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Capitulo cuarenta y siete.

Una larga semana había pasado tan rápido, al igual que sus exámenes y es que fue uno sus peores días. No tenía descanso, no dormía bien y lo peor es que ninguno de esos días había visto a su novia. Se mandaban mensajes, fotos y audios, pero no era lo mismo como verla.

Aún era un poco peligroso que salieran juntas, las cosas se habían calmado y la japonesa ya estaba casi recuperada. Lo único que le dolía era la sutura que le hicieron, pero su herida por las fotos que le mando estaban mejor. La que estaba peor que ella era Nayeon, como se lo imaginaba se peleó con Bae, ella si tenía motivos para estar celosa por que Momo si se había acostado con ella.

Sana le había mandado una rosa para desearle una buena semana de exámenes. Lo bueno es que Jackson ya no molestaba más y no sabía nada de el luego de su pequeña discusión en ese restaurante. Muchos se preguntaban sobre que sucedió por que no veía más al chico. Aunque seguramente todos ya se imaginaban que habían terminado y hasta el momento no escucho un rumor. Aunque Chaeyoung se encargo de esparcir que había vuelto con Sana, aunque nadie lo creía.

Estaba en clase de gimnasia, ahora participaba más y se veía más brillante que todos los días anteriores. Solo le bastaba recordar aquellos besos que tenía con Sana para que su corazón quisiera salir de su pecho y la sonrisa no se le borrara en todo el día. Gracias a sus pensamientos de una chica enamorada no se fijo y choco con uno de los postes de la cancha de voleibol.

—Señorita Kim, tenga más cuidado—La regaño su maestra. 

Se levanto de manera rápida con la cara roja por el golpe y también por lo avergonzada que estaba. Su nariz estaba rojita por el golpe así que con su mano lo tapo para que no la vieran.

—Deberías tener más cuidado, Kim—Dijo EunHa trayéndole un poco de agua—No pongas esa cara, llevo tiempo sin molestarte.

—Aún me siento un poco extraña que no vengas a molestarme—Rió Dahyun— Nunca me contaste que fue lo que te hizo recapacitar—Bromeó.

—Una parte fue por Sana—Empezó hablar— Un día me la encontré en un antro, mis amigas decían que no dejaba de verme. Siempre me gusto, por lo que vio una oportunidad y fui hasta dónde estaba ella. Bailamos y cuándo pensé que me iba a besar, me humillo enfrente de todos—Hizo una sonrisa incomoda—Realmente me la pase mal.

— Lo siento mucho por eso, la regañare por eso—Respondió la menor apenada.

—No tienes por que sentirlo. Me lo merecía, fui una verdadera perra—Rió la chica.

Las dos chicas rieron, EunHa ahora que lo veía era una chica muy dulce y amable. Lo único que nunca entendió por que solo la molestaba a ella.

—¿Por que siempre me molestabas?—Pregunto Dahyun curiosa.

—No lo sé, al principió fue por diversión y luego fue más por que Sana te hizo caso a ti y no a mi—Rió la chica—Creó que Sana vio lo especial que eras desde un principió.  Yo intente muchas veces hacerla terminar con Tzuyu por decirlo de una manera; nunca me funciono.

—Me alegra que al final de todo, podamos ser amiga—Le rió de vuelta Dahyun.

La clase de gimnasia había terminado, todos iban a cambiarse menos la menor quién siempre esperaba a que todos terminarán para poder cambiarse sola. Aún no podía cambiarse delante las demás personas, una vez lo intento y termino poniéndose roja completamente.

Entro a los vestidores y ya no había nadie, así que con mucha calma se empezó a desvestir para poder bañarse rápido e ir a clase. Cuándo estaba por cambiarse luego de su rápido baño escucho un ruido en los vestidores. Así que se puso rápido su uniforme y miraba por todos lados pero ya no escucho nada, pensó que solo era su imaginación.

Cuándo estaba guardando sus cosas en su mochila sintió unos brazos rodearle su cintura. El perfume que desprendía la persona y su tacto tan delicado solo podía significar; Sana.

—No te haré daño, princesa—Sana recostó su rostro en su espalda de Dahyun—Quería verte y no podía esperar a que fuera la hora de la salida.

—Yo también quería verte—Dahyun se dio la media vuelta para poder abrazarla—Me alegra saber que estas mucho mejor ¿Te han cuidado bien? Espero que no demasiado bien.

—Nadie me cuidará mejor que tu—Rió Sana.

El abrazo fue tan fuerte que se termino quejando de Sana.  Ya que todavía le dolía un poco su herida. Aún así no dejaba de entrenar, no podía perder su condición pero eso no se lo decía a Dahyun o la regañaría.

—¿Quieres que vayamos al cine o algo?—Pregunto Dahyun muy emocionada.

—Me parece bien—Rió Sana.

Dahyun se sentó en una de las bancas de los vestidores y Sana iba hacer lo mismo pero termino recostándose en su regazo. No había mejor almohada que el estar en el regazo de su novia, no había sustituto y nunca lo habría.

Veía lo cómoda que estaba Sana, con mucho cuidado acariciaba su cabeza. Le hacía piojito y veía como su cuerpo se relajaba, antes no sucedía eso, ya que siempre estaba a la defensiva. Era como si solo estuvieran ellos dos en el mundo, como si no importase nada más y el estar la una a la otra solo les daba fuerzas para continuar con mucha actitud sus vidas.

La paz se acabo cuándo escucho muchos gritos venir de afuera. Al principió pensaron que no era tan grave hasta que se escucharon unos disparos y fue ahí cuándo Sana se levanto de golpe, y llevo a Dahyun a esconderse en los baños que estaban atrás.

—Sube tus pies aquí. Yo estaré en el baño de alado, solo no hagas ruido—Le hizo una señal de silencio—No dejaré que nada te pasa ¿De acuerdo? Así que tu no te preocupes.

—Pero Sana, aún no estas bien—Dijo angustiada Dahyun.

—No soy una persona débil, no me hagas ver de esa manera.

Sana se escondió en el baño de alado, los gritos venían y sabía que no tardaría en venir la policía. Se cubrió el rostro con un cubre bocas y esperaba que no entraran y que llegara la policía a tiempo. Para su mala suerte escucho como esos hombres hablaban, al parecer buscaban a alguien y por un minuto pensó que se trataba de ella. No buscaría a nadie más y se sentía culpable por causar un alboroto de esta manera más en una escuela. Al parecer las personas eran unos hombres de aproximadamente su edad, no reconocía ninguna de las voces.

No vemos a la chica en ninguno lado, jefe—Dijo uno de los hombres molesto.

—Debemos seguir buscando o el jefe estará muy molesto. Debe de estar aquí, la vieron entrar y no puede esconderse si no sabe que la estamos buscando. Hay que enseñarle que con algunas personas no se juegan—Gritó el hombre muy molesto y disparó hacía arriba—Ve a otra habitación, yo me quedare aquí. Tenemos que darnos prisa, la policía ya debe estar en camino.

Sabía que Dahyun debía estar asustada, lo bueno que el otro hombre se había ido. Con mucho cuidado salio de aquel baño en dónde estaba escondida y por un espejo vio en dónde estaba el hombre buscando. Intento ponerse a sus espaldas y fue ahí cuándo aprovecharía a atacarlo. 

Se dirigía a los baños y abriendo cada puerta hasta que llego a los dos últimos. Ahí fue cuándo sana con mucha fuerza le dio una patada al hombre haciéndolo caer.

—¡¿Quien fue?!—Grito aquel hombre muy molesto y levantándose rápido— Pero si solo es una chica ¿te crees la valiente?—Rió.

Sana no contestaba a nada de lo que le decía, solo lo veía con enojo. El hombre escucho un ruido provenir de uno de los baños y cuándo estaba por abrir uno la japonesa volvió a golpearlo pero esta vez el hombre con mucha fuerza golpeó cerca de su herida haciéndola caer un poco.

Le estaba apuntando con una pistola y Dahyun lo vio por el pequeño orificio que tenía la puerta del baño y fue cuándo salió de golpe. Por su acto desesperado logro golpear al hombre con la puerta.

—Veo que hay dos de ustedes— Al verla mejor sonrió—Hoy debe ser mi día de suerte—Le apunto con la pistola a Dahyun.

Sana no lo pensó más, cuándo lo vio distraída con la menor. Se acerco con ligeros paso y con mucha fuerza y rapidez le rompió el cuello al hombre haciéndolo caer. La menor quedo con los ojos bien abiertos, estaba asustada pensó que le disparia. 

La policía llego, al parecer muchos se habían ido y no lograron encontrar a nadie más que el que Sana había matado ahí mismo. Dahyun corrió abrazar a la menor quién temblaba, los policías hicieron preguntas y las dos dijeron que fue en defensa propia. Ni los mismos oficiales entendían la razón de que entraran justo aquí personas de su tipo.

—Que bueno que nadie salió herida, pero no debiste hacerlo. Solo debiste noquearlo—Dijo el oficial.

—Lo siento, pero al ver que estaba apunto de dispararle no lo pensé...

—Lo entiendo, no te preocupes. Fue en defensa propia, con tu declaración y la de tu amiga basta—Dijo el oficial. 

Habían evacuado a todos, el cuerpo de aquel hombre estaba siendo identificado pero las sacaron ya que era una investigación oficial. Al parecer todo estaba en orden y nadie había salido herido.

—¿Quieres que te lleve a casa?—Pregunto Sana lo que Dahyun asintió.

La vieja costumbre de Sana seguía. Solo tenía un casco con ella y se lo entrego a Dahyun para poder irse. Aún por todo el mal rato que tuvieron en verdad se sentían como en sus inicios cuándo recién se conocieron y ambas sonreían.

Llegaron a salvo a su casa, se estaciono en su puerta y con mucho cuidado ayudo a bajarla.

—A veces pienso que te traigo muy mala suerte—Rió Sana.

—No te preocupes por eso, siempre estas ahí para salvarme—Lo tomo Dahyun con humor.

Sana se acerco para darle un pequeño beso y juntar sus frentes. No les importaba que alguien las viera, solo quería quedarse así un poco más.

—¿Te parece si vamos al cine más tarde?—Pregunto Sana—Tendremos una cita normal y bonita.

—¡Me encantaría!—Dijo emocionada Dahyun

—Pasaré por ti a las 7. No lo olvides princesa—Le dio otro beso sana y con mucho cuidado hizo un gesto con sus narices que hizo sonrojar a la menor.

Dahyun se sentía feliz, quería tener una cita normal con Sana y hoy la tendría. Ahora solo tenía que esperar a que dieran las 7 para poder verla de nuevo.

Veía la tele y salió en las noticias lo que había sucedido en su instituto. No daban con los responsables y el único sospechoso que tenían estaba muerto, y no podían reconocerlo. Aún lo encontraba extraño, si querían a Sana el hombre debía saber quién era y normalmente nadie lograba ver el rostro de su novia. Pero el hombre al verla, sonrió entonces no podía procesar tanta información, era extraño todo y muy sospechoso.

Prefirió ir a dormir un poco, sus ojos estaban cansados y empezaban a cerrarse. Tuvo una semana muy ocupada y ahora su cuerpo pedía factura, nadie que fuera humano aguantaría tanto estrés como el que estaba teniendo. Era normal, más cuándo ya estas apunto de graduarte.

Cuándo sus ojos se abrieron eran poco más de las 6 de la tarde. Se levanto a prisas por que todavía tenía que arreglarse para esperar la llegada de su novia.

Sana estaba ya lista, se había perfumado y con el frió que hacía se puso la bufanda que Dahyun le había regalado ya hace un tiempo. Le contó todo a Bae, describió al hombre y le dijo que no había sido nadie de los de la otra vez. Tendría más cuidado, si no la querían a ella entonces se preguntaba a quién sería.

Ya había llegado a casa de Dahyun le mando un mensaje para que saliera pero llevaba media hora y no salía. Lo bueno que Sana era una chica paciente y no se molestaba.

—Perdón por hacerte esperar—Dijo apenada Dahyun.

—No importa, valió la vena esperar cada segundo y ver lo bonita que eres—Sonrió Sana—Vamos de una vez.

Dahyun nunca se cansaría de sentir su cabello alborotarse por ir en la motocicleta de la japonesa. Nunca se cansaría de estar con ella ni un solo minuto, su parte favorita del día era cuándo ambas se mandaban imágenes graciosas de su rostro.

Llegaron al cine, estaba un poco lleno y Dahyun sujeto la mano de Sana para que no se perdieran. Compraron los boletos, fueron por palomitas y como la película comenzaría pronto, fueron de inmediato a la sala.

En todo la película Sana no dejo de sujetar su mano y de darle pequeños besitos cada vez que Dahyun se distraía o se ponía emotiva con la película. La llevo a ver una película de romance, mientras que su novia estaba extasiada por la película, para la japonesa era una tortura.

Antes de irse decidieron ir a cenar un poco, el estomago de Dahyun gruño y Sana rió. Fueron a comer a un pequeño restaurante que había en la plaza, tenía buena pinta y buenas criticas. Sana jaló la silla para que Dahyun se sentara, estaba siendo demasiado atenta y eso le encantaba.

—¡Me he divertido tanto hoy!—Hablo entusiasmada Dahyun quién comía a gusto su kimchi.

—¡También yo!—Respondió Sana—Cualquier cosa que hagamos juntas es divertido.

—En estos momentos parecemos una pareja normal que vive de su mejor etapa de su relación—Rió DahyunPero, estamos muy lejos de ser normales.

—Eso es lo que hace divertido lo nuestro, princesa.

Cuándo terminaron de comer, decidieron ir a la casa de Dahyun. Ya eran las 11 de la noche y veía que sus ojitos cerraban. Siempre que se despedían era un momento muy triste, pero era necesario. Ahora que la madre de Dahyun volvía el domingo en la noche, se verían menos tiempo y no se podría quedar a dormir. Bueno eso si, ya que la japonesa nunca entro a la habitación de Dahyun por la puerta, siempre era por su ventana. ¡Que relación más extraña!

Entre tantas despedidas, a Sana se le vino una brillante idea. Lo había pensando desde el principió, tenía un sueño y el compartirlo con su novia; lo haría más especial. No estaba su madre, por lo que no necesitaba pedir permiso y sabía que diría que si o al menos eso esperaba.

—Princesa—Dijo tranquila la japonesa— Ya que tu mamá vuelve este domingo. Quería preguntarte algo, hay un lugar al que siempre he querido ir y quisiera compartirlo contigo.

—¿A dónde quieres ir? Sabes que me encantaría, hasta ir por un pequeño helado me basta—Respondió sincera.

—Siempre he querido ir a la Isla de Jeju, podríamos ir este fin de semana. Mañana será sábado y podríamos quedarnos todo el día y mitad del domingo.

Dahyun, no creía lo que estaba escuchando, también siempre quiso ir a Jeju y hoy su sueño se estaba cumpliendo y lo que lo hacía especial es que irían juntas.

—¡ME ENCANTARÍA!—Gritó emocionada.

—Le podríamos decir a las chicas que igual venga, para divertirnos más.

—¡SIIIII!—Volvió a responder emocionada.

Ese viaje sería importante en sus vidas, será el día en el que por fin el pasado de Sana la enfrentará y conocerá todo lo que la obligo a ser lo ahora es. Los problemas del pasado tarde o temprano nos alcanzan y solo nosotros sabemos cuándo le daremos fin a todo eso que nos atormenta. 

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