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OO5 | VIAJE

Al día siguiente, por la tarde, Taehyung se encontraba en la entrada del edificio donde vivía Megan, ayudándola a levantar su maleta para entregársela a Jungkook, el cual la cargaba en la cajuela junto a donde estaba la de él. Ella se encontraba demasiado nerviosa al pensar que tendría que estar en ese coche más de siete horas sola junto al tatuado. Pues, ahora estaba reaccionando a que no lo conocía para nada, que nunca habían compartido tanto como para haberle propuesto algo así, mientras que él parecía actuar con completa normalidad como si eso no le importase en absoluto.

—¿Ahora con quién voy a pasar mis vacaciones? —preguntó desanimado, Taehyung, mirando a su mejor amiga que hizo una mueca.

—Gracias por acordarte de mí —comentó indignado, provocando que el castaño abriera los ojos a la par.

—Oh, sabes que a ti también voy a extrañarte.

—Ya, déjalo. No importa.

—¡No seas celoso! Sabes que con Megan paso la mayoría de mis días, por eso lo digo.

—Bueno, ahora lamentablemente pasará sus días conmigo —mencionó acercándose.

Ella desviaba la mirada, todavía pensando en cómo pudo pensar que era una buena idea meterse en una situación así, y Jungkook miraba a ambos con una gran falsa sonrisa, mientras Taehyung arrugaba el rostro.

—¿Por qué nos miras así? —inquirió cruzándose de brazos, Jungkook.

—Es que los veo y... no hacen para nada una buena pareja —respondió todavía arrugando el rostro. Megan parecía sorprendida, y Jungkook dirigió su mirada a ella como si estuviese pensando—. Es decir, ¿quién llevaría los pantalones de la relación? Los dos se ven cómo muy... ¿Demandantes? No sé explicarlo —rascó su nuca mientras suspiraba frustrado—. Pero ustedes son como si juntaran a dos homosexuales activos, ¿saben a lo que me refiero?

—¡Yo los llevaría! —dijeron al unísono y se miraron indignados.

—Por favor, Jungkook, no podrías conmigo —rodó los ojos—. Yo los llevaría.

—¿Qué te hace creer eso? Yo los llevaría, Megan. Acéptalo.

—Taehyung ya me ha hablado mucho de ti, como para saber que si te gritan ya te pones a llorar —refutó provocando que él se indignara.

—¿Sabes qué? Puede que llore —asintió señalándola—. Pero tú vas a obedecerme a partir de ahora, querida novia falsa —aseguró pasando el brazo por sus hombros, lo que hizo que ella arrugara el rostro y quisiera separarse, aunque este tenía más fuerza—. Despídete de ella que ya tenemos que marcharnos a la casa de mis suegros, Taehyung —bromeó notando cómo ella parecía enrojecer de la rabia, lo cual se le hacía demasiado divertido.

—Van a pasar unos divertidos días —habló por lo bajo sin creérselo para nada—. Oh, voy a extrañarte. Ven aquí.

Jungkook no pudo evitar soltar una risilla al ver cómo Taehyung la envolvía en sus brazos y ella se aferraba a él, porque la mayoría de veces que los veía juntos siempre parecían molestarse y golpearse juguetonamente.

—Te llamaré cada día para saber cómo van —aseguró mientras la pelinegra asentía.

—Está bien. Nos vemos pronto.

—A mí también puedes llamarme, ¿eh?
—mencionó Jungkook—. Recuerda que yo soy el que va a tener que conocer a toda su familia, el que va a pasar por algo más complicado.

—No empieces, celoso. También voy a extrañarte.

El pelinegro fingió indignación, pero luego acabó riendo para darle un pequeño abrazo, provocando la sonrisa cuadrada de Taehyung.

—Nos vemos pronto, hermano —palmeó su espalda para separarse.

—Escríbanme cuando lleguen.

—Sube, ¿o prefieres que te abra la puerta, mi amor? —preguntó divertido acercándose.

—¡Quítate, idiota! —exigió empujándolo cuando este se inclinó para abrirle la puerta—. Yo puedo sola.

