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Volviste

Los rayos del sol estaba por salir, para darle la bienvenida a un nuevo día. Lo que descubrió Dahyun en la madrugada, era algo de lo que no estaba muy segura. No se equivoco cuándo pensó que Minjoo fue la culpable, pero se sorprendió mucho de ver quién fue su salvadora.

Ahora estaba dormida aún lado del sofá en dónde dejo a Sana para que descansará un poco. Estaba un poco incomoda al principió, pero luego su cuerpo no lo estaba más y era extraño porque estaba durmiendo en el suelo prácticamente. Su cabeza estaba recostada en algo que no lograba descifrar hasta que abrió los ojos y era el hombro de Sana quién estaba a su lado durmiendo muy tranquilamente. No entendía porque prefería dormir en el suelo que seguir recostada en el sofá en dónde la dejo.

—Nunca entenderé tu comportamiento. Eres tan impredecible—Dijo Dahyun con una sonrisa en su rostro y observando a Sana dormir—Eres tan tierna, no sé como puede haber tanta maldad detrás de esa cara angelical.

Dahyun pensó que nadie la estaba escuchando, pero Mina estaba despierta sentada en lo que era su comedor. 

—¿Chaeyoung esta bien?—Pregunto Mina con una voz quebrada y esperando a escuchar una respuesta positiva.

—Ella esta bien. La llevamos con Jihyo para que descansara un poco, estoy segura que debe estar ansiosa de verte—Respondió Dahyun.

—Me tranquiliza mucho escucharlo. Algo me decía que debería estar tranquila—Sonrió Mina por primera vez en el día—No puedo decir lo mismo de Sana quién destruyó todo el departamento prácticamente.

Las dos comenzaron a reírse por las acciones apresuradas de la japonesa. 

Sana es una chica con un mal temperamento. Pero no me haría daño, quiero creer en eso.

Sana siempre estuvo en las manos correctas y aún lo sigue estando—Le sonrió Mina de vuelta. 

Mina se dispuso a irse porque necesitaba tomar un baño para poder ir a buscar a Chaeyoung al departamento de Jihyo. Se despidió de Dahyun y se fue. 

En eso Dahyun se intentaba levantar con mucho cuidado de no despertar a Sana, pero aún dormida tenía demasiada fuerza. No parecía querer soltarla pronto, la sujetaba de una manera muy fuerte y aunque lo intento varias veces tampoco pudo engañarla. 

—No quiero que te vayas de mi lado—Susurraba Sana entre sueños. 

Aún dormía pero parecía que estaba hablándole. 

Dahyun sonrió y le dejo un pequeño beso en los labios a la japonesa. Ese gestó logró despertarla y lo único que hacía era mirarla de una manera única; era como si fuera su dulce favorito siendo una niña pequeña de cinco años. 

—Pensé que fue un sueño que me abrazaste anoche. Tenía miedo de despertar y de no encontrarte—Dijo Sana con una voz suave y tierna. 

—Ahora entenderás el miedo que siento al pensar que podía perderte debido a lo hacías—Suspiro Dahyun—No hay día que no tuviera miedo, que un día viera las noticias y estuvieras muerta.

Sana se movió para acomodarse mejor y abrazar a su menor. 

—El dolor que sentí anoche, no quiero volver a sentirlo... nunca.

—Entonces no te despegues de mi lado—Sonrió Dahyun al terminar de hablar.

Las manos de ambas tocaban sus suaves cuerpos. Dahyun solo observaba las marcas en el cuerpo de Sana, parecía una herida recién echa y el color no pintaba bien, parecía una herida infectada. Llevo su mano a las mejillas de la japonesa y los acarició con suavidad, como si fuera una pequeña muñeca de porcelana apunto de ser destruida. 

El silencio no era incomodo, si no todo lo contrario. Las miradas eran más que suficiente para gritarse el amor que se tenían. El beso parecía no tardar, se acercaban lentamente y discretas, pero sus labios ansiaban tocarse y comerse.

—Necesito mucho más que un beso—Susurro Dahyun cerca de los labios de Sana.

Sana entendió la indirecta... esta no solo quería un beso. Quería que hicieran el amor, que la tocara y la hiciera sentir de manera inexplicable. Realizo un movimiento brusco en dónde Dahyun termino debajo suyo, la acorralaba y se mantenía encima suyo con su respiración alterada. 

—Siempre tengo el deseo de tocarte de todas las maneras posibles. Eres el dulce que comería todos los días, eres esa comida insaciable que me vuelve loca y por el simple tacto tuyo en mi cuerpo me haces querer hacerte todo lo que no esta bien visto por la sociedad—Le susurro en su oído pegando sus labios para rozarlos—Eres todo lo que esta bien en esta vida y no te lastimare nunca.

El cuerpo de Dahyun temblaba, la ventana estaba abierta y ahora Sana había quitado su camisa con sus dientes. Fue muy agil, su manera de hacerla caer en la cama era muy buena y ella siempre disfrutaba de tener sexo con la japonesa. 

Aquellas palabras la habían dejado totalmente fuera de si. Eran palabras de una chica enamorada hacía otra chica enamorada. Era amor mutuo. 

Sana trazaba sus pezones de Dahyun con sus dedos, también trazaba sus clavículas y sus labios. Tenía esa mirada de posesión, y es que siempre en la cama solía ser muy posesiva pero de una manera buena. Le encantaba admirar el cuerpo de su novia, le encantaba saber que solo ella podía tocarlo y que nadie más lo había echo; eso le volvía loca. Llevo ambas manos a su garganta y lo apretó poco. Le sonrió, le mordió la comisura de sus labios y paso su lengua de una manera lenta y precisa. 

Dahyun solo se dejaba guiar por la boca de Sana que parecía querer devorarla. Se notaba todo lo que tuvo que soportar por no besarla, por verla besar a otro chico que no era ella. Lo notaba en su manera desesperada de sujetarla.

—Se lo mal que te sientes, tu cuerpo no miente. Tranquilízate—Dahyun se había separado del beso y abrazó a Sana para pegarla aún más a su cuerpo en un intento de consuelo— Ya nadie puede separarnos.

Las lágrimas caían por sus mejillas y el cuerpo de Sana temblaba.

—Aún no puedo creer que estés ahora mismo, aquí y abrazándome—La voz de Sana era melancoholica—No quiero herirte, no estas en condiciones de hacerlo.

Sana se separo de la abrazó y miraba a Dahyun directamente a los ojos.

—Cada vez que pienso en Sana, es como si no pudiera dejar de reír. Eres tan linda, es sorprendente que te tengan miedo—Rió Dahyun y le dio unas palmaditas a Sana en las mejillas—Recuerdo esa actitud arrogante y engreída. Eras tan diferente a mi, pero termine perdida por ti—Suspiro por tan bonito recuerdo de su encuentro—Nunca te pregunte ¿Que fue lo que te gusto de mi? Alado de Tzuyu yo no era nada...

Dahyun necesitaba saberlo, siempre tuvo esa curiosidad, necesitaba escucharla de su propia boca de la japonesa.

—Tienes esa esencia de hogar, eras tan correcta y tímida. Eras tan pura e inocente, personas como tú no habían en dónde crecí—Soltó Sana sincera—Eras algo nuevo para mi, no merezco tu amor.

Luego de haber sufrido por tanto tiempo... lo mereces—Dahyun sonrió—Te amo Sana, eres tan especial y única para mi.

—Te amo, princesa.

Dahyun se quito los pantalones quedando solo en esa única prenda en ropa interior. No solía usar ropa de lencería, simplemente eran unos calzones normales. Pero, para Sana no había algo más sexy que eso. 

Besaba poco a poco su cuerpo, lo acariciaba mientras lo hacía y le daba pequeñas mordidas. Sonreía al sentir como su cuerpo de Dahyun temblaba del frió, era de mañana pero era una mañana fresca. Se levantó y con ello, alzó el cuerpo para llevarla sobre la mesa de su cocina. Ahí estaba dentro de las piernas de Dahyun. 

Esta solo se mantenía dejándose besar por Sana, dejaba que le hiciera lo que quisiera porque sabía que no importaba la mínima acción, sabía que lo disfrutaría.Sana intentaba no ser muy brusca, porque no estaba en condiciones y podía herirla por sujetarla demasiado fuerte. Acariciaba su cuerpo, llevaba sus manos justo abajo de su entre pierna y masajeaba justo arriba de su ropa interior. 

Estaba por meter su mano dentro, pero escucho el timbre de su puerta.

—Sana, alguien esta llamando a la puerta.

—Solo ignóralo, no interrumpamos esto—Decía Sana quién estaba emocionada en la acción.

Dahyun no estaba cómoda sabiendo que alguien podía escucharlas. Se volvió a escuchar el timbre y esta vez no pudo ignorarlo.

—Soy Momo, necesito hablar contigo Sana...—Gritó la japonesa. 

Llevaba mucho tiempo sin verla y ahora tenerla enfrente de su puerta era una completa sorpresa.

Ambas se separaron, fue por su ropa que estaba tirado en el suelo y fue a su habitación para ponérsela y aprovechar tomar un baño. Ella sabía lo que hacía Momo allá, por eso no quería ser un mal tercio y las dejaría hablar. 

—No hagas nada tonto mientras estoy tomando un baño ¿De acuerdo?—Pidió amable la más bajita. 

Sana asintió y fue caminando hacía la puerta. La abrió y en efecto, ahí se encontraba parada Momo con una apariencia un tanto tétrica. Parecía haber estado en una pelea hace días y sin avisarle, pensaba que estaba en japón tomando unas vacaciones con su esposa Nayeon.

—Momo, me sorprende tu visita—Por fin hablo Sana.

Momo observaba desde la puerta todo el desastre que su amiga había causado. 

—Deberías ir a terapia, tienes un comportamiento de la mierda—Afirmo Momo y entró al departamento.

Sana frunció el ceño por las palabras de su mejor amiga. 

—¿Solo a eso viniste? ¿A burlarte de lo que hago?—Dijo Sana a la defensiva.

Momo negó con la cabeza.

—Vengo porque necesito hablar contigo... es algo muy importante y fue algo que descubrí estando en japón. 

Ambas se pusieron serias ante las palabras de la japonesa tonta. Se fueron a la mesa del comedor y Sana llevo un vaso de agua para ofrecerle. La expresión de Momo era sería, por lo que sabía la gravedad de lo que descubrió.

—Dime ¿Que descubriste? 

Momo tomó un poco de agua.

—Eunwoo es policía, no es alguien de la mafia eso solo era un disfraz para infiltrarse y la verdadera persona mala es esa estúpida chica, Minjoo...

Sana sabía lo de Minjoo pero lo de Eunwoo si que era una sorpresa. Ella pensaba que el estaba involucrado en todo, al menos eso parecía en las fotos que le dieron y luego sucedió de Dahyun que la rescató. Entonces no era un mal chico, el la había salvado y eso era algo que no tenía como pagarle.  

Iba a decir algo pero Momo le pidió que guardara silencio.

Yo se lo que le paso a Dahyun, porque yo fui la persona que la salvo—Soltó de golpe Momo—Estaba por venirte a buscar porque recién había regresado y entonces vi a Dahyun salir misteriosa de aquí... no pude evitar querer seguirla. Si no hubiera llegado a tiempo, seguramente ella no hubiera sobrevivido. 

—Se que Minjoo era la responsable. Puedo sentir su cuello en mis manos y el montón de suplicas que gritara—Respondió con enojo Sana y se dio la vuelta para darle la espalda a Momo—Ella aún no me conoce. 

—No seas tan cruel Sana...—Se bufó Momo. 

Es lo malo cuando los niños creen que saben jugar. Eso le enseñara a no meterse conmigo.

La voz de Sana demostraba todo el odió que ahora le tenía a Minjoo. Le afecto al principió porque en su pasado fue alguien importante por todo lo que pasaron, pero ahora ese recuerdo se iba borrando para que pudiera hacer lo que tenía planeado.

Sana volvió a observar a Momo y sonrió con esa sonrisa que era el de una pequeña al recibir juguete nuevo.

—Gracias, en serio muchas gracias por protegerla. Te debo mucho—Dijo Sana se acerco para sujetar sus manos—Nunca podré pagártelo. 

—No es necesario que lo hagas. Tu harías lo mismo por mi y protegerías a Nayeon con tu vida, nosotras no solo somos amigas. Mina, tú y yo somos hermanas—Sonrió Momo y se dieron un abrazo. 

El abrazo de dos personas que se conocían realmente bien, compañeras que sabían lo que era sufrir y por esa razón cuidarían lo que fuera valioso para ellas.

—Siempre lo seremos, Momo.



Ya no tendrán que esperar mucho por las actualizaciones. No faltan muchos para el final, y quería ternerlos listos para hacer un maratón de capítulos o subir uno por día. Perdonen la espera y muchas gracias por leerme.

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