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✧c.-009

N/A: Escribir esto me está encantando, especialmente cuando voy tan avanzada que duplico la cantidad de borradores por segundo xD

Cap dedicado a MarcelaCeron9 ♡♡

Hoy os recomiendo 'Door' de NE:ON ft. Jung Ill Hoon, al que extrañaba muchísimo y amo.

[...]

Jungkook necesitó varios minutos para recomponerse y seguir a los demás hasta el sótano, no teniendo ni idea de lo que encontraría una vez llegara allí, donde Haon estaba, y mucho menos cómo se sentiría al respecto. Al fin y al cabo, incluso si odiaba admitirlo en voz baja y se sentía repulsivo al hacerlo, Haon había sido parte de su manada, familia, que dejar de quererlo repentinamente aún tras lo sucedido, resultaba casi imposible. Dentro de su corazón, él seguía siendo su hermano pequeño, después de todo.

"No tiene pulso..." Escuchó al doctor decir entre dientes cuando llegó a la habitación, permaneciendo junto a la puerta, sin tener fuerzas para acercarse. "Necesito que le soltéis y lo dejéis tumbado sobre el colchón. Rápido."

Inmediatamente Jaehyun y Mingyu actuaron, quitándole las esposas que horas antes Jungkook le había puesto para prevenir ser atacado por él y lanzándolas a cualquier parte, moviendo a Haon hasta que este quedó tendido sobre el colchón. Sólo de esa forma, el azabache pudo verlo. Tenía los ojos cerrados, la piel pálida y muy seca, únicamente mojada por su propio sudor. Leedo le había arrancado la camiseta para poder ver su abdomen que, tal y como Juria había dicho, se encontraba lleno de marcas, sobre todo distribuidas a lo largo de sus brazos y muñecas. El corazón se le detuvo, viendo tal escena.

"Dios... No responde, no responde..." La voz de Juria sonó acuosa por el llanto, tapándose la boca.

Subiéndose en el colchón junto al cuerpo del —ahora— paciente, TaeHyung colocó ambas manos sobre su pecho descubierto, empujando hacia abajo varias veces y de manera rítmica. Todos en la habitación yacían preocupados, llorando silenciosamente hasta que Haon recuperó el pulso tras la exitosa reanimación, abriendo los ojos de par en par. Jungkook, todavía alejado, respiró hondo, aliviado, del mismo modo en que todos lo hicieron. Juria no tardó en sostenerle la mano.

"Su pulso sigue demasiado bajo, no podemos bajar la guardia todavía. Ha sufrido una parada cardiorrespiratoria." Murmuró, colocando su cabeza sobre la almohada para mayor comodidad. Haon tragó saliva, su nuez de Adán moviéndose. "Prem, haz el favor de traer mi teléfono y llama al tercer contacto de emergencia, es Namtan. Le dije que llamaría temprano hoy, así que no tardará en contestar. Cuando lo haga, pon el manos libres, ¿de acuerdo?"

El susodicho asintió, su rostro contraído en una mueca de pura angustia antes de salir de allí a toda prisa. Un chico rubio y alto, ese mismo que mantuvo a Prem retenido el día anterior y cuyo nombre TaeHyung no alcanzó a recordar, fue tras él.

"¿Quién es Namtan...?" Cuestionó la suave voz de Juria, recuperándose del llanto.

"Es una antigua compañera de trabajo especializada en narcóticos. Tiene su propio laboratorio científico y estudia toxicología ahora." TaeHyung explicó, secándose el sudor de la frente y mirando a Haon debajo de él, quien tenía los ojos abiertos pero la mirada perdida. "Ella sabrá mucho mejor que yo como solucionar todo esto y podrá darme indicaciones para ayudar a vuestro amigo."

Tan sólo cinco segundos después, Prem entró por la puerta con el teléfono de TaeHyung en manos libres y una voz femenina sonando a través del altavoz. El chico rubio iba tras él.

"Ya estoy llegando, Namtan, no cuelgues. TaeHyung se encuentra en otra habitación."

"Vale... Pero, ¿por qué no puedes decirme lo que sucede?" Murmuró ella, sonando tan confundida como era lógico que debía estar. "¿Es malo? ¿Está él bien? ¿Le ha pasado algo o...?"

TaeHyung tragó saliva.

"Namtan."

"¿TaeHyung?" Pronunció de vuelta. "¿Eres tú? ¿Qué pasa?"

Prem se le acercó para que mutuamente pudieran escucharse mejor, ya que había demasiado eco en aquella habitación húmeda y fría.

"Necesito pedirte un favor, Namtan, pero se trata de algo confidencial. No puede salir de aquí, ¿de acuerdo?" Pidió, apretando los labios ante el temor de ser rechazado.

Ella tardó varios segundos en responder.

"¿De qué se trata?"

Sólo entonces, el rubio pudo respirar hondo, buscando la forma de explicarse sin delatar a nadie ni dar demasiados detalles sobre todo aquello que le rodeaba. "Verás... Tengo a alguien, eh... cercano a mí, por decirlo de alguna forma, con varios síntomas del síndrome de abstinencia. Pulso débil, sudoración excesiva, momentos de alucinación y lucidez repentina, pinchazos por todo el cuerpo... Ya me entiendes."

"¿Pupilas dilatadas?"

Cuidadosamente, el rubio se inclinó sobre Haon con intención de mirar de cerca sus pupilas, casi siendo atacado por él cuando hizo el amago de tocarle, sobresaltándose en el acto. Por suerte, Mingyu y Jaehyun lo sostuvieron con fuerza, permitiéndole hacer su trabajo.

TaeHyung asintió incluso si Namtan no podía verlo, comprobando que, efectivamente, Haon no sólo tenía las pupilas dilatadas, sino que tenía los ojos secos y los vasos sanguíneos muy marcados.

"Bastante, sí. También tiene los ojos secos, hinchados e irritados, con ojeras grandes y oscuras." Confirmaba, inspeccionando su rostro también. "Labios cortados, piel pálida y reseca, algo amoratada por la zona donde están los pinchazos, mejillas hundidas, episodios de ira... Definitivamente creo que es lo que te he dicho, Namtan."

"Vale, a ver..." El sonido de ella tecleando algo en su ordenador sonó por unos segundos. "¿Crees que puedas enviarme una foto de los pinchazos?"

De nuevo asintió, pidiéndole a Prem que se acercara con un movimiento que él entendió de inmediato, saliendo de la llamada y entrando en la aplicación de cámara para tomarle varias fotos que TaeHyung le facilitó al moverse. Los pinchazos no sólo estaban distribuidos a lo largo de sus muñecas y brazos, también por todo el torso, abdomen y piernas, como un montón de picaduras. Prem tomó varias fotos, enviándoselas al segundo. El teléfono de Namtan vibrando tras recibirlas.

No pasó demasiado tiempo hasta que ella emitió un sonido que TaeHyung describiría como horrorizado, temiéndose lo peor cuando la escuchó maldecir.

"Dios, ¿qué demonios es esto...?" Farfulló la científica.

Los presentes se miraron entre sí tras oír aquello.

"¿Ves algo que puedas decirme, Namtan?"

"Antes de responderte voy a pedirte que me hagas el favor de mirar algo. Observa la zona debajo de sus orejas y tras la nuca y dime si ves los mismos pinchazos."

Un poco confundido, TaeHyung hizo lo que le pidieron, necesitando la ayuda de Leedo para elevar la cabeza de Haon y mirar justo donde Namtan había señalado, encontrando dos pinchazos a cada lado y cinco en la zona trasera, justo encima de la nuca. Su piel se erizó ante aquella imagen. "Tiene varios pinchazos, sí."

Namtan respiró hondo. Él sabía que estaba frotándose el rostro por el modo en que el aire saliendo de su boca sonó.

"Tendría que pedir una muestra de sangre para comprobarlo al cien por cien, pero por lo que puedo ver de momento, tu amigo no ha ingerido cualquier droga del mercado, sino que alguien ha debido inyectarle grandes dosis de psilocibina en zonas estratégicas para que el efecto tenga lugar directamente a su cerebro."

