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OO8 | TEMOR

Luego de la fotografía donde salieron dándose un beso, y que ella pudiese encontrar finalmente a aquella rubia en la que no había dejado de pensar desde que aceptó estar presente en el aniversario de sus padres, no podía dejar de mirarla. Hacía tres años que no la veía, aunque sí supo que tampoco estaba viviendo en aquel pueblo, lo cual era algo esperado para ella, lo que le hizo tener una pequeña ilusión de no verla en la fiesta. Pero ahí estaba, volviendo completamente loco a su corazón, y haciéndole olvidar de todo a su alrededor.

—¡Estoy hablándote, Baker! ¡Hey! —exclamó una voz masculina, sacándola de su trance, lo que hizo tragara con dificultad al encontrarse nuevamente con aquellos orbes oscuros que minutos atrás la miraban intentando ocultar sus nervios.

—¿Qué decías? —preguntó con un ligero temblor en su voz, luchando consigo misma para no volver su visión a donde se encontraba aquella fémina.

—¿Qué sucede? ¿Ahora por qué te comportas tan raro? —indagó alzando una ceja.

—¿Raro? No es cierto —aseguró observando a uno de los jóvenes encargados del catering para tomar rápidamente una de las copas de champagne, para así darle un gran sorbo, provocando que este suspirara.

—Ya, con ésto solo me lo confirmas porque recuerda que te conozco más de lo quisiera —recalcó quitándole la copa para darle él un sorbo, lo que hizo que ella lo mirase indignada.

—Oye, ¡búscate la tuya! —Megan quiso arrebatársela, pero este levantó el brazo.

—Estoy cuidando que mi novia falsa no se embriague y tenga problemas con sus padres también por eso, así que agradéceme.

—No te soporto.

—Hey, ¡yerno! —alzó la voz llamando la atención de ambos jóvenes que voltearon a ver cómo Robert se acercaba, pasando el brazo por sus hombros, lo que hizo que él medio sonriera nervioso.

—¿Q-Qué sucede?

—Tú vas a ayudarme.

—¿A qué...?

—¿Puedo robártelo por unos minutos? —preguntó mirando a su hija que abrió los ojos a la par.

—Hasta puedes robármelo por horas si quieres —contestó con una sonrisa sin enseñar los dientes, como siempre, mientras que Jungkook la miraba indignado.

—¡Perfecto! Ven conmigo —dijo animado y volteando para comenzar a caminar.

Jungkook a pesar de imitarlo, giró la cabeza para seguir mirando indignado a la pelinegra, la cual tomó otra copa de champagne a la vez que le guiñaba el ojo, sintiéndose satisfecha de notar cómo eso aumentaba su indignación hasta que tuvo que concentrarse en lo que le decía Robert.

Megan mientras le daba un sorbo al champagne, buscaba seguir ganándole a aquel impulso, hasta que fue cuestión de minutos cuando terminó dirigiendo su mirada a aquel grupo donde estaba su primo, logrando llamar su atención. Wyatt parecía buscar a alguien cerca de ella, pero frunció el ceño y decidió hacerle una seña para que se acercara, lo que hizo que ella abriera los ojos a la par.
De sólo pensar en volver a tenerla en frente y cerca la estaba enloqueciendo de gran manera. Lo menos que quería era acercarse y que aquella rubia la notara, necesitaba evitar a toda costa que recordara la última vez que se vieron, porque el sólo hecho hacerlo ella misma la hacía hervir de vergüenza.

—¡Ven, Megan! —ordenó Wyatt, mientras ella empuñaba su mano libre, cerrando los ojos con fuerza—. ¡Acércate!

Al sentir las intensas miradas, sabía que ya no podía seguir ignorándolos, por lo que tomó una bocanada de aire a la vez que volvía a abrir los ojos, armándose de valor para poder acercarse.

—¿Se acuerdan de mi prima? Se llama Megan Baker —bromeó haciendo reír a ambos jóvenes.

La fémina tragó con dificultad al encontrarse con aquellos orbes saltones y verdes que la miraban de pies a cabeza, cómo resaltaban sus largas pestañas arqueadas, su nariz pequeña y redonda, sus labios esponjosos rosados que llevaban brillo labial. Aquella joven era unos centímetros más baja que ella, delgada, aunque sus curvas ahora parecían resaltar.
El notar cómo seguía causándole hasta ternura, le hacía recordar cuando iban al instituto juntas, cómo siempre Heather cuando había problemas parecía buscar su protección.

«Cuando estoy contigo siempre me siento protegida, ¿sabes?»

«¿P-Por qué lo dices?»

«A pesar de ser una chica eres demasiado fuerte y hasta te atreves a enfrentar a ese grupo de idiotas»

«Porque si le demuestras miedo se comportan peor, además, no me gusta que molesten a quienes quiero.»

«Si fueras un chico... sin dudas saldría contigo. Serías el novio perfecto, Meggy»

Megan detestaba recordar cada momento de cercanía que tuvieron donde su corazón se agitaba y su esperanza aparecía, pero luego la rabia se encargaba de que se esfumase al siempre recalcarle lo heterosexual que era. La pelinegra sabía que no podía odiarla por eso, por más que quisiera, porque estaba segura de que podía notar cuánto le atraía, pues todos los de su alrededor lo notaban, motivo por el que recibía burlas por más que ella siempre se negaba, sorprendiéndose de que Heather pareciera creer solamente en sus palabras. Pero quizás tan sólo lo hacía por lástima, por no querer dejarla sola cuando ella siempre la defendía, además de que sus familias eran muy buenas amigas.

Ahora, luego de años, nuevamente sus latidos se aceleraban y sentía aquellas dichosas mariposas en su estómago. Se detestaba por eso, porque creía que era algo muy hermoso como para tener que seguir sintiéndolo sola.

—¡Meggy! —los recuerdos querían seguir invadiéndola por aquel apodo que siempre le había dicho, por escuchar nuevamente su dulce voz, pero sintió como si le cayera un balde de agua fría al ver cómo aquel castaño de su lado la tomaba de la cintura.

—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, Megan Baker —habló mirándola con una pequeña sonrisa—. Te acuerdas de mí, ¿verdad?

—Claro, ¿cómo olvidar al grandioso e idiota Asher Clark? —cuestionó con cinismo, notando cómo este borraba su sonrisa.

—Buenas tardes...—escuchó una voz masculina que le hizo voltear rápidamente, encontrándose con Jungkook, el cual la tomó rápidamente del brazo a la vez que se acercaba con la intención de hablarle.

—Oh, les presento a JK, el novio de mi prima.

—¿JK?

—Jeon Jungkook, es un placer —se presentó estirando su mano.

—Asher Clark —dijo al estrechar sus manos. El pelinegro levantó la cabeza para conectar sus miradas, ya que este era unos pocos centímetros más alto, además de cuerpo fornido, piel bronceada y ojos avellanas.

—Heather Hall —sonrió. Jungkook decidió devolvérsela, mirándola con atención, provocando que ella arrugara ligeramente la frente.

—Vaya, qué sorpresa —mencionó Asher, mirándolos a ambos, lo que hizo que Jungkook frunciera el ceño.

—¿A qué te refieres?

—A ver a Megan de novia y... con un hombre.

—Bueno, yo siempre pensé que mi prima se quedaría sola —comentó riendo, Wyatt, lo que hizo que ella tuviera que mantener la calma.

—¿Por qué lo dices? —Jungkook cuestionó sin quitarle la mirada de encima a Asher.

—Porque Asher fue siempre un idiota que decía que jamás algún chico se fijaría en mí porque soy uno más de ellos —respondió rodando los ojos.

—Bueno, como ves te has equivocado de gran manera, así que espero que ahora que ha pasado el tiempo hayas cambiado esa manera de pensar y que ya no hagas esos comentarios de mi novia. Al menos no en mi presencia porque no son nada agradables, y creo que es mejor evitarnos problemas, ¿no crees? —preguntó con una pequeña sonrisa falsa mientras pasaba el brazo por la cintura de Megan, tal cómo hacía Asher con la de Heather, lo cual hizo tensar a la pelinegra que giró la cabeza para verlo con los ojos abiertos a la par.

—Ya, lo idiota que eras quedó en el pasado, ¿verdad, amor? —intervino tensa, Heather.

—Claro que sí, muñeca —asintió con una sonrisa—. El pasado quedó atrás, Megan.

—Mejor que así sea, porque el único que puede molestar a mi prima soy yo —recalcó Wyatt.

Megan dirigió su mirada a la rubia, pudiendo notar rápidamente como parecía arrepentida, aunque no podía llegar a descifrar el porqué.
Wyatt y Asher comenzaron a hablar mientras ella seguía sin prestar atención ya que no podía apartar su mirada de Heather, la cual la bajó al suelo. Pensaba en qué podía estar pasando por su cabeza, pero sintió un apretón en su cintura que le hizo volver a la realidad al recordar a Jungkook.

—¡Jungkook! —al escuchar esa voz que podía reconocer con gran facilidad, comenzó a buscar con la mirada a su padre.

—Te llama mi padre otra vez...—recalcó, pero este lloriqueó por lo bajo siendo solamente escuchado por ella.

—¡Ayúdame! —exclamó mirándola desesperado.

—¿Qué...?

—No me deja tranquilo. Está presentándome con todos y yo no soy bueno para ésto —explicó acercándose más para hablarle al oído.

—¿No que estabas muy contento de que te quisiera? —cuestionó divertida.

—¡Ven aquí, yerno!

—Pero ya estoy cansado de conocer a personas...

—No lo decepciones. Ve —volteó palmeando su hombro mientras sonreía, pudiendo notar su semblante serio.

—¡Jungkook...!

—¡Ya voy, suegro! —alzó la voz, tomando rápidamente el brazo de Megan, la cual lo miró desconcertada—. Tú vienes conmigo porque estoy ayudándote a ti.

—Te odio —musitó mientras caminaban.

—Eres cien por ciento correspondida, mi amor —aseguró pellizcando su mejilla, provocando que ella tuviera el impulso de golpearle el brazo, pero escuchó unas voces que la detuvieran mientras Jungkook la miraba burlón.

—Oh, ¡hasta que te veo, Megan!

—Hola, tío —sonrió sin enseñar los dientes, dándole un pequeño abrazo.

Jungkook observaba al hombre en frente, pudiendo notar los rasgos parecidos que tenía con Robert, el cual pasó el brazo por sus hombros, llamando su atención mientras Megan se separaba de su tío.

—Mira, te presento a mi yerno Jeon Jungkook—habló Robert—. Yerno, él es mi hermano, Joseph Baker.

—Es un placer...—dijo algo tímido, estirando su mano.

—El placer es todo mío de conocerte finalmente —tomó su mano haciéndole inclinar hacia adelante, sorprendiéndole al abrazarlo. En ese momento se preguntaba cómo la familia de Megan podía ser tan amable, cariñosa y cálida mientras que ella parecía ser todo lo contrario. Al menos con él—. Mi hermano no dejaba de hablar de ti, y ahora no deja de presumirte, ¿eh?

Jungkook no pudo evitar reír un poco al escucharlo, y al separarse, Joseph palmeó su hombro mientras lo miraba, como también a Megan que intentaba sonreír, aunque se sintiera incomoda.

—Hacen una tierna pareja —comentó con una sonrisa—. ¿Ya has cambiado ese carácter difícil que tienes, Megan? —preguntó divertido, provocando que ella lo mirara ofendida.

—No sé de qué hablas, tío —respondió cruzándose de brazos, por lo que el hombre miró a Jungkook.

—No lo cambió —murmuró negando con la cabeza, haciendo reír a ambos hombres y que ella se indignara al notar que tomaba confianza demasiado rápido.

—Es cierto. Eso lo sacó de su madre —mencionó Robert que apoyó la mano en el hombro del pelinegro—. Pero ese carácter difícil que tienen las hacen especiales y que las amemos más, ¿verdad, yerno?

Jungkook abrió los ojos a la par, sintiendo cómo una gran inquietud lo invadía, por lo que miró a Megan que ahora era ella la que lo miraba divertida.

—Así me amas, ¿cierto, Jungkookie? —al notar su intención de ponerlo más nervioso, no podía evitar sentir cómo el enfado comenzaba a aparecer.

—Oh, ahora no te llamas más Jungkook sino "yerno" para mi hermano —comentó riendo, Joseph, logrando que el joven se aliviara y volviera su vista a ellos.

—Es que con Georgia hemos esperado por mucho tiempo vivir esto, así que es normal que estemos emocionados de tenerlo aquí en casa —explicó mientras Jungkook masajeaba su nuca, intentando no sentir culpa, por lo que miró nuevamente a la fémina pudiendo notar que parecía buscar a alguien con la mirada y no escuchar nada, lo que hizo que rodeara los ojos.

No podía creerse para nada que no sintiera siquiera una pizca de culpa por lo que estaban haciendo, por cómo sus padres parecían estar tan felices de tenerlos allí. Detestaba, pero a la vez envidiaba que fuera de esa manera, porque, al contrario de ella, parecía ser de muchos sentimientos, demasiado empático como para no sentir culpa por sus mentiras.
Sentía que si seguían actuando de esa manera, podría acabar explotando o marchándose al ya no querer seguir mintiendo a aquellos adultos que eran tan amables con él.













(...)








Los minutos siguieron pasando, y cuando el cielo se volvió naranja y el sol seguía escondiéndose, se dirigieron hacia las dos mesas largas que estaban a un costado, donde el catering se había ocupado de dejar las comidas en el medio. Jungkook tomó asiento a un lado de Megan, en la mesa que también estaban ubicados los padres de ella y familiares.
Este estaba agradecido de que Wyatt tomara asiento a su lado, ya que seguía algo molesto con la fémina, por lo que podía ignorarla y hablar con él que le recomendaba qué servirse para cenar.

Durante la cena, Megan intervenía en su conversación, pudiendo notar cómo el pelinegro fingía no escucharla, pasando de ella, lo que se le hacía divertido porque la situación solía ser al revés.
Wyatt los miraba algo desconcertado por eso, pero decidía seguir conversando con ambos y fingir que no se daba cuenta de la tensión.

Así cuando acabaron de cenar, el anochecer estaba haciéndose presente, y Jungkook veía algunas parejas bailar, como también seguir bebiendo. Pero al ver a Wyatt, recordando cómo sus padres le habían advertido de no embriagarse, y por cómo estaba comportándose, más divertido e intenso de lo que ya se le hacía, tenía que reprimir la risa.
Podía verlo a unos cuantos metros con un joven de cabello rapado, el cual le habían presentado anteriormente y era hijo de Joseph. También sabía que él tenía una hija, pero no había podido presentarse al estar con su madre.

—Cada día les encuentro más parecidos a ti y a tu primo —mencionó acercándose a Megan, la cual estaba bebiendo de su copa de champagne.

—Oh, ¿ahora sí me hablas?

—Bueno, Wyatt se embriagó, así que no tengo con quién hablar —explicó encogiéndose de hombros mientras dejaba la chaqueta en su brazo al no saber dónde dejarla.

—O sea, que me utilizas —asintió presionando los labios.

—Exacto, así como me utilizas tú —sonrió.

—¿Y en qué somos parecidos? —inquirió curiosa.

—Pues, ambos adoran insultar, molestar a los demás, tienen mucha intensidad y cuando se embriagan eso se multiplica —respondió mirando a Wyatt que parecía contar algo con demasiada intensidad, haciendo reír a su primo que quería quitarle la copa de champagne.

—¿Debería embriagarme también? —preguntó mirando su copa, por lo que Jungkook rápidamente se la quitó.

—¿Cuántas veces debo decirte que no en mi presencia? No quiero que piensen que soy un mal novio que no sabe cuidarte.

—Entonces, sí debería hacerlo...—Megan quiso quitarle la copa, pero este alzó el brazo.

—Quieta, Baker —recalcó con el semblante serio, lo que hizo que ella rodeara los ojos.

—Oye, tengo frío —comentó abrazándose a sí misma.

—Oh, ni sueñes con que suba a buscarte una chaqueta. Soy tu falso novio no un sirviente, así que entra a buscarla tú.

Agh, ahora entiendo porqué tu relación no duró. No eres para nada caballeroso, Jungkook —arrugó el rostro mirándolo indignada.

