09: Idénticos
Ya había pasado otro mes y Norman se encontraba recuperado por lo de su brazo, por lo qué, hoy mismo volvería a su trabajo. Había pasado tiempo, sin embargo, durante su descanso sus compañeros pudieron resolver algunos casos pendientes.
En estos momentos, él y Emma se encontraban en un taxi el cual se dirigía al departamento. Como ambos jóvenes estaban en el mismo lugar, decidieron viajar juntos.
Norman miraba por la ventana, pensativo sobre los casos qué le quedaban por resolver. Emma, por su parte, lo miraba de reojo con una leve sonrisa en su rostro, pensativa sobre sus sentimientos hacia este.
Finalmente, ambos llegaron a su destino y bajaron del taxi para luego entrar al lugar. Asimismo, los dos subieron por el ascensor quedándose en un completo silencio.
Emma miraba a Norman de reojo, el cual estaba serio como siempre, mientras sólo oía el sonido del ascensor. Sin embargo, ella se sentía bien ya qué en estos meses pudo haber hecho qué el albino sonría un poco y se abra más a ella ─a diferencia de la primera vez qué se conocieron─ también que no se sintiera incómodo si la de cabellos cortos lo abrazaba.
Hasta a Ray llegó a sorprenderle qué su amigo volviera a sonreír ─en alguna qué otra ocasión─ después de mucho tiempo, llegando a recordarle cuando eran unos niños o cuando tenía que soportar, pero ayudarlo con, sus problemas amorosos con Barbara.
El azabache recordaba como el albino se quedaba sonríendo como idiota al ver a la chica de mechas rosadas. Asimismo, podía ver esa misma sonrisa en su rostro cuando este estaba al lado de Emma, lo cual le sorprendia.
Para Norman, las cosas no eran de la misma manera, sus pesadillas seguían siendo más frecuentes y ya estaba comenzando a dejar de dormir. Sin embargo, este no lo demostraba con los demás y trataba de seguir con las investigaciones como si nada.
Eso sí, sentía qué con Ray y Emma se despejaba un poco pasando un buen rato con ellos. Aún así, eso no resolvía todos sus problemas.
─Norman. ─Habló Emma, llegando a captar la atención del joven. ─¿Te puedo preguntar algo?.
─Adelante. ─Dijo Norman, mientras miraba de reojo, serio, las puertas de aquel ascensor.
Emma jugaba con sus dedos, nerviosa, a lo qué Norman la miro con confusión.
─Emma. ─Norman la llamo, al ver qué no decía nada.
─¡¿Eh?! ─Emma salió de sus pensamientos y lo miro nerviosa.
─¿Qué ibas a preguntar?.
─Ah.. eso. ─Sonrió nerviosa. ─¿Qué opinas de la nueva política sobre las parejas en el departamento?
─No es algo qué me cambié la vida, supongo que está bien. ─Respondió él, en un semblante algo serio. ─¿Por qué la pregunta?
─Curiosidad. ─Se excusó.
De un momento a otro, el ascensor se detuvo y ambos bajaron de este.
( . . . )
Gilda entró a la sala donde sus compañeros se encontraban, yendo para su escritorio y terminar encontrándose con un ramo de margaritas, el cual no tenía ninguna tarjeta o firma de alguien.
La de cabellos verdes las tomo con cuidado, sintiendo el aroma de estas para luego sonreír levemente.
Se suponía qué hace unos meses debió irse a trabajar a Estados Unidos por un tiempo, sin embargo, con lo qué había pasado con Nigel y los casos qué tenía pendientes hicieron qué la joven tuviera qué quedarse y enviarán a alguien más en su lugar.
─¡Gilda! ─Emma fue corriendo a abrazarla, causando que algunos presentes las miraran. ─¿No ibas a irte hoy a Estados Unidos?
─En unas semanas. ─Respondió la de lentes. ─Con todo lo qué ha pasado, tuve qué esperar a este mes para irme.
─Ya veo. ─Dijo la contraria. ─¿Y quién es la persona qué te dio estas flores, eh~?
─N-No lo sé.. ─Gilda se sonrojó un poco. ─Pero son muy lindas.
De un momento a otro, Norman entró al lugar con una expresión tranquila y sería para luego irse a su escritorio.
─¿Cuál es el caso? ─Preguntó el de cabellos blancos.
─Más que un caso, es una protección a una pareja. ─Dijo Gillian.
─¿A qué se refiere? ─Preguntó Don.
─Recibimos una denuncia por parte de un pareja que fue atacada por el asesino qué llevamos buscando, el de las plumas. ─Respondió Gilda en un tono serio. ─Así qué debemos proteger y vigilar la zona, ya qué este podría atacar el día de su boda, también tenemos testigos qué vinieron a declarar.
─ . . .
Norman se mantuvo callado al oír las respuesta de Gilda y sólo asintio con la cabeza para luego levantarse de su lugar y salir a tomar aire.
─Por cierto, lindo detalle con lo de las flores, Don. ─Soltó Norman antes de salir por aquella puerta.
Las horas pasaban, a lo que luego de qué Norman regresará, él y Gilda, se pusieron a hablar con los testigos.
Entre ellos se encontraba nada más y nada menos qué Ray, quien se veía bastante incómodo por la situación. Sin embargo, se tranquilizó un poco al ver a Norman en la sala.
El joven respondió a todas las preguntas, terminando por quedar fuera de la línea de sospechosos, ya qué no había nada que lo vinculara con las amenazas. Ya había pasado por este tipo de situación cuando Ayshe murió.
También logró ayudar en la investigación, brindandoles algo de información qué él tenía.
Ray, ahora mismo, se encontraba fuera del departamento, cubriendo su cabeza con un paraguas mientras fumaba un cigarro. Hacía bastante tiempo qué no fumaba, pero en estos momentos sintió la necesidad de hacerlo.
─Crei qué habías dejado de fumar..
La voz de Norman se hizo presente, causando un pequeño susto en el azabache. El albino, por su parte, solamente solto una leve risita.
──Y yo crei qué ya no te iba a ver reír de esa manera. ─Habló Ray, quien apago su cigarrillo. ─¿Qué haces aquí, no estás trabajando?
─Decidí salir a tomar un poco de aire, eso es todo. ─Respondió el contrario.
─¿Como vas con el caso de Ayshe?
─He descubierto qué comparte el mismo asesino de otros casos, incluyendo el de los chicos. ─Le respondió Norman.
─¿El de las plumas?
─Si, ese mismo. ─Norman soltó un suspiro. ─Escúchame Ray, necesito pedirte un favor.
─Te escucho..
─Tú vas a asistir a esa boda ¿No es así? ─Preguntó el albino y el contrario asintio. ─Bueno, como también vas a dar un discurso, te pido qué en ese momento intentes usarlo para distraer mientras nosotros vamos por el asesino.
─¿Y qué se supone qué diré?
─Lo qué se te ocurra en esos momentos, confió en ti, Ray.
─De acuerdo. ─Suspiró el joven.
─Por cierto, ¿Por qué estabas tan raro cuando hablabas por teléfono? ─Le preguntó. ─¿Problemas con Jemina?
─Si.. ─Ray volvió a suspirar. ─Al parecer, se enteró por esa mujer qué Ayshe estaba muerta, pero por suerte logré calmarla, sin embargo, no se como va a seguir todo de ahora en adelante.
─¿La vas a llevar a ver la tumba de Ayshe?. ─Preguntó el albino.
─Si, me dijo qué quiere ver donde se encuentra su madre. ─Respondió.
─Oye.. ─Norman lo miró. ─¿Quien es la chica rubia con la qué tanto estas hablando? ─Preguntó.
─No es de tú incumbencia. ─Soltó el azabache, desviando la mirada.
─Vamos, quiero saber con quien está saliendo mi mejor amigo. ─Dijo el contrario, riendo un poco.
─Bueno.. ─Suspiró y lo miró. ─Es una chica qué conocí hace unos meses, se llama Anna, trabaja en el hotel en donde nos hospedamos y estuvimos hablando desde hace un tiempo.
─¿Y? ─Norman levantó una ceja.
─¿Y qué? ─Ray lo miro, confundido.
─¿No hay algo más entre ustedes?.
─No..
─Pero quieres qué haya algo más entre ustedes, pero tienes miedo de qué la relación no funcione por varias razones; uno, se conocen desde hace meses, dos, la reacción de Jemina y tres, no sabes si ella siente lo mismo qué tú. ─Habló Norman mientras miraba de reojo a Ray.
─Wow, tranquilo detective. ─Soltó el azabache, moviendo sus manos y rodando los ojos.
─¿Me equivoco en lo qué estoy diciendo? ─Preguntó Norman.
─No, estas en lo cierto. ─Suspiró Ray.
─¿Y se lo dirás?. ─Preguntó, de nuevo.
─¿Debería arriesgarme? ─Le pregunto Ray. ─¿Qué tal si todo se arruina y la relación no funciona?
─Es una posibilidad.. ─Dijo el de cabellos blancos. ─Pero también hay posibilidades de qué funcione.
─¿Tú que crees que deba hacer?.
─Esa decisión debes tomarla tú, Ray.
( . . . )
Los policías vigilaban la zona en donde se llevó a cabo la fiesta qué venía después de la boda. Emma se encontraba infiltrada en la fiesta para reunir información y vigilar desde adentro del lugar, mientras qué Norman y el resto del equipo se encontraban afuera.
Ray, por su parte, estaba sentado en una de las mesas admirando la decoración de la fiesta. De un momento a otro, sintió como alguien se le acercó y le hablo en un tono qué reconoció.
─Hola, Ray. ─La voz de Anna se hizo presente a su lado. ─No sabía qué eras uno de los invitados.
─Anna.. ─Ray la miro de arriba a abajo, notando qué llevaba puesto el uniforme del lugar. ─No sabía qué trabajabas aquí..
─Si, esto es debido a qué un compañero de trabajo me lo ofreció y acepte. ─Anna sonrió. ─¿Quieres algo de beber?.
─No, gracias. ─Dijo Ray, quien se sentía algo nervioso.
─¿Te pasa algo? Te vez nervioso..
─Estoy bien, es sólo qué.. me siento algo nervioso porqué debo dar un discurso para el brindis, ya qué la novia me pidió qué lo haga y también estoy ayudando a la policía. ─Confesó el azabache, desviando la mirada.
─Oh, escuché qué hay policías vigilando la zona porque están buscando a un asesino. ─Soltó la rubia, un poco asustada. ─Si quieres yo puedo ayudarte con algo.
Ambos, por unos momentos, se quedaron mirando a los ojos fijamente hasta qué Ray decidió hablar.
─No hace falta, creo qué ya tengo planeado lo qué voy a decir. ─Dijo Ray, alejándose un poco.
─De acuerdo. ─Sonrió. ─Será mejor qué vuelva a trabajar.
Dicho eso, la rubia volvió a donde estaban sus compañeros, dejando a Ray pensativo por unos momentos.
Mientras tanto, Norman y Gillian se encontraban dentro de un vehículo hablando con Emma por un micrófono.
─¿La cámara de tú collar está encendida? ─Preguntó Gillian.
─Si. ─Respondió Emma desde la otra línea. ─Por ahora, no hay nada fuera de lo común y Ray se mantuvo tranquilo.
─Perfecto. ─Dijo Norman. ─Gillian se quedará aquí con Oliver por lo qué a mi me tocará ir a vigilar.
─De acuerdo. ─Dijo Emma.
De un momento a otro, Oliver entró a la camioneta ─Algo cansado─ y dejó qué Norman saliera de esta misma.
Las horas pasaban y varios de los invitados dieron sus discursos, hasta qué finalmente fue el turno de Ray.
Se notaba algo nervioso, pero tomo aire y vio qué Emma levantó sus pulgares hacia arriba y le sonrio para darle un poco de ánimos.
─Bueno.. ─Ray se acercó un poco al micrófono. ─Primero qué nada, quiero dar mis felicitaciones al feliz matrimonio qué está aquí, de verdad muchas felicidades a ambos..
Mientras Ray continuaba hablando, Norman se encontraba siguiendo rastros de una persona qué le estaba pareciendo sospechosa. Emma, por su parte, se dio cuenta de esto y le hizo una seña a Ray para qué distrajera al público por otros momentos.
─Y también es algo digno de admirar la gran decisión qué ambos tomaron al casarse tan pronto, cualquier otra persona podría decir que es arriesgado hacerlo. ─Declaró Ray, para luego mirar a los ojos a Anna desde lejos, conectando ligeramente sus miradas. ─Pero realmente no lo es si lo pensamos de otra manera ¿No es así?.
Ray comenzó a caminar lentamente en dirección a Anna, mientras qué, los presentes murmuraban entre ellos y lo miraban con confusión.
─A veces hay qué arriesgarse un poco en la vida, y está vez, yo pienso ahora mismo. ─Dijo. ─Anna.. ─Ray la tomo de las manos y la miro a los ojos fijamente. ─¿Quieres ser mi novia?.
Todos se quedaron sorprendidos ante dicha confesión ─Incluida Emma─ ya qué no se esperaban qué el azabache hiciera algo como eso.
Anna, por su parte, se quedó sorprendida también pero luego se dio cuenta qué la "confesión" era para darle tiempo a la policía, lo había notado a kilómetros así qué decidió seguirle el juego a Ray.
─Ray.. yo. ─Anna tomo aire y solto una leve risita. ─Si, acepto.
Anna no era la mejor actriz, pero su respuesta hizo qué los presentes, incluido aquel matrimonio, se lo creyeran y aplaudieran por la "nueva pareja" qué surgió en esa fiesta.
( . . . )
Norman se encontraba en los jardines del lugar, siguiendo un rastro de barro y alguna qué otra pluma qué el asesino había dejado caer.
Finalmente, llegó a una zona donde se encontró una silueta masculina qué se encontraba de espaldas. El albino se acercó lentamente y volteó a ver el rostro de aquel hombre.
─Hola Norman, tiempo sin volver a vernos. ─Sonrió, dejando al albino helado en cuanto lo vio. ─Haz crecido mucho desde la última vez que te vi.
Norman no podía creer a quien estaba viendo en esos momentos.
─¿R-Ray? No.. tú eres...-
─Exacto.. soy su Doppelgänger.
WRITTEN BY ALICE...
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