Recuerdos
Ahora Sana entendía todo lo que esas personas sentían cuando ella mataba a una persona que seguramente tendría familia. El dolor era insoportable. Ella no quería sentir más eso. Dahyun no merecía ese final, ella era su hogar y ahora no estaba más. Era como si estuviera perdida por la vida como lo estaba antes, como cuándo estaba en ese horrible orfanato.
Estaba muerta.
Sus manos temblaban y las observaba como si fuera lo único que quisiera ver. Tzuyu intento levantarla pero esta lo evitaba, quería estar tirada en el suelo porqué se sentía una basura. Odiaba sentirse tan frágil, tan asustada y que no estuviera su querida Dahyun para abrazarla. No volvería a sentir sus abrazos ni a probar su deliciosa comida.
—D-dahyun—Repetía en murmuro para si misma—P-perdoname...
A Tzuyu no sabía como actuar. Era la primera vez que veía a Sana de esa manera y no sabía si debía acercarse o dejarla sola.
—Sana deberías calmarte—Repitió Tzuyu y le hizo una seña a Jeongyeon para que se fuera.
Sana evitó el tacto de la taiwanesa.
—No me toques—La voz de Sana salió fría y llena de rencor.
Tenía esa mirada fría y vacía. La misma que siempre tenía cada vez que asesinaba a alguien.
Sana se levantó y salió rápido con la arma en mano. Tzuyu conocía perfectamente y lo que estaba por hacer no era cobrar venganza con nadie, si no con ella misma porque su culpa era más fuerte que el odió hacía Minjoo.
Intento alcanzarla pero la japonesa se subió a su motocicleta e iba disparada hacía algún lugar lejano y solitario. Paso enfrente de algunos policías que le pedían que parara pero esta no hacía caso, lograba perderlos y se burlaba de la ley. Recordó ese lugar que era especial para la más bajita. El lugar en el que le pidió que la buscara y allá se dirigía, era el único lugar especial para ambas y a la vez uno lleno de recuerdos amargos.
Llego a ese bonito lugar solitario en dónde la fuente estaba apagada y el agua no recorría. Escuchaba los insectos y el viento que revolvía su cabello. Hoy era una noche fría, solo tenía un abrigo y eso no era suficiente. Se paro enfrente de la fuente y suspiró, y volvió a mirar sus manos.
—No fui capaz de protegerte... ¿Por qué soy tan débil?
Sana alzó esa pistola que llevaba en el pantalón. Lo llevo justo a su cabeza y entre lágrimas intentaba jalar del gatillo.
—Debí dejarte ir. Esa siempre fue la mejor decisión pero fuimos demasiado egoístas y yo siempre lo fui más.
Escucho unos pasos ya que las hojas era pisadas y eso lograba hacer un ruido. Entre sus lágrimas se puso a la defensiva para ver de quién se trataba pero no veía nadie en ningún lado. Intento volver a sus propios pensamientos, pensó que simplemente fue una mala jugada de su mente.
—No lo hagas Sana...—Gritó Tzuyu abrazando a Sana por detrás—Eso no es lo que hubiera querido Dahyun.
—Tu no sabes lo que ella hubiera querido—Decía Sana entre lagrimas sin hacer un solo movimiento—Nunca te había visto tan mal, no llores.
Tzuyu abrazaba a Sana como nunca lo hizo. Esta vez era completamente sincera.
—Prometo que te ayudaré en lo que quieras—Dijo Tzuyu con un tono de voz dulce.
—Nadie puede ayudarme. Ni tu ni nadie...—Sana se separo de Tzuyu—Solo déjame sola.
Sana se levanto y volvió directamente hacía su motocicleta. Nunca notó el montón de llamadas que tenía en su celular, todos eran de Momo y Mina. Nunca respondió las llamadas, olvido el detalle que Chaeyoung estaba con Dahyun en ese momento. Estaba por ir a su departamento pero dio una vuelta peligrosa para ir directo al departamento de su mejor amiga.
Habían también un montón de policías al rededor de todo el edificio y aún lado estaba Mina que se cubría con una sabana. Estaba igual o peor que Sana, parecía que lloro y sus manos estaban heridas. Se bajo para ir corriendo hasta dónde estaba la japonesa sentada.
—¿Que sucedió Mina?—Pregunto Sana desesperada.
Mina solo la observó y luego volvió a bajar su mirada.
—Yo no llegue a tiempo, ellas están...
Mina no pudo terminar de hablar por que fueron interrumpidas por uno par de policías. Lo único que no entendía porque estaban todos los policías en el edificio de su departamento.
—Disculpe señorita. No debería estar aquí, este lugar es muy peligroso. Un grupo de al parecer terroristas hicieron un desastre por esta área. Será mejor que vaya a casa.
Sana iba a mirar de una manera enfadosa a aquel hombre pero se controlo.
—Solo vengo por mi amiga ¿La puedo llevar a casa?
El policía asintió.
Sana con mucho cuidado ayudo a levantar a Mina quién estaba en un estado muy critico. La apoyaba a su cuerpo porque esta no quería caminar por voluntad propia. La subió a su motocicleta y arranco para ir a su departamento y que durmieran un poco, y también para calmarla un poco.
Todo parecía estar bien hasta que dio un paso dentro del departamento que era su hogar junto a a Dahyun. Sus pocas fuerzas que tenía para ayudar a Mina se habían desvanecido y ahora estaba de nuevo esa frágil Sana que no quería continuar más en ese mundo horrible que le toco vivir.
—Lo siento mucho por lo de Chaeyoung—Dijo Sana.
Por fin pudo hablar respecto a la novia de su mejor amiga.
Aquellas palabras solo hicieron entrar en llanto otra vez a Mina.
—Esto fue mi culpa... si no hubiera involucrado a Dahyun seguro Chaeyoung también estuviera viva. Si quieres culpar a alguien puedes culparme a mi...
Mina alzó la mirada y fue hasta dónde Sana para darle un fuerte golpe en el rostro logrando que se cayera al suelo.
—Fui la hospital porque iba por Chaeyoung cuando dos personas me seguían por varias cuadras intente burlarlos pero termine volviendo a mi departamento. Ahí fue cuándo me empezaron a disparar, incluso a personas inocentes—Mina guardo silencio—Uno de esos hombres era Sehun...
Sana se puso de pie sin entender lo del golpe. Pero reacciono al escuchar el nombre del chico que solía ser su amigo tiempo atrás.
—Solo recibí un disparo en el brazo. En el hospital, era un caos un montón de personas corrían en busca de la salida mientras yo buscaba una forma de entrar y cuándo llegue al cuarto... todo estaba obscuro, cuando iba a prender las luces un policía me detuvo y llevo de nuevo afuera. No logre buscar el cuerpo de Chaeyoung ni de Dahyun, tampoco han dado respuesta sobre los fallecidos. La busque con desesperación, pensando que tal vez estaría en casa y volví y me desmaye afuera del edificio en dónde los policías me ayudaron y todo ahí era peor que en el hospital.
Sana abrazó a Mina para que pudiera desahogarse. En cada palabra se demostraba la ansiedad y desesperación de una persona que siente que no fue útil y que pudo haber logrado algo si lo hubiera intentando.
—No quiero pensar que Chaeyoung se la paso mal. Intente llamarla pero no responde, tengo miedo Sana...
Escuchaba los lamentos que Mina le decía. El miedo en su mirada, acompañado de sus manos temblorosas.
—Mina... todo esto pasara. Debemos ser fuerte, no debemos derrumbarnos—Dijo Sana para consolar a su mejor amiga que no paraba de llorar.
No dijeron más ni una sola palabra y ayudo a su amiga a recostarse en la cama que era de Dahyun. Era el lugar en el que menos quería acostarse a relajarse un poco, todo le traería recuerdos y lo comprobó cuando dio un paso a lo que era la cocina y observo el vaso favorito de Dahyun.
Tiraba todo a su paso, no quería ver nada que solo le trajeron recuerdos llenos de remordimientos. Se arrepentía de no haber pasado más tiempo con ella, darle un beso todos los días y pasear con ella en su motocicleta hasta que su cabello se revolviera con el viento de seúl. Sentía que no tenía más motivos, realmente era lo único bueno en su vida, lo único que la hacía sentirse realmente feliz...
No era dependiente de ella, claro que no. Pero, luego de pasar mucho tiempo en la obscuridad perder lo que más alegría le traía en la vida, era demasiado difícil de aceptar.
Miraba a la ventana, lo único que observaba eran las luces de la ciudad y un montón de personas viviendo sus vidas. Coloco su mano en la ventana evitando las inmensas ganas de llorar, pero lo era imposible. Desde cuándo se había vuelto una niña llorona, ni ella misma lo sabía y tampoco quería saberlo.
Flashback:
Recuerdas el aroma de las flores en primavera, ese aroma que te hacía darte cuenta de lo afortunada que te sentías con la vida. Ese era el aroma que desprendía Kim Dahyun aún en su peor situación.
A pesar de estar hospitalizada no dejaba de sonreír y darle amor a todos sus seres queridos. Estaba acostada mirando el techo, mientras sujetaba la mano de Sana con mucho cuidado. No lo decía, pero realmente aún con el silencio se la estaba pasando muy bien.
—Quiero que al salir de aquí... hagamos muchas cosas divertidas—Dijo Dahyun con una enorme sonrisa y entrecerrando los ojos.
Sana sonrió a sus palabras y le dejo un pequeño beso en la frente.
—Te tengo envidia. Ni en tus peores momentos dejas de ser muy bonita, princesa.
Dahyun se sonrojo y le dio un pequeño empujón a Sana.
—No quiero que me digas esas cosas tan de repente, tonta—Dijo Dahyun intentando ocultar su sonrojo—Ahora eres tu la que te toca cuidarme, eso es extraño tal vez pueda acostumbrarme a eso—Intento sonreír pero al ver la expresión de Sana se arrepintió de sus palabras—¿Que sucede? ¿Dije algo malo?
Sana no respondió y su expresión se puso sería por un minuto.
—Yo nunca me acostumbrare a verte herida. Y nunca perdonare a la persona que intente hacerte daño.
Dahyun olvidaba algunas veces que Sana estaba lejos de ser una persona normal.
—No dejes que el odio consuma tu vida. La venganza no es buena y hoy es un buen día para cambiar. Estamos a tiempo de ser felices, no arruinemos lo que puede ser nuestra última oportunidad de estar juntas—Dahyun miraba a Sana directamente a los ojos—Prométeme que no te meterás en problemas—No veía la seguridad de Sana en su mirada—Yo quiero que todo esto termine.
—Esto no terminará si simplemente lo ignoro, Dahyun. Entiende que el mundo no funcionada de esa manera, menos en la que yo crecí...—Sana suspiro—No puedo prometerte algo que se que no cumpliré. Lo siento mucho...
—Realmente quiero estar contigo pero...
Sana cambio su expresión totalmente.
—¿Pero que?—Pregunto temerosa.
—Solo olvídalo. Tú siempre harás lo que quieras—Suspiro—No quiero pelear cuando apenas nos reconciliamos—Dahyun noto que Sana se sentía culpable—Te amo, no pienses lo contrario nunca... nunca.
Dahyun se levanto un poco de la cama y extendió sus brazos para que la japonesa pudiera darle un abrazo. Entendió el mensaje y no tardo ni un minuto y Sana ya estaba abrazándola y escondiendo su rostro en su cuello. Intentaba ser cuidadosa para no herirla pero eso no quitaba la intensidad con la que se abrazaban.
—Volví, princesa. Te amo—Dijo Sana logrando hacerle cosquillas a Dahyun al sentir su aliento.
Fin del Flashback.
Hace unas horas se estaban diciendo que se amaban y ahora esa voz no la escucharía más. Minjoo era el nombre que menos quería ser nombrado y al mismo tiempo era el nombre de la persona que terminaría destruida de la peor manera. El color de sus ojos se volvió obscuro, su cuerpo se tesaba y el sudor amargo traspiraba de su piel.
Con todas sus fuerzas sujeto un adorno que estaba en la mesa y observo la ventana. Era enorme y de un solo golpe todo se rompería... Sana dio un grito fuerte y lanzó el adorno logrando que todo se rompiera sin importarle que un pedazo del vidrió la hiriera.
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