—Es muy independiente —comentó volteando a ver a Taehyung que parecía algo preocupado por cómo podría salir el plan de sus mejores amigos.

—Suerte, Jungkook.

—Oh, ahora es así. Siempre se muestra demasiado mala, pero luego es un amor y no se me despega —bromeó antes de subirse del lado del piloto.

—Si tú lo dices, amigo —hizo una mueca.

—¡Cuida bien mi departamento! —ordenó Megan, sacando la cabeza por la ventanilla para ver a su mejor amigo.

—Tranquila, lo haré —asintió riendo cuando Jungkook encendió el motor—. ¡Nos vemos pronto!

Taehyung movía su mano despidiéndose al verlos alejarse en aquel coche, mientras que Jungkook decidió tocar el claxon y Megan sacó nuevamente la cabeza por la ventanilla para también despedirse de su mejor amigo. 














(...)
















Durante el camino ambos iban en completo silencio, por lo que Megan se sentía tan incomoda que decidió colocar música, logrando llamar la atención del pelinegro que la observó por un momento sin decir nada.
Jungkook en ese momento no podía evitar recordar lo que había hablado con su madre, cómo ella parecía no estar tan de acuerdo con que se marchara al notar que parecía nervioso y ni siquiera podía decir que realmente conocía a la joven. Claramente no había sido capaz de confesarle porqué se iría con ella, que debía fingir ser su novio, pues no se animaba, además de que sabía que no estaría de acuerdo y buscaría la manera de devolverle el dinero. Pero el saber que ahora estaban tranquilos con que no perderían la casa, haber notado cómo su hermano menor había mejorado su ánimo y su madre ya no tenía aquella expresión de tristeza, de desesperación en su rostro, provocaba que él se sintiese muchísimo mejor y no fuera capaz de dar marcha atrás con el trato que hizo con Megan, por más que no quisiera para nada ir a Stowe.

Ya llevaban más de dos horas de viaje y este miraba atento por momentos al GPS, aunque Megan ya conocía el camino. La fémina miraba por la ventanilla, completamente aburrida, pero sin desear para nada llegar a ese pueblo y reencontrarse con su familia.

—Carajo, tengo hambre —comentó de repente, llamando la atención de la fémina que giró la cabeza para verlo.

—¿En verdad?

—Sí. Estoy pensando en que podríamos parar en Rhode Island y buscar algún lugar para comer.

—Me parece bien —asintió logrando que este medio sonriera—. De todas maneras, traje algo para comer.

—¡¿En verdad?! —preguntó ilusionado, observando cómo ella se inclinaba hacia adelante para tomar la bolsa que estaba en sus pies—. ¡No juegues conmigo! En verdad tengo hambre.

—Tranquilo. Es en serio —aclaró riendo mientras le enseñaba una dona glaseada—. ¿Te gustan? ¿Quieres una? También traje servilletas.

—Oh, ¡gracias! —exclamó sonriendo—. Sí quiero.

Megan quiso reír por cómo la tomó rápidamente sin dejar de sonreír, haciéndole notar que hablaba en serio cuando decía que tenía hambre. Ella tomó una bañada de chocolate, aunque su favorita era la que le había enseñado a Jungkook, ya que creyó que él elegiría una, pero tampoco iba a reprochárselo.
Le dio un mordisco a la suya mientras observaba el camino y escuchaba la canción de The Weeknd que estaba sonando, hasta que unas arcadas llamaron por completo su atención.

—¡¿Qué te pasa, Jungkook?! —preguntó abriendo los ojos a la par mientras este seguía con las arcadas.

—¡Es de limón! ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

—¡¿Y cómo demonios iba a saber que no te gustaba?! ¡Dámela y conduce bien o vas a matarnos, idiota! —reprochó quitándosela—. Ten ésta.

Jungkook siguió masticando, intentando no sentir aquel sabor agrio y tomó la bañada de chocolate que era de Megan para darle un mordisco rápido. Mientras tanto ella lo miraba indignada, dándole un mordisco a la de limón sin poder creerse que haya actuado de esa manera.

—¿Cómo puedes comer eso? —cuestionó arrugando el rostro.

—Son mis favoritas —respondió encogiéndose de hombros.

—Son pésimas...

—Deja de llorar. No sabes nada sobre gustos.

Jungkook soltó una risilla por lo bajo y siguió conduciendo, esta vez ambos volviendo a mantener el silencio y con un ambiente más cómodo. Cuando Megan terminó la dona, volvió a apoyarse en la ventanilla mientras el pelinegro seguía concentrado en el camino y por momentos tarareaba las canciones que pasaban.

En la noche que llegaron a Rhode Island, este le preguntó si podían aparcar en algún lugar de comida rápida, por lo que ella soltó una ligera risa mientras aceptaba, provocando que este sonriera aliviado. Cuando lo encontraron, Jungkook aparcó rápidamente el coche y se bajaron para dirigirse al pequeño restaurante, observando que había poca gente.

Este pasó primero provocando que la puerta se le cerrase en el rostro a la fémina, y lo mirase indignada por no ser nada caballeroso. Jungkook giró buscándola al no sentir su presencia, y al verla frente a la puerta de vidrio, abrió los ojos a la par, para luego acercarse y abrirle la puerta.
La pelinegra entró cruzada de brazos e indignada mientras este intentaba reprimir la risa, hasta que tomaron asiento en los bancos corridos quedando uno frente al otro.

Cuando una camarera se les acercó, decidieron pedir hamburguesas y gaseosa, para luego esperar mientras miraban el cielo estrellado por la vidriera.

—¿Estás cansado? Yo podría conducir ahora —mencionó la fémina llamando su atención.

—¿Cuánto falta? —preguntó frunciendo el ceño mientras la camarera dejaba los platos frente a ellos, lo que le agradecieron.

—Creo que unas cuatro horas.

—Todavía puedo aguantar —aseguró tomando una papa frita para llevarla a su boca y darle un mordisco.

—¿Seguro?

—Claro que sí, pero llegaré muy cansado.

—Mi madre tenía razón sobre salir temprano...

—Lo siento, ¡¿cuántas veces debo decirlo?! —preguntó frustrado.

—Ya, comamos rápido antes de que se nos haga más tarde.

Jungkook asintió con tal de que no siguiese reprochándole por no cumplir con el horario acordado, lo que provocó que Megan recibiera algunos reproches de parte de su madre, ya que en ese momento no deberían estar todavía viajando, sino en Stowe y él conociendo a los familiares de la fémina.
De todos modos, este agradecía que llegaran por la medianoche porque todavía no se sentía para nada preparado mentalmente.

—Oye, todavía tenemos que hablar —mencionó una vez que tragó.

—¿De qué? —arrugó ligeramente la frente antes de darle un mordisco a la hamburguesa.

—¿Cómo se supone que nos conocimos?

—Por medio de Taehyung como hicimos, Jungkook —respondió rodando los ojos—. Tampoco es necesario que tengamos que mentir en todo.

—¿Cuánto tiempo se supone que llevamos juntos?

—¿Un mes?

—¡¿Un mes y ya me llevas a la casa de tus padres?! —cuestionó arrugando el rostro—. Es muy pronto, ¿no crees?

Agh... ¿Cuatro meses están bien para ti, linda? —preguntó frustrada mientras este se indignaba.

—Háblame bien, Baker. Estoy tratando de ayudarte con tus mentiras —apuntó limpiando sus manos con la servilleta—. ¿Y cómo se supone que nos hicimos novios?

—Tampoco van a preguntarnos tanto, Jungkook —habló frustrada sin tragar, lo que hizo que él hiciera una mueca de disgusto.

—¡Traga antes de hablar, animal! —reprochó tirándole su servilleta en el rostro, provocando que esta lo mirase indignada—. Es asqueroso cuando hablan teniendo comida en la boca.

—Vuelve a hacer eso y juro que haré que tengas que besarme cuando tenga comida en la boca —advirtió molesta.

—¡Qué asco! Cállate —ordenó arrugando el rostro.

—Ya te lo advertí.

—Si lo haces pensaré que son puras excusas para que te bese —mencionó tomando su vaso con coca cola.

—Cállate. Tengo esperanza de que no tengamos que fingir hasta ese punto —suspiró inclinándose hacia atrás.

—Lo máximo que tendrás de mí es que te tome de la mano, Baker —aseguró provocando que ella lo mirase asombrada.

—¿Qué?

—No te besaré.

—Lo más probable es que un beso tengas que darme.

—Pues, ¡tendrás que besarme tú! Yo no lo haré. Me niego.

—¡¿Por qué?! —preguntó exaltada.

—No puedo ni imaginarme tomándote de la mano, mucho menos puedo hacerlo besándote —expresó con una mueca de disgusto—. Además, hablas mientras masticas. No podría. Olvídalo.

—Qué delicado eres, Jungkook.

—Tú no tienes respeto alguno —aclaró rápidamente.

—Bien, como sea. Paguemos de una vez así retomamos el camino a Stowe. No quiero llegar tan tarde.

Jungkook le hizo una seña a la camarera para que se acercara y así poder pagar, pero Megan dijo que ella se encargaría, por lo que aceptó sin importarle en lo absoluto, pues sabía que no era como si se le dificultara cuando el dinero parecía sobrarle. Luego de eso, tomó su celular y se levantó para dirigirse hacia la salida siendo seguido por ella que intentaba apresurar el paso, pero como al entrar, la puerta se cerró en su rostro.
Tuvo que inhalar y exhalar para mantener la calma y no gritar allí mismo por el estrés que comenzaba a provocarle aquel pelinegro.

Este cuando se acercó al coche, volteó curioso a ver cómo ella se acercaba con rapidez, y por su rostro pudo notar que estaba demasiado molesta, por lo que se encogió de hombros decidiendo no prestarle atención y se subió al coche.
















(...)














Al retomar el camino, colocando música otra vez, pudo ver que con los minutos y ya siendo de medianoche, Megan parecía ir relajándose. Este se sentía exhausto de tanto conducir, por lo que había comenzado a bostezar, a pesar de que sentía nervios por conocer a la familia de la fémina que recién estaba comenzando a conocer, deseaba de una vez por todas poder descansar. Estaba seguro de que apenas tocara una cama, caería rendido sin importar que el lugar fuera desconocido.

Giró a ver por un momento a Megan, la cual iba con la cabeza apoyada en la ventanilla y sus ojos de cerraban por segundos largos, haciéndole notar que también estaba exhausta.

—¡No te duermas, Megan! —exclamó  de repente, provocando que ella se sobresaltara y él soltase una risotada.

—¡Idiota! ¡Estúpido! ¡Imbécil! —gritó golpeando su brazo, lo que hizo que él soltara un quejido a pesar de estar riendo—. ¡¿Cómo vas a asustarme así?!

—Mierda, pegas demasiado fuerte —dijo sobando la zona afectada sintiendo punzadas, por lo que volvió a soltar un quejido—. Tienes que controlar esa fuerza, mujer.

—Y tú tienes que dejar de ser tan idiota.

—Sólo te ayudé a que no te durmieras. No quiero ser el único despierto —explicó tranquilo—. Háblame de algo. No lo sé.

—Lo habría hecho si no me hubieras asustado de esa manera —bufó volviendo a apoyar la cabeza en la ventanilla—. Ahora voy a dormir.

—¡No! Era broma. No te duermas —pidió tirando de su brazo, pero ella le dio un manotazo que lo hizo jadear.

—¿Puedes dejar de ser tan violenta por el bien de mi persona?

—Cállate y déjame dormir.

Jungkook la observó por un momento cómo ella cerraba los ojos y se relajaba en su lugar, lo que le hizo soltar un  suspiro dándose por vencido. Pensaba en que quizás sí se había pasado asustándola, aunque sí se le había hecho divertido en un principio. Pero en ese momento necesitaba quizás conversar un poco porque el sueño lo estaba invadiendo, aunque le faltaba unos cuarenta minutos para llegar.

