N/A: Ni siquiera sé cómo explicarme a mí misma que ya llevo veinte capítulos escritos a tan sólo un mes de haber empezado la historia xD
Cap dedicado a Sonrmy_x ♡♡
Hoy os recomiendo 'word vomit' de kenzie, gracias al Descubrimiento Semanal por empezar mi semana con algo tan relacionable.
[...]
TaeHyung y Prem se prepararon para volver a la ciudad tan sólo doce horas después, antes de que anocheciera y el cierre de los supermercados le impidiera llenar su nevera casi vacía. Afortunadamente, TaeHyung había logrado sobrevivir a la energía de un líder de manada egocéntrico, impulsivo y con una lengua demasiado activa (en todos los sentidos), exitosamente, pero no parecía ser algo duradero. Pues, tal y como había dicho el propio Jungkook, tendrían que verse más de lo que a él le gustaría, pues se comprometió a llevar un seguimiento exhaustivo del estado de Haon.
Al otro lado del complejo, con un cigarro en mano y la compañía de su fiel amigo, Jungkook se encontraba, esperando que los invitados salieran de la cabaña para marcharse y así poder hacerlo él también.
"¿No te resulta raro nada de esto, jefe?" Cuestionaba Boun, quien se encontraba intranquilo tras la llegada del doctor Kim y su amigo. Sin entender muy bien a lo que se refería, Jungkook le observó, dejando escapar el humo por la boca. "Quiero decir, ese par dicen ser humanos, aseguran no tener ni una pizca de sangre híbrida, pero yo estoy convencido de que mienten. No es posible que eso sea cierto cuando ambos claramente responden a la voz del alfa y son sensibles a las feromonas."
El ceño del azabache se frunció repentinamente. "¿Y cómo sabes tú que son sensibles a las feromonas?"
Boun se limitó a encogerse de hombros. Jungkook bufó.
"De todos modos, déjalo estar, ¿vale? Hay cosas más importantes de las que ocuparnos que la verdadera identidad biológica de dos individuos a los que ni siquiera conocemos."
"Lo dices como si hace un momento no me hubieras pedido mantenerlos vigilados en caso de que ese cazador, Choi Jangmin, apareciera para llevárselos de nuevo." Señaló, sus cejas alzadas la segunda vez que su jefe le observó, fulminándolo. "No me mires así, jefe, en algún momento vas a tener que admitir en voz alta lo que todos ya sabemos..."
Jungkook mantuvo su mirada fulminante sobre él hasta que Boun retiró lo que había dicho, visiblemente intimidado, aclarándose la garganta y dando un par de pasos hacia atrás por instinto.
"O no, ¿eh...? Yo sólo decía..."
"Ignorando eso último y respondiendo a lo que has dicho, me preocupa que estén solos ahí fuera cuando hay un grupo de cazadores al acecho capaz de hacerles cualquier cosa, así que independientemente de lo que sean o lo que no, haré todo lo que esté en mi mano por protegerlos." Le dijo, lanzando los restos de la colilla al suelo y pisándola con su bota, para luego lanzarla a una bolsa de basura cualquiera. Boun asintió. "Recuerda que es gracias a ese doctor que Sungho y Haon siguen con nosotros."
"Lo recuerdo todos los días, jefe, créeme." Aseguraba, viendo a los visitantes aparecer por la puerta. "En fin, me marcho ya a hacer mi trabajo."
"Bien. Mantenme informado, no lo olvides."
"No lo haré, descuida."
"Es una pena que os tengáis que ir tan pronto de aquí, señor Kim, amigo del señor Kim..." Se quejaba Leedo, caminando junto a ellos sin ser consciente de la mirada fulminante que acababa de recibir por parte de Prem. "Todavía no habéis podido probar mi famoso plato de jajangmyeong con tocino fresco. El jefe dice que es tu comida favorita, señor Kim."
TaeHyung se sintió repentinamente fuera de lugar. "¿Cómo sabe tu jefe..."
Y, con una sonrisa, Leedo se encogió de hombros. Jungkook sabía más cosas de las que podía decir en voz alta y eso no parecía ser una sorpresa para nadie más que él propio TaeHyung, quién no podía evitar mostrarse inseguro al respecto.
"Ni nosotros probar tu comida ni tú aprenderte nuestros nombres. Me llamo Prem, no "amigo del señor Kim", que es TaeHyung, por cierto." Recriminaba Prem.
Esta vez, la risita de Leedo fue casi avergonzada. "Soy muy malo con los nombres, lo siento..."
TaeHyung negó con la cabeza, restándole importancia.
"De todos modos, no te preocupes por lo de la comida. Todavía tengo que ocuparme del seguimiento de Haon, por lo que vendré dentro de unos días para hacerle sus respectivos análisis y enviárselos a Namtan. Yuqi me mantendrá informado mientras tanto de su estado."
Los ojos del peliverde se iluminaron con una rapidez impresionante. "¿Vais a volver?"
