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Capitulo veinte.

Un pequeño rayo de luz entraba por su ventana que molestaba a Dahyun que ya no la dejo continuar dormir. Se movió un poco pero unos brazos se lo impidieron y es que a pesar de que se encontraba dormida tenía una fuerza impresionante. Alado de su cama tenía una pequeña mesita en dónde coloco su celular, vio la hora y eran las 8 de la mañana. Abrió su cámara para tomarle una pequeña foto a su novia que se veía demasiado adorable pero salió el flash disparado lo que hizo que Sana se levantara de golpe arrebatandole su celular.

— No hagas eso de nuevo, princesa...

— No sabía que no te gustaban las fotos, no creó que es manera para que reacciones así... — Extendió su mano para que le devolviera su dispositivo.

— No subas la foto solamente— Miro su reloj y al hacerlo pudo notar su vendaje manchado con un poco de sangre. La mirada de Dahyun era indescifrable.

  — Creó que debería cambiarte las vendas antes de irte— Se fue de la habitación para ir a su baño en dónde guardaba un botiquín, la verdad es que nunca lo usaba. 

Sana observaba toda la habitación de su novia, era un poco infantil para alguien con el carácter de Dahyun, lo encontraba demasiado tierno. Veía algunas fotos en dónde estaba chica junto a su madre, solo tenía un par de fotos. Sonreía cada vez que veía lo tierna que se veía su chica.

Dahyun no tardo en llegar, puso en su mesita de alado aquel botiquín para acomodarse. Le quitaba la venda poco a poco para evitar lastimarla, al ver la herida hizo un gesto de dolor, se veía realmente mal.

 — ¿Como te hiciste esto?— Pregunto mientras le limpiaba la herida con un poco de agua. 

— Golpee una pared cuándo me encontraba enojada— Contesto sincera. Al mirar lo que hacía Dahyun pudo notar unas marcas en la muñeca y se sintió culpable, no debía perder el control con ella.

 — Te debió enfurecer mucho para que te hieras de esa manera— Le aplicaba alcohol, la japonesa no hacía gesto alguno como si no le ardiera.

 — Me hubiera encantado que fuera la cara de Jackson...

  — Eres una chica celosa— Rió un poco. Ya había limpiado su herida, vendaba su mano con cuidado y es que la herida no se veía tan mala— He terminado— Le dio un pequeño beso en su mano que se puso completamente roja la japonesa— Pocas veces te hago sonrojar, creó que lo haré más seguido.

La mirada que Sana le daba a Dahyun era una inexplicable, su corazón latía demasiado rápido. Se acercaba a pasos lentos para darle un beso en sus labios pequeño, solo quería sentir de nuevo sus labios, le encantaba.

— Estos labios son míos y ningún idiota debe tocarlos, princesa— Le daba pequeños besos de pico en cualquier parte de su rostro— Te he dejado marcas en tus muñecas, no volverá a suceder...

  —No te preocupes por eso Sana— Hizo que sus narices se rozaran teniendo ambas una sensación bonita— Mi madre no volvió a noche por lo que pude notar, así que puedes salir por la puerta.

La acompaño hasta la puerta, se daban pequeños besos mientras llegaban a la salida en dónde se despedirían. Dahyun tenía algo en sus bolsillos que le iba a dar desde que estaban en su cuarto pero no tenía el valor de hacerlo, así que respiró hondo para tener valor.

  — Antes de que te vayas, se te cayó esto ayer— Saco la bolsita que tenía en su bolsillo. Sana solo veía lo que llevaba entre sus manos, se maldecía por permitir que viera eso— No quiero que digas nada, ahórrate las mentiras. Solo tómalo...

Hizo caso, agarro la bolsa y la guardo en su bolsillo en dónde guardaba las demás. Al mirar a Dahyun sabía que su mirada era de desaprobación.

  — No es lo que tu crees— Contesto con una pequeña escusa Sana. 

  — Te dije que no necesitas decirme nada. Solo cuídate al volver a casa ¿si?— Cerro la puerta en su cara de la japonesa. 

No se sentía molesta pero mentiría si dijera que no se sentía decepcionada. No le gustaba imaginar la idea de que se estuviera matando con esas sustancias nocivas para la salud, la ayudaría de alguna u otra forma.

Miraba con mucha atención las marcas de su muñeca, sana tenía el cuerpo pequeño pero tenía una fuerza bruta muy impresionante y las marcas de sus muñecas eran un claro ejemplo de ello. Esa mirada no la olvidaría nunca, era una mirada vacía que la veía con mucho detalle.

Sana era una chica misteriosa en todos los sentidos, cada vez que veía una faceta nueva es como si se alejara cada vez más de su japonesa. Es como si fuera una completa desconocida y no le gustaba ese sentimiento. En su pequeño escritorio estaba el obsequio que le iba a dar pero que olvido por completo, no busco el momento para entregárselo. En su celular tenía varios mensajes de sus grupos de amigas pero ninguno de Sana. Era muy pronto para que le enviará uno más con la ultima platica que tuvieron. 

Llego su madre luego de media hora después al parecer demasiado feliz por la excelente noche que tuvo. Dejo sus cosas en el sofá de su sala y se fue directo a la cocina para tomar algo de agua.

— Dahyun, ya estas despierta— Hablo muy animadamente— El chico de ayer era un tipo muy lindo, espero pronto me des la noticia de que es tu novio.

— ¿Jackson te gusta por que tiene dinero?— Le pregunto sería a su madre.

— En parte si, aparte de ser una persona educada. Deberías invitarlo más seguido.

No quiso contestarle a su madre, no quería pelear con ella menos en estas fechas. Fue a su habitación para cambiarse, tomar su bolsa e ir a la casa de Chaeng para así evitar discutir con su madre.

Lo bueno que su amiga ya se encontraba despierta y si que tenía una enorme sonrisa en su rostro. La invito a pasar a su habitación, sus padres se encontraban trabajando por lo que tenían la casa para ellas solas.

— ¿Y como te fue ayer en tu cita?— Pregunto curiosa la menor. Estaban sentadas en la cama de su amiga y un poco cerca que la abrazo de manera fuerte, y muy feliz.

— ¡MUY BIEN!— Gritó emocionada. Su hoyuelo se podía ver y su sonrisa contagiosa también— Ella me llevo a cenar, fuimos por un helado también y a patinar un poco. Me dio un regalo que no me esperaba, me sentí mal por que no le lleve nada pero Mina es muy amable, educada y respetuosa.

— Todo lo contrario a Sana, al parecer— Bromeó Dahyun— ¿Que te dio?— Su mejor amiga se levanto para ir por una bolsa que estaba en su escritorio. La bolsa era grande y pesada, cuándo vio su interior no podía creer lo que veía— Este equipo de arte es muy caro y te ha comprado todo, estoy sorprendida ¿Entonces ella también es hija de padres ricos?

 — Yo me quede de la misma manera, no quería aceptarlo pero me insistió mucho diciéndome que no era caro, si no todo lo contrario. Supongo que es pudiente igual.

 — Si que son unos misterios esas japonesas. 

— ¿Por que lo dices Dubu?— Pregunto curiosa su amiga al escuchar la forma en que lo dijo.

— Ayer me reconcilie con Sana. Ella trepo a mi ventana para verme, fue muy bonito, pero... ella me dio un poco de miedo. Me tiro a la cama, se subió encima de mi, me sujeto demasiado fuerte y la mirada que me daba era, no se como explicarlo— Hablo bajito un poco avergonzada. Llevaba una blusa manga larga, se alzo un poco las mangas para que Chaeyoung viera sus muñecas.

— ¿E-ella te hizo eso?—Tartamudeo la pequeña chaeng que sujeto las muñecas de su amiga observándola.

— Sí, es la primera vez que actúa de esa manera. Pensé que simplemente estaba drogada, cuándo se durmió saque unas bolsitas con un polvo blanco de su bolsillo y efectivamente era droga. Se que no es mala por que cuándo nos besábamos, estuvimos apunto de... tu sabes, hacerlo. Ella se detuvo cuándo se lo pedí.

¿Entonces se droga? ¿Crees que Mina también haga lo mismo?— Pregunto decepcionada.

  — No lo sé, cada día siento que conozco menos a Sana y eso me hace sentir mal. Me alejo cada vez más de ella y no quiero eso— Suspiro— Ahora que lo recuerdo, le tome una foto en la mañana mientras dormía y ella reacciono mal, me pidió que no subiera la foto.

— Eso es extraño.

— ¿A que te refieres Chaeng?

Ella no quiere que subas esa foto, se va una semana y no te manda mensajes, ni te los contesta ¿Que te mantiene demasiado ocupada para no enviar mensajes? Luego regresa y no te avisa— Dahyun la miraba confundida— Lo que quiero decir es que puede estar engañándote, tal vez tenga otra novia en busan. 

— ¿Tu en verdad crees eso?— Sintió como su corazón se apretó en su interior como si cada palabra que escucho doliera.

— Sana al ver como te mira siento que te quiere pero es extraño todo. La verdad siempre sale a la luz, así que no debes preocuparte— Le dio un pequeño beso en su mejilla a su amiga para animarla un poco. 

 — No hablemos de eso más ¿Crees volver a ver a Mina?— Cambio de tema Dahyun.

— Me pidió otra cita ¿Crees que le guste? siento que soy muy infantil para ella— Sus mejillas se encontraban rojas.

  — Ten paciencia y con el tiempo lo sabrás. Por lo que me cuenta Sana es una chica muy difícil de tratar si no quiere estar cerca de la persona... contigo es lo contrario.

  — Me alegra oír eso— Su sonrisa creció y quería salir de su tierno rostro.

Sana había llegado bien a su departamento en dónde estaba una Momo aún durmiendo y a una Mina sentada leyendo el periódico muy concentrada. Entro rápido a la cocina para tomar una manzana y comer algo que su estomago pedía a gritos el desayuno.

— ¿Algo interesante en el periódico?— Pregunto sana sentándose alado de Mina disfrutando de su deliciosa manzana.

— Nada interesante, recién salió la noticia del político de Busan. Ningún rastró, están relacionando la muerte con otras personas, el jefe se pondrá feliz. 

— Supongo que así sera.

— ¿No te emocionada? eso significa que subiremos y nos dedicaremos solo a eso ¿No es lo que querías? 

  — Antes de conocer a Dahyun, realmente lo deseaba ahora no, es distinto — Suspiro.

  — ¿Que te preocupa?— Pregunto Mina, veía el rostro de preocupación de su rostro.

— Dahyun descubrió una bolsa de mi mercancía. Hay días que ya no quiero mentirle más, se vuelve cada vez más difícil y entre más le miento, mi consciencia se vuelva más pesada— Mina la miraba pensativa— Cuándo te enamores entenderás.

 — No quiero, cada vez que veo o pienso en chaeyoung y en nuestra pequeña cita, me pongo feliz.

— Entonces pronto entenderás a lo que me refiero... 

Sana se levanto del sofá para irse a cambiar a su habitación y  poder ir a dormir de nuevo. Su cuerpo se sentía cansado, veía con amor aquella venda que su novia le había limpiado con mucho cariño. Entre más linda Dahyun más pesado era su remordimiento, no quería perderla por decirle toda la verdad, no lo tomaría bien o eso pensaba.

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