05: Es ella...
Emma miraba los expedientes qué se encontraban en la mesa, sintiendo cierta tristeza por las pobres víctimas.
Norman le había dicho qué podía quedarse en su habitación revisando los expedientes, por lo cual ella aceptó emocionada.
De un momento a otro, vio como un pájaro blanco se posaba frente a la ventana de la habitación.
Esta sonrio por unos momentos y quizo seguir continuando con su lectura. Asimismo, volvió a revisar el expediente de aquellos cuatro adolecentes qué fueron asesinados.
Al ir a la sección de testigos, sus ojos se abrieron con sorpresa y confusión Cuando vio uno de los nombres qué se encontraban escritos.
─Norman Ratri.. ─Murmuró la joven, sin poder creer lo qué veía.
( . . . )
Ray caminaba por los pasillos, aburrido, pensativo sobre si había sido necesario venir tres semanas antes de aquel compromiso. En cuanto a Jemina, está se encontraba durmiendo en la habitación.
Su tranquilidad se fue, en cuanto sintió un extraño aroma, el cual se le había hecho bastante familiar.
─Sangre.. ─Pensó Ray, para luego correr hacia esa dirección.
El aroma provenía de uno de los cuartos de limpieza, cuando Ray se acercó allí, encontrándose con una horrible escena.
Aquella chica rubia de ojos azules se encontraba tendida en el piso, está se quejaba del dolor mientras se agarraba su vientre, el cual estaba hinchado. A la vez de qué estaba perdiendo sangre.
─No puede ser.. ─Ray se acercó a la joven de cabellos rubios.
─A-Ayudame.. ─Soltó la rubia, con la voz quebrada y comenzando a cerrar sus ojos.
Ray, al oír eso y ver de reojo el vientre de la contraria, la cargo en sus brazos como pudo y salió de la habitación, yéndose a buscar ayuda.
Otra de las miembros del personal, quien lo vio correr desesperado y gritando por ayuda, llamo rápidamente a una ambulancia, sin embargo, está no había podido llegar a tiempo.
El azabache, al notar esto y viendo como la chica seguía adolorida, no lo soporto más y decidió llevarla al hospital por su cuenta.
Cuando llegó, inmediatamente lo atendieron y le pidieron qué se quede en la sala de espera, lo cual él asintio de mala gana. En eso, su teléfono había comenzado a sonar.
─¡Ray! ─La voz de Emma se notaba preocupada. ─¿En donde estas? Jemina está llorando preocupada.
─Tranquila, Antena. ─Dijo él en un semblante serio. ─Estoy bien, volveré pronto, sólo qué tuve un pequeño inconveniente por el cual tuve que salir.
─Esta bien, cuidare a Jemina hasta qué vuelvas. ─Habló la contraria, soltando un leve suspiro. ─Adiós.
─Adiós. ─Se despidió el de cabellos negros, para luego colgar.
Pasaron unas largas horas, Ray por un lado pensaba en irse ─ya qué pensaba qué no debía estar allí─ pero, por otro lado, sentía qué se tenía quedar allí, por lo menos hasta qué aparezca el padre del bebé o algún familiar de la de cabellos rubios.
Sin embargo, nadie apareció.
Finalmente, uno de los doctores se le acercó, con una expresión de decepción y tristeza en su rostro.
─¿Usted es el joven qué trajo a la chica rubia? ─Preguntó el hombre, a lo qué el azabache asintio con la cabeza. ─Pudimos salvar a la chica, pero lamentablemente, el bebé qué tenía no se pudo salvar
─ . . . ─Ray soltó un suspiro. ─¿Y ella como se encuentra?
─Esta descansando, pronto le podremos dar el alta. ─Respondió el hombre, a lo qué el chico asintio.
( . . . )
Norman abrió la puerta de su habitación. Encontrándose con Emma sentada sobre la cama con los brazos cruzados y una expresión sería. Era bastante raro verla así. Por otro lado, vio a la pequeña Jemina dormir del otro lado de la cama.
─¿Qué ocurre? ─Pregunto Norman, quien se encontraba confundido.
─Norman, tenemos qué hablar. ─Le dijo Emma, para luego agarrar aquel viejo expediente con su nombre y mostrarselo. ─¿Me puedes decir qué es esto? ¿Por qué tu nombre está en la lista de testigos?
─ . . .
Norman soltó un suspiro pesado y se sentó al lado de la chica, dispuesto a confesar la verdad.
─Porqué yo estuve allí la noche qué los asesinaron. ─Confesó. ─Aquellos chicos eran mis amigos.
─Yo.. no sabía. ─Emma lo miro a los ojos, sorprendida. ─Lamento haber reaccionado de esa manera.
─No te culpes, te entiendo. ─Dijo el albino, mientras miraba de reojo las fotos de sus amigos.
─Los querías mucho ¿Verdad?.
─Si, por eso quiero encontrar al asesino y tengo la sospecha de qué casos qué ocurrieron aquí están vinculados con este..
─Ya veo.. ─Emma volvió a mirar el expediente y soltando un suspiro.
Norman seguía ojeando las fotos del perfil de aquellos chicos, pero se quedó mirando una en específico y pasando su dedo índice en ella con delicadeza mientras una sonrisa triste se hacia ver en su pálido rostro.
─¿Quien era ella? ─Preguntó Emma, mirando la foto de reojo.
─Era Bárbara.. ─Respondió este, sin despegar su vista de la foto.
─Era muy bonita. ─Dijo Emma, con una leve sonrisa en su rostro.
─Si.. ─Este bajo la mirada por unos segundos. ─Si tan sólo le hubiera dicho qué la amaba cuando tuve oportunidad.
Emma lo miro y vio como la mano del albino no paraba de temblar. Verlo de esta manera se le hacía extraño, ya qué por fuera parecía ser muy serio.
─Tranquilo. ─La pelinaranja tomo la mano del contrario y lo miró con una leve sonrisa en su rostro. ─¿Tú la querías mucho, verdad?.
─Si, yo la amaba. ─Respondió el albino mientras miraba la foto. ─Y hasta el día de hoy, me arrepiento de no habérselo dicho a tiempo.
Ambos siguieron en silencio por un tiempo mirando más expedientes, sin embargo, Emma no soltaba la mano de Norman y eso no le molestaba.
Y entonces, ella sintió como su corazón comenzaba a latir fuertemente.
( . . . )
─Gracias y perdón si le cause molestias, señor.. ─Dijo la rubia, con una expresión muerta y vacía en su rostro, mientras caminaba junto a Ray.
─No es molestia, no iba a dejarte allí en esas condiciones. ─Dijo el de cabellos negros, caminando a su lado.
─Aún así, le agradezco mucho por haberme traído, señor y seguramente mi bebé también lo haría. ─Hablo la chica, derramando alguna qué otra lágrima mientras tocaba su vientre.
─Ray, me llamo Ray. ─Le dijo el joven, mientras la miraba a los ojos.
─Yo me llamo Anna. ─Soltó la rubia, tratando de evitar sollozar.
Ray la miro de reojo, sentía pena por la pobre chica y entendía como se sentía, pues había tenido una situación similar con Ayshe, antes de adoptar a Jemina.
─Tranquila, no es tu culpa. ─Soltó Ray, dándole unas leves palmaditas en su espalda. ─Entiendo como te sientes, pase por esto una vez.
─¿De verdad? ─Anna lo miró con los ojos cristalizados.
─Si, mi esposa y yo estábamos esperando un hijo, sin embargo, ella perdió el embarazo. ─Respondió el azabache, con una sonrisa triste.
─Eso es muy triste..
─Si lo es, ¿verdad?.
Ambos continuaron caminando en silencio, por suerte, Anna había dejado de sollozar pero su mirada aún seguía triste y vacía.
Finalmente, ambos llegaron al hotel y no pudieron evitar mirarse a los ojos por unos momentos.
─Gracias, Ray. ─Le agradeció la joven, para luego entrar al lugar.
─Denada, Anna. ─Soltó este, mientras miraba como la chica se iba.
WRITTEN BY ALICE...
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