"De forma totalmente puntual, pero sí... Eso parece."
TaeHyung no estaba emocionado en absoluto de darle una respuesta afirmativa a su pregunta, pero no le quedaba de otra. Trabajo era trabajo, y muy desafortunadamente, el suyo estaba ligado ahora mismo a la manada de aquel hombre tan insoportable como egocéntrico.
"¡Genial!" Su grito repentino sobresaltó a ambos.
"Ay, coño..."
"Joder..."
"...en ese caso, prepararé mi famoso jajangmyeong con tocino fresco en cuanto vengáis, como agradecimiento, así no os volvéis a ir de aquí sin probarlo." Sin ser consciente de las dos bajas que estuvo a punto de causar con su entusiasmo, Leedo siguió hablando. "Os aseguro de que en cuanto lo probéis, tendréis una nueva razón por la que volver lejos de Haon. Es adictivo."
"De acuerdo, te tomo la palabra, Leedo." Accedía el doctor Kim sin titubear siquiera.
Un plato de su comida favorita no se lo iba a negar a nadie, muchos menos si era su recompensa por tener que soportar a semejante imbécil de Jeon Jungkook.
"Y yo." Asentía Prem, mirando a su alrededor. "Por cierto, ¿dónde está tu jefe?"
Jungkook, que hacía relativamente poco estaba por los alrededores, había desaparecido de la nada. Leedo, como cada vez que le preguntaban, no supo qué responder, encogiéndose de hombros.
"A saber..."
Juria, Yuqi y Soyeon, que era la hermana pequeña del clan Jeon, aparecieron por un caminito de piedra que conectaba aquel complejo de cabañas con el bosque y conducía al huerto, separándolos también así del verdadero garaje (pues aquella puerta de metal parecía ser realmente el estudio de un miembro al que TaeHyung, afortunadamente, no había tenido el placer de conocer), y otras zonas a las que no habían accedido aún.
Ellas se les acercaron, brillantes y amplias sonrisas en sus rostros apareciendo mientras lo hacían.
"¿Ya os vais, doctor y compañía?"
Prem dejó escapar un bufido. "Nada, oye... Que ni teniendo sólo tres míseras letras en el nombre, la gente se lo aprende..." Mascullaba para sí mismo, indignado. Afortunadamente, ninguna de ellas pareció escucharle.
En su lugar, TaeHyung asintió, siendo el único en haber escuchado el comentario ajeno y llamándole la atención con un discreto pero doloroso codazo en las costillas, devolviéndoles la sonrisa. "Sí, ya es hora de volver a casa. Tenemos que pasar por el supermercado para comprar algunas cosas y yo debo prepararme bien para ir a trabajar mañana en mi turno de noche."
"¡¿Trabajas de noche en el hospital?!" Asombrado por lo que acababa de oír, Leedo y sus ojos saltones inquirieron, mirando al doctor como si esa fuese la primera vez que escuchaba tal cosa.
"Eh, ¿sí...?" Esta vez, fue él quien no supo qué responder ante algo tan obvio. "Depende del día trabajo por la mañana, por la noche o en el turno de veinticuatro horas, al menos una vez en semana. Hay días en los que no trabajo y descanso, ya sabes, cosas de hospitales y eso..."
Leedo parecía muy sorprendido.
"Wow... No sabía que los hospitales abrían por la noche."
"Claro que lo sabes, si siempre que hemos ido por una urgencia ha sido por la noche." Yuqi tuvo que recordarle, al ver las muecas impactadas del doctor y compañía. Ella rio, visiblemente avergonzada. "No le tengáis en cuenta estas cosas, Leedo siempre hace guardia por la noche debido a sus episodios de acromatopsia, entonces está acostumbrado a la vida nocturna desde que tiene uso de razón, lo cual no es mucho tiempo, pero bueno... El caso es que no distingue entre la noche y el día."
Sin borrar la sonrisa en su rostro, él asintió. "Exacto."
Sólo de esa forma, ambos, TaeHyung y Prem, comprendieron. "Oh, claro... Tiene mucho sentido, entonces."
"Es la primera vez que veo a alguien con un caso de acromatopsia por episodios y sobre todo en híbridos, qué raro... ¿No te resulta complicado ver prácticamente el mundo en escala de grises sólo de vez en cuando?" Prem cuestionó, incapaz de ocultar su curiosidad por aquel tema. "¿O es que naciste así?"
"Tuve mi primer episodio de acromatopsia entrando en la adolescencia, con trece años. La desarrollé a raíz de mi primer celo y cada cierto tiempo vuelve, sobre todo cuando tengo mucho estrés acumulado. Y sí, es complicado, pero bueno... Supongo que te acostumbras, ¿no? Yo ya estoy acostumbrado, me adapto fácil a todo."
Esbozando una sonrisita, TaeHyung tan sólo observó al peliverde con una clara admiración. Le gustaba mucho la forma que tenía aquel muchacho de afrontar la vida y adaptarse, no era fácil encontrar a personas con ese positivismo y una energía tan arrulladora. Era agradable.
"Adaptarse fácil a cualquier situación es una virtud que a muchos les gustaría..." Comentó Prem, logrando sacarle los colores a Leedo.
Yuqi y Juria abrazaron fuertemente al peliverde.
"Este muchacho está lleno de virtudes, desde pequeño."
"Sí, aunque lo único malo que tienes es que es un poco tonto... Pero nosotros también podemos adaptarnos a eso."
Bufando, el susodicho las separó con desgana, mostrándose ofendido. "Gilipollas..."
Prem y TaeHyung dejaron escapar una pequeña risita, este último disimuladamente mirando a su alrededor en busca de alguien que seguía sin aparecer por ningún lado. Alguien a quien ni siquiera debía estar buscando en primer lugar, pero su consciencia actuaba por sí sola a veces, como si no pudiera controlarla.
Dejando escapar un suspiro tras encontrarse a sí mismo mirando alrededor más de lo que debería, incómodo, se aclaró la garganta.
"Bueno, chicas y Leedo, ha sido un placer conoceros y pasar este tiempo aquí con vosotros, aunque hayáis estado a punto de causarme varios infartos seguidos y casi tema por mi vida al pensar que me habíais secuestrado... Pero es hora de que nos marchemos a casa, está anocheciendo y odio conducir por la autopista cuando se vuelve muy oscuro."
Prem asintió, su gesto torciéndose. "Sí, ya deberíamos estar llegando al centro y seguimos aquí... Nos cerrarán los supermercados a este paso."
"Cierto, cierto, os tenéis que ir, no lo recordaba." Yuqi sonrió. "En ese caso, no os quitaremos más tiempo. Yo te mantendré informado de todo lo que vaya ocurriendo aquí con respecto a Haon, ¿de acuerdo, doctor? Te mandé un mensaje para que guardaras mi contacto esta mañana, creo que lo has recibido, aquí dentro la conexión es mucho mejor que en el resto del bosque, gracias a Taesan."
"Lo he recibido, sí, no te preocupes. Puedes contactar conmigo en caso de emergencia y por cualquier duda que tengas, ¿vale? No tengas vergüenza ni reparos en hacerlo."
La sonrisa de la muchacha se ensanchó. "Claro, muchas gracias, doctor. Estaremos en contacto."
TaeHyung le devolvió la sonrisa.
"Eso es."
Así mismo y despidiéndose de todos los miembros que (incluso si conocerlos previamente) se cruzaban en su camino de vuelta, el par de amigos se dirigía al garaje donde esa misma mañana, temprano, Jungkook se había encargado de dejar el coche de TaeHyung. Visualizando a su alrededor en busca de aquel hombre una última vez, teniendo la esperanza silenciosa de encontrarlo, TaeHyung prefería no preguntarse cómo había logrado recuperar su coche, siendo que ni él mismo recordaba dónde quedaba la cabaña ni mucho menos la zona de aparcamiento. Suponía, entonces, que debía tratarse de algún instinto animal.
"Es todo un milagro que no te hayan robado el coche..." Decía Prem, adentrándose en este por el lado del copiloto y tomando asiento, dejando escapar un suspiro. "Dios... Estoy tan cansado que tengo la sensación de que acabo de sentarme en una nube."
TaeHyung rio mientras se ponía el cinturón. "Hemos pasado ahí dentro menos de cuarenta y ocho horas y se han sentido como dos semanas..."
"Y qué lo digas."
"Creo que, de hecho, podría categorizar este fin de semana como el más surrealista de mi vida." Siguió diciendo, esta vez reincorporándose en la carretera. Su sonrisa se borró al recordar lo que en realidad había sucedido. "Bueno, y el más traumático, también... ¿Quién iba a decirme que mi novio planeaba meterme en una red que trafica con híbridos?"
Prem inmediatamente puso una mano en su muslo para demostrar apoyo. "No pensemos en ese esperpento, ¿de acuerdo?" Pidió, frotándole con suavidad. El rubio asintió. "Y no vuelvas a referirte a él como tu novio, o voy a darte tal bofetada que vas a amanecer con el flequillo en la nuca."
Una carcajada abandonó los labios de TaeHyung, quien accedió al instante, siendo consciente de que Jangmin ya no merecía ese título en su vida.
"Entendido, entendido..."
"Bien, así me gusta." Asintió. "¿Qué te parece si después de comprar todo lo que necesitemos, pedimos algo de comida a domicilio mientras vemos una película o algo? Ya sabes, para recuperarnos del mal rato y volver un poco a nuestra normalidad."
"Me parece una idea estupenda, sí. ¿Qué te apetece que pidamos?"
El pelinegro se mostró pensativo. "Hmmm... ¿Quieres pizza?"
A TaeHyung prácticamente le rugió el estómago antes de decir:
"Oh, por supuesto que quiero pizza."
"¡Me apunto!"
La voz de una tercera persona resonó en las cuatro puertas del coche, sobresaltando al par de amigos que no tardaron en gritar al momento exacto en que un individuo alto, de cabello rubio y sonrisa brillante apareció de un brinco en los asientos traseros, donde debía llevar escondido un buen tiempo. El susto fue tal, que TaeHyung dio un volantazo, logrando recuperar el control del coche y estacionándose a un lado del arcén, respirando hondo.
"¡La madre que me parió!"
"¡¿Qué ha sido eso?!" Prem gritó, dándose la vuelta para descubrir de quién se trataba. "¡¿Tú de dónde has salido?!"
Por su parte, el individuo se veía fresco y reluciente, como si no hubiese estado a punto de causar un accidente. Para TaeHyung, cuyas manos temblosas alcanzaron su propio pecho, sintiéndose el corazón acelerado, no fue complicado reconocerlo como ese miembro de la manada tan cercano a Jeon Jungkook, aunque su nombre se le escapaba del conocimiento.
"Estaba..."
"¡¿Qué hacías ahí atrás escondido, pedazo de mononeuronal?!"
"El jefe me pidió que os mantuviera vigilados y eso es lo que estoy haciendo." Explicó como si no fuera la gran cosa. "Hoy seré vuestro acompañante."
"Y una mierda, largo de aquí."
"No, qué va."
"Que te largues. ¡Fuera!"
Todavía intentando recuperarse del susto previo, TaeHyung respiró hondo mientras el caos ocurría a su alrededor, la voz de Prem y aquel individuo sonando por encima de sus pensamientos ajetreados.
"Tengo que cumplir con lo que me ha pedido el jefe, así que no iré a ninguna parte te pongas como te pongas."
"Me importa una mierda lo que tu jefe diga, te largas de aquí ya." Insistía Prem. "No puedes simplemente entrar en el vehículo de alguien como si nada, esconderte en la parte de atrás como un verdadero acosador y casi provocar un accidente para luego actuar como si nada. No queremos ningún acompañante y menos a ti."
El chico rubio, ni corto ni perezoso, bufó, teniendo la desfachatez de mostrarse ofendido. "¿Acaso quieres que te de un catálogo con todos los miembros de la manada para elegir?"
"Lo que quiero es que te largues y nos permitas irnos a casa."
"Podéis iros a casa, si para eso estoy aquí." Señaló la carretera como si fuera obvio. "¿O es que esas orejas que tienes colgando de la cara no te sirven de nada? No os estoy impidiendo volver a casa, sino acompañando porque el jefe así me lo pide. Por vuestra seguridad."
Otro bufido sonó, esta vez perteneciéndole a Prem. "¿Nuestra seguridad? ¡Casi provocas un accidente, animal!"
"¡No ha sido mi intención, humano!"
El ceño de Prem se frunció, repentinamente confundido. "¿Por qué me llamas humano?"
"No lo sé..." Confundido también, se encogió de hombros, para acto seguido actuar a la defensiva, tal y como un niño pequeño lo haría. "¿Por qué tú me has llamado animal a mí?"
"Porque razonas como uno."
"¿Y cómo razonan los animales, si se puede saber?"
"No lo hacen." Respondió, escuchándole bufar por segunda vez.
"¿Podemos dejar esta conversación de niños para otro momentos y centrarnos en lo que acaba de pasar?" Pronunciaba TaeHyung, que acababa de recuperarse -casi- al cien por cien del susto anterior, tragando saliva. Sólo de esa forma, Prem y el individuo se quedaron callados. "Mira... Sinceramente ahora mismo no recuerdo tu nombre, así que dirigirme a ti va a ser un poquito complicado."
"Boun." Respondió. Prem bufó al instante de escucharlo, recibiendo una mirada fulminante por su parte. "¿Qué? ¿Tienes algo que decir?"
Afortunadamente, él se quedó en silencio, haciéndose el desentendido.
"Boun, muy bien, bonito nombre..." Volvía a hablar TaeHyung, agradeciendo que no se había desatado una nueva guerra entre ellos, suspiró. "A lo que iba, Boun, es que no sé por qué tu jefe ha querido que te escondas en mi coche, nos des un susto de muerte y casi nos matemos los tres contra las vallas quitamiedos, pero..."
De nuevo, este le interrumpió, zarandeando la cabeza en señal de negación. "Oh, no, no, a mí nadie me ha pedido que me esconda en ningún coche. Ni siquiera estaba escondido, en primer lugar." Explicó. "Me pareció escuchar a un animal mientras os esperaba fuera y aproveché que el coche estaba abierto para investigar."
"¿Un animal...?"
"Sí. Resulta que tenías una ardilla habitando en el maletero desde el sábado..."
TaeHyung dio un brinco, chillando. "¡¿Una ardilla?!"