Este se obligaba a mantener los ojos bien abiertos, cantando la canción por lo bajo para entretenerse un poco.

—Oh, ¡cantas bien, Jungkook!

Al escuchar aquel grito de su parte y sentir cómo volvía a golpear su brazo, ahora fue este el que se sobresaltó, pero por su gran intensidad. En un principio no la veía de esa manera, pero ahora estaba conociéndola quizás cómo Taehyung lo hacía.

—Carajo, yo soy intenso, pero tú me ganas —mencionó mirándola por un momento a la vez que arrugaba el rostro, mientras ella reía volviendo su mirada al camino y apoyando los pies en el asiento—. ¡Bájalos que lo limpié hoy! —reprochó empujando sus piernas para quitarlos, por lo que ella lo miró molesta.

—Qué aburrido.

—Tú lo limpiaras luego.

—Ya, como quieras.

Así Jungkook siguió conduciendo en completo silencio, notando cómo con cada minuto Megan parecía estar más nerviosa, logrando ponerlo nervioso a él. En ese momento, comenzaba a cuestionarse el haber aceptado aunque se repetía que había logrado ayudar a su familia, pero no quería estar en ese coche conduciendo para conocer a una familia y pasar tiempo al lado de la pelinegra, que ya siquiera sabía si realmente le agradaba.

Al llegar a Stowe, ella comenzó a indicarle pudiendo notar que hasta había un ligero temblor en el tono de su voz. Había tomado un camino de tierra, poniéndose nervioso por la oscuridad de aquella zona que era campo, más que nada por cómo la fémina no podía mantenerse quieta y su respiración estaba volviéndose algo pesada.

Frente a ellos aparecieron unos portones de madera que este agradeció que estuvieran abiertos, pero el saber que eso significaba que habían llegado a la casa de Megan, provocaba que sus latidos se aceleraran de los nervios. Siguió esta vez un corto camino, sorprendiéndose cuando frente a ellos apareció una enorme casa de dos pisos con ventanales y largas escaleras.

—¿Aquí vivías tú? —preguntó asombrado mientras aparcaba el coche.

—Sí.

—Carajo, es enorme...—al girar a verla y notar cómo bajó la cabeza mientras jugaba con sus dedos, frunció el ceño—. ¿Qué sucede?

—¡Megan!

Ambos pudieron escuchar aquel grito femenino, que les hizo levantar la mirada encontrándose con una mujer que bajaba rápidamente las escaleras, por lo que Jungkook tragó con dificultad.

—Bien, llegó la hora —murmuró la fémina antes de bajar del coche.

Jungkook inhaló y exhaló para imitarla, pero decidió rodear el coche para abrir la cajuela y comenzar a bajar las maletas, mientras veía cómo ella era abrazada por su madre.

—Oh, ¡estoy tan contenta de verte, mi niña! —expresó separándose unos centímetros para acunar su rostro, por lo que ella intentaba sonreír.

—¡Mi hija favorita!

—Soy la única, papá —rodó los ojos por su viejo chiste, esta vez sonriendo en verdad y acercándose para abrazarlo.

—Cuánto has tardado en aparecer, mocosa —comentó un joven.

Jungkook no podía dejar de observarlos nervioso, decidiendo cerrar la cajuela, lo que aceleró sus latidos al notar cómo ahora fijaban su mirada en él, hasta la pelinegra que no pudo evitar tensarse.

—Les presento...

—Primero entremos. Aquí no hay buena claridad, cariño —la interrumpió su madre mientras ella se acercaba a Jungkook.

—L-Las maletas...—murmuró nervioso.

—Oh, nosotros nos encargamos —habló el joven de cabello rizado, tomando la de Megan—. Ven, ayúdame, tío.

El hombre se acercó rápidamente sin quitarle la mirada al pelinegro, el cual tragó con dificultad sintiendo cómo le costaba hasta respirar cuando se inclinó para tomar su maleta.

—N-No es necesario...

Este pasó por completo de él para comenzar a caminar, siguiendo a los demás que se dirigían hacia las escaleras, por lo que Jungkook se quedó sin saber qué hacer o decir hasta que sintió cómo Megan tiraba de su brazo.

—Creo que no le agrado a tu padre —mencionó preocupado por lo bajo para que sólo ella pudiese escucharlo.

—No creo...

—Cariño, ven —llamó su padre, por lo que ella apresuró el pasó para comenzar a subir las escaleras junto a él que pasó el brazo por sus hombros—. ¿Fue muy pesado el viaje?

El pelinegro tomó una bocanada de aire para intentar mantener la calma y empezar a subir las escaleras, preguntándose cómo Megan podía olvidarse así de él y dejarlo solo. Estaba realmente incómodo, y más cuando entraron a la casa. Miraba a su alrededor completamente asombrado por el gran tamaño, por los muebles antiguos, pero lujosos.

—Vengan. Les prepararé algo para tomar mientras ellos dejan sus maletas —habló la mujer.

Megan lo observó y este comenzó a caminar junto a ella sin dejar de mirar a su alrededor, lo que hizo que la fémina tirara de su brazo para entrar a la cocina.

—¿Qué quieren para tomar? —preguntó animada, y la pelinegra observó a Jungkook.

—A-Agua estaría bien.

—¿Agua? —arrugó levemente la frente.

—Yo igual, mamá.

La mujer tomó de la alacena dos vasos para buscar en la nevera la jarra que tenía con agua y comenzar a servir, por lo que este no pudo evitar mirarla. Al igual que Megan era pelinegra, solo que lo llevaba corto hasta los hombros y con flequillo.
Cuando dejó los vasos en la isla de la cocina para que pudieran tomarlos, pudo notar que al igual que ella tenía unos grandes ojos claros con largas pestañas, sólo que su nariz era larga y fina, sus labios delgados y rosados. 

—Bien, mamá, ahora sí. Voy a presentarlos —sonrió falsamente mientras este casi se atragantó con el agua, por lo que tragó con dificultad dejando el vaso nuevamente en la isla de la cocina—. Él es Jeon Jungkook... mi novio.

—E-Es un placer conocerla, señora —balbuceó con una pequeña sonrisa nerviosa.

—Oh, el placer es todo mío. No tienes una idea de cuánto esperé este momento —sonrió alegre, tomando su mano—. Llámame Georgia, cariño.

—Está bien —murmuró ensanchando un poco su sonrisa.

—¡Aquí estamos! —exclamó el más joven, provocando que Jungkook volviese a sentirse demasiado nervioso al encontrarse con aquel hombre que tenía el semblante serio.

—Les presento a Jeon...—miró con la frente arrugada a su hija al no recordar su pronunciación, mientras que Jungkook se sentía enrojecer.

—Jungkook —respondió por lo bajo.

—¡Cierto! A Jeon Jungkook. Es nuestro yerno, cariño —habló emocionada.

Aquel hombre castaño, de cuerpo fornido, alto, mirada oscura, se acercó de manera intimidante, provocando que el tatuado tragase con dificultad y quisiera huir de allí. Su cabeza creaba los peores escenarios, donde finalmente tenía que ahora conducir de regreso, pero para su sorpresa, el hombre lo tomó bruscamente de los hombros para darle un abrazo.

—¡Bienvenido a la familia Baker, muchacho! —exclamó alegre mientras este miraba con los ojos abiertos a la par a Megan, la cual también parecía sorprendida.

—G-Gracias...—balbuceó cuando este se separó y apoyó la mano en su hombro.

—Robert.

—Gracias, señor Robert.

—Oh, olvida lo de señor. Ya eres parte de la familia, muchacho —palmeó su hombro y lo apuntó con una sonrisa—. ¡Ya tengo yerno!

—Ya, déjenme presentarme —se acercó el joven, lo que hizo que los nervios de Jungkook se esfumasen un poco—. Soy Wyatt Peyton. Primo de esta mocosa —sonrió estirando la mano, por lo que este la tomó para estrecharla.

—Jeon Jungkook.

—¿No hay una manera más fácil de llamarte? —preguntó arrugando ligeramente la frente.

—¡Wyatt! —exclamó la fémina, golpeando su brazo.

—JK está bien —soltó una ligera risa mientras que este sonreía aliviado.

—Bien. Entonces, te diré JK —este asintió estando de acuerdo—. Mis padres están durmiendo, pero en verdad querían conocerte.

—Oh, mañana los conocerás, yerno —mencionó Robert, asintiendo con una gran sonrisa mientras que Megan masajeaba su frente intentando tener paciencia.

—¿Por qué tardaron tanto? —interrogó Georgia.

—Por él —apuntó Megan, mientras el pelinegro la miraba indignado.

—¡Ya te dije que lo siento! —murmuró avergonzado—. Tuve que ayudar a mi madre con unos pendientes. Lo siento.

—Oh, ¡a mi consuegra! —sonrió palmeando el brazo de su esposo, el cual sonreía—. ¿Cómo se llama?

—Soojin.

—¿Y mi consuegro? —indagó Robert.

—Bueno, ¡ya basta! —intervino Megan, logrando que Jungkook se sintiese aliviado porque lo menos que quería era mencionar a su padre—. Jungkook y yo estamos muy cansados, así que iremos a nuestras habitaciones. ¿Cuál va a ser la de él?

—Ay, hija, ¡por Dios! —Georgia negó con la cabeza en señal de desaprobación mientras se acercaba—. Van a dormir ambos en tu habitación. Ya sabemos que estás grande, y que es normal que quieras dormir con tu novio. No te preocupes.

—Además, tu tío Jayme y tu tía Grace están quedándose aquí, al igual que Wyatt, así que las habitaciones de huéspedes están ocupadas —explicó su padre provocando que ella abriera los ojos a la par y Jungkook masajeara su nuca.

—Ya sabes cuál es tu habitación, así que puedes llevarlo, prima —habló este empujándola.

—Esperamos que te sientas como en tu casa, yerno —Robert le dio un apretón en el hombro mientras este intentaba sonreír.

Jungkook comenzó a seguir a la pelinegra que subía las escaleras demostrando lo molesta que se encontraba en ese momento, lo que lograba que se sintiese mucho más tenso. Pues, ella creía que lo harían dormir en una habitación de huéspedes por cómo eran ellos, y ahora no quería para nada pensar en compartir cama con él.

Al entrar a su habitación, este miró a su alrededor, las paredes rosadas, los muebles con fotografías, el sofá y la cama grande en medio con acolchado rosado. Era demasiado fácil de notar que aquella habitación ya no era ocupada por ella, pues siquiera podía sentirla cálida, por lo que pensaba en que se le dificultaría dormir.

—¿En verdad tenemos que dormir juntos? —preguntó Megan como si fuese capaz de llorar de frustración.

—¿Ese es el baño? —apuntó la puerta de madera blanca, ignorando su pregunta.

Cuando ella asintió, este tomó su maleta para dejarla en la cama y buscar lo que necesitaría, sintiendo la mirada de la pelinegra que parecía estresada.

—Pasaré porque muero de sueño —comentó dirigiéndose hacia el baño.

Megan asintió observando cómo este se dirigía al baño, y comenzó a observar su habitación sin poder evitar sentirse extraña al estar allí luego de un par de meses. Siquiera podía sentirla suya, y aunque allí hasta las noches fuesen calurosas, parecía que en su antigua habitación hacía frío, por lo que se abrazó a sí misma acercándose a las fotografías que había sobre uno de los muebles.

Se había entretenido mirando su habitación, hasta que Jungkook salió del baño y pudo ver cómo ahora llevaba una camiseta blanca holgada y un pantalón negro de algodón, mientras que en su brazo tenía la ropa que había usado anteriormente.

—Ya puedes pasar.

