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06: Otro ataque

Había pasado una semana desde qué Norman había comenzado a trabajar con los policías e investigadores.

En este momento, este se encontraba desayunando en su habitación mientras le daba una ojeada al caso de Naila, el cual había resuelto hace poco.

Resulta que la verdadera asesina había resultado ser la niñera de la niña. Al parecer, esta trabajaba con el asesino qué era tan buscado por el albino.

Y Naila era la víctima perfecta.

La mujer fue interrogada por Norman y Gillian, haciendo qué está confiese su crimen. Sin embargo, ella no quizo revelar al asesino, cosa que al albino le generó bastante frustración.

Aún así, el joven no se rindió y trato de hacerla confesar en prisión, pero cuando llegó, se encontró con qué está se había quitado la vida.

Lo cual hizo qué Norman se frustrara cada vez más y sus ganas por encontrar al asesino aumentarán.

( . . . )

Emma se encontraba en el jardín del hotel, cuidando a Jemina, ya qué Ray tuvo qué salir por unas horas.

─Tia Emma. ─Jemina se acercó a la pelinaranja, con un pequeño ramo de flores en sus manos.

─¿Qué pasa? ─Preguntó la mayor.

─¿Crees qué estás flores le van a gustar a mamá? ─Sonrió la niña, mientras le mostraba las flores.

─Si.. ─Respondió con una leve sonrisa en su rostro, sintiendo cierta tristeza por la niña. ─Seguramente a tú papá también le van a gustar.

─¡De acuerdo! ─Dijo Jemina para luego ir a buscar más flores.

Emma solto un suspiro, sentía pena por qué Ayshe ya no esté con ellos. Sin embargo, agradecía qué Ray estuviera mejor a diferencia de unos meses.

Justamente recordó el día de su boda, ambos se veían tan felices.

Me pregunto si se va a volver a casar otra vez. ─Pensó Emma, teniendo varias dudas sobre aquel tema.

Si eso pasaba, posiblemente a Jemina le costaría entenderlo y quizá no lo llegue a aceptar. Aún así, sólo era una de muchas posibilidades.

Sin embargo, Ray todavía usaba el anillo, así qué dudaba qué se volviera a casar otra vez.

En ese momento, vio como Norman estaba por salir del hotel y dirigirse a su trabajo, por lo qué rápidamente ella fue hacia él antes de qué se vaya.

─Norman. ─La pelinaranja lo detuvo, a lo qué él la miro con algo confusión en sus ojos.

─¿Qué ocurre? ─Preguntó el albino, en un semblante serio pero confundido.

─Hay una duda qué tengo sobre Ray y se qué debería preguntárselo a él porque soy su prima pero te lo pregunto a ti qué eres su mejor amigo, sin embargo, también..-

─Ve al punto. ─Interrumpió él, para luego soltar un suspiro.

─El punto es qué ¿Sabes si se va a volver a casar? ─Le preguntó Emma, mirándolo a los ojos.

─Eso.. no lo sé, supongo qué al llevar su anillo de compromiso sugiere qué no pero en este último día note una actitud más relajada y pensativa, no en algo, si no en alguien. ─Respondió Norman.

─¿No pensará en Ayshe?.

─Eso es una posibilidad y la otra es qué haya conocido a alguien más, sin embargo, no estoy del todo seguro.

Emma asintio con la cabeza, para luego despedirse de Norman y volver a donde estaba Jemina quien jugaba tranquila.

( . . . )

Don y Gilda se encontraban caminando hacia el asesor, se dirigían a donde estaba trabajando Nigel ya qué lo necesitaban para un caso qué ocurrió está mañana. El ambiente era silencioso y ninguno de los dos decía ni una palabra.

─Así qué, escuché qué vas a tomar un viaje Estados Unidos. ─Don rompió el silencio, mirando de reojo a Gilda.

─Si. ─Respondió ella. ─Me mandaron a trabajar allí por unos dos meses, por lo qué Oliver va a quedar a cargo de todo.

─¿Y cuando te irás? ─Le preguntó el joven, tratando de mantener su sonrisa, pero por dentro le ponía mal que Gilda se fuera por un tiempo.

─En cinco días. ─Respondió Gilda con tranquilidad.

