En pañales
Una nunca está lista para afrontarse a si misma la primera vez que dices "okay, creo que soy lesbiana"
Por más que uno diga que siempre lo supo o que no le costó aceptarse, siempre hay cosas que son complicadas de procesar.
¿Cómo se lo diré a mis papás? ¿Y si mis amigos se alejan de mi? ¿Y si más bien soy bi? ¿Cómo es ser así? ¿Algún día podré ser feliz?
Yo supe que definitivamente los hombres no eran lo mío el día en que di mi primer beso.
Ustedes pensarán "¿Estás hablando de una edad temprana no? ¿Por ahí de los 12-13?"
La respuesta es no, yo di mi primer beso a los 16 años, para algunos eso es "tarde" porque he escuchado a gente decir que su primer beso fue en el kinder o algo por el estilo, y considerando que mi entorno a esa edad estaba lleno de gente con noviazgos de años y vidas sexuales activas puede que me haya visto muy nood.
Especialmente porque ese primer beso fue con mi primer novio. Ya que yo en ese entonces creía que era bisexual (desde ahora pido una disculpa a la comunidad bisexual, se lo molesto que puede resultar el hecho de que personas con crisis de orientación como yo en ese entonces se apropien de una identidad que no nos corresponde) por mi negación internalizada sobre mi gusto total por las mujeres.
Los pondré en contexto.
Primero de prepa, hormonas, cambios corporales, indecisión y presión social.
Nunca me he considerado una persona particularmente agraciada, por tanto mi autoestima estaba por los suelos.
Lo que aún me dejaba una pizca de afecto a mi misma era el hecho de que un individuo del género opuesto se sintiera "atraído" por mi, y si, es un asco que lo que mantenía mi seguridad fuera la soga de la aprobación masculina.
El muchacho en cuestión era un amigo del grupo, muy listo y educado, con un humos bastante parecido al mío, por ende nos llevamos de maravilla desde un inicio.
Los meses de clases pasaron y aunque no éramos los más cercanos, éramos lo suficientemente unidos, el se me declaro con un papelito que tenía escrito algo sobre "el hilo rojo del destino" el cual tardo en escribir aproximadamente 45 minutos durante la clase de química con ayuda de dos de sus amigas.
Cuando la clase termino, el me dijo que quería decirme algo, y para no hacerles el cuento heterosexual más largo le dijo que le gustaba y yo le dije que también me gustaba, me pidió que fuera su novia y yo le dije que si.... Y ya.
No voy a negar que fue divertido todo ese teatro, éramos la parejita del grupo, el era muy cariñoso y protector, me decía cosas lindas que para mí corazón tan necesitado de afecto eran las palabras más dulces que hasta ese momento me había dicho alguien. Anduvimos como por dos meses y en uno de esos días me dije a mi misma "vamos, llegó la hora"
¿Que hice?
Simple, le di un beso... En el cachete.
Patetico, lo sé, pero les pudo comprensión, nunca había tenido novio, nunca había tenido tanto afecto por parte de una persona ajena, sentía que a ese paso crecería sola y moriría virgen, típico de alguien a los 16 años que hace una tormenta en un vaso de agua.
El, tan tierno como solía ser, sonrió y me dio un besito de no más de 7 segundos, fue algo muy de niños y realmente ese recuerdo es más de lo que esperaba para el mítico "primer beso"
Solo que hubo algo en ese beso que no me causo lo que esperaba, no hubieron luces en el cielo ni mariposas en mi estómago, solo fue un "listo, ya está, puedo tachar el primer beso de mi lista de cosas por hacer antes de morir, ¿Ahora que sigue?"
Después de eso todo buen, y por todo bien me refiero a que cortamos al mes, seguimos siendo amigos después de eso y el me contaba de sus ligues, todos chicos muy atractivos.
Si, resultó que el es gay, el también estaba en negación y cuando anduvimos se dio cuenta que era ridículo seguir fingiendo.
Y tenía toda la razón, porque me pasó lo mismo, solo estuvimos juntos porque criamos que así nuestra "confusión" se iba a disipar.
Ambos sabíamos la verdad, y en ese momento supimos que ser nosotros mismos, aceptarnos como quienes realmente somos era lo mejor que podíamos hacer, nada de aparentar.
Ambos teníamos un camino largo por recorrer, sería complicado pero con ayuda de las personas indicadas y a sabiendas de que nuestra verdadera forma de ser no estaba mal, todo iba a fluir para bien.
Fue ahí cuando me di cuenta de que el mundo en el que vivía, que en su mayoría era blanco y negro, solo con dos opciones por tomar, en realidad estaba repleto de colores, de opiniones y de diversidad.
Justo ahí supe quién era, una lesbiana novata lista para enfrentarse a un mundo lleno de colores.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro