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✧c.-024

N/A: La esperanza de que wattpad notifique las actualizaciones nunca se pierde, pero el pelo por estrés sí xD

Cap dedicado a BlancaluzTorres4 ♡♡

Hoy os recomiendo 'PYTHON' de GOT7, los extrañaba tanto y su vuelta me ha hecho TAN feliz, que no puedo evitar obsesionarme con este comeback.

[...]

Llegaron al refugio un par de horas después, cuando había anochecido por completo, TaeHyung estaba prácticamente dormido en su asiento y Jungkook no podía sacarse de la cabeza el pensamiento de que, tal vez, aquel hombre ya había comenzado a tomarle un poco de cariño después de todas las cosas que habían pasado.

Así mismo e ignorando por completo su herida en proceso de curación, se negó a despertarlo una vez aparcó la camioneta en el garaje, saliendo primero y moviéndose para sacar el cuerpo ajeno con algo de dificultad.

"¡Jefe, jefe!" Leedo salió del complejo tras haber dejado a Offroad en la enfermería, corriendo directo hacia él. "¿Qué haces? No puedes coger peso."

"No estoy cogiendo peso, sino al doctor Kim, Leedo, ¿no ves que está dormido? No voy a despertarlo para que de dos pasos hasta su habitación."

Un bufido abandonó los labios del peliverde. "Me refiero a que no debes sobreesforzarte, es malo para tu herida. Deje que yo me encargue del doctor Kim, ¿quiere? Lo llevaré hasta su habitación para que pueda descansar sin problema." Acercando sus manos al cuerpo ajeno, apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Jungkook se alejó de inmediato.

"Aparta esas manos de ahí, bicho."

Por suerte para su amistad y lealtad, Leedo no pudo escucharle bien.

"¿Eh...?"

"Que yo me encargo, tú vete a descansar."

"Pero no puedes..."

"Estaré bien, Leedo, te lo aseguro. Nos vemos mañana." Sentenció, desapareciendo de su vista en lo que duraba un parpadeo.

Subió las escaleras que llevaban hacia la segunda planta, llegando a la habitación del doctor donde una rata peluda descansaba sobre su propia cama, del mismo que Sungho lo hacía, tumbado sobre los pies del amplio colchón en su forma animal. Acercándose despacio y con cautela, Jungkook depositó a TaeHyung sobre la almohada, tapándolo sin perturbar el sueño del cachorro.

"Ahora sí, descansa, doctor." Dijo en un susurró, apartándole el cabello de la frente.

Dándose la vuelta, dispuesto a marcharse de allí, el azabache sintió como algo se aferraba a su brazo, impidiéndoselo repentinamente. Al girarse, vio que se trataba de TaeHyung, quien somnoliento le observaba.

"Oh, ¿te he despertado?"

"No me digas que me has traído hasta aquí tú solo..."

Sus labios se apretaron, dándole la respuesta afirmativa que no deseaba escuchar. El rubio bufó.

"Jungkook..."

"¿Qué? No he dicho nada."

"No hace falta, sólo un imbécil como tú sería capaz de hacer algo así cuando te estás recuperando de una maldita puñalada. ¿Es que no ves lo peligroso que puede ser? Necesitas hacer reposo, nada de sobreesforzarte."

"Aquí nadie se ha sobreesforzado, doctor."

"Tú lo has hecho."

"Claro que no."

TaeHyung bufó. "Claro que sí."

"Sólo quería ser considerado contigo, ¿sabes? Parecías agotado antes de que te quedases dormido, así que pensé que despertarte sería demasiado cruel después de todo lo que hemos estado viviendo estos días." Él se encogió de hombros. "Y a pesar de lo peligroso que pudo haber sido, estoy bien. No tienes nada de lo que preocuparte."

"Ya, claro... Nada de lo que preocuparme."

Él asintió. "Exacto. Ahora hazme el favor de volverte a dormir o despertarás al cachorro y créeme que nadie quiere eso."

"Lo sé."

"Pues si lo sabes, hazme caso y duérmete." Insistió, tapándolo de nuevo con las sábanas y volviendo a apartarle el cabello de la frente cuando este cubrió sus ojos. "Descansa, ¿vale? Mañana discutimos, me gritas y golpeas si ves que mi herida ha empeorado."

Sólo entonces, una risita escapó de los labios del doctor, quién accedió de inmediato.

"Cuenta con ello."

Devolviéndole la sonrisa, Jungkook asintió. "Muy bien. Hasta mañana."

"Hasta mañana, imbécil."

Jungkook se giró de vuelta hacia él, luciendo ofendido y herido ante tal falta de respeto.

"Oye, que yo no te he insultado..."

"Ni se te ocurra hacerlo."

Siendo él quien bufase esta vez, el azabache salió de la habitación mientras TaeHyung se quedaba dentro, aun riendo en voz bajita y acurrucándose con Sungho en cuanto este, adormilado, se movió para ocupar el espacio vacío de la almohada.

A la mañana siguiente, dispuesto a tomar la palabra de Jungkook tan pronto como despertó, desayunó y se preparó para un nuevo día donde una posible migraña apareciera en sus sienes, TaeHyung buscó al líder de la manada incluso debajo de las piedras, asumiendo que este muy probablemente había desaparecido a consciencia propia para no tener que lidiar con un doctor dispuesto a echarle la bronca por irresponsable.

"¿Has visto a Jungkook?" Le preguntó a Juria. Ella negó.

"¿Has visto a Jungkook?" Leedo también movió la cabeza en señal de negación.

"¿Has visto a Jungkook?" Boun no fue menos, pues incluso tratándose de su mano derecha, este tampoco parecía haberlo visto en toda la mañana. Curioso.

Soyeon, su propia hermana, tampoco tenía ni idea de dónde se encontraba. Ni los más pequeños, Leehan o Taesan, mucho menos Mingyu, Jaehyun, ni cualquier otro miembro de la manada al que TaeHyung conociese de antemano, terminando por confirmar su teoría de que, efectivamente, Jungkook estaba evitándolo.

Sin embargo, todo cambió cuando salió del recinto hacia el falso garaje que se encontraba abierto mínimamente, escuchando pequeños gruñidos desde fuera y empujando la puerta cuando la curiosidad fue mayor que él, encontrando (¡por fin!) al famoso líder desaparecido en su interior, azotando un saco de boxeo con guantes especiales y siendo totalmente alérgico a las prendas de ropa superiores, pues se encontraba semidesnudo.

El doctor se cruzó de brazos, dándole una mirada de pocos amigos. Esto no podía ser cierto.

"Te voy a matar, Jungkook." Aseguró, logrando que se sobresaltara y llevase una mano al pecho, respirando hondo tras reconocer su voz y verlo allí parado.

Jungkook resopló, asintiendo.

"Ya lo creo, ya..."

Con lentitud, el rubio se acercó a él, fulminándolo. "¿Se puede saber qué estás haciendo? ¿Qué parte de «reposo absoluto» no entiendes? Que tienes que descansar, Jungkook, evitar movimientos bruscos y coger peso. Te han apuñalado, por el amor de Dios, ¿no lo entiendes?"

"Claro que lo entiendo, pero estoy bien. Además, me enfrento a ese imbécil en menos de una semana, tengo que estar ágil para poder ganarle."

Otro bufido sonó, claramente perteneciente al rubio.

"Me da igual que estés ágil o no, quítate esos guantes, sal de aquí y vete a descansar ahora."

"Doctor..."

"Ahora mismo."

Jungkook suspiró. "TaeHyung, no es necesario, en serio. Estoy bi-"

"O te prometo que me voy de aquí y no me vuelves a ver el pelo, aunque eso sea más perjudicial para mí que para ti. Lo haré de todos modos, te lo aseguro." Amenazó de forma directa, topándose con un par de ojos brillantes que al instante le observaron llenos de incredulidad. "Sabes que soy capaz."

Siendo él quien fulminase al otro esta vez (incluso si sabía de antemano que se trataba de su propio bien), Jungkook accedió de manera silenciosa, despojándose de los guantes que llevaba puestos y lanzándolos a cualquier parte. Por supuesto, sin despegar sus ojos del rubio.

"Y abrígate, que hace frío."

"¿Algo más?"

TaeHyung le echó un rápido vistazo al abdomen ajeno, asintiendo y poco después dándole un golpe en la nuca que sorprendió a Jungkook.

"¡Eh, oye!" Este se quejó, sobándose el lugar afectado. "¿A qué ha venido eso?"

"Dijiste que hoy podría gritarte y golpearte si tu herida se veía peor después de que anoche al señorito se le ocurriese cargar conmigo desde el garaje hasta mi habitación, así que eso he hecho."

Jungkook miró su herida también, encontrando que estaba casi cerrada. "Pero si no se ve mal..."

"Ya, ¿y? El golpe es por hacer lo que te plazca cuando claramente tienes a un profesional diciéndote lo que puedes o no hacer e ignorarlo con todo el descaro. Te lo mereces."

Volviendo a fulminarlo, el azabache sopesó sus opciones mientras asentía, sus ojos fijos en el rostro del doctor que ni siquiera se inmutó, no viendo venir tales acciones por su parte. Y es que Jungkook fue demasiado rápido, ni siquiera titubeando a la hora de inclinarse sobre él y besarle en los labios castamente, separándose sin decir ni mucho menos esperar a que el otro dijese nada, dejándole perplejo.

"¿Qué...?"

Sus ojos se quedaron fijos en los impropios por varios segundos, ambos siendo incapaces de decir nada. El corazón de TaeHyung bombeaba deprisa, logrando que se sintiera mareado y ansioso de un modo en el que no esperaba hacerlo. Entonces, Jungkook acunó su rostro con ambas manos, enviándolo más cerca de sí mismo y capturando sus labios por segunda vez.

