35
Un fuerte disparo se escucho venir de la pista de baile y acompañado de un montón de gritos. Las luces se apagaron. Dahyun, no entró en pánico por el disparo, si no por aquel hombre que la encontró escuchando por las paredes. Arranco a correr para alejarse de ese lugar no podía ver nada y se golpeaba con algunas mesas y sillas que estaban en su camino. Se detuvo por un momento y alguien la empujo haciéndola caer. Se levanto de nuevo, no podía encender ninguna luz o eso llamaría la atención de la persona que fuera responsable. Los incontables gritos de las personas solo la mareaba y quería vomitar en esos momentos.
Se detuvo por unas mesas, no lograba ver nada y su sentido de la orientación no era tan bueno. Se agacho y cubría sus oídos para no escuchar el ruido de las personas, y de todo el lugar siendo destruido.
—No debes tener miedo. Yo nunca dejaría que te pasara nada—Susurro Sana sujetando su mano para darle tranquilidad—Ya estoy aquí, princesa.
Dahyun no la podía observar, pero Sana no estaba en sus mejores condiciones. Sin embargo, esta a su lado ahora. Protegiéndola como siempre lo hacía.
—Corre—Le susurro Sana a su oído.
Ambas corrían hacía una dirección desconocida. La que recibía los golpes de todo lo que se atravesara era la japonesa.
—Sana—Susurro Dahyun.
Lograron salir seguras de aquel club. No se percato que en su celular tenía un montón de mensajes de Eunwoo. Fueron hasta una esquina en dónde lograron salir seguras. La policía parecía llegando al lugar, todos estaban armados y entraron rápido. Lo único que llegaba a la mente de Dahyun eran muertes de lo que probablemente fueron de muchas personas. No quiso quedarse más tiempo, su ropa estaba sucia de la caída y sus manos también. Pidió un taxi, espero a que Sana se subiera con ella y lo termino haciendo todo por las miradas que Dahyun le daba.
—¿Como sabías que esta ahí? No se podía ver nada—Pregunto curiosa Dahyun.
—Cuando escuché el disparo, entre corriendo a buscarte. No lograba dar contigo, pero una pequeña luz parpadeo y fue ahí cuando te vi parada entre esas dos mesas. Fui inmediatamente hasta dónde estabas. Sabía que tendrías miedo... cualquier persona normal lo estaría—Sonrió incomoda Sana.
Dahyun sabía que Sana también tenía miedo. Así que sujeto su mano, el miedo de Sana era pensar que podía perderla.
—Tu también eres una persona normal—Le sonrió Dahyun.
Sana la quedo mirando y sujeto la mano de Dahyun más fuerte. La quedaba mirando, pero luego recordó que no debía hacerlo por mucho tiempo. Pensaba que no se había dado cuenta del estado en el que se encontraba.
Llegaron a su departamento, subieron por el elevador y al principió Sana no quería subir. Pero Dahyun la termino convenciendo.
—Deberías esperarme aquí. Iré por unas cosas a la habitación y volveré—Dijo Dahyun.
Sana solo observaba todo el departamento, sus fotos juntas seguían en la mesa y en la pared. Lo único que notó eran unas cosas para tejer que estaban en el otro extremo del sofá. Eso le hizo recordar la bufanda que le obsequió.
Dahyun regresaba con un par de cosas en sus manos. Tenía un botiquín y un poco de jugo de naranja. Le dio un poco y encendió las luces para poder ver mejor todo. Ahora podía mirar con más exactitud las heridas del rostro de la japonesa.
«—Ya esta muerto—Rió aquella persona—Sana, siempre es de buena ayuda. A pesar de perder el tiempo con esa estúpida chica, pero nos fue útil de todos modo» Recordó aquellas palabras de ese hombre.
—¿En dónde estuviste? Parece que no debió ser un buen lugar si terminaste en este estado—Dijo Dahyun intentando buscar una respuesta.
Sana quedo congelada y no respondía nada. Solo observaba como las manos de Dahyun con mucho cuidado quitaba el cubre bocas y quitaba ese gorro de su sudadera que cubría parte de su cabeza.
—Lo siento, princesa—Susurro con mucho cuidado Sana mientras de su mejilla caía una lágrima.
—No llores—Respondió de inmediato Dahyun intentando calmar a la japonesa—Por favor, no lo hagas...
Las lágrimas de Sana era algo a lo que nunca se acostumbraría.
—Siempre lo arruino todo. Siempre es por mi culpa que tu lloras, seguramente tu la estas pasando muy mal al verme de esta manera—Decía Sana entre lágrimas intentando que se detuvieran.
Dahyun no respondió con mucho cuidado y un poco de algodón con un poco de alcohol, pasaba lentamente por las heridas del rostro de Sana. Tenía unos pequeños rasguños, un poco morado en la parte de su ojo izquierdo y su labio un poco inflamado de lo que al parecer pudo ser causado por un golpe.
—Espero que no quede ninguna cicatriz en tu rostro—Sonrió Dahyun para hacer reír a Sana—Ya tienes muchos, pero no me gustaría que uno más se agregara—Se detuvo por unos momentos y dejo las cosas aun lado—¿Podrías quitarte el abrigo y la camisa?
Sana no quiso hacerle caso y se negó.
—Eres terca, Sana—Gruñó Dahyun.
Se puso de pie y noto el tono rojizo y sin remordimiento presiono en esa parte. Eso causo que Sana soltará un quejido de dolor al sentir la presión en su herida.
—Para—Murmuro Sana con dolor.
Dahyun se levanto y fue directo a su baño. No le respondió nada a Sana, seguramente en su cabeza pensaba que debió escoger una carrera como enfermería y que vendría siendo lo mejor en momentos como estos. Lleno la bañera con agua tibia y fue por un par de toallas, y un poco de ropa de la japonesa.
Fue directo al sofá y con mucho cuidado levantaba a Sana que no puso fuerza esta vez. La llevó al baño con mucho cuidado y ahí le hizo una señal de que se quitara la ropa. Esta se volvió a negar pero al ver como el ceño de Dahyun se fruncía prefirió hacerle caso.
—Esta bien—Respondió Sana.
Se quitaba la ropa poco a poco. Primero se quito el pantalón y luego la camiseta junto con la sudadera. No se equivoco tenía una fuerte herida por las costillas y tenía la esperanza de que al menos no estuvieran rotas.
Dahyun suspiro.
—Esto es...—Dahyun mordió un poco sus labios intentando formular toda la oración—¿Mataste a alguien?
Sana quién solo estaba en ropa interior dejo de mirar directamente a Dahyun y bajo su mirada por unos segundos. Mordió sus labios y trago un poco de saliva.
—Es lo que soy ¿Te sorprende?
—Me sorprende más el hecho de que no me lo estés negando...
Dahyun se alejo de Sana y le señalo que entrara a la bañera.
—¿Estas decepcionada?—Pregunto Sana.
Dahyun no le respondió y salió del baño. Volvió con el botiquín y lo coloco en el lavado de manos. No le decía ni una palabra a Sana quién ya se encontraba en la bañera abrazando sus rodillas y sumergiendo un poco su rostro.
—Nunca estaría decepcionada de ti. Desde un principió sabía quién eras—Respondió sincera Dahyun.
Llevaba entre sus manos curitas, alcohol, un par de vendas y unas pastillas para dolores musculares. No le pidió permiso a Sana y empezó a lavar su espalda con mucho cuidado, eliminaba cada mancha de sangre que se encontraba. Tenía un par de moretones un poco grandes y por el brazo tenía otro, pero este se notaba un poco doloroso.
—Gracias—Dijo Sana apenada.
Dahyun solo sonrió a sus espaldas y continuó con lo que estaba haciendo. La hizo dar la media vuelta para tratar su herida del enfrente, no parecía nerviosa y era como si tuviera demasiada experiencia con las heridas.
—Te amo—Susurro Sana logrando hacer que Dahyun soltara el algodón de su mano.
—¿P-por que lo dices tan de repente?—Tartamudeo Dahyun.
—Porque es la verdad—Respondió seca la japonesa.
Sana se levanto con mucho cuidado y con sus manos aún mojadas sujeto el mentón de Dahyun.
—Te amo, en verdad...
