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Capitulo veinticinco.

La noche se sintió demasiado largas para dos cuerpos que habían roto su corazón por las razones correctas, pero solo uno sabía que era por su bien mientras que otro solo se sentía una estúpida.Ninguna de las dos dormía bien, una por a verle dicho cosas hirientes a la chica de la que estaba enamorada y la otra por escuchar esas palabras, no odiaba a Sana sabía que todo tenía una explicación del por qué pero si no se lo decía era por algo.

Dahyun como Chaeyoung prometieron no hablar del asunto solo quedaría entre ambas para no involucrar a sus amigas en nada peligroso. Su mejor amiga paso por ella para ir caminando y pudieran hablar un poco del asunto.

  — Mina no me dirigió la palabra en todo el camino. Sonará tonto luego de lo que vimos pero no tenía miedo...— Expreso Chaeyoung con la voz bajita. 

  — Me hubiera gustado que Sana hiciera lo mismo pero ha cortado conmigo— Hablo triste sin mirar a su amiga a los ojos.

— Lo siento mucho Dubu...

— No pasa nada Chaeng, estoy bien.

Llegaron normal al instituto aún era temprano por lo que no habían muchos alumnos. Tomo asiento en su lugar de siempre con su amiga alado y del lado derecho Sehun se sentó. Al verlo lo primero que pensó fueron en las palabras que le dijo el día anterior, necesitaba hablar con el tenía que buscar una oportunidad y la hora del almuerzo era perfecta.

Las horas pasaban igual de lentos que en la madrugada, cuándo por fin tocaron el timbre de salida le hizo una señal a Sehun para que la siguiera a la azotea.

— ¿Que querías decirme?— Pregunto curioso el chico tomando asiento en una de las bancas.

— ¿Ese tatuaje que tienes es de alguna banda o no sé? No lo intentes negar que ya lo se todo— Hablo sería la menor— Ahora entiendo todo lo que decías respecto a Sana— Lo enfrentó.

— Muchos de los chicos jóvenes de aquí tienen un motivo para escoger de que lado quieren estar. Yo escogí esto por necesidad... no he llegado al nivel de sana solo vendo droga aquí en el instituto... No debería decírtelo pero se que no le dirás a nadie. 

— Rompimos a noche— Expresó con tristeza— No tenía idea pero luego de lo que vi al principio sentí miedo pero luego recordé el collar que me dio prometiéndome que nunca me haría daño pero sus palabras me dañaron más. 

Estaba por caminar a la puerta luego de a ver escuchado a su amigo tenía que hablar una ultima vez con Sana, no quería que las cosas terminarán mal. Fue a su salón luego de que escucho sonar el timbre de entrada, veía a chaeyoung un poco nerviosa pero no quiso preguntarle para no incomodarle en clase. El timbre sonó, su mejor amiga salió casi corriendo para la salida. La menor la siguió escondiéndose en una de las macetas para observar con quién se encontraba, su sorpresa fue grande cuándo visualizo a Mina llegar. Al principió no se sorprendió mucho si no después que vio como se besaban y se sentía feliz por su amiga.

— Perdón que las interrumpa— Salio de su escondite para llamar su atención de las dos chicas.

  — Dubu, no sabía que estabas viendo ¿Que sucede?— Pregunto su mejor amiga nerviosa.

— En realidad vine a preguntarle algo a Mina— Las dos chicas la observaron— ¿En dónde puedo encontrar a Sana? Por favor, solo quiero hablar con ella antes de que se vayan...

— Dahyun no sé si sea buena idea— Hablo preocupada Mina  pero al ver la cara de Dahyun termino aceptando—Debe estar entrenando cuándo esta molesta y ansiosa suele ir ahí a desquitarse—Respondió sincera.

Dahyun las dejo de nuevo solas para que pudieran hablar y fue directo a buscar un taxi. Esta sería la ultima oportunidad y de no salir las cosas como quisiera dejaría todo por la paz.