Iniciando con un beso lento, Jungkook inmediatamente ladeó la cabeza para mejorar el contacto, siendo correspondido al instante por TaeHyung, quién apenas sabía dónde poner las manos, teniendo en cuenta que el azabache se encontraba desnudo de cintura para arriba. Se quedó quieto, mientras Jungkook chupaba sus labios con ansia, como si estuviera sediento de él, pasando la lengua por el inferior y luego hincándole los dientes hasta jalarlo hacia fuera e introducirla, hallando la impropia.

Un pequeño jadeo abandonó los labios del doctor, quién se encontró a sí mismo no sólo correspondiéndole con la misma intensidad, sino hipnotizado por la fuerza del beso, por un aroma dulce que le dejaba las extremidades temblando; como si no fuese dueño de sí mismo.

"El jefe no está aquí fuera tampoco, Soyeon, no sé dónde se habrá metido." Jungkook reconoció la voz de Mingyu fuera del falso garaje, del mismo modo en que TaeHyung pudo escucharla, apartándose con rapidez.

De nuevo, sus ojos se encontraron, sabiendo que si continuaban a esa nula distancia, quienquiera que entrase ahí dentro sabría lo que estaba pasando. Incluso Leedo.

Jungkook no tardó en alejarse de él, sabiendo lo que había provocado sin quererlo realmente, pues no podía controlarlo por mucho que hiciera el esfuerzo. Sus feromonas parecían tener vida propia cuando TaeHyung estaba cerca, permaneciendo a su alrededor hasta que este quedase reducido, débil, sin autoridad alguna sobre su cuerpo. Reaccionando de una manera tan inmediata y positiva que asustaría a cualquiera.

"Voy... Voy a tomarme una ducha, doctor. Te avisaré si necesito ayuda con la herida."

Aquello lo desconcertó por completo. "¿Qué...?"

"Adiós."

Y así mismo, sin decir nada más, este desapareció de su vista, dejándole completamente a solas, desconcertado y sin saber qué le sucedía. Estaba mareado, con sus cosas nasales impregnadas de un dolor muy descriptivo. A chocolate amargo, avellanas tostadas y café recién hecho.

Pasándose una mano por el rostro, se frotó la frente, queriendo salir de lo que parecía ser una ensoñación. Nunca se había sentido así.

"¿Qué demonios me está pasando...?" Susurraba para sí mismo, presa del pánico.

El día decisivo llegó mucho antes de que TaeHyung se sintiera preparado para lo que posiblemente viviría. Y es que aún no asimilaba el modo en que él mismo, sin tener absolutamente nada que ver, se había visto envuelto en una disputa de tal calibre.

Jungkook, por su parte, había perdido la cuenta de todas las veces que Offroad se había presentado en su despacho, tras recuperarse del ataque, luciendo cohibido, temeroso y muy avergonzado al tomar tales decisiones, disculpándose por actuar sin pensar demasiado, por haber metido a la manada en severos problemas y por ser una carga. Jungkook, también, perdió la cuenta de todas las veces en las que le respondió que estaba lejos de ser una carga.

Y es que no podía hacer otra cosa más que empatizar exageradamente con aquel pobre muchacho, quien se convirtió en el objetivo inicial y huyó lo más rápido que pudo en busca de ayuda. Una ayuda que, aún de haber llegado pronto, jamás hubiese sido efectiva.

También había perdido la cuenta de todas esas veces en las que la imagen del doctor Kim, en quien intentaba no pensar demasiado, aparecía en su mente cada vez que aprovechaba sus horas de sueño para entrenar a escondidas en el falso taller. Y como todas ellas le llevaban a rememorar aquel último beso que casi acababa con su dichosa cordura.

En definitiva, todos necesitaban un buen descanso.

"¿En qué momento ese hombre ve una buena idea apostar su liderazgo?" Bufaba Prem, incrédulo por lo que le habían contado y por lo que él mismo ya sabía.

"En el momento en que sabe que va a ganar, pollito. No juzgues."

"No juzgues, no juzgues..." Se burlaba imitando fallidamente la voz de Boun con descaro, fulminándolo cuando este le guiñó un ojo. "Claro que juzgo, ¿cómo no lo voy a hacer? Prácticamente ha apostado a la gente de su manada, me da igual si gana o no. Es una irresponsabilidad y más aún cuando involucra a alguien que no tiene nada que ver, como es el caso de TaeHyung."

El susodicho apretó los labios. "Estoy de acuerdo en eso..."

"¿Y por qué no dijiste nada cuando el otro gilipollas lo propuso?" Prem se dirigió a él, mientras su cuerpo botaba cómicamente a causa de un bache. "Joder..."

Boun dejó escapar una risita, volviendo a ser fulminado.

"¿Crees que pude decir algo al respecto? Nos estaban apuntando con un maldito francotirador, Prem. De milagro no me dio un infarto en medio del bosque... Ni siquiera tuve la oportunidad de abrir la boca cuando Jungkook ya había accedido por mí."

De nuevo, Prem bufó, poniendo los ojos en blanco. "Menudo gilipollas..."

Y tal y como se esperaba, por parte de su fiel seguidor y mejor amigo, el rubio más alto le propinó un golpe en la nuca en señal de protesta, siendo fulminado por tercera vez.

"Siento mucho que te hayas visto involucrado en esto por mi culpa, doctor Kim..." Al otro lado de TaeHyung, la voz suave de Offroad se encontraba, tambaleándose por los baches también.

Offroad lucía completamente destruido, con la palabra «culpable» tatuada a pulso en la frente. Llevaba tiempo viéndose así, como si todo lo que le hubiese sucedido a la manada desde que esta se creó, hubiese sido culpa suya. TaeHyung no podía evitar sentirse angustiado por él, especialmente si le miraba de esa forma. Como un cachorro siendo abandonado por sus dueños. Él suspiró, negando.

"No tienes nada por lo que disculparte, ¿de acuerdo?"

"Pero yo..."

"No es tu culpa, Offroad, entiéndelo ya." Boun volvía a repetirle. "Esa gente, la manada de los Liu, son un puñado de descerebrados movidos por un líder aún peor. Incluso si no te hubieras ido esa noche y terminado en su zona, hubieran encontrado la forma de desafiar a Jungkook tarde o temprano, porque así es como actúan siempre."

Lentamente, este asintió. "Supongo que sólo aceleré el proceso, ¿no?"

"Sí, y con un poco de suerte, gracias a eso podremos quitarnos a Roy Liu y su estirpe de cazadores de encima..."

Iban de camino a la finca de los Liu para el tan ansiado enfrentamiento entre líderes, gran parte de la manada siendo agrupada en más de veinte coches —los cuales TaeHyung seguía preguntándose dónde demonios guardaban—, mientras que el líder guiaba el camino en su camioneta. Jungkook había pedido expresamente ir solo, sin nadie que pudiera desconcentrarle y perjudicar su victoria. En especial, TaeHyung. Por supuesto, el doctor no había dudado en mostrarse muy ofendido (demasiado, quizás), aunque en el fondo podía llegar a entenderlo. Así que todos, a excepción de Miran y el cachorro, seguían el coche del líder.

Jaehyun, al volante de la camioneta, dejó escapar un pequeño suspiro. "¿De verdad creéis que todo esto terminará si Jungkook se deshace del sobrino de Roy? Porque no parece que vaya a ser así."

"No tengo ni idea, probablemente estemos lejos de que así sea, pero tendremos que buscar consuelo en algo antes de volvernos locos."

"Tienes razón, sí."

Prem, de nuevo, dejó escapar un bufido. "Como si no fuera demasiado tarde para eso..."

Y, de nuevo también, Boun golpeó su cabeza.

"¡Oye!"

"Por contestón."

"Deja de pegarle en la cabeza, haz el favor, o conseguirás que su lóbulo occipital se deteriore." Pedía TaeHyung, logrando que Leedo, en el asiento de copiloto, se mostrase horrorizado.

"¡¿Qué dices?! ¿Eso puede pasar de verdad?"

Una risita conjunta sonó, antes de que el doctor negase. "No, claro que no, Leedo, tranquilo."

"¿Seguro? Porque yo estoy pensando en poner una denuncia." Prem aseguraba, cruzándose de brazos cuando su mejor amigo y su mayor enemigo volvían a reír. "No sé de qué os reís, si estoy hablando completamente en serio."

Pasando un brazo por sus hombros de manera amistosa, Boun no dudó en burlarse con descaro de él, palmeándole el brazo. "Claro que sí, polluelo, claro que sí..."

El «polluelo» en cuestión no dudó en fulminarle por cuarta vez, apartándolo bruscamente.

Al cabo de una hora más, Jaehyun aparcaba el coche junto a la camioneta del azabache, quien había salido de esta hacía unos minutos, adelantándose a todos los demás para, una vez más, impedir que su concentración se viera interrumpida. No podía permitírselo cuando tenía tanto en juego y, aún sabiendo que ganaría, pretendía dar lo mejor de sí.

"Este sitio da miedo..." Mascullaba Prem, aferrándose al brazo del rubio mientras bajaban de la camioneta.

"Lo sé, es horripilante. Encima está lleno de trampas y torretas como esas que aparecen en los videojuegos que siempre jugáis tus hermanos y tú. Dan escalofríos..."

Warut no tardó en mostrarse horrorizado, siendo guiados por Boun y Leedo, mientras Jaehyun y Mingyu iban detrás. Offroad se les unió en el centro tímidamente, su brazo siendo sostenido por un TaeHyung que no quiso dejarlo atrás.

"¿Torretas?" Repetía él, su ceño fruncido.

"Torretas, sí. Se activan cuando alguien ajeno a la manada cruza el límite perimetral y saltan las alarmas." Explicaba Offroad, agradeciendo la implicación del doctor al no dejarle solo.

"Vaya..."

"Aunque no es solo cuando alguien entra, también es cuando salen. La manada de los Liu tiene muchas reglas que cumplir con su antiguo líder, Roy Liu, no pueden abandonar las instalaciones pasadas ciertas horas de la noche, tampoco traer a nadie ni mucho menos salir a la ciudad sin permiso. Es como una... pequeña dictadura, por llamarlo de algún modo."

Con cada cosa que escuchaban, Prem y TaeHyung se veían más y más horrorizados.

"Pequeña dictadura..."

"Sí, bueno, ya me entendéis, esta gente es así de cerrada. Roy Liu es un completo obsesivo del control ajeno, no tiene nada que envidiarle al bonachón de su hermano, Aaron."

TaeHyung asintió, siendo que había escuchado ese nombre antes. "Ese señor era el marido de Miran, ¿cierto? Ella me habló mucho sobre él la primera noche que estuvimos aquí con Sungho. Dijo que existían muchas disputas entre ambos hermanos antes de su muerte y que, bueno... Roy acabó con él."

Los ojos de Prem se abrieron tanto tras digerir aquella noticia, que casi ganaba el récord Guinness a la persona con los ojos más grandes del mundo, apenas cabiendo en sí mismo de la sorpresa. "¡¿Lo mató?!"

Una mano se posó en su boca inmediatamente, impidiéndole seguir demostrando su incredulidad con más gritos.

"Es una historia larga, demasiado." Asentía Offroad, su gesto torciéndose. "En pocas palabras, Aaron era el líder de la manada Liu, su hermano lo desafió y perdió, así que Roy se volvió el nuevo líder. Lo desterraron, actuó por su propia cuenta reuniendo a lobos solitarios para formar una nueva manada. Así fue como todos nosotros nos conocimos desde muy pequeños..."

"Y cuando Aaron supo que su hermano pequeño se dedicaba a colaborar con dichos cazadores y traficar con los de nuestra misma especie, lo enfrentó de tal manera que Roy acabó con él." Añadió Leedo.

Prem torció el gesto, sintiendo un enorme pesar en el estómago. "Qué horror... Pobre hombre. "Supongo que era como un padre para vosotros, ¿no? Lo veíais así, al menos."

"Supones bien, polluelo. Todos los miembros de esta manada somos prácticamente huérfanos. Cachorros que o bien fueron confundidos en sus inicios con perros de etiqueta y abandonados en el bosque, o hijos cuyos padres fueron víctimas de cazadores. Tanto él como la señora Miran nos dio un hogar, una familia." Palmeando el hombro de Warut, Boun explicó, dejando escapar un suspiro. "Su pérdida fue un punto de unión para todos, especialmente con Jungkook, pero también el dolor más fuerte que hemos vivido nunca, junto a la muerte de Balam."

"Ese hombre prácticamente arruinó vuestra manada dos veces..."

Boun volvía a asentir, dándole la razón a Warut. "Exacto."

TaeHyung, que ya conocía esa historia por boca de la propia Miran, tragó saliva, su garganta volviéndose víctima de un inmenso nudo. En su cabeza, hasta ahora, no había existido la posibilidad que cazadores como Jangmin podrían haber dejado huérfanos a gran parte de aquella manada en el pasado.

"Jungkook dice que nos quedemos por aquí, no quiere que avancemos demasiado en caso de que hayan tendido alguna trampa." Al cabo de un rato caminando, Leedo y Boun hizo a todos detenerse, especialmente a los que iban escoltados.

Confundido y mirando a los demás miembros que habían avanzado en su forma animal, TaeHyung frunció el ceño. "¿Y por qué ellos sí pueden?"

"Eso."

"Porque a diferencia de vosotros dos, criaturas mías, ellos se convierten en lobos y son más ágiles a la hora de escapar si hay una emergencia clara, mientras que vosotros..." Señalándolos tras dejar su frase en el aire, Boun apretó los labios.

TaeHyung y Prem se miraron entre sí. "¿Nosotros...?"

"Pues no tanto..." Finalizaba con una dulce sonrisa. Tan dulce como falsa, por supuesto, ya que sólo se burlaba descaradamente del par de humanos.

Ambos no tardaron en fulminar al más alto, sintiéndose profundamente ofendidos.

"¿Y tú qué sabes lo ágiles que somos nosotros, pelopony?" Atacó de inmediato TaeHyung, su barbilla en alto. Boun se mostró sorprendido ante aquel atraque. Hasta el propio TaeHyung lo estaba. "Porque, te recuerdo que gracias a mi agilidad es que tu amiguito llegó vivo a casa la noche en que yo mismo tuve que dejar inconscientes a mi exnovio y tres cazadores más."

