〈2〉
-Fui a la playa con mi mamá, y mi papá, y mis abuelos, y mis primos y...-Continuaba hablando sin parar, Jeongin siempre, o al menos en la mayoría de los casos, solo se dedicaba a escuchar las una y mil anécdotas que su compañero de asiento y mejor amigo tenía para darle -¿Tú hiciste algo este verano?- Preguntó de la nada.
-No mucho, me acabo de mudar a casa de mi abuela y tiene un lindo patio verde donde juego con Jinnie- Los ojos de Beomgyu enseguida se iluminaron con adoracion.
-¡Que increible!- Exclamó en un tono alto, como siempre solía hacer -Eso explica porque cuando iba a tu casa nadie me abría, tu padre decía que dejara de molestar y volviera a casa antes de que oscurezca- Puchereó, haciendo reír a Jeongin mientras negaba levemente. A veces podía llegar a ser alguien muy insistente -¿Quién es Jinnie?
Su platica acabó con la presencia de su profesor en el salón. Un hombre de aproximadamente 25 años, con una musculatura envidiable o deseable para muchos, con unas tiernas mejillas gorditas y una sonrisa super tierna, contastando totalmente con su rostro serio que llegaba a intimidar con la más minima mirada.
-Ya llegó el profesor, ¿Has hecho los trabajos?- La inmediata cara de Beomgyu, de labios apretados y mejillas sonrojadas de verguenza, respondieron aquella pregunta -¿Lo olvidaste de nuevo?- Carcajeó golpeando su frente.
-Tal vez lo pude haber olvidado un poquito- Murmuró con una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes, la cual reflejaba mucha ternura e inocencia, era probablemente de las que le daba a su madre para así evitar ser regañado o algo por el estilo.
-Le diré que lo hicimos ambos- Y tras mencionar esas palabras, Beomgyu pudo respirar con más traqnuilidad, haciendo que Jeongin solo negara levemente.
Seguidamente se levantó de su asiento para así poder mostrarle al profesor Seo su tarea, este siempre estaba facinado con la capacidad que tenía para aprender y hacer las cosas con tal delicadeza, siempre poniendo su mayor empeño y al parecer, sin cometer algún tipo de error.
Ambos pequeños se encontraban volviendo a casa luego de un cotidiano día de regreso a clases. Se la habían pasado bastante bien con sus amigos Sunno y Sunghoon, aunque ellos eran un año mayores siempre se encontraban en los recreos para poder jugar juntos al escondite.
Jeongin ese día en particular había notado algo inusual, sabía que sus razgos poco a poco irían madurando y ya a sus 8, casi 9 años, no parecería tanto un pequeño bebé si no que se acercaba más a parecer un preadolescente; pero aún así no había esperado recibir un cumplido más allá de su inteligencia y menos de parte de su profesor.
"Tienes unos ojos muy lindo, Innie, espero que nadie nunca logre apagar ese pequeño brillo singular"
Lo habría tomado como un comentario más viniendo de su madre o abuela, pero de parte de una persona ajena a su circulo familiar, sumado a la mirada que este le había dado, una extraña que no lograba decifrar de ninguna manera.
Al rato de unos segundos notó como al perderse tanto en sus pensamientos estaba ignorando las miles de palabras que salían cada minuto de la boca de su mejor amigo.
-¿Entonces tu casa es por aquí verdad?- El pelinegro asintió.
-Estamos cerca ya, solo dejame preguntar si te puedar para almorzar- La mamá de Beomgyu le había enseñado que siempre que se maneje con alguien a un lugar desconocido siempre fueran dados de la mano, así era como siempre que iban al parque o algo parecido, solían moverse siempre con sus manos juntas. A los que pasaban, tanto padres o adultos en general, este acto tan inocente se les hacía tan tierno e inocente, como la mayoría de actos viniendo de ellos.
