Capítulo 13
-Para, para -susurra cuando me aleja de ella, pero sigo muy cerca de Olivia-. Zayn, lo siento.
Me mira con sus ojos llenos de lágrimas. Acaricia mi dolida mejilla. Deposito mi mano encima de la suya y la acaricio.
-Estoy bien. No llores -le pido. Cojo su mano y la beso. Sonríe un poco, pero sus lágrimas comienzan a caer por sus mejillas-. Eres jodidamente dulce -le aseguro y seco sus lágrimas con mi pulgar-. No te puedes imaginar lo dulce que eres, Oli -sonríe al escuchar cómo la llamo-. Joder, nunca pares de sonreír. Por favor.
Me acerco más a ella y la vuelvo a besar, pero ahora mi boca no quiere comerse la suya. La beso dulcemente y rodea mi cuello con sus brazos. La cojo y rodea mi cintura con sus piernas. La deposito en el sofá y me coloco encima de ella.
Me mira algo nerviosa. Sonrío y le doy un beso en la frente.
No voy a besarla de nuevo. Solo lo haré cuando ella me lo pida. Tal vez está incómoda cuando la beso y estoy cerca de ella.
Coloco mi cabeza en su pecho y cierro los ojos. Su pecho sube y baja un poco rápido y sonrío un poco. Coge mi mano y la acaricia con su pulgar.
-Te quiero, Zayn -susurra-. Te quiero mucho.
Sonrío todavía más al escucharla.
Y allí me quedo dormido.
"En la carretera que conecta con Bradford ha ocurrido un accidente. Por favor, circulen despacio cuando os acerqueis a esta carretera."
Escucho la radio mientras conduzco hacia casa. Espero que las personas que conducían estén bien. Soy buena persona, pero también soy un cabrón. Mi corazón es bueno, pero parte de él es malo. Este soy yo.
Llego a mi casa y aparco. Entro sin cerrar la puerta. Todo está en silencio. ¿No han llegado o están en sus habitaciones?
-¿Hola? -digo esperando una respuesta.
Nada.
-¿Mamá?
Nada.
-¿Chicas?
Nada. Absolutamente nada.
Miro el reloj. Las cuatro de la tarde. No han llegado a casa. Me sorprende que no estén aquí todavía. ¿Este imbécil se las ha llevado lejos a una mierda de restaurante caro?
Cojo mi móvil para llamar a una de mis hermanas, pero antes de desbloquearlo, un número bastante largo me está llamando. ¿Quién es?
No voy a responder porque me parece muy raro que un número tan largo me llame. Pero finalmente respondo.
-¿Hola? -respondo con una voz tranquila.
-¿Es usted Zayn Malik? -me pregunta un hombre. ¿Me quiere vender algo o qué?
-Sí. Soy yo -respondo varios segundos después como si estuviera pensando si soy realmente Zayn. Suena estúpido, pero quiero hacerme un poco el interesante. No quiero responder rápido.
-Su familia ha tenido un accidente de tráfico. Están en el hospital.
No. No puede ser. Joder. No.
Y allí lo veo. El pedazo hijo de puta está en una camilla y parece que lo llevan a otra habitación. Su cuerpo tiene algunas heridas, las cuales están cosidas.
¿Por qué no está muerto? Ojalá... Se lo merece tanto.
Corro donde está y lo cojo por el cuello de la ropa del hospital. Él solo se queja un poco. Tiene lágrimas en los ojos. ¿Qué hace este gilipollas? ¿Por qué está a punto de llorar?
-¡Hijo de puta! -grito-. ¡Te odio!
Escucho pisadas que se acercan a mí rápidamente. Dos doctores cogen mis brazos y me separan de él.
-¡Ojalá te mueras! -grito mientras la enfermera empuja la camilla más rápido, escapando de mí.
Dejo de verlo. Desaparece cuando la enfermera gira la camilla hacia la derecha.
Los doctores me sueltan.
-¡Por favor, cálmate! -me grita uno de ellos-. ¿Qué comportamiento es ese? ¡Estamos en un hospital y, además, no se trata así a las personas!
-Pero lo odio. No entiendes nada. Nunca lo entenderás. ¡No te tengo que contar mi vida! ¡Joder!
-Relájate -me pide el otro doctor acercándose a mí.
Quiero empujarlo. No quiero tener a nadie cerca de mí. Pero, joder, es un doctor y no ha hecho nada malo.
Suspiro mirando el piso del hospital.
Al poco me giro y levanto la cabeza.
Olivia. Maldita sea. Ha visto lo bestia que soy. Menuda suerte que tengo siempre...
Su rostro lo dice todo. Está preocupada, pero también asustada. Aprieta su bolso contra su pecho como si fuera un oso de peluche.
Los doctores se van y la chica sigue mirándome. Yo me quedo en silencio.
-Zayn... -empieza.
Me siento en una de las sillas del largo pasillo y ella se sienta a mi lado.
Veo cómo intenta coger una de mis manos, pero está asustada, así que no lo hace. Estoy seguro de que tiene miedo de que le haga daño.
-Yo... Lo siento -susurra sin saber qué decir.
La miro seriamente.
-¿Por qué te disculpas? -le pregunto en un tono muy borde.
Traga saliva.
Su rostro. Joder. Parece que no me reconoce. Es normal. ¿Cómo me va a reconocer ahora si siempre he sido bueno con ella y ahora soy un cabrón?
Agacha la cabeza y creo que está comenzando a llorar.
Me levanto y busca la puerta correcta en ese pasillo. La encuentro y la abro.
Sé que no puedo estar aquí. No es hora de las visitas. Pero me importa una mierda.
Al abrir la puerta, mi pecho comienza a doler rápidamente.
Allí está. Tan pálida y callada que no la reconozco. Estoy seguro de que si me hubiera escuchado gritándole al mierda ese, me estaría echando la bronca. Pero, allí está, muy callada.
Tiene una pequeña herida en su mejilla derecha y en su frente, ambas cosidas. Por lo demás, no tiene ninguna herida.
Me siento a su lado y cojo una de sus manos. Está fría.
Mi corazón late muy deprisa.
Joder. Nunca había visto así a mi madre.
Todos están muy tristes. Casi no hablan.
Mis hermanas no paran de llorar a mi lado y de vez en cuando me abrazan fuertemente. Mi madre está llorando sobre el ataúd cerrado.
No es la primera vez ni la tercera que alguien tiene que alejar a mi madre del ataúd. Pero a ella no le importa. Sólo llora. Su corazón está roto en mil pedazos.
-Lo hemos perdido -dice Waliyha.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro