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Capitulo treinta y siete.

El fin de semana estaba presente, tuvo una semana difícil pero nada que no solucionara tomando un café o haciendo sus deberes, era muy responsable a pesar de ser pequeña. Nayeon le pidió de favor a la menor si podía acompañarla a comprar un poco de ropa, ya que momo le había dado dinero para eso. Aunque esa parte no se la contó a Dahyun, aún su amiga mal pensaba de dónde saco tanto dinero para venir a comprar a tiendas como en las que se encontraban en estos momentos.

Estaban en Gangnam una zona muy prestigiosa en seúl, la mayor compraba abrigos, blusas y pantalones y Dahyun era quién cargaba todas las bolsas.

  — Parece que no puedes comprar tu ropa en los mismos lugares de siempre— Se quejo Dahyun, tenía un montón de bolsas y no sabía de dónde sacaba fuerzas para poder con todo.

— Esta bien que me consienta una vez cada 20 años— Bromeó Nayeon quién estaba viendo unos vestidos que se quería probar.

— Si, como digas— Exclamo Dahyun— ¿Ya me vas a decir quién te dio todo ese dinero? Y tampoco se por que termine aceptando venir contigo sabiendo lo peligrosa que eres cuándo compras.

  — Luego te digo, pero no es nada malo— Respondió fresca la coneja quién aún quería mantener en secreto su relación que estaba empezando.

Así siguieron por horas, de tienda en tienda. Lo que tenía Nayeon era que era muy indecisa y al principio decía que si pero luego que no y eso era muy frustrarte para Dahyun quién solía hacer sus compras de ropa rápido.

Le dijo que iría a comprar algo para beber, su garganta estaba seca gracias a las muchas bolsas que su mayor le entregaba y aún seguirían un par de horas. Miro su reloj y eran las 4 de la tarde, ya llevaban 5 horas comprando y no entendía como no se había cansado aún su amiga.

Iba de regreso con su amiga luego de a ver bebido un poco de agua, pero no la veía en dónde estaba hace ratos. Fue a buscarla por la tienda, no veía a la coneja por ningún lado, era como si ya no estuviera ahí.

  — ¡En dónde estará esa coneja fastidiosa!— Se pregunto para si misma.

— Oh, miren a quién me vine a encontrar... a la novia de Jackson— Dijo Bae sorprendida. Eso hizo voltear a Dahyunr para sonreirle aunque eso era lo último que quería hacer— ¿Vienes de compras?

  — No, solo vine acompañar a una amiga, yo no gastaría tanto dinero en ropa— Expresó sincera Dahyun.

— ¡Que chica más sincera!— Rió Bae— Veo que Jackson hizo una buena elección de novia— Observo que Dahyun la miraba irritada, así que pensó en jugar solo un poco— Ya que estas aquí ¿Puedes hacerme un favor?— Dahyun con mala gana asintió para ayudarla. Bae le hizo una señal para llevarla al área de lencería. Le pidió a uno de sus acompañantes que le trajeran las prendas que señalo y unas si que eran un poco encantadores— Quiero que me des tu opinión como mujer. Hoy quiero sorprender a Sana así que quiero que me digas con que lencería lo haría...

Dahyun frunció el ceño al escuchar las palabras tan engreídas de su boca, en verdad Bae la irritaba. Pensó que Sana la escucharía pero al parecer no fue así.

  — ¿Te sucede algo?— Pregunto de nuevo Bae divertida de la situación.

— Sí— respondió sin darse cuenta Dahyun.

— ¿Que tienes?— Fingió voz de preocupación.

— Estoy cansada. Deja a Sana en paz, no quiero que juegues con ella... ella no es un juguete y no voy a permitir que sigas con esto, se ve que eres el tipo de persona que apenas se aburra te desharás de ella.

La chica frente a ella no se imagino que la enfrentaría, menos a alguien como lo era ella. Intento aguantarse la risa pero continuaría un poco más con su broma.

  — ¿Disculpa?— Pregunto apenada— ¿Por que la novia de Jackson me dice estas cosas? ¿Acaso conoces a Sana?— Fingía su voz, era buena actuando y manipulando a las personas. La persona que venía con ella acompañándola y cuidando de su seguridad iba a intervenir pero le hizo una señal de que no era necesario.

 — Sana es mi ex novia y por eso me preocupo por ella, no dejaré que ni tu ni otra persona le haga daño— Respondió sincera. En su rostro se veía el enojo que fuera de serlo era más su celos.

  — Quién pensaría que mi futura novia sería tu ex. De saberlo no te pedía ayuda para seducirla pero tengo que decirte que no te haré caso, tu ahora estas con Jackson y Sana conmigo, yo haré lo que quiera con ella— Tenía esa sonrisa de satisfacción, estaba disfrutando el ver a la menor muy frustrada y enojada. 

Dahyun estaba a punto de responder pero en eso Nayeon la vio de lejos que fue corriendo hasta dónde estaba la menor, su pequeña pelea se escuchaba hasta los probadores muy cerca en dónde estaba la coneja.

  — ¿Te esta molestando?—Pregunto Nayeon. Se puso alado de Dahyun para ver con quién estaba peleando, normalmente era una persona muy pacifica.

  — Sí— Respondió de inmediato Dahyun— Pero, no tiene importancia.

Nayeon miro de nuevo a la chica de enfrente y la reconoció enseguida. Si que su amiga tenía el valor de enfrentarla, si supiera quién era la menor seguramente se arrepentiría de sus palabras.

  — Vamos Dubu— Dahyun le hizo caso a su amiga por que sabía que la discusión no llegaría a ningún lado. 

Dahyun luego de reaccionar sintió vergüenza de todo lo que le había dicho, pero su enojo no entendía razones. Su rostro se torno rojo recordando las palabras que salían de su boca, fue algo tonto.

  — ¡Qué acabo de hacer!— Murmuro. Tapo su rostro con ambas manos mientras repetía lo que acababa de decir.

— ¿Quieres que vayamos a comer? Creó que ya hemos hecho muchas compras.

Nayeon solo quería calmar a su amiga, le daba ternura. Escucho parte de la pequeña pelea que tuvo y no entendía de dónde saco fuerzas para enfrentar a la que se supone que salía con Sana, por que sabía que todo eso era falso. Dahyun acepto la petición de su amiga, tenía que descansar sus brazos luego de tantas bolsas que estaba cargando y así distraerse un poco más.

El clima parecía nublado, según los pronósticos llovería más tarde por lo que no andaba en su motocicleta como siempre. Bae le pidió el favor de comprarle un obsequio para una de las futuras accionista con las que firmaría hoy. A veces no entendía como nadie sospechaba que era ella una de las mujeres más peligrosas y más buscadas 

Iba a una de las joyerías más importantes y caras de todo seúl. No era buena con ese tipo de cosas, así que solo pidió lo que se veía lo más caro posible. Salió de la tienda y se sentó para disfrutar un cigarrillo por que todavía no era la hora acordada para ir. Ya eran las 6 de la tarde, tenía que estar ahí 6:30 y esperarla para llevarla a casa, eso le enojaba por que ya parecía más una guardaespaldas y ese no era su trabajo estaba muy lejos de serlo.

Tomo un taxi para ir a su encuentro con Bae, estaba en la entrada de aquel enorme hotel esperándola con Momo aún lado y le entrego la pequeña caja que tenía en su bolsillo, 

 — Me alegra lo puntual que eres, quiero que me esperas aquí. No tardaré mucho, solo tendrá que firmar y listo nos iremos a casa

  — De acuerdo— Respondió sería Sana. 

Saludo a momo con una sonrisa quién ya estaba por irse. Veía como Bae caminaba hasta la puerta pero se detuvo un momento.

— Tu ex novia es una chica interesante. Me grito hoy en la tienda, que peculiar es. Ahora entiendo por que te tiene así— Dijo con una voz calmada y dulce, le pareció muy tierno lo de la tienda. Volteó para ver el rostro de Sana, veía que estaba por negar todo— Ella me lo dijo todo, así que no lo niegues, me pidió que me alejará de ti y que no te hiriera— Rió—Bueno, ahora si me voy.

 Ahora solo le quedaba esperar afuera, miro al cielo y las nubes estaban grises. Estaba oscureciendo y las estrellas no se veían por que las nubes tapaban el cielo. Prendió un cigarro, se fue asentar en la banqueta de alado del hotel, no quería entrar prefería estar afuera tomando un poco de aire fresco. Llevaba un paraguas por si acaso empezaba la lluvia.

Un cigarro tras otro consumía, era su manera de matar el aburrimiento. Tzuyu le mandaba mensajes pero le tardaba en contestar, le alegraba que la taiwanesa por fin entendiera que solo debían ser amigas y lo tomo de la mejor manera a como lo esperaba. Un mensaje le llego a su celular, ya habían pasado dos horas por lo que iba a la entrada en dónde esperaría a Bae quién ya estaba por salir. 

 Dahyun venía caminando con un poco de prisa, Nayeon le había pedido que la acompañara a un lugar luego de que terminaran de comer. Se vería con una persona por estos lugares por lo que primero tenía que ir a un lugar para arreglarse, eso le hacía preocupar más, ya que esta era una zona cara y se preguntaba como sería la chica que sería novia de su amiga. 

Intentaba caminar para tomar un taxi pero no parecía pasar ninguno, era lógico se supone que la mayoría que viene por aquí debe tener vehículo, también para su mala suerte su celular se había descargado por lo que no podía pedir uno. Vio un hotel de lejos, pensó que seguramente ahí habría algún taxi y camino hacía ahí. Vio un lujoso vehículo en la entrada, entre más se acercaba reconoció de quién se trataba, su cuerpo sintió una extraña sensación y es que esa mujer le daba mala espina y más cuándo sus ojos se encontraron con los de ella, le dio esa sonrisa maliciosa que asustaba a cualquiera. Se detuvo, solo quería esperar a que se fuera o eso tenía planeado hasta que vio a sana que tenía una sombrilla parada casi enfrente de esa horrible mujer.

— Sana ¿Te hice esperar?— Dijo la mujer muy tranquila. 

Tenía esa mirada seductora y divertida en su rostro. Se acerco a Sana y la abrazo, la japonesa se veía irritada pero sabía que su jefa era así de vez en cuándo. Le dio un beso en el cuello. Al verlo tiros sus bolsa al suelo haciendo un ruido que llamo la atención de las dos chicas. Arranco a correr, la japonesa la reconoció por lo que fue detrás de ella dejando a Bae sorprendida de como le valió dejarla ahí.

No era una persona muy atlética pero saco fuerza para correr de la manera rápida en la que estaba corriendo en esos momentos. Lo único que se le vino a la mente es que se habían acostado como esa horrible mujer lo había presumido en la tienda. Los truenos se hacían presentes  en el cielo, acompañado de rayos.  Su cuerpo se canso por lo que paro enfrente de una tienda, miro al cielo y luego miro al suelo, se aguantaba las ganas de llorar y no entendía el por que.

Sana era veloz pero la menor se las ingenió para escabullirse entre la multitud. Estaba por rendirse pero estaba preocupada pensando que alguien le hizo daño o lo intento, la encontró enfrente de una tienda intentando recuperar el aliento. 

Intento acercarse con cuidado, no quería alarmarla por si aún continuaba asustada. Miro como la respiración de la menor era agitada por su cansancio, se notaba que no era muy atlética después de todo.  Con su brazo derecho intento agarrar su hombro pero antes de que pudiera tocarlo, la menor le dio un manotazo para que no sucediera.

—¡Princesa!— Dijo muy sorprendida sana quién tenía una expresión de tristeza.

Dahyun parecía no querer hablar, tampoco se movía un poco, era como si estuviera congelada. En su mente abundaba el enojo y la frustración por todo lo que en esos momentos se estaba imaginando, era estúpido todo, y un golpe de realidad le pego como un balde de agua fría.

— ¡No me vuelvas a tocar con tus sucias manos!— Respondió, su voz era fría y la mirada que le dio a sana, estaba para morirse.

Las dos se miraban directamente a los ojos, mientras los de Sana demostraban desesperación, los de Dahyun parecía querer asesinarla en esos momentos.

— ¿Que sucede? ¿Alguien te hizo daño?— Sana intentaba romper la berra que se estaba formando entre ambas.

Dahyun estaba demasiado enojada, sentía como si sana le hubiera sido infiel. No podía reclamarle nada, se sentía estúpida por preocuparse por ella y quería herirla de la misma manera en la que le dolía el corazón.

 —No vuelvas a tocarme con tus asquerosas manos— Dijo con enojo, las palabras que salían de su boca contenían veneno para Sana—No quiero que una persona como tú me vuelva a poner las manos encima, intente creer en alguien que ni siquiera conoce el amor paternal por que ni si quiera sus propios padres te quisieron ¿Puede alguien como tu si quiera poder amar?, lo dudo rotundamente.

 — ¡No vuelvas a repetir eso!— Dijo sana despacio, quería evitar gritar y alterarse.

Los truenos estaban presentes queriendo ocultar la discusión que tenían ambas enfrente de esa pequeña tienda. 

 — ¿Te duele que te digan la verdad?  Alguien como tú no entiende ni siquiera que es el amor, lo único por lo que te guías es por tus sentimientos de egoísmo por no querer estar sola... te aferras a la primera persona que te demuestra interés.

  — Mejor cállate, no te vayas arrepentir de lo que me estas diciendo— Dijo Sana quién apretaba sus dientes intentando contenerse.

— Es igual como sucedió conmigo, vienes con tus mentiras diciendo que solo quieres protegerme, eso solo es una escusa barata para que te acuestes con la primera persona ingenua...

Sana no quería seguir escuchando hablar de esa manera a Dahyun quién solo lanzaba palabras para herirla. No entendía que había hecho mal, no era verdad nada de lo que decía, ella ni siquiera se había acostado con nadie más que no fuera la menor. Se dio la media vuelta para irse,  pero la menor hablo para que se detuviera.

 — Me alegro de que te fueras, intente querer a una persona como tú. Eres lo que más odio en una persona, pero gracias a que te fuiste le di la oportunidad a un chico de verdad— Dijo Dahyun con tanto veneno que cuándo entro en razón se había arrepentido de haberlo dicho.

Dahyun veía que no movía ni siquiera un dedo, Sana volteó a mirarla... fue ahí cuándo se arrepintió de haber dicho esas palabras. Sana parecía querer derramar lagrimas, la miro por ultima vez antes de devolver su mirada al frente.

— ¿Eso es todo lo que querías decir?— Sana rió— Tal vez tengas razón en todo lo que dices, gracias por hacerme saber lo que verdaderamente piensas. Te prometo que esta vez no volverás a verme...—Sana apretó sus manos con mucha fuerza— Mucha suerte con Jackson, espero que el si sea eso que tanto buscas. 

Dahyun le había roto el corazón a Sana Minatozaki, dejó que su enojo hablara. Al sentirse herida quiso hacerla sentir igual, pero eso fue un grave error del cuál ahora se arrepentí. Cayó al suelo de rodillas queriendo llorar de la misma manera que logro hacer llorar a Sana. Las palabras que le dijo eran tan fuerte, le dio sin darse cuenta en los miedos que aún abundaban en sus pensamientos. Cuándo alzo de nuevo la mirada la silueta de Sana no estaba más, se puso de pie y caminaba a pasos lentos sin tener la menor idea de a dónde se dirigía. 

Se sentía una mala persona y ella no era eso.

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