Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

O29 |CAYENDO ANTE EL DESEO

Jungkook, mientras la abrazaba, recordaba su confesión sobre que lo extrañaba. Palabras que resonaron en su corazón como una melodía que había anhelado escuchar. Sin embargo, era consciente de la fragilidad de esos momentos. Sabía que el alcohol puede hacer que las emociones fluyan sin filtro, y aunque su corazón latía con fuerza ante la posibilidad de que Megan sintiera lo mismo, su mente le advertía que no se dejara otra vez llevar por ilusiones. Era un hombre sensible, que estaba aprendiendo a protegerse de las decepciones, y esa noche, mientras la pelinegra se quedó dormida a su lado, él se debatió entre la esperanza y el miedo.

Con una mezcla de ternura y cautela, observó su rostro sereno, deseando que sus palabras no fuesen solo un eco de la borrachera, sino un reflejo de lo que realmente sentía. Pero, en el fondo, se sentía atrapado en un mar de dudas, temiendo que, al despertar, la realidad lo golpeara otra vez con la cruda verdad. Así, mientras la noche avanzaba, se quedó allí, vigilante y pensativo, aferrándose a ese instante fugaz, pero sin dejar que su corazón se desbordara de ilusiones.

Había cumplido con marcharse cuando ella se durmiera, aunque estuvo a nada de dormirse al relajarse tanto por tenerla abrazada a su cuerpo, escuchando su respiración pausada. Y antes de marcharse, se tomó el tiempo de buscar una pastilla para la resaca con la que estaba seguro de que despertaría, como también de dejarle una botella de agua.

Durante el mediodía, fue a la cafetería Bon matin, que era acogedora, con el aroma a café recién hecho, escuchando el suave murmullo de conversaciones mientras observaba a la gente pasar, recordando los momentos de la noche anterior. Cuando Taehyung llegó, con su cabello desordenado y una expresión de cansancio en el rostro, no pudo evitar sonreír. Estaban sentados en una mesa a un lado de la ventana, y una camarera se acercó a tomar su orden. Mientras esperaban, la conversación comenzó a fluir entre risas y, a medida que pasaban los minutos, compartían sus problemas y emociones. Taehyung, encontrando en su mejor amigo, como siempre, un refugio para su desesperación, y Jungkook parecía aliviado de poder volver a sentir confianza para hablarle sobre lo que estaba causándole cierta desesperación.

—¿Qué pasa? —Jungkook preguntó luego de darle un sorbo al café—. Tienes esa cara de "no sé si reír o llorar". Está claro que estás callando algo.

Taehyung soltó un suspiro de frustración mientras pasaba los dedos por las hebras de su cabello algo largo y ondulado, desordenándolo aún más.

—Sí, bueno...—murmuró haciendo una mueca, pareciendo todavía debatirse sobre si continuar hablando o no—. Como te dije, aunque la discusión fue fuerte, decidí llevarla a su departamento, pero... terminé pasando la noche con ella.

—¿Qué? Pero ¿no quedaron en tomarse un tiempo?

—Sí, lo sé. Pero es que no pude resistirme.

—Bueno, después de todo sí fue una decisión difícil de tomar, la del tiempo, ¿no es así? —Taehyung asintió—. ¿Y cómo te sientes ahora con lo que sucedió entre ustedes?

—Es complicado. Por un lado fue increíble, porque, aunque sí la relación se volvió muy monótona, el sexo siempre fue algo que ambos disfrutamos —explicó con una pequeña sonrisa tímida, mientras su mejor amigo lo escuchaba atento—. Pero, por otro, me siento un poco culpable. No sé si significa que podemos volver o solo fue un momento de debilidad de ambos.

—Entiendo. Supongo que a veces las emociones nublan un poco el juicio, ¿no?

Taehyung, asintió, mostrándose frustrado.

—Tengo un nudo en el estómago porque... creo que más que nada me dejé llevar por mis celos al pensar en que puede estar con ese idiota —confesó angustiado.

—Es comprensible. Pero ¿no crees que deberían hablarlo ahora que ambos ya están más tranquilos y sin alcohol de por medio?

