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Capitulo cuarenta y cuatro.

El tiempo pasaba más rápido de lo que se imaginaba, un día no volvió a saber de su querida japones y ahora estaba durmiendo a su lado. Lo que siempre le encanto de sana es que a pesar de ser como era, nunca en ningún momento le falto al respetó y siempre respetaba su espacio personal. 

Eran distintas en muchas cosas y habían cosas que no entendían una de la otra por las diferentes vidas que tuvieron en el pasado, mientras una tenía una madre que la quisiera, la otra sufría maltratos pero eso Dahyun no lo sabía del todo. Nada podía compararse a los abrazos, besos y cariños de ambas, nacieron para estar juntas aún con todas sus diferencias. En verdad se sentían agradecidas por permitirles amarse de esa manera en la que lo hacían ahora.

Una mañana alumbraba la habitación, no había un rayo de sol por que el clima era nublado y fresco. Su cuerpo estaba un poco frió, por que sana le había quitado toda la sábana que cubría parte de su cuerpo, pero fuera de estar molesta, estaba muy feliz. El resfriado que la atormentaba el día anterior ahora no estaba más, se sentía mucho mejor y la gripe solo quedaba un poco y se refería a los mocos que aún querían salir de su nariz.

Aún era día de escuela, de hecho era el último por que ya era viernes pero no quería ir, se quería dar un día más de descanso. Tenía que ir de compras, por que su comida se había disminuido y de seguir así pronto se quedaría sin nada.

Estaba por levantarse pero un sonido proviniendo de Sana la alerto, parecía estar teniendo un mal sueño. Era la pesadilla como la que la ultima vez escucho, para que la hiciera llorar en sueños debió ser un mal recuerdo que aún la perseguía. Dahyun sujeto su mano y con cuidado le dejo un tierno beso en su frente.

—Todo es un mal sueño, todo estará bien. Nunca dejaré que te sientas sola de nuevo—Le susurro a su oído. 

Sana pareció calmarse por que de un momento a otro se había calmado, seguía durmiendo pero no se escuchaban esas quejas más. Dahyun sonrió y con mucho cuidado se bajo de su cama para ir a la cocina y tomar un poco de café, reviso su refrigerador y no habían muchas cosas para que pudiera preparar algo, tendrían que ir hacer las compras primero y luego desayunar.

Subió de nuevo a su habitación para mirar la hora y eran las 10 de la mañana. Antes de despertar a Sana primero quería ir a cambiarse y cepillarse los dientes, así que eso hizo y luego volvió a su habitación.

—Sana, sana, sana—Dahyun la sacudió con cuidado a Sana para que despertará—Sana, despierta... iré a comprar algunas cosas—Volvió a sacudirla.

—Déjame dormir otro rato—Pidió soñolienta.

—Si, solo quería avisarte que iré a comprar—Volvió a repetir.

Sana cuándo escucho mejor, se levanto de manera rápida y mirando a Dahyun.

—Yo iré contigo, no dejaré que vayas sola—Dijo animada Sana—Solo iré a lavarme la cara y acomodar mi ropa—Antes de que saliera la menor saco un cepillo de dientes de uno de sus cajones y se lo entrego—¡Muchas gracias—Hablo de manera apenada.

No tardo mucho y salió sana quién parecía tener una apariencia de haber despertado hace horas, mientras que ella se veía recién levantada. Sana insistió en que la llevaría en su motocicleta, pero Dahyun la rechazó por que traerían muchas bolsas y luego sería un problema traer todo.Mientras iban caminando sus manos se rozaban ligeramente pero ninguna daba el primer paso, por que tenían demasiada pena las dos y es que sana podía ser muy tímida. Cuándo Sana estaba por sujetar su mano se vio obligada a rendirse por que habían llegado luego de caminar por 30 minutos. El lugar era bonito y sencillo, la menor siempre hacía sus compras en ese lugar por lo que se llevaba con la mayoría de los que trabajaban ahí. 

—¡Cuánto tiempo sin verte pequeña tofu!—La hablo un chico que estaba en una de las cajas, era bien parecido.

—Tae, espero que hoy no me hagas esperar mucho tiempo para pagar—Se bufó Dahyun.

—Quien sabe—Respondió el chico sarcástico.