Jungkook volvió a dejar su maleta en el suelo, observando cómo ahora buscaba su pijama en la suya mientras él se sentaba en la cama, pasando la mano por el acolchado rosado sin poder evitar soltar una risilla.

—¿De qué te ríes? —inquirió dirigiéndose al baño con el cepillo de dientes en su mano y el pijama en su brazo.

—Veo que te gusta demasiado el rosado —respondió intentando reprimir una sonrisa mientras ella parecía enrojecer de la vergüenza, o quizás la rabia, él no podía descifrarlo.

—No hagas ésto más incómodo, ¿quieres? —alzó una ceja, para luego entrar al baño dando un portazo.

Jungkook soltó una risotada inclinándose hacia atrás, pensando en que realmente le estaba gustando poder molestarla, pero en ese momento tan sólo quería poder descansar, por lo que decidió hacer las mantas a un lado. Pensaba en que a ella no podría molestarle, además condujo por demasiadas horas, así que debía entenderlo.

A pesar de que era algo nuevo para él dormir allí, sentía demasiado cómoda la cama, o quizás podría ser el hecho de que estaba realmente cansado, porque comenzó a sentir cómo se iba relajando con cada segundo, hasta que escuchó el sonido de la puerta. Eso le hizo abrir un poco los ojos, pudiendo divisar cómo la fémina parecía sorprenderse mientras se acercaba.

—Te has instalado muy rápido, ¿eh? —Jungkook quiso contestar, pero estaba realmente cansado, por lo que sólo hizo un sonido con la garganta al no comprender—. Digo, porque ya en el baño has dejado tu cepillo de dientes y ahora te encuentro durmiendo muy tranquilo.

—¿Quién condujo? ¿Tú o yo? —preguntó con voz profunda, para luego volver a enterrar más parte de su rostro en la almohada, deseando que no volviese a hablarle para poder dormir al fin.

—Ya sé lo que voy a hacer —la escuchó murmurar.

A Jungkook siquiera le importó y siguió intentando dormir escuchando cómo ella caminaba por la habitación, hasta que al cabo de unos segundos sintió cómo si una almohada golpeara su brazo y otros sus piernas. Rápidamente abrió los ojos, levantándose un poco para ver qué sucedía, por lo que no pudo evitar fruncir el ceño por la confusión al notar cómo Megan estaba dividiendo la cama con los cuatro cojines del sofá.

—¿Qué rayos haces? ¿No puedes actuar como persona normal por más de dos minutos? —preguntó confundido, refregando uno de sus ojos.

—Ese es tu lado y este el mío. Los puse para que no puedas pasarte —explicó con una media sonrisa—. Es buena idea, ¿no crees?

—Yo tengo una mejor idea —mencionó llamando su atención.

—Dime.

—Como soy el invitado y el que va a ayudarte con tu estúpido plan, dormiré bien cómodo en tu cama mientras que tú puedes dormir en el sofá, Baker —asintió con una gran sonrisa.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó cómo fue el viaje? ¿Creen que Jungkook pueda llegar a cumplir con no besarla y que tenga que ser ella la que lo haga si lo necesita? ¿Están emocionadxs por saber qué va a pasar ahora que ya están en Stowe?

Por unos comentarios pidiendo maratón quise intentar dárselos, pero por el examen que tuve el miércoles y ahora que psicología evolutiva II me tiene demasiado estresada, no pude terminar de escribir el siguiente. Me disculpo por eso, pero de todas maneras, me queda la parte final del capítulo por terminar, así que intentaré tenerlo listo para mañana así se los publico

Me encanta porque yo les dije desde un principio que los capítulos iban a tener como máximo 3K palabras, pero todos pasan las 4K y este llegó a las 5K. En fin nunca cumplo con lo que digo, pero es que me volví mala para escribir poco JAJSJSJK

Por cierto, a quienes me leen también en Woman ahora pueden pasarse porque seguramente cuando acaben de leer ésto ya actualicé ahí jujuu

Espero que les haya gustado este nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos mañana!

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