—Tal vez, pero ¿y si solo empeoramos más la situación? —preguntó con cierto temor—. ¿Y si solo fue un momento y ahora está interesada en él? Eso me destrozaría, JK.

—Mira, no puedes controlar lo que ella haga, pero sí puedes cómo te sientes y la forma en la que vas a manejar la situación —apuntó mientras Taehyung lo escuchaba atento, asintiendo—. Si realmente te importa, deberías pensar mejor qué es lo que quieres para ambos. Debes ser honesto contigo mismo, como también con ella.

Al principio, estaba preocupado por la confusión y la inseguridad que Taehyung estaba experimentando por Marie, pero a medida que la conversación avanzaba, se daba cuenta de que su amigo estaba tomando pasos hacia la claridad.

Con cada palabra de Jungkook, el castaño notaba que la tensión en su rostro se iba desvaneciendo. Se relajó en su postura, dejando caer los hombros y sonriendo levemente. La idea de que Taehyung podría hablar con Marie y expresar sus sentimientos le daba esperanza. Se sentía aliviado al ver que su amigo estaba dispuesto a enfrentar la situación en lugar de dejar que la incertidumbre lo consumiera.

—Puede que tengas razón —Asintió, mirándolo con una pequeña sonrisa—. Necesito encontrar el valor para volver a hablar con ella. No quiero seguir con esta inseguridad.

Mientras Taehyung hablaba, Jungkook asentía con la cabeza, sintiendo que la conversación estaba tomando un rumbo positivo. Se daba cuenta de que, aunque la situación era complicada, había un camino hacia adelante. La posibilidad de que él y su exnovia pudieran aclarar las cosas le daba una sensación de optimismo.

—Es lo mejor. Y sabes que pase lo que pase, aquí voy a estar.

—Gracias, JK.

Jungkook no dudó en devolverle la sonrisa, más al notar cómo parecía ahora estar más tranquilo, como si su consejo realmente lo hubiese ayudado. Finalmente, el castaño estaba más tranquilo y confiado. Seguro de que, pasara lo que pasara, tenía el apoyo que necesitaba para enfrentar ese miedo.

—Por cierto, quería disculparme contigo por olvidarme de ti y Megan, pero también agradecerte por cuidarla —mencionó inclinándose hacia atrás—. No tuve cabeza para nada más con todo lo de Marie.

—Ya, olvídalo. Se trataba sobre Megan, así que no fue nada —aseguró restándole importancia.

Ah... Sigue gustándote tanto —comentó burlón, apoyando parte del rostro en la mano.

—Cállate —exigió entre dientes, sintiendo su rostro arder.

—¿No sucedió nada entre ustedes?

—¡Claro que no! No somos tú y Marie, además, Megan estaba demasiado ebria.

—Pero te habría gustado que sí pasara, ¿verdad?

—Ya cállate.

Jungkook no era capaz de mirarlo, menos con su rostro que hervía cada segundo más.

—¿Ya están mejor?

—Retomamos la amistad —respondió encogiéndose de hombros, intentando restarle importancia.

—Pero ya no es igual que antes —mencionó, por lo que Jungkook frunció el ceño.

—¿A qué te refieres?

—Te extraña porque ya no te comportas como antes con ella.

—Créeme que me encantaría poder hacerlo, pero no quiero seguir lastimándome y teniendo expectativas por cómo actúa ahora conmigo —expresó haciendo una mueca—. Quiero cuidar mi corazón, porque sé que ella no siente lo mismo, así que no quiero aferrarme a algo que jamás va a suceder.

Taehyung lo escuchaba atentamente, asintiendo con la cabeza. Sabía lo mucho que Jungkook estaba luchando con sus sentimientos. Pero también había algo más que quería compartir, algo que había estado pesando en su mente. Después de un momento de silencio, decidió abrirse.

—Quizás no debería meterme, sobre todo porque Megan podría enojarse, pero hay algo que quizás deberías saber —mencionó con un tono serio, apoyando los brazos en la mesa, llamando la atención del tatuado—. Antes de que regresara, su familia supo sobre que, ya sabes... le gustan las mujeres. Su madre no la acepta, así que ha estado lidiando con eso, y creo que eso de algún modo también afecta cómo se siente ahora respecto a ti —opinó, mientras Jungkook parecía en shock—. No es solo lo que puede o no sentir por ti. Ahora mismo hay muchas complicaciones en su vida que tú no estás percibiendo y es normal, pero quería decírtelo, ya que ella no lo hará.

Las palabras de él golpearon a Jungkook como un balde de agua fría. Su corazón se detuvo por un momento, y una mezcla de incredulidad y dolor lo invadió. No podía creer que Megan estuviera pasando por algo tan horrible.
No entendía cómo pudo pasar tanto y que él no estuviera enterado para nada, lo que hasta le hizo sentir culpable, por más que el castaño intentó aliviarla al darse cuenta. Pero es que jamás se cruzó por su cabeza, a pesar del extraño comportamiento de esa mujer, que estaba enterada de todo.

—¿P-por qué no me lo dijo? —preguntó todavía intentando reaccionar—. Carajo... eso cambia todo. Debe ser muy complicado para ella.

—Quizás porque no tuvo la suficiente confianza para abrirse cuando apenas estaban arreglando la situación —Se encogió de hombros.

—¿Cómo no supe verlo? —preguntó con una mezcla de culpa y rabia consigo mismo.

El corazón del pelinegro se sentía como si hubiera sido golpeado por un rayo. La revelación de que Megan estaba sufriendo por el rechazo de su madre lo dejó aturdido. Una mezcla de emociones lo invadió: tristeza, impotencia y una profunda preocupación.
Su corazón estaba latiendo con fuerza, no solo por el amor que sentía por ella, sino por la impotencia que lo invadía. ¿Cómo Georgia podía ser tan cruel? ¿Por qué no podía aceptarla tal como era?

—Gracias por decírmelo, Taehyung. No sé qué voy a hacer, pero ahora la entiendo mejor y quiero intentar ayudar.

—Solo no la presiones. No creo que vaya a ser fácil para ella abrirse. Pero si realmente te importa, vas a tener que ser paciente —expresó haciendo una mueca—. De todas formas, piénsalo bien, porque, como has dicho, quieres superarla, así que no te obligues a estar si eso no te hace bien a ti...

—No se trata de eso. Se trata de ella —lo interrumpió—. Taehyung, yo la dejé sola mientras su madre la rechazaba. Debe necesitar apoyo, así que no puedo quedarme de brazos cruzados, intentando no ser un idiota que se ilusione —habló frustrado consigo mismo—. Yo quiero estar a su lado, intentar ser su apoyo.

No solo le dolía saber que ella estaba pasando por un momento tan difícil, sino que también se sentía frustrado por no haberlo sabido antes. Se preguntaba si había señales que ignoró esa vez que se encontraron en la cafetería, si había algo que podría haber hecho para ayudarla antes. Y es que estaba seguro de que sí, pero se dejó llevar por su enojo esa tarde, lo cual le molestaba demasiado.

La confusión también lo invadía. Se preguntaba si su amor por ella era suficiente para ayudarla de alguna manera. ¿Podría ser el apoyo que necesitaba? La idea de acercarse a ella lo llenaba de nerviosismo, pero sabía que no podía dejar que el miedo lo detuviera.

Así, luego de tanto pensar y debatir consigo mismo, por la tarde, decidió volver al departamento. Necesitaba tener una buena conversación con Megan, aunque esta vez no pensaba molestarle por ocultar esa información, porque se dio cuenta de que su amor por Megan no solo era un sentimiento romántico; era un sentimiento que le hacía desear estar a su lado, de hacer todo lo posible para que supiera que no estaba sola. Con cada latido de su corazón, la determinación crecía en él.

Al estar frente a su departamento, tuvo la intención de tocar, pero se sorprendió al poder abrir la puerta, preguntándose cómo Megan no se había dado cuenta todavía o si salió anteriormente. Observó a su alrededor, ella no estaba allí, por lo que decidió buscarla en su habitación, asomándose algo nervioso, pero al no verla, se desconcertó. Pensó en que debía estar en el baño, así que decidió tomar asiento en la cama.

