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O23 | CITA | PARTE 2

Megan no dejaba de pensar en lo que se atrevió a hacer, aquel beso que cada vez que recordaba la hacía estremecer y querer desaparecer, pero también en la calma que le había brindado durante la noche al estar entre sus brazos, lo que hacía que sintiera su rostro arder. Estaba realmente confundida, estresándose por seguir sin tener una respuesta que la hiciera sentir segura cuando le había dicho que se la diría ese día.

Y como si eso no fuese suficiente estrés para apenas el comienzo de su día, su madre le había pedido que la ayudara con unas cajas en el ático, haciéndole saber que ese que sentía tan solo era la mitad del que podría tener. A veces pensaba porqué tenía que tener ese tipo de relación con su madre, pues no había nada que le gustaría más que en ese momento poder tener una relación como cualquier hija con su madre, de cariño y entera confianza, porque ahora era cuando más necesitaba poder contarle por lo que estaba pasando y recibir un buen consejo de su parte.
El tan solo pensarlo, imaginar cómo podría ser ese momento, en vez de estar estresándose por recibir sus órdenes y sus malas miradas, aunque estaba segura de que ella creía estar disimulando más que bien, hacía que sintiera una presión en su pecho. Se preguntaba si acaso llevaba desde ayer demasiado sensible, que ahora pensaba en esas cosas que la mayoría de tiempo consideraba una completa estupidez, ya que no creía que su relación con su madre llegara a afectarle en algo. De hecho, la mayoría de días ni siquiera pensaba en ella al haberse acostumbrado a su comportamiento, así que tan solo se concentraba en poder hacer sentir orgulloso a su padre. Pero ahora allí estaba, conteniendo aquellos sentimientos que, quizás, llevaba tiempo reprimiendo.

—Oh, ¿qué hay aquí?

La escuchaba hablar, por lo que la ignoraba, ya que no podía evitar perderse en sus pensamientos por más que luego tenía que morderse la lengua para no empeorar la situación al recibir reproches por parte de su madre al estar tan distraída.

—¡Mira, Megan! Son tus fotos del instituto...

—No quiero verlas —murmuró de mala gana, bajando una de las cajas—. Es más, tíralas junto a lo demás.

—¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Son buenos recuerdos!

—Para ti —musitó rodando los ojos.

—¡Mira! ¡Ven aquí, Megan! ¡Vamos!

¡Agh! Dije que no quiero verlas...

—¡Ven!

Al no soportar su insistencia, ni querer seguir escuchándola, decidió acabar con la situación de una vez mientras se acercaba de mala gana, mordiendo el interior de sus mejillas, observando a su madre que tenía una gran sonrisa de nostalgia y sonreía.

Una vez que estuvo a su lado, se sorprendió al ver que se trataba de una fotografía donde salía junto a Heather, ambas en el comienzo de la adolescencia y era el primer día de secundaria. Al ver a aquella jovencita rubia que llevaba flequillo y su cabello trenzado, abrazándola con fuerza mientras sonreía a lo grande y ella observaba con el semblante serio a la cámara, no pudo evitar medio sonreír nostálgica. Trataba de recordar si acaso estaba así porque no quería ir a clases, si en realidad era porque odiaba que su madre las haya fotografiado o era porque nunca toleró el contacto físico y Heather siempre había sido demasiado cariñosa.

—Eras tan pequeña —mencionó nostálgica—. Pero desde que eras de ese tamaño ya tenías el mal carácter de ahora.

Megan rodó los ojos, decidiendo ignorarla y seguir observando aquella fotografía, perdiéndose en los recuerdos, hasta que su madre jadeó al inclinarse a tomar otra fotografía que había en la caja.

—¡Mira esta! ¡Sales con todos los que eran tus compañeros!

Rápidamente se inclinó a verla, sorprendiéndose al verlos a todos en el último año, recordándolos, pero su media sonrisa se borró por completo al ver donde estaban los chicos donde estaban Asher y Elliot que salían en cuclillas en el medio, ambos abrazándose y haciendo muecas, mientras que detrás de ellos estaban Heather y ella junto con las demás chicas.

—Esa es Lilian, ¿verdad?

—Sí, es Lily —recalcó recibiendo una mala mirada de su parte por el diminutivo.

Agh... No sabes, ayer cuando fui al mercado me encontré con su madre —comenzó a contar mientras Megan centraba su atención en ella—. ¿Puedes creer que luego de todo el escándalo porque su hija era lesbiana, resulta que ahora está saliendo con un joven, entonces Diane decidió aceptarla de nuevo?

—¿Qué? P-pero si es lesbiana, ¿cómo...?

—Pues, resulta ahora que es bisexual —explicó rodando los ojos—. Ya no saben qué inventar...

—O sea, que... ¿Le gusta ambos?

—¿Puedes creerlo? —arrugó el rostro haciendo una mueca de disgusto—. ¡Qué desagradable, por Dios! No sé cómo Diane pudo aceptarla.

—Mamá...

—Dice que mientras siga gustándole aquel joven, está bien, pero yo digo que no va a tardar mucho en volver a... Ya sabes, eso —aseguró conservando su expresión de disgusto—. Jamás podría permitir algo así...

Megan sentía cómo una opresión volvía a su pecho, comenzándole a dificultarle el respirar. No entendía cómo su madre podía tener aquel tipo de pensamiento, complicando más la situación para ella al estar completamente confundida.

—¿Megan...?

Al reaccionar, dándose cuenta de cómo su pecho parecía subir y bajar y que su garganta ardía, fue realmente consciente de que si seguía un segundo más allí, podría ser capaz de explotar.

Necesitaba a Jungkook.

Aquel pensamiento estaba instalándose en su cabeza, haciéndole preguntarse porqué comenzaba a sentir esa necesidad, pero es que sabía que él podría hacerla distraer de todo lo que ahora la perturbando.

—Voy a bajar.

—Pero aún no terminamos...

—No puedo dejar a Jungkook solo tanto tiempo.

—Pero está con Wyatt.

—Quiero estar con él. Encárgate de esto tú o pídele a Wyatt que te ayude. No lo sé.

Bajó rápidamente intentando poder ignorar aquella opresión en su pecho, pero al estar en el pasillo, acabó apoyándose en la pared cerrando los ojos mientras se disponía a respirar en un intento de poder calmarse. Sabía perfectamente cómo era su madre, aquel tipo de pensamiento que tenía, el cual con los años nunca logró cambiar, despertando así su miedo cuando sus confusiones empezaron.

Necesitaba relajarse porque no estaba como para pasar por otra situación como la de la noche anterior. Y así, una vez que comenzó a lograrlo, sacó el celular de uno de los bolsillos traseros de sus jeans, caminando por el pasillo.
Al ver que tenía un mensaje de Freddie que era de la mañana, entró con algo de temor, ya que había ignorado todos los mensajes al pensar que quizás ahora todos sabían sobre lo que llevaba ocultando.

Freddie

Hey, ¿cómo estás?
La verdad es que quedé algo preocupado
por la situación que provocó el idiota de Asher.
Espero que estés bien, Meg. 10:35 AM

Por cierto, tengo el peluche que te regaló Jungkook.
Lo tomé anoche porque pensé que se lo olvidaron.
Si lo quieres de regreso, dime. 12:07 PM

Megan

Dios, creí que ya lo había perdido.
Eres el mejor.
Pasaré por Kook antes de regresar mañana.
Gracias, Freddie. 02:15 PM

—¿M-Megan?

Ella que estaba concentrada en escribir, arrugó levemente la frente, levantando la cabeza mientras parecía sorprenderse a la vez que bloqueaba rápidamente su celular, sintiendo cómo sus latidos se aceleraban al encontrarse con los grandes y brillosos ojos de Jungkook. En eso, guardaba nuevamente el celular en el bolsillo de sus jeans, intentando actuar con normalidad, a pesar de recordar como hasta segundos atrás sintió la necesidad de buscarlo y recibir unos de sus fuertes abrazos que comenzaba a creer que eran sanadores.

—Pues, sí. ¿Estás buscando a mi madre o...?

¿Cómo pudo sentirse así y ahora al tenerlo en frente estar paralizada y actuar como estúpida? Eso tan solo le generaba más rabia.

—No, no, claro que no —negó rápidamente con la cabeza y arrugando el rostro.

—¿Entonces...?

—Es bueno verte... Es decir, estaba buscándote.

—¿Y eso por qué?

Jungkook frunció por un momento el ceño, notando que parecía demasiado seria y por su manera de hablar, era evidente que estaba molesta, lo que despertaba su curiosidad hasta haciéndole preguntarse si acaso estaba siendo una molestia.

—¿Estás bien? —se atrevió a preguntar, observando cómo ella que mordía el interior de sus mejillas y bajaba la cabeza mientras masajeaba su frente, para luego soltar un suspiro. Detestaba no poder fingir, pero es que la situación con su madre y ahora no poder actuar como le gustaría, la estaba irritando—. ¿Sucedió algo?

—No es nada...—respondió mirando hacia su lado.

—Dime...

—No. En verdad no es nada importante —lo interrumpió—. Estabas buscándome y aquí estoy.

Megan se esforzó por al menos sonreír, ya que era muy fácil darse cuenta de que aquella ilusión con la que la había mirado, estaba siendo reemplazada por los nervios e inseguridades, lo cual no le gustaba para nada. Necesitaba de alguna manera hacerle saber que no estaba siendo una molestia para ella, que quería escuchar lo que tenía para decirle.

Jungkook tomó una bocanada de aire, diciéndose que debía dejar el miedo a un lado y ser más valiente por ella.

—¿Estás ocupada? —Megan frunció el ceño, demostrando su desconcierto—. E-es que tu madre me dijo que estabas ayudándola...

—Oh, sí, pero por suerte ya terminé con eso.

—Entonces, ¿estás libre...?

—Sí —respondió todavía mirándolo con el ceño fruncido—. Ya, ¿qué sucede?

Sentía sus latidos acelerados ante los nervios, pero Jungkook pensaba en que esa tarde durante la cita que tendrían si aceptaba, debía decirle allí nuevamente sobre sus sentimientos, ahora sin remordimientos y recibiendo una respuesta de su parte para bien o para mal.

Pero la verdad, es que luego de su beso, cómo pareció entregarle calma durante la noche, su corazón estaba anhelando que también lo quisiera.

—Yo... Como estás libre, pensé... Quiero decir, si tú quieres, podríamos... Carajo —al escuchar una risa por parte de Megan, bajó la cabeza soltando un suspiro de frustración, pensando en que el miedo nuevamente estaba dominándolo y no podía hacer las cosas bien como había planeado.

—Jungkook, ¿estás bien?

Al volver a levantar la cabeza y ver cómo presionaba los labios como si intentase reprimir la risa al notar su nerviosismo, se reprochó. Jungkook aquella tarde necesitaba decirle que durante ese tiempo sintió encontrar el sentido que su corazón pedía con miedo y anhelo constante, así que se armó de valor por ella, empuñando las manos para volver a hablar.

—Quiero tener una cita contigo, Baker.

Megan sorprendida abrió los ojos a la par completamente, ya que eso era algo que no se había esperado para nada.

—¿Una... Cita?

Jungkook asintió presionando los labios mientras masajeaba su nuca.

—¿Q-qué dices? ¿Tú...Podrías aceptar?

Al notar el brillo de ilusión en su mirada, como sonreía tímido resaltando el sonrojo en sus mejillas, dándole una expresión tan tierna para Megan que podía sentir su corazón pesado.

—Megan...

—¿Cómo podría decir que no, cuando me lo preguntas así tan... Nervioso y tierno? —cuestionó con una sonrisa tímida, desviando la mirada al ahora sentirse arder ella.

Jungkook la miraba asombrado, teniendo que reprimir las ganas de celebrar que haya aceptado, llenándose de ilusiones al pensar que, entonces, eso le daba más probabilidades de que también pudiera llegar a aceptarlo a él.

—Entonces... ¿Quieres cambiarte?

Megan frunció el ceño, fijando nuevamente la mirada en él que tragó con dificultad, intentando controlar los nervios.

—¿Acaso estás diciéndome que me veo fea así como estoy? —alzó una ceja, llevando las manos a la cintura.

—¡No, no, no! Yo solo...

Ella soltó una risotada, haciéndole así saber que estaba bromeando, por lo que él gruñó molesto mientras bajaba la cabeza, para luego tomar una bocanada de aire.

—No juegues así conmigo, y menos en este momento que me tienes de los nervios.

—¡Lo siento! No lo haré más —murmuró desviando la mirada con su rostro sonrosado, sintiendo la intensa mirada del pelinegro que intentaba relajarse—. ¿Tú estás listo?

—Sí.

—Entonces iré a cambiarme y bajo.

—Te esperaré.

Ella tan solo asintió, volteando rápidamente para comenzar a caminar hacia la habitación mientras Jungkook seguía mirándola ya sin poder reprimir la sonrisa, para luego comenzar a bajar emocionado a contárselo a Wyatt.
















(...)













Megan estaba lista, al menos segura de su ropa, pero se miraba en el espejo observando su cabello, por momentos tomándolo con las manos para atarlo en una coleta, pero luego se lo soltaba intentando acomodarlo para así ver cuál le quedaba mejor y tomar una decisión. No sabía desde cuando era tan atenta a ese tipo de cosas, poniéndose tan nerviosa, pero es que no era capaz de tomar una decisión rápida y desinteresada como siempre. Necesitaba de una opinión.

Al escuchar unos toques en la puerta, sintió sus latidos acelerarse, pensando en cuánto llevaba para tomar una decisión tan estúpida como la de cómo llevar su cabello.

—¡Y-ya salgo...!

—Soy yo. Wyatt.

Aquello le hizo suspirar de alivio, por lo que se acercó rápidamente para abrir la puerta, notando cómo su primo la miraba de pies a cabeza y sonreía con picardía.

—Vaya, ¿por qué te has arreglado, mocosa?

—Cállate y dame tu opinión.

—Habla.

—¿Cómo crees que quedo mejor?

Megan volvió a tomar su cabello, enseñándole tanto atado como suelto mientras su primo la miraba con completa atención, asintiendo con la cabeza y frunciendo los labios.

—Suelto. Sí, suelto sin duda —opinó mientras que ahora Megan fruncía los labios como si analizara su respuesta.

—Bien, cabello atado entonces.

Salió de la habitación mientras llevaba las manos a su cabello para comenzar a atárselo y Wyatt volteaba completamente indignado.

—¡¿Para qué me pides opinión, entonces?!

—Eres hombre. Tú no sabes nada.

—¡Yo sí!

—Ya, cállate. Me voy, así que ayuda tú a mi mamá en el ático.

—¡No quiero...!

Lo escuchó suspirar frustrado mientras ella se dirigía a las escaleras para comenzar a bajarlas, todavía debatiéndose en su cabeza sobre qué hacer con su cabello. Dándose por vencida, decidió volver a soltárselo, sorprendiéndose al ver que Jungkook estaba en la puerta observándola, lo que la hizo enrojecer.

—Estabas preciosa antes, y ahora lo estás más —comentó con una pequeña sonrisa tímida mientras se acercaba, lo que hizo que ella bajase la cabeza al sentir su rostro arder.

—¿V-vamos?

—Sí, vamos.

Jungkook abrió la puerta, haciéndose a un lado para que ella saliera primero, sorprendiéndose al ver su coche a unos metros ya listo.

—¿Esta vez me dejarás abrirte la puerta?

—No.

—Está bien. No todo puede cambiar.

Megan soltó una risilla observando a Jungkook, hasta que rodó los ojos deteniéndose, lo que hizo que él ensanchara la sonrisa y se inclinara a abrirle la puerta, estirando su mano.

—Qué caballeroso —murmuró sarcástica, tomando su mano para subir.

Jungkook solamente soltó una ligera risa, para luego cerrar la puerta y rodear el coche mientras que ella lo observaba mordiendo ligeramente su labio inferior, intentando calmar los nervios.

Una vez que subió, tensa se removió en el asiento, escuchando cómo se colocaba el cinturón, para luego poner música, levantando la cabeza al sentir su mirada por tantos segundos.

—¿Qué...?

—¿Esa chaqueta no es de Taehyung? —frunció el ceño, observándola, lo que hizo que ella enrojeciera—. Juro que tengo recuerdos...

—Ya, ¡a mí me queda mejor!

Él soltó una risilla, volviendo su mirada hacia el frente mientras encendía el motor.

—¿Y el GPS?

No te preocupes por eso —respondió al comenzar a conducir.

—Oh, ahora conoces como la palma de tu mano Stowe.

No, pero... Sé dónde queda a donde quiero llevarte.

—¿Y dónde es eso?

—No puedo decirte. Es sorpresa.

—¡No me gustan las sorpresas! Dime...

—No. Quiero sorprenderte —sonrió mirándola por un momento, provocando que ella desviara la suya al sentir sus latidos acelerarse.

¿Qué rayos estaba haciéndole Jungkook a su corazón? Estaba comenzando a preguntárselo mientras llevaba la mano a su pecho, observando por la ventanilla, sin notar en absoluto cómo Jungkook volvía a mirarla con una pequeña sonrisa.














(...)












Jungkook se sentía demasiado avergonzado, ya que a mitad del camino, olvidó por completo algunas de las indicaciones que le había dado Robert para ir al lugar donde planeó la cita. Pensaba en usar el GPS, pero el hecho de que ya no sería una sorpresa para Megan lo hizo estresarse, por lo que desconcertándola se detuvo de repente. Había bajado rápidamente del coche observando los caminos, tomando su celular con la idea de llamar a Wyatt que también escuchó las indicaciones, pero al no tener señal, se tuvo que morder el labio inferior para no gritar del estrés.

Para su sorpresa, la joven también bajó, esta vez, por muy sorprendente que fuese, sin intención de burlarse al notar que se había perdido, lo que hizo que Jungkook acabara confesando que no sabía cuál camino tomar y dijera cuál era el lugar a donde la llevaría. Megan decidió indicarle el camino, regalándole sonrisas tranquilizadoras por momentos al notar que seguía demasiado frustrado consigo mismo.

Jungkook había planeado llevarla al puente Emily, el cual era uno de los cien puentes cubiertos del estado de Vermont, pues al escuchar que eran antiguos y románticos, no dudó de que era el mejor lugar para una cita. Pero al tratarse de él y de algo que consideraba importante, no le sorprendió demasiado que tuviera sus fracasos como cuando la invitó y luego el olvidar el camino.

Cuando llegaron, observó maravillado la naturaleza, los árboles que los rodeaban, cómo debajo del puente había rocas y un arroyo. Megan también estaba maravillada, pero no pudo evitar sonreír al ver a Jungkook bajar de la cajuela una manta y una cesta, haciéndole así saber que tendrían un picnic.
Jamás habían hecho algo así por ella, lo que provocó que su corazón brincara emocionado y tuviera que bajar la cabeza para esconder el sonrojo mientras que Jungkook la sorprendía al tomarle la mano con la libre, comenzando a caminar buscando el lugar indicado para colocar las cosas.

Ella agradeció demasiado el hecho de que Jungkook comenzara a hablar, que tuviera algún tema de conversación para sacar, ya que eso la hizo distraer y poder dejar sus nervios a un lado mientras comían, llegando a molestarse como siempre, pero compartiendo risas. No comprendía cómo luego de la noche que pasaron, podían estar de esa forma, cuando hasta hacía dos horas atrás su cabeza era un completo caos y se debatía sobre qué hacer. Pero parecía ser que Jungkook tenía algo demasiado especial, logrando que pudiera sentir calma y disfrutara aquellos momentos en los que eran solamente los dos.

Por esa misma razón, no le gustaba pensar el cómo sería todo cuando volvieran a Filadelfia y ya no lo tuviera todos los días a su lado, lo que era algo realmente sorprendente, ya que los primeros días no lo soportaba para nada y rogaba volver, así como él.

Ahora ambos caminaban bajo el puente, Jungkook por momentos observando su mano llegando a rozarla con la suya, pensando si era correcto tomarla, aunque todavía no habían hablado sobre sus sentimientos. Megan había aprovechado ese momento para burlarse de lo sucedido en el camino, pues notaba que ya no estaba tenso por eso.

—Bueno, al final no fue nada sorpresa —mencionó con una pizca de burla.

—Cállate —ordenó con su rostro sonrojado.

—Si me hubieras dicho desde un comienzo, te habrías ahorrado la frustración.

—¡Ya dije que quería que fuera una sorpresa! No sé cómo pude olvidarme a mitad del camino —suspiró masajeando su nuca.

—¿Dónde tienes esa cabeza, Jungkook?

Megan soltó una risilla mientras negaba repetidamente con la cabeza y él observándola mordía ligeramente su labio inferior.

—Es tu culpa.

—¿Mi culpa? —arrugó el rostro, girando la cabeza para observarlo mientras Jungkook se acercaba más a ella a la vez que asentía repetidamente con la cabeza.

—Sí, porque ocupas todos mis pensamientos sin dejar espacio para nada ni nadie más —confesó tímido con una pequeña sonrisa.

En cuanto a Megan, Jungkook no sabía qué era lo que pensaba o siquiera si lo pensaba en algún momento, aunque claramente deseaba que sí pudiera hacerlo, pero no podía no ser sincero cuando en esa cita quería que supiera todo lo que le pasaba con ella, también deseando que pudiera llegar a gustarle.

Megan abrió los ojos a la par mientras su rostro se enrojecía ante la vergüenza, provocando que la sonrisa de Jungkook se ensanchara.

—¡Ya cállate! —exigió colocando la mano en sus labios—. ¡¿Qué cosas dices, por Dios?!

Jungkook quería reír, pero acabó haciendo que Megan soltase un chillido al sentir cómo llegaba a morder uno de sus dedos.

—¡Jungkook!

Apartó rápidamente la mano sintiendo un leve ardor en su dedo mientras él soltaba una risotada, observando su rostro más enrojecido.

—Eres un idiota.

—Ven aquí —murmuró con suavidad, envolviéndola entre sus brazos.

Suspirando apoyó la frente en su hombro, deseando poder calmar los latidos de su corazón, pero que ahora pudiera sentir el aroma del pelinegro no ayudaba demasiado, por lo que cerró los ojos con fuerza y acabó apartándolo.

—Ya, es suficiente.

Solo asintió mientras intentaba reprimir la risa, porque en esos momentos, cuando sentía tanta intensidad mientras que ella buscaba la forma de apartarlo, hizo que ahora no pudiera evitar comenzar a compararla con un gato. Pensaba en que podía ser tan arisca como uno, generándole eso hasta cierta ternura.

—¿De qué te ríes?

—¿Yo? —se apuntó mientras ella asentía alzando una ceja y con sus brazos cruzados—. De nada.

—Estás mintiendo, Jungkook.

Negó repetidamente con la cabeza, pero en eso un pensamiento volvió a su cabeza, haciéndole creer que podría ser un buen momento.

Mmm... ¿Puedo preguntarte algo?

—Si te digo que no, ¿igual me lo preguntarás?

—Tal vez —murmuró bajando la mirada mientras hacía una mueca—. Es solo que... Tengo algunas dudas, y... Me gustaría que ahora pudieras ser sincera conmigo.

—Oh, en ese caso, está bien —asintió tensa, llevando un mechón de su cabello tras su oreja, sin notar cómo Jungkook parecía algo nervioso como si estuviera pensando cómo decirlo—. Dime.

Tragó con dificultad sin ser capaz de mirarla, pero es que desde que la había visto antes de invitarla a la cita, aquel pensamiento se había instalado generándole más inseguridades. Necesitaba aclarar esa duda que no estaba dejándolo en paz.

—Sé que quizás no sea algo de lo que quieres hablar, pero... Como te vi algo nerviosa con el celular antes de invitarte...—suspiró frustrado—. Quiero saber si luego de todo ella... Te buscó.

Megan se sorprendió ante su pregunta, pero luego presionó los labios mientras desviaba la mirada.

—No fue por eso que estaba así. Y tampoco me buscó —aclaró notando cómo él parecía relajarse—. Solo estaba recuperando a Kook.

—¡¿A Kook?!

Asintió repetidamente.

—Freddie me dijo que lo tiene, así que obviamente voy a recuperarlo. Su lugar es conmigo.

—¿Ha-hablas en serio? —preguntó con el ceño fruncido.

—¿Por qué pareces nunca creerme? —cuestionó molesta, cruzándose de brazos.

—No, no, no. No es así.

Jungkook la envolvió nuevamente entre sus brazos, todavía sintiendo cómo ella seguía con los brazos cruzados, haciéndole saber que no le creía.

—Lo siento. No es que no te crea nada de lo que me dices, es solo que... Me gustas demasiado, y creo que también eso ha provocado que salga a la luz mi inseguridad —confesó estrechándola con más fuerza entre sus brazos.

—Jungkook, ¿cómo puedes decir eso? —cuestionó cerrando los ojos con fuerza, detestando cómo la invadían sensaciones tan inesperadas.

Al sentir las manos de él en sus hombros para apartarla un poco y así poder verla, tragó con dificultad al encontrarse con sus grandes ojos oscuros.

—Si te invité a una cita, no fue para callar todo lo que siento por ti —explicó con suavidad—. No quiero seguir callando más nada.

—Jungkook...

—Si no tienes una respuesta...

—La tengo —lo interrumpió sorprendiéndolo—. Ahora tú tendrás que escucharme a mí y ten por seguro que seré demasiado sincera.

¡Hola! Otro fin de semana que actualizo, pero no podía no hacerlo cuando llegamos a los 10k seguidores. Muchísimas gracias por eso y lo digo porque sé que muchos de esos es por esta historia jujuu

¿Qué les pareció este nuevo capítulo? ¿Les gustó? ¿Qué creen que le diga Megan a Jungkook? ¿Será el inicio de algo entre los dos?

Espero que les haya gustado este capítulo y yo que ustedes le doy mucho amor para que me motive e inspire porque se vienen dos capítulos con cierta intensidad que todavía no escribo, pero desde ya considero de mis favoritos

¡Nos leemos pronto!

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