〈4〉
-¿Un niño tan pequeño como tu leyendo un libro de Bram Stoker?- Preguntó una joven pelinegra, Jeongin podía deducir que tenía casi la misma edad de su madre, aunque no podía estar muy seguro del todo.
-Solía leerlo en mi antigua casa, pero como ya no estaré ahí en algún tiempo quiero terminar de leerlo por mi cuenta- Explicó mientras sus ojos se mantenían en la portada de dicho libro, no había mucho que apreciar en esta, solo un castillo de esos que solían mostrar en películas de terror sobre un fondo rojo y letras amarillas que formaban la palabra "Drácula" -Lo puedo pedir prestado, ¿Verdad?-
-Claro corazón, déjame anotado tu nombre y el número de tu tutor- Ante esto último el pequeño frunció el ceño sin comprender -Estoy segura de que tu lo devolverás, pero yo no soy quien hace las reglas aquí- Le sonrió con amabilidad entregándole un pedazo de papel y un bolígrafo. Al ver como con sus pequeñas manos manipulaba el objeto y escribía sacando la lengua, esos mismos ojos le recordaron a alguien -Pequeñín, ¿De casualidad conoces a Yang Tzuyu?- Este asintió.
-Ella es mi mami-
-Vaya...- Susurró con sorpresa y ojos grandes. Hacía tantos años que Tzuyu no regresaba a la ciudad donde había crecido, era como si de un momento a otro hubiese desaparecido del radar, nadie sabía que había sido de ella o al menos eso era lo que todos decían, tal vez su madre su lo sabía y fue la única razón por la que no la habían reportado -Yo fui con ella a la escuela, mucho antes de que nacieras-
-¿Enserio?- Los ojos brillantes de Jeongin reflejaban admiración hacia todos aquellos que conocían a su madre, ella era un gran ejemplo de perseverancia para él, entonces estaba curioso de saber como había sido el pasado de la misma ya que no lo gustaba hablar de ello.
-Claro, era una chiquilla super dulce con una sonrisa tierna, siempre intentaba ayudar a todos incluso cuando no los conocía y aunque era muy tímida, supo como hacerse ver no solo con su belleza, si no con su talento- Para Momo, como se hacía llamar la bibliotecaria, ver al pequeño era como admirar una versión masculina y mucho más adorable de su amiga del pasado -Te pareces mucho a ella, debo admitir-
-Gracias, muchos dicen eso y mami es muy linda- Intentaba concentrarse lo más posible en recordar el numero de teléfono de su madre, siempre se equivocaba en un mismo dígito lo cual lo hacía frustrarse demasiado algunas veces. Fue entonces que cayó en cuenta de que no estaba acompañado por Hyunjin desde hace unos minutos. No podía haberse ido sin más, él no era así, o ¿Tal vez se perdió? -Oh, discúlpeme-
Luego de dejar todo bien acomodado sobre el escritorio de la señorita Momo, aceleró el paso con un trote, buscando entre los tantos muebles y bancas que había en el lugar donde antes había estado justo antes de encontrar el libro. Quizás de la emoción olvidó que venía con alguien.
Tras pasar una estantería logró escuchar una voz muy parecida a la del pelilargo, solo que no llegaba a comprender mucho de lo que parecía pronunciar, sus zapatos no se escuchaban en el piso del lugar, era algo hecho apropósito para garantizar el silencio claramente, entonces y aprovechando esa ventaja se fue acercando más hacia donde provenía.
-Hmm~ Karina...No deberi- Ahmm~-
Desde la perspectiva de un pequeño de 8 años, lo único que reconocía era la espalda de Hyunjin, su cabeza se hacia para atrás de manera descoordinada mientras suspiros luchaban por escapar de entre su garganta, callados por los labios propios. Delante de este, y a quien Jeongin no podía apreciar con lujo de detalles, una cabellera larga y de color azabache, parecía arremedar una y otra vez contra el... ¿Estomago de Hyunjin? No comprendía que se supone que estaban haciendo, aunque hasta cierto punto tampoco quería descubrirlo.
-Vamos... Me dirás que no lo deseas- Susurró una voz femenina con un toque de erotismo.
-Pueden descubrir- Ups, Jeongin había hecho caer un libro en el intento de esconderse de su mayor. Este lo notó, podría distinguir aquellos ojos brillantes de zorro donde quiera que fuere, incluso si estuviese perdido entre un montón de polvorientas páginas de libros de todo tipo, lo causó que una sonrisa ladina se formara en la comisura de sus labios una vez sus orbes chocaron.
Tras esto, ambos, Hyunjin y aquella chica que al parecer portaba el nombre de Karina, se reincorporaron y acomodaron las prendas, buscando disimular lo más pronto posible cualquier intención. Ante el más pequeño, aquella femenina era bastante linda físicamente, con ojos rasgados como gato, figura de reloj de arena que era bien diferenciada gracias a una falda y una blusa blanca, y un cabello brillante y negro hasta la cintura, era casi perfecta. Fue cuando internamente se preguntó si tendría alguna relación con el pelilargo.
Al momento en que vio como Karina iba caminando a paso acelerado donde él se encontraba, fingió estar buscando un libro, esperando disimular que los había "atrapado" de cierta manera, ya que nisiquiera comprendía aún que era lo que estaba sucediendo. Para su suerte, esta pasó de largo, dándole tiempo de suspirar con más tranquilidad.
-¿Husmear no es de mala educación?- Le sopló una voz masculina al oído, haciéndolo sobresaltar y girar sobre sus talones de inmediato.
-J-Jinnie, yo no estaba...-Sus mejillas siempre lograban delatarlo, poniéndose más rosadas de la cuenta. Claro que ese tierno acto lograba sacarle una risa melosa al mayor.
-Lo dejaré pasar- Dijo siguiendo su camino, pero antes de recibir una respuesta, giró nuevamente su cabeza en dirección al más pequeño -Pero solo por esta vez- Le guiñó el ojo sutilmente.
Algo retumbó dentro del pecho de Jeongin, ¿Sería algo malo?
Luego de firmar todo lo correspondiente para que se pudiera llevar el libro a casa, salieron de la biblioteca rumbo a la misma. No había mucho que decir del día, era uno bastante agradable, el clima era algo cálido, pero no lo suficiente para asfixiarlos, había también una leve brisa que hacía revolotear el cabello de ambos jóvenes, uno mucho más que otro, que lograba sacarles risas y hacerlos disfrutar del simple hecho de estar ahí.
La vivienda ya se podía observar a lo lejos, entonces a Hyunjin se le ocurrió preguntar:
-¿Por qué escogiste ese libro? Creí que elegirías una historieta o algo parecido- El contrario de inmediato negó.
-Mis papis siempre impusieron la lectura como pasatiempo, y ya que solía leerlo con papá... Bueno, quiero terminarlo por mi cuenta, así él podrá estar orgulloso- El mayor solo asintió apretando los labios, cosa que Jeongin, por su baja estatura y concentración en el libro, ignoró totalmente. Comprendía de alguna manera ese deseo de querer enorgullecer a una figura paterna, aunque no conocía exactamente como eran los adultos con el más pequeño...
-...Probablemente no son nada parecidos a los míos - Pensaba para sus adentros.
Antes de que pudiese notarlo ya habían llegado, sus pies se detuvieron frente a la ya conocida casa de la abuela Yang y sus ojos visualizaron todo el recorrido que el pelinegro hacía hasta la puerta, a paso rápido con el libro bajo el brazo y su cabello saltando con mucho movimiento. Hyunjin sonrió.
Se disponía a hacer lo mismo, pero algo logró llamar su atención, el buzón alertaba que había correo. Entonces sin quitar la bella sonrisa de su rostro, camino dos pasos más hasta llegar al mismo y lo abrió, sacando de allí algunas cartas dirigidas a la mujer mayor, que a pesar de su edad solía compartir algunas experiencias con amigas de otras provincias, pero le sorprendió ver una de un color diferente, blanco limpio con sellos nacionales.
-¿Qué es esto?- Frunció el ceño con extrañeza -Yang Tzuyu... Ay no- Leyó mínimamente antes de darse cuenta de lo que en realidad era.
Una carta de divorcio...
Lamento las demoras... Se viene un flashback en el siguiente cap, ligero spoiler jijiji
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