Sana solo miraba y escuchaba la pequeña conversación que estaba teniendo. No quiso seguir escuchándolo que camino dejando atrás a Dahyun quién ni siquiera noto que ya no estaba, tardo como 5 minutos en darse cuenta que no estaba sana.

Mientras la buscaba, intentaba recolectar las cosas que tenía en su lista. Había hecho una lista para que no se le olvidará nada. Cuándo pasaba por un pasillo vio de lejos a Sana quién ayudaba a una chica un poco más baja que incluso ella era más alta que la chica. Veía como le sonreía a Sana y esta le devolvía la sonrisa, parecía que le estaba coqueteando por que le toco su brazo.

—Se ve que haces ejercicio—Dijo la chica sonriendole.

—Todas las mañanas—Le devolvió la sonrisa.

—¿No eres de por aquí? Se ve en tu manera de hablar—Le respondió la chica.

Cuándo Sana estaba punto de hablar sintió el perfume de Dahyun muy cerca y el sonido de sus pasos la delataron.

—¿Y si no es de aquí a ti que te importa?—Respondió irónica Dahyun.

—Oye tranquila, solo fue una pregunta y ya—Hablo la chica un poco enojada.

Dahyun no quiso seguir hablando y solo tomo la mano de Sana para arrastrarla a otro lugar en dónde solo estuvieran las dos. Estaba celosa, pero no se lo diría pero tampoco era necesario por que la japonesa se dio cuenta desde el principio.

—¿Me dejas sola para irte a coquetear con otras chicas?—Dijo enojada Dahyun pero sin levantar la voz.

—¿De que hablas? Solo le ayude alcanzar unas cosas—Respondió sincera—Aparte tu permitiste que ese estúpido chico te coqueteara en mi cara...

—Solo somos amigos—Dahyun solo lo veía como un amigo.

—Entonces díselo a el que parece que no lo tiene claro...—Hablo irónica.

—Eres una tonta—Le sonrió.

Tomo su mano con cuidado para que estuvieran así mientras caminaban para comprar las cosas que le hacían falta. De vez en cuándo le ayudaba alcanzar algunas cosas, pero la que llevaba el carrito de compras era Sana quién parecía una niña pequeña al estar jugando por todos lados.

Nunca disfrutaba de el venir de compras, lo odiaba por que le daba flojera, pero hoy en verdad lo había disfrutado tanto que no se aburriría nunca. Luego de una hora, terminaron con todo lo de la lista y fueron a la caja para pagar todo y para su mala suerte de Sana les toco con ese odioso chico que le coqueteaba a Dahyun.

—¿Eso es todo?—Hablo el chico para sacarle conversación aDahyun.

—Es poco, a comparación de lo que llevo normalmente—Respondió Dahyun.

—Seguramente estas a dienta—Volvió a bromear el chico.

—Y a ti seguramente te debería valer lo que este comprando y solo dedicarte a cobrar—Respondió molesta sana ante la broma del chico.

El chico miraba a Sana ahora de pies a cabeza, al igual que el le daba una mirada de asco y el odio ahora ya era mutuo.

—Que carácter tiene tu amiga....

—¿Amiga?—Se rió Sana.

Sana no quería verse involucrada pero debía parar la pelea por que todos estaban mirando a ver en dónde estaban. Cuándo iba a mirar su reloj sana sujeto su mentón y le dio un pequeño beso de piquito en dónde sus labios se tocaron solo un poco. Dahyunr quedo completamente roja, con cuidado le dio un golpe no muy fuerte por haberla besado.

—Yo no sabía—Respondió el chico sorprendido. 

Terminaron de hacer sus compras, el chico no volvió a decir ninguna de sus bromas tontas y se dedico a cobrar. Ni quería voltear a ver a Dahyun por que la mirada que tenía Sana le daba demasiado miedo y era muy intimidante.

Cuándo salieron del lugar, Dahyun no pudo evitar morirse de la risa. Ver a Sana celosa era demasiado tierno, sus expresiones eran únicas y actuaba por impulso.

—¿Por que te ríes?—Hizo un puchero la japonesa.

—Celosa, eres demasiado tierna—Le sonrió.

—Y-yo no estaba celosa—Dijo a la defensiva Sana.

—Claro, no estabas celosa—Se bufó Dahyun.

