𝓟𝓻𝓸𝓫𝓵𝒆𝓶𝓪𝓼
Dahyun quien dormía en esa enorme cama en el que ahora se encontraba sola. Toda la noche se quedó despierta esperando la llegada de Sana. Le intento llamar y le mandó varios mensajes, pero todos fueron ignorados. Les preguntó a Momo y Mina al respecto, pero no supieron que contestarle, eso solo le ponía los nervios de punta. Lo único que deseaba es que no le haya sucedido nada y que se encontrara bien.
Se levantó para ir por un poco de café a la cocina, sus manos temblaban y en sus ojos se notaban aquellas ojeras justo debajo de sus ojos. Preparó su café, lo hizo tan cargado que cuándo le dio un sorbo hizo unas muecas por lo amargo que estaba. Eran ya las 8 de la mañana, de momento a otro escucho la puerta abrirse. Era nada menos que Sana en un estado deplorable. Sus ropas estaban desacomodados, su cabello revuelto y el olor era insoportable. Era una combinación de tabaco con alcohol barato.
No le dio los buenos días, ni siquiera la voltio a ver. Solo se fue directamente a su habitación para tirarse como un bulto sobre la cama. Dahyun se acercó para asegurarse de que estuviera bien. Se suponía que eran asuntos de su oficina, pero ahora parece una chica salida de la película proyecto x.
—Sana ¿Te sientes bien?—Pregunto Dahyun preocupada.
Veía unas marcas moradas en sus brazos. Eran como si se hubiera golpeado con algo, al igual que unos rasguños. Ahora tenía miedo de que se hubiera metido en una pelea.
—Estoy bien ¿Qué no me estás viendo?—Respondió de manera muy grosera.
—¿Por arte de magia llego una fiesta a tu oficina?—Preguntó furiosa Dahyun.
—Sí ¿Cómo supiste? ¿Estuviste espiando?—Respondió con sarcasmo—. Solo deberías dejarme dormir.
—Que hayas tenido un pésimo día, no quiere decir que te debas desquitar con los demás.
No dijo nada más la menor y salió de la habitación. Solo regreso por un cambio de ropa para poder ir a dar un paseo por los alrededores. Quería estar un momento a sola, su mañana comenzó mal y no quería seguir arruinándolo. Llevaba puesta su ropa deportiva, iría a correr al parque y tal vez ir por su desayuno luego de correr un poco. Saludo al guardia del edificio, el era un señor amable y siempre muy educado.
Empezó a correr, no muy rápido. Saludaba a cada persona que pasará a su lado como buena chica que era. El clima pintaba muy bien, no había frió, pero tampoco calor. Las personas caminaban muy agusto por los alrededores.
Luego de unos 30 minutos corriendo se sentó en el pastó. Dejaba que el aire acariciara su rostro con mucho cuidado mientras revisaba sus múltiples mensajes.
—¿Dahyun?—Alguien la había hablado.
—¿Eunwoo?—Dijo sorprendida cuándo miro quién la hablaba—. ¡Que sorpresa encontrarte aquí!
—La sorpresa me la llevo yo. Siempre vengo a correr todas las mañanas y nunca te había visto—Sonrió el chico tomando asiento a su lado de Dahyun—. Eso quiere decir ¿Vives por aquí? ¿No?
—Sí—Dijo con mucha alegría—. A veces pienso que me estas siguiendo o algo por el estilo.
—Creo que el destino nos quiere decir algo—Le estaba coqueteando el chico.
Dahyun rió incómoda por el comentario que su amigo le dijo. Siempre que lo miraba a ver le hacía ojito, le sonreía o acomodaba su perfecto cabello. Era bien cínico, esos coqueteos estaban aumentando con el tiempo. Al principio pensó que solo estaba haciendo amable pero ahora parecía que es con otras intenciones.
—¿Qué te pasó? No te veo tan animada como otros días—Intentó romper la atmósfera de incomodidad que se había creado.
—No te pasa que a veces tienes las expectativas muy altas sobre algo y poco a poco te termina decepcionando.
—¿Te refieres al trabajo?—Preguntó preocupado Eunwoo.
Dahyun negó con su cabeza.
—Por eso no debes esperar nada de nadie—El chico soltó con delicadeza.
Estaba por continuar lo que quería decir pero una chica desconocida intervino. Eunwoo sintió miedo cuando se percató de la mirada de la chica, hasta lo hizo tragar su propia saliva. No estaba cerca de dónde estaban pero aún así podía ver sus puños apretados mirándolo fijamente.
Dahyun se levantó para mirar a la dirección en la que veía su compañero de trabajo y ahí estaba Sana parada. No se movía, solo los observaba con esa mirada que la menor conocía a la perfección.
—¿La conoces?—Pregunto asustado Eunwoo.
—Sí, ella es mi novia.
El chico la miro confundido. Pensó que no escuchó del todo bien y que se confundió.
—¡¿Tu novia?!—Expresó con sorpresa—. Esto no me lo esperaba—Se rasco su cabeza—Me mira como si quisiera asesinarme.
Lo quería asesinar, eso era obvio.
Dahyun se acercó hasta donde estaba Sana. No pensó que la siguiera, tampoco que se levantara en todo el día. Todo parecía como de película, seguramente estaba malinterpretando las cosas de nuevo. Intento acercarse pero la japonesa no le quitaba la visto a Eunwoo ya lo reconocía, era el mismo chico que le sujetó la cintura a Dahyun. Caminaba hasta el chico, pasó al lado de la menor sin siquiera mirarla. Pero la menor fue rápida y logró sujetarla del brazo, porque tenía una idea de como terminarían las cosas.
—Debemos irnos, nos vemos mañana Eunwoo—Se despidió Dahyun.
Sana no le hizo caso y con mucha fuerza se soltó del agarre deDahyun e hizo que cayera al suelo lastimándose solo un poco su tobillo. Eunwoo quería acercarse para ayudarla pero de hacerlo no saldría vivo y el quería vivir.
La mirada de Sana no era normal, sus pupilas estaban demasiado dilatadas. Eran como si cubrieran todo, no tenía expresión alguna. Y fue ahí cuándo se percató de que su novia estaba drogada.
—L-losiento—Se agacho Sana para ayudar a Dahyun—. No fue mi intención hacer que te lastimaras.
Dahyun no dejaba de observar a Sana quién parecía arrepentida. Pero, sus ojos parecían no regresar a la normalidad. Estaban tan centradas en ellas mismas que se olvidaron completamente que Eunwoo estaba observando todo. Ahora la persona enojada era otra, en el cuello de Sana habían unas marcas de mordidas y una que otra de un beso, pero no recordaba haberlos hechos. Porque, no eran las marcas de ella, si no de otra persona.
Ahora estaban teniendo problemas, no era el hecho de que la tiró al suelo. Ahora era porque lo único que pasaba en su mente es que la engaño. Nunca espero que Sana fuera capaz de engañarla, antes solía decirle que no sería capaz pero ahora se daba cuenta que desconocía completamente a la chica que tenía enfrente.
—¿T-tú? ¿T-tú?—Decía Dahyun en susurro—. Dime que no es lo que creó.
Sana intentó sujetarla pero Dahyun no permitió que la tocara ni un poco. Se levantó y salió corriendo. Sana solo se quedo parada ahí, no entendía lo que sucedía. Tampoco entendía por que decidió drogarse muy temprano, pensó que el dolor de cabeza se esfumaría y cuando reacciono se dio cuenta que fue muy grosera con la pequeña Dahyun quién no tenía la culpa de nada.
Eunwoo la siguió por que estaba preocupado cuándo pasó a su costado miro de reojo a la japonesa que parecía ida.
Todo parecía irse desvaneciendo, corría sin siquiera saber a dónde debería dirigirse. Solo se dejaba guiar por sus pies, el lugar era lo de menos lo único que deseaba era irse lo más lejos posible de ahí. Quería que esos malos pensamientos se fueran, quería creer en Sana...
—Dahyun, Dahyun, Dahyun—Gritaba Eunwoo preocupado intentando alcanzar a Dahyun.
—¡Déjame en paz!—Gritaba Dahyun, solo quería estar sola.
No se detenía por nada del mundo. Ignoraba el gritó de su compañero quién solo quería ayudarla. En su mente vagaba esos pensamientos negativos. Luego de unos minutos se escondió en un callejón de un edificio muy alto. Su corazón estaba acelerado, estaba sudando y no podía respirar muy bien.
Se sentó pegada a la pared, se dejaba caer lentamente y se quedó ahí intentando ocultar su rostro con sus rodillas. Estaba sumergida en sus pensamientos melancólicos y depresivos, cualquiera lo estaría en su lugar. No quería llorar por algo tan absurdo pero si sentía demasiado mal para intentar sonreír.
Eunwoo quién la estaba persiguiendo estaba parado a un costado observando a Dahyun. Pensaba mucho en si debería acercarse o dejarla sola. Miraba a todos lados, muchos pensaban que él era la razón de que la Dahyun estuviera llorando. Le lanzaban miradas de odio, eso le hacía incomodar.
—Hoy hace buen clima. No deberíamos estar en un callejón—Intento sonar gracioso para hacer reír a Dahyun— ¿Así que esa chica es tu novia? Debo admitir que es un poco aterradora.
—No lo es, pero últimamente anda muy extraña. Recién volví a seúl y todo está yendo de mal en peor—Dahyun alzó su rostro para poder ver a Eunwoo.
—Es normal, estuvieron en una relación a distancia . Todos cambiamos con el tiempo, algunos lo hacen más que otros—El chico le dio unas palmadas en su espalda con mucho cuidado— Lo que si pude notar es que es demasiado celosa.
Dahyun se sentó de la misma forma que Eunwoo y guardó silencio unos minutos. Ahora su mente estaba en blanco, intentaba pensar como la adulta que era y dejar esos pensamientos de niña pequeña.
—¿Y si me engaño?
—¿Dudas que no te ame? Todo tiene una explicación, lo único que tienes que hacer es enfrentar las cosas—Respondió el chico con esa voz suave que podría calmar a cualquiera que lo escuchara.
—Tienes razón. Pero no tengo muchos ánimos de verla hoy.
—Entonces no lo hagas—El chico se levantó del suelo— ¿Por que no vamos a desayunar primero?
Dahyun asintió y se levantó del mismo modo, sacudiéndose solo un poco. Seguía al chico de nombre Eunwoo quién iba un poco más adelante. Lo único que hacía la menor era observar sus al rededores y fue ahí cuándo vio pasar de manera rápida a Sana en su motocicleta aparentemente sin ninguna protección.
Sana iba a toda velocidad intentando buscar a Dahyun que no se percató de que estaba enfrente de una librería. Lo único que quería era buscarla para poder explicarle las cosas, ni ella misma recordaba ciertas cosas de la fiesta. Por más que volteaba a mirar por todos lados no se encontraba a Dahyun, incluso le mandó mensaje a sus mejores amigas por si iba a casa de alguna que le avisaran.
Su celular sonaba ya que se había ido de casa de Tzuyu sin avisar. Lo poco que recordaba eran fragmentos, su cabeza dolía y no era por consumir drogas tan temprano. Se odiaría si lastimó a Dahyun, solo bastaba con ver su expresión antes de salir corriendo para que se dieran cuenta. No se fijo en esas marcas que tenía cerca del cuello que seguramente Tzuyu le hizo durante la noche.
Busco en todas partes y luego de momento a otro termino regresando a casa con la esperanza de que Dahyun estuviera ahí. No estaba, el departamento seguía solo la rabia era tanta que terminó golpeando la pared aunque sus nudillos dolieran. Le intento llamar pero tampoco respondía a sus llamadas, por alguna extraña razón que podría estar con el chico del parque y eso la hacía enfadar más.
Ahora solo tenía que arreglar las cosas y de no hacerlo pronto. Podría incluso perder a Dahyun por ser débil y era lo que menos quería.
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