Me he encerrado en mi habitación por el simple hecho de que estoy pensando demasiado. Estoy pensando que perderé a Olivia muy pronto o ya la he perdido.

Y aquí estoy, una mano en mi pecho mientras mi espalda está contra la pared. Intento respirar con normalidad, despacio, pero no puedo. Me cuesta mucho respirar, y las miles de lágrimas que corren por mis mejillas no ayudan para nada.

Me dejo caer en el suelo lentamente. Me quedo allí sentado con una mano en mi pecho todavía. No puedo mirar hacia arriba, me cuesta respirar y moverme.

Escucho cómo alguien toca la puerta de mi habitación, pero enseguida se abre.

-Joder, Zayn -grita Doniya arrodillándose delante de mí rápidamente-. ¡Safaa! -escucho a mi otra hermana gritar un poco, esa es su única respuesta-. ¡Joder, ven aquí ahora mismo! -grita Doniya muy preocupada.

-Doniya, por favor -digo como puedo mientras mi voz tiembla-. No vengáis.

No veo a mi hermana, pero escucho cómo suspira de mala manera. Está enfadándose conmigo o ya está enfadada conmigo.

-Zayn, cállate. Nos necesitas -dice seria.

Escucho los pasos de Safaa y se agacha al lado de nuestra hermana.

-Oye, hermanito -susurra Safaa y me coge la mano libre que no está sobre mi pecho. Rápidamente aprieto la mano de mi hermana-. Así es, hermanito -susurra y me da un beso en la cabeza-. De nuevo otro ataque de ansiedad -escucho cómo habla con Doniya-. No está bien. Está aterrorizado -se acerca más a mí y coloca su cabeza en mi hombro mientras no suelto su mano.

-Siempre el mismo tema. Lo sé perfectamente, Safaa.

Doniya no es borde conmigo, pero ya está cansada de mí. Vamos a decir que ya está harta. Siempre me encuentra en mi habitación teniendo un ataque de ansiedad. No la culpo. Estoy siendo demasiado pesado desde que vi a Olivia con ese chico, besándose. No hablo mucho del tema, pero casi todos los días tengo un ataque de ansiedad.

-Doniya, no seas tan borde. Relájate -le pide Safaa-. No está bien, ¿de acuerdo?

-Pero, es que -comienza, pero la escucho llorar-... Me tiene muy preocupada y no me gusta ver a mi hermano así. Me parte el corazón. Joder.

Me siento todavía peor al escuchar a mi hermana diciendo esto. Le estoy haciendo daño porque no me controlo y estoy hecho una mierda.

Escucho unos pasos y alzo un poco la vista mientras lloro más. Puedo ver a Waliyha con Amin en brazos. No veo bien a mi hijo por culpa de las lágrimas, pero lo escucho perfectamente. Comienza a llorar. Llora al vernos así. Al ver a su mierda de padre en el suelo teniendo un ataque de ansiedad y a una de sus tías llorando.

-Waliyha, llévate a mi hijo de aquí -pido casi en un susurro.

Al poco, todo se vuelve oscuro.

Ha pasado un mes desde que le canté la canción a Olivia. La he visto varias veces, pero está muy seria y esto me parte el corazón. Solo sonríe cuando juega con nuestro pequeño, pero cuando me ve, su sonrisa desaparece y desvía la mirada numerosas veces.

La imagen de Olivia con aquel chico aparece hasta en mis sueños. No sale de mi cabeza y me estoy volviendo loco.

Al despertarme después de desmayarme, lo primero que veo es a Amin cerca de mí en el suelo. Su rostro. Está muy preocupado. Es muy pequeño, pero parece ser que ya sabe lo qué pasa porque, cuando abrí los ojos, comenzó a llorar y me dio un gran abrazo que nunca olvidaré. Me abraza la cabeza con sus pequeños brazos, pero a mí esto ya me basta, no necesito nada más.

Cojo su pequeño cuerpo y lo abrazo con fuerza mientras su rostro está en mi pecho. Escucho cómo llora y comienzo a llorar con él.

Me doy cuenta de que mis tres hermanas están arrodilladas alrededor de mí. Doniya sonríe un poco.

-Lo siento, hermanito -susurra con lágrimas en los ojos.

Me siento en el suelo mientras abrazo a mi pequeño. No para de abrazarme y no quiero que pare.

Niego y sonrío un poco.

-Amin me quiere -digo entre lágrimas y mis hermanas se ríen al escucharme.

-Siempre te ha querido. Te mira de una manera muy graciosa y quiere estar contigo -explica Waliyha con una voz muy calmada.

-Sí -escucho a Safaa mientras estoy con Amin en mi habitación. Ya no le presta mucha atención a las paredes oscuras, solo me presta atención y ríe al ver cómo pongo caras raras. Mi hijo me alegra mucho, es mi felicidad ahora mismo-, soy su hija. ¿Ocurre algo?

Presto atención a la conversación que tiene Safaa por teléfono mientras mi hijo juega con mis dedos. Sigo poniendo caras raras y, a veces, el pequeño grita antes de reírse.

Escucho cómo alguien coge aire de una forma exagerada y me asusto. Cojo a mi hijo en brazos rápidamente y salgo al pasillo casi corriendo. Allí está mi hermana. Tiene una mano sobre su boca y el teléfono está en el suelo. Lágrimas corren por sus mejillas.

-¿Qué ha pasado? -pregunto acercándome a ella rápidamente muy preocupado-. ¿Va todo bien?

No responde. Solo me mira y, cuando aparta su mano, puedo ver una gran sonrisa mientras sus mejillas están mojadas por culpa de las lágrimas.

-Mamá ha despertado -dice finalmente casi en un susurro-. ¡Zayn, mamá ha despertado! -grita muy alto.