Sana era quién llevaba la mayoría de las bolsas, parecía no tener ningún problema con todas. Dahyun era todo lo contrario que sentía que su alma se le saldría, bueno exageraba un poco, pero sentía que no podía con todas.

—¿No quieres darme algunas?—Pidió amablemente Sana.

—No, estoy bien... pero tal vez tu novia la que se va por ahí se ve necesitar ayuda—Dijo un poco celosa Dahyun.

En todo el camino se miraban por momentos, sana era la que mayormente volteaba a verla. No podía creer que de nuevo lo estuvieran intentando, no arruinaría la oportunidad, haría lo que fuera por que todo salga bien de ahora en adelante.

Al llegar a casa de Dahyun, se pusieron a cocinar e incluso Sana se acerco para ayudarla. No sabía nada de cocina, nunca lo había hecho en su vida pero lo intentaba, aunque lo único que logro es atrasar a Dahyun.

—Se nota que no sabes nada de cocina—Se bufó Dahyun, intentando evitar reírse.

—Nunca lo he hecho, pero hay cosas en las que soy mejor—Volteó a ver a la menor para guiñarle un ojo.

—Sana, compórtate—Rió Dahyun ahora si.

Sana se acerco a Dahyun quién estaba distraída poniéndole café a la cafetera. La rodeo con sus brazos, acariciaba con sus dedos su cintura, no hacía nada más que recostarse en su hombro.

—Te quiero, princesa—Dijo susurrándole en su oído.

Dahyun se detuvo, sentía la respiración de Sana eso hacía que su piel se pusiera chinita. Tenía una duda, tenía que aclararlo aunque la verdad le doliera.

—¿Tzuyu y tu se acostaron?—Pregunto de repente que Sana no sabía que contestar—Esa vez del festival, me ignoraste... pensé que estaban saliendo, tu hasta tenías una marca en tu cuello.

—No, estuvimos apunto. Pero todas esas veces fuimos interrumpidas—Respondió sincera aferrándose a su cintura— Me alegro que no sucedió, ya sabes que Tzuyu fue alguien muy importante para mi, antes de conocerte.

—Lo sé, se que estuviste enamorada de ella. No me interesa que sigas hablando con ella o saliendo, solo no quiero que te bese.

Cuándo Dahyun se ponía celosa se veía demasiado tierna, ahora estaba haciendo unos pucheros. 

—Y yo no quiero que te sigas besando con ese estúpido chico—Gruño, si hubiera algo que odiase, sería en definitiva Jackson.

Dahyun estaba apunto de hablar pero prefería terminar de hacer el desayuno para luego poder conversar bien. Aún no había terminado del todo con Jackson, tenía que decirle a Sana. Sin más obstáculos terminaron de cocinar y desayunar, sana quién tenía un poco más de sueño subió de nuevo a dormir mientras la menor terminaba unos deberes para que no tuviera que hacerlos más tarde. 

Estaba por subir a ver a sana, ya había pasado dos horas, suponía que debería estar despierta. Cuándo estaba por dar un paso en las escaleras, su timbre sonó y fue directo a su puerta. Al abrir ahí estaba Jackson con un enorme ramo de flores y chocolates, parecía tener cara de arrepentido.

—Dahyun, lo siento mucho. No quería hacerte pasar un mal rato, fue un idiota y patán—Dijo arrepentido, le quiso entregar las cosas a la menor pero esta los rechazo y esperaba una respuesta.

—No necesitas disculparte, creó que es hora de darnos cuenta que lo nuestro nunca podrá ser—Respondió sincera, tenía que terminar con algo que nunca debió empezar desde un principió.

—No digas eso, te prometo que no volverá a pasar—Hablo de nuevo— Yo siempre he estado para ti, te espero aún cuándo andabas con esa chica—En sus ojos parecía tener lágrimas en los ojos y eso alerto a la menor.

—No llores Jackson, tampoco es para tanto—Hablo incomoda Dahyun—No es un buen lugar para hablar, lo haremos después.

—Tienes razón—Su rostro había regresado a la normalidad—¿Podemos ir a cenar mañana para hablar?

Dahyun no sabía si fuera buena idea, pero tendrían que hablar para aclarar las cosas tarde o temprano y quería resolverlo de una vez.

—Esta bien, me mandas la dirección para ir—Respondió seria. 

El chico se despidió, Dahyun cerro la puerta y soltó un enorme suspiro. Cuándo se dio la media vuelta ahí estaba Sana parada escuchando todo lo que habían hablado.

¿Escuchaste todo?—Pregunto tímida Dahyun.

—Sí, siempre supe que ese chico era un marica—Dijo sería sana— Aparte es un chantajista—Apretaba sus manos.

—Solo es una cena para hablar, no es una cita ni nada—Se justifico Dahyun.

Sana se acerco hasta la puerta en dónde aún estaba parada Dahyun. Quedaron frente a frente, solo se veían a los ojos, la japonesa mojo un poco sus labios y con mucho cuidado se acerco para darle un pequeño beso.

—Lo entiendo, no estoy celosa. Si me enoja un poco, pero confió en ti—Llevo la mano de Dahyun a su mejilla—Solo no caigas en sus juegos de nuevo.

El sentir el tacto de Sana era algo que no sentía con nadie más, su cuerpo era capaz de relajarse por completo y era un sentimiento divino para ella.

—¿Me puedes besar de nuevo?—Pidió Dahyun con su pequeña voz tierna.

Cerro sus ojos y alzo un poco su rostro para indicarle a Sana que estaba lista. No tardo mucho tiempo cuándo sintió las manos de la japonesa en su cintura, la sujetaba con delicadeza. Al principió solo eran roses de sus labios pero lentamente se acerco para abrir un poco su boca y poder sentir el beso.

Sentía los labios de Sana y su desesperación por no querer terminar. Al comienzo no hubo lengua hasta que sintió el dulce masaje que le daba a su boca, el tocarse mutuamente era algo que no tenía explicación. La manera de besar que tenía era especial, nunca lo hacía por morbo, la mayoría de las veces eran tiernos y en otras ocasiones eran salvajes, la japonesa podía ser los dos sin problemas.  El beso se vio interrumpido por que la menor no pudo evitar reírse al recordar algo. Había arruinado el beso, sana quién tenía en su rostro confundido miraba como la menor se reía.

—¿Hice algo que te causo gracia?—Pregunto tímida Sana.

—No, es solo que recordé la vez que nos conocimos—Rió Dahyun—Te veías cretina, grosera y pensé que eras una cabeza hueca, aunque ese si es verdad.

—No lo soy—Se defendió Sana.

Dahyun estaba riendo por los gestos que hacía sana para defenderse, era demasiado tierna. Luego de un montón de risas, volvieron a subir a su habitación para platicar un rato. Las horas parecían pasar demasiado rápido, se pusieron a jugar y a mirar películas, era una cita sin serla. La química que tenían era grandiosa, desde el inició la tuvieron aunque no lo notaran y sin darse cuenta se fueron entregando la una a la otra.

Luego de 3 películas quedaron dormidas en el suelo de la habitación. Sana estaba recostada en su regazo de Dahyun, estaba demasiado cómoda, aunque se vio interrumpido su sueño por su celular que no dejaba de sonar. También había despertado a Dahyun quién empezó a frotar sus ojos. Veía a Sana hablar por teléfono, no parecían buenas noticias por la expresión que tenía en su rostro y los gritos que daba en la llamada. Cuándo vio que termino de hablar, no sabía si era buen momento para hablar o sería mejor no preguntarle nada al respecto.

—Debo irme—Por fin hablo Sana, fue a tomar sus cosas para irse.

—¿Esta todo bien?—Pregunto Dahyun—¿Estarás bien?

Sana sabía a que se refería con todo eso, tenía miedo y ella también lo tenía en esos momentos. 

—No me esperes ¿Si?—Dijo con nostalgia—No lo hagas..

Eso solo hacía que Dahyunse preocupara más, era como si no quisiera que la esperarse por que no volvería.

—Sana, me estas asustando—Dijo Dahyunr temerosa— ¿Estará todo bien?

—Te quiero, debo irme...

Fue lo último que escucho de la japonesa para luego verla ir de su ventana. Esa pequeña conversación solo la había dejado confundida. No sabía si debía estar preocupada o no, no quería pensar mal pero tampoco quería ser positiva.

—Cuídate Sana—Le susurro al viento.


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