Volvía a aquellos pensamientos sobre la conversación que debían tener, preguntándose si acaso ella querría hablar sobre eso, si no se molestaría con Taehyung por haberse atrevido a contarle cuando tomó la decisión de callar. Pero también se decía que quizás era normal por el distanciamiento que tuvieron, y que aunque quedaron en retomar la amistad, él se atrevió a crear una barrera entre ambos, todavía queriendo buscar la forma de poder superarla.

Se sentía demasiado estúpido.

Estaba arrepintiéndose por su forma de actuar, pero es que lo había sentido demasiado necesario.



















(...)
















Megan se encontraba en la ducha, el agua caliente cayendo sobre su piel, creando un pequeño refugio de calma en medio de la tormenta emocional que la envolvía. Mientras el vapor llenaba el baño, su mente divagaba hacia recuerdos dolorosos. Recordaba la última conversación con su madre, las palabras hirientes que habían salido de su boca, el rechazo que sintió como un golpe en el pecho. Las palabras sobre que estaba enferma que dijo su madre resonaban en su mente como un eco constante.

Con cada gota de agua que caía, se sentía más atrapada en sus pensamientos. Se preguntaba si alguna vez podría ser completamente ella misma, si podría encontrar un lugar donde se sintiera aceptada y amada. La soledad la envolvía, y el hecho de recordar que Jungkook, a pesar de haber dicho de retomar la amistad, pareciera ignorarla en esos momentos, solo intensificaba su dolor. Aunque había una parte de ella que se sentía atraída por él, la confusión la mantenía en un estado de incertidumbre. ¿Era posible sentir algo por alguien del sexo opuesto y seguir siendo fiel a su identidad?

Mientras lavaba su cabello, cerró los ojos y dejó que el agua caliente la envolviera, intentando ahogar sus pensamientos. Pero la imagen de Jungkook, con su sonrisa despreocupada y su mirada distante, no se desvanecía. La noche anterior parecía que él no la veía realmente, como si estuviera atrapado en su propio mundo. Esa sensación de ser invisible la hería más de lo que quería admitir. Y seguía negada a pensar que pudo sentir celos.

El agua seguía fluyendo, y se sintió atrapada entre dos mundos: el deseo de ser aceptada por su madre y la lucha interna con sus propios sentimientos. La ducha se convirtió en un espacio de reflexión, donde las lágrimas se mezclaban con el agua, y la lucha por encontrar su lugar en el mundo se hacía más intensa. En ese momento, se dio cuenta de que necesitaba encontrar su propia verdad, sin importar lo que los demás pudieran pensar. Pero, por ahora, solo podía dejar que el agua la envolviera, buscando consuelo en su soledad.

Ya no quería pensar más en su madre, en su decepción y agotamiento hacia Heather, ni en cómo se sentía ante la forma en la que Jungkook parecía ya no darle la misma atención de antes, cuando seguía presente aquella necesidad de volver a recibir uno de sus cálidos abrazos.

Al enrollar la toalla en su cuerpo, salió del baño, dirigiéndose hacia su habitación, deseando poder sentirse mejor hasta de la resaca con la que cargaba. No recordaba ni cómo había regresado a su departamento, aunque suponía que su mejor amigo tuvo que ayudarla, así como ella lo ayudó a él otras veces. Y, al entrar a su habitación, terminó chillando, buscando cubrirse mejor con la toalla al encontrarse con alguien sentado en su cama que la observaba con sus ojos abiertos a la par.

—¡¿Qué carajos haces aquí, Jungkook?! —exclamó, tratando de cubrirse un poco más con la toalla, sintiendo una mezcla de incomodidad y emoción. Él se daba cuenta de que interrumpió algo privado, por lo que quería disculparse, pero la tensión en el aire era palpable y la miraba con una mezcla de sorpresa y admiración.

—Y-yo... No debí —balbuceó, sintiendo su rostro arder mientras desviaba la mirada—. L-lo siento.

Cerraba los ojos con fuerza, odiándose por no haber pensado antes de entrar, como si tuvieran ese tipo de confianza que seguramente sí tenía con Taehyung, pero es que solo había pensado en poder conversar como debían con total sinceridad de una vez por todas. Quería poder disculparse, aun si ella no creía que fuera necesario, como le dijo su mejor amigo.