"¿Psilocibina?" Repitió, su mueca descolocada alertando al resto.

Leedo, Jaehyun y Mingyu se miraron entre sí. "¿Qué se supone que es eso...?"

"Una sustancia química que se extrae de hongos, en su mayoría conocidos como mágicos o alucinógenos. Si la mezclas con zumo de limón se convierte en psilocina y ahí obtienes un viaje psicodélico asegurado." Explicó Prem. "Pero si lo inyectas de lleno en el cerebro, las alucinaciones se transforman en algo mucho peor, más serio. Es una práctica que solía usarse en ratones con rabia, básicamente para volverlos dóciles y que pudieran ser usados para prácticas intensivas de laboratorio y luego exterminarlos."

El cuerpo de Juria se desplomó, consciente, sobre la cama, perdiendo todo tipo de color. Soyeon la tomó del brazo, impidiéndole desmayarse cuando movió su mano alrededor.

"¿E-Exterminarlos? ¿Quieres decir que Haon intentó...?"

Prem sacudió la cabeza, negando. "Estos hongos ni siquiera crecen en Asia oriental, sería imposible que Haon hubiera conseguido una dosis tan alta y aún peor, inyectársela a sí mismo. No en las zonas más críticas, al menos."

"Eso es. Para que llegue al cerebro con rapidez debe inyectarse directamente en la carótida, una arteria crucial. Imaginaos lo doloroso que puede resultar eso..." Namtan afirmaba sin saber a quién se dirigía. TaeHyung, buscando al azabache al otro lado de la habitación instintivamente y encontrando su mirada consternada, dolida, arrepentida, apretó los labios.

Ni siquiera imaginaba cómo debía estar sintiéndose ahora mismo.

Los ojos de Juria se llenaron de lágrimas, antes de abrir la boca y preguntar. "¿Está usted cien por cien segura de que no pudo hacérselo a sí mismo?"

"Lo estoy, sí." Afirmó, para desgracia de todos los presentes. "No sé en qué cosas estaba metido vuestro amigo y tampoco sé si quiero enterarme, pero quien sea que le hiciera eso, tenía cualquier cosa menos buenas intenciones."

Sólo entonces, con esa confirmación, Jungkook comenzó a notar que todo a su alrededor se le venía encima. Sintiéndose mareado, nauseabundo, con la vista nublada y la mente llena de pensamientos para los que no estaba preparado. Se sostuvo del marco cuando pensó que se desplomaría contra el suelo, estabilizándose como pudo, respirando con dificultad. Y, con el corazón acelerado y el alma en un puño, sufrió una arcada, tapándose la boca antes de salir corriendo por el pasillo. Esto no podía estar pasando. No otra vez.

Su marcha repentina dejó a los demás consternados, queriendo ir tras él aunque sabían que necesitaba soledad y silencio ahora mismo. Soyeon, su hermana pequeña, se llevó una mano al pecho, sintiendo como el rostro comenzaba a llenársele de lágrimas.

"Es... mejor si no te enteras." TaeHyung le dijo a la científica.

Ella emitió un sonidito afirmativo, también. "Lo sé, créeme que lo sé." Dijo, suspirando. "¿Hay algo más que pueda hacer por vosotros? ¿Por ti?"

"No, eso es todo. Gracias por tu ayuda, Namtan, te debo una."

"Y tanto que me la debes..."

La llamada terminó al poco tiempo, justo después de que Namtan le diera algunas indicaciones para facilitar la recuperación de Haon y su potencial síndrome de abstinencia que todos escucharon. Luego, se bajó de la cama, suspirando. Juria le observó, sus ojos llorosos.

"Gracias por salvarle la vida, doctor..." Susurraba ella, limpiándose las lágrimas y tomando su mano temblorosamente. "Y por insistir en ayudarle. Muchas gracias, doctor, le ha dado una segunda oportunidad a él y a nosotros.

TaeHyung simplemente negó, apretando el agarre con suavidad. "No me agradezcas por hacer mi trabajo."