—Oye, ¿tú qué sabes de porqué se terminó? —cuestionó molesto.

—Dame eso —exigió quitándole la chaqueta que tenía en su brazo, para así comenzar a colocársela mientras él la miraba sorprendido, ya que jamás se había cruzado esa idea por su cabeza—¿Cuándo se acaba ésto? Quiero darme una ducha y descansar —mencionó cruzándose de brazos, por lo que Jungkook suspiró aliviado y bajando el brazo.

—No lo sé...

—Ven. Vamos con mis padres —ordenó volteando para comenzar a caminar.

Jungkook no dudó en seguirla, hasta que ella al ver cómo ellos se encontraban con más personas, se detuvo rápidamente para voltear chocando contra el pecho del pelinegro.

—Mala idea. Volvamos...

—¿Por qué? Vamos con ellos mejor —dijo pasando por su lado mientras la tomaba del brazo con su mano libre.

—No, Jungkook...

Este al poder divisar a las personas que se encontraban con ellos, pudo darse cuenta rápidamente el porqué se arrepintió rápidamente. Pues, allí estaba la joven rubia que había notado todo lo que provocaba en ella, pero prefería estar allí que aburriéndose junto a la pelinegra porque ninguno sabía de qué hablar al no tener tanta confianza.

—Oh, aquí están —habló Georgia con una sonrisa.

—Estás muy cambiada, Megan —comentó algo sorprendido, William.

—Más hermosa —sonrió Lydia, provocando que la fémina sintiera su rostro arder.

—Ya conocieron a nuestro yerno Jeon Jungkook, ¿verdad?

—Sólo lo hemos visto. Soy Lydia Hall, es un gusto, Jungkook.

—William Hall —dijo estirando su mano al estar a su lado, aunque Jungkook tenía la mitad de su cuerpo detrás de Megan, pero aún así rápidamente la estrechó.

—Es un gusto.

—¿Hacía cuánto no se veían? —James miró a Megan y a su hija.

—Creo que... ¿Dos años? —miró a Megan, la cual asintió—. Pero ahora que ambas estamos aquí, vendré más seguido para verte —sonrió provocando que Megan sintiese nuevamente las dichosas mariposas y su rostro arder. Jungkook no podía verla, pero aún así sabía perfectamente lo que podría haber causado en ella, por lo que se preguntaba si el tiempo que pasaría ahí debería ayudarla con Heather.

—¿Quién diría que finalmente veríamos a nuestras hijas así? —preguntó nostálgica, Lydia, mientras Georgia miraba con una sonrisa a ambas jóvenes.

Megan no pudo evitar dirigir su mirada a Heather que estaba a un lado de su madre, como también tenía del otro a Asher, el cual le susurraba algo en el oído haciéndole reír. En ese momento sentía una punzada en su estómago al pensar que parecían hacer una buena pareja. Una que jamás se cruzó en su cabeza que podría hacerse posible.
Y a pesar que por tanto tiempo odió a Asher por comportarse siempre como un idiota con ellas, inesperadamente, ahora lo envidiaba.

La pelinegra sentía el impulso de dar media vuelta para marcharse porque no estaba soportando para nada seguir viéndolos juntos, pero pudo sentir cómo Jungkook pasaba la mano por su espalda, haciéndole saber que se había dado cuenta de su intención y no iba a permitirlo.

—¿Hace cuánto tiempo están juntos? —le preguntó Georgia a Heather y a Asher.

—Cuatro meses...

—¡¿Qué?! —preguntó entre asombrada e indignada—. Llevamos seis meses.

—Bueno, es lo mismo —se encogió de hombros restándole importancia, mientras la rubia intentaba sonreír como si no le importara.

—Bueno, los hombres somos malos con las fechas —intervino riendo, William.

—Robert es muy bueno, hasta más bueno que yo —mencionó Georgia, mientras él asentía con una gran sonrisa.

—Oh, ¿y ustedes cuánto llevan? —indagó curiosa Lydia, llamando la atención de Megan y Jungkook.

—Un mes...—respondió Megan a la misma que Jungkook respondía:—. Tres meses.

Todos los que estaban ahí con ellos los miraron desconcertados, mientras que ambos jóvenes también se miraban molestos por no haber coincidido.

—Tres meses. Llevamos tres meses —aclaró Jungkook, pasando una de las manos por la cintura de ella, dándole un apretón.

¿Lo ven? Mi hija y yo somos muy malas para las fechas —soltó una risotada.

—Hay que tener paciencia con ellas, yerno —bromeó dándole un apretón en el hombro mientras reía.

Jungkook sonrió falsamente a la vez que intentaba llamar la atención de Megan, pero ella no podía dejar de mirar a Heather, la cual intentaba fingir que prestaba atención a lo que sucedía, al igual que Asher. Podía notar que quizás no podía dejar de pensar, lo que le hacía preguntarse si acaso el castaño tenía algo que ver con que el ánimo de ella haya disminuido.
En ese momento lo detestaba demasiado porque estaba dándose cuenta que podía seguir siendo el mismo idiota de antes, y hasta aún peor. Pensaba en que si estuviera en su lugar, no se olvidaría para nada algo como la fecha en la que empezaron a salir, porque ese día sería uno de los más felices para ella.

Mientras tanto, Jungkook asomaba su cabeza por el hombro de Megan, dándose cuenta que no dejaba de mirar a la rubia, cuando él intentaba llamar su atención porque estaba molesto por el hecho de que no se haya acordado de lo que hablaron en Rhode Island. Necesitaba hablar con ella urgentemente para que volvieran a acordar cómo empezó todo en su relación, pues él ya había hablado con Wyatt, y ahora sus versiones debían ser la misma, pero Megan no parecía tener buena memoria y eso estaba irritándole.

—¿Tuvieron muchas citas antes de ser novios? —preguntó con una sonrisa, Lydia.

Jungkook suspiró pensando en porqué querían indagar tanto, detestando a Megan por haber estado tan convencida de que no lo harían cuando él quería que se pusieran de acuerdo en cómo se dio todo entre ellos.

—Oh, sí...—respondió asintiendo, pero Jungkook le dio un apretón en la cintura.

—No...—murmuró en su oído.

Este recordaba lo que había hablado Wyatt, lo cual ella seguía sin saber, pero al contrario de recibir su atención, recibió un golpe de Megan que, inesperadamente, fue directo a su entrepierna. Eso provocó que soltara un jadeo ahogado, apoyando la frente en la nuca de la fémina mientras sentía cómo hasta respirar se le dificultaba, y la pelinegra intentaba fingir no haberse dado cuenta de dónde lo había golpeado.

—Jungkook es alguien demasiado romántico, todo lo contrario a mí, así que no dejaba de invitarme a citas —comentó con una pequeña sonrisa—. De hecho, me llegué a negar al principio, pero él fue muy insistente, y la primera que acepté la pasamos tan bien que... luego se me hizo imposible negarme a las demás.

Los adultos la miraban con una dulce sonrisa, mientras que Jungkook al poder comenzar a respirar con más normalidad, levantó la cabeza llamando la atención de los demás.

—Oh, mira, a nuestro yerno le entró la vergüenza y está rojo —comentó riendo, Robert—. No te preocupes. Yo también era y sigo siendo todo un romántico. Eso es bueno porque seguimos enamorándolas —palmeó su hombro, mientras Jungkook cerraba los ojos con fuerza al sentir todavía punzadas en su entrepierna.

—Sigue así de romántico, Jungkookie —sonrió sin enseñar los dientes, mirándolo nerviosa al darse cuenta que parecía estar sufriendo.

—Voy a vengarme de ti, Baker —advirtió entre dientes y por lo bajo, acercando los labios a su oreja, a pesar de tener la atención de los demás.

—Tan lindo. Ya, mejor no sigo haciéndote pasar vergüenza —soltó una risilla nerviosa volviendo la mirada hacia los  demás, mientras que a pesar de darle la espalda a Jungkook, llevó la mano a la mejilla de él. Este colocó la suya sobre la de ella, fingiendo una sonrisa, para darle un apretón que provocó que ella soltara un quejido por lo bajo.

Así continuaron conversando, hasta que todos escucharon el sonido del agua, lo que hizo que voltearan a ver hacia la piscina que estaba a varios metros de distancia, pudiendo ver a una joven allí y cómo Wyatt tiraba también a uno de sus amigos, para luego gritar emocionado y saltar al agua.

Jungkook estaba sorprendido, pero al sentir una mirada, se encontró con la divertida de Robert que lo apuntó a él y luego a Megan, logrando confundirlo.

—¿Qué...?

No logró terminar de preguntar cuando escuchó un chillido por parte de Georgia al ser cargada por su esposo, que comenzó a dirigirse hacia la piscina. Se aferraba a él, el cual apresuró el paso mientras ella seguía gritando y riendo hasta que al estar cerca, la soltó haciéndola caer a la piscina, para después saltar él haciendo sorprender y reír a los demás.

—¡Vamos! yo también quiero, amor —habló emocionada, Heather.

—Olvídalo. Luego debo conducir.

En ese momento, Jungkook comprendió rápidamente lo que Robert quiso decirle con aquella seña.

—¿Qué carajos hacen? —preguntó arrugando el rostro, Megan, observando cómo también Joseph empujaba a su hijo a la piscina, riéndose de él para después alejarse ya que no pensaba meterse como los demás.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del pelinegro, pensando en que era una buena idea para vengarse por aquel golpe, por lo que, sorpresivamente, la tomó de la cintura haciéndola chillar y que golpeara su espalda mientras él apresuraba el paso al acercarse a la piscina. Podían escuchar a Robert, Georgia y Wyatt hablar de ellos, riendo por la reacción de la pelinegra que estaba desesperada al saber cuál era su intención.

—¡Suéltame! ¡Tengo frío! ¡No me tires...!

Megan no alcanzó a terminar de hablar cuando Jungkook saltó a la piscina junto a ella en sus brazos, sintiendo el agua fría y cómo ella lo empujaba bajo el agua para poder salir y tomar una bocanada de aire, llegando a toser. Podía escuchar a los demás reír, lo que provocaba su enfado y más al sentir el frío envolverla, pero al ver a Jungkook sacar la cabeza y tomar aire, se abalanzó sobre él para hundirlo nuevamente sin importarle que los demás los estuvieran viendo.

—¡Deja respirar a tu novio, Megan! —ordenó riendo su madre.

Jungkook logró apartarla para poder nuevamente respirar, pero aunque pudiera molestarse por eso, soltó una carcajada al verla molesta y con su maquillaje corrido.

—Ya, no te molestes. Era una broma...

—Es cierto, yo se lo ordené —confesó Robert, provocando que su esposa riera y golpeara su brazo.

—Por tus bromas la haces enfadarse con el pobre Jungkook.

—¿Lo ves? Sólo seguí las órdenes de mi  suegro —recalcó divertido, abrazándola por detrás por la cintura con la intención de hacerla molestar más, lo cual lograba.

—Ya, ¡déjame! —ordenó sacando sus manos, para luego pasar las de ella por su cabello que estaba echado hacia atrás.

—¿Saben? Tengo una idea —habló Robert, acercándose a Jungkook para pasar el brazo por los hombros de este—. Mañana tú y yo tendremos una tarde de suegro y yerno.

—¿Qué? —preguntó abriendo los ojos a la par por el temor.

Jungkook, en ese momento, tan sólo quería huir, por lo que miraba a la fémina detestándose al haber querido vengarse del golpe, porque ahora necesitaba de su ayuda, pero ella tuvo que cubrirse los labios para no soltar una risotada al notar su temor.

¡Hola!

¿Cómo creen que sea esa tarde de suegro y yerno? ¿Saldrá bien? ¿Creen que Jungkook ayude a Megan con Heather? ¿Les gustó el nuevo capítulo?

Lamento si no fue tan entretenido como esperaban luego del beso del anterior, lo escribí sin inspiración alguna, pero no quería hacerles esperar otra semana más, y como ya dije anteriormente, estoy intentando que no sea tan corta sino que pueda contar con unos 20-25 capítulos al menos jajsjs les prometo que el siguiente será mejor

Espero que dentro de todo les haya gustado un poco, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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