"Eso he dicho, sí." Asentía Boun, sin inmutarse siquiera por su grito. "Aunque por suerte la he devuelto a su hábitat. Te había dejado el suelo y los asientos llenos de piñas y piñones, así que los estaba limpiando." Le hizo saber, mostrando la palma de su mano donde había almacenado varios frutos secos. "¿Veis?"
"¿La has sacado de mi coche?"
"Claro."
Escuchándole decir aquello, el doctor pudo respirar con normalidad. "Dios, menos mal... Podría morirme, otra vez, sólo con pensar que tengo una ardilla en los asientos traseros..."
"Pues ahora tienes un hombre lobo, no sé qué es peor..." Dijo Prem, siendo fulminado una vez más.
"Tenerme aquí es lo mejor para vosotros, ya que lo dices, graciosillo."
Prem puso los ojos en blanco. "Ya, sí, seguro..."
"Lo digo en serio. Mi jefe me ha pedido que os mantenga vigilados y a salvo porque sabe que soy el mejor para esto. Soy ágil, rápido, tengo muy buenos reflejos y estoy alerta todo el tiempo. Uno de mi especie sin esas mismas características, ni siquiera habría sido capaz de escuchar a la ardilla y ahora probablemente tendríais que convivir con ella y conmigo a la vez." Señalaba. TaeHyung, sólo de pensarlo, sufrió un escalofrío.
"Dios, no..."
"Por eso es bueno que esté aquí y sea quien cuide de vosotros."
"Casi nos matas." Volvía a recordarle el pelinegro.
"Dilo otra vez, que no me he enterado todavía, pesado de los cojones..." Bufaba. "Ya he dicho por qué estaba ahí atrás y por qué estoy aquí en general, así que podéis retomar el camino porque de aquí no me voy a mover hasta que mi jefe me lo ordene. Y no creo que queráis discutir con un hombre lobo."
TaeHyung zarandeó la cabeza, intentando hacerse un resumen mental de todo lo que había dicho en el último minuto. "A ver, a ver... ¿Dónde está tu jefe y por qué, en lugar de venir él, te envía a ti?"
"Jungkook está con Sungho."
"¿Y quién demonios es Sungho?" Cuestionaba el pelinegro.
"El bebé." Respondieron ambos a la vez.
"Ah..."
"Se queda con una mujer que solía cuidarnos a todos los que ahora formamos parte de la manada, ya que es más seguro para él que estando aquí con nosotros... Por razones obvias, el refugio es un sitio muy peligroso para un bebé ahora mismo. Hay muchos cazadores ahí fuera que podrían llevárselo en cualquier momento." Explicaba, suspirando al ver sus muecas consternadas. "Pero no puede dormir si Jungkook no está cerca, así que todas las noches va a verlo y estar un rato con él, hasta que se duerme. Y me ha enviado a mí porque soy la persona en quien más confía, fácil y sencillo."
"Cómo serán los demás si tú eres su confidente, entonces..." Silbaba Prem, horrorizado, siendo -como era de esperar- fulminado al instante en que abrió la boca.
"Voy a ignorarte durante todo el tiempo que esté aquí a partir de ahora, que lo sepas." Le advirtió Boun, acomodándose en el asiento trasero. "Por favor, doctor, procede a conducir. He oído que queríais pasar por un supermercado antes y si seguimos aquí parados, no vamos a llegar a ningún sitio. Oh, y me apunto a lo de la pizza."
El ceño de Prem no tardó en fruncirse. "Pero, ¿cuánto tiempo se supone que vas a quedarte?"
Tal y como había dicho, Boun se quedó en completo silencio. El pelinegro golpeó el brazo de su amigo, que luchaba por reincorporarse en la carretera a duras penas, pensando en que, ahora, tendría que ir por ahí con un guardaespaldas, para que tomase la iniciativa de preguntar en su lugar. TaeHyung así lo hizo.
"¿Cuánto tiempo se supone que vas a quedarte?"
"Hasta que Jungkook me lo diga."
"¿Y eso es...?"
"No sé, probablemente cuando esté libre para tomar mi relevo y ocuparse él de esto." Encogiéndose de hombros, dijo. "No sé cuánto será eso con exactitud, pero espero que me dé tiempo a pedir la pizza, al menos..."
TaeHyung dejó escapar un suspiro, accediendo aún si no era lo que quería. "Vale... Supongo que la cosa es muy seria si el jefe de una manada de lobos nos ha enviado a su mejor hombre para cuidar de nosotros."
"Por desgracia lo es, doctor."
"Ya veo..."
Suspirando, Boun apretó los labios. "Puede parecer una tontería para vosotros, los humanos, pero lo cierto es que esos cazadores son más peligrosos de lo que pensáis. Tal vez tú no lo veas porque uno de esos solía ser tu novio y pensar en él de esa forma te resulte complicado, pero lo que le hicieron a Balam es la prueba de que están podridos por dentro."
De nuevo, el doctor asintió, aunque fue Prem quien tomó la palabra en su lugar.
