Capítulo 15
-¿Qué haces aquí? -no hay respuesta-. ¿Dónde has estado? -sin respuesta.
Su rostro es triste. Olivia está triste. ¿Por qué no se alegra de verme? No entiendo nada.
-¿Estás bien? -no responde.
Está un poco más delgada. Lo sé por sus piernas ya que no puedo ver la forma de su cuerpo porque lleva una sudadera bastante grande. Rápidamente se me pasa por la cabeza que tal vez tenga un novio y por eso lleva esta sudadera. Tal vez es la sudadera de su posible novio.
Sigue en silencio y noto como traga saliva. Sus manos están empujando un carrito de bebé. Este bebé está llorando. No lo he visto todavía porque mi mirada está clavada en ella.
Abro y cierro los ojos. En ese momento me doy cuenta de que el bebé está llorando un poco. Casi no llora.
Olivia sigue trabajando de canguro, pero este bebé es demasiado pequeño para que los padres lo dejen con alguien, o eso me parece a mí. No soy experto en calcular el tiempo que tienen los bebés.
Me fijo en la pequeña criatura y se parece mucho a alguien. Joder. Es muy parecido a mí cuando era un bebé.
Tengo muchas fotos de cuando era un bebé. Sobre la cama, en los brazos de mis padres, sonriendo en el carrito, durmiendo en la cuna.
El bebé sigue llorando.
Olivia sigue en silencio.
Y yo sigo allí sin entender nada.
Rápidamente, Olivia se va casi corriendo y yo me quedo bloqueado, sin habla.
Sus bonitos ojos están cerrados. Puedo escuchar su respiración cuando me acerco más a ella. Tan pálida, tan delgada. Cada vez que vengo me da mucho miedo porque pienso que será la última vez que la vea viva.
-Mamá -susurro mientras me siento a su lado cogiendo su mano-. Estoy aquí. Soy Zayn -sonrío un poco y toco su pelo-. Sigues siendo muy hermosa.
Intento no llorar, pero algunas lágrimas se deslizan por mis mejillas.
-Los doctores dicen que puedes oírme. Te echo de menos. Lo estoy pasando muy mal estos días. Es horrible verte así. Tan callada y dormidita. No estás en casa y no vienes a molestarme cuando estoy en mi habitación -me río un poco entre lágrimas y acaricio su mano mientras miro su bonito rostro-. Ha pasado algo. ¿Te acuerdas de Olivia? Por primera vez en muchos meses la he visto. Está diferente como tú. Las dos habéis cambiado. Estáis más delgadas y pálidas. Venga, mamá -la animo con una sonrisa-. Tenemos que salir fuera y tomar el sol. Sería muy bonito ver tu sonrisa de nuevo.
Hago una pausa para no romper a llorar. Quiero seguir hablándole, no quiero llorar sin parar.
Cojo aire y sigo acariciando su mano.
-El tema de Olivia... Sabes que no nos hablamos ni nada ya. Todo ha cambiado. Pero verla hoy me chocó mucho. Llevaba un carrito de bebé. ¿Recuerdas lo travieso que era y me tenías que sentar en el carrito? -me río y recuerdo cómo era cuando era un crío.
-Yaser, coge a Zayn -pide mi madre mientras corro por el parque con mi chupete en la boca.
Mi padre comienza a correr detrás de mí y, con todas mis fuerzas, corro mucho más rápido. Me coge por detrás y me río mientras grito un poco.
Papá se ríe al ver que tiene un hijo muy travieso.
Ya en el carrito, comienzo a mirar todo a mi alrededor. Los niños son mayores que yo y juegan en la arena. Tendrán unos 4 o 5 años. Y yo en carrito con 3 años.
-Allí allí -digo señalando a los niños-. Niños niños.
-Mamá, esto sonará una locura, pero -me detengo porque escucho cómo la puerta se abre.
Me giro y allí la veo. Entrando con el bebé en brazos mientras mete el carrito en la habitación.
Creo que no me ha visto. Si me hubiera visto, escaparía.
-¿Hola? -digo mirando a Olivia.
Casi grita y sonrío un poco al ver su reacción. Pero esa sonrisa desaparece cuando veo que intenta irse con el carrito.
-Espera -digo acercándome a ella. Me mira a los ojos y siento dolor en mi pecho. No quiero que se vaya.
Cierro la puerta de la habitación y ella deja el bebé en el carrito. Luego mira el suelo.
Me acerco a ella y quiero suplicarle que me hable de nuevo, que no vuelva a desaparecer.
-Por favor, Olivia. No te vayas. Por favor -me mira seria-. Por favor, quédate.
-¿Por qué?
-Porque te echo de menos. Es eso, Olivia. Te echo mucho de menos. No sé qué ha pasado. Tal vez desapareciste porque fui un capullo contigo. Joder, Olivia. Te echo de menos.
Para mi sorpresa, me besa. Este beso es uno lento y sus brazos alrededor de mi cuello tiran hacia ella como si quisiera tenerme todavía más cerca de ella.
Coloco una mano en su cintura mientras seguimos besándonos. Muevo la mano, introduciéndola debajo de la sudadera que lleva. Pero rápidamente para el beso y me empuja.
¿Qué está pasando?
-¿Por qué has hecho eso? -le pregunto mientras pone bien su sudadera-. ¿Acaso estás ocultando tu cuerpo? -me mira un poco confusa-. La sudadera es demasiado grande.
-Estoy gorda y mi cuerpo no es el mismo. No quiero que me toques.
-¿Por qué has engordado? -pone los ojos en blanco y suspira mientras sus brazos están cruzados debajo de su pecho.
-No te enteras de nada.
Asiento porque es la verdad. Miro la camilla en donde está mi madre y me doy cuenta que en una mesita hay un ramo de rosas.
¿Ha venido este imbécil a visitar a mi madre?
Camino enfadado hacia ellas, pero Olivia me detiene.
-¡Zayn, no! -grita mientras coge mi brazo para detenerme.
-¿Y ahora qué pasa? -digo molesto. ¿Por qué actúa tan raro?
-No toques las rosas.
-¿Están envenenadas o qué?
No dice nada. Me libero de su agarre y sigo caminando.
Cojo el ramo de rosas y leo la pequeña nota.
"Trisha, espero que despiertes pronto. No hemos hablado todavía, pero sabes que existo porque Zayn te ha dicho que estaba con una chica hace unos meses. Soy esa chica.
Me encantaría hablar contigo. Es horrible verte todos los días aquí en la camilla de este hospital. Quiero escuchar tu voz.
De nuevo vengo aquí, otro día más. Siempre vengo desde que ocurrió el accidente. Te acompaño todos los días contándote alguna historia.
Te quiero. Espero verte despierta pronto.
Con cariño,
Olivia y tu pequeño nieto"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro