Capitulo tres.
La semana pasó más rápido de lo que se pudo imaginar Dahyun. Se había vuelto más cercana a Jackson, salían todos los días y almorzaban todos los días juntos en la escuela, parecían novios ya.
Dahyun se sentía muy bien con aquel chico, era muy atento con ella, le mandaba mensajes todos los días, y le ayudaba cargando su mochila. Muchos quedaron sorprendidos por la cercanía que tenían ahora, nadie se esperaba que Jackson se interesaría en chicas como ella.
— ¿Y por que el repentino interés en mi?
— Desde hace mucho quería hablarte, solo que no buscaba la manera de hacerlo—Dijo el chico un poco sonrojado — Aunque no lo creas, te he observado, creo que eres una chica increíble.
— Tú también me has gustado desde antes...— La menor se sentía demasiado avergonzada.
— ¿Crees que más adelante podríamos ser novios?
El chico le interesaba y se la pasaba muy bien con el, pero sentía algo que simplemente no podía ser del todo perfecto como le hubiera gustado. Cuándo se encontraba apunto de responder por suerte llegaron sus amigas con sehun y uno de sus amigos.
—¿Y si vamos a una fiesta la el fin de semana? —Pregunto el chico rebelde— También puede venir tu novio.
— Me parece muy bien la idea, ahí estaremos.
El chico guiño el ojo para despedirse de todas las chicas y darle una palmada al chico en su hombro.
Hoy Dahyun y Jackson tendría otra cita, quedaron en ir al cine, ir a un centro de vídeo juegos y a cenar. La menor ya se encontraba en el lugar acordado para esperar a que el chico llegara, no tardo y llego... se veía bastante bien, las chicas lo miraban por que el tenía una sonrisa encantadora.
— ¡Que hermosa te encuentras hoy!
—¡Tú también luces muy bien!
Caminaban a una distancia considerada el nunca en ningún momento intento agarrarle la mano, ni en el cine cuándo tenía la oportunidad de hacerlo. El centro de videojuegos fue de la misma manera, se divertían y una que otra mirada que el chico le regalaba.
Se encontraban en el final de su cita, en un pequeño restaurante cercano de la plaza a la que habían ido. No era muy lujoso pero el lugar tenía una pinta hogareña que era reconfortante.
— ¿Te has divertido hoy? Espero no ser el único—Mientras tomaba su vaso de agua para beber un poco.
— Siempre me la paso muy bien contigo—Le regaló una sonrisa.
Ambos comían tranquilamente mientras contaban anécdotas de su infancia, lo que menos falto en la cita fueron risas y carcajadas. Tenían una química increíble y se veía a distancia.
Ya eran poco más de las 9:00 PM, Jackson se despidió de ella para ir a la otra estación por su parada. La menor no tenía por que se encontraba un poco de gente aún andando por las calles, aunque uno de los lugares en donde tendría que pasar se encontraba una parte obscura, era lo único que le causaba pánico.
Luego de unos minutos caminando llego al pequeño callejón que tenía que atravesar para poder llegar a su destino de manera rápida.
— ¿Vienes sola señorita?— Un hombre que soltaba un olor a alcohol horrible.
—No, alguien me esta esperando—Intento evadirlo pero el hombro la sujeto de su brazo.
Dahyun entro en pánico por que el hombre no tenía intenciones de soltarla ni un poco, si no al contrario que su agarre se volvía más fuerte.
— No creó que la persona que te está esperando, se moleste por esperar un poco más.
Intento hacer fuerza pero el hombre le agarró su cintura y olfateo su cabello, su piel se erizo.
— Yo creo que si me molestaría si me hace esperar un poco más—Dijo aquella voz femenina que desconocía totalmente.
El hombre con intenciones de contestar, cuándo apenas la miró sus ojos eran de miedo absoluto. Se fue corriendo soltando de golpe a Dahyun quién se encontraba un poco asustada, tenía miedo que la persona resultara ser mala.
— ¿Te encuentras bien? No creo que debas andar por estos lugares tu sola.
— ¡G-gracias!— Tartamudeo. No sabía si sería buena voltear a ver de quién se trataba.
Dahyun volteó poco a poco, para lograr ver a una chica que se encontraba recostada en la pared con un cigarro en la mano, ahora tenía explicación del olor horrendo que olía. La chica tenía una gabardina de color café obscuro, se veía elegante totalmente. Aunque cuándo la observo mejor, se dio cuenta de quién se trataba que hasta abrió los ojos.
— ¡¿M-minatozaki?!
— ¿Si? ¿Acaso me conoces?— Luego de terminar de hablar, observaba a Dahyun de pies a cabeza analizando cada acción que realizaba— ¡AH, YA SÉ QUIÉN ERES! ¿Eres la niña que fue vestida como vomito de arcoiris con su novio ñoño?
Se le había olvidado lo irritante que era que su nerviosismo se volvió enojo por aquellas palabras que escucho salir de sus labios.
—¡Que grosera! Olvidaba esa parte de ti...
—No sabía que eras una chica muy delicada.
— No lo soy, aunque debo agradecerte de todos modos que me ayudaras. Aquel hombre solo de verte huyo ¿Debería hacerlo también?
— ¿Crees que te haría daño?—Tiro el cigarro y lo aplastó con sus botas.
— No lo sé, tú dime...—Se encontraba enfrentándola. No sabía de dónde saco el valor.
Sana ignoro completamente lo que le había dicho, para contestar un mensaje que recibió unos minutos antes. Sus sentimientos eran confusos, sabía que se volvería a encontrar a esa chica...
Dahyun procedió a caminar para irse, no le veía el caso estar en un callejón con una completa desconocida.
En todo el camino no pudo sacar de su mente el horrible momento que paso, tuvo un día muy bonito pero del final no podría decir lo mismo.
— Pensé que se vestía de esa manera todos los días, pero se veía bien—Murmuro para si misma sin dejar de sonreír por alguna razón.
Sana cuándo recupero la conciencia busco a la menor pero no la encontró en absoluto por ningún lugar, pensó que simplemente se había ido.
— Todavía la salvo y no tiene la decencia de despedirse al menos...—Murmuro.
Camino para entrar a la tienda a comprar comida que eso es lo que en primer lugar fue hacer, seguro sus amigas ya se encontrarían con hambre y momo debe estar tirando todo por que la comida no a llegado.
No tardo tanto como lo esperaba, por que lo que todo fue muy rápido. Compro algo para beber para que no se atragantaran con la comida y un poco de alcohol por si se requería.
— ¿Por qué tardaste tanto? Momo estaba que ya se comía la mesa.
—Lo siento me encontré al idiota de Kim tomando, acosando a una chica.
— ¿Desde cuándo ayudas a personas?—Se burlo momo.
— Creó que alguien no cenará hoy—Se burlo.
— Solo es una broma...
Todas se reían por ver como momo hacía pucheros para que la dejaran comer también. Mina puso las cosas en la mesa para que comenzaran a disfrutar su festín que se les hacía agua la boca. De vez en cuándo Momo le robaba comida a Sana y Mina, solo les causaba gracia, se veía toda una casanova pero en realidad era como un mapache.
— ¿Y la chica que salvaste al menos era bonita?—Hablo momo aún con comida en su boca.
—Creó que si, no lo sé. Aunque fue muy grosera, se fue si despedirse.
— Seguro pensó que te querías aprovechar de ella sexualmente—Se burlo momo. Dejaba ver la comida aún en su boca en que se reía.
—Momo, compórtate—La regaño mina — Seguro Kim solo la quería asaltar para comprar un poco más de su droga, aún nos debe dinero de la ultima vez, creó que deberíamos visitarlo.
Las chicas asintieron para continuar comiendo, ya que momo parecía no callarse nunca. Tomaron un poco de soju para relajarse, ya que mañana tendrían que hacer un trabajo, entonces no descansarían como otros días en los que no hacían nada.
El día llego, momo y mina se fueron a sus lugares asignados. A Sana le había tocado ir a la escuela de su amigo Sehun para llevarle unas cosillas.
No le gustaba pisar una escuela, solo de ver a los estudiantes le revolvía el estomago, no entendía por que su amigo fingía ser estudiante. Ingreso al instituto para verlo en dónde siempre quedaban y ahí se encontraba el chico esperándola.
— ¿Por que has llegado tarde?
—No sabía si debía entrar, un maestro vigilaba ¿Me vez con apariencia de estudiar aquí?—Pregunto sarcásticamente.
—No, pareces más un bryan que podría asaltarme ahora mismo—Rió— ¿Que me trajiste esta vez?
— Lo que le pediste al jefe, aunque hay unas nuevas pastillas—Saco unas bolsitas de su bolsillo izquierdo dejando ver unas cuantas drogas— Esta de aquí, es para tu consumo por si las quieres probar.
El chico guardo rápidamente las bolsas en su mochila, ya que si alguien los veía podrían ir a la cárcel los dos ese instante.
—¿Ya los has probado?
— Sí, súbete a una moto y corre, y sentirás la verdadera adrenalina. Sería bueno para la fiesta de fin de semana.
— Me estas animando—Hizo una expresión ganadora— Aunque cuándo venda todo, te aviso para que me traigas más.
—El jefe se encuentra feliz por tu trabajo, continua así y progresaras pronto—Le dio unas palmaditas como signo de despedida .
Recordaba muy bien como es que había llegado aquel trabajo en dónde se encontraba. Un hombro cuyo rostro desconoce, las acogió en su hogar (si se podía llamar de esa manera) El hombre les ofreció comida, techo y ropa, a cambio de que trabajaran para el más adelante... no tenía otra opción más que aceptar aquel trato, si se arrepentía un poco, pero al no tener nada, fue una oferta muy tentadora que ninguna de las tres dudo en aceptar.
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