De un momento a otro, ambos llegaron al piso donde se ubicaba Nigel. Sin embargo, cuando estos entraron a la oficina, se encontraron con qué un policía estaba muerto y el joven antes mencionado estaba completamente herido por unas balas. El lugar estaba cubierto por plumas blancas y aquel policía ─junto con Nigel─ tenía un corte en el cuello.

─No puede ser.. ─Gilda estaba en shock. ─¡Don llama a una ambulancia y avísale a los demás!

─¡Si! ─Este asintio rápidamente.

Gilda se acercó al cuerpo del otro policia, sin embargo, este no tenía pulso por lo qué rápidamente fue hacia Nigel, el cual se estaba desangrando por la herida en el cuello.

─Nigel, resiste. ─Suplicaba Gilda mientras trataba de parar la sangre.

─G-Gi-Gilli.. ─Este apenas podía hablar, debido a qué se estaba desangrando.

─Tranquilo, estarás bien. ─Dijo Gilda, a lo qué escuchaba como los demás llamaban a emergencias en cuanto Don les aviso.

El chico sonrio levemente, y cerró los ojos con tranquilidad mientras se continuaba desangrando por las heridas de las balas.

─G-Gi-llian.. ─Soltó apenas, con una leve sonrisa y sus ojos cerrados.

¿Porqué menciona a Gillian? ¿Ella tiene qué ver con esto? ─Se preguntó Gilda, mientras veía qué el contrario había dejado de respirar y volvió a abrir los ojos. ─¿N-Nigel? ─La chica se fijó su pulso. ─¡Nigel, reacciona!

Por más qué lo intentará, no había pulso y cuando la ambulancia llegó el chico ya se encontraba sin vida. Gilda se sentía horrible por no haber podido salvarlo, al igual qué Don.

No había ninguna duda, todos aquí eran sospechosos.

( . . . )

Ray se encontraba caminando debajo de la lluvia, dirigiéndose a la cafetería para comprar unos postres los cuales serían una sorpresa para Jemina.

Entro al lugar, dirigiéndose a la vidriera donde estaban los postres. A su lado, veía como alguien también se acercó a ver.

─Hola, otra vez. ─Lo saludo una voz femenina, a lo qué este volteó a ver quien era.

Aquella rubia otra vez, la cual está vez tenía una vestimenta común en lugar de aquel uniforme del hotel.

─Hola.. ─Saludó él, en un semblante algo serio, mirandola de reojo.

─Qué casualidad qué justo vinieramos a la misma cafetería ¿No es así? ─Le dijo Anna, mientras miraba los postres.

─Si.. ─Dijo Ray, para luego pedir su orden y mirar a la rubia. ─¿Sueles venir aquí seguido?

─Si. ─Respondió Anna. ─Adoro los postres qué sirven aquí.

─Justo voy a llevar un par. ─Habló el joven, mirando el lugar a su alrededor.

─Somos dos. ─Sonrió ella de manera leve, pero sus ojos expresaban dolor.

Ray la miro por unos momentos, sintiendo pena por ella, posiblemente era por lo qué le sucedió con su bebé.

Finalmente, la orden de ambos llegó por lo qué el azabache se dirigió hacia la puerta, dispuesto a irse, pero la rubia lo detuvo.

─Hey.. ─Soltó ella, acercándose al azabache. ─Esta lloviendo muy fuerte y me preguntaba si querías qué te lleve, ya qué tengo un paraguas. ─Se ofreció la joven, amablemente.

El azabache quería rechazar su oferta, pero al ver como llovía, decidió aceptar la propuesta de la de ojos celestes. A todo eso, los dos salieron del lugar, cubriendose con aquel paraguas.

─¿Ray, no es así?

─Si, Anna. ─Respondió este a lo qué la chica sonrio levemente.

─De verdad, no se como agradecerte por lo qué hiciste por mi.

─No tienes qué agradecerme, no podía dejarte allí en ese estado y no hacer nada. ─Habló Ray.

─Igualmente, gracias. ─Le dijo Anna con una sonrisa triste.

─¿Como has estado después de eso?.

─Ahora me encuentro más calmada, ayer me encontraba peor, casi no quería salir de mi cuarto. ─Le respondió la rubia, mirándolo.

─Ya veo, pase por una situación similar cuando murió mi esposa..

─Oh.. lo lamento por usted. ─Anna vio de reojo el anillo qué Ray tenía en su dedo. ─¿Y se ha vuelto a casar?.

─No. ─Respondió serio. ─Sólo llevo el anillo por costumbre.

─Ah.. ─Soltó ella.

Ambos continuaron su caminata hasta llegar al hotel, ya qué justamente los dos se dirigían allí, a lo qué entraron al lugar y se limpiaron sus pies.

─Oye.. ─Hablo Anna, captando la atención del azabache. ─Como una forma de agradecerte, y si tu quieres obviamente, me gustaría invitarte a beber un café por lo menos.

Ray, al escuchar aquella proposición, se quedó pensativo por unos momentos. Luego de eso, decidió por fin hablar.

─No suena mala idea. ─Respondió el chico. ─Acepto tu oferta.

En eso, el azabache vio como la chica embozaba una bonita sonrisa en su rostro, está vez demostraba felicidad.

─De acuerdo. ─Asintio la rubia felizmente. ─Nos vemos, Ray.

Y luego de eso, ella siguió su camino yéndose al cuarto de limpieza donde estaban algunos de sus compañeros.

Ray, por su parte, vio como la chica se iba para luego sentir como alguien lo abrazaba por detrás fuertemente.

─¡Papá, volviste! ─Dijo Jemina, quien lo abrazaba. ─Te extrañe mucho..

─Yo igual. ─Dijo él, correspondiendo el abrazo de su hija.

─¿Con quién hablabas? ─Preguntó la niña, en un tono curioso.

─Es una conocida. ─Respondió Ray.

─¿M-Me vas a cambiar p-por esa chica?. ─Sollozo Jemina.

─No, jamás te cambiaría por nada ni nadie. ─Afirmó el azabache.

─¿Lo prometes?.

─Lo prometo.

( . . . )

─Es el mismo asesino. ─Afirmó Norman mientras marcaba algunas fotos de la escena.

─¿Cómo sabes eso? Si se supone qué las otras plumas eran negras. ─Dijo Oliver, cruzandose de brazos.

─Porque en ese caso, la niñera fue la qué se "hizo pasar" por el asesino, por lo qué en ese caso las plumas suelen ser de color negro, mientras qué el verdadero pone las plumas blancas. Por lo qué hay dos opciones; el asesino se infiltro aquí o tiene a alguien amenazado y trabaja con nosotros.

─¿Estas insinuando qué alguno de nosotros los mato? ─Preguntó Oliver, serio. ─Ya qué se supone qué todos somos sospechosos.

─Tú y yo estuvimos todo este tiempo aquí y las cámaras lo prueban.

─¿Qué hay de Gilda y Don? O quizá alguno del equipo de Zack pudo estar metido en esto. ─Aclaró el oji-rojo.

─Gilda y Don lo encontraron muerto y los horarios no cuadran para qué sean ellos, mientras qué el equipo de Zack no estoy del todo seguro. ─Le dijo Norman.

─¿Y Gillian? Fue a la última persona qué menciono, posiblemente haya querido revelar su identidad.

─Ella no lo hizo. ─Afirmó Norman.

─¿Cómo estas tan seguro? ─Le preguntó Oliver.

─Porque la pistola de Gillian no es la misma qué la del homicidio, además las plumas de pájaro le generan alergia según vi en su expediente, sumado a qué ella se encontraba en un interrogatorio en esa hora.

─ . . .

Oliver se quedó en silencio, a decir verdad, Norman cada vez más seguía sorprendiendolo.

Por otro lado, Gillian se encontraba mirando el cadáver de Nigel el cual estaba tapado con una sábana. Ella miraba de reojo una cajita negra qué estaba en la bolsa de evidencia, a la vez tomando fuertemente la fria mano del contrario, sintiendo un fuerte dolor en su corazón.

Nigel.. ─La rubia derramó un par de lágrimas al darse cuenta de lo qué contenía aquella caja. ─Lo voy a encontrar, te juro qué lo haré.

Gillian, está vez, no iba a tenerle piedad a la persona qué asesino a Nigel.

WRITTEN BY ALICE...

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