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OO4 | VERGÜENZA

Jungkook se sentía demasiado nervioso, sin saber si era por el hecho de que estaba allí para buscar el dinero o porque recordaba que iba a tener que pasar días con ella, fingiendo ser novios cuando siquiera podían considerarse amigos.
Megan estaba frente a él con su cabello como siempre atado en una coleta, una camiseta negra holgada con un dibujo, y un short negro que apenas podía divisarse, permitiendo que él pudiese ver sus pálidas piernas desnudas. En una de las manos llevaba un maletín de metal, provocando que Jungkook se tensara.

—Bien, aquí está el dinero —mencionó entregándole el maletín, aunque este dudó un momento antes de tomarlo.

—Megan...—musitó tenso.

—¡¿Ahora qué?!

—¿Estás segura de ésto? —arrugó levemente la frente—. Es decir, de darme el dinero. ¿Estás segura de ayudarme? ¿No vas a arrepentirte?

—¿Por qué me arrepentiría? —cuestionó arrugando el rostro y soltó una ligera risa, cubriéndose los labios con la mano.

—No lo sé. Simplemente, puedes hacerlo y está bien porque yo no voy a poder devolverte el dinero en unos días —aclaró desviando la mirada—. Eso sería imposible para mí. Necesito que estés segura de ésto.

—Jungkook, estoy más que segura de que quiero prestarte este dinero y ayudarte —asintió mirándolo fijamente, notando cómo este parecía estar aliviándose—. Además, te necesito.

Al escucharla no pudo evitar tensarse, por lo que comenzó a masajear su nuca con la mano libre, intentando quitar aquellas palabras de su cabeza e ignorar las sensaciones que lo habían invadido.
No comprendía muy bien porqué utilizaba esa palabra, sentía que era demasiado fuerte, y que podría conseguirse a alguien que pudiese ayudarla mejor.

—No lo digas así. No uses esa palabra.

—¡¿Por qué?!

—Suena... extraño.

—Oh, mira, estoy descubriendo que eres un malpensado —apuntó intentando reprimir una risilla al notar cómo este desviaba la mirada por la timidez—. Yo también lo soy, así que vamos a llevarnos bien.

—Megan...

—¡No! Ya no más inseguridades. Se acabó —lo interrumpió, ya que llevaba desde la noche anterior aceptando y luego dudando.

Este quiso decir algo al respecto, pero al escuchar el timbre, ambos se sorprendieron y Megan arrugó la frente por el desconcierto.

—Bien, ya es momento de que me vaya.

—Sí. Te acompaño a la puerta —habló dirigiéndose hacia la entrada, por lo que Jungkook tomó una bocanada de aire y decidió seguirla.

Megan abrió la puerta tranquilamente, pero acabó soltando un jadeo cuándo se abalanzaron hacia ella. Se trataba de Thea, la cual además de abrazarla de esa manera, juntó sus labios sorprendiéndola por completo.
Movía sus labios sobre los de ella, aplicando presión para ser correspondida, pero la pelinegra parecía estar atónita.

—Lo siento, lo siento...—repitió sobre sus labios antes de volver a juntarlos.

Jungkook se encontraba viendo aquella situación demasiado tenso, masajeando su nuca sin saber qué hacer porque se le hacía demasiado incómodo. Él cuando solía estar con Keira, jamás se comportaba de esa manera estando frente a sus amigos, pues le incomodaba demasiado las parejas que eran tan cariñosas sin importar que haya personas a su alrededor.

Al darse cuenta cómo aquella rubia parecía siquiera notarlo y besarla de manera intensa, no pudo soportarlo más y carraspeó la garganta logrando llamar su atención, notando cómo abría los ojos a la par y Megan parecía demasiado tensa, hasta sonrojada.

—Oh... no sabía que no estabas sola —habló avergonzada.

—Ahora sí ya me voy para que puedan hablar... o lo que sea, tranquilas —mencionó sonriendo falsamente, dirigiéndose hacia la puerta—. Por cierto...—volteó a ver a la pelinegra y presionó los labios por un momento—, gracias. En verdad gracias.

—Ya, de nada —sonrió a medias sin enseñar los dientes.

—¿Quién es? Se me hace conocido —murmuró la rubia.

—E-Es sólo un amigo —respondió restándole importancia.

—Oh, hola...

—Jungkook. Jeon Jungkook.

—Soy Thea —sonrió estirando su mano.

—Bien, hola y adiós —dijo estrechando su mano mientras ella soltaba una ligera risa—. Nos vemos, Baker.

—Nos vemos —movió su mano para despedirse y este volteó para comenzar a caminar por el pasillo para dirigirse al elevador.

Decidió marcharse de allí porque no quería seguir incomodándose, ni incomodando con su presencia, preguntándose si acaso Megan le diría a su "novia" lo que le había pedido y el trato que ahora tenían. Pues, sentía que era lo más justo, aunque él en su lugar si estuviese con alguien jamás le  hubiera pedido algo como eso a otra persona, pero prefería no pensar en eso.

Al subirse nuevamente a su coche, condujo tranquilamente hasta la casa de su mamá, sintiéndose de cierta manera demasiado aliviado luego de dos días tan intensos siendo invadido por la desesperación, por el temor.

Una vez que estuvo frente a la casa de su madre, se bajó con el maletín de metal en su mano para caminar hacia el pórtico y una vez frente a la puerta, le dio unos toques. Pocos segundos bastaron para que la puerta se abriera, encontrándose con su madre que abrió los ojos a la par al ver en su mano el maletín, pues todavía no podía creerse que por llamada el día anterior le dijera que había conseguido el dinero que necesitaban.

Jungkook entró dándole un pequeño abrazo a su madre que seguía atónita, y al ver a su hermano entretenido con los videojuegos, sentado en el suelo, tan sólo se inclinó para despeinar su cabello. Se dirigió al sofá donde tomó asiento dejando el maletín en la pequeña mesa de al frente, y observó a la mujer que tomó asiento a su lado.

—¿Cómo...? —preguntó confundida.

—Taehyung, Emmaline y alguien más me ayudaron, mamá —explicó con una media sonrisa.

—Pero ¿quién es ese alguien más? —indagó arrugando la frente—. ¡Hacía falta demasiado dinero!

—Eso no importa...

—¡Para mí sí es importante, Jungkook! —recalcó inclinándose hacia su lado para tomar su brazo—. Júrame que no te has metido en nada malo...

—¡Mamá, por Dios! —exclamó riendo, a pesar de notar la preocupación en sus orbes oscuros—. Estás hablando de mí. Jamás sería capaz de algo así por más desesperado que estuviera —aclaró notando cómo se relajaba—. Tan sólo me ayudó alguien.

—¿Keira? —al escuchar su nombre, no pudo evitar tensarse y desvió la mirada, llamando más la atención de su madre.

—No —musitó haciendo una mueca—. Ya no estoy con ella, así que... rechacé su ayuda.

—¿Entonces? ¿Quién te ayudó?

—Es una amiga de Taehyung.

—¿Y por qué te ayudaría con tanto dinero si no es tu amiga también? —cuestionó arrugando la frente, por lo que Jungkook suspiró ya que no quería decirle la verdad porque no sabía cómo podría tomárselo.

—N-No lo sé. Simplemente, debe haber sentido pena por mí o algo así —respondió encogiéndose de hombros, restándole importancia—. Decidió ayudarme, y aunque me negué en un principio, insistió en que lo aceptara.

—Vaya, tiene un gran corazón —comentó con una sonrisa.

—Sí —musitó desviando la mirada, recordando sus palabras que provocaron que un escalofrío recorriera su espina dorsal al pensar que tendría que pasar días fingiendo junto a ella.

—Hijo...—tomó su mano, logrando llamar su atención nuevamente—, ¿estás bien?

—Claro, ¿por qué lo preguntas? —preguntó arrugando el rostro.

—Acabas de decirme que terminaste con Keira —recalcó por lo que él hizo una mueca—. ¿Por qué terminaron?

Jungkook no pudo evitar tensarse al escuchar su pregunta, pues no había profundizado en sí mismo en ningún momento luego de romper con Keira, para así saber cómo se encontraba realmente. Y ahora que intentaba indagar en sí mismo, no sabía cómo estaba, pero es que siempre era así, razón por la que nunca lo intentaba.

—Simplemente, no estaba funcionando.

—¿Por qué? Ella se notaba que te amaba demasiado, hijo —mencionó apretando el agarre mientras Jungkook volvía a desviar la mirada, ya que eso sólo hacía que buscara una respuesta y profundizara más—. Habla conmigo.

—Quiero amar —expresó y presionó por un momento los labios mientras su madre lo escuchaba con atención—, pero no sé cómo hacerlo. No pude hacerlo con ella por más que me esforcé.

—Jungkook, el amor no es algo que se pueda forzar...

—Creí que podría llegar a sentirlo porque tú sabes lo importante que ella era para mí —explicó haciendo una mueca—. Pero no lo sé. Creo que... hay una pequeña parte de mí que siente miedo de... lo que puede venir después.

—Escucha, cariño, sé que tu padre y yo no te hemos dado un buen ejemplo de lo que es el amor...

—No digas eso. No es necesario que hablemos de...

—Hasta seguramente podemos ser uno de los peores —lo interrumpió soltando una risilla, logrando que su hijo se sintiese menos tenso al darse cuenta de que no le afectaba hablar de eso—. Pero el amor no es oscuro como nosotros te hemos mostrado, porque ya no era eso lo que había entre nosotros. El amor es algo imposible de explicar, tan sólo se siente, y no tienes que forzarlo. Sólo permite que llegue a ti sin tener miedo de mostrarte vulnerable, cariño.

Jungkook asentía mientras la escuchaba atento, intentando que aquellas palabras entraran en su cabeza y lograran hacer a un lado sus miedos. Pues, aunque siempre había intentando ignorarlo, reprimirlo, todavía los recuerdos de sus padres estaban allí, demostrándole que el amor no era tan bueno como la mayoría de personas lo pintaban. Porque él sabía demasiado bien que existían algunas oscuridades, y no podía evitar temer acabar destrozado, llorando mientras comía, mientras se bañaba, mientras intentaba seguir su vida normal, como había pasado con su madre en cuanto aquel hombre que debía considerar su padre, se marchó sin pensar en absoluto en ellos.

—¿Mamá...?

—¿Qué sucede?

—También vine a decirte algo más —confesó haciendo una mueca, sintiendo cómo los nervios lo invadían.

—¿Qué has hecho ahora? —preguntó molesta, provocando que él la mirase indignado.

—¡No he hecho nada esta vez!

—Entonces, habla.

—Quería decirte que... probablemente, me iré por unos días.

—¿Qué? ¿Te irás de viaje con tus amigos? —este negó presionando los labios—. ¡Explícate, Jungkook!

—Sólo... Sólo me iré por unos pocos días con una... amiga o algo así —respondió sonriendo inocente al notar cómo su madre lo miraba sin comprender.












(...)










Megan tomó asiento en el taburete luego de la ducha que se había dado junto a Thea. El día anterior luego de que Jungkook se marchase de su departamento, la rubia siguió disculpándose hasta que tuvieron una reconciliación demasiado pasional.
Desde entonces que todo parecía estar otra vez bien entre ambas, pues no se había movido de su lado y por la noche vieron películas mientras comían palomitas de maíz.
La pelinegra intentaba concentrarse en en hecho de que junto a ella estaba comenzando a vivir lo que siempre había deseado, pero no podía dejar de pensar en el viaje, creyendo que quizás era la razón por la que sentía una gran inquietud en su pecho.

Quería poder dejar de pensar tanto en eso, pero se le hacía imposible y más porque quizás en tres días ya iba a tener que marcharse junto a Jungkook, que agradecía que terminase aceptando su propuesta. Pero ahora se sentía algo frustrada porque había recibido un mensaje de él.

Jungkook

¿Estás en tu departamento?

Megan

Sí, ¿por qué?

Jungkook

Voy en camino.

Megan no pudo evitar tensarse, ya que no se esperaba para nada ese mensaje y siquiera había hablado todavía con Thea sobre que debía preparar su maleta para marcharse en tres días o menos, así que el hecho de que Jungkook estuviese yendo a su departamento sólo le hacía sentirse más presionada a decírselo en ese momento.

Al sentir una intensa mirada levantó la suya encontrándose con la de Thea, la cual llevaba su cabello rubio aún húmedo y cayendo por sus hombros, una camiseta blanca holgada que tomó prestada y jeans.
Tenía una pequeña sonrisa dibujada en sus labios mientras se encargaba de preparar té para ambas.

—¿Por qué me miras? —preguntó arrugando levemente la frente, Megan.

—¿No puedo mirarte?

—Sé que lo haces por una razón.

—Bien, tienes razón —asintió dejando la taza frente a ella—. ¿Qué te sucede? ¿Por qué pareces tan distraída?

—No lo estoy —respondió soltando una risa histérica.

—Sí lo estás. Desde ayer que lo noto y he esperado a que me lo digas, pero no pareces tener la intención de hacerlo.

Megan tragó con dificultad pasando por las manos por sus shorts, detestándose por jamás saber ocultar lo que sentía, permitiéndole hasta a quienes no la conocían notar que algo le sucedía.

—¿Y bien?

—Ya debo preparar todo para ir a Stowe.

—¿Y después de todo sigues pensando que es apresurado que quiera ir contigo? —inquirió inclinándose hacia adelante.

—Thea, no es así...

—Entonces, ¿sí quieres que vaya contigo? —una sonrisa de ilusión de dibujó en su rostro, lo que hizo que Megan sintiese su corazón dar un vuelco.

—No —respondió provocando que borrara su sonrisa rápidamente—. E-Es decir, quiero que vengas conmigo, pero no es posible.

—¿Quieres, pero no es posible? —arrugó el rostro por el desconcierto—. Explícate porque no te estoy entendiendo.

—Thea... mis padres no lo saben —murmuró desconcertándola—. Ellos no saben que soy lesbiana.

La rubia abrió los ojos a la par por la sorpresa, mientras que Megan se sentía aterrada por cómo podría tomárselo. En ese momento no podía evitar preguntarse cómo sería todo si se hubiera atrevido alguna vez a enfrentarlos, pero es que el temor siempre acababa ganándole. Y ahora, podría perder lo que estaba comenzando con Thea.

—Es una broma, ¿verdad?

—No. No lo es.

—¡¿Cómo es posible que no lo sepan?! —alzó la voz provocando que ella se sobresaltara.

—Ellos no son como los tuyos. No van a aceptarme...

—¡¿Y cómo lo sabes si no se lo has dicho?!

—Porque son quienes me criaron. Siempre he escuchado sus comentarios respecto a la homosexualidad, Thea —respondió molesta—. Mis padres no me aceptarían para nada, así que jamás me atreví a confesárselo y cuando acabé el instituto... hui para sentirme libre.

—Ésto no puede estar pasando —murmuró pasando las manos por su rostro.

—Thea...—se levantó angustiada con la intención de acercarse a ella, pero la rubia se alejó rápidamente.

—No, Megan. Ésto me lo deberías haber dicho desde un jodido principio —espetó provocando que la pelinegra sintiese su corazón encogerse—. Yo no quiero estar en una relación con alguien que debe esconderse.

—N-No es así...

—¡Claro que es así! Jamás podría conocer a tus padres, y estoy segura de que ni siquiera podríamos subir una fotografía juntas porque alguien de tu familia podría verla, ¿o me equivoco?

Megan bajó la cabeza sintiendo un nudo formarse en su garganta, porque sabía que no hacía más que soltar verdades que terminaban siendo realmente dolorosas. En ese momento, no tenía absolutamente nada para decir porque comprendía que ya no quisiera nada con ella.
Los padres de Thea sabían sobre que le gustaba las mujeres, y era aceptada completamente porque los de ella al contrario de los suyos sabían que eso era normal, que no había nada de malo. Así que la rubia no quería tener que volver al pasado cuando era una pre-adolescente llena de dudas y miedos, al ahora estar con una persona que debía ocultarse.

La pelinegra tan sólo volvió a tomar asiento sintiendo cómo su visión se volvía nublada al escuchar cómo la rubia se marchaba de su departamento, y ella no era capaz de impedirlo. Podría hacerlo, podría ahora atreverse a enfrentar a sus padres al darse cuenta cómo el hecho de que se ocultara, provocaba que su oportunidad de tener por primera vez una relación estable con una mujer se iba por la borda. Pero no era así.

A Megan seguía ganándole el miedo.

Sentía cómo en cualquier momento acabaría rompiendo en llanto, pero con el paso de unos pocos minutos que ella no fue capaz de notar, unos toques en la puerta lograron llamar su atención. Se levantó rápidamente inhalando y exhalando mientras limpiaba rápidamente sus lágrimas, llena de ilusión, hasta que al acercarse a la puerta y abrirla se encontró con el pelinegro que le había escrito.

—Hola...

La fémina ni siquiera le contestó, tan sólo volteó para comenzar a caminar nuevamente hacia el taburete frente a la isla de la cocina donde había estado sentada.

—Qué buen humor —comentó por lo bajo, cerrando la puerta para acercarse a paso lento a donde estaba ella. Al ver ambas tazas, sonrió tomando la que anteriormente se había preparado la rubia para ella—. Bueno, al menos me has preparado algo.

—No era para ti —aclaró mientras este la daba un sorbo, pero luego la observó confundido dejándola rápidamente.

—¿Está tu novia aquí? —preguntó buscándola con la mirada.

—No. Y no es mi novia.

—Bueno, lo que sean...

—Ya no somos nada, Jungkook —confesó sin mirarlo, lo que hizo que él se tensara.

—Lo siento...

—Ya, no quiero hablar eso —suspiró tomando su taza de té.

—Mira, para que no te sientas tan mal, te confesaré que Keira y yo terminamos —mencionó antes de darle otro sorbo al té mientras ella lo miraba sorprendida.

—¿Por qué?

—Eso no importa.

—¿Y en qué se supone que puede ayudarme saber que tu relación con ella terminó? —cuestionó arrugando levemente la frente, y este se encogió de hombros.

—No lo sé. Supongo que porque ambos estamos pasando por una ruptura —respondió aunque sonó más a una  pregunta—. Ya, mejor no hablemos de ellas.

—Está bien. ¿A qué has venido? —preguntó decidiendo cambiar el tema de conversación.

—Sobre eso... tengo algunas dudas.

La fémina quiso indagar en eso, pero su celular que estaba a un lado de la taza de té, comenzó a sonar logrando llamar la atención de ambos. Por un momento, Megan tuvo la ilusión de que se tratara de Thea, que pudiese estar arrepentida por cómo se fue, pero al ver que se trataba de su madre, suspiró frustrada.

—¿Quién es? —preguntó curioso al notar que para ella no era nada bueno.

—Es mi madre —respondió tomando su celular.

—Respóndele. Por cierto, ¿puedo pasar al baño?

La pelinegra asintió sin darle atención al estar respondiendo la llamada, por lo que Jungkook le restó importancia y comenzó a dirigirse hacia el baño.
En ese momento, Megan rogaba que su madre no le hiciera perder la paciencia porque con algo mínimo podría ser capaz de romper en llanto.

—Hola, mamá.

Megan, ¿cómo estás, cariño? ¿Ya has preparado todo? —preguntó animada.

—No, aún no lo hecho...

¡¿Cómo que no?! No hagas todo a último momento como siempre.

Pero el viernes...

¿Viernes? El viernes es nuestro aniversario. No puedes venir ese día —reprochó provocando que ella abriera los ojos a la par, ya que había creído que era el sábado.

Los quiero aquí mañana. Tienen que estar bien descansados para el viernes, Megan.

¿M-Mañana?

Y no esperes que te permita que vengas tan sólo por tres días como sueles hacer
advirtió mientras la fémina sentía cómo su estómago se revolvía.

—¡Oh, por Dios! ¡¿Qué es ésto?! —escuchó gritar a Jungkook desde el baño, provocando que sintiese un escalofrío recorrer su espina dorsal al reaccionar a lo que había dejado allí.

¿Quién acaba de hablar? ¿Qué fue eso, Megan?

N-No...

¡¿Con quién estás?! ¡Dime!

E-Es mi novio. Debo colgar. Adiós, mamá.

Megan no le dejó responder al colgar completamente histérica la llamada, para así comenzar a dirigirse rápidamente hacia el baño. Sin importarle en absoluto, abrió la puerta llevándose la sorpresa de que Jungkook no dejaba de mirar el dildo rosado que estaba sobre el mueble blanco.

—¡¿Ésto es tuyo?! —preguntó asombrado y sin pudor alguno al tomarlo, provocando que ella se estremeciera—. ¡¿Cuánto mide esta cosa?!

—¡No lo toques, idiota! —reprochó arrebatándoselo, mientras este lo seguía con la mirada aún boquiabierto como si no pudiese creérselo—. Y mide mucho más que el tuyo. Eso está claro.

—Oye, ni siquiera lo has visto, así que no puedes decir eso —refutó señalándola.

—Y no quiero hacerlo.

—¿Por qué tienes eso aquí? —preguntó frunciendo el ceño, pero luego abrió los ojos a la par al mirarlo—. ¡No me digas que acabas de usarlo con tu novia y yo toqué eso!

—Ya, ¡largo de aquí! ¡Deja a mi dildo en paz! —ordenó tomándolo del brazo, para luego empujarlo fuera del baño.

—¡Pero no me has dicho cuánto mide esa cosa!

—¡¿Por qué tanta curiosidad?! ¡¿Acaso quieres probarlo?! —interrogó observando cómo este asomaba la cabeza.

—La verdad es que aún no siento curiosidad por experimentar algo así, pero si llego a sentirla, te lo diré —respondió sonriendo con picardía, provocando que ella se sorprendiese—. Si intentabas molestarme, no te ha salido.

—Ya, ¡largo! —exigió con su rostro enrojecido, cerrando la puerta.

Jungkook volvió a la cocina a la vez que soltaba una risotada, pues en un principio no quiso hacerla sentir avergonzada, pero el haberla visto tan sonrojada y que lo echará completamente histérica luego de que intentase molestarlo, se le había hecho divertido.

Este tomó asiento en el taburete, volviendo a tomar su té que estaba tibio, por lo que decidió dejarlo a un lado y esperar a que Megan se dignara a salir. Hasta había sacado el celular del bolsillo de su chaqueta con la intención de revisar sus redes sociales y entretenerse un poco, pero al comenzar a bajar en Instagram, escuchó la puerta del baño abrirse y cómo ella se acercaba.

—¿Ya te sientes mejor? —preguntó divertido mientras ella soltaba un suspiro de frustración.

—¿Aún sigues aquí?

—¿Qué esperabas? Dije que venía a sacarme algunas dudas —recalcó observando cómo tomaba asiento frente a él.

—Pues, desde ahora te recomiendo irte a tu departamento y preparar la maleta.

—¿Ahora? —arrugó el rostro por el desconcierto.

—Mi madre acaba de recordarme que el aniversario es el viernes, por lo que mañana tenemos que estar en Stowe —explicó con una falsa sonrisa.

—¡¿Mañana?! ¡Todavía no me preparé mentalmente! —exclamó exaltado.

—Sí, y si tu duda también podría ser cuánta ropa deberías empacar, pues la respuesta es mucha.

—Megan...

—Mi madre no quiere que nos quedemos tres o cuatro días, así que tendremos que empacar más ropa de la que creíamos.

Jungkook pasó las manos por su rostro, subiendo hasta llegar a su cabello ondulado para tirar de este mientras inhalaba. Megan lo observaba con sus labios presionados, pensando en que no podía saber cómo podría esta sintiéndose él, por lo que le daba temor que quisiera dar marcha atrás.

—Recuérdame porqué acepté ésto —pidió por lo bajo con sus ojos cerrados.

—¡No te atrevas a dar marcha atrás! —reprochó golpeando su brazo, provocando que este soltase un quejido llevando la mano a la zona afectada—. ¡Te presté el dinero!

—¡Dije que me lo recordaras, no que me golpearas! —espetó sobando su brazo.

—No puedes arrepentirte.

—¡No lo haré! —aseguró levantándose aún sobando su brazo—. Y ya, mejor me iré a empacar mis cosas.

—Eso espero, porque sino juro que te buscaré hasta encontrarte y llevarte conmigo a tiempo para el aniversario —advirtió provocando que este la mirase con los ojos abiertos a la par.

—Tranquila. No te fallaré —aseguró volteando a verla antes de abrir a la puerta. Megan lo observó confundida por cómo miraba su cuello, y cuando quiso decir algo, este se inclinó hacia adelante arrugando la frente mientras seguía mirando su cuello—. Busca la manera y desaparece esa marca, ¿me has escuchado?

—Oh, vamos, es algo normal —habló avergonzada, cubriéndoselo con el cabello que caía por su coleta.

—¡Pero no para ir así a la casa de tus padres! —reprochó molesto—. Yo no iré contigo así para que crean que no te respeto, ni mucho menos a ellos, así que cúbrelo de alguna manera, ¿sí?

—¿Ahora me dirás que nunca has hecho eso? —cuestionó cruzándose de brazos.

—Sí, pero no en zonas visibles, Baker —aclaró volteando para abrir la puerta—. Cúbrelo.

—Lo haré. No te preocupes —suspiró—. Nos vemos...

—Por cierto...—asomó la cabeza mirándola con una sonrisa antes de que ella cerrara, lo que despertó su curiosidad.

—¿Ahora qué?

—¿Lo llevarás contigo? —preguntó divertido, provocando que ella comprendiera rápidamente.

—¡Largo, idiota! —exigió cerrando la puerta en su rostro, escuchando cómo este soltaba una risotada.

—¡Nos vemos mañana, Baker!

Megan soltó un gran suspiro de frustración, apoyando su espalda en la puerta mientras cerraba los ojos e intentaba mantener la calma. No podía creerse para nada que a partir del día siguiente tendría que convivir con aquel joven, que parecía ser que estaba comenzando a gustarle jugar con su paciencia.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Ya quieren leer cómo va a ser el viaje?

Lamento si se les hizo algo aburrido, prometo que el siguiente va a ser más interesante

Por cierto, muchísimas gracias por las 4k leídas, se siente muy lindo ver todo el apoyo que está recibiendo, más que nada porque estoy disfrutando de escribir esta historia ♡

Espero que les haya gustado el nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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