Sana si se encontraba en aquel gimnasio en dónde entrenaba todos los días. Estaba ansiosa y golpeaba el saco de box como si quisiera romperlo sin importarle que sus manos dolieran. Desde las seis de la mañana llego ahí, no importa que cansado se sintiera su cuerpo se odiaba por herir a Dahyun.

— ¿Así que estas molesta?— Entro Tzuyu y tomo asiento en una de las bancas que estaban cerca de dónde entrenaba la japonesa.

— ¿Que haces aquí?— Pregunto indiferente y dejo de golpear el saco para voltear a verla con el ceño fruncido.

— Vine a ver como estabas, ayer te fuiste y hoy veo que te encuentras mal— Cruzo las piernas y en su rostro no se le borraba esa sonrisa cínica de su rostro.

Sana no le hizo caso, fue directo a los vestidores a cambiarse para irse luego de ser interrumpida por la taiwanesa. Tenía su cuerpo sudado, solo tenía su top deportivo y un short que no le cubría mucho, eso excitaba a Tzuyu quién entro para abrazarla por detrás. El vestidor tenía un montón de espejos se podía ver todo en el lugar, no entendía el diseño pero normalmente siempre que iba no habían muchas personas por lo que no se incomodaba.

  — Me excita verte así, tu físico a mejorado mucho tal vez deberías enojarte más seguido— Le susurro en su oído. Acariciaba el vientre de Sana  que de un momento al otro su piel se erizo— ¿Por que no nos divertimos aquí?— Paso su lengua en su oreja.

Se dejo llevar por las caricias de Tzuyu que luego de unos minutos ya se encontraba bensadole parte del cuerpo, quitandole la ropa lentamente.

  — Sabía que me deseabas como yo a ti— Susurraba mientras se dejaba tocar todo el cuerpo, ya no era virgen.

Las manos de Sana le tocaban todo el cuerpo de Tzuyu de manera desvergonzada, habían olvidado que aún se encontraban en los vestidores. Se recostaron en una de las grandes bancas que habían ahí, bajaba poco a poco sus manos hasta llegar a su centro estaba apunto de penetrarla con sus dedos cuándo un ruido viniendo de fuera las asusto entrando de la nada al vestidor.

Era nada menos que, Dahyun.

Dahyun tiro su mochila de la escuela por lo sorprendida que estaba. Tzuyu le dio una sonrisa victoriosa, tomo su ropa y se empezó a vestir. Sana no se movía ni un centímetro no la quería ver si quiera a los ojos.

  — Yo venía para arreglar las cosas pero veo que cometí un error— Expresaba entre lagrimas. Si su corazón se encontraba herido por el día anterior ahora estaba roto— ¿Soy una estúpida? ¿Solo jugaste conmigo? ¿Desde cuándo te acuestas con ella?— Sana iba a contestar pero simplemente las palabras no salían— No quiero que te me vuelvas acercar nunca más, eres una mentirosa. Seguramente siempre te reíste de mi y de tus palabras falsas que siempre me creía—Dahyun agarro el collar que Sana le había obsequiado que tenía puesto y lo arranco de su cuello— Te odio— Volvió a decir entre lágrimas, miro el collar por ultima vez y se lo lanzó a la japonesa. Tomo sus cosas y salio corriendo de ahí entre lágrimas.

Sana estaba inmóvil viendo aquel collar tirando entre sus pies, ese obsequio en el que le prometió que jamás le haría daño y ahora le había roto el corazón por completo. 

  — Lárgate de aquí Tzuyu— Gritó indiferente—No quiero verte ni a ti ni a nadie. 

Tzuyu obedeció se vistió rápido, tomo su bolso que estaba en aquella banca en dónde se sentó antes y al salir vio a la menor afuera tratando de conseguir taxis aún con lágrimas en los ojos.

  — Me das tanta lastima pero espero que por fin entiendas que yo siempre gano, niña— Expresó con orgullo. Nadie le ganaba a Tzuyu menos una mocosa como ella.