Agarrando su teléfono de las manos de Prem, este le frotó la espalda, queriendo saber cómo se encontraba con ese acto tan simple pero significativo entre ellos. Él asintió, volviendo a suspirar y mirando el lugar por donde Jungkook había desaparecido.

"¿Dónde ha ido el jefe?" Escuchó a Leedo cuestionar.

"Probablemente a cualquier sitio donde pueda estar solo, necesitará asimilar lo sucedido y pensar en cómo actuará ahora con Haon. No es fácil para nadie, pero menos para él." Boun le dijo, golpeando su hombro sutilmente.

"¿Será una mala idea ir a comprobar si está bien?" Dirigiéndose a ellos, TaeHyung se mostró inseguro a la hora de preguntar.

"Pues..."

Leedo fue a darle una respuesta negativa, basándose en su opinión sobre el líder y cómo este actuaba, aislándose en momentos de estrés extremo, cuando no quería escuchar a nadie y necesitaba de su propia soledad. Sin embargo, Boun tomó la palabra por él, siendo su respuesta sorpresivamente positiva.

"De hecho, no. Deberías ir con él, doctor, lo más seguro es que puedas encontrarle en su cabaña, es la más alejada de todas, junto al salón donde nos reunimos antes." Indicó, viéndole asentir y recibiendo una mirada confundida por parte del peliverde.

"Pero..."

TaeHyung asintió. "De acuerdo. Gracias."

"A usted."

Saliendo de aquella habitación para tomar el mismo camino que el azabache había tomado un tiempo antes, TaeHyung avanzó por el largo pasillo en dirección a las escaleras que conducían a la segunda planta, donde las cabañas e instalaciones principales comunes se encontraban. Aquel sitio era kilométrico, tanto por dentro como por fuera, lleno de puertas que conducían a cabañas propias y espacios abiertos que compartían entre los más de cincuenta miembros que conformaban aquella manada. TaeHyung sólo conocía el camino exacto hacia el baño, el sótano y la salida. Incluso se perdía queriendo llegar a la misma sala de estar donde habían estado tan sólo unas horas antes. Sin embargo y de algún modo, se las arregló para llegar a una cabaña semiaislada al final del pasillo, cuya puerta medio cerrada le indicaba que había alguien dentro.

Él se acercó, escuchando pequeños hipidos y sollozos que, tan pronto como reconoció como tales, le estrujaron el corazón en la peor de las sensaciones. Tal y como pensaba, Jungkook debía estar pasando un momento terrible.

Fue a abrir la boca para decir algo, cuando la voz del susodicho le sorprendió, interrumpiéndole justo cuando acercaba los nudillos a la puerta.

"Vete, doctor." Apenas murmuró, con voz ronca. "No quiero ver a nadie ahora mismo."

"¿Cómo- cómo sabes que soy yo...?"

"Porque puedo reconocer tu olor en cualquier parte."

Sin saber muy bien cómo reaccionar al respecto, pues un escalofrío recorrió todo su cuerpo con una rapidez abrumadora, TaeHyung tragó saliva, llenándose los pulmones de aire y decidiendo que no iba a dejarle allí solo. "Sólo me gustaría hablar contigo, por favor. Un momento. No tienes que decir nada, simplemente escucharme y-y..."

La puerta se abrió cuando él parecía tener serias dificultades para expresarse, el rostro del azabache mostrándose tras ella, luciendo del mismo modo en que se lo imaginaba. Decaído, con los ojos llorosos y restos de lágrimas en las mejillas.

Jungkook no dijo nada, simplemente se limitó a alargar el brazo, atrapar la muñeca del doctor y enviarlo dentro de su cabaña en un movimiento rápido, cerrando tras de sí. De repente, TaeHyung se encontró a sí mismo atrapado una vez más entre el cuerpo de Jungkook y la puerta, robándole un sonoro jadeo que sonó en las cuatro paredes.

"¿Qué...?"

"Hay otros miembros descansando en sus propias habitaciones, no quiero que se despierten por el sonido de tu voz o tu olor, es mejor si hablamos aquí dentro."

