a mi hombro, había sonado muy cerca de mi oreja—. Hagámonos unos lindos para los dos.
La idea me encantaba, nuestro único vínculo de ese tipo al momento de empezar nuestra relación habían sido unos stickers de panes de Pokémon, era hora de tener algo más... decente. Elegimos el modelo de anillo, unos bastante simples y, luego, DongJu nos preguntó qué queríamos grabar.
— "HoDo" —respondió él sin dudarlo mucho, la referecia era hermosa y era algo que solo nosotros entendíamos*. Era perfecto.
[N/a.: por si hay algún despistado, referencia del Set 22]*
Sin preguntar más, DongJu se puso a un costado a grabar los anillos mientras nosotros esperábamos.
— ¿Qué onda vos? —pregunté a HwanWoong con una mirada rápida y corta a su compañero que ya no nos prestaba atención.
— ¿Con él o qué?
— No, si te gusta el membrillo... Sí, eso.
— Ah... ja. Igual sí me gusta el membrillo. Em... sí, estamos juntos. P-pero bien, no como antes —aclaró rápidamente.
— Me alegra... ¿y tu... cuñado? —pregunté con cuidado, conociendo el extraño pasado de esos tres.
— Volvió con GiWook, ahora está todo normal entre nosotros, lo juro.
— Yo no juzgo, si ustedes eran felices...
— Es que no lo éramos, pero ahora sí, y eso es lo bueno. Las cosas se ordenaron, por suerte.
— Ya veo, se ordenaron tanto que pudiste volver a hablar con YoungJo —dije, me daba gracia la situación; ahora era uno de nuestros colaboradores dirigido por él, una total ironía.
— Hyung es muy buena persona, pensé que tendría resentimientos después de todo, pero no.
— Listo, tortolitos, ya están. Después quiero saber por qué le ponen nombre de bollitos de nuez a sus anillos, me cuentan. Hasta me dieron ganas de pedirme unos en el puesto de la esquina. HwanWoong, traemeeee porfiii —pidió con aegyo, tironeando de la ropa de su novio— ¡Traeme! —agregó después con una cara totalmente seria que daba miedo. GeonHak agarró las cajitas doradas que el chico nos había pasado, yo hice el pago en el QR que había sobre el mostrador, mientras me reía de la forma en que ese mocoso malcriado pedía las cosas.
— ¿No pensás darme el mío? —pregunté cuando noté que GeonHak me llevaba hacia algún lugar sin hablar; con su mano apoyada en mi cintura.
— Sí, pero tengo una idea, dejame hacerlo como yo quiero.
— ¿Estamos hablando de los anillos?
— Sí, ardilla sucia —dijo, y se ganó un codazo en las costillas.
— Sos tan lindo.
— Vos más —respondió él como si nada, luego se detuvo en un puesto de trajes artesanales.
— Ay, GeonHak, me encanta porque sos tan predecible... pero al mismo tiempo, no me lo hubiera imaginado...
— Shh...
Eligió su traje preferido que nadie, nunca, por nada, iba a quitarle, el del rey SeJong. Yo miré por un rato entre los que había hasta que él empezó a reíse como foca ante uno de sirviente... o sirvienta. Era rosado, tenía parches violetas y una coronita de flores. Si ese le gustaba, ese sería. Salimos vestidos y caminamos hasta el estanque artificial del parque. La luna estaba creciente y se veía hermosa reflejada en el agua. GeonHak me agarró de los hombros y nos puso de costado a la luna.
— Te ves hermoso, me gusta cómo te refleja el pelo.
— Bobo, vos también. Rubio parecés más pollo.
— Es que sos tonto, no se te puede decir nada.
— ¿Que más me ibas a decir?
— No sé, no puedo pedirte que seas mi novio porque ya lo sos.
— Dame el tuyo; yo empiezo —pedí, tenía una bobada en mente y no lo pensaría dos veces. Él me pasó la cajita, un poco frustrado porque no sabía qué haría y él no tenía ideas—. Kim GeonHak, ¿querés digievolucionar conmigo?
Me extendió su mano pero se contrajo por completo para reírse ante mis palabras.
— Es un cambio total de franquicia, antes fue con pokemones, pero bueno, acepto —dijo con los ojos hechos unas líneas y las mejillas coloradas. Le puse el anillo y esperé mi turno—. SeoHyung, ¿quer- Hay, dios, no puedo, qué estoy diciendo... —no dejaba de reírse y eso lo hacía aún más lindo—. ¿Querés... seguir siendo todo para mí —terminó, pero sin pregunta, sin nada, era una afirmación. Su ojos se pusieron borrosos y su voz seria. Yo iba a derretirme delante suyo. No esperó nada, me colocó el anillo y me apresó entre sus brazos, todavía con las cajitas en una de sus manos.
Si había algo hermoso en nuestra relación, es que nunca sabíamos con exactitud qué la hacía tan especial. No había nada sobresaliente ni tan mítico en ese beso, por ejemplo, éramos los dos tontos de siempre, con unos anillos nuevos. Estábamos en la feria de mi trabajo con trajes de época que no tenían ningún sentido; nos insultábamos cuando nos daba la gana, solo para terminar fundidos como los materiales más compatibles de toda la tabla periódica, y estaba bien, así éramos, atrapados en esa dinámica de agresividad controlada que, por parte de ambos, era una forma extraña de demostrar todos los sentimientos que habíamos cultivado por años y que ahora podíamos dejar salir.
Era nuestra forma de amarnos y los dos lo sabíamos.
Por fin lo habíamos enfrentado.
Fin.
.
.
Aquí no Bett, aquí mocos y lágrimas
no puedo creer que se termina...
Pero les prometí Epílogo, no se olviden 🤠
Obviamente quiero que me dejen sus sensaciones sobre el final (GENTE MÁS DE 13K DE PALABRAS) y sobre la historia en general. LES LEO 👁️
No quiero preguntar si son Team Let's Fight! O Let's face it porque fjkfkfkfkkdkdkf no, pero podría 👄
No sé qué más decir, estoy temblando 🥹
Gracias por todo su apoyo siempre 💓
Espero que este spin off haya sido lo que esperaban,
De verdad, gracias por hacer este fic posible y por darme ánimos para hacerlo para ustedes✨
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PD.: No se preocupen por YoungJo, va a tener su revancha 🌕
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