— ¿Fuiste tu la que mando ese mensaje? ¿Tenías todo planeado?— Hablo indiferente Dahyun.

— Lo de ayer si fue idea mía y lo de hoy me gustaría decirte que también pero no fue así. No te puedes comparar conmigo, mocosa— Se puso unos lentes que tenía en su bolsa y llego Jeongyeon a recogerla. 

Solita cayó en su trapa, Tzuyu era una persona cruel que no le importaba herir a los demás con tal de salirse con la suya. Dahyun fue su victima por meterse con la chica que quería solo para ella aunque no quisiera tenerla como novia por más enamorada que estuviera.

Sana al salir del gimnasio vio como de lejos iba caminando la menor sin animó alguno. Veía el collar que le había entregado y tenía el deseo de tirarlo pero era lo único que le quedaba de ella sin mencionar la bufanda que le obsequió.

El cielo se estaba nublando de nuevo parecía que quería llover, eso solo la hacía sentir peor ahora que se encontraba en su habitación borrando todas las fotos que tenía con Sana. Por más que le insistió Chaeyoung que le contara lo que había sucedido no quiso hablar, nunca había sido una persona que quisiera dejar mal a otras por más malas que fueran.  

Lloraba en silencio en su habitación, puso un poco de música deprimente para sentirse aún peor, no entendía por que lo hacía. Su mamá tocaba la puerta de su habitación para que fuera a comer pero la ignoraba, no quería hablar con nadie mucho menos con su madre. Las gotas caían por sus ventanas, el frió invadía su cuerpo y luego de un rato quedo totalmente dormida.

El ruido de su celular la despertó de ese largo sueño, miro su reloj y ya eran las 10 de la noche. Durmió toda la tarde y ni siquiera lo sintió, tal vez era mejor. Su celular volvió a sonar y la llamada venía del celular de Sana, dudaba en si debía contestar no quería escuchar pretextos tontos no ahora que estaba sensible. Luego de que llamaran unas 10 veces más decidió contestar.

  — Bueno— Murmuro nerviosa. Escucho la voz de un hombre del otro lado de la línea.

— Disculpe señorita, perdón por molestarla a estas horas pero su novia esta muy borracha aquí y no quiere irse. Ya no puede manejar, una chica vino a buscarla pero no quiere ir con ella por eso me tome el atrevimiento de tomar su celular antes que la chica viniera pero al ver como la tenía guardada pensé que usted era la novia.

— Me podría mandar la dirección por mensaje, por favor. En un momento iré por ella.

Dahyun no era una mala persona, aunque se sintiera molesta no quería que le pasara nada a Sana. Sabía que era capaz de manejar en esas condiciones por lo que prefería dejar su orgullo de lado, era una tonta.

El muchacho no tardo en mandarle la ubicación del bar en dónde estaba la japonesa. Estaba en el centro de la ciudad por lo que pidió un taxi para no tener que salir a buscar uno. Su madre le preguntaba que a donde iba a esas horas pero la menor la ignoro por completo...

El bar estaba grande solo esperaba encontrarla rápido para llevarla a su casa y no perder más el tiempo. A lo lejos vio a Sana peleando con una chica que parecía no dejarla en paz, camino a su dirección y la chica era nada menos que Tzuyu.

— Vamos a mi departamento de una vez— Ordeno la chica. La jalaba por su abrigo que tenía puesto pero sana le daba un manotazo para que la soltara.

Veía la escena no sabía si había sido buena idea haber venido. Un mesero la interrumpió entregándole el celular de su ahora ex novia. 

— Gracias por haber llamado— Hizo una reverencia Dahyun— Me haré cargo ahora— El chico asintió.

Caminaba hasta la mesa en dónde estaba Sana, cuándo Tzuyu la miro le dio una mirada de odio como las que siempre le daba.

— ¿Tu que haces aquí?— Expresó enojada la taiwanesa pero Dahyun la ignoro completamente.

Sana estaba muy ebria que todo le daba vueltas, había tomado toda la tarde. Reconoció el olor de Dahyun que al sentirlo volteó a verla.

  — Vine a recogerte Sana, vamos— La toco del hombro solo un poco. Sana solo la miraba pero a ella si obedeció que se empezó a poner de pie.

— Sana va a venir conmigo— Gritó Tzuyu molesta. Intentando jalar a Sana a su lado.

— La única que sale sobrando aquí eres tú. No hagas que me enoje contigo, Sana no quiere ir contigo...

Dahyun hizo que sana pusiera su brazo en sus hombros para poder llevarla agarrar un taxi, apenas se podía mantener de pie. 

— Yo quiero dormir contigo— Hablo Sana tranquila y un poco confuso. No se quería ir a su casa.

Al ver las caritas que le daba la japonesa no pudo negarse y se la termino llevando a su casa aunque sabía que su madre la regañaría al llegar. Dicho y hecho así fue, lo primero que escucho al entrar fueron los gritos de su madre.

— ¿Por que traes a esta chica aquí?— Expresó su madre enojada evitando que fuera para su casa.

La ignoro por completo y paso a su lado sin importarle que la castigara al día siguiente. Sana estaba ya un poco dormida contrabajo la hizo entrar al taxi. La acomodo en su cama mientras se iba a cambiar al baño, desde ahí escuchaba como ya se encontraba dormida. No sabía si debería quitarle su ropa pero su olor a alcohol y a cigarro era muy fuerte. Con cuidado le quito el abrigo que llevaba junto con su camisa y de ahí sus pantalones dejándola en ropa interior.

Entro para acostarse a su lado pero su piel rosaba con su pijama y eso la hacía sonrojar. Había olvidado todo lo de la mañana al verla dormir tan tranquila y linda. Apago las luces para dormir, sabía que al día siguiente se arrepentiría. Sintió sus brazos de sana rodear su cuerpo para abrazarla. La pego a su cuerpo para entrar en calor, estaba dormida pero reconocía el olor de su piel.

  — Dahyun, te quiero— Balbuceó entre sus sueños, la pego aún más a su cuerpo. La menor giro para quedar enfrente de ella— Perdóname por todo pero es lo mejor para ti— Eso ultimo causo que una lagrima saliera recorriendo su mejilla, sus palabras eran sinceras. 

Observo a Sana  dormir un buen rato hasta quedar completamente dormida. 

La primera en despertar fue Sana quién tenía un fuerte dolor de cabeza. Al ver en dónde se encontraba no tenía ni idea de como llego. Se quedo unos minutos mirando a Dahyun que dormía tranquila, el sonido de su respiración era tranquilizador. Se empezó a vestir antes de que se hiciera más tarde, eran apenas las 5 de la mañana, sabía que no tardaría en sonar la alarma que Dahyun tenía para ir al instituto. Del bolsillo de su pantalón saco el collar que le había tirado, lo dejo en la mesita que tenía cerca de la cama y antes de irse se acerco a la menor para dejarle un pequeño beso en los labios.

  — Te quiero y siempre cuidaré de ti, princesa— Le susurro a Dahyun en su oído para luego salir por su ventana. 

Los rayos del sol entraban por su ventana algo que le pareció extraño pero al despertar vio que se encontraba abierta y que Sana ya no estaba. Observo el collar que estaba en su mesita y vio que era el que le había obsequiado, y el que le lanzó.

Se levanto para ir cerca de su ventana, miro su reloj y aún iban a dar las 6, su alarma sonaba para que estuviera lista para ir a clases.

  — Yo también te quiero, sana— Susurro a la nada respondiendo aquellas palabras que Sana le dijo. Cerro la ventana para que el frió no entrara más y guardo el collar junto con aquel abrigo que le obsequio cuándo recién se conocieron.

A pesar de que su corazón doliera no iba a dejar que eso la deprimiera y seguiría adelante... 

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