Pronto fue que llegaron a la ya antes mencionada casa de roble, los ojos del pelimarrón parecieron brillar ante lo hermoso y natural que se veía, natural claramente por el amplio jardín decorado con muchas flores de todos colores. Jeongin se apresuró a entrar a la casa, no sin antes pedirle amablemente a su amigo que esperara, encontrandose a su madre cocinando al son de una linda cancion que era emitida en la radio.
-¡Innie, llegaste! ¿Como te ha ido?- Preguntó esta cuando al voltear se topo con esos ojitos de zorro que tanto de asemejaban a los suyos.
-Todo fue bastante bien- Respondió con algo de duda en sus palabras, pero al estar ocupada en sacar algo del horno no se dio el tiempo de notarlo -¿Bomgyu puede quedarse a comer? Estaba emocionado cuando le conté que ahora viviamos con la abue, entonces quiso pasar a saludar también- Antes de que Tzuyu pudiese responder la mencionada abuela apareció por el marco de la puerta.
-¡Por supuesto que si! Ve y llamalo, mientras más mejor- Dijo con alegría y luminosidad en su rostro.
-Esta bien, iré por él- Soltó con una ligera carcajada al ver la emocion de la mayor y como su propia madre negaba con la cabeza ante lo mismo. Así que buscando no perder más tiempo, movió con rapidez sus pequeños piecitos para así llegar lo antes posible a donde había dejado a su mejor amigo, aunque no contó que se chocaría con un delgado y alto cuerpo antes de poder cruzar la puerta.
-Oh, ten más cuidado, tesoro- Le recomendó tomandolo de los hombros y otorgandole una linda sonrisa, de esas que hacían a Jeongin sonrojarse de lo hermoso e irreal que Hyunjin a veces podía parecer. Incluso antes de que pudiese siquiera darle una respuesta, este rozó su pálida mejilla con suavidad y se dirigió a donde se encontraba anteriormente.
Parado en el medio del pasillo, su cerebro pareció detenerse una milésima de segundo, "Jinnie es lindo" Susurró una voz en su cabeza, pero antes que se pusiera a pensar mucho más en ello, retomó su camino y abrió la puerta, indicandole a Beomgyu que si podía pasar a comer.
Luego de comer y siendo pasadas las 5 de la tarde, todos se encontraban ya pasando un lindo momento en el patio trasero, Tzuyu y la abuela Yang se la pasaban haciendo limonada mientras suponían que, ambos pequeños de la casa por andar corriendo y juegueteando, y también Hyunjin por estar plantando los nuevos rosales de la mayor, tendrían un poco de sed y nada mejor que una bebida refrescante luego de tanta actividad.
Hyunjin era el que más inconvenientes había tenido con el mejor amigo de Jeongin, ya que por cuestiones del destino lo habían sentado junto a su lado y al no saber, aparentemente, usar bien los cubiertos, un tenedor había terminado por atascarse en su cabello. Pero incluso si era así, las dos mujeres de la casa defendieron al pequeño, diciendo que no era nada y que cualquiera cometía errores.
"Disculpalo Jinnie, no fue su intención" Le dijo el pequeño de ojos de zorro, yendo directamente a su cuarto.
El pelilargo mayor no era conocido especificamente por ser bueno tratando con niños, lo estresaban mucho y siempre encontraban la manera de hacerlo pasar un mal rato, eran quejosos, llorones y sumamente torpes, a ojos de él, claro, pero Jeongin era la diferencia, él era educado, bien comportado, inteligente y cuidadoso en cada cosa que hacía.
Entonces mientras se encontraba ocupado en cabar un pequeño pozo para así colocar de entre todas la flores, una que era la favorita de su tesoro, se dedicaba a darle pequeñas miradas. Con su cabello revuelto y mejillas rosadas de tanto correr, le daban un toque angelical que nunca espero adorar de ningún niño, o incluso cualquier otra persona.
"Ojala solo me miraras a mi, pequeño zorrito" Pensó para sus adentros.
Intentaré ir subiendo los caps conforme los tenga hechos, ando ultimamente muy ocupado en mis tareas y demás cosas, pero diganme que les va pareciendo por el momento y si hay algún error no teman hacermelo saber :3
love uu -roman yamazaki
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro