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Adiós

Habían pasado dos semanas luego de ver morir a Minjoo por un disparó de Momo, recordaba el sonido y el rostro que tenía antes de morir. Estaba yendo al cementerio, por esa razón lograba sacar ninguno de esos pensamientos de su rostro. Las lagrimas no dejaban de caer cada vez que recordaba aquel disparó que hizo antes de morir, el disparó que logró dañarla sin siquiera tocarla. Llevaba un ramo de flores, no iba sola Eunwoo iba con ella. No querían dejarla sola, aún habían cosas que le dolían y era muy vulnerable, le demostraban su apoyó a cada momento. Porque ella no estaba sola y nunca lo estaría.

Estaba de frente de aquella tumba, estaba limpia y al parecer alguien más le había llevado flores. Las acomodó junto a las otras y prendió una veladora que llevaba Eunwoo entre sus manos. 

—Tengo que agradecerte, me hiciste una persona fuerte y todo el caminó recorrido no fue en vano—Exclamó Dahyun—Muchas gracias. 

Eunwoo sujeto su hombro y le dio un pequeño abrazó. Estaba llorando, ni ella entendía porque lo hacía, pero se sentía muy sensible.

—Eres fuerte, lo demostraste—Eunwoo la abrazaba más fuerte—Me alegro saber que no resultaste herida. 

—Yo no, pero Sana...

—Detente, no lo digas—Recalcó Eunwoo. 

Fueron de vuelta al carro de Eunwoo, iban a comer un poco antes de ir a otro lugar en el que debía llevar a Dahyun en la tarde. Fueron a un pequeño restaurante que quedaba cerca de las oficinas en dónde solían trabajar para Tzuyu. 

Llevaban una semana comiendo juntos, la pasaban realmente bien. No paraba de hacerla sonreír todo el tiempo, era una buena compañía para días tan grises en los que vivía. Se sentía demasiado agradecida con el chico al frente suyo.

—Sana me dijo que tu eras un buen chico para mi—Exlamó Dahyun triste. 

—Nunca podría remplazarla, es una chica que sufrió por mucho tiempo hasta que te conoció—Rió Eunwoo—Si quieres me puedo operar y ponerme su cara. 

Dahyun comenzó a reírse por la broma y le dio un pequeño golpe en el hombro de Eunwoo. 

—Gracias por hacerme reír. Lo apreció mucho—Le sonrió Dahyun.

Uno solo debe dar su mejor sonrisa y continuar, eso era lo que pensaba Dahyun.

Cuándo estas al borde de la muerte, uno siempre logra ver su vida pasar en un abrir y cerrar de ojos. Eso vuelve los recuerdos cada vez más valiosos, aquellos recuerdos que marcaron tu vida y el momento en el que fuiste verdaderamente feliz.

Era un mar de lágrimas, un dolor insoportable, su sangre derramada sobre la ropa de la chica a quién amaba. Lograba ver el rostro de Dahyun, sus ojos llorosos abranzandola con demasiada fuerza queriendo aferrarse a ella. Era más doloroso para Sana el ver sufrir a Dahyun, cada lágrima derramaba dolía más que aquel balazo en su estomago.

Flashback:

Las amigas de Dahyun solo observaban aquella interacción entre ambas como si se sintieran orgullosas. Las dos siguieron a las amigas de Dahyun que iban para la casa de terror, a Sana nada la asustaba pero a Dahyun todo le daba miedo. Jihyo, Chaeyoun y Nayeon entraron de una vez para que no perdieran el tiempo, no tenían miedo a excepción de Chaeyoung que se empezaba arrepentir.

— No tengas miedo, yo estaré contigo...

Dahyun, la miro aceptando entrar, al principio solo eran muñecos nada de otro mundo. Conforme iban avanzado se ponía peor, salían personas disfrazadas de una manera grotesca y sonidos terroríficos, también gritos de personas que iban más adelante y atrás. Ya no quería seguir avanzando pero de no hacerlo no saldría nunca de ahí. Una persona con una moto sierra las perseguía y sujeto la mano de sana para salir corriendo hacía cualquier lugar que no fuera en dónde se encontraban. Cuándo se dio cuenta que se encontraban agarradas de la mano, la soltó de golpe.

— Disculpa— Hablo con su respiración agitada. Sana sintió su mano temblorosa.

— ¿Te encuentras bien?—Dahyun asintió. Sana aún podía ver su mano temblar, así que sin pedirle permiso la sujeto de nuevo— Estaremos así hasta salir.

Sana empezó a caminar sin soltarse de las manos, en cada susto la menor la sujetaba más fuerte pero no era algo que le importara, si no todo lo contrario le parecía muy tierno. Era como estar en una casa de terror con una niña de 6 años que le teme a todo a pesar de saber que todo esto era falso.

Cuándo por fin llegaron a la salida sus amigas no dejaban de ver sus manos que aún se encontraban sujetadas, cuándo lo notaron las dos se soltaron de inmediato. A Sana solo le causaba gracia ver como era tan fácil de sonrojar a Dahyun.

Fin del FlashBack.

Ese era uno de sus tantos recuerdos memorables que a Sana le hacían muy feliz recordar. Las pequeñas que tenían y las formas de ponerse celosa Dahyun era muy tierno para sus ojos. Lo único de lo que se arrepentía es que nunca pudo hacerle esa pregunta. Todo era blanco, su cuerpo dolía, podía sentir todo ese dolor antes de que cerrara sus ojos y se volviera totalmente obscuro. Lo último que miró fue el rostro de su querida novia y sonrió por esa razón. 

Alguien dormía en sus piernas, lo podía sentir como esa parte de su cuerpo llevaba un enorme peso encima. Su conciencia aún estaba consiente de todo lo que pasaba cerca suyo, aunque no podía abrir los ojos ni siquiera moverse. 

—Sana, ha pasado dos semanas desde que estas durmiendo. Tus heridas aún no curan, pero no te preocupes porque yo te curo todos los días. 

Reconoció la voz de aquella chica que le hablaba, jugaba con sus dedos y los acomodaba cerca de su estomago. Y le pasaba un trapo un poco mojado sobre su rostro, le daba cosquillas y aún así no podía moverse, quería sujetar sus manos y abrazarla. Luchaba con todas sus fuerzas para poder despertar y lograr aunque sea tocar su cabello. 

—Tengo muchas cosas que contarte, mi madre ha estado yendo a dormir todas las noches conmigo. El departamento lo cambie un poco, pensé que verlo de otra manera cuándo regreses te ayudaría de mucho, espero no te enojes porque tiré algunas de tus cosas—Dahyun dibujaba una carita feliz en la pierna de Sana—Espero que cuándo despiertes me sonrías. 

Dahyun estaba por quedarse dormida, estaba cerrando poco a poco los ojos. Uno de los dedos de Sana se movió un poco, abrió los ojos rápidamente y se quedo observando. 

—¿Sana?—Susurro Dahyun—¿Puedes escucharme? 

No le quitaba la vista ni un solo momento esperando paciente a que volviera hacer otro movimiento, no tardo mucho tiempo y pudo mover otro de sus dedos. Inmediatamente fue corriendo a buscar al doctor entre gritos y saltos. Estaba demasiado ansiosa, desesperada y no dejaba de hacerle preguntas al doctor. 

—Esta recuperando la conciencia. Debería despertar pronto—El doctor anotaba unas cosas en una hoja—Cualquier cosa, no dudes en buscarme. 

Si fuera un perrito, seguramente estaría moviendo la cola de la emoción. Llevaba señales sin demostrar mejoría, luego de traerla al hospital estaba desmayada y su pulso era demasiado débil, llegó a pensar que la perdería. Fueron unas horas horribles en dónde nadie les decía nada sobre el estado de salud de Sana y al salir el doctor solo les dijo que estaba estable y que despertaría una vez que la medicina se fuera de su cuerpo. Pero no despertó en los últimos días.

Muchos fueron a verla, Eunwoo, Chaeyoung, Nayeon y Momo. Mina aún estaba en el hospital porque quedo herida y Tzuyu de la misma manera. Tzuyu salió a la semana, la fue a visitar un par de veces para asegurarse de que todo estuviera bien y le alegraba que nada malo le pasara. La única que seguía en el hospital era Sana, sin señal de querer despertar y hoy por fin demostró mejoría. Estaba tan cansada que termino quedando dormida. Los parpados se le pusieron pesados y termino rindiéndose.

Sana abría los ojos poco a poco, sus parpados se iban abriendo y su vista era borroso. Lo único que lograba ver era un techo color blanco, pero no lograba verlo bien. La luz de aquella ventana entrando lograban lastimar su vista y no quería cerrarlos, tenía miedo que no los pudiera abrir de nuevo. Levantó su mano con mucho cuidado, se miró los dedos que tenía vendada la muñeca y la cerro. Bajo la mirada y ahí estaba Dahyun durmiendo sobre su estomagó, estaba completamente dormida encima de sus brazos, con mucho cuidado, toco ligeramente su nariz que logró que se moviera un poco. 

—Es bonito volver a mirarte y no solo escuchar tu voz diciendo mi nombre—Susurro Sana—Perdón por hacerte esperar. 

No lograba dejar de mirar el rostro de Dahyun, ni siquiera sabía cuanto tiempo había pasado. El sol estaba ocultándose para darle la bienvenida a la noche, las luces de los edificios del frente eran demasiado luminosas. 

Alguien entraba por la puerta, cerró los ojos al escuchar abrir la puerta. 

—Dahyun, es hora de irnos—Esa era la voz de Eunwoo—Despierta. 

Dahyun se levantó del estomagó de la japonesa, restregó sus manos en sus ojos por el sueño que aún tenía. 

—Eunwoo—Dijo Dahyun soñolienta—Me despediré de Sana ¿Me puedes esperar afuera? 

Eunwoo asintió y salió al pasillo. 

Acomodo un poco el cabello de Sana que parecía revuelto. Sonrió y acercó sus labios para darle un pequeño beso como era de costumbre, pero ese beso no era como el de los otros días, este si estaba siendo correspondido y no podía creerlo. Abrió los ojos y aquellos ojos estaban mirándola con nostalgia. Estaba por decir unas palabras pero Sana hizo que guarde silenció no querían arruinar su beso de bienvenida. 

—Volviste—Susurro Dahyun entre lágrimas—Debo ir avisar al doctor. 

Sana negó con su cabeza. 

—Quiero que sigas abrazándome y no me sueltes—Sana por primera vez sonrió—Estoy feliz de poder verte de nuevo—Dahyun la abrazó de una manera fuerte—Eso duele—Rió. 

Dahyun se separó y no podía parar de verla, estaba demasiado feliz como para decir una palabra pero Eunwoo estaba afuera esperándola.

—No tardo—Susurro Dahyun. 

Fue con Eunwoo para pedirle que se fuera, que se quedaría un poco más porque necesitaba hablar con el doctor de cosas que no podía contarle. Se despidieron, Dahyun fue de nuevo a buscar al doctor y le contó que Sana había despertado.

El doctor le dio buenas noticias, solo necesitaba estaba un par de días la japonesa en observación y podrían volver a casa. No dejaba de sonreír cada vez que el doctor hablaba para decir buenas noticias, no lograba contener toda la felicidad. Cuándo el doctor se fue de nuevo, se sentó cerca de la camilla en dónde estaba sentada antes sujetando su mano para no soltarla. 

—Pensé que nunca te vería de nuevo, estaba demasiado asustada por la decisión que tome—Dahyun agacho la cabeza—Lo siento mucho. 

—Fue la mejor decisión que pudieron tomar, era el único resultado. No te atormentes por eso ¿Si?—Sana apretaba su mano y le sonrió—Estoy bien. 

—Te extrañe mucho—Dahyun la abrazó—Gracias por no abandonarme. 

Sana se quedo en silencio, disfrutaba de ese abrazó que llenaba su corazón con mucho amor. Era la primera vez que le tuvo miedo a la muerte, otras veces no le importaba pero ahora era diferente tuvo miedo de no volver a ver el rostro, sin embargo se despidió de todas formas porque no quería simplemente cerrar los ojos y de salir mal las cosas nunca fue capaz de decirle lo que siente y se arrepentiría. 

Hoy era el día, no esperaría más.

—Dahyun ¿Te acuerdas cuándo nos conocimos? Realmente te caía mal—Sana rió recordando la cara de Dahyun cada vez que la miraba—Nunca olvidaría nuestro primer beso, ni mucho menos como recibí el año nuevo a tu lado. Cuándo te fuiste durante 4 años, me la pase realmente mal y todos los días me preguntaba si sería correcto pedírtelo. 

Dahyun se separó de Sana y la miraba directamente a los ojos. 

—Tuve miedo al principió, no tengo miedo ya—Sana sujeto la mano de Dahyun—No tengo el anillo aquí pero... ¿Quieres casarte conmigo? 

No podía digerir las palabras de la japonesa, no lograba creer lo que estaba escuchando. Ahora estaba temblando completa, se sentía una llorona por andar derramando lagrimas cada cinco minutos pero ese momento lo merecía. 

—Si, claro que quiero Sana—Dahyun abrazó a Sana—Gracias, en serio gracias. 

Terminaron el momento con un beso, con un beso que daba fin e inicio a una nueva vida, en dónde el pasado no volvería y el futuro estaba siendo escrito. Era un momento solo de ellas dos, era el momento que sus almas tanto esperaban y por fin se estaba cumpliendo. 

La paz de saber que nadie más podría hacerles daño.  



Tarde un año con la historia, lo empecé por gusto propio por no encontrar fics SaiDa  y realmente solo lo escribía para mi misma... muchas personas empezaron a leerlo y eso fue algo que en verdad me hizo feliz. Tengo muchas historias en el futuro, espero contar con su apoyo.

Aún falta el epilogó esperenlo.

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