La barbilla de Boun tembló. "¿M-Me has llamado pelopony...?"

Mingyu, Leedo, Jaehyun y Offroad dejaron escapar una carcajada. TaeHyung, por su parte, dejó de prestarle atención para mirar al frente, todavía demasiado molesto como para enfrentarlo ante tal descaro. Y, aprovechando la situación, Prem le dio una patada en su parte trasera como reprimenda. Boun soltó un alarido.

"¡Oye!"

"Cállate." Siseó, sus ojos fulminantes.

Antes de que pudiera decir algo más, una alarma muy aguda y prolongada sonó, ensordeciendo a todos los presentes, quienes se vieron obligados a cubrirse los oídos para evitar escucharla.

"¡Joder! ¿Qué es esa mierda?" Warut chilló.

"Una alarma."

"Ya sé que es una alarma, gilipollas, lo que pregunto es por qué demonios suena."

La respuesta de Prem llegó de inmediato, cuando una manada de lobos grises, negros y marrones, mezclados con humanos fornidos, apareció por el camino de piedra, rodeando a un lobo algo más grande, de un pelaje platinado que brillaba bajo los focos. El corazón de TaeHyung, admirando aquella escena, se aceleró, notando que Jungkook se había transformado en un inmenso lobo azabache, también.

"¿Se supone que esto ya empieza...?"

"Eso parece, sí. Jungkook ya está preparado." Respondía Leedo, maltratando su labio inferior con los dientes.

No era un secreto que, aún si todos confiaban en su líder ciegamente, temían que Jungkook volviera a salir herido de aquel encuentro, siendo conscientes de que todavía no estaba recuperado al cien por cien cuando accedió a enfrentarse contra Daou.

"Oye y-y... ¿qué pasa en este tipo de desafíos?" Quiso saber Prem, viendo como ambos líderes se encontraban en el centro formado por los miembros de ambas manadas.

Volviendo a poner una mano en su hombro, Boun se aclaró la garganta, dispuesto a darle una respuesta que muy probablemente lo traumaría de por vida.

"Pues si uno de los dos no muere durante la pelea, quien sale mejor parado o más entero, gana."

El corazón de TaeHyung dio un vuelco por décima vez, aunque fue Prem quien alzó la voz.

"¡¿Se pueden morir?!"

"Piensa que son dos animales salvajes enfrentándose entre sí." Explicaba él, señalando la zona donde Juria, Soyeon y Yuqi se encontraban, todas ellas portando algo consigo. "¿Por qué crees que las chicas llevan lonas, gasas y ropa?"

Como era de esperar, Prem sufrió un leve mareo. "Dios mío de mi vida..."

"¿Y qué pasa si Jungkook pierde?" Quiso saber el doctor, tragando saliva.

"No va a perder." Respondía Boun de inmediato.

"Eso no es lo que he preguntado."

Los labios del rubio más alto se apretaron. "Si el sobrino de Roy Liu gana el enfrentamiento, Jungkook sería desterrado y perdería el poder sobre nuestra manada. En ese caso, además, estaríamos obligados a seguir las indicaciones de Daou y los Liu, convirtiéndonos en parte de ellos, ya que es lo que acordaron."

"¿Y si Jungkook gana?"

"Daou sería desterrado por su propia manada y, conociendo a Roy, la probabilidad de que este lo termine matando por haber perdido es muy alta, así que ya os lo podéis imaginar..."

TaeHyung dejó escapar un suspiro, incapaz de apartar sus ojos de aquel encuentro entre ambos líderes, los cuales se miraban mutuamente, fulminándose mientras se mostraban los colmillos con rabia.

"Pero nuestro jefe no puede dejar morir a ese imbécil de Daou." Añadió Leedo, despertando la curiosidad en Prem.

"¿Por qué no?"

"Porque se lo prometió a la señora Miran."

"¿La señora Miran?" Pronunció con el ceño fruncido. "¿Qué tiene ella que ver en todo esto?"

"Es su madre." Boun le hizo saber de manera breve, viéndose obligado a explayarse cuando Prem no pareció entender demasiado. "Cuando Roy mató a Aaron Liu, se llevó a Daou con él. Lo manipuló, le lavó el cerebro hasta dejarle la cabeza completamente vacía, hasta que ni siquiera pudiera recordar a su propia madre o a su padre. Era apenas un crío cuando ocurrió, así que en su cabeza apenas quedan recuerdos de la familia que Miran y Aaron formaron con él. Roy se encargó de eliminarlos todos."

Sólo entonces y comprendiendo aquella situación con una sensación de pesadez inconfundible en el pecho. Prem asintió, incapaz de poder tomar la palabra siquiera. Notando su repentino malestar, TaeHyung se preocupó, aunque no pudo decir nada cuando un grito ensordecedor sonó a lo lejos, obligándole a desviar sus ojos hacia el lugar del encuentro.

Daou se había lanzado al cuello de Jungkook sin previo aviso, aprovechando un leve descuido del azabache para dejarlo fuera de sí en el primer ataque. Sin embargo (y para el bien de un pobre TaeHyung que había comenzado a temblar de manera descontrolada), Jungkook logró apartarse con rapidez, esquivando el par de colmillos largos y afilados de alcanzar su yugular.

"Tramposo." Gruñó sólo para que el otro pudiera oírlo.

Este se rio en su cabeza, haciéndole ver que poco le importaban sus acusaciones, pues no era ningún secreto que no existían reglas establecidas en aquellos duelos entre líderes.

"No tengas mal perder, Jeon... Sé que va a ser duro seguir adelante sin tu manada una vez acabe contigo, pero lo conseguirás."

La sangre del azabache hirvió. Imaginarse sin los miembros de su manada, la familia que él mismo había elegido después de merodear solo por el bosque desde que era un cachorro, no era algo que estuviera por la labor de hacer. Cualquier cosa menos eso.

"¿Duro? Duro será para ti asimilar que, en cuanto pierdas, tu tío va a darte la patada en el culo que lleva años esperando, Daou." Escupió de vuelta. En estos momentos deseaba poder ver su rostro, incluso si estaba sonriendo cínicamente como siempre solía hacerlo, creyéndose con la razón absoluta. "Del mismo modo en que le hizo a tu padre."

Como era de esperar (y de hecho, con esa intención lo hacía), aquellas últimas palabras desataron la rabia en él. Y es que aún sin recuerdos vivos de sus familiares más cercanos, Daou no quería aceptar el hecho de que su padre había muerto a manos del hombre que le había dado un hogar, un apellido y un puesto en aquella manada. No podía asimilarlo dado a la venda tan apretada que cubría sus ojos. Aún así, solo con mencionar a Aaron Liu, reaccionó de manera agresiva, tratando de lanzársele a la yugular por segunda vez.

"Oh... ¿eso te enfada?" Se burló, levantando las orejas mientras sus ojos oscuros le mantenían la mirada a los impropios. "¿No te gusta hablar de tu padre, Daou?"

Un gruñido resonó por todo el bosque.

"No me importa." Escupió la ronca voz de Daou, quien había perdido todo rastro de paciencia, en la cabeza del azabache. "Mi padre se llama Roy Liu y está más vivo que nunca, Jeon... A diferencia de ti."

Acto seguido y por tercera vez, Daou se le lanzó encima, producto de una rabia que no le venía nada bien en estos momentos, pues esta le cegó, provocando que ni siquiera fuese capaz de esquivar las garras que Jungkook le hincó en el rostro. Desorientado, torpe y herido, el líder de los Liu se tambaleó, dándole aún más ventaja al azabache, quien lo doblegó sobre sus patas, obligándole a quedar bajo su cuerpo, presionándole la cabeza contra el suelo, pudiendo gruñirle al oído.

"Tu padre se llamaba Aaron Liu y era mi padre también, pedazo de imbécil." Escupió, su voz resonándole en los oídos. "Ese hombre al que tanto idolatras, su propio hermano, se encargó de matarlo. Del mismo modo en que hará contigo cuando este duelo termine."

Daou gruñó más fuerte, zarandeándose en busca de la libertad. "¡Cállate!"

"¡Vamos, Jungkook!" Las voces de Soyeon, Juria y demás miembros de su manada sonaron, llenándole el pecho de orgullo tras reconocerlas.

"¡Muévete, Daou, idiota!"

Por otro lado, la manada de los Liu observaba aquella situación con desagrado y decepción, siendo la viva imagen de lo que Roy Liu, en lo alto de aquellas altas torres, sentía por su propio sobrino al darlo por perdido.

"Ninguna de esta gente que te rodea siente un mínimo de respeto por ti, Daou, abre los ojos de una maldita vez, ¿quieres?" Siguió diciendo, permitiéndole zafarse de su propio agarre cuando lo soltó. "Tu tío no siente nada por ti, no significas nada para ese hombre repugnante. Sólo eres un experimento que salió mal, un peón..."

Las patas delanteras de Daou temblaron, producto de la rabia y la impotencia que sentía. "¡Que te calles!"

Y tan pronto como quiso hincar sus garras en el rostro de Jungkook, del mismo modo en que este se lo había hecho a él anteriormente, su cuerpo cedió, perdiendo el equilibrio y dándole la oportunidad que Jeon necesitaba para acabar consigo, rasgándole el pecho y la garganta con sus filosas garras. Daou jadeó, su gruñido adolorido mezclándose con los ruidos de lamento que su propia gente (o a quienes él consideraba como tal) emitió al saber que había perdido aquel duelo.

La escena, a ojos de un TaeHyung que analizaba todo desde la lejanía, era simplemente grotesca. Dos animales salvajes peleándose con uñas y dientes para marcar territorio, por un puesto, en una guerra sanguinaria donde, casi por obligación, uno de los dos debía morir sí o sí. Sólo que no parecía ser Jungkook quien fuese a hacerlo. Aquello era, sin duda alguna, un alivio, pero por nada del mundo producía nada bueno en él. No cuando sabía de antemano que la otra persona claramente estaba sufriendo.

"Dios santo, qué puto asco..." Expresaba Prem, apartando la mirada cuando el pelaje del primer lobo comenzó a empaparse de su propia sangre. "Creo que voy a vomitar..."

"Ven aquí, pollito."

De inmediato, Boun le hizo darse la vuelta, quedando de cara a los matorrales para que pudiera recuperarse cuando las arcadas iniciaron, mientras con una de sus manos le frotaba la espalda. Para ser un zoólogo profesional que había visto cosas impensables, era bastante sensible a la sangre y vísceras.

"Es demasiado grotesco, joder..."

"Tranquilo, respira hondo y cálmate." Le decía el rubio más alto.

Daou ni siquiera tuvo fuerzas para decir algo más, para defenderse. Demasiado adolorido, lleno de impotencia y odio hacia sí mismo por haber entrado en el juego de Jeon. Un juego que, sin ser consciente, él mismo había iniciado.

"¡Jungkook, Jungkook!"

Mirándole desde arriba, a sus ojos cansados y su expresión adolorida, supo que, si le provocaba algún daño más al tipo que yacía seminconsciente frente a él, Miran nunca se lo perdonaría. Aaron tampoco. Y no podía decepcionarlos, por lo que dio varios pasos hacia atrás, alejándose para que supiera que no moriría esa noche.

"Fuera de aquí. Fuera todos de aquí, vamos." Juria, Soyeon y Yuqi se encargaron de empujar a la multitud que, decepcionada, observaba a su intento fallido de líder.

El lobo malherido escupió su propia sangre, viendo a los que él consideraba su familia alejarse del círculo sin siquiera mirarlo, a excepción de unos pocos que se limitaron a darle miradas de lástima o desprecio. Daou sabía muy bien lo que eso significaba. Roy Liu, su tío, acababa de desterrarlo.

"No querer pelear con alguien que no puede defenderse es algo que nos enseñó el mismo hombre." Susurró sin quitarle los ojos de encima.

Mirándole una última vez antes de desplomarse, le permitió ver un par de ojos vacíos, tan sólo llenos de tristeza y miedo, que tan pronto como no pudo soportar más la vergüenza y el dolor, se cerraron, aceptando una derrota con la que no contaba, pero llevaba su nombre.

Jungkook suspiró, esperando a que Juria llegase con ropa para poder volver a su forma humana. Afortunadamente, no tardó demasiado, apareciendo tras él con una manta gigantesca, una camisa semiabierta y pantalones anchos que nada más transformarse le ayudó a colocarse. Poniéndose en pie, ya vestido, observó el cuerpo inconsciente de aquel al que acababa de derrotar, dejando escapar un prolongado suspiro. Aaron hubiese odiado presenciar esto. Y él también lo hacía.

"¿Qué quieres que hagamos con él, jefe?" Jaehyun, Mingyu y Leedo llegaron con él, acompañados por Yuqi.

"Llevadlo a una de las camionetas, se viene con nosotros al refugio." Ordenó, tragando saliva, mientras su ojos buscaban la figura de Roy Liu a lo lejos, en la mansión donde aquella manada residía.

Su respuesta no dejó indiferente a nadie, mucho menos a Soyeon, su hermana pequeña.

"¿Va a venir con nosotros?"

Él asintió. "Es lo que Aaron hubiese querido y lo que Miran merece. Es su hijo después de todo, Soyeon."

"Tienes razón, sí..."

Ella también asintió, incluso si la idea no le gustaba. Jungkook no podía culparla, siquiera, pues no era la que más emoción le causaba, eso seguro.

Viendo como Mingyu y Jaehyun levantaban el cuerpo de Daou, Jungkook definitivamente apartó la mirada de aquella mansión al no encontrarse con nadie (incluso si sabía que Liu estaba allí, observando todos y cada uno de sus movimientos, como siempre), dándose la vuelta en busca de una manada que esperaba por él. Aquellos que ni siquiera demostraban sorpresa tras su victoria, pues ya contaban con ella. A excepción del doctor Kim, quien parecía aliviado por el claro ganador, encontrando sus ojos brillantes a través de la multitud y esbozando una sonrisa que sólo le dedicó a él.

«Te dije que ganaría, doctor.» Dijo, usando su voz de alfa especialmente para que solo TaeHyung pudiera escucharle cuando esta se reprodujo en su cabeza.

El rubio se quedó helado por unos segundos, suspirando y zarandeando la cabeza, volviendo a buscarle entre la multitud. Aunque, para el momento en que lo hizo, Jungkook ya había desaparecido.

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