Los primeros pasos
La vida está llena de procesos.
Para todo existe una secuencia de etapas que tienen que seguirse con la finalidad de llegar a un fin en específico.
Hay procesos para realizar cosas tan simples como empezar a caminar cuando eres un bebé, primero se gatea, se tiene reconocimiento del terreno y cuando logras dar tus primeros pasos logras ese fin al que se quería llegar, pero eso no significa que caigas mi has veces en el intento de lograrlo.
Tiene hay procesos para realizar tareas como aprender un idioma o cocinar algo, ya sabes, primero un paso, luego los siguientes y finalmente el objetivo por el cual comenzaste todo en primer lugar. Y aunque a veces olvides las palabras en inglés o el arroz se te pase de cocción, con el suficiente esfuerzo, tarde o temprano se llega al resultado esperado.
Aunque claro, en la vida hay procesos más complicados, uno de ellos es el proceso del duelo.
Cuando el ser humano pierde a alguien o a algo que era sumamente importante, inicia un proceso que consta de cinco etapas:
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
¿Y porque nos dices esto? Se preguntarán.
La respuesta es simple, lo digo porque esos mismos procesos se pueden aplicar cuando razonas que eres lesbiana.
Vamos a poner un ejemplo de muchas situaciones por las que ustedes que leen esto podrían, puede o en todo caso están atravesando.
Supongamos que acabas de caer en cuenta que te gustan las mujeres y te sientes atraída sexualmente y sentimental hacia ellas y únicamente ellas.
Empezamos con la negación:
Puede que el entorno donde te desenvuelves (dígase familiar, escolar o con tus amistades) sea muy cerrado, puede que durante toda tu vida la idea de que a una mujer le gusten otras mujeres te haya sido inculcada como algo malo, algo que se castiga y merece el peor de los destinos o simplemente "está mal visto por la gente".
Llegar a la conclusión de que en efecto, eres una chica que gusta de otras chicas puede ser un enorme golpe estando en una situación así. Ahí es cuando tú cerebro empieza a negar todo eso como una forma de evadir la realidad.
"No, no puede ser, yo no soy así, eso está mal, esto no me puede estar pasando a mi"
Entonces, llega la etapa de la ira:
Todos en algún momento hemos bromeado diciendo "enserio, me odio mucho", pero en este caso, ese odio se siente más real que nunca, te cuesta trabajo digerir el hecho de ser diferente a lo que se te a enseñado siempre y por ende te sientes pésimo, lo poco que sabes sobre "ser lesbiana" es que está mal, que es una condena que te impedirá ser feliz, que es pecado o muchas otras tonterías más que te meten en la cabeza.
Crees que está mal, crees que TÚ estás mal, que nada de esto debería ser así, realmente te odias por no ser igual a los demás, te da envidia saber que según lo que siempre has escuchado todos tendrán vidas felices y tú estarás prácticamente pagando por tu "pecado".
"¡No es justo! ¿Porque yo? ¡Yo no puedo ser así!"
Ahora que te odias, la etapa de la negociación empieza:
Si vives en un ambiente apegado a la religión (sea cual sea la religión que tú o tu entorno practique) y la homosexual está mal vista, seguro entenderás esto mejor que nadie. O incluso si no es tu caso te puedes dar una idea porque muchas pasamos por eso, podría decir incluso que esta es la etapa más común dentro y fuera del proceso.
Aquí sientes que hay un rayo de esperanza, que hay una salida para evitar ser "así", piensas que si quizás rezas mucho, ese ser divino y celestial te hará el favor de cambiarte, o también piensas que si consigues un novio automáticamente tu gusto por las mujeres desaparecerá, estarás curada y tendrás una vida redimida, simple.
"¡Por favor, se que puedo cambiar, solo dame otra oportunidad Dios! Es más, voy a ver ponee de novia con Juanito pero por favor, no quiero ser lesbiana"
Si creías que esa etapa es triste, es porque aún no llegas a la etapa de la depresión:
Ahora sabes tú realidad, sabes que por más que pienses que quieres cambiar, esa no es una opción.
Te aislas de todo, necesitas estar solo contigo misma para poner las cosas claras, en esta etapa lloras, lloras todo lo que no crías que podrías llorar, incluso sientes dolor físico, estás cansada, estás exhausta, es duro y lo se, es muy difícil, pero siempre las cosas más complicadas tiene un final, uno que te libera.
Ahora tienes la noción de quién eres.
"Quizás si soy asi, es inevitable seguir fingiendo ¿Que sentido tiene?"
A partir de aquí, es cuando las cosas mejoran, pues llegó la increíble aceptación:
Si, felicidades. Lo lograste y estoy muy muy muy orgullosa de ti.
¿Sientes eso? ¿Sientes como ese peso tan grande que cargadas en los hombros se fue cuando te miraste al espejo directamente a los ojos y dijiste "Si, soy lesbiana"? ¿Te diste cuenta de que ahora las lágrimas que brotan de tus ojos son de felicidad y no de terror y tristeza?
Toda esa paz, esa comprensión contigo misma, con tu verdadero yo, ¿Se siente genial no? Hasta sientes que respiras mejor y por alguna razón tienes esa linda sonrisa en los labios, mírate, te vez hermosa así, liberada.
"Esta soy yo, esto tenía que pasar..."
Ya estás lista, diste el primer paso para adentrarte en lo que te espera ahí afuera.
Todo ese proceso te va a tomar el tiempo que sea necesario, semanas, meses, incluso años, tal vez ya pasaste por algunas de esas etapas y ahora te estás dando cuenta.
No se que edad tengas, pero supongamos que estás en tu adolescencia o entrando a tu temprana adultes.
Aún queda mucho camino por recorrer, apenas estás intentando poner tu cabeza en orden.
Solo déjame decirte una cosa.
Por más complicado que creas que es el proceso, siempre existe para mejorar.
Todos esos pasos son entre tú y tu yo interior, solamente ustedes, estás viviendo una etapa de auto descubrimiento muy bella, difícil pero bella a final de cuentas.
No te diré que el mundo de colores siempre te dará lo mejor, claro que no, el mundo ahí afuera, por más colorido y diverso que parezca siempre tiene sus pros y sus contras.
Incluso muchas veces no hace falta enfrentarse a el fuera de tu zona de confort, muchas veces incluso llegar a enfrentarlo en tu propio hogar se ve como el reto más complejo.
Pero de algo tienes que estar segura, no estás sola, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte si es que quien creías que estaría siempre para ti te da la espalda...
Pero ese, amiga mía, es un tema para otro capítulo.
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