La distancia se perdió y aunque su cuerpo doliera quería disfrutar del pequeño beso que llevaba ansiosa de darle desde que llegó. Era como si realmente sus problemas fueran minimos, era como si realmente el problema del padre de Dahyun ya no importara y era como si lo único que les importara fuera su relación que no debía perderse entre la oscuridad.
El pasado no era tan importante, se conocieron y lo único que era valioso era el futuro que estaban apunto de perder.
—No me importa quién fue tu padre, tampoco es importante el pasado. No quiero perder nuestro futuro, al menos no por cosas tan insignificantes ahora. Para mi lo son, tal vez para ti es algo grande pero por favor no me odies por eso—Decía Sana luego de separarse del beso—No quiero perder esto. No lo soportaría más.
Dahyun se separo un poco porque su ropa se encontraba mojada por las manos de la japonesa. La quedo mirando, y habían dos cosas que Sana no podía hacer con Dahyun, y una de esas era el mentirle. En sus ojos se reflejaba toda la verdad de sus palabras y cada sentimiento de dolor que expresaba en cada palabra que salía de su boca.
—No deberías moverte mucho. Te podrías lastimar...—Dijo Dahyun ignorando las palabras de Sana.
Continuo con lo que estaba haciendo. Luego de unos 20 minutos salieron del baño, Sana ya estaba totalmente vestida con una de sus pijamas. Dahyun se encargo de todas sus heridas y que todo estuviera en orden.
El cuerpo de Sana ahora dolía, no podía moverse mucho. Lo bueno que era una persona que no le gustaba quejarse. Ella sabía que por un descuido termino de esa manera y al menos salió viva de ahí.
—Toma—Le ofreció unas pastillas para el dolor—Solo toma una cada vez que sientas un dolor muy fuerte, pero si es insoportable, por favor házmelo saber.
Sana solo asintió y tomo con las manos las pastillas que Dahyun le ofreció. Solo veía como esta era un poco indiferente. Estaba apunto de hablar pero se vio interrumpida por la menor.
—Iré a comprar la cena. Descansa un poco mientras vuelvo.
Dahyun salió de su departamento. Era un día frió, llevaba puesto un abrigo junto con una bufanda para que no pescara un resfriado. Pensaba en si debería llevarle un capuchino o algo similar para que su cuerpo se relajara.
Mientras esperaba la cena, se sentó en una de las mesas de espera. Ahí fue cuando recordó las palabras de Sana, no es que quisiera rechazarla... solo no era el mejor momento para decirle todo y por esa razón no pudo buscar la mejor respuesta.
Con las compras en la mano abandono el lugar. El clima parecía malo, todo se estaba nublando. Caminaba más rápido porque sería una noche lluviosa. Las gotas no tardaron en aparecer cuando una cayó en su nariz. Fue ahí cuando corría hasta su departamento intentando no perder su camino de vista.
Llegó a su departamento, lo primero que revisó fue su habitación en dónde Sana ya estaba completamente dormida. El celular de la japonesa no dejaba de sonar, lo acomodo en la mesita de alado y la curiosidad de Dahyun empezaba a crecer. Se acercó, observo la pantalla y era un numero que no tenía registrado. Y también varios mensajes empezaron a llegar uno tras otro.
No lo pensó por más tiempo y conocía la clave del celular, y respondió la llamada.
—Sana, hasta que respondes. Debo felicitarte por tu excelente trabajo... seguro debió ser pan comido para ti—Rió la persona del otro lado de la llamada—Me gustaría dejarte descansar pero me temo que no será posible, otra vez necesito de ti. Te enviaré la dirección y no debes hacerme esperar que odio eso. Por cierto, tu novia se veía demasiado bien con ese atuendo y desnuda seguramente lo es aún más.
La persona corto la llamada y como dijo le envió la dirección por mensaje. Cada palabra que decía esa persona le causaba asco e indignación. Se quedo observando a Sana y luego miró a la ventana en dónde solo se veían las gotas de lluvia caer.
—Prometo que no cargaras con esto tu sola. Al menos descansa bien esta noche—Susurro Dahyun.
Se cambio, se puso unas botas, un abrigo, su bufanda y unos pantalones acompañada de una camiseta de cuadros. Tomo sus llaves, y antes de salir de su departamento le dio un pequeño beso en la frente a su japonesa.
—La noche apenas comienza...
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