—S-solo quería saber si estabas mejor de la resaca.

—¿Cómo sabes...?

—Pensé que te acordabas que yo fui el que te trajo —respondió volviendo a mirarla.

—¡No me mires! —exclamó histérica, aferrándose a la toalla.

—¡Lo siento!

Jungkook desvió con rapidez la mirada.

—¿Tú me trajiste? —preguntó avergonzada—. ¿Dije algo extraño?

La miró confundido por su pregunta, pero al darse cuenta de que iba a volver a reprocharle, frustrado la desvió otra vez.

—¿Qué más podrías haberme dicho, además de que querías que me quedara y que me extrañas?

—¿Y-yo dije eso?

—De todos modos, no es lo que vine a hablar contigo.

Megan quiso volver a reprochar, sintiéndose avergonzada, pero también sentía un cosquilleo en el estómago, una atracción que no podía ignorar. Jungkook siempre había sido alguien que la había hecho reír y que la entendía de una manera especial. Sin embargo, en su mente, el conflicto se desataba. Se recalcaba que se consideraba lesbiana y más luego de que su familia lo supiera, pero la conexión que sentía con Jungkook era innegable. La tensión en el aire estaba demasiado presente, como si el tiempo se detuviera por un momento.

Quiso hablar, pero la interrumpió.

—¿Por qué no me contaste lo que sucedió cuando me fui así de Stowe? Te pregunté cómo estabas y me mentiste.

—¿Qué...?

—Carajo, lo siento, Megan. Debí haberme dado cuenta de que algo no estaba bien por cómo actuaba tu madre, pero tan solo me concentré en mi dolor, en mi enfado, y pasé de todas las señales —habló arrepentido mientras Megan lo miraba boquiabierta—. Actué como un idiota contigo esa tarde.

—P-pero ¿qué habría cambiado que lo supieras en ese momento? —replicó desconcertada—. Si estabas así, era por mi culpa...

—¡Habría evitado muchas cosas! Hubiera dejado mi enfado y dolor de lado, porque realmente eso me hubiera importado una mierda —refutó sorprendiéndola—. Tú me importas demasiado, así que te habría traído de regreso.

—¿Lo dices en serio?

—¿Qué más puedo hacer para que te des cuenta de que todo lo que digo respecto a ti es sincero, Baker?

—Lamento no haberte contado nada.

—Está bien. Entiendo —asintió mirándola con una media sonrisa tranquilizadora—. Ahora solo quiero saber cómo estás con todo lo que sucedió. Y también quiero disculparme contigo.

—Jungkook...—Suspiró frustrada, acercándose mientras con una mano seguía tomando su toalla—, tú no tienes que disculparte por absolutamente nada.

Levantó la cabeza, encontrándose con la mirada clara de Megan, la cual lo observaba con sinceridad, buscando que su culpa se esfumara.

—De todas maneras, me siento tan arrepentido por haber seguido mis impulsos y no detenerme a pensar por un momento —expresó haciendo una mueca—. ¿Cómo estás? Esta vez sé sincera conmigo, por favor.

—Intento aprender a sobrellevar su rechazo.

Al notar cómo se esforzaba por sonreír, suspiró.

—Ven aquí —murmuró, con un tono suave y cálido que volvían vulnerable a Megan.

Mientras ella intentaba mantener la compostura, sus ojos se encontraron y había un silencio que decía más que mil palabras. Intentaba recordar por qué había decidido no dejarse llevar por esa atracción, pero la mirada intensa del pelinegro la desarmaba.
La cercanía hizo que su corazón latiera más rápido, que se sintiera atrapada entre su identidad y el deseo que crecía en su interior. Megan estaba vulnerable, la toalla apenas cubriendo su piel, y la atracción que sentía por el pelinegro la confundía. A pesar de la chispa que había entre ellos, se recordaba a sí misma quién era y lo que quería.

Chilló sorprendida al sentir los brazos de Jungkook a su alrededor y la forma en que la tomó, haciéndola sentar en su regazo, para luego enterrar el rostro en su cuello húmedo por las gotas que seguían resbalando al tener el cabello húmedo.

—Dime qué puedo hacer para aliviar un poco tu dolor, por favor —pidió por lo bajo, estrechándola con más fuerza entre sus brazos.

—Con este abrazo haces más que suficiente.

Megan correspondía a su abrazo, cerrando los ojos mientras sonreía, ya que era algo que había anhelado tanto desde esa vez que lo fue a buscar a su departamento, sintiéndose desesperar al querer resolver la situación. Así que ahora quería quedarse de esa manera por varios minutos, hasta que creyera que era suficiente, sintiendo el calor de su cuerpo y la confusión en su corazón, mientras se preguntaba si alguna vez podría llegar a aceptar esa atracción o si siempre va a ser solo un momento fugaz en su vida.

La situación parecía estar por quedar en un limbo, donde la atracción y la identidad se entrelazaban, dejando a ambos con preguntas sin respuesta y un aire de posibilidad en el ambiente.

Los segundos pasaban, ninguno pareciendo tener la intención de separarse, hasta Jungkook podía notar cómo llegaba a acariciar su cabello que mantenía algo largo en la nuca. Pero mientras tanto, la toalla de Megan se deslizaba un poco, y él, dejándose llevar por la urgencia del momento, se atrevió a subir la mano, sintiendo la calidez de su piel, provocando una mezcla de sorpresa y emoción en Megan, que tenía una mano en la parte baja de su espalda, con la otra se atrevió a acariciar su rodilla, subiendo de forma lenta e insegura. Y es que pensaba en lo sencillo que era seguir queriéndola, tan inevitable al tenerla en sus brazos y sentir su aroma, comenzar a perderse en ella, llegando a desearla con intensidad.

Al sentir cómo él se atrevía a depositar un beso en la piel de su cuello, no pudo evitar estremecerse, cerrando los ojos con fuerza, aceptando que volviera a hacerlo, y a la misma vez, deseando que siguiera así. Jungkook podía escuchar cómo su respiración iba volviéndose pesada, cómo llegaba a empuñar su cabello, porque no solo estaba repartiendo besos en su cuello, sino que también su mano iba subiendo, llegando a apretar su muslo, haciéndola soltar un jadeo.

Ambos deseaban volver a tenerse, aunque sea, por un rato. Y eran conscientes de eso.

—Jungkook...—jadeó al sentir cómo apretaba su muslo, acercando más los dedos a su entrepierna.

Al escucharla decir su nombre de esa manera, mordió su labio inferior con fuerza, preguntándose si acaso era capaz de notar lo que estaba provocándole. Y era así, aunque Megan quería más que nada sentir sus caricias por su cuerpo como esa mañana, sentir la desesperación de sus dedos.

—¿Estás deseándome con tanta locura como yo a ti? —preguntó con voz profunda, rozando luego la lengua con el lóbulo de su oreja.

La fémina cerraba los ojos con fuerza, queriendo poder ser capaz de no reaccionar, aunque ansiaba moverse más para que sus dedos pudieran tocar ese punto sensible que lo ansiaba. Sentía una mezcla de sorpresa y deseo, luchando con su identidad mientras se entregaba a la conexión que había surgido entre ellos. En ese instante, las etiquetas parecían desvanecerse, y todo lo que importaba era el calor de sus cuerpos y las intensas ganas de besarlo.

Estaba cayendo ante el deseo, tanto como Jungkook.

—Megan...—musitó levantando la cabeza, acercándose lo suficiente para que sus narices y labios llegaran a rozarse, dándose cuenta de cómo ella buscaba sus labios—, ¿puedo pedirte algo?

—¿Qué es?

Era un momento de descubrimiento para Megan, donde la atracción desafiaba sus propias creencias, y aunque sabía que tendría que enfrentar sus sentimientos más adelante, por ahora, estaba dispuesta a dejarse llevar por la corriente de emociones que los unía.

Deseaba que Jungkook hiciera lo mismo que esa mañana en Stowe.

—Déjame probarte —pidió en casi un suspiro—. Siéntate en mi cara, por favor.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Se esperaban eso último? ¿Ya quieren leer algo así entre ellos dos? ¿Será que Megan acepta? Y si llega a ser así, ¿creen que ahora sí se den una oportunidad y funcione?

Espero que les haya gustado el nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro