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07: No te dejaré

Emma se encontraba en el cementerio junto con Norman, ya qué ambos habían ido a visitar y llevarle flores a Nigel. Habían pasado unos días y todavía investigaban su muerte.

Sin embargo, también tenían los otros casos pendientes, mayormente los qué tenían de similitud aquellas plumas negras en la escena del crimen. Era más fácil encontrar a los discípulos de aquel asesino qué Norman y los demás policías buscaban desde hace tiempo.

Desafortunadamente, aquellas personas terminaban quitándose la vida cuando no estaban vigilados. Eso provocaba qué no pudieran confesar.

Y eso provocaba qué Norman se pusiera cada vez peor. Sus pesadillas eran más frecuentes y el consumo de pastillas para dormir aumento.

─Norman. ─La voz de Emma lo saco de sus pensamientos. ─Ya debemos irnos, se está haciendo tarde.

─Si.. ─Asintio él, no sin antes mirar de reojo la tumba de Nigel y suspirar.

Aunque no lo conocía, por lo qué escucho de sus compañeros, no era una mala persona. Este había comenzado a trabajar hace unos años como informante, sin embargo, tenía planeado retirarse ya qué le habían ofrecido empleó en otro sitio, lo cual era una gran oportunidad para él.

─¿Seguirás trabajando como informante? ─Preguntó el albino, mientras caminaba.

─Si. ─Respondió la pelinaranja con una leve sonrisa en su rostro. ─A pesar de lo qué pasó, quiero seguir trabajando.

─Ya veo.

Mientras ambos caminaban pasaron por aquella cafetería, a lo qué Emma se detuvo para mirar la vitrina de los postres, esparciendo un bonito brillo en sus ojos verdes.

─Oye.. ─La pelinaranja se volteó a verlo. ─¿Qué te parece si podríamos beber algo aquí?.

─De acuerdo.. ─Aceptó el albino, a lo qué ambos entraron al lugar y se sentaron en una de las mesas.

A su vez, una mesera se acercó y ambos pidieron su orden. Ambos estaban en silencio, silencio el cual Emma había decidido romper.

─Y dime.. ¿Sabes si Gillian ha vuelto a trabajar?. ─Preguntó la de cabellos cortos, mirando al contrario.

─Por ahora no la he visto, ya qué fue suspendida. ─Respondió él.

─¿Por qué?

─Se descubrió qué mantenía una relación amorosa con Nigel, casi la despiden por ello pero Gilda pudo evitarlo y solamente la suspendieron por un mes entero. ─Habló Norman, mientras miraba por la ventana.

─Ya veo, pobre Gillian, debe ser horrible no poder decirle a una persona qué la amas por última vez. ─Soltó Emma, apenada por la rubia.

─ . . .

Norman solamente solto un suspiro, quedándose callado y recordando por unos momentos a Bárbara.

En ese momento, la orden de ambos había llegado y Norman le dio una propina a la mesera para luego agarrar el té que había pedido.

─Cambiando de tema. ─Emma lo miro de reojo, nerviosa. ─¿Haces algo en tu tiempo libre?

─Leer. ─Respondió el albino, para luego agarrar su té y beber un poco.

─Oh, bueno a mi me gusta salir a correr o hacer ejercicio, ¿Alguna vez lo hiciste? ─Preguntó Emma, curiosa.

─No. ─Respondió. ─Soy terrible para los deportes y mi estado de salud tampoco me ayuda.

─Ya veo, entonces, las clases de educación física debieron ser una tortura para ti. ─Comentó la chica.

─Si, lo eran. ─Dijo este soltando una leve risita al recordar sus días en el Instituto.

Emma lo miro sorprendida, ya qué nunca lo vio reírse o apenas sonreír. Su sonrisa era bonita a decir verdad. Ella desvío la mirada con un leve sonrojo en sus mejillas, mientras miraba de reojo la decoración navideña del lugar, ya qué pronto se aproximaban las fiestas.

─Tú café se va a enfriar. ─La voz tranquila de Norman la saco de sus pensamientos.

─Ah, si. ─Soltó Emma para luego tomar su café y comer su postre rápidamente. ─¡Es delicioso!

De un momento a otro, Norman se acercó Emma con una servilleta para luego limpiar la mejilla que tenía manchada de glaseado. Luego de ello, este se volvió a sentar tranquilamente y beber un poco más de té.

─Gracias. ─Dijo Emma, tocando un poco su mejilla.

─Denada. ─Él la miro, por primera vez en mucho tiempo, con una leve sonrisa en su rostro.

( . . . )

Ray se encontraba sentado en una de las mesas, bebiendo un poco de whisky mientras miraba de reojo la decoración.

A su lado estaba Jemina, quien se encontraba dormida en una de las sillas, siendo cubierta por la chaqueta del azabache.

─Ray. ─La voz de Susan se hizo presente. ─¿Está todo en orden?

─Si, todo en orden. ─Respondió él, con tranquilidad. ─Te felicito por tu compromiso, me alegro por ti.

─Gracias. ─Respondió. ─En unos meses será la boda y estoy nerviosa.

─Todo va a salir bien. ─Le dijo Ray dándole una palmada en su hombro.

─De verdad te agradezco qué hayas podido viajar hasta aquí..

─No es problema si tengo qué ir por ti, eres como la hermana qué nunca tuve.

Susan era la hija de unos amigos de la familia de Ray, por lo qué estos se veían desde pequeños y siempre se trataron como hermanos.

─Pienso quedarme en estos meses, lo del trabajo ya lo tengo controlado y dejaré a Jemina con.. mi madre. ─Le dijo Ray, haciendo una mueca por lo último, a lo qué Susan sólo rió.

─Oh, entonces posiblemente vaya a visitarte estos días. ─Habló Susan con una leve sonrisa en su rostro.

─Sería genial.

Luego de eso, la fiesta siguió con normalidad, los presentes brindaron por la pareja y los felicitaron por su compromiso. Aún así, Ray no pudo evitar recordar ─por unos momentos─ su compromiso con Ayshe.

Finalmente, la fiesta acabo y Ray se marchó hacia el hotel junto con Jemina, quien dormía en sus brazos.

( . . . )

Dos meses pasaron, y el asesino de Nigel aún no aparecía, sin embargo, no podían dejar pasar los casos recientes y las otras investigaciones.

Esta vez, Gillian, ─quien había vuelto a trabajar─ Norman y Paula ─Otra miembro de la unidad de Zack─ se encontraban inspecciónando la casa de un sospechoso de secuestro, con tal de encontrar a las víctimas.

Buscaron por un tiempo y no lograron encontrar nada. Por lo qué decidieron bajar al piso de abajo nuevamente.

─Él la tiene en algún lugar, de eso estoy seguro. ─Habló Norman, quien sostenía una linterna.

─Posiblemente este con el infiltrado también. ─Comentó Gillian, quien tenía su rostro inexpresivo.

─¿Infiltrado? ─Paula los miro a ambos con confusión.

─Si, hay rumores de qué podría haber un infiltrado en el departamento que le pasa información a los criminales qué investgamos. ─Le dijo Gillian mientras caminaba.

─Y uno de ellos es al qué llevo buscando por mucho tiempo. ─Fue lo que agregó Norman, seriamente.

─¿El de las plumas? ─Preguntó Paula, mirando a Norman.

─Si, ese mismo. ─Respondió.

─Ya veo. ─Paula siguió caminando con ambos jóvenes.

─Ya tengo unas sospechas de quien es. ─Confesó Norman.

─¿De verdad? ─Dijeron Gillian y Paula al unísono.

─Si, pero aún, no estoy muy seguro ya qué tengo mis dudas. ─Respondió el albino. ─Mi teoría es qué comenzó a pasarle información desde hace un largo tiempo, todo iba bien a pesar de los rumores, hasta qué Nigel comenzó a investigar más a fondo y lo descubrió. Así qué el informante lo asesino junto con el otro policía.

Gillian, al escucharlo, se quedó en shock y solamente lo miro esperando más respuestas.

─¡Dime quien es! ─Le pidió la rubia con desesperación.

─Aún no lo sé bien, pero estoy seguro de que este nos está escuchando. ─Hablo el de ojos azules mientras sentía una pistola apuntarle por detrás. ─¿No es así, Paula? ─Soltó con una mirada inexpresiva, mientras miraba por encima del hombro a la contraria.

─Creí qué nunca me ibas a descubrir, Norman Ratri, eres un hombre muy listo. ─Soltó Paula, mientras le apuntaba a ambos con su arma.

─Te pido qué bajes el arma o me veré en la acción de disparar. ─Pidió el albino, tratando de calmar las cosas.

Norman iba a sacar su arma pero, de un momento a otro, Paula le disparó en el hombro haciendo qué este cayera al suelo para luego tomar su arma y apuntarle sobre el rostro. A su vez, el albino quizo sacar su teléfono pero la chica lo evitó, arrojándolo a un rincón.

Gillian, por su parte, rápidamente saco su arma y le apunto a aquella chica que consideraba su amiga.

─¿Por qué, Paula? ─Habló la rubia, apundandole con su arma.

─No lo tomes personal Gillian, para mi también fue duro matar a Nigel y utilizar las plumas, pero no tenía otra opción qué pedirle ayuda a él así qué me entregó las plumas. ─Le confesó Paula. ─Necesitaba mucho ese dinero, varios de ellos me amenazaron y Nigel era una piedra en el camino.

─Suelta el arma, Paula. ─Ordenó la de cabellos rubios.

─¡No lo haré!

Cuando Paula iba a apretar el gatillo, recibió varios disparos por parte de Gillian, terminando de caer muerta sobre el piso de madera.

A su vez, Norman se arrastró hasta su celular y pidió refuerzos como pudo, siendo ayudado por la rubia, quien trataba de parar la sangre.

La mencionada no pudo evitar derramar varias lágrimas por lo sucedido, le costaba creerse que Paula había asesinado a Nigel.

─T-Tranquila, ya pasó todo. ─Soltó Norman, tratando de calmarla de alguna manera, mientras los refuerzos y emergencias llegaban.

( . . . )

─¡Norman! ─Emma se acercó al albino quien estaba sentado sobre la parte trasera de la ambulancia, preocupada, en cuanto el médico la dejo acercarse. ─ ¡¿Como te encuentras?!

─Un poco mejor, lograron sacar la bala. ─Respondió Norman.

─Qué alivio..

Ambos se quedaron mirando a los ojos por un tiempo y solamente se dedicaron una sonrisa. Norman le explicó lo qué sucedió y Emma se quedó tranquila de qué no le haya pasado algo peor.

Gillian, por su parte, solamente los miraba desde lejos con una triste sonrisa en su rostro. Recordando alguno qué otro momento qué pasó entre ella y Nigel. Sin darse cuenta, la rubia no podía evitar derramar alguna qué otra lágrima.

La rubia jamás se arrepentiria de haberlo conocido.

WRITTEN BY ALICE...

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