Confundido, el rubio olisqueó su propia ropa, no encontrando nada alarmante. "¿A qué se supone que huelo? Porque no distingo ningún olor fuera de lo común, ni tampoco desagradable..." Quiso saber, haciéndolo de nuevo una segunda vez para comprobar que no le fallaba el olfato. Efectivamente, era incapaz de percibir cualquier olor. "Tal vez sea la humedad de estas cabañas."

"No es tu culpa, TaeHyung, pero somos lobos y nuestro olfato capta olores que los humanos no sois capaces de percibir."

"Ah, ya, claro... Tiene sentido." Murmuró, asintiendo con la cabeza una vez Jungkook se apartó de él. Por momentos olvidaba que estaba en el territorio de una manada lobos. No era tan fácil decirlo como asimilarlo. "Sólo espero no oler mal, porque soy un gran maniático de los olores..."

"Yo también."

Echándole un rápido vistazo a aquella cabaña, TaeHyung encontró que era más espaciosa de lo que parecía desde fuera. Con un despacho abierto, una puerta que daría al baño, una cama amplia de matrimonio, varios organizadores y un sofá frente a la televisión colgada de la pared, donde Jungkook acababa de sentarse. Suspirando, fue tras él, tomando la iniciativa por la que había ido hasta allí. El azabache levantó la cabeza del suelo, fijando su atención en él.

"Me gustaría disculparme contigo por lo que dije hace un rato. Sobre lo ocurrido con Haon, Balam y Jangmin, ya sabes... Soy plenamente consciente de que estuve fuera de lugar al decirte que sólo buscabas excusas cuando es algo muy complicado de sobrellevar y lo siento."

Para su sorpresa, Jungkook negó. "No, no, de eso nada. Tenías razón, en realidad, aunque odie... aunque odie admitirlo en voz alta."

"Oh..."

"Supongo que señalar a Haon y depositar todo mi odio sobre él cuando admitió hacerlo por venganza, era más fácil que pensar en la posibilidad de que alguien lo estuviera usando como marioneta contra mí y mi manada. Y no es algo de lo que me enorgullezca en absoluto, porque como líder debería ver venir todas estas cosas que últimamente se me pasan por alto."

El gesto del rubio se torció. "Es lo más normal del mundo, Jungkook."

Y él, de nuevo, zarandeó la cabeza a modo de negación. "No, no lo es, tú no lo entiendes. Mi papel como líder es velar por el bienestar y la seguridad de mi manada, doctor. No puedo permitir que nada malo suceda con ninguno de ellos, están bajo mi cuidado. Una ha muerto, otro ha sido drogado y manipulado hasta ocasionar un caos y así provocar que una panda de cazadores inútiles casi se lleve a un tercero." Señaló todo lo ocurrido en los últimos meses. "Son cosas que no deberían pasar si hago bien mi trabajo."

"Pero es que hay cosas que se nos escapan de las manos, como podrás comprobar. No podemos controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor por mucho que queramos." Insistía un calmado TaeHyung, viéndole negar una vez más.

"Sigues sin entenderlo..."

Una sonrisa triste cruzó por sus labios, bufando de tal modo que consiguió la atención de un repentinamente confundido azabache. "No lo entiendo, ¿en serio?" Repitió, mirándole con las cejas en alto. "Soy cirujano, Jungkook. Opero a pacientes a corazón abierto, extirpo tumores, saco y reemplazo órganos con la esperanza de poder salvarles; pero a veces no puedo conseguirlo por más que lo intente."

Jungkook tragó saliva, sólo entonces permaneciendo en silencio. Él siguió hablando.

"Aún si el porcentaje es bastante bajo, cosa que me alegra bastante, por el camino pierdo a gente que desearía salvar." Susurrando aquello último, agachó la cabeza. "Como a Balam, por ejemplo... Sin saberlo, traté de devolver una vida que el imbécil de mi exnovio había arrebatado, pero no lo logré. Ojalá haberlo hecho, sólo de ese modo no le hubiera dado el maldito privilegio de ganar y que actuase otra vez..."

Los dedos del azabache se situaron bajo su barbilla, levantándole la cabeza para que le mirase. "Ni se te ocurra decir eso, TaeHyung, tú no perdiste y él no ganó absolutamente nada."

"P-Pero..."

"No. Hiciste todo lo que estuvo en tu mano y gracias a eso no sólo Sungho pudo salir adelante, sino que también le diste una segunda oportunidad a quienes ya dábamos por perdido, Haon." Señaló, obligándole a mantener la cabeza quieta cuando sintió que quería agacharla de nuevo. "Y de no ser porque insististe en investigarlo hasta el final, probablemente ahora todo sería muy diferente."

TaeHyung sorbió por la nariz. "Tan diferente que si tú y tu manada no hubierais aparecido en la cabaña de Jangmin la noche anterior, no sé qué hubiese sido de mí y de Prem."

"Bueno, pero esa probabilidad era muy baja. No hay que pensar en eso."

"¿Baja por qué?" Inquirió con el ceño fruncido.

"Porque os seguimos la pista a ambos desde el primer momento. No había forma de no encontrarte a ti o al imbécil de Choi Jangmin si lograba llevaros con los cazadores Lobogris. Pasara lo que pasara anoche, hubieras acabado aquí sí o sí. Estaba planeado desde el principio."

Sus cejas se alzaron, aunque él no estaba sorprendido, en cierto modo. "Ya veo, ya... ¿Con desmayo incluido?"

De los labios de Jungkook brotó una carcajada que TaeHyung secundó, negando. "No, eso fue improvisado, a decir verdad. Ni siquiera pretendía correr detrás de ti por todo el bosque, pero no contaba con que tu amigo fuera tan aventurado como para ir más allá, así que algo había que hacer para impedir que os perdierais en territorio enemigo. No me juzgues."

"No lo hago, descuida... Y, en defensa de Prem, debo decir que siempre le he tenido un pánico muy exagerado a los lobos. Nunca pude ver la saga de Crepúsculo completa porque cada vez que salía ese personaje, Jacob, me daban microinfartos." Admitió, encogiéndose de hombros. "Por eso supongo que nunca pude vivir mi adolescencia como Dios manda, me salté la experiencia de ver un romance adolescente entre vampiros, humanos y hombres lobo."

"¿Le tienes miedo a los lobos? O sea, ¿a mí?"

Para sorpresa de Jungkook, quien lucía incrédulo desde el primer momento en que escuchó su confesión, el doctor negó. "Sorprendentemente para los dos no me das miedo. Casi me muero cuando una manada de lobos apareció delante de mis narices, pero resulta que justamente tú no despertaste esa fobia en mí. Es raro."

Y, en lugar de extrañarse y manifestarlo en voz alta, Jungkook esbozó una sonrisita satisfecha, asintiendo para sí mismo, pues eso alimentaba su pequeña hipótesis sobre aquel hombre que yacía sentado junto a él. Una hipótesis que, por el bien ajeno, decidió mantener en privado.

"A todo esto, no os he preguntado, pero, ¿qué hicisteis con Jangmin y esos tipos que quisieron llevarnos a Prem y a mí?"

"Jangmin se nos escapó, pero no es un problema porque le seguiremos la pista y daremos con él tarde o temprano. Es cuestión de tiempo. Y, bueno... esos tipos resultaron ser simples peones de obra colocados estratégicamente para hacernos perder el tiempo. Sabían lo mismo que tú y que tu amigo, así que resultaron inútiles, por lo que tras un amable intercambio de fuerza, los dejamos en una zanja alejada del bosque."

El corazón del doctor se detuvo por, al menos, dos segundos exactos, mirándole horrorizado. "¡¿Muertos?!"

"Vivos. He dicho que fue un intercambio amable, lo que equivale a varios golpecitos para hacerles hablar, nada más. En mi manada no hay asesinos... espero, y mucho menos yo soy uno." Viendo el alivio en su mirada tras decir aquello, bufó, no pudiendo evitar mostrarse ofendido ante tal desconfianza. "Ni siquiera sé por qué te escandalizas, doctor, ¿cuándo he dado yo señales de ser un criminal?"

TaeHyung puso los ojos en blanco. "No sé, huh... Quizás esa vez cuando apareciste de madrugada en mi urbanización e hiciste que ese tipo que quiso asaltarme se volviera loco, ¿te suena...?"

"¿De verdad me estás recriminando el hecho de que te salvé?" Inquirió. Él inmediatamente negó.

"Claro que no."

"Pues lo parece."

"No lo hago, de hecho, en cierto modo lo agradezco... Sólo que por cuestiones morales no podría admitirlo en voz alta. Soy doctor y eso, que le abrieras la cabeza a distancia y de una forma que desconozco —y no quiero saber—, va en contra de mis principios; pero sí, lo agradezco bastante. No era un buen día. Que me asaltaran hubiese sido la gota que colmara el vaso."

Jungkook esbozó una sonrisa. "De nada, entonces."

"A todo esto, eh..." Aclarándose la garganta, TaeHyung tuvo la atención del líder de la manada sobre él otra vez.

"¿Sí?"

"Tú no te has disculpado por usarme como pegatina de decoración para esa puerta del garaje hace un rato." Le dijo, su barbilla en alto. "Soy paciente y comprendo que era un mal momento para ti, pero debes saber que estoy a la espera."

E inevitablemente, otra risita brotó de sus labios, accediendo sin pensarlo. "Cierto, cierto, tienes toda la razón del mundo, doctor. Lamento mucho haberme comportado de esa manera tan brusca contigo. Lo que dijiste me afectó y molestó a partes iguales, así que actué sin pensar, pero eso no es ninguna excusa. Lo siento."

Satisfecho, TaeHyung asintió.

"Disculpas aceptadas."

"Pero desde ya te advierto, no pienso disculparme por lo que sucedió la noche en la que impedí que tu novio y Roy Liu te llevaran." Advirtió, poniendo su dedo índice en alto.

"¿Ni por el beso?"

"Mucho menos por el beso. Ni el de ayer tampoco."

Él entrecerró los ojos, mascullando algo que Jungkook no alcanzó a escuchar. "Pues deberías... Aunque me conformo con que no vuelva a pasar, ya que es bastante inapropiado considerando que prácticamente no nos conocemos."

"Si pudiera asegurarte que no volverá a pasar, entonces sí que hubieras recibido una disculpa honesta, pero la prueba de que no ha sido así ya debería decirte algo. No soy un hipócrita, tú eres mi tipo y lamento informarte de que vamos a pasar juntos mucho más tiempo del que posiblemente vaya a gustarte... Así que hazte a la idea."

Su honestidad dejó perplejo a TaeHyung. "¿C-Cómo puedes ser tan descarado...?"

Jungkook volvió a reír tras ver sus mejillas tan rojas que parecían a punto de explotar.

"Estoy bromeando, doctor, no te asustes." Aseguraba, sólo entonces notando el alivio en su mirada y sonriendo. "Sí que soy un hipócrita."

Acto seguido y sin darle tiempo a hablar siquiera, Jungkook se lanzó sobre él, acortando la distancia y atrapando sus labios en un beso que se tornó profundo con una rapidez apabullante. Por supuesto y como esperaba, aún exaltado, TaeHyung le correspondió al instante, las yemas de unos dedos temblorosos posándose en su mejilla izquierda mientras entreabría los labios, dando paso a su lengua, que barrió la impropia y formó una franja de saliva en el labio inferior, posteriormente succionándolo y jalando de él, tal chasquido resonando por toda la cabaña. Luego, se separó como si nada, enfrentando aquella mirada furibunda.

"Tercera vez..." Lo señaló. Jungkook asintió con la cabeza.

"Que te beso y me correspondes, efectivamente."

E indignado, TaeHyung le hundió el puño en el estómago, escuchándole ahogar un jadeo mientras se ponía en pie, decidido a salir de allí y haciéndolo.

Ni siquiera encontraba una explicación científica al por qué siempre termina correspondiendo los besos de un desconocido, medio lunático y que de vez en cuando se convertía en cierto animal que despertaba una extraña fobia en él.

¿Se estaría volviendo loco, quizás? ¿Debía hacerle caso a Prem y tomarse esas merecidas vacaciones de una vez por todas? Tal vez sí que las necesitaba, después de todo.

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