"¿Cómo sabéis a ciencia cierta que fue Jangmin quien hizo todo esto?" Quiso saber, viéndose obligado a añadir inmediatamente después: "No lo pregunto porque quiera exculparlo, sólo Dios sabe el asco que le tengo a ese ser, pero me gustaría saber si hay evidencias que lo muestren."
"Tenemos varias pruebas, en realidad. Sus mensajes con Haon antes de lo sucedido, imágenes de él en una reunión con Roy Liu, Haon y sus secuaces y las cámaras que directamente lo sitúan en el lugar de los hechos."
"¿Hay imágenes?" Cuestionó TaeHyung, mirándole a través del retrovisor.
Boun asintió. "Taesan las consiguió a su manera, pero sí. El jefe no quiso que se te mostrasen bajo ningún concepto para no involucraros."
"Oh, ya... Entiendo. Taesan es ese chico informático, ¿verdad?"
"Exacto."
"El que se encargó de meterme un virus en el teléfono para que tu jefe pudiera mantenerme vigilado aún si prometió no volver a aparecer delante de mí nunca más... ¿no?" Sus cejas se elevaron, encarando a través del espejo retrovisor. Boun palideció, causándoles una carcajada a Prem y a él.
El camino al centro de Seúl fue más calmado, pues Boun había resultado ser un buen tipo a pesar de casi matarlos del susto, haber retenido a Prem en contra de su voluntad la noche anterior y no haber terminado de recoger los frutos secos que las ardillas dejaron tiradas a sus pies, aún si esa fue la razón principal de que entrase primero y le llevase a casi provocar un estrepitoso accidente de tránsito.
Se detuvieron en el primer centro comercial que vieron, saliendo del coche y siendo seguidos por el rubio más alto, quien se había tomado completamente en serio su papel de guardaespaldas, convirtiéndose en la burla de Prem. Luego, con todo lo necesario para llenar nuevamente la despensa de TaeHyung, volvieron al coche y condujeron hasta la urbanización del susodicho mientras el guardaespaldas se encargaba (casi había suplicado por ello, en realidad) de encargar la pizza, temiendo que la elección del doctor o su amigo, le dejaran sin su preciada cena.
Por ello mismo y dos horas después, dos hombres adultos y un hombre lobo en su forma humana se encontraban a oscuras en el extenso salón, disfrutando de dos pizzas familiares y una película que, contra todo pronóstico, Boun, sentado cómodamente en un sillón, mientras que el dueño del apartamento y compañía se encontraban en el sofá más grande, ni siquiera se estaba molestando en entender.
"Entonces, ¿quién narices se supone que es el asesino?" Cuestionaba él, mirando la pantalla como si nunca antes hubiese visto una película de thriller.
"La niña." Respondieron ambos al unísono.
"¡¿La niña?! Pero si tiene como tres años..."
Dejando escapar una carcajada ante el modo en que sus ojos parecieron salirse de sus cuencas, TaeHyung se encontró a sí mismo acostumbrándose demasiado rápido al hecho de tener a un desconocido sentado en su sofá como si nada. Por supuesto, no iba a darle demasiadas vueltas a que dicho desconocido era, también, un cambiaformas.
Prem dejó escapar un bufido (el décimo en lo que llevaban de noche), poniendo los ojos en blanco. "¿Es que nunca antes has visto una película de este estilo? Los asesinos siempre son los frikis, niños pequeños o las señoras muy amables. Es un patrón."
"El hecho de que esté poseída por un demonio de ciento ochenta años también tiene mucho que ver..." Señalaba TaeHyung, dándole un sorbo a su vaso de agua.
"Sí, también."
"No suelo consumir este género, la verdad." Encogiéndose de hombros, dijo, fastidiado al notar que se había comido sus respectivas porciones ya. "Todo lo que tenga que ver con la intriga me pone de los nervios... Se me queda un nudo en el estómago que no sé si es parte de la experiencia o un aviso de que estoy por cagarme encima."
TaeHyung soltó una carcajada mientras que el pelinegro, a punto de meterse en la boca su último trozo de pizza, se detuvo al instante, las palabras de Boun a punto de producirle tal carcajada que el hambre se evaporó de su sistema.
"Estupendo, gracias... Ya me has quitado el hambre." Masculló, teniendo la intención de dejarlo nuevamente sobre la mesa.
Boun se le adelantó, arrebatándoselo de las manos. "Genial, más para mí." Dijo, y tan pronto como esta llegó a sus manos, la engulló como si no hubiera un mañana. La mirada en los ojos de Prem no tenía precio. Nunca antes había visto algo igual.
"Madre mía, es como ver una planta carnívora en cámara rápida..."
La sonrisa que el rubio le dio fue amplia, mientras masticaba un trozo de comida que no le pertenecía. "Gashias, me lo dichen mucho."
Prem apartó la mirada con desagrado ante tal imagen, aprovechando que su teléfono comenzó a sonar para dejar de verlo. Por supuesto, TaeHyung seguía riendo como si nada, pues parecía muy entretenido con la simple presencia de aquel individuo, a quien le entregaba los tres trozos que no planeaba comerse.
"Toma, quédate con estos también."
"Gachiach."
"De nada, de nada..." Reía, fijándose en Prem, que ahora miraba su teléfono con una mueca de cansancio. "¿Va todo bien?"
Este zarandeó la cabeza mientras guardaba el teléfono, suspirando. "Tengo que irme a casa ahora, mi jefa necesita unos documentos importantes para la reunión de mañana con los nuevos socios del parque."
"¿Parque? ¿Trabajas en un parque?" Boun cuestionó, confundido. "Pensé que eras biólogo o algo así..."
"Soy licenciado en zoología, y sí, trabajo en una reserva natural nacional." Le respondió, poniéndose en pie. "Por lo que justo ahora tengo que irme si quiero conservar mi trabajo... Mi jefa no es precisamente la mujer más paciente del mundo, es incluso peor que mi madre y eso que son la misma persona."
"Pero no puedes irte ahora, es peligroso, Prem."
Repentinamente fatigado, Boun estuvo de acuerdo con lo que el doctor había dicho, asintiendo. "Y-y además yo tengo que cuidaros a los dos al mismo tiempo, si os pasa algo a cualquiera, Jungkook me va a matar. Y no quiero que me mate, como comprenderás..."
"Lo sé, a mí tampoco me hace gracia volver a casa cuando ya había planeado quedarme aquí, pero si mi jefa no recibe esos informes pronto, esa reunión no se celebrará y yo perderé mi puesto de trabajo, posiblemente la vida y las ganas de vivirla si no es así." Suspiraba, acercándose al perchero para agarrar sus cosas. "Quédate aquí con él, yo estaré bien. Jangmin no es una amenaza para mí."
"De eso nada. Ve con él, Boun, yo puedo quedarme aquí."
Por supuesto, esto sería una guerra entre ambos, pues Prem se negó en rotundo. "No, qué va, se queda contigo. Jangmin tiene llaves de tu apartamento y puede aparecer cuando le apetezca, yo estoy más seguro que tú."
Completamente horrorizado, Boun se giró en dirección al otro rubio.
"¡¿Tiene llaves de tu apartamento?!"
TaeHyung no supo qué responderle a eso, incluso si la razón era tan obvia que explicarla se sentía absurdo. "E-Era mi novio y llevábamos más de dos años juntos, claro que tiene llaves..."
Sudando frío, un pobre Boun sintió que estaba a punto de desmayarse.
"Dios mío, con razón el jefe tenía miedo de dejarte solo en la ciudad. Eres carne fácil para ese cazador de mierda." Sufriendo un escalofrío solo de pensarlo, siseó, abrazándose a sí mismo. "Y yo seré carne de lobo muerto si dejo que os pase algo... Jungkook me va a matar."
"Que no, tranquilo, ni siquiera tiene forma de enterarse. Ve."
Entonces, el teléfono del angustiado cambiaformas sonó, la melodía personalizada para el contacto de Jungkook sonando como si este se encargara de ello. Con los ojos como platos, lo agarró, confirmando que era él quien llamaba.
"E-Es el jefe..." Anunció, sus manos repentinamente temblorosas.
TaeHyung y Prem se miraron, asustados, mientras Boun aceptaba la llamada.
"¿Tendrá un radar para saber cuándo estamos hablando de él?" Quiso saber Prem en voz baja.
La simple idea horrorizó a su amigo, quien se estremeció. "Espero que no..."
"¡Hola, Jungkook, amigo! ¿Qué tal?" Forzándose a poner una sonrisa falsa en el rostro, lo saludó nada más descolgar. Un segundo después, su sonrisa se borró. "No, c-claro que no se me ha muerto nadie, ¿qué dices...?"
Prem se tapó la boca para evitar reír por la ironía del momento. TaeHyung suspiró.
Boun los miraba a ambos aún si tenía la mirada perdida, una gota de sudor frío, helado, recorriéndole las sienes con lentitud. "Están los dos bien, aunque hay un problemita. El amigo del doctor tiene que marcharse a casa por algo relacionado con su trabajo y temo que sea peligroso para él ir solo, teniendo en cuenta que ese tipo, Jangmin, podría estar en cualquier parte y-y bueno... ¿Eh?" Su expresión cambió de nuevo, mostrándose confundido. "¿Que me vaya, dices? ¿A acompañarlo? ¿Sí...?"
De nuevo, el par de amigos se miraron entre sí.
"¿Quieres que deje al doctor solo...?" Cuestionaba, ladeando la cabeza, pues eso no parecía ser lo que esperaba ocurrir (y, francamente, el propio TaeHyung tampoco). "Sabes que Choi tiene llaves de su apartamento, ¿cierto? ¿Lo sabes? Vaya... Bueno, vale, me iré. Sí. Sí... Claro, sí. Adiós, adiós..."
Finalizando la llamada tras unos segundos en los que simplemente permaneció escuchando a su jefe, Boun suspiró, guardándose el teléfono y mirándolos.
"¿Y bien...?"
"Me voy con tu amiguito, doctor, parece ser que no vas a necesitarme por aquí."
"¿Cómo que no? ¿Y qué pasa con Jangmin? ¿Y si aparece y TaeHyung está aquí solo, cómo se defiende?" Prem demostró su preocupación con un ceño fruncido. "No puedes irte."
"Bueno, eso es justo lo que el jefe me ha dicho que haga."
"Pues tu jefe debe ser gilipollas, porque no tiene sentido."
Los ojos del rubio se oscurecieron, aunque lo dejó pasar por alto. "Lo tiene, así que termina de recoger tus cosas que nos vamos ya."
"Pe..."
"Rápido." Indicó, su tono de voz volviéndose algo más grave y profundo, provocando que Prem dejara escapar un suspiro y se moviera para recoger lo que le quedaba de pertenencias. Boun miró al otro rubio. "No te preocupes, ¿de acuerdo, doctor? Estarás a salvo aquí, se lo prometo. Mi jefe lo tiene todo calculado."
TaeHyung simplemente asintió.
Al cabo de unos minutos, Prem y Boun estaban abandonando aquel apartamento, incluso si eso no era lo que Prem quería hacer, se sentía obligado a ello.
"Espero que estés super bien con la idea de quedarte en la calle, porque no vas a pisar mi casa por nada del mundo, que lo sepas." Le decía, caminando por delante. "Y ya te advierto que no me importa si está lloviendo mucho o poco, tú verás cómo te las arreglas para sobrevivir esta noche."
Un bufido dejó los labios del más alto. "¿En serio lo dices?"
"Y tan en serio."
"Pero eso es inhumano."
Prem se encogió de hombros. "Tú sí que eres inhumano." Le dijo sin cortarse ni un pelo, mirando a TaeHyung para despedirse de él con una dulce sonrisa. "Hasta mañana, guapo. Avísame si necesitas algo, escuchas un ruido raro o tienes miedo, ¿vale? Te enviaré a Jacob de Crepúsculo con peluca si es necesario."
Soltando un carcajada al mismo tiempo en que el susodicho bufaba, TaeHyung cerró la puerta mientras se despedía con la mano, viéndose completamente solo ahora que ambos se habían marchado.
Ni siquiera se molestó en terminar la película o comerse los restos de pizza, guardándola en un recipiente apto para microondas y llevándola al interior de este en caso de que mañana quisiera comérsela durante el desayuno. Recogió el comedor, la sala principal y parte de la cocina que habían desordenado intentando buscar algo con lo que cortar dicha pizza.
Media hora después, con la lluvia cayendo de fondo, un mensaje de Prem haciéndole saber que habían llegado sanos y salvos (y juntos, que era lo importante) a su apartamento, se encerró en su habitación. Y, por primera vez en muchos años, sentía miedo a la soledad. Temía estar solo, se sentía inseguro, indefenso. Vulnerable incluso si nunca lo había sido.
"Maldito fuese el día en que te conocí, Choi Jangmin..." Mascullaba, vaciando sus pulmones.
El viento fuerte se coló por la ventana, helando su piel tan pronto como lo alcanzó, provocando que se abrazar a sí mismo antes de ponerse en pie, decidido a cerrarla. Una vez llegó, con la mano en el pequeño picaporte y los vellos de punta, fue que pudo apreciarlo. Aquellos ojos oscuros, brillantes y ese pelaje negro, suave, camuflándose a la perfección entre los matorrales. Y, sin saber por qué, sonrió, silbando nada más reconocer al lobo negro que custodiaba su apartamento desde abajo.
"¿Por qué no subes, señor Jeon?" Le gritó, divertido por su reacción tras ser descubierto.
Muy dentro de sí, Jungkook creía ser un lobo muy discreto, sorprendiéndose cuando TaeHyung lo vio con suma facilidad. Tanto, que incluso le hizo sentir avergonzado.
Para cuando quiso darse cuenta, TaeHyung le había lanzado una sudadera gris y unos pantalones de chándal por la ventana, estos aterrizando sobre los matorrales. Jungkook supo que debía actuar con rapidez antes de que la ropa se mojase, por lo que, volviendo a su forma humana (y, por lo tanto, quedando desnudo), agradeció que fuese lo suficientemente tarde como para que nadie más que el rubio pudiera verle en ese estado, vistiéndose con rapidez.
"¡Sube por las escaleras, ya debes saber qué piso es!" Le dijo desde arriba. Y, efectivamente, él lo sabía. Viéndole incorporarse ya vestido y con su forma humana, TaeHyung suspiró, cuestionándose una gran cantidad de cosas. "Voy a tener que pedirle a Doyum que borre las grabaciones de seguridad a este paso..."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro