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𝓔𝓼𝓽𝓸 𝓪𝓹𝒆𝓷𝓪𝓼 𝓬𝓸𝓶𝓲𝒆𝓷𝔃𝓪

La noche era tormentosa, el día estuvo lleno de mentiras, arrepentimientos y de cosas que no podrás cambiar por más de lo que desees. La vida no era fácil, cometemos errores todo el tiempo, solo que unos no son tan grandes como otros y luego cuando nos damos cuenta, todo ha terminado y salimos lastimando a personas que nos quieren.

Sana recorría el cuerpo de Dahyun con sus manos mientras dormían, metía sus manos dentro de la pijama de su novia quién no dormía al igual que ella. Una parte de ella se sentía mal por mentirle, tuvo que decirle que no sabía en dónde estaba Mina pero le dijo que no se preocupara que todo estaba bien para que pudiera calmar a Chaeyoung. Lo tuvo más difícil cuando se encontró con la reunión que estaban teniendo para distraerla, apenas miro su rostro esa terrible imagen venía a su mente. Su corazón le dolió más cuando vio la sonrisa invadir su rostro, era como si le dieran un golpe ahora mismo.

No podía dejar de pensar en todo eso, sentía decepción de parte de su mejor amiga quién era la persona más decente de las tres y estaba un paso de herir a una persona que quería justo como ella lo hizo cuando casi lo hacía con Tzuyu de nuevo en una rabieta de debilidad.

—¿Que es lo que te tiene preocupada?—Preguntó una Dahyun soñolienta intentando abrir los ojos pero sin tener éxito—. Puedo sentir tu respiración un poco inquieta.

—Estoy bien, princesa. Lo único es que no puedo dormir pero no debes preocuparte por mi—Sana se levantó un poco para dejarle un pequeño beso en su brazo y acariciarlo un poco—Debes dormir que vienen días ocupados para ti.

Con mucho cuidado la abrazo para acurrucarse con su cuerpo y cantarle despacito una canción que solía cantar cuando estaba cansada o tenía miedo. Estaba funcionando que pudo sentir cómo el cuerpo de su novia se relajaba y cedía al sueño dejándose vencer. La manera en la que dormía era muy tranquilizadora, la forma en la que dormía de esa misma manera se despertaba, ya que no se movía demasiado.

Cuando termino de adormecer a Dahyun, su mente se volvió a llenar de cosas negativas. Tal vez habían cosas que desconocía de sus amigas, tal vez la comunicación no era como antes. Parecía que todo terminaba perdiéndose, poco a poco todo se iba desvaneciendo al igual que el sol por el anochecer.

Unas horas después:

Ya era de mañana, el sol quería entrar por su ventana pero se veían impedidas por la enorme cortina que no le permitía a los rayos de sol entrar a su habitación. Estaban demasiado cerca, hoy no podía faltar al trabajo así que miró su reloj y aún era demasiado temprano, faltaban unas 4 horas para que entrara Dahyun a trabajar. No quería despertarla por lo que volvió a recostarse de nuevo para poder dormir un poco.

Ahora disfrutaba de las caricias que Dahyun le daba con mucho cariño. La estaban viendo dormir, muy pocas veces sucedía pero ahora sin pedirlo lo estaba haciendo mientras le daba una sonrisa en su rostro. Pero algo sentía en su pecho, era como si le doliera ¿Porque dolía? 

—¿Quieres que te lleve a tu trabajo?—Dijo Sana mientras sentía las caricias de su novia abrazándola aún más fuerte.

—Puedo ir sola, no quiero molestarte con eso—Respondió sincera ante la pregunta de la japonesa—. Me gusta estar así contigo, hoy nadie podría borrarme la sonrisa.

—No es ninguna molestia llevar a mi preciosa novia a su trabajo—Esta vez Sana se levantó un poco logrando darle un pequeño peso en la mano de Dahyun quién se sonrojo al instante.

—Debo ir a bañarme—Dijo Dahyun comenzando a levantarse, pero Sana se lo impidió—. Tengo que ir a trabajar, sana.

Sana no respondió se levantó de manera más rápida para alzar a la menor como si fuera su princesa rescatada, no importo cuanto intentó escaparse no la soltaría por nada del mundo. La fuerza que tenía nunca se iba o se desvanecía, cada vez le era más fácil cargarla. La llevo muy despacio y con mucho cuidado a su baño en dónde la bajo con cuidado, lo primero que hizo fue llenar la bañera. Su baño era complejo, tenía una regadera pero también tenía una bañera y un enorme espejo. Abrió la regadera, dejaba el agua caer mientras se acerco para devorar los labios de Dahyun quienes se negaban dejarse corromper en su mañana tranquila.

No se rendía, con su tranquila por fin hizo ceder a su calentura, tenía ganas de hacerlo desde días anteriores. Recorría su lengua mientras tocaba cualquier parte de su cuerpo en intento de quitarle la pijama, lo mismo hacía Dahyun. No pasaron cinco minutos en donde sus ropas estaban esparcidas por todo el suelo del lugar. 

Entraron a la regadera sin dejar de besarse de la manera hambrienta en que lo estaban haciendo, era como si eso fuera lo más importante e iban olvidando poco a poco sus responsabilidades. Casi se resbalaba Dahyun cuando sintió su espalda tocar la pared, eso le causo un escalofrío porque estaba frió. Sana besaba su cuello, besaba cada parte de su cuerpo mientras sentía el agua recorrer su cuerpo, siempre le encantaba hacerlo en el baño. Una de las cosas que más le gustaba de Sana es que lo podían hacer en cualquier lado porque era demasiado buena en lo que hacía, más que nada sabía en dónde tocarla para volverla loca.

Las manos de Sana bajaban por su abdomen, mientras le daba pequeñas mordidas a sus hombros y cuello, pero sin querer dejarle una marca que se viera visible. Acariciaba sus piernas mientras escuchaba sus pequeños jadeos que empezaban a salir cuando empezó a tocarle sus pechos de la manera que lo hacía. La alzó para que se enganchara en sus caderas y fuera más rápida penetrarla pero primero quería jugar con su clitorís, no podía distinguir si estaba mojada por el agua o porque en verdad era demasiado buena con lo que hacía. Hacía pequeños círculos en su centro, Dahyun soltaba pequeños gemidos y mordía superficialmente la oreja de Sana. Primero intentó meter un dedo pero era un engaño y vio la expresión de decepción que hizo su novia cuándo no sintió entrar su dedo.

—Te amo mi princesa—Decía Sana entre jadeos, estaba igual de mojada que Dahyun—. Mejor deberíamos parar porque llegarás tarde—Se bufó Sana para lograr como reaccionaba su novia.

—Espera—Pidió Dahyun con delicadeza sin dejar de sentir las caricias de Sana— ¿Me vas a llevar no es así? Entonces no llegaré tarde.

Sana solo sonrió y continuaba con lo que empezó desde un principio. Mordió un poco la oreja de Dahyun, metió una parte de su lengua logrando hacer que gimiera. Y es que le encantaba porque su voz era tan bonita, suave y delicada cuando hacían este tipo de cosas. Primero introdujo uno de sus dedos, dentro hacía afuera simultáneamente y luego introdujo un segundo. De dentro hacía afuera, seguía ese mismo patrón mientras se escuchaban los incontrolables gemidos, intentó pararlos arañando su espalda y mordiendo cualquier parte de sana que viera primero.

—Vente para mi, princesa—Susurro Sana al oído ligeramente rojito de Dahyun.

Jadeaba incontable veces. 

Nunca se cansaría de estar en esas situaciones con Sana.

Podía sentir los dedos de Sana en su cuerpo, dándole ese calor que su cuerpo pedía y esas ganas infinitas de que nunca terminaran. Nunca llego a pensar que se enamoraría de una mujer, tampoco de lo mucho que se podía amar a alguien y cuidar de una chica fuerte pero temerosa de sí misma, así era su querida novia. Cada vez que la miraba veía ese brillo, ese brillo que nunca se extingue de la mirada de Sana al mirarla.

—Te amo demasiado, mi japonesa tonta—Dijo con suavidad aferrándose al cuello de Sana.

—Eres mía—Le susurró como contestación.

No tardaron ni 10 minutos cuando Dahyun soltó un gemido que aviso que por fin había llegado a su orgasmo. Siempre sentía vergüenza y su rostro se ponía rojo, y eso que ya era una adulta. Tenía cuerpo de mujer, pero una mente de una niña que aún sentía vergüenza por esas situaciones y eso solo lograba que Sana se riera.

—No me imagino que alguien más que yo, te toque de esta manera—Dijo Sana sincera era algo que siempre pasaba por su mente.—De solo pensarlo, me enojo.

Sana parecía una persona fuerte y segura, pero era todo lo contrario. Tenía miedo de perder a su único bastón en la vida que la mantenía cuerda, de no estar con ella o no haberla encontrado se preguntaba qué sería de su vida ahora mismo; seguramente estaría muerta. 

Aún estaban en el baño, siendo mojadas por el agua de la regadera y olvidando el de la bañera. Por suerte, se apagaba cuando llegaba al límite. Salió para poder mirar la hora, abrió los ojos porque ya era demasiado tarde.

—Deberías apurarte si no quieres llegar tarde—Se burló Sana porque cuando termino de hablar Dahyun casi la mataba con la mirada.

La sacó del baño prácticamente solo con su toalla. A sana no le importaba andar desnuda por todo su departamento, de hecho lo haría si no fuera que se ganara un golpe de Dahyun. Se cambiaría primero, para poder llevarla a su trabajo y solo era una excusa para pasar más tiempo juntas, era lo único que quería.

Salió disparada del baño, luego de terminar. Por suerte, su ropa ya estaba lista y solo era cambiarse y arreglarse, aunque eso lo podía hacer llegando. Se miró un par de veces al espejo para ver que todo estuviera en orden, miró a Sana quién jugaba muy animada en la cama con su celular y se lanzó sobre ella.

—¿Que pasa princesa?—Preguntó Sana sorprendida al sentir el cuerpo de su novia sobre ella.

—Nada, solo quiero quedarme así—Pidió, puso su cabeza sobre el hombro de Sana y le dio unos besos en su cuello—. A veces, me siento como si no estuviéramos juntas desde hace tiempo ¿No te pasa igual?

—Cuando estoy contigo, lo único en lo que puedo pensar es que quiero cuidar de ti—Respondió sincera dejando su celular aún lado.

—Es irónico que la única persona que me puede cuidar es la única que puede herirme— Susurro Dahyun a su oído—. Nunca me arrepentiré de estar contigo.

Le dio un beso en la mejilla y se levantó, le extendió su mano para que se levantará y se pusieran en marcha para ir a su trabajo. No se cansaría de su vida, no importaba las veces que las personas se quisieran interponer en su relación, nunca se rendiría tan fácil como para que se fueran desvaneciendo. Olvidó el pequeño detalle, no solamente las personas se podían interponer en su relación, también habían mucha más razones.

Sana condujo lo más rápido posible, eso le causó un montón de gritos ''Ten cuidado'' ''Sana ve tu camino'' ''No te distraigas'' ''Nos vamos a matar'' ''Sana ve más despacio'' Todo eso solo le causo demasiada diversión, porque sentía como la rodeaba con sus brazos de una manera demasiado ruda. Y los incontables gritos que daba cuando sentía a los carros demasiado cerca o cómo los iba esquivando y rebasando.

Gracias a que condujo como loca, pudo llegar a tiempo. Hubiera preferido llegar tarde que casi morir en el intento de llegar a su trabajo. Cuando toco el piso se sentía agradecida con dios, por permitirle tener otro día de vida y que no fuera su último. 

—No seas exagerada, tampoco conduje tan rápido—Intento defenderse Sana y sonar ofendida.

—¡Querías matarnos!—Hizo una expresión exagerada—. Pensé que me amabas, pero me equivoque—Fingió estar llorando para hacer más drama.

Sana se bajó de su motocicleta para ir abrazar a Dahyun antes de irse, no se podía aguantar la risa por la pequeña escena que montó.

—¡Que graciosa!—Dijo entre risas—. Debes entrar para trabajar que mis abrigos no se pagan solos—Se bufó Sana.

—Ahora la graciosa es otra—Dahyun se reía—. Nos vemos al rato, mi querida novia.

Se despidieron solo con un beso en la mejilla, Dahyun sin darse cuenta le dejó una pequeña marca de labial en la mejilla. Todo parecía estar yendo bien, todo se sentía como antes y ahora solo tenía que planear cuando le pediría matrimonio y el otro obsequio que ya tenía en sus manos. 

No se dieron cuenta que estaban siendo observadas, estaban tan distraídas en su mundo que alguien las miraba indiferentes. Luego sonrió cuando vio que Sana estaba yéndose, parecía ser su día de suerte o eso pensaba esa persona.

¿Quién estaba viéndolas? 

¿Que era lo que estaba planeando?

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