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Capítulo 26 (04/05)

Dejo una pequeña nota en la mesita de noche de Olivia. En esta le explico que iré a dar un paseo con Amin y que no se preocupe por nosotros que estamos muy bien.

Coloco a mi pequeño en su carrito y pongo bien el bolso en este. Entro en el ascensor y espero a que se abran las puertas.

Anoche fuimos al hospital porque Amin tenía fiebre y se encontraba muy incómodo, pero después de darle la medicina ayer por la noche, empezó a encontrarse mejor y ahora ya está bien. Pero eso no significa que tengo que vestirlo con ropa ligera, lo he vestido con ropa calentita y, por encima de esta, lleva un abrigo verde oscuro.

Empujo el carrito por las calles cerca del edificio de Olivia y a veces escucho la risa de mi hijo al ver todo a su alrededor mientras se lleva las manos a la boca. Me encantaría caminar con él, pero todavía es pequeño para esto. Cuando empiece a caminar lo llevaré por el gran parque.

Sonrío al escuchar a Amin, pero mi sonrisa desaparece cuando veo a lo lejos a Alfred y a David. Hace mucho tiempo que no veo a mi mejor amigo. No le he vuelto a hablar desde el día en que lo dejé con aquella chica que tenía una moto.

-Hombre, mira quién está aquí -escucho decir a Alfred-. Y además el crío está callado. Menos mal, Zayn. Los llantos de los niños me rompen la cabeza. Bueno, en general los niños me amargan.

-Entonces significa que estás mucho con los niños porque mírate -digo.

En un abrir y cerrar de ojos me encuentro con la espalda en la pared y las manos de Alfred están agarrando mi chaqueta. Me acorrala contra la pared y me quejo al sentir dolor en mi espalda. Lo miro muy serio mientras nuestros rostros están demasiado cerca, casi no hay ningún centímetro entre ambos.

-Déjate de gilipolleces, puto Malik. Ni se te ocurra volver a hablarme así -me río escuchándolo y miro que David acerca el carrito de mi hijo hacia nosotros.

El puño de Alfred choca contra mi mandíbula y cierro los ojos. Lo empujo y casi se cae al suelo.

-No me vuelvas a tocar en tu puta vida, ¿me entiendes? -digo y Alfred se prepara para darme otro puñetazo. A lo lejos veo a la policía. Genial, esta es mi oportunidad. Me da un puñetazo en la barriga y dejo que me pegue más. Tendrás tu merecido, cabrón. Me quejo mientras comienza a darme una paliza.

-Alfred, para de una puta vez -escucho a David. Al poco, escucho a Amin llorando. David no le está haciendo nada a mi hijo, pero llora al sentir que esto no va bien.

-¡Una mierda! -grita y me da una patada en el estómago. Me caigo al suelo y gateo cómo puedo hacia el carrito de mi hijo mientras una de mis manos se encuentra en mi barriga. Este es el momento perfecto para arruinarle la vida a este cabrón.

Veo que David está sujetando el carrito. Noto cómo Alfred me tira al suelo y se coloca encima de mí. Miro la cara de este loco y sonrío mientras siento dolor en varias partes de mi cuerpo.

-Tendrás tu merecido, puto cabrón -murmuro y dejo que mi cabeza caiga en el suelo cuando escucho un grito. Suspiro e intento ocultar mi sonrisa mientras quiero llorar por el dolor que siento por su culpa.

-¡Manos arriba! -la policía ya está aquí y sonrío sin enseñar los dientes. Alfred pone las manos hacia arriba y se levanta lentamente-. ¡Contra la pared!

Siento como uno de ellos me ayuda a levantarme. Me mira con preocupación mientras su compañero le pone las esposas a Alfred.

-¿Estás bien? -me pregunta mientras sostiene uno de mis brazos. Asiento intentando aguantar el dolor-. ¿De quién es este bebé?

-Es mío -respondo.

David me mira sorprendido y una sonrisa aparece en sus labios. Este policía asiente y ayuda a su compañero a arrestar a Alfred. Está pidiendo ayuda mientras mueve su cuerpo de forma muy brusca.

-¿Eres padre? -me pregunta David sorprendido. Asiento y sonríe.

-Gracias por no escaparte con mi hijo -le digo y veo sus manos sosteniendo todavía el carrito de Amin. Sigo escuchando los llantos de mi hijo. Lo cojo en brazos y lo abrazo con fuerza-. Papá está aquí. Estoy aquí, cielo -le susurro y poco a poco se va tranquilizando-. Tenía que sufrir dolor para que tú y mamá estéis a salvo de ahora en adelante -digo muy bajo y sé que mi hijo es el único que ha escuchado esto.

-Nunca me había imaginado a Malik con un bebé -escucho a David y me río-. Oye, gracias por esto. Por fin lo han arrestado. Estos últimos meses no hay nadie que lo aguante y solo hace cosas malas. Peleas, tráfico de drogas y a punto de violar a alguna chica.

Miro a Alfred mientras estoy enfadado con él. Siempre lo he odiado, pero he tenido que estar con él porque sino me tenía que dar alguna paliza. Era el típico jefe de todas las bandas malas de la ciudad.

Me mira de mala manera y veo la furia en sus ojos.

-¡Hijo de puta! -grita mientras intenta escaparse de las manos de un policía-. ¡No has avisado de que había un grupo de policías!

Beso la cabeza de mi hijo mientras los tres vemos cómo Alfred entra en el coche de la policía con las manos esposadas.

-Acompañadnos a comisaría, por favor -nos dice el policía que me habló hace unos minutos.

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